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Historia

Revalorización de acontecimientos, figuras y procesos de nuestra historia

pequeñoburguesa

La reacción pequeñoburguesa

por Consejo Editorial 17 febrero 2017
escrito por Consejo Editorial

La involución de la Europa del Este ha hecho un daño terrible al avance del movimiento obrero y popular en el mundo, por ello los marxistas-leninistas tenemos la OBLIGACIÓN de cumplir el papel de vanguardia de la clase obrera, que por solo ser dueña de su fuerza de trabajo, es la portadora del germen de la nueva sociedad.

Los comunistas, tienen la tarea permanente de organizar, movilizar, capacitar en la Teoría Científica, para concientizar y dirigir las luchas de la clase obrera y el pueblo, defendiendo la independencia política y  la hegemonía del proletariado; prepararlos para la revolución, desplegando formas de organización y lucha, que confluyan en acciones revolucionarias de masas, donde se estén configuradas las condiciones para una situación revolucionaria; y según las condiciones específicas de cada país, pasar a la lucha revolucionaria directa donde las condiciones objetivas han madurado.

Es la forma combativa en que se expresa el internacionalismo proletario, la solidaridad de clase, y con las luchas revolucionarias en progreso.

Desde que surgen como clases está el enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado, que fue MEDIOCRIZADO por la acción ¡TRAIDORA! de la pequeña burguesía, utilizada muy bien por Oliverio Cromwell para aplastar al Partido de los Cavadores, del naciente proletariado inglés, logrando que la Revolución Burguesa no fuera tan revolucionaria.

Esa función pequeñoburguesa fue denunciada, por la Teoría Científica Marxista y, de forma magistral, por Marx en la “CRÍTICA AL PROGRAMA DE GOTHA”.

Federico Engels, en su obra “Contribución a la Historia de la Liga de los Comunistas” demostró que “no es el Estado el que condiciona y regula la sociedad civil, sino ésta la que condiciona y regula el Estado, y de que, por tanto, la política y su historia hay que explicarlas por las relaciones económicas y su desarrollo, y no a la inversa.”

Marx y Engels demostraron que cuando el Proletariado logra la derrota de la burguesía, destruye su Estado Capitalista, y construye el  Estado PROLETARIO, diferente a los anteriores, por ser su PODER DE ABAJO HACIA  ARRIBA, porque arrebata la propiedad mal habida a la burguesía, y la pasa a los trabajadores, VERDADEROS DUEÑOS de esas riquezas, por ser sus creadores…

Comienzan el Período de Tránsito, que Lenin esclareció que TIENE QUE SER, en forma de CAPITALISMO MONOPOLISTA DE ESTADO, y prepararlos a dirigir su destino, ESTRUCTURANDO EL CUERPO LEGAL QUE HAGA EFICIENTE LA ECONOMÍA Y TODA LA VIDA SOCIAL.  Esta direccionalidad hacia la sociedad sin clases antagónicas perjudica las aspiraciones de la pequeña burguesía de ser burgueses, por ello, sirven incondicionalmente a los burgueses y al imperialismo internacional. Por ello los teóricos del proletariado desmantelar sus ardides traicioneros.

Desde los inicios de la lucha proletaria surgieron las divergencias internas y las discusiones acerca de la línea a seguir en la construcción del socialismo. Pero, la práctica estimula la teoría, y las dificultades desataron un sinfín de debates ideológicos que escindió el Partido Socialdemócrata ruso en dos: los Mencheviques, con enfoque radicalmente pequeño burgués, y los Bolcheviques mayoritariamente Marxista-Leninista, con pugnas internas entre dos bandos revisionistas, que Lenin mantenía controlados mediante sus esclarecidos postulados teóricos.

Cuando se toma el poder, de 1917 a 1921 fue imprescindible implantar la “economía de guerra”, y las orientaciones de Lenin, ya grave, los revisionistas deformaron; traicionando la alianza obrero-campesina. Una vez derrotadas la contrarrevolución externa e interna, en 1920, Lenin esclareció que había que hacer el Período de Tránsito en forma de Capitalismo Monopolista de Estado; lo que fue saboteado desde el primer momento; desapareciéndolo en 1928, a 4 años de su muerte y que lo endiosaran los oportunistas.

A partir de ese momento SE IMPUSO, antes de tiempo, ese “socialismo” IRREAL que concluyó en su INVOLUCIÓN, y en el desprestigio de las concepciones que lo argumentaron.

Esto lo logran después del atentado que se le preparó a Lenin, en 1918, escalando al poder real la pequeña burguesía, deformando las órdenes del líder enfermo, y los postulados teóricos Marxista-Leninistas.

Se inició así una verdadera guerra contra los defensores de la pureza de la Teoría Revolucionaria, encabezada por Stalin. Comenzaron por discrepancias de enfoques, hasta que, al afectar intereses de oportunistas, terminaron en muertes, como la de Mijaíl Frunze, “por una sobredosis de cloroformo durante una operación estomacal”, el 31 de octubre de 1925.

