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Ciudadanía

Análisis de procesos sociopolíticos que contribuyen al poder popular en el desarrollo de una república inclusiva y una ciudadanía activa

Calle-Cuba
Ciudadanía

Bajando por Cuba, la calle

por Néster Núñez 30 septiembre 2023
escrito por Néster Núñez

Encumbrados visitantes, eruditos, geógrafos nacionales y gente común dicen que esta ciudad parece un anfiteatro natural. Se refieren a las lomas que ascienden desde la bahía en todas direcciones, como gradas. Por mi parte, cuando la otredad me asalta, le asigno un significado más… intangible, epistemológico y determinológico. He pensado:

«En este gran anfiteatro todos somos personajes de una historia Equis. Solo actuamos, con mayor o menor talento, los papeles que alguna vez escogimos o que nos fueron asignados. La azarosa mezcla del libre albedrío con la superación personal, más la genética y las condiciones sociohistóricas, económicas y culturales como telón de fondo, es lo que determina que haya algunos finales más felices que otros. Pero de que todos actuamos en el mismo show, de eso, estoy seguro».  

Calle-Cuba-1

Foto: Nester Núnez

En todo caso, por alguna abíblica razón, esta mañana me subí al escenario más temprano que nunca. Eran como las seis de la mañana cuando me arranqué las sábanas del cuerpo y me miré las mismas canas y las mismas arrugas de los últimos tiempos, en el espejo de mi camerino particular. Lo nuevo era una convicción rara que me surcaba la frente como una cruz gamada, y que repetí como un mantra, como autohipnotizándome, a cada paso que di hasta alcanzar la cima de la calle Cuba: «Yo Soy el Espectador. Yo Soy el Espectador. ¡Yo Soy!».

De una punta a la otra, la calle Cuba tiene 13 cuadras (¡Persígnate, supersticioso! ¡Echa sal por arriba de tu hombro!). El tipo que se asomó hoy a este lado de la vida, sin querer ser sombra chinesca (es decir: Yo), necesitó caminar las más empinadas, las cuatro últimas de las trece. Ya arriba, aún de espaldas a la ciudad, un tanque de agua pintado de azul, con un letrero que dice «Acueducto y Alcantarillado», me dio la bienvenida.

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Foto: Nester Núnez

Volteándome hacia la bahía comenzó el espectáculo. Eran las 7 y 12 de la mañana. Cuando vi el primer rayo de sol, brotó de mis entrañas trasnochadas esta frase que pudiera sonar egoísta:

̶ Hoy, el sol sale especialmente para ser contemplado por mí.

No me hice una selfie, así que tendrán que imaginarla: en lo más alto de la calle Cuba (como si fuese el Pico Turquino), un flaco sonreía optimista.

Una señora me convidó a comprarle café acabadito de colar; una estudiante de preuniversitario preguntó si yo era mototaxista; un perrito pekinés levantó una pata cerca de mí con la intención de marcar territorio. Y yo, sin moverme. Y la gente sin admirar aquel espectáculo del sol naciente. Su problema. Entonces, hice la primera foto.

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Foto: Nester Núnez

Lo que ves en la pantalla no es el evento real, sino la interpretación del fotógrafo tamizada por la mecánica de la cámara. Por eso, lo que ella te muestra pocas veces describe lo que realmente piensas o sientes. «¿Y si hay un apagón mundial? ¿Si la termoeléctrica del sol se rompe?», me dije. Después indagué, de refilón, en los motivos que me hicieron salir tan temprano de la cama, mi zona de confort.

¿Subí a ver el sol desde lo más alto de la calle Cuba para encontrar algún tipo de felicidad auténtica y renovada? ¿Lo hice para guardar este instante por si me aqueja una prematura demencia senil, el desamor, el desarraigo de los que emigran aún sin salir de esta isla? ¿O fue solamente con la ilusión de que ese finito rayo de sol, el primero del día, encendiera la luz total al final del túnel?

Absorto en la exploración de mis inconscientes impulsos, el perrito pekinés hizo lo que tenía pensado desde el inicio. Sentí el líquido caliente correr por mi pantorrilla flaca hasta encharcarme el zapato. Lo miré un poquitín enfadado y el muy loco, casi suelta los ojos ladrándome. Y yo sin moverme. Y la gente mirando y burlándose de aquel espectáculo. «¿Y si el sol se apaga?»

Una vez perdí demasiada sangre. Todo se hizo oscuro y morir fue tan fácil como quitar el dedo de la herida, como entrar en pánico. Hubiera sido un final sin dolor, sin aspavientos, pero siempre he sabido que morir no es la solución de nada. Así que no apreté el cuello del perrito, sino que terminé acariciándolo. Alguien de por allí aplaudió, otro guardó el machete y varios se rieron, aliviados. La señora me regaló una taza de café con el mismo gesto pomposo de quien entrega un ramo de flores a un actor que dice magistralmente el parlamento final de la obra. Desde su punto de vista,

«Todo es relativo», me dije.

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Foto: Nester Núnez

Poniendo en práctica esa misma lógica, en lugar de apuntar que el sol había ascendido unos grados sobre el horizonte, comentaré que la Tierra era la que había bajado. El tiempo pasó, diríamos también desde una postura antropocéntrica, pero es que el tiempo en realidad no está en ninguna parte y a la vez en todas, así que no pasa. «Las manecillas de los relojes deberían ser pequeñitos hombres y mujeres, aunque terminen mareándose», pensé, mientras dejaba atrás al perrito meón y a la gente buena de la periferia alta, y caminaba Cuba abajo.

Si uno dice: «Bajé por la calle Medio», o «Bajé por la calle Milanés o por Contreras», la expresión es gramaticalmente correcta y las personas la entienden en su sentido literal. Pero en la frase «Caminé Cuba abajo», las personas sufridas y suspicaces encontrarían cierta redundancia.

Es cierto que la dirección del tráfico en esta calle es hacia arriba, pero funciona como las ilusiones ópticas: te parece que ves agua en el desierto, pero no. Aquí, te parece que Cuba sube, y tampoco. Ni aunque te traslades en un auto Tesla del último modelo. «¿Cómo cargan la batería, si la termoeléctrica…?» Recuerdo algo, todo es relativo.

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Foto: Nester Núnez

Pongamos un ejemplo: por la calle Cuba un caballo tira de un carretón con dos hombres encima. ¿En qué año sucede ese evento? Uno de los hombres le da un latigazo al caballo para que ande más aprisa. El caballo relincha, se para en dos patas, tumba a los dos hombres. Uno de ellos recibe un fuerte golpe en la rodilla. Supón que queda cojo para siempre. ¿Quién es aquí el héroe y quién el malvado?

Más fácil: una señora jubilada que no recibe remesas gasta un tercio de su pensión en viandas y vegetales. Le protesta al muchacho que vende los productos en una especie de carretilla en la calle Cuba. El muchacho le dice: «Pero mi vieja, la culpa de los precios locos no es mía». Luego, para compensar, y porque entiende a la señora, le regala un aguacate que mañana ya estará podrido, y un plátano macho en regular estado.

Entonces, Cuba es para abajo. Cuando llueve, algunos vecinos en el colmo de la extroversión, lanzan por esa misma cuesta la basura de sus casas al torrente de agua que baja impetuoso buscando el río. Al parecer, no les importa que sus inmundicias lleguen al mar, que se esparzan por el océano, que es como decir por el mundo entero, haciendo públicas las miserias que se cuecen en los fogones de la calle Cuba.

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Foto: Nester Núnez

Y cuando no llueve, también. Muchos se sientan en las aceras para huir del calor de las casas, para socializar, para revender algún producto que ayude a su familia a ver el sol del día que vendrá. Aprovechan el cielo despejado para expresarse sin censuras. Soltar, sacar del pecho y de la garganta lo que les apesta dentro. En principio, la basura de la que hablan no es suya, pero les afecta tanto que terminan infectados.

—La azarosa mezcla del libre albedrío con la superación personal, más la genética y las condiciones sociohistóricas, económicas y culturales como telón de fondo, han llevado a un inepto que no sabe inglés, a dirigirnos —dice Manolo con palabras que no son esas, por supuesto. Son peores—. No hay que ser un erudito ni un geógrafo para saber que todo lo que sube, termina cayendo.

Manolo, el de la calle Cuba, tiene la esperanza de que suceda más temprano que tarde, aunque no está dispuesto a asumir el rol de protestón ni de revoltoso en dicha obra. Lo suyo es pasarla bien mirando el juego desde las gradas. Por las tardes, cuida a sus nietos mientras montan bicicleta o se da sus tragos de ron conversando con los socios. Pasa por el tiempo lo más feliz que puede, intentando no marearse. Lo que dice del sol es que no se puede tapar con un dedo.

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Foto: Nester Núnez

—Durante 30 años me levanté a las cinco de la mañana para ir a trabajar. Ahora ya eso acabó. Gano más tapizando asientos de motores y muebles viejos, o lo mismo te engraso un ventilador que le coso la suela a un zapato roto.

Manolo está sentado en el contén del barrio. ¿Es actor o espectador en este show que se vive en la calle que baja? ¿Escogió o le asignaron el personaje que interpreta? ¿Le gustan los perros pekineses? ¿Será el suyo un final feliz?

Las respuestas siempre son… relativas. Sin embargo, por alguna abíblica razón, yo veo a Manolo como riéndose de todo desde la misma punta del Pico Turquino, y eso que vive en la séptima cuadra, de las trece.

(Oh, supersticioso, ¿existirá un remedio?)

Calle-Cuba

Foto: Nester Núnez

30 septiembre 2023 3 comentarios
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triple salto cubano
CiudadaníaDeporte

El triple salto cubano, su éxito histórico y el laberinto que le circunda

por Harold Iglesias Manresa 27 septiembre 2023
escrito por Harold Iglesias Manresa

«Siempre creí que el éxito sería el mayor desafío de mi Fe»

Jonathan Edwards

 

La historia del campo y pista a nivel mundial tiene sus mejores exponentes en el británico Jonathan Edwards, récord mundial de 18.29 metros en Gotemburgo 1995, y la venezolana Yulimar Rojas, plusmarca de 15.67 en los Juegos Olímpicos de Tokio 2021, extendida hasta los 15.78 en Belgrado 2022.

En el caso cubano, el triple salto es la especialidad del campo y pista que más galardones ha hecho a lo largo de la historia, con un acumulado de 17 preseas en Campeonatos Mundiales.

Si se considera que en Cuba el refugio en la fe se conjuga con la mezcla de fuerza y ritmo heredada de los ancestros africanos, puede pensarse que esa mixtura constituye la clave del éxito que se le ha atribuido, desde Julio Bécquer, considerado el padre de la Escuela Cubana de Saltos, y Sigfredo Banderas hasta Yoelbi Quesada, Ricardo Ponce, Juan Gualberto Nápoles y Jorge Pichardo.

Aunque se habla de las academias estadounidense y exsoviética como referentes  —la primera centrada en la velocidad de la carrera de impulso y la explosividad al atacar la tabla para ganarle la mayor cantidad de metros posibles al brinco; la segunda, más propensa a la fortaleza o potencia de los atletas y su secuencia técnica— , los cubanos han impreso cadencia especial y fluidez para hilvanar la cadena de carrera-despegue-brinco-paso-vuelo, muy peculiar en sus saltos, que evidencia el perfeccionamiento de la técnica.

Pedro Pablo Pichardo (oro en Oregón 2022 con 17.95), junto a Yoelbi Quesada (oro en Atenas 1997, dueño de 17.85) son los únicos triplistas cubanos campeones en Mundiales al aire libre. Foto: Oncuba.

Pedro Pablo Pichardo (oro en Oregón 2022 con 17.95), junto a Yoelbi Quesada (oro en Atenas 1997, dueño de 17.85) son los únicos triplistas cubanos campeones en Mundiales al aire libre. / Foto: Oncuba.

Para reforzar este postulado, vienen a la memoria de este cronista Pedro Pérez Dueñas, Pedro Pablo Pichardo, Yargeris Savigne, Liadagmis Povea, Niurka Montalvo, Dailenys Alcántara, Osniel Tosca y Michel Calvo, en el primer grupo de triplistas veloces y explosivos.

Mientras, con una mayor conjugación de potencia y fuerza se hallan Yoandri Betanzos, Ernesto Revé, Héctor Dairon Fuentes, Cristian Nápoles, Yoel García, Lázaro Betancourt Jr., Yusmay Bicet y Josleidy Ribalta.

