La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto

Ciudadanía

Análisis de procesos sociopolíticos que contribuyen al poder popular en el desarrollo de una república inclusiva y una ciudadanía activa

Izquierdas

Izquierdas apócrifas o la falacia del falso dilema

por Alina Bárbara López Hernández 27 febrero 2023
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Cuando hablamos de un dilema nos referimos a una encrucijada o disyuntiva, es decir, a una situación en la que se obliga a elegir entre dos opciones igualmente buenas o malas. En Filosofía, es un razonamiento en que una premisa contiene una alternativa de dos términos.

En el ámbito de la comunicación existen las falacias —del latín fallacia, literalmente engaño—, que son mentiras revestidas de argumentos cuyo fin es la manipulación e imposición de una visión sobre otra. Una de ellas es la falacia «del o», conocida también como del «falso dilema». Esta falacia lógica involucra una situación en la que se presentan únicamente dos puntos de vista como únicas opciones posibles, cuando en realidad existen una o más que no han sido consideradas.

La falacia del «falso dilema» es muy usada en el debate político ya que tiende a ser persuasiva al obligar al auditorio a escoger entre dos alternativas. Por lo general, los que proponen las alternativas son conscientes de que existen otras opciones y las ocultan, de ahí que se le denomine también falacia «del tercero excluido». Algunos le llaman falacia «del callejón sin salida», dado que quienes deben elegir pueden sentirse atrapados.

Psicológicamente se reconoce como un «efecto de doble vínculo», al poner a la persona a optar entre dos opciones malas esta se siente confundida, aprisionada en una contradicción irresoluble. Veamos dos ejemplos de falsos dilemas: «Quien no está con nosotros está contra nosotros», dicho por George W Bush en septiembre de 2001. Y este, piedra angular del discurso oficial en la Isla: «A favor del gobierno cubano o a favor del bloqueo norteamericano».

El más reciente falso dilema que nos ha presentado el aparato ideológico en Cuba involucra a dos supuestas alternativas: una izquierda sectaria y estalinista opuesta al cambio y anquilosada en viejos moldes (representada por el grupo La Manigua, Revolución Pa′ Rato y determinadas figuras de ese movimiento, como Rodrigo Huamachi) o una izquierda inclusiva, favorable al diálogo, que busca empatizar con otras opciones consideradas revolucionarias (encarnada en el grupo La Comuna y también en otros proyectos y medios que incluyen desde los Pañuelos Rojos o el eufemístico Cubadebate hasta el programa Con Filo y personas vinculadas con tales espacios).  

Es tan evidente la manipulación que sorprende el que muchos crean estar ante una batalla campal entre puntos de vista opuestos. Obviamente, el objetivo de tal jugarreta es lograr un posicionamiento de la opinión pública junto a la, en apariencia, menos mala de las opciones.

Desde hace meses he conversado con algunos amigos y colegas alertando sobre el paulatino montaje de esta puesta en escena que, tras muchos ensayos, ha llegado a su representación final, y cuyo libreto —más allá de los dimes y diretes en el ámbito de Facebook y otras redes sociales—, se concentra ahora en dos textos que acaban de publicarse.

Uno es la «Declaración: por la unidad y la ética», que no está firmada pero salió en la página de Facebook El Necio, proyecto del periodista Pedro Jorge Velázquez, corresponsal de Granma en Sancti Spiritus; el otro se titula «(Sin)Sabores de la Comuna», es de la autoría de Ernesto Teuma Taureaux y salió en La Tizza, espacio digital que se presenta como «Un lugar para pensar y hacer el socialismo desde Cuba».

Las alternativas y el tercero excluido

Cuando se consigue identificar una falacia de falso dilema, es posible notar también quién es el «tercero excluido» en ella. En la declaración divulgada por El Necio se establecen desde el inicio dos grandes bandos. Uno es comprendido en la abarcadora categoría: «contrarrevolución cubana» y se le considera «el enemigo». El otro bando es el «bloque de la Revolución», un frente unido ante las provocaciones del «enemigo».