Se impuso la “unión” de las excolonias a la Rusia Soviética, que fue criticado por Lenin en 4 artículos titulados “Sobre la autonomización, o el mal llamado problema de las nacionalidades”, donde narra el choque de Stalin y Dzerzhinski con el médico Sergó Ordzhonikidze, (conocido como “El Lenin del Cáucaso”, la figura más destacada de los bolcheviques en Georgia), porque este defendió, hasta pasar a los puños, el derecho democrático para determinar la unión.

Dirigiendo Ordzhonikidze los Sóviet Militares del 12º y 14° Ejército Rojo se derrota al ejército de Denikin, y se tomó Oriol, Donbass, Járkov entre otros territorios. Por sus indiscutibles méritos se le ascendió a miembro del Politburó en 1926. Hasta que hacia 1936 Stalin comenzó a cuestionar su lealtad… En las memorias de Jrushchov, se recoge que “Ordzhonikidze había confesado a su amigo Mikoyán; la noche anterior de que apareciera muerto; que ya no podía soportar más lo que estaba ocurriendo en el partido, específicamente el asesinato arbitrario de sus miembros.”

Después de la INVOLUCIÓN, muchos casos similares han sido develados en los países de la Europa del Este, que Esa guerra contra el pensamiento verdaderamente Marxista-Leninista sobrepasó el territorio soviético, presionando a través de la Internacional “comunista”, involucrando a ciudadanos de otras naciones.

Así fue, en México, el atentado a León Trotsky por 20 hombres armados dirigidos por el pintor David Alfaro Siqueiros, que se frustró. Asesinato que luego se ejecutó por el español, Ramón Mercader, clavándole un piolet en la cabeza, aprovechando que el confiado líder le dio la espalda para aprovechar la luz de la ventana.

“Claman que porque la Unión Soviética colapsó, el comunismo ha muerto.

“Menea su cabeza.

“¿Saben estos idiotas qué es el comunismo? ¿Creen que un sistema gobernado por un matón que asesina a sus compañeros revolucionarios es comunismo? ¡Scheisskopfen!”

MARX EN EL SOHO de Howard Zinn. (Historiador social estadounidense.)

17 febrero 2017 78 comentarios 488 vistas
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Cuatro días que me dieron la vida

por Consejo Editorial 24 enero 2017
escrito por Consejo Editorial

Para los campesinos de la zona de Bolondrón, provincia de Matanzas, el 23 de marzo de 1963 parecía ser una mañana como otra cualquiera, pero el tráfico de camiones y tropas les hizo ver que algo se avecinaba. Ese día fuerzas de la Lucha contra Bandidos (LCB) empezaban un cerco que acabaría con las bandas de alzados que durante mucho tiempo aterrorizarían y asesinarían a varios vecinos de la zona.

Un cerco de los combatientes de la LCB en esos tiempos no es noticia, sin embargo, para mi familia y para mí en particular este sería trascendental. Uno por uno fueron ocupando los combatientes los escondrijos de los bandidos y en una cueva donde se refugiaban los alzados encontraron entre sus pertenencias una libretica negra donde tenían anotadas las acciones a realizar por esos días.

Entre esas “heroicas” acciones estaba previsto para el día 27 –cuatro días después del cerco- el ajusticiamiento de un grupo de campesinos simpatizantes de la Revolución que los hizo personas y a la cual estaban agradecidos. Entre esos nombres estaban los de un campesino y sus dos hijas de 10 y 4 años. La niña de 10 años era mi mamá.

Para el que pueda pensar que esto es ficción les traigo una historia real, que muestra la naturaleza asesina de Pichi Catalá, Luis León de la Torre (Leoncito), Eulogio García Mirabal (El Roco) y otros de los que algunos en Miami han querido presentar como “Guerrilleros Campesinos”. Se pueden mencionar decenas de ejemplos similares.

Un día como hoy -24 de enero- pero del año 1963 la familia de Gregorio Rodríguez, Nicolaza Díaz y sus cinco hijos se disponían a dormir cuando un grupo de alzados al mando de Francisco Hernández, alias “El Gallego” se disponía a cumplir una orden de Juan José Catalá “El Pichi Catalá” el jefe de los bandidos en la provincia de Matanzas y que consistía en llevar a cabo alguna acción que “resonara en el territorio”.

La “acción” en cuestión consistió en ametrallar un bohío campesino y huir amparados por la noche dejando atrás dos muertos –Fermín de 13 años y Yolanda de 11 años quien moriría poco después- más heridas de gravedad a Felicia de 16 años y Josefa de sólo siete que quedó con secuelas para toda la vida. Años después la madre diría recordando los hechos: “yo no quiero ni acordarme de lo que vi cuando entré al cuarto. Allí estaba Fermín, mi hijito, bañado en sangre, se estaba vistiendo cuando lo mataron. Yolanda y Josefina estaban en la cama, se despertaron con los tiros en sus cuerpitos [.] no se quejaban. Me acuerdo que en mi desesperación empecé a dar gritos.”