Por último, en el bloque de talento natural o técnica depurada, pondría a Yoelbi Quesada, Jordan Díaz, Alexis Copello, Lázaro Martínez, David Girat, Yamilé Aldama, Leyanis Pérez y Mabel Gay.

Otro elemento se asocia a los periodos de puesta a punto de nuestros triplistas, vinculados a macro-ciclos de preparación para encarar la competencia fundamental del año, generalmente prioritaria en eventos múltiples, incluso sobre campeonatos mundiales.

Las carencias económicas condicionan tanto la posibilidad de afrontar la etapa preparatoria con el rigor requerido, como la ruta crítica competitiva de los cubanos; contrario a lo que dictan los criterios globales de obtención de forma deportiva de un atleta en la actualidad, con epicentro en la alta competición por sobre los largos periodos de entrenamiento.

Recientemente y con toda lógica, la triplista venezolana Yulimar Rojas comunicó que no participaría en los Juegos Panamericanos de Chile (20 de octubre al 5 de noviembre), pues para ella y su entrenador, Iván Pedroso, la temporada culminaba el 17 de septiembre con la final de la Liga del Diamante en Eugene.

Para este cronista, varias de las estrellas del campo y pista desistirán de competir en la justa multideportiva continental por motivos similares.

Jordan Díaz, también alumno de Iván Pedroso, y actual recordista de España (17.87), es considerado uno de los mayores talentos del atletismo a nivel global. Foto: runnersworld.com.

Jordan Díaz, también alumno de Iván Pedroso, y actual recordista de España (17.87), es considerado uno de los mayores talentos del atletismo a nivel global. / Foto: runnersworld.com.

Pero, para las máximas autoridades deportivas cubanas, y con una crisis de la que no escapa la actividad del músculo, resulta crucial alcanzar un rendimiento en Santiago de Chile que supere el quinto escaño de Lima 2019. Lo anterior, sin sopesar variables de desgaste, molestias o lesiones de sobreuso, derivadas de un periodo de forma deportiva superior a los cuatro meses.

Los triplistas, atletas y deportistas cubanos del primer nivel en el alto rendimiento se preparan y compiten con la presión de velar por sus respectivas familias como garantes, dada la posibilidad de viajar al extranjero. Incluso, en ocasiones han vendido buena parte de sus módulos deportivos para conseguir dinero extra para autofinanciarse y ayudar a los suyos, lo cual se suma a la oleada migratoria creciente en el movimiento deportivo de la Isla.

El ingreso mensual básico de un miembro de una preselección nacional, según recoge la Gaceta Oficial de la República, es de 3 725 pesos cubanos. A los que se añaden, según sus resultados en la arena internacional, los siguientes montos:

Leyanis Pérez y Liadagmis Povea en primera persona

En el recién finalizado Mundial de Budapest, Cuba estuvo aupada, precisamente, por los rendimientos de sus triplistas. Por tercera vez en estos torneos, Lázaro Martínez (17.41metros-plata) y Cristian Nápoles (17.40-bronce) alcanzaron doble presencia en el podio de premiaciones; en tanto, la portentosa Leyanis Pérez (14.96) se agenció bronce, y en dicha prueba, Liadagmis Povea (14.87-sexta) completó el rendimiento loable.

Leyanis y Liadagmis develaron algunas claves de sus respectivos rendimientos y estabilidad a este periodista, antes de continuar con su preparación rumbo a los Panamericanos de Chile.

Leyanis (Pinar del Río, 10 de enero de 2002) y Lidianis (balonmanista), su hermana gemela, son las primeras de su familia en dedicarse al deporte.

Sobre ella, su entrenador Ricardo Ponce develó en nuestra última plática: «Leyanis es muy rápida, con un primer salto muy bueno, —posee 6.64 metros de tope personal en longitud—, y que por su velocidad, es el momento de la secuencia donde mayor provecho le saca.

Ha ganado desplazamiento en el llamado paso, sobre todo en la transición del péndulo; y en el vuelo, todavía tiene algunas cuestiones de errores en la caída y el agrupe final, pero los ha ido puliendo, y considero que a medida que gane en experiencia competitiva aumentará su mejora.

Mide 1.88, y pese a desentonar con las últimas triplistas buenas de Cuba, salvo Mabel Gay y Josleidy Ribalta, es espigada. Esa combinación de estatura y rapidez que posee, es muy poco común en las triplistas de élite».

Leyanis ha evidenciado una progresión de 1.62 metros desde los 13.36 marcados en 2018, y que propiciaron su entrada a la preselección nacional. Foto: xinhuanet.com.

Leyanis ha evidenciado una progresión de 1.62 metros desde los 13.36 marcados en 2018, y que propiciaron su entrada a la preselección nacional. Foto: xinhuanet.com.

Leyanis, final mundial con seis saltadoras sobre los 14.80 metros, ¿mucha tensión en esta segunda incursión?

Para mí, ha sido la competencia más fuerte que he enfrentado. Había muchas saltadoras de primer nivel, todas con el objetivo de colgarse una medalla. Salí a saltar fuerte desde el primer intento y logré el resultado, justo con esos 14.96 iniciales.

Cerraste 2022 con marca de 14.70, ¿qué elementos incidieron en tu progresión?

Nos centramos en la técnica, en estabilizar la carrera, en lograr que la pierna de ataque llegara con precisión a la tabla y, de ahí, corregir los errores más frecuentes que presenté en mi secuencia y que me habían impedido progresar más.

¿Cuál es el mejor momento de tu secuencia, y qué significa tener rivalidad en Cuba con otras dos triplistas sobre 14.30 metros?

La carrera, mi entrenador y yo, consideramos que es la base principal de cara a un buen resultado y por eso insistimos en perfeccionarla. Esa rivalidad es un reto que me obliga a estar constantemente superándome. Lia y Davisleydis Velazco tienen mucho talento y capacidad de trabajo. Estar juntas en una competencia con ellas es algo lindo, ya que nuestro país cuenta con tres triplistas dentro de la élite, algo que respalda la tradición y que actualmente ningún otro país posee en el femenino.

La barrera de los 15 metros, los Juegos Olímpicos de París y el profesor Ponce, ¿qué representan?

Para superar los 15 metros, está todo el trabajo que hemos venido haciendo en aras de lograr ese equilibrio entre las capacidades físicas, técnicas y psicológicas. Sé que puedo superar esa barrera, tengo mucha confianza en cómo se comportan las cosas y qué mejor dicha que hacer esa marca en los Juegos Olímpicos de París y salir a luchar una medalla.

Con el profesor Ponce mantengo las mejores relaciones, es mi entrenador desde que entré al Equipo Nacional y, desde ese momento, hemos construido una amistad. Él es una de las personas por las que he llegado hasta donde estoy, aunque también le agradezco a los profesores que vinieron conmigo desde abajo, como Ochandorena, quien me captó en tercer grado.

 

La también pinareña Liadagmis Povea (6 de febrero de 1996), quien no cometió fouls e hilvanó una secuencia mundialista de 14.23- 14.52- 14.55- 14.87- 14.71 y 14.86, a solo seis centímetros de su registro cúspide, no dudó en certificar que es complicado mantenerse en la élite del triple salto bajo las condiciones de entrenamiento existentes en Cuba.

Los 14.87 de Liadagmis Povea en Budapest quedaron a seis centímetros de su marca personal y le merecen el sexto escaño, entre los mejores registros de 2023. Foto: Cubasí.

«La verdad es que la alimentación no está muy buena. No es la que necesitamos, como tampoco los reconstituyentes. A esta realidad se enfrentan buena parte de los preseleccionados en el alto rendimiento. A lo que sumaría la adecuada relación trabajo-descanso que exigen mis entrenamientos porque, eso sí, entreno lo que planificamos mi entrenador y yo, pero durísimo. Yo entreno a morirme».

¿Qué has modificado en tu técnica de salto para estabilizar secuencias estables sobre 14.50?

Lo principal ha sido estar mucho más centrada en mi trabajo, tener claro lo que quiero y la evolución en las cuestiones que definen a una triplista y a cualquier atleta: físico, técnica y mentalidad. A eso le sumo la confianza de mi entrenador, Yoelbi Quesada, que se ha traducido en precisión en el ataque a la tabla, el elemento que más me golpeaba; un aumento en los parámetros de fuerza y rapidez, así como también el énfasis en pulir detalles, pues no soy una triplista alta y debo compensar eso con técnica, coordinación y otras virtudes.

¿La final de Budapest y la mano de Yoelbi en esa estabilidad de rendimientos?

Budapest súper duro. Era de esperarse, por el comportamiento de las triplistas a lo largo de la temporada. Salí, como siempre, a dar lo mejor, pero siempre me exijo demasiado.

Yoelbi ha incidido en un 100% en esa estabilidad. Aun cuando estoy con los ánimos bajos, su actitud, conocimientos y fortaleza psicológica sacan mi versión más completa y me hacen evolucionar.

Este año, además, he transitado sin interrupciones por una buena etapa tanto preparatoria como competitiva.

¿Cómo es posible mantener un pico elevado de rendimiento durante más de cuatro meses?

Requiere de mucho esfuerzo y sacrificio, empezando por meses sin ver a mi familia, pero con la certeza de que cada resultado será para beneficio de todos. No suelo lesionarme, me cuido demasiado, tanto mis piernas como mi alimentación, en la medida de lo posible.

Trato de estar en un peso estándar, amén de que ya se me hace un poco trabajoso, debido a mis 27 años y a que el metabolismo no es el mismo, pero hago todo lo posible por estar bien. De cara a los Panamericanos de Chile, confieso que estoy exhausta, pero iré con la misma filosofía: dar el máximo en cada ejecución. Eso sí, la proyección y prioridad están en el horizonte de la olimpiada en París.

¿Ídolos dentro del triple?

Mabel Gay y Yoelbi Quesada. Tengo una forma muy similar de saltar a la de él. Suele decirme que me ha convertido en su versión femenina.

 

Proyecciones y triplistas en activo, con la huella de la escuela cubana

Justo hacia la conocida como Ciudad Luz se enrumbarán los cuatro principales exponentes del triple salto cubano actual, toda vez que con sus rendimientos en la capital húngara certificaron su clasificación olímpica, como también lo harán otros exponentes de dicha modalidad esculpidos en la escuela cubana y que vestirán los galones de otras naciones. En este acápite de seguro devendrán los más connotados el as olímpico regente Pedro Pablo Pichardo (Portugal), el portento Jordan Díaz (España) y Andy Díaz (Italia).

Los 14.87 de Liadagmis Povea en Budapest quedaron a seis centímetros de su marca personal y le merecen el sexto escaño, entre los mejores registros de 2023.

Los 14.87 de Liadagmis Povea en Budapest quedaron a seis centímetros de su marca personal y le merecen el sexto escaño, entre los mejores registros de 2023. / Foto: Cubasí.

Si transitan por cauces preparatorios estables, instituyen una ruta crítica certera, y no sufren lesiones preocupantes, Lázaro Martínez y Cristian Nápoles tienen recursos para pujar por una presea bajo los cinco aros, al igual que Leyanis y Liadagmis.

Habrá escollos de mucho mayor calibre en uno y otro sexo, pero pudiera ocurrir, incluso, que tres exponentes masculinos de la escuela cubana coparan el podio bajo tres banderas diferentes.

Para patentar el poderío de la escuela cubana de triple a lo largo de la historia, basta destacar que un total de 22 triplistas varones han superado los 17.22 exigidos por la World Athletics para inscribirse en las olimpiadas de París el próximo año. Mientras, nueve mujeres han rebasado los rigurosos 14.55 requeridos para pugnar en el mítico Saint Dennis parisino.


Para culminar este recorrido por el triple de la mayor de las Antillas, a continuación se ofrece una radiografía de los principales triplistas fraguados en la escuela cubana, que actualmente se encuentran en activo.

MASCULINO:

Pedro Pablo Pichardo: Santiago de Cuba, 30/06/1993. Único triplista cubano que ha superado los 18 metros con 18.08 logrados el 28 de mayo de 2015 en La Habana. Posee 17.60 sobre pista cubierta y 7.81 de tope personal en longitud. Actual campeón olímpico en representación de Portugal y depende de su carrera de impulso hilvanada con el brinco.

Jordan Alejandro Díaz Fortún: La Habana, 23/02/2001. Pese a su juventud, es considerado un triplista muy técnico, a lo que añade su estatura de 1.90 metros. Sus respectivos 17.87 y 17.59 constituyen récords nacionales de España al aire libre y sobre pista cubierta, en ese orden. Posee una estructura de salto bastante pareja y debe seguir mejorando, bajo la tutela de Iván Pedroso. Es el recordista mundial sub-18 años con 17.41 metros.

