La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto

covid-19

Sima

Camino a la sima

por Mario Valdés Navia 29 junio 2021
escrito por Mario Valdés Navia

Un viejo adagio árabe reza: «Lo único que se construye de arriba hacia abajo es un pozo». Parece que ese es el problema de la Actualización del modelo cubano. La continuidad en la creencia de que un grupo de funcionarios y especialistas  del primer nivel —los que saben— son los que han de concebir, planificar y aplicar los cambios requeridos; mientras que el resto del pueblo/población debe sumarse a ellos, acatarlos y cumplirlos. Tal dogma hace agua por todas partes.

El proceso de Actualización inició entre 2008/2009 eliminando prohibiciones absurdas y convocando a un debate nacional sobre qué hacer para encauzar el obsoleto modelo económico y social cubano; siempre respetando los principios de soberanía nacional y régimen socialista. La mayoría del pueblo y especialistas lo acogió con entusiasmo renacido y desplegó su creatividad en millones de intervenciones y miles de propuestas.

De esa etapa preparatoria brotaron dos documentos que, aun con limitaciones e insatisfacciones, podrían guiar las reformas: Lineamientos (2011) y  Conceptualización (2016).  Sin embargo, cuando llegó la hora de los mameyes —con el positivista nombre de Tarea Ordenamiento— el círculo de verdaderos decisores que la concibieron y aplicaron, que incluía a varios de los que habían ocasionado el problema, ahora demostraban que no sabían cómo resolverlo.

Las variables causantes de la actual crisis cubana son tres: el recrudecido bloqueo; la pandemia de Covid-19, y la errática política de reformas internas; pero nuestra capacidad de actuar sobre ellas no es igual. El primero escapa a nuestra voluntad y radio de acción —a pesar de las promesas de campaña de Biden y de la reciente votación en la ONU, favorable a Cuba pero no vinculante.

Sima 2

Resultado de la votación en la ONU contra el bloque (Foto: Eskinder Debebe / UN)

La segunda será resuelta solo con la inmunidad del rebaño, que gracias a la intervención masiva con los logros vacunales de la ciencia cubana deberemos conseguir en un plazo más breve.

Solo la tercera puede ser superada a partir de la voluntad y capacidad de los cubanos y cubanas de la Isla y buena parte de la emigración. Es sobre esa que todos —gobierno y ciudadanía— debemos actuar con objetividad, prontitud y determinación; tres factores que han faltado desde el principio.

Objetividad, porque el peso de los mitos ideológicos provenientes del viejo modelo de socialismo estatizado, burocrático y militarizado, han pesado más en su concepción y puesta en práctica que las necesidades y posibilidades reales de la economía cubana.

Valgan dos ejemplos. Si la empresa estatal socialista es decretada como la protagonista de la economía cubana, entonces hasta las prometidas mpymes serán estatales, y la independencia y flexibilidad de este tipo de organización jamás podrá concretarse. Segundo, si a los emprendedores no estatales se les impide concentrar la riqueza, no mediante la política fiscal, sino limitándoles crecer administrativamente; ¿cómo podrán acumular capital, favorecer el empleo y contribuir a desarrollar la economía?

Prontitud es una palabra subversiva en la larga marcha del proceso de actualización, cuyo ritmo ha sido, como tendencia, lento y zigzagueante. Trece años después de iniciado, las tierras son menos explotadas que nunca; los indicadores de la producción agropecuaria e industrial se han derrumbado; cada vez se invierte menos en industria, agricultura, gastos sociales y ciencia, y más en la construcción inmobiliaria de hoteles que nunca se llenan, y en derivadoras de agua para, desafiando al relieve y los vientos alisios, convertir en fértiles tierras secas por naturaleza. Las estadísticas hablan de una década perdida para la economía cubana, 2010-2020.

Sima 3

Fue anunciada la construcción del hotel más alto de La Habana (Foto: Agencia Cubana de Noticias, ACN)

Determinación ha faltado porque influye más el temor a los riesgos del cambio, que la alarma ante un torbellino descendente de crisis que puede arrastrarnos inexorablemente a la sima.

Cuando Cuba vivió el extraordinario auge de servicios profesionales a países latinoamericanos (2004-2008): ¿por qué no se invirtió parte de ese enorme fondo en recapitalizar la industria y la agricultura de manera eficiente y sostenible? Durante el trienio del deshielo con Obama (2014-2016): ¿por qué no se efectuó la reunificación monetaria y cambiaria para restablecer al peso cubano en su trono?

Ahora la cuestión es más de supervivencia que de Actualización u Ordenamiento. Primero, por los estragos de la Covid-19; pero, al unísono, por el incremento de la oferta de bienes y servicios que permitan equilibrar la oferta y demanda y detener la espiral inflacionaria que hunde a nuestra divisa: el peso cubano, que pone a los que no tienen acceso a USD o euros, al borde del hambre.

La tarea de reordenar el Ordenamiento parece no estar dando resultado.  Campesinos, cooperativas y reconocidas empresas agrícolas se hallan al borde de la bancarrota por no poder costear los precios inflados de los servicios estatales de electricidad, agua, semillas, etc., que han crecido entre diez y veinte veces. La ruptura de la correspondencia entre la concepción y la puesta en práctica de la Tarea Ordenamiento, requiere un debate nacional urgente.

A esto se añade la redolarización plástica y la medida de no aceptar más el USD físico en momentos en que hay escasas opciones de hacerlos llegar mediante envíos. Son medidas que, más allá de ayudar a paliar los problemas de la banca cubana, empeñada en dar prioridad al uso de la moneda del enemigo, traspasan el problema al consumidor de a pie, que solo puede resolver ciertas necesidades mediante la compra de USD plásticos o euros, a precios astronómicos, en el mercado informal.

Sima 4

Las medidas que he propuesto en otros posts, recientes y antiguos, (El ocio de la tierra; El pecado de la carne; Ceres, por favor, ¡ven pronto!) no las repetiré por razones de espacio y respeto a los lectores. En estos días, varios prestigiosos economistas cubanos, tanto de la Isla como de la emigración, se han referido a la urgencia de adoptar medidas ya aprobadas y nunca aplicadas, de una vez y por todas. Otros intelectuales, empresarios entrevistados por la prensa nacional y gente del pueblo, se pronuncian en el mismo sentido.