No pensemos sin embargo que estos bandos son las alternativas que nos van a proponer. Para nada. Se apresura el redactor a vanagloriarse de que ya «la contrarrevolución» está en «repliegue temporal» y es apenas «un despojo político que solo aparece como un ruido de fondo y muy baja frecuencia».

He aquí al «tercero excluido», un gigantesco tercero. Han agrupado en el campo de la contrarrevolución, con absoluta desfachatez, a todos los tipos de disenso existentes en la Isla. Esa no es una estrategia novedosa. de hecho, la había analizado antes en el artículo «Cuba: destino, socialismo y disensos»:

«Comprendo que para la dirigencia política sea más pragmático luchar en un frente que en varios. Pero en Cuba es más realista hablar de disensos, en plural. En mi percepción, que no pretendo imponer, existen tres tipos reconocibles. Sin intentar una clasificación pormenorizada, solo identificaré tendencias generales:  

1 Socialistas democráticos (un amplio espectro ideológico que abarca desde marxistas críticos, anarquistas, católicos y cristianos de izquierda, socialdemócratas, ecologistas, feministas, afrodescendientes…). Son proclives a un socialismo inclusivo y participativo, con respeto a la pluralidad y ajeno al modelo burocrático vigente.

2 Pro-capitalistas democráticos (con diferentes matices desde el liberalismo al neoliberalismo e incluyen también algunos de los sectores y minorías mencionados). Se distinguen por su pluralismo político y no rechazan la convivencia con posturas de izquierda.

3 Pro-capitalistas radicales y extremistas (son el otro lado del espejo del Partido único). No admiten la legitimidad de las posturas de izquierda y proclaman la censura del Partido Comunista en un país futuro (…)».

No obstante, la declaración de marras hace tábula rasa de esa diversidad para enunciar que, una vez derrotado el enemigo, el conflicto emergió como hipotético cisma en el otrora «bloque de la Revolución».

La victoria sobre la contrarrevolución, según se expresa, desorientó «a algunas personas», «menos dispuestos al trabajo de comunión, creatividad y consenso que nos exige este momento» que, en su desorientación, «vuelven hacia las propias filas revolucionarias» «los cañones que ayer tenían reservados a nuestros verdaderos enemigos».

Los desorientados son el empresario chileno residente en Cuba Rodrigo González Hidalgo, conocido en redes sociales como Rodrigo Huaimachi, y un grupo de activistas pro-gobierno denominado La Manigua, en combinación con «grupúsculos digitales y perfiles personales y anónimos» (Prometeo de Treveris, Tavarichs Rojo, Marcela Cuba, Ganem Ganem, Tirador Cubano, Tirador Mundial, Julio Baró, Fidelistas por Siempre).

Izquierdas

Encuentro organizado por La Manigua el pasado 28 de enero. (Foto: Tomada del perfil de Facebook de Rodrigo Huaimachi)

Traduciendo este affaire a terminología médica, ellos serían una especie de enfermedad autoinmune en que el sistema de defensa del organismo se ataca a sí mismo por error.

Por su parte, los atacados son disímiles, entre ellos: la dirigencia de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Pedro Jorge Velázquez y su proyecto El Necio, Michel E. Torres Corona y el programa Con Filo, los profesores Ernesto Estevez Rams y Fabio Fernández; Luis Emilio Aybar, actual director del Instituto Juan Marinello; Cubadebate, el periodista Francisco Rodríguez Cruz, el profesor Carlos Lazo y su proyecto Puentes de Amor; Carlos Miguel Pérez Reyes, empresario del sector no estatal propuesto para diputado a la ANPP, y La Comuna, «espacio creado por la UJC para la unidad entre los grupos emergentes y otros ya consagrados».

Veamos ahora el texto de La Tizza, donde hay una mayor elaboración al presentar los motivos de conflicto que dividen a esos bandos. Su autor se ubica en el contexto actual, critica el triunfalismo vano y admite graves problemas a tener en cuenta para trazar estrategias políticas entre las jóvenes generaciones: «la escasez», «migración», la «ansiedad sobre el presente». Le señala a la UJC su anquilosamiento y desgaste simbólico: su «falta de creatividad», «los mismos rituales y las mismas palabras», «sus imágenes, sus tiempos, su discurso».