Andy Díaz: La Habana, 25 /12/1995. Ganador de la final de la Liga del Diamante en Zúrich en 2022 con 17.70, en representación de Italia. Tiene fijado su tope personal a 17.75 y el brinco constituye el principal recurso de su estructura de salto, la cual técnicamente ha mejorado de forma considerable. Fe de ello lo constituyen los 7.40 metros que posee en Longitud.

Lázaro Martínez: Guantánamo, 3/11/1997. Es una mezcla de talento natural y técnica ascendente, luego de desterrar las huellas de indisciplina que atentaron contra una progresión más acelerada. As universal sobre pista cubierta (17.68) en Belgrado 2022. Ostenta 17.51 al aire libre. Su brinco en la secuencia constituye su mayor virtud, llegando a superar los 6.80 metros.

Cristian Nápoles: La Habana, 27/11/1998. Entrenado por su padre Juan Gualberto Nápoles, consiguió en Budapest estirarse hasta 17.40 metros, tope personal y acreedor de bronce. Descuella por su potencia y fuerza al saltar. A su condición de campeón mundial cadete y subcampeón mundial juvenil, añade su competitividad extrema. Posee 7.51 en longitud.

FEMENINO:

LEYANIS PÉREZ: Pinar del Río, 10/01/2002. Es considerada una gema del campo y pista. Deslumbran sus 14.98 y 14.65 al aire libre y bajo techo, respectivamente, además de considerables 6.64 en longitud. Bendecida con 1.88 metros de estatura que conjuga con rapidez y explosividad en su carrera de impulso y ataque a la tabla. Campeona Iberoamericana con 21 años, sabe lo que es ser medallista absoluta del orbe.

Liadagmis Povea: Pinar del Río, 06/06/1996. Es una triplista que sorprende. Sin ese físico envidiable tiene topes de 14.93 y 14.81 a cielo abierto y sobre pista cubierta. Discípula del otrora estelar Yoelbi Quesada, le confiere suma importancia a su psiquis y la conjuga con los parámetros de velocidad y fuerza, mejorados al saltar. Carrera de impulso y brinco devienen sus principales argumentos.

Davisleydi Velazco: La Habana, 04/09/1999. TAmbién tutelada por Yoelbi Quesada, tiene fijados en 14.34 su registro cimero. Si fortalece su componente psicológico a la par del perfeccionamiento técnico, de seguro ganará en estabilidad y mejora de marcas sobre 14.40, barrera de respeto en la élite.

También en activo se encuentran el novel Andy Echevarría (22 años y 16.77 en la actual temporada), Alexis Copello a sus 38 abriles en representación de Azerbaiyán y Liuba María Zaldívar (13.57 en 2023, puesto 89 del top list y mejor marca personal 14.51). Nacida el 5 de abril de 1993, Zaldívar compite por Ecuador, pero para ser objetivos, sus opciones de inscribirse en París son sumamente remotas.

27 septiembre 2023 0 comentario
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Acceso a la universidad Cuba
Ciudadanía

El acceso a la universidad, ¿privilegio o derecho?

por Yadira Albet 19 septiembre 2023
escrito por Yadira Albet

Como parte del sistema educativo de un país, la universidad se encuentra condicionada históricamente, porque responde a las exigencias e imperativos de una época; económicamente, por cuanto se le demanda en el proceso productivo, y científica y culturalmente, por lo que la época referida, el sistema imperante y las necesidades de la ciudadanía, le planteen como metas de desarrollo.

En un contexto donde se reconoce el papel de una educación superior de calidad en el desarrollo sostenible de los países, la institución universitaria enfrenta desafíos que a veces la rebasan. Estos abarcan desde la preparación que demanda de sus estudiantes, tanto para acceder como para graduarse, la calidad de su profesorado, la cantidad y competitividad de sus graduados y la sostenibilidad de sus programas, hasta su impacto social, cultural y político.

Del 18 al 20 de mayo del 2022, en Barcelona, España, se realizó la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior, organizada por la UNESCO en colaboración con el gobierno español, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, y en alianza con Global University Network for Innovation / Asociación Catalana de Universidades Públicas (GUNi/ACUP).

El evento se desarrolló en el período posterior a la pandemia, y pretendía abordar los desafíos y perspectivas futuras de la educación universitaria. Las conversaciones se centraron tanto en los sistemas de educación superior (normas, políticas, estructuras, partes interesadas), como en las instituciones (universidades, entidades especializadas, redes).

Una de las cuestiones pendientes de análisis era la necesidad de modificar el paradigma de la presencialidad ya que esta, durante la pandemia, quedó suspendida en todos los niveles de educación debido a la cuarentena. La práctica demostró que, al menos en el nivel superior, la no presencialidad y la semipresencialidad eran formas factibles de organización del aprendizaje. Este evento planteó desafíos notables en cuanto a la metodología y los recursos materiales y digitales para este nivel educativo.

La pandemia de covid, a nivel mundial, llevó a muchas instituciones a adaptarse y rediseñar su docencia para llegar a su estudiantado, privilegiando la formación a distancia y el uso de plataformas de e-learning. Esto era coherente con las normativas que algunos países habían comenzado a asumir en sus sistemas de educación superior, con planes de estudio ajustados cada vez más a una formación en la que un por ciento de las horas se dediquen a la presencialidad y, el resto, a la preparación individual o autogestión del conocimiento y la acción, mediante la práctica preprofesional.

Educación a distancia durante la pandemia en Cuba /Foto: ONU

El encuentro buscaba además compartir y generar nuevos conocimientos, alianzas creativas de ideas innovadoras y producir una coalición amplia y revitalizada en apoyo a la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la conforman, los cuales constituyen aspectos primordiales en el logro de una educación superior inclusiva, ética, crítica y sostenible: demandas aún no cumplidas para la mayor parte de la población mundial.

De esta manera, la conferencia reunió a todos los actores pertinentes para definir y preparar una hoja de ruta encaminada a la nueva era de la educación superior. Como resultado de los conversatorios entre 1 800 delegados de 130 países, afloró la propuesta de mejorar la contribución de los sistemas e instituciones de educación superior en el mundo, por lo que se plantearon una serie de principios universales como sustento de la educación superior en el siglo XXI, que abarcaban aspectos tales como la equidad, la libertad académica, la inclusión, el pensamiento crítico, la creatividad, la ética y el compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social.

Estos principios colocan una carga de responsabilidad sobre la institución universitaria, que exige de sus protagonistas y gestores, altos niveles de creatividad, flexibilidad y previsión, y además, demanda que la educación superior sea inclusiva, ética, crítica y sostenible.

Los caminos de acceso a la universidad en Cuba

El proceso de ingreso a la universidad en Cuba exige al aspirante ser graduado de nivel medio superior, en alguno de los institutos preuniversitarios disponibles. Los egresados de la enseñanza politécnica deben alcanzar su nivel de duodécimo grado en la Facultad Obrero Campesina (FOC). En todos los casos, el nivel debe estar acreditado por título o certificado emitido por centros del Sistema Nacional de Educación.

Además de los aspirantes graduados de los Institutos Preuniversitarios y los cadetes de las escuelas militares Camilo Cienfuegos, pueden optar por carreras los desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), beneficiados con la Orden 18 del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; los que aprueben los exámenes de concurso del Ministerio de Educación Superior (MES);  los atletas de alto rendimiento de las Escuelas Superiores de Perfeccionamiento Atlético (ESPA); los cadetes insertados en el Ministerio del Interior (MININT); los egresados de cursos técnicos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) que opten por el curso por encuentro de las licenciaturas en ciencias de la Salud; los estudiantes universitarios que soliciten el traslado de carreras según lo dispuesto en el Reglamento de Organización docente de la Educación Superior, excepcionalmente; los provenientes del servicio militar voluntario, de las escuelas de iniciación deportiva y de la Escuela Nacional de Arte (ENA) en su nivel medio.

Es necesario que los aspirantes a cursar carreras que ofrece el Curso Regular Diurno, provenientes de la formación preuniversitaria, demuestren dominio de los objetivos académicos, medidos por el acumulado cuantitativo de los tres años cursados en ese nivel de enseñanza y por los resultados de las pruebas de ingreso. Por otra parte, quienes aspiran a matricular en carreras del Curso por Encuentro (CPE) o la Educación a Distancia (EaD) del sistema de enseñanza superior, deben vencer un examen de suficiencia, que se convoca cada año, en la sede de la universidad de la provincia del país donde residen.

Primer día de clases en la Univerisdad de La Habana

Primer día de clases en la Univerisdad de La Habana /Foto: cmhw

Durante muchos años la universidad cubana exigió requisitos especiales para el ingreso a algunas de sus carreras, cuyos claustros evaluaban cualidades y habilidades específicas mediante las llamadas pruebas de aptitud, cuyo fin era descartar a aquellos aspirantes que carecieran de las cualidades para desempeñarse en determinado perfil profesional, como por ejemplo, estabilidad mental y capacidad de escucha para entrar a Psicología; buena expresión oral y escrita para estudiar una carrera pedagógica; autorregulación ante situaciones de emergencia y vocación de servicio para optar por Ciencias Médicas. Sin embargo, la inmensa mayoría de estos exámenes fueron eliminados hace poco más de una década, por decisión del MES, que solo dejó el sistema de selección para las carreras de Periodismo, las de la Universidad de las Artes y el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI).

René Sánchez, director de Ingreso y Ubicación Laboral del MES, en exclusiva para un reporte especial de la revista Alma Mater aseguró que la decisión de eliminar estos exámenes no se tomó en un día. «Fueron tres años de estudio, de análisis y de escuchar opiniones (…) La disposición estuvo sustentada en dos elementos principales: los problemas de logística que representaban, pero, sobre todo, la injusticia que generaban. Eran una barrera más en el camino hacia la Universidad».

Esta medida fue objeto de críticas por parte de profesores y alumnos, y ha resultado contraproducente ya que en ocasiones ha sido notorio que una parte del alumnado no es el ideal para su desenvolvimiento en la carrera elegida, en comparación con los resultados de los años 80 y 90, cuando se instituyeron exámenes de aptitud para carreras del campo de las Ciencias Médicas, Diseño, Arquitectura, Psicología, Lenguas Extranjeras, Pedagogía, Ciencias Nucleares y Comunicación Social.

Desde hace décadas el requisito académico se ha evaluado a través de los exámenes de ingreso que miden las competencias y los conocimientos de los aspirantes, con el objetivo de verificar si poseen el nivel necesario para estudiar un programa de educación superior. Durante un tiempo, estos se realizaron por grupos de asignaturas, en correspondencia con el área de las ciencias seleccionada por los estudiantes. De este modo, aunque Matemática era obligatoria para todas las opciones, los estudiantes que habían elegido carreras técnicas o de Ciencias Exactas realizaban también las pruebas de Física y Química; los que optaban por Ciencias Médicas o Biológicas, los de Biología y Química; mientras, los que aspiraban a estudiar carreras de Ciencias Sociales, Pedagógicas o Económicas, examinaban además Historia de Cuba y Español.

En años posteriores al 1999, se realizaron ajustes a este proceso y quedaron solo los exámenes de Español, Matemática e Historia de Cuba. En diferentes momentos se ha planteado la suspensión definitiva de este requisito como condición de ingreso a la educación superior; sin embargo, hasta ahora solo se han pospuesto o repetido, excepcionalmente.

Pruebas de ingreso a la universidad

Pruebas de ingreso a la universidad / Foto: ACN Cuba

El proceso de preparación para el ingreso a la educación superior, aunque tenga un momento de máxima actividad en los 3 años previos a la convocatoria de los exámenes, abarca al menos 12 años de formación escolar que a veces no cumplen con los estándares necesarios para que un alumno enfrente los desafíos de la formación superior. Esto puede incidir negativamente en los resultados globales de la educación universitaria, incluso en su sostenibilidad, al igual que las circunstancias que enfrente el estudiantado en su cotidianidad formativa.

Una mirada a la evolución del acceso a las carreras universitarias en Cuba puede dar algunos elementos para comprender su situación actual, que ha pasado por varias etapas, marcadas por la situación económica y los sucesivos cambios en el sistema de educación superior.

Una parte de los profesionales graduados en los años 70 se beneficiaron de la movilidad social. Esta generación contó con programas de estímulo a la formación en el nivel universitario. Ellos, que estudiaron y se graduaron en ese periodo, vivieron la Reforma Universitaria, la cual estableció los principios que guiarían la nueva universidad cubana.