La hoja de ruta de las reformas está planteada y es conocida, solo falta voluntad política para ponerla en práctica. Seguir esperando por las calendas griegas para liberar las fuerzas productivas de la nación solo nos conduce a la sima.

La continuidad en un camino equivocado ha de ser sobrepasada por la búsqueda de nuevos derroteros que permitan avizorar las cimas de prosperidad y desarrollo que exigimos los que ponemos al país por delante de los instintos egoístas y conservadores de un grupo de poder, pequeño pero soberbio y con facultades omnímodas.

29 junio 2021 46 comentarios 4.173 vistas
3 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Privado

Al privado

por Giordan Rodríguez Milanés 25 junio 2021
escrito por Giordan Rodríguez Milanés

«Nunca fue tan usada la frase al privado. La gente vende todo lo que puede», me comenta Ignacio Riverón, un instructor de música que, a falta de contenido de trabajo, labora voluntario en un centro de aislamiento de pacientes sospechosos de padecer Covid-19.

Cuando en nuestros tiempos de estudiantes nos decían: al privado [salón de profesores] te preparabas para un regaño y sabías que era la antesala de un análisis con el director de la escuela. A  mi compañera Yaquelín, de Secundaria Básica, la llevaron al privado por vender cremitas de leche durante el receso, a veinticinco centavos cada una. «Ahora esa misma vale diez pesos», sonríe Ignacio sobre una bicicleta con las gomas llenas de remiendos.

«Estas gomas son de la tienda de Carlos III en la capital», me escribe en el chat una vendedora desde Bayamo. A pesar de que los viajes interprovinciales están restringidos por la pandemia, de algún modo se las arreglan los emprendedores de la precariedad para traer los neumáticos a 800 Km del lugar donde los compraron y proponérmelos a mí, que los necesito, a 3 mil doscientos CUP. Ignoro el precio «oficial» en MLC de las gomas. Estoy dispuesto a pagarlas gracias a la contribución de varios amigos, pero no están hechas a la medida de mis llantas.

«El país no está hecho a la medida  de nadie, asere», me espeta Alejandro, un profesor recién graduado, con quien hace unos meses tuve un contencioso acerca de las tiendas en MLC. Me parecía una alternativa loable para la economía del país que las personas con acceso a divisas no tuvieran que ir a Panamá o a Rusia a realizar sus compras, que la moneda dura se quedara en casa con la venta de artículos de gama media o alta.

Privado 1

Las filas para entrar a la tienda Carlos III, en La Habana, en el año 2019 (Foto: @lennierlopez)

Alejandro decía que eso «es una trampa, al final van a dolarizar la economía real y nos vamos a convertir en ciudadanos de tercera. De primera los que tienen la decisión o la información de en qué lugar van a sacar esto o lo otro y obtengan provecho de eso; de segunda los que tienen acceso a la divisa de modo lícito o no tan lícito, y de tercera, nosotros, los comemierdas que nos fuimos a la Universidad y trabajamos por un salario».

«Esta es la cola de los cien, y aquella es la cola de los mil», me dice un destacado  entrenador deportivo que, por la situación sanitaria, está reubicado como cuidador de colas. «Giordan, es lo que soy, y si no estoy de acuerdo pues, ya sabes, la ojeriza».

No entiendo:  ¿Los de a cien y los de a mil?.  «Sí, hay colas tácitas, la de los cien, o sea, la de los que te sobornan con cien pesos para que les consigas un turno; y la de los que te sobornan con mil pesos por lo mismo. Los de a mil compran motorinas, aires acondicionados, refrigeradores, los electrodomésticos que antes vendían en las TRD por los difuntos CUC». ¿Y los de a cien? «Esos compran otros artículos de higiene, comestibles, lencería y esas cosas». ¿Y los terceros?  «Los terceros, Giordan, son los que no tienen plata para sobornar, o no quieren hacerlo, y pueden pasarse tres días cuidando la cola para poder comprar lo que necesiten».

«Aquí todo el mundo revende, no sólo nosotros, los coleros profesionales», me dice Maritza. «Oye, tú no vas a mencionar mi nombre ¿verdad?, fíjate que lo mío es al privado». Tranquila, sólo me interesa conocer más o menos cómo funciona todo. «¿Funciona? En este país no funciona nada, mijito, tú mismo lo escribiste en Facebook, que me lo leyó el que me talló para que habláramos». Sonrío, porque no fue eso lo que dije exactamente, pero no me voy a poner a discutir con una fuente tan bien ubicada.

«Mira, mijo, te decía que aquí todo el mundo revende porque al que le ponen en la tarjeta un dinerito, y le dicen ahí adentro que le tocan, por ejemplo, cinco de cada cosa, pues compra las cinco y vende tres, o dos, y le saca el costo».

«¡Qué nadie se me haga el santico que pueblo chiquito, infierno grande!, y aquí veo a médicos, enfermeras, directores de escuela, ingenieros, funcionarias, o sus hijos; tú ves al chamaquito bien vestidito que se baja con la novia de porcelana de la motorina, y hace su colita en ETECSA para comprar un par de teléfonos en MLC, es el hijo del doctor tal y va a revender la mitad de su compra. Esos, y los que nos compran a nosotros, los coleros profesionales, son los que tú ves en los grupos de WhatsApp y Revolico poniendo que al privado».

Privado 2

«Aquí todo el mundo revende» (Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate)

Pero habrá quienes deseen vender algo que les sobre o que no les sirva, y también lo comercialicen en los grupos de WhatsApp, me parece. «Sí, mijito, claro, pero para qué van a decir al privado, esos te dan el número y ya». Tiene lógica, sí. Bueno, por lo menos no me mencionaste a dirigentes conocidos del municipio o la provincia. «Na′, esos jamás vienen por aquí cuando hay colas. Seguro les llevan las cosas a la casa. Oye, tú no me vayas a sacar por ahí, que ya se olvidaron del Tras las Huellas TV pero en cualquier momento se vuelven a acordar, por tu madre».