Dicen que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad, pero yo no me imagino cuántas veces van a tener que repetir –para que alguien se lo crea- que esos asesinos de niños, campesinos y maestros eran “campesinos armados” luchando por la libertad de Cuba,

Cuatro días marcaron la diferencia para mi familia y para mí. La oportuna intervención de los combatientes de la lucha LCB evitó que mi madre fuera asesinada y que hoy yo pueda contar esta historia mientras celebro mi cumpleaños.

24 enero 2017 139 comentarios 794 vistas
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Revolución y Nación

por Consejo Editorial 11 enero 2017
escrito por Consejo Editorial

Hay que dejar de hablar de Revolución y comenzar a hablar de Nación. Varias veces he leído esa afirmación en las redes sociales y lo más interesante es que los que la promueven son supuestamente “gente de izquierda”, aunque en estos tiempos para saber de qué lado está cada cual, no basta con leer lo que dicen sino ver lo que hacen y sobre todo, quiénes son sus amigos y aliados.

La nacionalidad cubana es el fruto de un largo proceso histórico, en eso todos estamos de acuerdo, pero solo la Revolución cubana permitió que Cuba se convirtiera en una Nación. No quiero entrar en el terreno de los historiadores, mis consideraciones se basan en el análisis de diferentes épocas y países.

En una carta dirigida a Root, el 25 de octubre de 1901, Wood señalaba: “Con el control que ejercemos sobre Cuba por medio de la Enmienda Platt, control este que indudablemente pronto habrá de convertirse en posesión, combinado con otras tierras productoras de azúcar que ahora nos pertenecen, en muy poco tiempo dominaremos el negocio azucarero del mundo, o por lo menos, una gran parte de él…considero que Cuba como la más deseable adquisición que pudieran hacer los Estados Unidos, por si sola vale lo que dos estados sureños, posiblemente tres cualesquiera con excepción de Texas…más adelante agregaba

…es probable que, tan pronto nuestros productores nacionales de azúcar comprendan que nuestra política es darle una oportunidad a Cuba, trasladen; sin lugar a dudas, sus industrias a la misma, y la isla, bajo el ímpetu de una energía y un capital nuevos, no solo se desarrolle, sino que se americanice gradualmente y en su oportunidad, lleguemos a contar con una de las más ricas y apetecibles posesiones del mundo”

En Cuba la revolución del treinta se fue a bolina como diría Raúl Roa, porque salvo un honroso grupo, liderados por Antonio Guiteras, todos los implicados estaban más preocupados en lograr el reconocimiento del gobierno de los Estados Unidos que en responder a las expectativas creadas en el pueblo con la caída del dictador Machado. Recomiendo la lectura del libro “Fabulario” de Mario Kuchilán para que vean el lenguaje injerencista de los comunicados de los embajadores “americanos” a sus jefes en Washington durante toda la crisis.

Fue el gobierno de los Estados Unidos quien convirtió a Batista en el “hombre fuerte” y quien lo apoyó hasta el último momento. La última muestra de injerencia de la embajada USA fue cuando en una reunión con Batista le dijeron que tenía que renunciar para evitar la llegada de los revolucionarios al poder. No es un mito que en Cuba por esos años se consultaba con la embajada de los Estados Unidos antes de tomar muchas decisiones.

El 17 de diciembre de 1958 el embajador norteamericano en Cuba ser reúne con Batista para analizar la situación existente en la isla y el resultado del encuentro fue descrito por el embajador Earl T. Smith en su libro “El cuarto piso” donde demostrando el intervencionismo de siempre dijo: “Los Estados Unidos, diplomática, pero claramente, le habían dicho al presidente de la República que debía irse de su propio país”

De los años treinta en Cuba podemos “viajar” hasta Colombia cincuenta años después cuando en plena guerra contra los narcotraficantes, la única defensa que tenía el gobierno era la extradición de los narcos hacia los Estados Unidos. Estaba tan corrupto el país que era imposible poder juzgarlos y encarcelarlos en su territorio. En esa misma época los pueblos latinoamericanos sufrían bajo las botas de las dictaduras militares apadrinadas por el gobierno de los Estados Unidos.

En la actualidad en América Latina existen cerca de cuarenta bases militares de los Estados Unidos, que como dice el politólogo argentino Atilio Borón no están ahí para “mirar los pajaritos de la Amazonía o los peces que hay en el Atlántico Sur” sino para interferir en los procesos políticos en nuestra área geográfica y los ejemplos sobran. Para colmo, ahora quieren traer bases de la OTAN, precisamente en el momento en que se trata de convertir en una realidad el acuerdo de convertir a América Latina en un área de paz.

El primero de enero de 1959 nos permitió convertirnos en Nación. A nosotros nos toca conservarla.

11 enero 2017 88 comentarios 561 vistas
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La paz en Cuba

por Consejo Editorial 12 diciembre 2016
escrito por Consejo Editorial

Fidel Castro siempre fue identificado con su uniforme verde olivo. Aunque más simbólico que jerárquico, era un uniforme militar sin dudas. Eso podía relacionar al líder revolucionario con la guerra de una manera absoluta.

A los que le acusan de crear una Cuba de odio y de abismo entre cubanos. Habría que recordarles que esa separación existe desde hace 150 años. Es parte de la identidad divisoria ante el concepto de nación desde su propio surgimiento.