Con una representación mayor en la capital del país y en las cabeceras provinciales, muchas familias centraron sus esfuerzos en crearle a sus hijos las condiciones necesarias para entrar y graduarse de la universidad. El horizonte profesional parecía prometedor y durante un tiempo lo fue. Estudiantes de orígenes muy humildes lograron apropiarse de los saberes necesarios para acceder al nivel superior, gracias a los programas educativos de la época, a un profesorado experto en la formación y al estímulo gubernamental y ciudadano que colocaba la profesionalización en escalones priorizados.

Aún no se había instituido el acceso a través de pruebas de ingreso, pero en los institutos de segunda enseñanza fundados después del 59 y reestructurados a partir de principios de equidad y calidad educativa, existía un riguroso sistema de acumulados y exámenes por niveles, y algunas carreras ya contaban con pruebas de aptitud.

Los egresados de la siguiente década aún se beneficiaban de la experticia del profesorado y de los programas priorizados para el desarrollo de la segunda enseñanza. Las familias estimulaban la profesionalización en su descendencia, más si uno de los progenitores, cuando no ambos, habían cursado la universidad o el nivel técnico profesional. Los procedimientos de ingreso a la educación superior habían cambiado, poniéndose énfasis cada vez mayor en los exámenes, especialmente en la segunda parte de los años 80. La admisión a los estudios superiores era un resultado del desempeño académico en el nivel preuniversitario, y particularmente, de las notas obtenidas en los exámenes de ingreso y de los resultados de los exámenes de aptitud, también específicos del campo académico solicitado.

La calidad de la preparación dependía de las instituciones preuniversitarias donde se cursara el nivel, suponiendo más competentes a los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas, mientras el sistema de preuniversitarios en el campo era considerado uno de los peor preparados. No obstante, algunos de estos eran reconocidos por familiares, evaluadores y alumnos como excelentes espacios de formación, con buenos métodos de enseñanza y profesores de excelencia.

Sin embargo, ya hacia los años 90, con la emergencia de la crisis económica que impactó en todos los ámbitos del desarrollo nacional, la educación también sufrió retrocesos que marcaron el acceso al nivel superior, tanto en la calidad de la preparación previa del estudiantado como en su permanencia en las carreras. Las áreas afectadas abarcaban desde el suministro de libros de texto, la calidad de la docencia, la adquisición de métodos adecuados de estudio, la sustentabilidad del claustro en las instituciones preuniversitarias, las condiciones de vida en ellas, el apoyo familiar y la motivación de los jóvenes para acceder a la universidad. Las alternativas de instrucción, representadas por la enseñanza técnica profesional, obrero calificado y de oficios, también experimentaron un retroceso debido a carencias específicas para la formación de especialistas y obreros.

A inicios de los 2000, con el fin de recuperar terreno perdido e incorporar a la educación superior a una gran parte de los jóvenes desvinculados del estudio, el Estado destinó fondos para la formación de trabajadores sociales, de maestros emergentes y de enseñanza artística, y se implementó el Programa de Municipalización Universitaria  —posteriormente llamado Universalización de la Enseñanza ̶—, mediante el cual muchos jóvenes que estaban desvinculados del estudio accedieron a la universidad. Asimismo, fue una época en la que se imprimieron textos importantes para la formación en las carreras, de los cuales había pocos ejemplares en existencia en años anteriores, comenzaron a diseñarse las carreras de ciclo corto y se emprendió la integración de las universidades y la creación de los colegios universitarios.

Programa Universidad para Todo / Captura de Pantalla Youtube

Actualmente está en marcha la implementación del Plan E, con mayor peso en la autogestión del conocimiento y cuatro años de formación. También se está explorando en la modalidad de Educación a Distancia. No obstante, los esfuerzos por alcanzar los estándares de calidad que proponen los planes, entre el éxodo de profesores, alumnos y egresados, las dificultades económicas tanto personales como institucionales y un clima sociopolítico complejo, la entrada, permanencia y promoción de la educación superior en Cuba constituyen temas desafiantes para docentes y alumnos.

La equidad y las motivaciones en el acceso a la universidad

En los años 70, el IPVCE Lenin recibió la visita de un funcionario del Partido de Vietnam. Le mostraron las instalaciones, las actividades; le hablaron de los excelentes resultados, de la diversidad de estudiantes, del derecho a la educación.

«¿Y cómo le va a los hijos de los obreros?», preguntó. «¿Cuántos hay? ¿Hay balance entre hijos de profesionales y de obreros? ¿Hay tantos alumnos negros como blancos? ¿Tantos humildes como privilegiados económicamente?»

Estaba hablando de equidad, de ejercicio del derecho, de motivaciones, de condiciones para el desarrollo y de privilegios. Aspectos todos que actúan de forma determinante en si un estudiante accede a la educación superior, se mantiene en ella y se gradúa.

La calidad en la formación de los maestros, la cobertura docente y los niveles de exigencia y rigor desde los primeros años de vida estudiantil, son aspectos que varían en cada centro de formación y lugar de procedencia de los aspirantes. Eso impacta en su preparación para acceder a la universidad. A estos, se unen otros factores como la disponibilidad de bibliografía, la procedencia social y geográfica, el origen del aspirante (si viene de preuniversitario o de alguna de las otras fuentes de ingreso), el contexto familiar y económico y el interés personal. Todo esto implica desigualdades e inequidades en el ingreso y la permanencia en la educación superior. También existe una jerarquía motivacional por las carreras a las cuales acceder y, precisamente, entre las menos demandadas y con menos requisitos de ingreso están aquellas vinculadas a las Ciencias Pedagógicas, lo cual es contraproducente ante la importancia que tiene la formación de recursos humanos en docencia, para garantizar la continuidad de la enseñanza en todos los niveles.

Existen ciertos privilegios que no siempre se tienen en cuenta al calificar los resultados del acceso y la permanencia en el nivel superior de educación. Uno es la ubicación de la institución educativa de origen, tanto en cabeceras provinciales, como en municipios céntricos de la capital, que ofrece al estudiantado la posibilidad de acceder a instituciones culturales, a recursos materiales, asesorías especializadas, un profesorado mejor capacitado y motivado para el trabajo de enseñanza y a los colegios universitarios, en el caso de los estudiantes de pre. Los aspirantes que residan en zonas menos céntricas no se benefician de estas posibilidades, y a menudo deben hacer un esfuerzo mayor para acceder a la preparación que requieren para cumplir con los requisitos de ingreso.

También juega su papel el desarrollo económico y cultural de la región, que impacta en los intereses formativos de los jóvenes en edad de acceder a la educación superior, estimulando estos intereses o creando otros, que poco tienen que ver con la vinculación al estudio.

La familia favorece u obstaculiza la preparación para el ingreso a la universidad. Esto lo determinan las condiciones del hogar, la motivación hacia los estudios superiores y los recursos que se destinen para ello, ya que una vía importante de preparación extraescolar son los repasos privados y el acceso a dispositivos tecnológicos, bibliografía general y otros materiales de estudio.

Anuncio de repasos para pruebas de ingreso en la plataforma Revolico

Por ejemplo, los repasos rondan entre 960 y 1 200 CUP, o incluso más, por 12 horas mensuales, en dependencia del grado del estudiante y del nivel al que se aspira. En los casos en que la cobertura profesoral sea deficitaria y la calidad de la enseñanza y de la preparación docente no sean óptimas, estos repasos son prácticamente la única oportunidad de obtener resultados de moderados a buenos en el nivel. Este fenómeno refleja la brecha de desigualdad entre las familias con más recursos económicos y aquellas que tienen una ardua tarea para sostenerse.

Factores como el género, la edad, el color de piel, el número de hermanos, el origen social y la presencia de profesionales en la familia, han dejado de ser los únicos que determinan si se accede o no a la universidad. En tanto, otros como la calidad del aprendizaje en el nivel primario y secundario, las expectativas familiares y personales hacia la formación profesional y los intereses de emigrar o de dejar los estudios para incorporarse a alguna actividad productiva, se suman y terminan de conformar el panorama actual del acceso a la formación universitaria en Cuba. Ya en la carrera otros elementos de carácter social, cultural y económico pueden incidir en la permanencia del estudiantado, la calidad de la promoción y la culminación de estudios.

19 septiembre 2023 4 comentarios
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Periodismo Cuba
Ciudadanía

Temores fundados

por Javier Carlés 18 septiembre 2023
escrito por Javier Carlés

Hoy una compañera periodista cubana a quien no conozco personalmente, pero que respeto enormemente por sus posiciones, por su trabajo, por su mirada crítica de la realidad y por su valentía, hizo un post muy triste. 

Habló de que en una de las tantas colas que todos los cubanos y, en especial todas las cubanas, deben hacer para conseguir lo necesario para vivir, sintió miedo. Un vecino le preguntó si seguía trabajando en su revista, una reconocida revista, y ella respondió que no. Contándole a este vecino que ahora tenía otras responsabilidades periodísticas. Una mujer de la cola escucha la charla y le dice a viva voz en frente de todas las demás personas: «¡Periodismo es eso, mira, la basura! ¡Las cosas hay que hablarlas! ¡Aprende a defender al pueblo, no al gobierno!». 

Pensó que el cuestionamiento verbal podía trepar hasta la violencia. Yo le respondí «Me asombra tu sorpresa ¿En tu entorno no se utiliza la expresión “ellos” para referirse a los funcionarios, a los dirigentes y, más en general, al Partido y al Estado? Yo la escuché utilizada incluso por comunistas de la base y hasta por miembros de las fuerzas especiales». 

Lo más preocupante es que al parecer nadie entre «ellos» ve la gravedad de la fractura. O bueno, no les importa, como a ninguna «clase social» o «capa social» dominante le importa en ninguna parte, hasta que la gente estalla, como el 11 de julio de 2021 la gente estalló en Cuba. Y no lo hizo porque hubiera una conspiración contrarrevolucionaria organizada por la «gusanera» y el imperialismo, como al Partido y al Estado cubanos le gusta creer o, al menos, les gusta repetir sin ningún sentido. 

Sin duda, la «gusanera» y el imperialismo se montaron en la ola, pero la verdad es que se trató de un estallido social como puedes ver en cualquier país donde todo está «de pinga», y donde todo va a peor sin que se vea luz al final del túnel. Esa es la Cuba de hoy. Y lo dice un comunista. 

La compañera es de aquellos y aquellas a quienes sí les importa la fractura y su agravamiento. Le dije que su miedo a que lo sucedido pudiera terminar en violencia demuestra mi punto sobre la profundidad de la fractura. El pueblo cubano ha sido muy indulgente con sus dirigentes. Me sorprende que la violencia ya no haya emergido masivamente, tanto a nivel colectivo como individual. Por mucho menos de lo que sufren los cubanos y las cubanas por estos días, chilenos y colombianos han prendido fuego a sus países hace un par de años.  Veinte años atrás lo hicieron bolivianos y argentinos tumbando un gobierno tras otro. Hace poco lo hicieron los franceses contra la reforma jubilatoria. Y esto no se compara con los padecimientos de la escasez de alimentos, medicinas, combustible, electricidad, transporte, vivienda y de todo lo demás que afecta a Cuba desde hace mucho. 

Los miedos de la compañera tienen razón de ser, porque cuando un pueblo es muy indulgente con sus dirigentes y la paciencia se acaba, la tolerancia anterior se convierte en violencia contra aquellos con los que se fue paciente. 

Por otro lado, la sociedad cubana enfrenta un incremento de la violencia social nunca visto desde la Revolución en 1959. Uno puede suscribir diferentes teorías sobre las causas de la violencia social. Las más progresistas ponen su acento en el papel de las desigualdades sociales y su incremento. Pero no debe deducirse de esto un resultado automático. Por ejemplo, Uruguay sigue siendo el país menos desigual de América Latina, luego de Cuba, y sin embargo, los índices de violencia de Montevideo han superado a los de Buenos Aires por primera vez en la historia. 

En cualquier caso, la pobreza no es la razón de la violencia. No hay correspondencia ninguna entre violencia y pobreza. América Latina es la región más violenta del mundo y no es la más pobre. África es mucho más pobre y es menos violenta que América Latina, socialmente hablando. Uruguay es el país más rico de América Latina en términos de PIB per cápita y el 1ro o 2do según el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, y sin embargo presenta más violencia que otros países de la región y en particular, un nivel altísimo de muertes violentas en el total de los crímenes ocurridos. 

