Emocionante relato de un niño descendiente de cubanos emigrantes que describe la Cuba que jamás ha visto pero que conoce profundamente a través de los ojos, los recuerdos y el amor de toda su familia !!!
Mira, abuelo , tengo una sorpresa para ti, en la escuela me pidieron que escribiera “algo” y yo escribí de tu Cuba . Escucha abuelito: “Cuba es una palabra SAGRADA. Es la palabra que más yo he escuchado en mi vida. Si mal no recuerdo las primeras palabras que escuché al salir del vientre de mi madre fueron las de mi abuelo gritando: “¡Carajooo, llegó al mundo otro cubano!
Cuba es una palabra que cuando el noticiero la menciona yo sé que me tengo que quedar callado y si no me callo tengo que escuchar a toda la familia engañándome y diciéndome: “¡Cállese la boca, muchacho, que están hablando de Cuba!” “Y si en la televisión americana la palabra QUIUBA ya yo sé que tengo que escuchar y estar listo para traducir, porque el abuelo inmediatamente, como un resorte, me va a preguntar: “A ver, a ver, qué están diciendo de Cuba, chico ?” “Pero a mí alrededor Cuba no es una palabra, Cuba es como un credo, como una religión. Tal parece que todos en mi casa tienen a Cuba en un altar. Cuba es una obsesión. Yo me imagino que hasta el agua bendita de las Iglesias debe de venir de algún río de Cuba . Y con lo fuerte que es mi abuelo, con lo mucho que me ha repetido en mi vida que “los hombres no lloran”, él llora cada vez que menciona a Cuba .”
“Cuba es como una sombra que me sigue a todas partes, Cuba está en las conversaciones, en las discusiones, en las fiestas, en los velorios, en los periódicos que lee mi abuelo, en forma de islita en una cadenita que me regaló mi abuelita, y hasta en la fiesta de quince años de mi hermanita se hablo mucho de Cuba .”