El proyecto La Comuna, inteligentemente —debe reconocerse—, pretende dotar su relación con los jóvenes de «sentidos más profundos, nuevos y picantes»; crear una «mística», «transformar modos de hacer, pensar y decir dentro de la organización revolucionaria». Se aprecia como parte de una «revolución molecular en proceso» y acepta que dentro de las organizaciones propias del sistema político cubano no se logra ya «satisfacer las demandas de actuación y activismo de distintos sectores jóvenes».

Queda claro aquí un conflicto entre el «estilo» burocrático tradicional y otro que pretende la búsqueda de «mecanismos para transformar nuestras prácticas políticas en áreas tan sensibles como la comunicación, la formación política y el trabajo de base». Se reconoce incluso «la emergencia, activación y protagonismo de colectivos, agrupaciones y organizaciones de signo socialista que operan fuera del marco de las organizaciones tradicionales» con «nuevas luchas, identidades y reivindicaciones que amplían el arcoíris emancipatorio hacia nuevos horizontes antirracistas, feministas, ecologistas, animalistas».

Para Ernesto Teuma, esta perspectiva novedosa y menos sectaria abrió un ciclo político a las fuerzas revolucionarias emergentes, cuyo evento inaugural lo sitúa en «La Tángana del parque Trillo». El autor considera asimismo en este ciclo a la «Sentada de los Pañuelos Rojos» como táctica «que incrementó el arsenal simbólico y práctico de las fuerzas revolucionarias»: «el énfasis en lo artístico, la comunicación desde plataformas digitales, el pañuelo rojo como elemento distintivo». 

Izquierdas

De acuerdo a su análisis, estos sucesos permitieron «ampliar el margen del disenso y discusión dentro de la Revolución: lo diferente reconocido en la lucha contra lo antagónico». Ante las acusaciones de que desean dinamitar el sistema de organización político juvenil en Cuba, el texto defiende al proyecto de esta manera: «reiteramos que la nuestra es, en verdad, una autocrítica desde el interior de nuestra militancia política, como militantes de la organización y como militantes comunistas a secas».

Y se apresura también a resaltar que las incipientes fuerzas políticas recibieron señales de reconocimiento por parte de la máxima dirección del Partido:

«¿Y si el presidente y primer secretario del Partido Comunista de Cuba no hubiera aparecido en la Tángana? ¿Si no hubiera compartido con los Pañuelos Rojos en la Sentada? ¿O si justo antes de la primera reunión en la que se planteó la posibilidad del evento, no se hubiera reunido con la máxima dirección de las organizaciones juveniles y les hubiera planteado la necesidad de que “la FEU y la UJC se acerquen a otros movimientos de jóvenes que también están aportando mucho a la Revolución”?»

Precisamente en este reconocimiento del Partido está la confirmación de que, más allá del lenguaje inclusivo, estrategias mediáticas nuevas y una proyección que trasciende el marco cerrado de una organización desactualizada en sus estrategias y tácticas como la UJC; no hay realmente una diferencia sustancial. No hay una izquierda mejor que otra. Simplemente, no hay una izquierda.

La izquierda apócrifa

Cuando el 11 de septiembre de 1789, un grupo de delegados a la Asamblea Nacional en Francia se colocó durante una votación (por pura casualidad) a la izquierda del estrado, estaban posicionándose por restringir el poder absoluto del rey y elegían una monarquía limitada por el poder popular. No había allí partidos políticos organizados, sino tendencias.

Ser de izquierda no es usar un pullover con un letrerito, una imagen del Che o una frase de Marx. Tampoco es lucir pañuelos rojos, usar lenguaje inclusivo y salir en actitud performática al espacio público. La militancia en la izquierda no la otorgan una autoproclamación ni una campaña comunicacional. Ser de izquierda es posicionarse contra los poderes instituidos que se desentienden de la justicia social e impiden el ejercicio de derechos a las mayorías despojadas de ellos.