En las Guerras de Independencia, los patriotas cubanos no se enfrentaron solamente al ejército enviado por Su Majestad, sino también a miles de integrantes del Cuerpo de Voluntarios, cubanos sin sentimiento nacional que defendían a la metrópoli. Fueron ellos los que descargaron su odio en los bárbaros Sucesos del Teatro Villanueva y los que exigieron el fusilamiento de los Estudiantes de Medicina.

Martí sufrió prisión bajo trabajo forzado por escribir una carta recriminatoria a un compañero de estudios que entró a las filas del grupo paramilitar. A lo largo de su vida revolucionaria, Martí tuvo que enfrentar a anexionistas y autonomistas, más las intrigas entre los propios independentistas.

En el combate de Dos Ríos, los primeros enemigos en llegar al cuerpo sin vida del Apóstol no fueron los quintos españoles, si no contraguerrilleros cubanos pagados al servicio de la Corona.

Años atrás las familias criollas de la sacarocracia colonial habían salido a regodearse en el espectáculo del cuerpo de Ignacio Agramonte arrastrado por las calles.

Ya en la República, liberales y conservadores fueron a la Guerrita de Agosto, blancos y negros a la de los Independientes de Color, antes de que la farsa republicana desembocara en la sangrienta dictadura machadista y la violenta revuelta de 1933.

Los torturadores al servicio de Machado no fueron llevados a juicio, la muchedumbre enardecida se encargó de ajusticiarlos. Una foto iconográfica perpetuó al soldado sublevado que acabó con la vida del Jefe de la Porra machadista, con su fusil en alto y el cuerpo casi levitando como en éxtasis.

Después vino Atarés, el Morrillo fatal, Orfila. La guerra entre los grupos que parecía no tener fin. Hasta el golpe batistiano.

Había entre Auténticos y Batistianos un desprecio mutuo: Los primeros, blancos y nacidos en el occidente, representantes de la burguesía y de una clase política tradicional y corrupta; los segundos en su mayoría mestizos orientales de origen pobre sin ilustración ni escrúpulos, ávidos de fortuna a toda costa.

La sentencia entre ambos era a muerte y tras la toma del poder muchos auténticos debieron exiliarse o vivir bajo acoso con el peligro de ser asesinados.

En medio, los Ortodoxos que buscaban por la vía política lograr el rescate moral de la República, se dividieron al morir su líder Eduardo Chibás.

Entonces nace una fuerza nueva, minoritaria, con la calidad como premisa más que la cantidad de sus integrantes. Así surgió la Generación del Centenario que luego se convirtió en Movimiento 26 de Julio y de una FEU pusilánime salió un puñado de valientes que crearon el Directorio Revolucionario.

Todo eso en medio de una Cuba hecha de odio, de un odio mucho mayor y cotidiano, que es el odio más profundo y el que ha intentado sanar la Revolución. El odio entre los ricos y los pobres, entre el desprecio paternalista de los señores blancos y el odio callado de su empleada negra. Entre el bodeguero y el que no tenía para comprar un pan, entre el soldado que se enrolaba para dar de comer a sus hijos sabiendo que estaba eligiendo por el hambre o el desprecio y el civil atropellado que lo despreciaba.

La Cuba tremendamente dividida entre el que tenía para salvarse la vida ante una enfermedad y el que estaba condenado por ser pobre sabiendo que había cura.

La Cuba de una división mucho más honda y lacerante, la de las familias donde el hijo varón era enviado a estudiar y la hija hembra condenada a los deberes del hogar. Así de generación en generación.

La del empleado que soportaba con los dientes apretados la humillación de cada día de su patrón para poder llevar un mísero salario a su hogar. Hasta que se hizo miliciano y sintió un enorme placer al poner sobre la fachada del comercio un cartel de ¨Nacionalizado¨

En la Cuba en que vivimos queda algo de aquellos males o han incluso resurgido. Somos conscientes de ello. Preservar valores contra ese resurgir no es ser conservador, si no tan revolucionario como luchar por lo que debe cambiarse. El cambio de mentalidad que se exige hoy es administrativo, porque el cambio de mentalidad moral, de mentalidad social, de mentalidad histórica que son los más difíciles hace tiempo lo hizo la Revolución.

No es necesario ser revolucionario, basta con entender la revolución.

Quién no entienda nada de esto, no podrá nunca comprender la Revolución Cubana. Como una joven ignorante (por desconocedora, no por joven) que reprochaba que en la Cuba de hoy hubiera diferencias entre ricos y pobres. Pensé al escucharla: No sabe ella que gran elogio le está haciendo a la Revolución. Porque este era un país dividido entre los ricos tremendamente ricos y los pobres miserablemente pobres.

Una clase media alienada se debatía entre los dos. Vivía como viven las clases medias, entre el sueño enajenante de ser ricos y la pesadilla permanente de caer en la pobreza. Fue solo cuando esa clase media buscó a los pobres y se unió a ellos que se pudo hacer la Revolución. Todo lo anterior fue frustración.

Pero menos aún se logrará entender la enorme paz que esa Revolución nos trajo. La paz tremenda que viene de la victoria de una fuerza sobre otra 100 años después de 1868.