Este reportaje lo escribo sobre la mesa de comer de nuestra casa. Hace tiempo que estoy por comprar un buró pequeño. Ahora vale lo menos cuatro mil CUP. Me lo dice al privado alguien que contacté desde uno de los tantos grupos de WhatsApp en los que me colé para tener una idea acerca de lo que sucede con el comercio en Cuba en tiempos de Covid-19.

«¿El comercio en Cuba?, un desastre» —me ha dicho un rato antes el ex profesor de economía y ex interventor Pedro Rodríguez Figueiras—, «pero un desastre que no comenzó con la necesaria Tarea Ordenamiento, que no han provocado nuestro coterráneo Murillo, ni la Covid-19, ni GAESA, ni siquiera Trump, ni el período especial de los noventa, ni la desaparición de la URSS»  ¿Y entonces, compay? «Esta película comenzó hace ya más de medio siglo, aquel verano de la Ofensiva Revolucionaria del 68».

Viejo —pregunto a mi padre— ¿tú te acuerdas de la llamada Ofensiva Revolucionaria del 68? «Claro, mijo, si los mecánicos de los talleres particulares tuvimos que entregarle al Estado hasta las herramientas con las que trabajábamos, que las habíamos comprado con nuestro dinero, porque pasaron a ser propiedad de todo el pueblo. Tanto fue así, que al año ya todas estaban rotas o se las habían robado de los pañoles».

Entonces me cuenta y descubro que he perdido el tiempo. Este no es el reportaje que debo escribir.

25 junio 2021 18 comentarios 3.049 vistas
6 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Daño

El daño antropológico en la sociedad cubana 

por Ivette García González 24 mayo 2021
escrito por Ivette García González

Los cubanos precisamos identificar y reconocer el daño antropológico que padece nuestra sociedad, sus causas y manifestaciones. Es fundamental para sanar heridas, rehumanizar el ecosistema social y construir un mejor país.  

Los daños físicos y traumas provocados por una guerra o un desastre natural, generan fácilmente sensibilidad, comprensión y solidaridad. Sin embargo, existen otros más sutiles, menos visibles, que laceran la integridad del individuo y afectan a la nación. Cuando se prolongan en el tiempo terminan naturalizándose y deshumanizándonos.

Todos los sistemas políticos generan efectos psicosociales negativos; pero en ciertas condiciones estos se tornan críticos, depende de cómo las personas y la sociedad consigan lidiar con ellos. La academia latinoamericana se ha referido, desde los pasados años noventa, al «sufrimiento ético político», «daños psicosociales», «trauma psicosocial» y «daño país».

Invitación a un espacio de palabra contra la desmentida

La noción de «daño antropológico», aporte de la intelectualidad cubana de esos años, dialoga y amplía esas referencias. Alude a las consecuencias psicosociales del modelo de sociedad establecido en Cuba; a un escenario sombrío y un daño profundo que abarca todas las esferas. Algunas de sus expresiones son el servilismo, el miedo a la represión, al cambio y la falta de voluntad. Las consecuencias van desde lo individual a la familia y la sociedad: pérdida de opciones, baja reproducción, odio, rabia, reto, sufrimiento, duelo, incertidumbre.

Causas y efectos acumulados

Varias son las causas: excesiva dependencia del Estado, características del sistema educativo, crisis y carencias permanentes, poderosos mecanismos de control social y ruptura familiar. Las políticas para uniformar a la sociedad, el irrespeto hacia las libertades individuales, el predominio de un discurso épico que invoca al sacrificio y la polarización; también han sido importantes. El monopolio estatal de los medios de comunicación, el aislamiento prolongado respecto al mundo y la manipulación política hicieron su parte.

Es preciso reconocer que este tipo de daño tiene dos componentes. El que lo propina —muy frecuente cuando el gobierno no es deliberante y apela más a las emociones y la retórica patriotera que al raciocinio—, y el que lo asimila, sea por influencia de un líder carismático, de los medios de comunicación, por reproducción acrítica e inercia asociativa. Resultado de ello es que el individuo pierde su libertad individual y la capacidad de entrenar su inteligencia generando ideas y proyectos propios, por tanto, se hace fácilmente manipulable.

La inmensa minoría

Cuando se despersonaliza al individuo y este entra en contradicción con sus propios valores, puede afirmarse que hay daño antropológico como efecto. Al instalarse el miedo al perjuicio físico, moral, al aislamiento, al exilio o al «insilio»; se generan actuaciones degradantes que muestran lo mismo. También se manifiesta cuando la persona vive una realidad diferente a la que se le presenta; o cuando hay pérdida de autoestima, inmovilismo, desesperanza, falta de proyectos de vida, ineficiencia emocional, inhibiciones, etc.

Hace años observé algunos videos de protestas cívicas en diferentes partes de Cuba. Eran poquísimos sus protagonistas. El público ni se sumaba ni contrarrestaba. Unos miraban asombrados y otros se alejaban cautelosamente, mientras, la policía recogía a los desobedientes. El pueblo ignoraba los hechos y yo recordé con pena a George Orwel y su 1984.

Coyuntura crítica

La mayoría del pueblo cubano vive hace años en condiciones precarias como resultado de la acumulación y persistencia de la crisis estructural sistémica. El recrudecimiento del bloqueo, su manejo político en Cuba desde los noventa y la pandemia, nos han llevado a un punto clímax.

Los daños psicosociales han aumentado y aparecen patologías asociadas al estrés. Influyen en ello la crisis alimentaria y de medicamentos, la incertidumbre y los efectos psicológicos de la pandemia vinculados al aislamiento y al manejo de la propaganda. Esta última se enfoca en inocular en el pueblo una mentalidad culposa, una realidad distorsionada y la aceptación, como legítima, de la represión. Al tiempo, se perfeccionan poderosos mecanismos de control ciudadano.  

Medicamentos en Cuba: crisis y alternativas

Han pasado cinco años desde que viera aquellos videos. Actualmente son mayores la crisis y las protestas; también lo es la información vía Internet.

Ahora algunas personas son espectadores con celulares. Otras ejecutan actos de repudio orientados y protegidos por fuerzas políticas y represivas. En lugar de diálogo y negociación, crece el extremismo político enfocado en la lucha por destruir al adversario. Mientras, la mayoría se concentra en la sobrevivencia, evade el conflicto y canaliza su descontento en ámbitos privados y redes sociales. Predominan el silencio, el inmovilismo y la permisibilidad.  