Mucho antes de que la palabra izquierda designara a una postura política, y hasta el día de hoy, los derechos han sido conquistados desde abajo: plebeyos vs patricios, luchas de los campesinos por tierras, rebeliones de personas esclavizadas en pos de su libertad, sufragio universal, división de poderes, luchas obreras, contra el trabajo infantil, por la jornada de ocho horas, el voto femenino, contra el racismo y la homofobia… Sin excepción, todas han sido conquistas sobre poderes establecidos.

Si eres incondicional a un poder que avasalla a la ciudadanía, discrimina e impide el ejercicio de derechos económicos, políticos y sociales; en ese caso no eres de izquierda por mucho que presumas de ello. Da lo mismo que sean los poderes absolutos de un monarca, de un gobierno conservador, una dictadura militar o un partido único autoritario (capitalista, socialista o comunista).

No es obligatorio ser marxista para ser de izquierda. Tampoco proclamarse como marxista es un salvoconducto a la izquierda. En los experimentos del socialismo real la clase burocrática se designó como tal y era en verdad un grupo privilegiado que suplantó la voluntad popular. Cuando un grupo de poder —afianzado como nueva clase— despoja al marxismo de su método científico, lo reduce a su dimensión ideologizante y lo convierte en ideología de Estado, este deja de ser una corriente revolucionaria para instrumentarse en mecanismo de dominación. A ese punto hemos llegado en Cuba. Es una postura contrarrevolucionaria y debe ser denunciada.

Izquierdas

No es obligatorio ser marxista para ser de izquierda. Tampoco proclamarse como marxista es un salvoconducto a la izquierda. (Imagen: Twitter / @kmarxrealista)

La implosión del socialismo, en Europa como en Cuba, prueba que la imposibilidad de arrancar conquistas desde abajo lastró la evolución económica y social e hizo retornar esos experimentos por el camino del capitalismo autoritario. El socialismo burocrático de Partido único imposibilita el surgimiento de una verdadera izquierda, pues el pensamiento crítico socialista es suplantado por una izquierda apócrifa que sustenta a la nueva clase, empoderada sobre la sociedad.

De modo que el falso dilema con el que nos quieren pasar gato por liebre no es admisible. Ninguna de las dos opciones que, según dicen, componen el bloque revolucionario es en realidad de izquierda. Bien claro lo dejó Michel Torres Corona en el programa televisivo Con Filo, Boca de Sauron del aparato ideológico, cuando reprodujo el fragmento de una intervención de Raúl Castro donde se acotan bien los límites de la supuesta diversidad: el Partido único. Eso es lo único que no está en discusión para ser aceptados por el Poder. Solo si admiten ese precepto serán reconocidos como de izquierda por el grupo dirigente.

La declaración es muy explícita al respecto cuando lista los puntos que se consideran tareas comunes a todo revolucionario: «las elecciones del próximo mes, la batalla mediática y la que se da en redes sociales, la batalla cultural, la recuperación económica, la participación popular y la venidera II Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba». Lo de siempre, podría decirse.

Las dos opciones supuestamente en pugna (Comuna et al y Manigua et al) admiten esta causa única no causada, asumen acríticamente el sistema político cubano y aceptan la voluntad del Partido como fundamento de su existencia. Por esa razón son falsas izquierdas que han hecho mucho daño a la causa. Lograron que personas en Cuba que desean reivindicar la justicia social y los derechos populares no se auto-reconozcan como simpatizantes de izquierda por la razón de que creen que ustedes lo son…. y le huyen como el diablo a la cruz.

Si dejamos que prosigan con su estrategia de falsa bandera, aparentando «la unidad dentro de la diversidad», podrían llegar muy lejos. Como me comentó un amigo: en poco tiempo podrían salirnos con dos partidos para aparentar pluralismo, igual que hizo el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1942.  

Por el empresario manigüero chileno Rodrigo González Hidalgo, alias Huamachi, no habría que preocuparse. Si continuara molestando, el gobierno podría hacer lo mismo que con el superior de la Orden de los Jesuitas en Cuba cuando criticó demasiado: no le renuevan la residencia y asunto resuelto.