En el caso de Cuba la aparición e incremento de la violencia social, ocurre exactamente al mismo tiempo de la aparición e incremento acelerado y extremo de las desigualdades sociales. No es absurdo pensar que las protestas que puedan emerger por la situación económica, se entrelacen con las violencias sociales surgidas de las desigualdades económicas. Más cuando la angustia y la protesta social no puede expresarse de manera colectiva y organizada. 

Las organizaciones de masas cubanas de trabajadores, estudiantes, mujeres y vecinos no sirven para eso, siendo solo oficinas «intermediarias» del Partido y del Estado. Las masas las sienten ajenas, al punto de que su vínculo es solo pagar su cuota obligatoria para ellas, sin que dichas organizaciones luchen nunca por nada. En este contexto: ¿Qué le queda a las masas? Sin duda, el estallido social. Ya pasó en 2021 y volverá a pasar en forma más fuerte y masiva, cuando una chispa encienda la pradera.

Segundo, la violencia contra quienes sean vistos como responsables o cómplices de las penurias que hoy se sufren. Entre los primeros, los funcionarios y dirigentes del Partido y del Estado. Entre los últimos, los periodistas, por ejemplo. No es verdad que la dirección cubana sea responsable de todas las penurias del pueblo. El bloqueo yankee tiene mucho que ver. Pero la dirección cubana y sus reformas económicas son las responsables del agravamiento de las desigualdades sociales. Y los periodistas oficiales son vistos como cómplices. 

Lo triste en el caso de la compañera mencionada, es que ella no es parte de los periodistas señalados por la señora de la cola. Sino el periodista que habla por hablar, diciendo cosas sin sentido en el «Informativo Estelar» de la televisión, o escribe cosas que no dicen nada en «Granma» o en «Juventud Rebelde». Una televisión cubana de la que mucha gente dice, que lo único verdadero, es la hora que aparece en la pantalla. Unos diarios que casi nadie lee, a pesar de que hace poco se trajeron de China máquinas de última generación para imprimirlos. 

Son la «posverdad» versión cubana. Información en la que los datos objetivos tienen menos importancia que las opiniones y emociones que suscita. El tema es que en el concepto de posverdad «original», esas opiniones y emociones son las del público. Mientras que en el caso cubano, se trata de una posverdad «endogámica» que solo importa y estimula a «ellos». El Partido y el Estado se hablan y se escuchan a ellos mismos y gozan en hablarse y escucharse a sí mismos.

Sin duda, el gobierno cubano ha adoptado el camino de la perestroika. Una perestroika trasnochada, sin haber aprendido las lecciones de la nefasta perestroika original. Una perestroika que viene bajo las formas del capitalismo de PYMES y emprendedurismo. 

Basta conocer un poquito del capitalismo de las últimas décadas, sobre todo en el Tercer Mundo, para saber que eso es «una pinga» de la peor. La de la precariedad laboral, la ausencia de derechos, el trabajo gratuito y más mierdas. Pero una perestroika que decididamente no trae una glasnost amarrada que abra los medios al debate público. No es que la glasnost original haya sido creada para promover la libertad de expresión y el debate. No, se hizo para promover que el Estado socialista no servía y que lo privado y el libre mercado eran la salvación. 

El Partido y el Estado cubanos ni debate quieren. Se hacen trampa jugando al solitario. Abrir el debate sobre la situación y el futuro, es la única opción que tienen el Partido y el Estado, para intentar lograr algún tipo de legitimidad política ante las masas para las reformas en proceso. Si no tienes legitimidad, no te queda otra que la fuerza para imponerlas. Hasta ahora les ha ido bien con una política de hechos consumados. Pero si todo sigue de mal en peor, la gente se va a ir a la calle. Lo mismo pasa con las organizaciones de masas. Si ellas fueran lugar y canal de expresión y discusión de la angustia y la protesta de la población, sería mucho mejor para el Partido y el Estado. Es mejor eso que el estallido y la violencia. 

Pero si no abren espacios de discusión y protesta, todo volará por los aires. Y aquí llegamos a un callejón sin salida dramático de la situación cubana actual. Pase lo que pase, si la Revolución se viene abajo, el destino más probable de Cuba es Haití. Si la Revolución sigue su rumbo actual, se va hacia una transición al capitalismo con terribles consecuencias sociales. Peores incluso que las vistas en las ex repúblicas soviéticas en los 15 años posteriores a 1991. 

En ambos casos el hambre, la pérdida de derechos, la precarización social, estarán presentes en grados diversos. Se me parte el corazón al pensarlo. La única alternativa es un viraje de la dirección cubana hacia la izquierda, buscando soluciones cooperativas y autogestionarias a los problemas económicos, con centro en la producción de alimentos. La extracción de minerales puede continuar y ampliarse. Pero el turismo y los servicios no son el futuro de Cuba, cuando las infraestructuras están colapsando. Hay que volver a lo básico. Producir alimentos. Los campos están yermos y se importa toda la comida. 

La otra alternativa es que las masas conquisten todo esto. Si lo anterior parece poco probable, esto último lo es menos. El Partido y el Estado no dejan que las masas se muevan solas. Por eso hasta hoy no se ve luz al final del túnel. El estallido y la violencia son el devenir más probable.

La compañera que dio lugar a esta historia no es culpable de nada de todo esto. Ni siquiera de aquello de lo que fue acusada por la vecina. Pero para las masas los periodistas miembros del establishment son cómplices de sus penurias. Y en ese sentido la señora de la cola tiene razón: «¡Periodismo es eso, mira, la basura! ¡Las cosas hay que hablarlas! ¡Aprende a defender al pueblo, no al gobierno!»


Adaptado de una publicación en Facebook con el consentimiento del autor

18 septiembre 2023 13 comentarios
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Individualidad capitalista
Ciudadanía

Individualidad capitalista y política del like

por Yassel Padrón Kunakbaeva 18 septiembre 2023
escrito por Yassel Padrón Kunakbaeva

Algo ha cambiado en el discurrir de la política tal y como la conocíamos antes de la pandemia de Covid-19. Llegamos a nuestra década del veinte y, como hace cien años, las viejas certezas parecen desvanecerse. Pero todavía no tenemos claro de qué se trata, aún no sabemos exactamente a qué se debe esta pérdida de substancialidad de todo lo que sobrevive del viejo mundo de la política. Solo tenemos claro que lo percibimos, se nos hace evidente en lo artificiosas que resultan ya las viejas maneras de pensar, analizar o decir los procesos políticos.

Me arriesgaré entonces a realizar una caracterización de la época con las herramientas que brinda la teoría crítica. Una estrategia de resistencia o de lucha anticapitalista debe hacerse cargo, en primer lugar, de entender la realidad. Debe partir de calcular con la mayor precisión posible la distancia entre la situación actual y aquella en la que se darían las condiciones propicias para la transformación social, para de ese modo poder plantearse una hoja de ruta.

En el momento actual, eso significa aceptar lo lejos que se encuentra un quiebre del capitalismo en el sentido que nos gustaría a quienes anhelamos ver su fin. Las transformaciones que ha sufrido este sistema social, aunque no lo han puesto a salvo de las crisis, han configurado un escenario para-apocalíptico, una evolución caracterizada por un despliegue organizado, sofisticado, e incluso delicado, de la barbarie.

Capitalismo intensivo o de la optimización

Llamamos capitalismo a la formación económico-social en la que la relación social fundamental es la acumulación de capital, sobre la base de la apropiación de la plusvalía producida por los trabajadores. Ahora bien, existen dos modos en que el sistema capitalista puede expandirse, o sea, maximizar dicha acumulación: el primero, mediante un aumento de la cantidad de trabajo vivo implicado en la producción de mercancías, lo cual puede conseguirse incrementando el número de trabajadores explotados o mediante la prolongación de la jornada laboral; el segundo, a través de la optimización tecnológica del proceso de producción, la cual permite que, a pesar de contarse con la misma cantidad de trabajadores o incluso menos, el trabajo de estos tenga un mayor valor agregado que repercuta en la cantidad de plusvalía producida. El primero de estos modos podría llamarse extensivo, el segundo, intensivo.

Imagen: Sin Permiso

Durante buena parte de su historia, el capitalismo se expandió a través del modo extensivo, incorporando nuevas zonas geográficas y poblaciones a la producción de mercancías. Sin embargo, como respuesta a las crisis económicas y a la agudización de la lucha de clases durante el siglo XX, el sistema sufrió una serie de mutaciones que lo llevaron a privilegiar el modo de crecimiento intensivo.

Dicha estrategia le permitió al sistema sociopolítico sobrevivir, principalmente por dos razones. En primer lugar, propició una transformación de la estructura social en los países centrales: el capitalismo de optimización necesitaba de la formación y expansión de un nuevo estamento de tecnólogos —administradores y mano de obra calificada— lo cual impulsó la ampliación de lo que se ha llamado clase media. Esto, a su vez, alivió el frente de conflictividad interna para la burguesía, pues el auge de la clase media y lo que se conoce como sociedad de consumo permitió una estabilización del sistema político en dichos países.

En segundo lugar, aunque el capitalismo no ha renunciado del todo a expandirse de manera extensiva, actualmente no depende exclusivamente de la incorporación de nueva mano de obra, lo cual le ha permitido a la burguesía de los países centrales desentenderse del destino de grandes masas de población en los países del Tercer Mundo. Esto alivia su frente de conflictividad externa, pues eluden el problema de tener que ejercer la dominación directa. Por el contrario, han creado las condiciones para que los países pobres compitan por la oportunidad de atraer inversión extranjera.

Nada de ello es noticia. No obstante, vale la pena reflexionar sobre los efectos históricos a largo plazo de esta dinámica. El capitalismo ya no puede ser imaginado como un sistema en el que feroces inversores recorren el planeta en busca de trabajadores que explotar y de paisajes a los cuales llenar de fábricas. Se comporta hoy como un sistema volcado hacia sí mismo, perezoso, sin prisa por llegar a los últimos rincones del planeta. La dirección del desarrollo tecnológico refleja de manera clara esta situación.  

Imagen: El Viejo Topo

Las viejas películas del siglo XX especulaban sobre un siglo XXI en el que la humanidad estaría colonizando el sistema solar y más allá; sin embargo, la carrera espacial ha estado mucho tiempo estancada, y todo parece indicar que las mejores mentes están más dedicadas a la producción del próximo teléfono inteligente. Hoy las empresas que más facturan no son las petroleras ni las automovilísticas, ni siquiera las armamentistas, sino las llamadas tecnológicas, abocadas a proveer la infraestructura de una vida cotidiana conectada a Internet. 

Este diagnóstico puede sonar contradictorio desde un punto de vista marxista, si se recuerda la tradicional definición del capitalismo como un sistema voraz que necesita siempre incorporar dentro de sí nuevos ámbitos de la vida. Sin embargo, en realidad no hay tal contradicción, pues la renuncia —solo parcial— a dominar y funcionalizar la totalidad del espacio y el tiempo físicos, es ampliamente compensada por la tendencia a dominar y funcionalizar los espacios virtuales de la subjetividad humana, un territorio potencialmente infinito.

El capitalismo ha evolucionado así en la dirección de ser un sistema cuya preservación no interesa única ni principalmente a los grandes capitalistas —titulares de las mayores fortunas— sino también al conjunto de trabajadores u operadores técnicos, cuya existencia material está vinculada a la optimización de los procesos de producción. Aunque no solo de la producción. El mercado es un sistema imperfecto, en el cual, el éxito no está garantizado solo por colocar mercancías de calidad, de modo que se hacen necesarios también operadores técnicos en las áreas de la circulación y el consumo.

El mayor grado de madurez de este fenómeno se alcanza en la financiarización de la economía, con su ejército de corredores de bolsa, operadores bancarios y agentes de campañas de marketing. Puesto que resulta imprescindible que un Estado que estabilice el sistema, les siguen los burócratas de todos los pelajes. Finalmente, se necesitan también operadores técnicos de la política, pues no puede dejarse al libre arbitrio un espacio en el que se definen tantas pautas para la distribución de la riqueza social.

El destino de la sociedad capitalista global está cada vez más vinculado a este caudal de operadores técnicos del capital, especialistas de la optimización en las más diversas esferas. Se les llama comúnmente profesionales, e incluye a técnicos, ejecutivos, científicos, funcionarios e incluso celebridades. Estos constituyen el grueso de lo que podemos llamar la clase media mundial, y poseen características sociológicas comunes, sobre todo aquellos que se desarrollan en ámbitos de alta competitividad.