Los indicadores empleados hace más de una década por el intelectual pinareño Virgilio Toledo López para describir el daño antropológico de la sociedad cubana, tienen en estos momentos mayor sustentación. Entre ellos: deterioro del sentido moral (la persona asume conscientemente actitudes y actos negativos contra sus propios valores); deterioro de valores; naturalización de la violencia; falta de ilusión; frustración; desconfianza de todo y hacia todos; discriminación; desigualdad; el poder real mal ejercido; el carácter deficitario de los servicios; la estrechez de miras como resultado de una formación precaria y despersonalizada; la corrupción generalizada; el soborno y el sociolismo como mecanismos de relación social e institucional; la mentira y la simulación.

El impacto del fenómeno no es homogéneo, pero alcanza de un modo u otro a todos. Estudiar y hablar del tema, comprender sus causas, manifestaciones y generar iniciativas resulta imprescindible para sanar la sociedad y construir un mejor país. Tal vez podríamos decir como Martin Luther King: «No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena». Sin embargo, aunque duele, en Cuba muchas veces la indiferencia también es resultado del daño antropológico que padecemos. Comprenderlo también es un paso para rehumanizarnos y transformar.   

Para contactar con la autora: ivettegarciagonzalez@gmail.com

24 mayo 2021 72 comentarios 7.964 vistas
28 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Jeringuillas

Jeringuillas para Cuba

por Consejo Editorial 21 mayo 2021
escrito por Consejo Editorial

Durante los próximos meses, en Cuba deberán vacunarse contra la Covid-19 alrededor de 11.5 millones de personas. Los candidatos vacunales con los que se está efectuando la campaña (Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus) son de tres dosis, por lo que serán precisas más de 34 millones de jeringuillas.

Para colaborar en este empeño, el equipo de La Joven Cuba realizará una donación para comprar 3000 jeringuillas que servirán para inmunizar a mil compatriotas. Sabemos que en términos prácticos es solo un pequeño aporte, pero cualquier ayuda cuenta en esta lucha, que es de todos los cubanos.

El Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha concedido una licencia para permitir la recogida de fondos con esta finalidad, por lo que las donaciones pueden realizarse también desde ese país.

Es posible hacerlas a través de las plataformas Global Health Partners y Codepink.

Donar para la adquisición de insumos sin los cuales la pandemia no podrá erradicarse en la Isla, es en este momento la mejor manera de ayudarnos.

21 mayo 2021 26 comentarios 3.242 vistas
7 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Eventos

Para comunicar la epidemia: los eventos y los focos

por Pedro de Jesús López Acosta 7 mayo 2021
escrito por Pedro de Jesús López Acosta

A raíz de la epidemia de Covid-19, las autoridades sanitarias y los medios de comunicación en Cuba han difundido la expresión «evento de transmisión local», en alternancia con sus formas truncas: «evento de transmisión» y «evento».

El término evento remite en la bibliografía especializada de las ciencias médicas a cualquier hecho, entidad, factor, etc., que modifique, arriesgue o quebrante la condición de salud de una persona o comunidad: un contagio de sífilis, una intoxicación alimentaria, la reacción adversa a un medicamento…

Sin embargo, el significado que la práctica comunicativa ha impuesto a esta voz en la secuencia evento de transmisión local durante la epidemia de Covid-19 se asocia a una cantidad mínima de hechos: once o más casos positivos interrelacionados.

Así, evento de transmisión local deviene un peculiar sinónimo de brote, vocablo más tradicional con que se nombra «la ocurrencia de dos o más casos de una enfermedad generalmente transmisible, asociados epidemiológicamente entre sí, en un período de tiempo determinado y en un territorio bien definido» (Introducción a la salud pública, Editorial Ciencias Médicas, 2008).

Pero funcionarios y comunicadores apenas usan brote, acaso porque esta palabra, equiparable a epidemia, se prefiera para denotar la irrupción de la Covid-19 en el país, de la misma manera que se ha preferido rebrote para aludir a cada nueva ola de la enfermedad.

La etapa actual de la covid-19 en Cuba

En contraposición a evento han circulado las etiquetas foco de transmisión y foco de infección y la forma reducida foco. Así se ha dado en llamar la existencia de dos y hasta diez casos positivos de Covid-19 con nexo epidemiológico, es decir, un brote pequeño.

Es notoria la divergencia entre este concepto y el que maneja cualquier glosario, manual o texto de epidemiología, incluso los producidos y publicados en Cuba, como Fundamentos de salud pública, de Gabriel Toledo Curbelo et al. (Editorial Ciencias Médicas, 2005), que define foco de infección como «el sitio o lugar donde se localizan los reservorios, así como las fuentes de infección de una enfermedad transmisible cualquiera y el territorio geográfico circundante».

Todo indica que, para la comunicación oficial del curso de la epidemia en el país y su enfrentamiento, las autoridades cubanas se apropiaron de los términos evento y foco, asentados en el vocabulario de la ciencia epidemiológica, y les adjudicaron, arbitrariamente, significados nuevos.

Estos significados se fueron construyendo sobre la marcha, mientras avanzaba la epidemia. Acorde con los testimonios que provee la prensa, no siempre evento se opuso a foco y, al menos hasta julio de 2020, no hay evidencias del distingo entre ambos a partir del criterio cuantitativo en torno al número diez, que fue el que se difundió a partir de esa fecha y, en definitiva, prevaleció.

La oposición entre evento y foco se articula como una gradación de límites imprecisos —semejante a caliente y frío—, aunque se haya establecido un indicador objetivo para precisarlos; lo prueba el que hubiese brotes que, aun sobrepasando la decena de casos, se consideraran focos; y algunos que se declararon eventos sin llegar a los diez.

Comunicación social en tiempos de COVID

Asimismo, muchas veces en la distinción foco/evento, el término foco se solapa con control de foco, nombre de las actividades que los sanitarios e higienistas realizan para investigar, contener o eliminar la transmisión originada en un foco de infección: «Para que los dos casos mencionados no pasen de la categoría de control de foco a evento de transmisión, ha resultado decisivo el establecimiento de la restricción de movimiento», «el propósito de evitar que la enfermedad se extienda más allá de los dos eventos y seis controles de foco que están activos».