En 1965, cuatro años después de Girón, se capturó en la Sierra del Escambray al último grupo armado contra la Reforma Agraria. Desde entonces solo el terrorismo y las ayudas en tierras lejanas enlutaron en Cuba a los cubanos.

Esa ha sido la paz que ha vivido desde entonces mi generación y bajo la cual está naciendo la generación siguiente. Ninguno de mis compañeros de edad o estudios saben lo que es reconocer a un familiar entre un grupo de cadáveres, ninguno ha tenido que ir a una fosa común, ninguno ha visto morir a nadie de una muerte atroz, como ninguno ha disparado un arma más allá de los varones en el formal acto del servicio militar.

La generación de Julián del Casal no pudo decir lo mismo, la de Villena tampoco, ni la de los Hermanos Saíz. Nosotros sí podemos, mientras nos dedicamos a polemizar desde dentro o fuera de Cuba.

Entre mis amigos y colegas tengo muchos contrarios políticos como tengo muchos compañeros. No por eso dejo de tener sentimientos de amor y simpatía hacia ellos.

El líder de mi bando, imperfecto y criticable, se ha ido. Esperemos que no se vaya con él nunca la paz que logró y que nunca volvamos al campo de batalla en nuestros roles históricos de revolución y contrarrevolución.

Esperemos que la luz del civismo nos ilumine. Será difícil.

Si no ocurre, ojalá alguien ore por nosotros.

Que lo haga doble por nuestros enemigos.

12 diciembre 2016 82 comentarios 585 vistas
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pais

Un país es más que una bodega

por Consejo Editorial 23 noviembre 2016
escrito por Consejo Editorial

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Hace unos días alguien nos puso en Facebook la foto de una bodega cubana de antes de 1959. La idea era que viéramos la cantidad de productos que habían y lo bien que se vivía por esos años en este país. Agradecidos por ese detalle, colaboramos con otras fotos que demuestran cómo era la vida en Cuba o lo que es lo mismo, por qué se hizo la Revolución.

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20Lo defensores de la Cuba de antes de 1959 argumentan que en esa época todos los países del área tenían esos mismos problemas, pero lo que no dicen es que aún hoy, los que no tuvieron más opción que el capitalismo tercermundista poco han cambiado.

23 noviembre 2016 42 comentarios 1,3K vistas
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Rutas de vuelo: migración en Revolución

por Consejo Editorial 3 junio 2016
escrito por Consejo Editorial

Todos los caminos parten desde Cuba, al menos para los cubanos, pero no todos son caminos de regreso. En un país que se revisa a muy poco de haber pasado las puertas del siglo XXI es necesario mirar atrás para ver hacia adelante. En la historia cubana nunca ha dejado de estar la migración, los caminos cruzados, el exilio fecundo y el retorno. Esa tradición migratoria forma parte inseparable de la identidad nacional. Mucho no formaron esas experiencias, las lejanas estadías donde se escribe, se organiza, se redactan manifiestos, se arman expediciones. Mucho de lo que nos enriquece como nación vino de la mano de los que un día se fueron y regresaron. Una relación de amor y odio con los que están fuera nos ha acompañado por momentos.

Hoy nos definen otras circunstancias, nuevas, poderosas y difíciles. La sociedad cubana vive un escenario de envejecimiento poblacional con los menos viejos como mayores afectados, el choque entre generaciones con la pérdida del papel generacional para los más jóvenes y el capital humano que insatisfecho termina yéndose.

Es de estos tiempos que sale una visión distinta. De forma tímida aún y solo muy recientemente es que comenzamos a ver la migración también como una enorme pérdida para Cuba. Decenas de miles de cubanos de entre 15 y 45 años abandonan definitivamente país. Muchos de ellos profesionales, otras simplemente personas jóvenes que ya no tendrán sus hijos aquí, o que ya nacidos se los llevan con ellos. No soy de los que piensa que la migración este entre las primerísimas causas de la baja natalidad en Cuba, pero también me alarma como se deja excesivamente de lado este factor o como parece haber una intención oficial de disminuir en extremo su influencia. En los recursos humanos nos asedia cada día el hecho de que con la migración se va la experiencia de años de trabajo en una profesión aprendida y ejercida ,más la resignación del espacio dejado a los mediocres, que lamentablemente a fuerza de ser menos emprendedores, también emigran menos.

La última década nos ha dejado a los cubanos la enseñanza de que los problemas de un país no se pueden solucionar limitando la libertad de sus ciudadanos. Distintas partes de nuestra sociedad y su gobierno han interiorizado este aprendizaje en mayor o menor medida o en ninguna.

La migración no siempre fue un problema. Más bien muchas veces fue una solución, al menos momentánea, para las autoridades de una sociedad sometida a un enorme stress económico, social y político. La presencia del fenómeno migratorio perfila en gran medida diferentes momentos en la evolución del proceso revolucionario.