Foto: Europa Press

Se trata de un conjunto de individuos para quienes la explotación que viven no es un problema central, pues son los primeros en explotarse a sí mismos, y que realizan una separación total entre su función como técnicos y el resto de su subjetividad personal, la cual a menudo puede alcanzar un alto grado de sofisticación cultural. En ellos se cumple, incluso más que en el burgués tradicional, el ideal del individuo total, que se vincula con el resto de la realidad solo a través de categorías universales. Para estas personas las fronteras no significan mucho, pues se mueven de un país a otro siguiendo los dictados del mercado laboral. De hecho, consumen los mismos productos culturales, desde que Netflix y el resto de las plataformas son capaces de llegar a casi cualquier parte.

También está la capa de quienes, sin serlo, quieren ser parte de esa clase media y comparten de manera virtual su cultura. Algunos le llaman clase media aspiracional, e incluye a muchas personas que son objetivamente de clase baja. Las redes sociales son una vía implacable de propagación de esta cultura, por tanto, no es extraño que cada vez menos jóvenes de clase baja quieran vivir como obreros- y en cambio prefieran ser freelancers, aunque sea vendiendo drogas o estafando a personas en línea. Todo en la cultura dominante les grita que la individualidad es el puesto de mando adecuado para conseguir el éxito, por lo que se debe huir de todo lo que obstaculice su movilidad y maniobrabilidad.

Economía de la satisfacción

¿Cuál es la principal consecuencia política de esta evolución, en lo que se refiere a las perspectivas de la lucha anticapitalista? Los capitalistas han reducido relativamente su dependencia respecto a los trabajadores no calificados, los cuales, a su vez, están confinados mayormente en ese apartheid llamado Tercer Mundo, donde, ni siquiera el más pleno ejercicio de sus derechos políticos, podría permitirles influir sobre lo que ocurre en los centros de acumulación de capital.

De este modo, el sistema se ha blindado ante cataclismos sociales que puedan desestabilizarlo. Aunque todavía una huelga general mundial acabaría con el capitalismo, se hace cada vez más difícil pensar, no ya en una revolución exitosa, sino tan siquiera en un sabotaje neo-ludista[1] que pudiese afectarlo seriamente. Las partes más sensibles del andamiaje se han puesto a salvo, lejos de los lugares donde más evidentes son las razones para querer destruirlo.

Imagen: Revista Paco

Para quienes nos hemos formado en Cuba y compartimos ideales socialistas, es habitual pensar en el capitalismo como un sistema en el que una minoría disfruta de los privilegios, mientras la mayor parte de la población sufre una salvaje explotación. Pero esta imagen caricaturesca se adapta mal a la realidad, tal y como se presenta en muchos contextos sociales. Quizás el mundo capitalista de hoy, contemplado en su totalidad, contiene tanto o más sufrimiento del que ha existido nunca, pero es evidente que en amplias regiones del planeta, y en capas sociales que abarcan millones de personas, lo que predomina es una economía del bienestar y la satisfacción.

La sociedad de consumo actual, para quienes están incorporados a ella —ya sean de la clase media o de los sectores más privilegiados de la clase obrera— representa un acceso al bienestar material, e incluso espiritual, que nada tiene que ver con las imágenes de escasez y salvaje explotación del capitalismo decimonónico. Para esos millones de personas, no tiene sentido pensar en una revolución socialista que los arroje a una confrontación violenta y un futuro económico incierto.

El capitalismo ha sido eficiente en colocar en lugares diferentes a aquellos que tienen mayores posibilidades de ponerlo en crisis y a los problemas sociales que hacen más evidente la necesidad de superarlo. La inmensa mayoría de los sufrientes generados por este sistema al día de hoy, no solo se encuentran en el Tercer Mundo, sino que, ni siquiera, forman parte del entramado productivo central. Son los llamados excluidos, sujetos de quienes los capitalistas pueden prescindir. Para muchos de ellos, poder ser explotados por alguna empresa representaría una mejora sustancial en su vida, casi un sueño hecho realidad.

La sociedad de los individuos totales y la despolitización de la vida

El ascenso de la clase media mundial, esta nueva sociedad de operadores técnicos del capital, se viene desarrollando desde principios del siglo XX. No es un fenómeno nuevo, aunque ahora estemos asistiendo a algunas de sus consecuencias políticas de largo plazo. Estos «individuos totales», como es posible imaginar, no resultan un material muy apropiado para constituir una ciudadanía en el sentido republicano clásico de la palabra. Dicha clase de sujeto ha sido favorecida históricamente por un peculiar péndulo: por un lado, la socialdemocracia y por el otro, el neoliberalismo.

La socialdemocracia, con su Estado de bienestar, creó las condiciones para que gran parte de la clase baja pudiese ascender a clase media. Sin embargo, la existencia relativamente asegurada del funcionario bajo el Estado Social no es todavía el arquetipo adecuado para el sujeto al que nos referimos: este necesita, para desplegar su potencial como operador técnico del capital, plena maniobrabilidad individual en un contexto de competitividad. Por ello, las políticas asistenciales de la socialdemocracia solo representan una fase de transición, la creación de un mínimo material en el que los individuos de clase baja pueden realizar su «acumulación originaria», para luego lanzarse a su existencia como clase media.

El neoliberalismo, en cambio, ha creado las condiciones sociales en las cuales los «individuos totales» han podido maximizar su movilidad y maniobrabilidad, a la vez que reducir su responsabilidad social hacia una comunidad dada. La brújula política de estos se encuentra, por tanto, dirigida —desde hace décadas— hacia la desregulación, aunque ello implique políticas que castiguen a las clases populares.

Imagen: Sitraina

Se ha hablado mucho de la tendencia a la despolitización en las sociedades capitalistas desarrolladas. Una de las causas de esto se encuentra en que los operadores técnicos del capital descubrieron, desde hace mucho, su propia forma de hacer política: maximizar sus beneficios a cualquier costo —aunque este, finalmente, lo terminara pagando la comunidad—. Sin embargo, encontraron resistencias en las clases populares.

Mientras la sumatoria de las «estrategias de vida» de los «individuos totales» presionaba hacia una distribución cada vez más desigual de la riqueza social, la resistencia de las comunidades, ya sea que se expresara con un signo político de izquierda o de derecha, ponía un freno a este proceso. La pura destrucción de lo comunitario no podía aparecer como posición política pública. Incluso aquellos partidos de centro liberal, que claramente defendían los intereses de las clases dominantes, debían referirse a un interés común. La subjetividad política seguía emergiendo de las comunidades, aunque fuese de un modo refractado por los intereses de los operadores técnicos del capital.

Lo que está ocurriendo en el momento actual del mundo es que, finalmente, se está expresando como subjetividad política dominante la de los «individuos totales» del capitalismo.

Las redes sociales representan la gramática de esta subjetividad: el medio es el mensaje. La pandemia de Covid-19 ha servido como un impulso para un proceso de transición de proporciones civilizatorias. La entronización del distanciamiento social, con el consecuente despliegue de medidas sanitarias, representó un golpe al corazón de la vida comunitaria en múltiples contextos sociales, y una coartada para el avance de las políticas antipopulares. Además, creó las condiciones para una sobre-exposición a los espacios virtuales de escala global, que aceleró la universalización de la cultura contenida en ellos.

Obsolescencia e idiotización de la política tradicional

¿Qué ocurre, en estas condiciones, con la política tradicional? ¿Qué son las viejas fronteras y partidos políticos, o incluso los símbolos de la lucha anticapitalista, para la clase media de los «individuos totales»? Toda la política se desplaza al área de la mera subjetividad, junto con las diversas formas de entretenimiento. Es algo separado de lo que uno hace para vivir, del lugar que ocupa dentro del engranaje.

Las causas sociales dejan de ser algo en lo que va la vida, para convertirse en algo a lo que se le da like. Y hasta el éxito de quienes se dedican profesionalmente a la política, depende de este indicador. Ya no se trata solo de una política operativizada, sino que es una para operadores, muchos de los cuales solo se comprometerán con una determinada causa con un pequeño fragmento de su subjetividad, el suficiente para dar un like. Se puede alegar que esto no es aún toda la política, sobre todo en el sur global, pero no puede negarse la evolución tendencial en esa dirección.

Imagen: the Southerner Online

Esta galopante transición hacia una nueva forma de constituirse la subjetividad política se nos hace patente todo el tiempo, tanto porque nosotros mismos entramos a formar parte de ella, como porque sus efectos a macroescala empiezan a hacerse evidentes a nivel mundial.

La idiotización de la realidad no es solo consecuencia de la ascensión de líderes carentes de inteligencia o experiencia, sino un reflejo de la nueva situación. No solo nosotros dejamos de empatizar con las viejas maneras de la política, cuya efectividad dependía justamente de su credibilidad como expresión de los intereses sociales, sino que al convertirse esta en una sensibilidad general, el derrumbe de lo conocido abre el camino para la ascensión de personajes aparentemente outsiders, como Trump, Bolsonaro o Bukele, o para reacciones viscerales de masa como las que se han desplegado a propósito de la guerra en Ucrania.

No está a salvo de esta transformación ni siquiera la política conscientemente anticapitalista. Anarquistas, socialistas y comunistas se ven arrastrados por igual a convertirse en criaturas de las redes sociales. Hacen bien, pues de otro modo se arriesgan sencillamente a dejar de ser escuchados. Pero no deberíamos dejar de ser conscientes de que entramos en el juego de una constitución de la subjetividad política radicalmente hostil. Principalmente, porque quienes estamos hoy leyendo y escribiendo sobre estos temas —o simplemente interesados— por lo general somos parte del lado privilegiado del mundo, operadores técnicos del capital en acto o en potencia. No solo lo somos, sino que cada vez es más difícil engañarnos a nosotros mismos al respecto. Podemos odiar el capitalismo y desear su destrucción—del mismo modo en que podemos dejarnos arrastrar por tendencias suicidas—, pero debemos estar conscientes de que este sistema es hoy nuestra realidad casi total.

La deriva de la política tradicional hacia la obsolescencia explica también algunas evoluciones del escenario político cubano. Se observa una consistente idiotización, simplificación y pérdida de matices de la realidad, y cada vez se hace más difícil tomar en serio los convencionalismos de la política nacional —tanto para el público como para los encargados de ejecutarlos—. Pero también, desde ahí, puede entenderse la crisis de los compromisos, como los que se pretenden que tengan muchos de sus actores en ambas orillas de la confrontación; pues la mayoría de los cubanos no comprometen su tiempo, energía, seguridad o dinero por «la causa», cuando más, dan un like.

Esta evolución global de la subjetividad política explica por qué en Cuba cada vez más podemos esperar de los actores con capacidad para decir y estructurar un discurso público, no otra cosa justamente que uno que reafirme su identidad, de manera desconectada con cualquier realidad social que afecte a los más desfavorecidos. Pues en la Isla las actuales relaciones sociales operan desde la lógica básica del capitalismo, y quienes entran en el juego político aspiran a ser de la clase media mundial, dentro o fuera del país.

El presentado hasta aquí puede parecer, desde cierto punto de vista, un cuadro desolador. Sin embargo, no es más que un nuevo conjunto de dificultades, hacia el cual debe volver el rostro cualquier praxis política con interés en conseguir un avance real. Mucho más si se trata de la búsqueda de una opción de justicia social, inclusiva, para las clases más afectadas por las consecuencias del capitalismo, ya sea en un marco nacional o internacional.

[1] corriente filosófica que se opone al desarrollo tecnológico y científico de la sociedad moderna

18 septiembre 2023 4 comentarios
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Virgen de la Caridad del Cobre
Ciudadanía

A la Virgen de La Caridad de El Cobre, mientras escribo

por Néster Núñez 16 septiembre 2023
escrito por Néster Núñez

No sé cuándo ni cómo surgió en mí el impulso, la osadía, de comenzar esta historia con la siguiente oración:

«Me aparecí ante la Virgen con dos velas amarillas y medio ramo de girasoles».

A diferencia de la fotografía documental que hago, escribir me permite falsear la verdad, poetizarla, reinterpretar a mi conveniencia los acontecimientos reales. «Me aparecí ante la virgen», he escrito, como si ella hubiera estado sola y deprimida y se alegrara con mi presencia repentina, con mis flores y la luz que traigo. Como si el milagro de la aparición fuese el mío, simple mortal desde que nací en un hospital de provincia cualquiera.