De otra parte, evento de transmisión local se combina con aparecer, ocurrir, producirse, generarse, darse, etc., verbos que denotan acciones independientes de la voluntad («se aprecia una evolución satisfactoria con el evento que se generó en…»).

Pero, al contrario de lo que cabría esperar de un término en sinonimia con brote, también lo hace con verbos que expresan acciones emanadas de la voluntad de un agente, entre los que destacan abrir y cerrar, y los sustantivos apertura y cierre, que mantienen la estructura argumental de estos: «la decisión de abrir el nuevo evento permitirá…»; «se preparan los expedientes para proponer […] el cierre de dos eventos».

En oraciones como estas, evento de transmisión local no se refiere al brote en sí, sino a la tarea que representa para las autoridades a cargo. Abrir el evento ―o su apertura― significa declarar de manera oficial la presencia de una situación epidemiológica compleja e iniciar las acciones de control que se estiman necesarias.

Cerrar el evento ―o su cierre― implica decretar el fin del brote y dar por concluidos los trabajos en la zona afectada. Semejante sucede con foco: «en un panorama que obligó a abrir 218 focos […]».

Palabras en la batalla contra el COVID-19

También se verifican enunciados ambivalentes: «Mantienen abierto un evento de transmisión local que debe cerrar en los próximos días». Nótese que la apertura es referida como producto de un acto volitivo, y evento, por tanto, indica una tarea; el cierre, en cambio, se presenta como efecto de algo involuntario, y evento alude al brote. En oraciones con las variantes abrirse y cerrarse no queda claro si evento significa el brote, la tarea o las dos cosas a la vez: «Este miércoles se cerró el evento de transmisión en […]».

Las voces foco y evento y sus variantes pluriverbales han sido básicas en la comunicación de las autoridades gubernamentales y los medios de prensa cubanos sobre la epidemia de Covid-19 en el país. Su empleo, con significados distintos al que tienen en el lenguaje de la ciencia epidemiológica, ha respondido, en lo fundamental, a necesidades operativas, para pautar las acciones de control que deben acometerse. A pesar de que esta resemantización de voces técnicas genera ambigüedad desde una perspectiva estrictamente científica, parece cumplir, en sentido general, el cometido práctico que persigue.

7 mayo 2021 8 comentarios 1.987 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Medios

Los medios, la anticipación y la Covid-19 en Cuba

por Giordan Rodríguez Milanés 27 abril 2021
escrito por Giordan Rodríguez Milanés

Matanzas

Durante la quincena del 21 de marzo al 7 de abril del 2021, antes de la aparición de los primeros «casos extraños de neumonía en el municipio de Jagüey Grande, provincia de Matanzas», los medios de ese territorio se solazan en una especie de nueva normalidad no declarada oficialmente.

Atenidos a que las estadísticas brindadas por el doctor Durán cada mañana, muestran una provincia con bajos índices de contagio, las agendas mediáticas hacen los énfasis habituales, según presupuestos ideopolíticos. Ensalzan a su equipo de beisbol y la decisión de poner una base de entrenamiento nacional en el estadio de la Ciudad de los Puentes. Se vuelven rutinarios los llamados al cumplimiento de las medidas higiénicas y de distanciamiento social. 

Algunos médicos matanceros, habituales en la Zona Roja contra la pandemia, reflejan el relajamiento en sus redes sociales. Veo imágenes de cientos, tal vez miles, de jóvenes reunidos en el malecón matancero que disfrutan e intercambian, muchos de ellos sin siquiera llevar puesto el nasobuco.

¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?

Si bien esos médicos no saben aún que acechan nuevas variantes de SARS-COV-2, algunas más contagiosas y letales que la ya conocida, su experiencia, saberes y sentido común les indican que esa tolerancia institucional a la irresponsabilidad y la indisciplina no puede estar bien.

Pero la mayoría de los comunicadores profesionales siguen en lo suyo, aplicados a otras prioridades y a otros énfasis editoriales. Sólo replican el comunicado tranquilizador de un funcionario del MINSAP: «No hay nueva CEPA, ni neumonía nueva, ni H1N5, ni ningún otro virus. Solo COVID-19», tal como lo publica en su página web Radio 26, la emisora provincial de Matanzas.

¿No tienen dudas ni temores? ¿Acaso no saben que el virus puede mutar? ¿No era mejor anticiparse y enfatizar en la prevención? Ningún periodista cuestiona, ningún medio estatal maneja ni siquiera una duda. La Joven Cuba pregunta y recibe un aluvión de descalificaciones y cuestionamientos desde blog y redes sociales cuyos accesos paga el pueblo de Cuba.

Granma

Mientras tanto, Granma alcanza los picos de transmisión de la pandemia desde el inicio de esta en 2020. ¿Qué publican los medios de comunicación del territorio en esos días? Una «provincia que combate la pandemia con la misma fuerza que su equipo de pelota lucha por el campeonato» y que «trabaja para cumplir con las tareas de la Revolución».

Esa quincena –del 21 de marzo al 7 de abril– coincide con la final del campeonato de beisbol, precisamente entre Matanzas y Granma. ¿Qué muestran los perfiles en redes sociales de la mayoría de los comunicadores granmenses? Reclamos a la Comisión de Beisbol por si se incluyó a fulano o mengano en la selección nacional, críticas a algunos de sus colegas de medios nacionales porque «se discrimina a los deportistas del oriente de Cuba en comparación con occidente», y que si «Los Cocodrilos no y Los Alazanes sí».

Medios - anticipación

Celebración en Granma del triunfo de su equipo de beisbol en la Serie Nacional. (Foto: CMKX Radio Bayamo)

El otro énfasis editorial se centra en la realización en Bayamo de la fase III de ensayo clínico del candidato vacunal Abdala. Pero no le llaman candidato vacunal, como corresponde, sino vacuna. Nadie explica hasta pasados muchos días que una parte de los voluntarios reciben placebos, por lo que no hay aun inmunidad garantizada.