1959

Lo que diferencia a la Revolución Cubana de otras revoluciones es que sus adversarios huyeron. Todo aquel o casi todo el que participó en el gobierno presidido por Fulgencio Batista abandonó el país rápidamente. Golpistas del 10 de Marzo, militares, policías, políticos, ministros, funcionarios públicos, torturadores, sargentos electorales, partidistas, aliados, voceros, cortesanos. Si primero despavoridos salieron los que criminalmente estaban comprometidos, luego lo hicieron los que corruptamente también lo estaban. Eso provocó en poco tiempo que desapareciera del escenario político cubano su sector más reaccionario. También permitió la recuperación de millones de pesos malversados y que pasaran a propiedad estatal las propiedades y negocios de los participantes en la dictadura batistiana. Edificios, terrenos, hoteles, clubs de recreo, canales de televisión, fincas y cuentas millonarias…

Primeros años. 1960-1962

Las leyes revolucionarias, las nacionalizaciones de empresas extranjeras y cubanas, la declaración del socialismo como política rectora de la Revolución y el miedo al comunismo, el fracaso inmediato de los Estados Unidos por eliminarla, los peligros de invasión y guerra nuclear, y la escasez cada vez mayor hicieron que primero se fuera la oligarquía económica del país. Se iban a esperar que el Gobierno Revolucionario cayera por la presión norteamericana. Al irse a residir fuera, por ley renunciaban a la posibilidad de recibir o reclamar indemnizaciones por la nacionalización de propiedades. Así se dejaron de pagar miles de apartamentos, caballerías de tierra, industrias, tiendas, etc. Cientos de inmuebles quedaron a disposición del Estado, joyas, automóviles, obras de arte. El fruto de la explotación que la sacarocracia cubana, banqueros, terratenientes e industriales, especuladores y agiotistas habían ejercido bajo las añejas leyes del capitalismo. Espléndidas mansiones en Siboney, Cubanacan, Atabey, Miramar, Kholy, y El Vedado comenzaron a tener otro uso. La disponibilidad inmobiliaria facilitó y abarató enormemente los programas de la Revolución. Luego la clase media, dueña de pequeños y medianos negocios, también comenzó a irse. El Estado dispuso así de una abundancia de casas y apartamentos para entregar a desposeídos y también para el movimiento enorme de recursos humanos que dentro del país implicó la Revolución. Una familia que se iba significaba una vivienda que podía ser utilizada. Manzanas enteras quedaron disponibles.

camarioca_1965Camarioca .1965

Luego de la Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles, con la interrupción de los vuelos comerciales entre Cuba y Estados Unidos se cortó también la posibilidad de una migración legal lo que provocó que miles de familias quedaran separadas. Algunos miembros habían ido primero, otros quedaron a atrás para ir después y ya no pudieron viajar. El drama terrible de la separación comenzó a lacerar a la familia típica cubana. Bajo acuerdo pero sin reiniciar los vuelos comerciales, se habilitó el pequeño puerto pesquero de Camarioca para que aquellos emigrados que pudieran permitírselo económicamente, rentaran una embarcación y vinieran a buscar a sus familiares. Menos conocido que el éxodo del Mariel 15 años después, Camarioca significo la aparición en el imaginario popular cubano del personaje del familiar emigrado y su relación positiva o negativa con sus parientes en la Isla.

Mariel .1980

La segunda mitad de la década del 60 así como la década completa del 70 fueron años intensos y difíciles. La Revolución se institucionalizó. Creó empleos como nunca antes. Construyó viviendas, eliminó el hambre, dió educación y salud gratuitas, sacó de la miseria a millones. Abrió horizontes a quienes no lo tenían, posibilidades nunca soñadas para muchísimos cubanos, desde una beca de estudios en la Unión Soviética hasta simplemente sentarse por primera vez en un inodoro.

Pero sacar a un pueblo de la miseria no es suficiente, y el ritmo de desarrollo del país no era capaz de satisfacer las ansias de una calidad de vida y un mayor consumo de buena parte de la población. La presión de vivir en el tercer Mundo a solo 90 millas del Primero se sentía cada vez más. El desabastecimiento, el extremismo político, la grisura del día a día, la exigencia constante de sacrificios pesaban en una nueva generación que no había sufrido los rigores del Capitalismo ni la lucha contra la dictadura si no que solo conocía las insuficiencias de un socialismo incipiente y subdesarrollado crearon las condiciones para que ¨La Yuma¨ pareciera y para muchos lo fuera, un lugar mejor para vivir. La propaganda hizo el resto.

Ocurrieron los penosos sucesos de la Embajada del Perú. El Gobierno decide abrir nuevamente un puerto para que los emigrados vinieran a buscar a sus familiares pero esta vez las embarcaciones debían llevarse una cuota de emigrantes por cada familiar. Se estiló que muchos residentes cubanos en Estados Unidos, especialmente en La Florida, con el dinero reunido a base de trabajo y ahorros, o pidiendo prestamos, rentaran dos embarcaciones, un yate pequeño para sus familiares y un barco pesquero para la llamada ¨ escoria¨. Tal operación requería un puerto más grande así que se pensó en la Bahía del Mariel. Por ahí salieron más de 100 mil cubanos insatisfechos con el funcionamiento político y económico. Un verdadero escape de presión.