Foto: Néster Núñez

Ya comentarán algunos que nacer sí es maravilloso y extraordinario; que respirar y ver la luz a cada instante es un regalo divino; que deberíamos agradecer por ello. A veces llego a comprenderlos, pero cuando bajé del camión y puse un pie en el pueblo de El Cobre, todo a mi alrededor era mundano: el ruido, el calor, el paisaje, los terrenales e insistentes vendedores de agua, de pizzas, de piedrecitas luminosas y de vírgenes artesanales a los que constantemente había que mentirles del modo más amable: «No, gracias, ahora no. De regreso te compro». Aunque terminara gastándome allí mismo  ̶ y molestándome por mi debilidad ̶  un montón de dinero.

Para percibir lo divino en el sudor que emana por cada poro de la piel, en el aire que trae el acento oriental a los oídos o en el intenso verdor de las lomas en los ojos, hay que estar, lo confieso, en un lugar espiritual que no era el mío. Caminé hasta el Santuario porque es tradición cuando uno visita Santiago; por si acaso también: por si las moscas; y, en el fondo, porque he dicho que no creo en ná y he ido a consultarme por la madrugá, como tantos cubanos.

Foto: Néster Núñez

Así que me aparecí ante la Virgen con dos velas amarillas y medio ramo de girasoles. Además, cargaba con muchos dolores, dudas y reclamos anotados en una hoja en blanco.

El hecho de dividir por la mitad el ramo de girasoles no fue mezquindad, sino pragmatismo.

̶ A la Patrona de Cuba le interesaría más la calidad de la entrega que la cantidad ̶  le dije a la amiga con la que viajaba ̶  más cuando los comerciantes definen el grosor del manojo.

Tener los girasoles en mis manos sí me gustó: recordé por un instante la sonrisa de aquella novia mía que llegaba por la noche del trabajo y quedaba sorprendida al ver el búcaro alegre sobre el piano. Era mi forma de aliviarle un poco el cansancio diario, creo. Hay actos cotidianos que ofrecen más pureza y devoción que la que se encuentra en muchos altares.  

Ahora en la narración viene la elipsis para no recordar la subida de la escalinata. Ya comentarán algunos que la subida es importante, que cada escalón que dejas atrás te aleja de lo banal, simbólicamente, y te acerca al misterio divino; a lo más alto de ti mismo, en definitiva. Pero mi estado de ánimo era el de un tipo sudado y con hambre, así que saltamos en el tiempo y me describo ya frente a la mesa, listo para prender las velas.

Vigen-Caridad-del-Cobre

Foto: Néster Núñez

Silencio sí había en el recinto. Paz. Recogimiento. Casi nadie en todo el Santuario. Los infinitos bancos de madera pulida. La Virgen desde su altura. Mi poquita Fe y yo, indeciso. La fosforera hizo su chispa y vino una canción a mi mente: La luz que en tus ojos brilla… Si los abres, amanece. ¿Pasó realmente entonces, o sucede ahora, mientras escribo? Cuando los cierras parece que va cayendo la tarde.

La luz en las iglesias es hermosa; los colores de los santos en los vitrales; las paredes altísimas y las cúpulas. Las penas que a mí me matan, son tantas… Saqué la hoja en blanco con decenas de pedidos anotados, invisibles para los humanos y miré, suplicante, a la Virgen. A lo que es su representación, digo, porque ella está… ¿en el cielo? ¿Dentro de uno? ¿En todas partes?

Cada cual cree a su manera. Yo me senté en uno de esos bancos largos a hablar conmigo mismo sobre mis deseos, mis angustias, mis felicidades y temores… A dejar que fluyeran los sentimientos que me habitan. Noté que me faltaba música en la vida, por ejemplo; que me rondan las mismas canciones; que tanto el baile como el idioma inglés me provocan la misma ansiedad; que disfruto aprender; que no siempre me entrego a los otros como debería; que cuido mal a las amistades; que las distancias me matan; que mis hijos; que mis hermanos y mi madre…

Vigen-Caridad-del-Cobre

Foto: Néster Núñez

A veces me decía: «Eso lo puedo cambiar. Quiero hacerlo». A ratos soltaba un suspiro y, con él, un agradecimiento. También habré hecho alguna mueca de desagrado cuando me encontraba con mis partes oscuras, y entonces pensaba en las velas encendidas. Dios es amor: esa frase me convence. Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue otro símbolo enorme: la bandera cubana.

No sé qué tiempo transcurrió hasta que las voces dentro de mí se acallaron por completo. Bajé los escalones ya sin pensar en el futuro, en mi próximo viaje, mientras tarareaba una canción que creía olvidada: Yo pisaré las calles nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada, y en una nueva plaza liberada me sentaré a llorar por los ausentes. (No era Santiago de Cuba, sino de Chile, pero Pablito, desde la eternidad, sabrá comprenderme.)

Hablé mucho con la gente de El Cobre. Subimos al Mausoleo al Esclavo Cimarrón. Vi el campo de pelota, las tiñosas sobrevolando la laguna verde, el arte, los grafitis, el arroyo que baja de la sierra y las casas humildes. Fue entonces, al aire libre y desde esa altura mayor, que pedí por todos nosotros.

Virgen de la Caridad del Cobre

Foto: Néster Núñez

16 septiembre 2023 2 comentarios
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Ciudadanía

El futuro de los servicios sanitarios desde lo privado en Cuba

por Adriana Fonte Preciado 13 septiembre 2023
escrito por Adriana Fonte Preciado

Los años de historia que nos tocaron vivir nos arroparon con ciertos discursos sin aparente fecha de caducidad. Casi aprendimos de memoria que la salud pública es una conquista revolucionaria. Y no es menos cierto. Al momento del triunfo revolucionario coexistían poco más de 6 000 médicos en una población de seis millones de cubanos. Tres años bastaron para que la mitad de ellos decidiera abandonar el país, huyéndole a la incertidumbre de la transición y dejando una importante crisis sanitaria en Cuba.

En busca de soluciones, Fidel Castro y el equipo de Gobierno crearon en 1961 el Sistema Nacional de Salud (SNS) bajo los principios de gratuidad, accesibilidad, equidad y universalidad, como un derecho de la población y una responsabilidad del Estado. Se fundaron así 451 policlínicos, cuya célula principal eran los consultorios que acogen al personal médico y de enfermería, o sea, quienes trabajan directamente con la población. Además, se fundaron 150 hospitales y 19 instituciones de investigación que corresponden al nivel más avanzado de atención.

Después de 1961 Cuba alcanzó indicadores sanitarios comparables con los de países de mayor desarrollo económico. Al inaugurar el siglo XXI los grandes desafíos no eran los que hoy persiguen otros países latinoamericanos —mejorar acceso, cobertura e indicadores básicos—, sino encontrar formas de financiamiento eficiente.

Desde su posición de autoridad sanitaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve una Estrategia de Salud Universal que enfatiza la necesidad de mantener en el centro de los debates la gratuidad de los servicios médicos, más aún cuando las contribuciones privadas son una de las formas principales de financiamiento de los sistemas de salud en la mayoría de países.

El artículo 72 de la Constitución de la República de Cuba indica que «La salud pública es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación». La Organización Panamericana de Salud (OPS) recoge evidencia importante sobre el modelo de atención del sistema cubano.

América Latina no tiene un comportamiento homogéneo en este aspecto. Basados en las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la base de la información oficial referida a gastos sociales, se puede concluir que la mayor parte de estos son administrados y operados por los ministerios y los programas médicos de los sistemas de seguro social.

Foto: UNNews

Los gastos «de bolsillo» que realiza cada núcleo familiar en forma de pagos por servicios médicos, para la compra de medicamentos y otros insumos, son un estrato fundamental en el equilibrio público/privado del financiamiento de los servicios sanitarios en la región. En ello ha incidido de forma severa la implementación de medidas neoliberales a partir del auge de partidos de derecha, que tienden a asfixiar las políticas sociales, y recortar los presupuestos del sector de la salud y la asistencia social. 

En Cuba, es el presupuesto del Estado, articulado a través del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el que incide en el financiamiento de cada uno de los eslabones del sector. El ministerio, con la debida aprobación del Consejo de Estado y de Ministros, distribuye los fondos entre los distintos niveles y unidades de atención a través de las asambleas provinciales y municipales. Esto garantiza que en los servicios de salud solo participen agentes estatales, como única herramienta para la conservación de un sistema público y de calidad uniforme para todos los cubanos.

A finales de 2009, durante un discurso ante el Parlamento Cubano, el entonces presidente Raúl Castro inició un proceso de trasformación: «sin afectar la calidad de la atención de salud que se ofrece a todos los ciudadanos sin costo alguno e inclusive mejorándola, los gastos pueden reducirse sustancialmente». Pronto se elaboró e implementó un plan de transformaciones dirigido a reorganizar, compactar y regionalizar los servicios sanitarios.

Hoy el panorama se ha complejizado. Cuba enfrenta un proceso de «constante reconstrucción» de su modelo económico que no ha encontrado solución a los problemas de la dualidad monetaria y cambiaria. Busca fórmulas para esquivar las medidas unilaterales coercitivas de Estados Unidos que impiden la adquisición de productos básicos para la elaboración de fármacos y otros insumos. Además, afronta las consecuencias de la pandemia de convid-19, el envejecimiento poblacional, la baja fecundidad y la crisis migratoria, sin muchas soluciones viables para un futuro próximo.

Foto: El Periódico de Aquí

El gasto público en salud incluye los gastos corrientes y de capital de los presupuestos de gobierno central y local, los préstamos y subsidios externos —incluidas las donaciones de agencias internacionales y organizaciones no gubernamentales— y fondos de seguro social de salud, y se expresa como porcentaje del PIB.

Según analiza un artículo publicado en la Revista Panamericana de Salud Pública, entre 1996 y 2004, el gasto en salud en relación al PIB fue relativamente bajo. Luego aumenta de forma sostenida hasta el 13,8% en el 2009 y decrece a partir de ese año hasta 9,1%, producto de los ajustes al presupuesto llevados a cabo. Más adelante se recupera debido al incremento salarial al personal de salud.

Según las cifras de la Organización Nacional de Estadísticas e Información ya en 2021 el PIB de Cuba creció un 1,3% luego de la fuerte caída del año previo. A este incremento contribuyó, en primer lugar, el sector de la salud pública (14,3%). En 2022, el PIB creció un 1,8% e igualmente este sector le fue favorable.

El SNS ha experimentado un proceso de descapitalización bastante importante en los años recientes. Esta afirmación puede verse reflejada en los propios números oficiales: el volumen de inversiones por clase de actividad económica muestra que en el año 2021 se invirtió 20 veces más en Servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler —correspondientes en gran medida al turismo— que en Salud Pública. En 2022 se invirtió 15 veces más en los primeros que en la segunda.

Todo esto confirma la persistencia de una estructura deformada de la inversión en Cuba que llega hasta la primera mitad del 2023. Los servicios empresariales, las actividades inmobiliarias y de alquiler, junto a la inversión en hoteles y restaurantes, concentran el 30,6% de la inversión nacional. En medio de una situación sanitaria que se agrava, la inversión en el sector de la salud representa el 1,4% del total, incluso menos que la de 2022, que fue de un 2%.

Como resultado, hoy el sistema de salud sufre las consecuencias: las instituciones no cuentan con estándares básicos de calidad; la crisis de insumos es insostenible; el personal facultativo del MINSAP ha sufrido una peligrosa disminución en sus filas —solo en el último año 12 065 médicos dejaron sus puestos de trabajo para emigrar al sector privado o al extranjero—; la falta de medicamentos es catastrófica y la escasez nutre el mercado virtual en las redes sociales de más tráfico en Cuba —Facebook, Telegram y WhatsApp—, donde las personas ofrecen comprar, vender, o intercambiar medicamentos sin regulaciones de las autoridades, convirtiéndose en caldo de cultivo para la corrupción, los precios abusivos, la falta de control de calidad farmacológica y de vigilancia, incluso sobre los medicamentos de uso intrahospitalario y de alto riesgo. Los indicadores básicos de salud han retrocedido décadas.

Mercado Informal de Medicamentos en Cuba en la plataforma Telegram

Mercado Informal de Medicamentos en Cuba en la plataforma Telegram

No bastan par de cuartillas para abordar cuestiones fundamentales si se quiere hablar con rigor del estado del SNS. Sin embargo, en el escenario actual están floreciendo las condiciones para que la creciente privatización llegue a servicios que deberían ser manejados exclusivamente por el sector de la salud pública y la asistencia social, si pretendemos ser consecuentes con los discursos que arroparon nuestras conquistas sociales.