Un número importante de taxistas manzanilleros, que habitualmente transportan a personas con sospecha de contagio por Covid-19 o personal de salud expuesto, protestan porque «a nosotros no nos han priorizado para inmunizarnos y también nos arriesgamos». O sea: no están conscientes, debido al inadecuado tratamiento mediático, de que se trata todavía únicamente del ensayo clínico de un candidato vacunal.

Las nuevas variantes del virus llegan a los medios

El equipo Granma gana el campeonato de beisbol. En las ciudades y poblados de la provincia oriental, la gente se lanza a la calle a celebrar. Ese domingo sólo la periodista bayamesa Gloria Guerrero, en su perfil de Facebook, hace un llamado a la responsabilidad y la contención. Sólo ella y, debo decirlo, un servidor. Al día siguiente, el Primer Secretario del PCC en la provincia hace un llamado a «celebrar con disciplina» y el gobierno anuncia la «venta controlada de cerveza y ron».

En la mañana del martes 7 de abril, se replican dos twitts del presidente de la República en medios estatales y redes sociales, en los cuales anuncia el recrudecimiento de medidas de contención para la capital del país y hace un enfático llamado a la prevención. Esa tarde, siete días después de haberlo negado, en la Mesa Redonda se reconoce la existencia en Matanzas y otros territorios de nuevas y más peligrosas variantes de SARS-COV-2.

Hace un par de jornadas el ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal Miranda, declaró en Matanzas que: «Cada vez que el IPK ha estado secuenciando la cepa que está circulando, es la sudafricana  (…) ligada a una mayor capacidad de transmisión, y también a una elevada mortalidad y letalidad».

Cepas de Covid-19 en municipios de Matanzas

Obviamente, una aseveración tal no pudiera haberla realizado tres o cuatro semanas antes, cuando al parecer no tenía la certeza científica de cuánto podrían afectar las nuevas variantes. El ministro plantea: «Debemos cambiar el concepto de percepción de riesgo por el concepto de percepción del peligro, ese es el que hay que transmitir en todos los lugares».

Pero los medios de comunicación debieron anticiparse y adecuarse metodológica y prácticamente a tal propósito, a partir de los primeros indicios. El empeño en superar la pandemia, como se ha repetido hasta el cansancio, no es sólo una responsabilidad institucional del Ministerio de Salud Pública. Es, además y con no menos importancia, responsabilidad del ICRT y de la estructura partidista que dirige la prensa.

Los profesionales de los medios tienen –o deberían tener– las competencias profesionales, saberes y herramientas necesarias para el fomento de la imprescindible disciplina social e individual de modo sistémico y creativo.  Hemos visto al ministro de Salud Pública con su equipo visitando las provincias más afectadas. No podríamos decir lo mismo del presidente del ICRT.

Anticipación

Educados en el optimismo a ultranza y en que el miedo paraliza, podemos hacer lo que nuestro principal enemigo quiere: movernos de modo irresponsable. Usar morbosamente los medios de comunicación para provocar el pánico es diferente a usarlos para reconocer el momento preciso en que se deben escalar los énfasis en aras de educar para evitar mayores contagios.

El pánico es la exacerbación de una amenaza real o imaginada. Sin embargo, el ser humano –biopsicosocial como es– necesita desarrollar determinados mecanismos de auto-regulación de sus comportamientos por el bien propio y de los suyos. Fomentar desde los medios esa autorregulación lleva tiempo debido a complejas condicionantes de orden antropológico. Por tal razón hago tanto énfasis en la necesidad de la anticipación.

La etapa actual de la covid-19 en Cuba

Anticiparse no es ser alarmista ni generar malestares innecesarios. No es fomentar el pánico. Anticipar el peligro no es concederle caldos de cultivo a la desestabilización que pretenden los adversarios de la Revolución ni intranquilizar en aras de malsanos propósitos.

Asumir que es erróneo alertar a la gente de un presunto peligro relacionado con la pandemia, aun sin tener la total certeza científica de cuál es su origen, pero conociendo sus efectos devastadores porque existen ejemplos comprobables de ellos, es una actuación institucional que pudiera propiciar contagios, muertes, y mayores costos a un economía que el gobierno administra, pero que pagamos todos.

El azote de un evento como la pandemia de Covid-19 genera un cúmulo de información de todo tipo –verídica y falsa, verosímil e inverosímil– que muchas personas no pueden procesar sin ayuda por más que se repita en cada espacio informativo de la radio o la televisión. Informar estadísticas y arengar no siempre es comunicar, insisto. Por esta razón los medios de comunicación adquieren una relevancia tan decisiva como la de los institutos de investigación biomédicos, los centros de biotecnologías o epidemiología. Entender esto podría impedir peores secuelas, mayor mortalidad, más costo económico. Todavía estamos a tiempo.

27 abril 2021 28 comentarios 2.686 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Cepas - municipios de Matanzas

Cepas de Covid-19 en municipios de Matanzas

por Redacción 8 abril 2021
escrito por Redacción

El pasado lunes, 5 de abril, con el título «¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?», publicamos un llamado a las autoridades sanitarias a que aclararan los hechos que estaban teniendo lugar en algunos municipios y poblados del centro-sur de esa provincia.

A partir de numerosas denuncias en las redes sociales y mediante familiares y amigos de miembros del equipo que residen en los municipios de Jagüey Grande y Jovellanos, así como a través de familiares de algunos de los fallecidos, fue posible confirmar que en las últimas semanas habían muerto personas cuya sintomatología básicamente se manifestaba como la de una neumonía de rápido desarrollo, ante la cual las pruebas de PCR ofrecen resultados negativos.

Como dijimos hace tres días, «no tenemos los elementos ni las facultades para afirmar que se trata de una cepa diferente y más agresiva de Covid-19 o de una nueva enfermedad respiratoria, pero la situación requiere atención inmediata».

Ante las denuncias en redes sociales y tras la publicación del texto en La Joven Cuba, las autoridades sanitarias continuaban negando que sucediera algo fuera de lo normal y que se estuvieran realizando investigaciones en el área.

¿Nueva enfermedad en Matanzas o falsa alarma ciudadana?