Al cierre del puerto se abren acuerdos migratorios y el compromiso del gobierno norteamericano de otorgar una cantidad de visas cada año. Se regularizo el flujo migratorio entre Cuba y Estados unidos y las cifras de migrantes no volvieron a bajar de los 5 dígitos. (Continuará)

3 junio 2016 45 comentarios 697 vistas
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Antonio Maceo, el héroe sin par

por Consejo Editorial 25 junio 2011
escrito por Consejo Editorial

Muy pocos pueblos pueden contar con verdaderos héroes legendarios. En algunos casos, las referencias históricas resaltan como figuras de renombre a grandes conquistadores y reyes legendarios. Estos forjaron su leyenda a sangre y fuego en la mayoría de los casos, aunque esto conllevara la destrucción de manera total de naciones enteras. Como nuestro Apóstol nos legó en texto memorable “Los que pelean por la ambición, por hacer esclavos a otros pueblos, por tener más mando, por quitarles a otros pueblos sus tierras, no son héroes sino criminales”. Sin embargo, Cuba es un caso excepcional. Nuestra Patria ha tenido a lo largo de su historia una pléyade de figuras inconmensurablemente grandes. La lista es enorme desde Hatuey, hasta nuestros 5 Héroes Prisioneros en Cárceles de los Estados Unidos de Norteamérica.

Pero si Martí es el más grande de todos los cubanos, y Fidel el más fiel continuador del legado martiano, el más grande soldado nacido en Cuba, no es otro que José Antonio de la Caridad Maceoy Grajales. Hace unos días, un participante del Blog La Joven Cuba, tildó a nuestro Titán de Bronce de aplicar en la Campaña de Pinar del Río una política cruel. Refirió asi mismo que las tropas mambisas empleaban la táctica de esconderse entre la población civil.
Este argumento me recuerda un poco a los planteamientos dela OTAN por estos días, en que justifican los bombardeos contra la población civil, con el supuesto de que las tropas del Coronel Muammar el Gadafhi, usan a los civiles libios como escudos humanos.

Ese señor, evidentemente no sabe

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25 junio 2011 186 comentarios 1,4K vistas
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¿Valeriano Weyler es o no un criminal de lesa humanidad?

por Consejo Editorial 18 junio 2011
escrito por Consejo Editorial

Cuentan que cuando en España aún se luchaba por la República, se efectuó en París una Exposición Universal, y por aquellos azares del destino, o quizás no de forma tan fortuita, quedaron situados frente a frente, el pabellón de la República Española y el del Tercer Reich de Alemania. Y cuentan también, que un día el embajador nazi en París, conocedor de que el gran Pablo Picasso exponía en el pabellón ibérico su monumental Guernica, quiso cruzar la distancia que separaba ambos recintos para contemplar el cuadro. Como muchos lectores conocerán, la obra refleja, con todo su dramatismo, el exterminio de la ciudad vasca del mismo nombre por parte de la aviación alemana, que combatía en apoyo a las tropas franquistas. Esa fue la primera vez en la historia de la humanidad, que de manera premeditada, y con toda alevosía se bombardeó una población civil. De cierta forma es un antecedente de los crueles bombardeos que efectúa la OTAN por estos días sobre el pueblo libio.

El diplomático nazi y Picasso coincidieron, y el fascista le comentó al artista; – ¿Usted sabe lo que ha hecho? A lo que ni corto, ni perezoso el pintor contestó; – No lo hice yo, lo hicieron ustedes. Traigo a colación esta anécdota, porque en días pasados, mis compañeros de “La Joven Cuba”, reprodujeron un artículo mío publicado previamente en “El Blog de Edu”, y denominado “Cuba libre y soberana. ¡Por siempre!”

Como yo ya estoy acostumbrado a los ataques de los contrarrevolucionarios en la blogosfera, no tenía pensado responder ningún comentario, cuando de pronto veo un ataque en toda la línea de un español, comentarista habitual de ese espacio, donde despotricaba acerca de mi decisión de hacer referencia al General Valeriano Weyler y Nicolau, Marqués de Tenerife, y penúltimo Capitán General del Reino de España en la “siempre fiel” Isla de Cuba, con el calificativo de “criminal de lesa humanidad”.

Pasando por alto, sus cuestionamientos acerca de mis conocimientos de la historia de nuestra Patria, sus ataques me recordaron, salvando la distancia de los personajes y los lugares, a aquella ocasión en que José Luis Rodríguez Zapatero, se indignó chovinistamente, porque el Comandante Hugo Chávez llamó a José María Aznar con el epíteto de fascista.

Es que la visión eurocentrista dela Españasemifeudal y retrógrada que nos conquistó, reflejada hoy en los seguidores de la derecha facistoide del Partido Popular, aquella que todavía hoy no es capaz de canalizar las demandas de justicia y democracia de los Indignados del Movimiento15 M, pretenden hacernos creer que las crueldades y los horrores que cometió la metrópoli española por estas tierras de América, nunca sucedieron. Los cubanos nos fuimos a la guerra, porque éramos esclavos todos, los que aparentemente éramos libres y nuestros hermanos que dormían en los barracones de los ingenios. Y estábamos esclavizados en nuestra propia tierra, de la cual la metrópoli española extraía gran parte de las rentas que le permitían mantener a flote una economía, que ya por aquellos años estaba a la zaga del resto de los países europeos.