Hoy encontramos al alcance de un click negocios privados especializados en «cuidados», como Tatamanía, que ofrecen servicios de cuidados a domicilio, y que incluyen atención a la salud física y mental, acompañamiento al área de salud, cuidados dentro de centros hospitalarios, 24 horas y con servicios de alimentación, higienización, cumplimiento de tratamientos farmacológicos Curiosamente, varios de ellos son llevados a cabo por médicas y enfermeras que han salido del sector estatal para involucrarse en el privado.

En el caso del emprendimiento antes referido, sus estatutos aclaran —porque es básicamente ilegal— que no ofrecen servicios de salud, sin embargo, si se es riguroso con tal concepto, estos sí entran dentro de los deberes de la salud pública y la asistencia social.

Tomada del sitio web de Tatamanía

Aunque este tipo de servicio es un complemento muy útil a los cuidadores y las personas que por algún motivo no son completamente funcionales, siempre y cuando puedan pagarlos, muestran con antelación a dónde pueden ir a parar las carencias enquistadas de los sistemas sanitarios públicos.

La privatización tiene resultados discutibles, pero lo que sí es invariable es que representa una amenaza para la equidad en el acceso a los servicios. Dentro de las bondades señaladas por los defensores de los servicios sanitarios privados, se señala que tienen un efecto positivo sobre la sostenibilidad del sistema público, ya que lo descongestiona haciendo que incluso ahorre dinero. Sin embargo, múltiples estudios demuestran que la coexistencia del sector privado puede, en realidad, detraer recursos del sector público.

***

La privatización de algunos de los servicios sanitarios sobre las condiciones actuales de Cuba sería un camino certero a la agudización de la desigualdad social, cuyas consecuencias serían peores para los sectores más vulnerables, racializados, para les ancianes LGBTIQ+ y/o en condición de calle.  Esta estrecha relación entre enfermedad y pobreza, que se agudiza en sistemas sociales y sanitarios regidos por políticas neoliberales, es conocida como círculo Horwitz e ilustra cómo «hombres y mujeres enferman porque son pobres, se vuelven más pobres porque están enfermos y más enfermos porque son más pobres».

Es difícil señalar con antelación cuál será el porvenir de Cuba, Sistema de Salud incluido, pero si vale adelantarse, mejor agotar todas las fórmulas en que los sectores más vulnerables mejoren —o no empeoren— sus condiciones de vida. Tal vez con el logro de ciertas libertades políticas y/o el perfeccionamiento de los mecanismos de control popular, los futuros ciudadanos puedan intervenir y fiscalizar las diferentes formas de hacer sostenible un sistema de salud: desde el aumento de la cantidad de dinero destinado a este fin, la eliminación de las barreras financieras de acceso a la salud, hasta el uso justo de los recursos disponibles y la responsabilidad que en ello tiene el Estado.

13 septiembre 2023 9 comentarios
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Ciudadanía

La deuda externa cubana: una solución complicada

por Omar Everleny Pérez Villanueva 12 septiembre 2023
escrito por Omar Everleny Pérez Villanueva

En cualquier análisis sobre la evolución de la economía cubana, especialmente en el desempeño de su sector externo, debe destacarse el contexto internacional, donde indiscutiblemente pesan las medidas unilaterales coercitivas de Estados Unidos, y el deterioro de los términos de intercambio por la propia estructura, tanto de las importaciones como de las exportaciones cubanas. No obstante, en Cuba persisten problemas estructurales de larga data, especialmente la escasez de divisas por las magras exportaciones, las deudas comerciales con un grupo de países siempre crecientes, entre otros factores, que influye en los niveles de producción. Lo dicho, evidentemente, tiene un fuerte impacto en el comercio exterior y la deuda externa del país.

La fragilidad que caracteriza a la economía cubana, y sus dificultades para mantener sus relaciones comerciales y financieras internacionales, colocan el tema del financiamiento externo como un factor imprescindible para alcanzar elevadas metas de desarrollo económico y social en el 2030.

Sucede que la cuestión de la deuda externa transciende las finanzas y afecta el desenvolvimiento integral de la economía; de su adecuado enfrentamiento depende en gran medida la normalización del flujo crediticio procedente del exterior, que aún no llega o se demorará si no cambian las reglas de juego existente en la política económica interna.

Es preciso recordar que al finalizar el decenio de los ochenta y producto de la moratoria de pagos en 1986, la deuda se había prácticamente duplicado respecto al nivel de 1980, y durante los noventa continuó su crecimiento ininterrumpido producto del efecto combinado de elevados intereses, incremento de obligaciones vencidas y capitalizadas, y la contratación de nuevos créditos en condiciones muy onerosas, a lo cual se le añadió la pérdida de las relaciones beneficiosas con el extinto campo socialista.

La incapacidad para enfrentar el servicio de la deuda en Cuba se vieron exacerbadas por diversos fenómenos ocurridos en el primer decenio del siglo XXI, entre estos: el deterioro del sector eléctrico nacional en el 2004; la crisis financiera y económica internacional del 2008; el fuerte incremento del precio del petróleo y de los alimentos en el mercado mundial; el embate de varios huracanes de gran intensidad y los graves problemas de liquidez del sistema bancario doméstico, sumados a la ineficiencia interna relacionados con la poca capacidad exportadora de bienes.

En el 2013, Cuba comenzó a concretar resultados en materia de renegociación y reducción de deudas, en gran medida relacionados con la mayor confianza y credibilidad que inspiraron entre los acreedores oficiales y privados, varias de las reformas económicas y sociales emprendidas por el gobierno de Raúl Castro en el marco del denominado proceso de «actualización del modelo económico» que había comenzado en el 2011.

En esos procesos de renegociación de la deuda, jugó un importante papel el nuevo escenario económico, comercial y financiero entre Cuba y Estados Unidos (EE.UU.), que se creó en la administración Obama. Algunos analistas han partido de supuestos muy válidos, al plantear que los antiguos acreedores de la Isla no querían quedarse al margen del proceso de apertura de las relaciones y, por eso, pretendieron aprovechar las oportunidades que podrían brindarle el mercado cubano.

Debe aclararse que las cifras anteriores son las que recoge el Anuario Estadístico de Cuba publicado en 2023. Aunque las estadísticas deben llegar al 2022, el documento sólo las incluye hasta el 2020. En términos de deuda activa, los montos se refieren solamente a la deuda corriente que refleja las transacciones financieras y comerciales, cuyo saldo está en función de los nuevos financiamientos recibidos y los pagos realizados.

Respecto a esa deuda activa, cuya última cifra disponible en el anuario era de 19 743 millones de dólares hasta 2020, su complejidad radica en la incapacidad del país para moverla o renovarla, ya que sus fuentes de financiamiento son muy pocas. Revertir la crítica situación del financiamiento y el endeudamiento externo de la economía cubana constituye una tarea muy compleja, que abarca el enfrentamiento de múltiples problemas de carácter interno, asociados a la estructura económica e institucional del país y también supone sortear adversas condiciones del entorno internacional en el que se desenvuelven los vínculos externos de la nación.

Otras cifras de la deuda que muestran volúmenes superiores, son publicadas por la entidad de análisis Economist Intelligence Unit Country Report Cuba donde, por ejemplo, en el primer semestre del 2023 se reflejaba una deuda de 27 505 millones de dólares.

También la complejidad de la deuda se refleja en la relación Deuda externa con respecto a las exportaciones de bienes y servicios, que de un 64.1 % en el 2013 pasó a un 225 % en el 2020. Es decir, a modo de ejercicio técnico, se necesitaría destinar más de 2 veces la totalidad de las exportaciones de bienes y servicios del país, para eliminar dicha deuda.

La conjunción de los múltiples factores ya descritos, especialmente la mejoría de las relaciones con EE.UU., provocó el impulso que experimentaron las negociaciones para reestructurar y reducir adeudos externos vencidos, tanto de carácter oficial como privados.

El 12 de diciembre del 2015, luego de dos años de negociaciones, el gobierno cubano y el grupo Ad Hoc del Club de París acordaron reestructurar el pago de los 11 110 millones de dólares adeudados por Cuba, en pasivos a mediano y largo plazo. De estos, se condonaron 8 484 millones de dólares en intereses de mora que representaban el 70 % de la deuda negociada, y los restantes 2 600 millones de dólares se pagarían en un plazo de 18 años, en cuotas gradualmente crecientes.

Dada la crítica situación económica imperante en Cuba, por factores explicados, el gobierno cubano y el Club de París acordaron en 2021 modificar su acuerdo de renegociación de la deuda del país caribeño, en ese momento en situación de impago. Cuba incumplió parcialmente sus obligaciones en 2019, y en 2020 se declaró incapaz de asumir la cuota en su totalidad. Por ello, solicitó una moratoria de dos años para un total de unos 200 millones en pagos atrasados al organismo multilateral, que aceptó solo un año con la posibilidad de renegociar.

La deuda con el Club de París se ha renegociado constantemente, la última reunión para lograr acuerdos de esa índole se efectuó en agosto del 2023, donde Cuba presentó de nuevo su incapacidad de hacerle pagos por el momento, dado que su situación económica sigue siendo de crisis.

Al finalizar 2022, Cuba era el segundo país de América Latina y el Caribe en contraer la mayor deuda con ese Club, con cifras superiores a los 4 800 millones de dólares.

Deuda cubana con el Club de París en millones de dólares. No incluye los intereses atrasados hasta el momento. Elaborada en base a publicación de Pedro Monreal basada en la fuente del Club de Paris.

Deuda cubana con el Club de París en millones de dólares. No incluye los intereses atrasados hasta el momento. Elaborada en base a publicación de Pedro Monreal basada en la fuente del Club de Paris.

Aquí se pueden ver 2 momentos de reducción significativa: el primero en el 2014 por la reducción de un 90 % de la deuda con Rusia, y el segundo en 2015 por el acuerdo con el mismo Club de París.

En uno de sus trabajos sobre la economía cubana, el ex ministro de Economía José Luis Rodríguez expresó que: «El país debe Renegociar y liquidar la deuda comercial de corto plazo para asegurar las importaciones indispensables para el país, segregando fondos específicamente para esos fines. De ser posible, tomar créditos adicionales con este objetivo» y es necesario a la vez «renegociar y liquidar la deuda con inversionistas extranjeros compuesta por dividendos y rentas que no se han podido liquidar en moneda libremente convertible, valorando la alternativa de aplicar un swap de deuda por inversiones».

Acreedores Deuda total millones de USD Condonada millones de USD %
Rusia (2014) 32 200 29 000 90
México (2013) 487 340 70
Japón 1750 1 400 80
China (2011) 6000 2830 47.2
Uruguay 35 35 0
Club París (2015) 11 084 8 484 76.5
Total 51 556 42 089 81.6

Fuente: Publicado en Diario Las Américas el 9 de marzo 2021 basado en Havana Consulting Group.

En años recientes como el 2021 y 2022 se produjeron acuerdos de renegociaciones con China y Rusia. En febrero de 2022 esta última aplazó hasta 2027 la deuda cubana pendiente.

***

La deuda externa se ha convertido en una soga que aprieta cada vez más el cuello del gobierno de la Isla, y al mismo tiempo, repercute fuertemente en el bolsillo de los cubanos. Esta situación agravará aún más la crisis que hoy enfrenta el país. La falta de créditos y divisas impacta en el aumento del desabastecimiento en las tiendas del Estado y hace que los precios aumenten cada día en el mercado informal y de comercios privados o estatales que se rigen por la ley de oferta/demanda, es decir, hay una elevada inflación y un alza considerable del costo de la vida. Al mismo tiempo, la situación tensa aún más las relaciones comerciales entre el gobierno y las empresas extranjeras con inversiones en el territorio nacional, pues están pendientes de pagos importantes de los bancos cubanos por las utilidades logradas en el país.

La solución a la deuda solo será posible si el país emprende una ruta de crecimiento sostenido, y eso solo puede lograrse si se implementara una reforma integral de la economía. Instrumentos existen, solo se necesita la voluntad política de aplicar medidas de mayor impacto en la sociedad económica. Otros países como Viet Nam lo han logrado con una base de partida, más compleja como la cubana, y también enfrentando un cerco económico por parte de EE.UU., ¿por qué entonces no mirar esos ejemplos?

Referencias

[1] Anuario Estadístico de Cuba 2020 . Sector Externo . Edición 2022, pagina 6, tabla 8.2

[2] Country Report 2nd Quarter 2023. Economist Intelligence Unit Limited, 2023, page 11.

12 septiembre 2023 7 comentarios
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La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

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