Sin embargo, en la tarde de ayer, 7 de abril, el Gobierno Provincial de Matanzas publicó en su página de Facebook los resultados de un estudio poblacional, encabezado por la Dra. Guadalupe Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del IPK Cuba, que reveló la existencia de cinco variantes de SARS-CoV-2 y seis patrones mutacionales circulantes en Cuba.

En el caso de la provincia de Matanzas, confirmó la presencia de las cepas o variantes del SARS-CoV-2 conocidas como la sudafricana, la de California, Estados Unidos y la de Wuhan, según explicó el director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, Fernando Acevo Figueroa al Consejo de Defensa.

Especificó que en los municipios de Jagüey Grande, Colón y Jovellanos existe presencia de la variante sudafricana; mientras, la de California está registrada en Cárdenas.

La publicación concluye afirmando: «La circulación actual de estas últimas cepas provocan como particularidades mayor nivel de contagio, más letalidad y diseminación. También ocasionan mayor agresividad al organismo. En la provincia aumenta la cantidad de personas en estado grave, críticos, así como los fallecidos. Matanzas reporta en los últimos días como promedio cien casos».

Es un paso importante que las autoridades sanitarias y políticas hayan reconocido la existencia de estas cepas en esas zonas. No obstante, existen interrogantes que requieren ser esclarecidas:

  • ¿Puede detectarse el contagio con esas cepas mediante pruebas de PCR? De ser negativa la respuesta, ¿cómo podrían diagnosticarse?
  • ¿El tratamiento aplicado a los pacientes contagiados con estas variantes es el mismo que se usa con el resto de los positivos a la Covid-19?
  • ¿Existen en Cuba los medicamentos para tratar a esos pacientes?
  • ¿Nuestros candidatos vacunales son efectivos contra estas cepas?
  • ¿Qué medidas se tomarán para evitar que se dispersen por todo el territorio nacional?
  • Ahora que las cepas han sido identificadas, ¿podría comprobarse que los fallecidos por la neumonía letal y cuyos PCR eran negativos estaban contagiados con alguna de ellas? Si fueran positivos esos estudios, ¿se incorporarían a las cifras de muertes por Covid-19?

Esperamos que este tema sea tratado con la transparencia que requiere y que se realicen las acciones pertinentes para controlar la situación en esos municipios y evitar que se expanda a otras zonas del país.

8 abril 2021 21 comentarios 3.113 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Covid

La etapa actual de la covid-19 en Cuba

por Mario Valdés Navia 23 marzo 2021
escrito por Mario Valdés Navia

El 2021 se nos vino encima teñido de Tarea Ordenamiento, pero la covid-19 seguía aquí y nos golpeaba con su tercera ola, iniciada en noviembre. A un año de que fuera detectada la presencia del virus en Cuba, su creciente expansión ya supera lo acontecido en 2020 y alcanza, de manera sostenida, a todas las provincias y al municipio especial.

Entre el 3 y el 16 de marzo se acumularon 11.411 nuevos casos positivos, más de ochocientos diarios. El 13 de marzo, Cuba entraba en el aciago Top 100 de la lista de contagiados por países (lugar 99, con 62 206). Considero entonces, basado en este escenario, que es hora de declarar el arribo del país a la etapa epidémica de Trasmisión comunitaria, o sencillamente Pandemia, porque ya esta «situación complicada» ha rebasado con creces la llamada Trasmisión autóctona limitada.

Según el «Plan para la Prevención y Control de la covid-19 en Cuba» —que diera a conocer, en febrero de 2020, el Grupo Temporal de Trabajo del Gobierno para el control del nuevo coronavirus (GTTG)—, se establecían cuatro etapas en su enfrentamiento: Pre-epidémica, Epidémica de trasmisión autóctona limitada (ETAL), Epidémica de trasmisión comunitaria (ETC) y Endémica, post pandemia. Las diferencias entre ellas son diáfanas: pre-epidémica, cuando son viajeros infectados, o casos relacionados directamente con ellos; ETAL, casos confirmados en una localidad sin relación directa con viajeros infectados; ETC, cuando los casos no tienen nexos con el exterior y aparecen en diferentes localidades del territorio nacional de manera sostenida.

El 28 de marzo del 2020, el ministro de Salud explicó las etapas y declaró que el país se encontraba en la pre-epidémica dada la existencia de un evento de trasmisión local en Matanzas ante el contagio de un animador en Varadero, y sus contactos, por el intercambio con turistas italianos. Dos días después, quedaron cerradas por completo las fronteras a vuelos comerciales y embarcaciones. Entre abril y mayo se enfrentó la primera ola de la c  ovid-19, que alcanzó su pico el 24 de abril y comenzó a descender tras las cuarentenas locales, el pesquisaje activo y el confinamiento de los contagiados y sospechosos.   

Palabras en la batalla contra el COVID-19

La Dra. Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alabó en junio la estrategia asumida:

«Cuba adoptó un enfoque diferente. Amplió el sistema de salud sumamente fuerte que ya tenían, y ampliaron esta red con más trabajadores de la salud y estudiantes de medicina, e incorporaron herramientas digitales para mejorar el seguimiento de contactos y casos. Se valieron de un sistema de salud muy bien establecido y que ya incluye nuevos elementos a partir de esta pandemia». (Andar la salud, boletín de la OPS/OMS en Cuba, vol. 24, no.2, mayo-junio 2020).

Desde la crisis de inicios del 2020 en Europa, hasta ahora, cincuenta y seis brigadas del contingente internacional Henry Reeve han colaborado en cuarenta países y territorios, y salvado miles de vidas. La humanidad les agradece al apoyar, desde diferentes naciones, la propuesta de la institución para Premio Nobel de la Paz 2021.

En junio parecía que la covid-19 estaba «derrotada» en Cuba y algunos se lanzaron a cantar victoria. En un artículo de entonces señalé:

«La amplia y eficaz experiencia criolla en la lucha contra huracanes nubla el entendimiento de muchos sobre qué es la covid-19 y provoca un falso trasplante de fases. Para algunos meteorólogos epidemiológicos ya pasamos la etapa de seguimiento (pre-epidémica, o contagio externo), estamos en la alerta (trasmisión local limitada) y aún no sabemos si habrá o no alarma a nivel nacional (epidemia), la que daría paso —más o menos rápido— a la bienvenida recuperación. Error, nada será así. Si el ciclón afecta por unos días, esta pandemia lo hará por años, y no pasará por determinados lugares, sino que llegará a todos y se quedará después como una endemia más».