Dentro de aquel panorama de ignominia, el episodio dela Reconcentraciónde Weyler por si solo bastaría para que el Reino de España le pida disculpas al pueblo cubano. Cosa, que ni por asomo yo tengo conocimiento que haya hecho ningún Presidente del Gobierno Español, o el mismo Juan Carlos de Borbón en persona. Este horroroso crimen fue una decisión de violencia extrema puesta en vigor a través de varios bandos por el sátrapa al cual hacíamos referencia con anterioridad. Su objetivo estratégico consistía en evitar a toda costa, la colaboración de los campesinos cubanos con el Ejército Libertador, aunque ello implicase su exterminio total mediante el hambre y las enfermedades.

Según las investigaciones realizadas en nuestro país, y por diversos autores extranjeros, las medidas adoptadas incluyeron medidas punitivas contra cualquier persona que vendiera, proporcionara, o guardara armas a los mambises, o les facilitasen cabalgaduras o cualquier otro pertrecho o municionamiento. Se castigaba asimismo a todos aquellos que difundieran noticias que reflejasen algunos de los triunfos de nuestras tropas, que eran sistemáticamente ocultados por la férrea censura weyleriana, o que condenaran la dominación española en la isla.

Por si esto fuera poco, Weyler ordenó, además, que toda la población campesina, sus animales y sus enseres fuesen concentrados en las plazas fuertes en poder de las tropas españolas, con la intención ya reflejada en estas líneas de aislar a los patriotas cubanos de sus fuentes naturales de suministros de todo tipo. Weyler fijó el plazo de 8 días para quela Reconcentraciónfuese llevada a término. Advirtió que toda persona que fuera sorprendida en despoblado sería considerado rebelde y juzgado como tal. La bárbara medida, antecedente directo de los campos de concentración hitlerianos, y de “las aldeas estratégicas” en Viet Nam del Sur creadas por los imperialistas yanquis, causó la muerte a entre 200.000 y 300.000 personas, y significó para Cuba el deterioro total de su agricultura, sostén principal de su economía.

Relata el historiador Raúl Izquierdo Canosa, en uno de sus textos:

“Cuando en los difíciles días de 1897 el alcalde municipal de Güines visitó a Weyler para exponerle las terribles condiciones en que se encontraban los reconcentrados en esa villa y solicitarle algunas raciones para impedir que continuaran muriendo de hambre, éste le respondió: ¿” Dice usted que los reconcentrados mueren de hambre? Pues precisamente para eso hice la reconcentración.”

Esa anécdota da una idea de la calidad humana de ese personaje, que comenzó sus tropelías en Cuba, desde que al lado de Blas Villate, Conde de Valmaseda, en la Guerra del 68, arrasó con la región del valle del Cauto, en otro triste episodio de nuestra historia denominado, “La creciente de Valmaseda”. Si Weyler no es merecedor del calificativo de Criminal de Lesa Humanidad, ¿Cómo nombrarle entonces? Evidentemente, su figura dista mucho de ser la de un Benefactor de la Humanidad.

El hambre espantosa, la miseria, las enfermedades, sobre todo el paludismo, mermaron la población cubana entre los años 1897 y 1898. Los alimentos no eran suficientes por el descenso abrupto de las producciones del campo, basamento de la alimentación popular, lo cual afectó considerablemente la calidad de vida de toda la población incluyendo los peninsulares y canarios. Según el coronel médico Horacio Ferrer, del Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Libertador, Cuba perdió en los tres años y medio que duró la lucha medio millón de habitantes, más de la cuarta parte de su población total, ascendente entonces a 1 572 845 habitantes.

A contrapelo de los efectos de la bárbara política, el apoyo del pueblo al Ejército Libertador no pudo ser eliminado. Al contrario, los cubanos continuaron apoyando a sus libertadores y sumándose a las fuerzas insurrectas; que hubiesen derrotado a España, como de hecho ya lo habían logrado en 1898, cuando de manera artera, y traicionera, fingiéndose aliados del pueblo cubano, los yanquis intervinieron en la guerra después de la aprobación de la Resolución Conjunta. Pero esa es otra historia.

Las fotos que acompañan este artículo no fueron tomadas en Auswitch. Son testimonio gráfico del horror que vivió el pueblo cubano cuando nuestra isla se encontraba en las garras de aquel engendro, que no merece el calificativo de hombre, sino de bestia, y debido al cual un español contemporáneo, me reclama furibundamente, por mi calificativo de “Criminal de lesa humanidad”. Sirvan estas líneas de homenaje a todos los cubanos que perdieron la vida a manos del colonialismo español, en cualquiera de los escenarios en que lucharon, por ver a su Patria Libre y Soberana.

Imágenes de la Reconcentración de Weyler en Cuba. Años 1897 y 1898.

18 junio 2011 175 comentarios 2,5K vistas
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