El 26 de junio, tras ciento siete días de enfrentamiento a la pandemia en cuarenta y cinco eventos locales, y pasado un mes de resultados positivos, el ministro de Salud informó cuáles serían las «Prioridades y medidas del Sistema Nacional de Salud para la Etapa Pos-COVID-19 en Cuba» en las tres fases de la Nueva Normalidad. En aquel momento, solo La Habana permanecía en la fase de TAL.

Ante el bajo nivel de contagios logrado con el pesquisaje activo, el confinamiento riguroso y el cierre de fronteras; en julio de 2020 el GTTG acordó declarar al país —con excepción de La Habana y Mayabeque— en la tercera fase de la recuperación postcovid, que permitía la reanudación de actividades económicas y sociales con determinadas precauciones.

Se inició la ansiada Nueva Normalidad postcovid-19, marcada por la desescalada de las medidas de confinamiento y la disminución de la percepción de riesgo, tanto a nivel poblacional como de las autoridades. Sin embargo, desde fines de julio se evidenciaron los rebrotes de una segunda ola, sobre todo en La Habana y Ciego de Ávila, que alcanzó picos mayores que la anterior en agosto y septiembre. Para controlar el contagio en la capital fue preciso regresarla a la TLC y establecer el toque de queda nocturno, al tiempo que se multiplicaban las pruebas PCR en todo el país para revelar nuevos contagios.

La tercera ola de la covid-19

En noviembre, el control logrado sobre la pandemia, la necesidad de reabrir la actividad económica y explotar en lo posible la temporada turística invernal, llevó a que se reanudaran los viajes internacionales y la recepción de viajeros del exterior tras ocho meses de cierre. Su corolario inmediato fue el rebrote de contagios en una tercera ola, mucho más fuerte que las anteriores. De acuerdo a las autoridades sanitarias, su causa fue la indisciplina mostrada por familiares y amistades ante el arribo de cubanos residentes y/o varados en el exterior; de ahí que se manifestaran más casos en las comunidades que en los hoteles.

Desmesuras de pandemia

Desde aquel momento, la tendencia fue in crescendo hasta el día de hoy. En correspondencia, los territorios retornarían a fases anteriores de la Nueva Normalidad y de la TAL, aunque sin declararse nunca en la TAC.

En diciembre los contagios alcanzaron la cifra más alta de todo el 2020: 15 356. Cuando la trasmisión se había extendido a todas las provincias, y treinta y cuatro municipios se encontraban en TAL, se decidió retrotraer a La Habana a esta fase. Aunque los aeropuertos permanecen parcialmente abiertos, al establecerse el confinamiento obligatorio de viajeros, los casos importados disminuyeron radicalmente, en tanto, los autóctonos se incrementaron hasta inéditos promedios diarios de 501.2 en enero y 822.9 en febrero.

No obstante la tensa situación actual, el sistema público cubano de Salud, que une atención primaria de calidad, instituciones científicas de alto nivel e industria farmacéutica desarrollada —aunque limitada en su producción por la falta de insumos—; muestra logros que superan los de cualquier otro país subdesarrollado, y su estrategia para enfrentar y controlar la covid-19 con sus propias fuerzas ha dado resultados positivos.

Lo más importante es que no hayan colapsado los cuidados intensivos, y que de los 62 998 contagiados hasta el 17 de marzo, 58 610 ya se hayan recuperado. En tanto, la cifra de fallecidos hasta esa fecha: 376, es similar a los que murieron quincenalmente de influenza y neumonía en 2019. Vale recordar que, de acuerdo al Anuario Estadístico de Salud 2019, en Cuba esa categoría creció entre 2018 y 2019 desde 8.701 hasta 8.923 fallecidos (24.5 diariamente) y se afianzó como la cuarta causa de muerte. Cada día normal del 2019, falleció una media de 299.6 compatriotas por diversas causas.

La experiencia cubana en el enfrentamiento a enfermedades infecciosas y en la fabricación de vacunas, representa una base sólida para confiar en el control de la covid-19. En el archipiélago se mantienen eliminadas catorce enfermedades de este tipo, otras nueve no constituyen problemas de salud por presentar tasas inferiores a 0.1 por 100 000 habitantes, y cinco tienen tasas de incidencia muy bajas. Existen veintinueve enfermedades transmisibles y formas clínicas bajo control, de ellas, dieciocho por vacunas.

Covid

El candidato vacunal Soberana 02 induce respuesta a nivel celular capaz de evitar las formas graves de la covid-19 (Foto: Roy Leyra)

 Cinco candidatos vacunales aprobados —dos en la tercera fase de ensayos clínicos—, constituyen la mayor esperanza de la población. Su producto estrella es la  Soberana 02, que induce respuesta a nivel celular capaz de evitar las formas graves de la covid-19, y se comprueba también en Irán. Como su aplicación masiva no será antes de junio-julio, para proteger al personal de salud y a los grupos vulnerables sería idóneo adquirir vacunas chinas, o la Sputnik-V rusa, pero todo parece indicar que las escasas reservas financieras del país no lo permiten.

A los candidatos vacunales se suman otros resultados científico-tecnológicos de primer nivel, como la fabricación de varios equipos (medios de transporte para virus, diagnosticador para la extracción masiva de ARN con nanotecnología, ventiladores pulmonares y otros equipos para salas de terapia intensiva) y dispositivos médicos (hisopos).

La cuestión de dilucidar con precisión la etapa en que nos encontramos es muy importante para la psicología social, en momentos en que los estadísticos de la UH pronostican una larga etapa de meseta con cifras de contagios similares a las actuales. La percepción de riesgo en la población —sobre todo en las localidades que tienen pocos contagios o una tendencia decreciente—, se elevaría si se comprende por todos que la trasmisión actual es autóctona comunitaria, no es cuestión de algunas localidades aisladas, se extiende a todo el país y solo terminará con la ansiada inmunidad del rebaño, tras la aplicación masiva de vacunas eficaces al alcance de todos.

23 marzo 2021 42 comentarios 4.133 vistas
1 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...