Y por favor, no irrespeten la inteligencia colectiva. Son muy ingenuos si creen que los demás lo son. Estamos saturados de falsas izquierdas y falsos dilemas, pero en este «callejón» sí hay salida.

27 febrero 2023 49 comentarios 1,9K vistas
20 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Golpes

Golpes

por Jorge Fernández Era 26 febrero 2023
escrito por Jorge Fernández Era

—Me resultó curioso que en la última reunión de chequeo de la dinámica demográfica no se mencionara la palabra emigración.

—Me lo comentó mi hijo, tres excolegas de la universidad y un profesor nuestro que fue primer secretario del Partido en un municipio de La Habana. Lo hicieron en un chat colectivo desde Miami.

—Se insistió en la «disminución de los nacidos vivos» y del «número de defunciones».

—La gente como que prefiere morirse.

—También hay un decrecimiento de la población económicamente activa, y de la población en edad laboral.

—Los jóvenes no desean llegar a los 18. Apelan al suicidio y se tiran al mar.

—A pesar de que «decrece la población urbana», «aumenta el promedio de personas por hogar».

—Fruto del llamado a la unidad.

—Poseemos una «dinámica demográfica similar a la de los países desarrollados».

—Todavía hay quienes nos mencionan como nación del tercer mundo.

—Se dijo que debe establecerse «una política para aquellos jóvenes que sí quieren estar en Cuba».

—La política para aquellos que no, que espere.

—Leí también que «dentro de las principales acciones previstas se encuentran recursos para prótesis estomatológicas». Me dejaron lelo.

—Cómo explicarte. La situación de los comestibles nada tiene que ver con el eufemismo «ciertas escaseces» («falta de jama» en la jerga popular), ni con que la contienda por la soberanía alimentaria ya la tienen ganada los que llaman a hacerla. El problema es que la gente no cuida sus dientes.

—Hay fórmulas para estimular la natalidad y revertir el hecho de que hace más de treinta años no se rebasa la cifra de dos chamas. El Gobierno entrega viviendas a aquellas mujeres que paran tres o más hijos.

—Di mejor aquellas que «no paran». Los baños de esas casas se entregan con «taza de reemplazo generacional».

—Marrero declara que «tenemos que darles un golpe a todos estos asuntos de la dinámica demográfica».

—Con tal de que el golpe no sea contra las prótesis estomatológicas…

—Yo creo que el punto de inflexión para que un día alcancemos de nuevo los once millones (de habitantes) está en la aprobación de la Ley de Comunicación Social.

—Se queda un tanto ensimismado tu interlocutor.

—Porque estás «en-semen-mado», pensando en las mujeres que estimulen tu fecundidad, revitalicen tu autoestima y te resuelvan el problema de la vivienda. La causa mayor de que los muchachos no «contiemplen» a la Isla en sus proyectos de vida es que no saben la clase de país en que viven.

—En qué clase de país vivimos, sí.

—No lo saben porque no salen de las redes sociales, no conocen que «en Cuba se hace buen periodismo, profundo, reflexivo, marcado por una ética profesional y revolucionaria». El tema está en «crear en los estudiantes capacidad de pensamiento y sentido crítico».

—Que los lleve a regresar a las redes sociales.

—«¿Cómo crear entonces contenidos que, siendo socialistas, no sean aburridos, si los modos en los que nos representamos la diversión han sido en su gran mayoría producidos por la industria del entretenimiento capitalista, colonizadora?».

—Muy fácil: televisando los encuentros con los precandidatos.

—Las nuevas generaciones ignoran que a sus padres no les alcanza el dinero porque el enemigo, «mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales», ha logrado su «objetivo declarado»: «afectar los salarios».

—Entiendo: el imperialismo nos impone su moneda, y el Estado multiplica por diez el valor de los productos para que esos desgraciados no equiparen su plusvalía con el plustrabajo socialista.

—Lo entiendes tú, pero no nuestros hijos. No calibran que hemos rescatado la democracia, «echando a los politiqueros de la política». «Cuba es candidata y Cuba elige. Manda Cuba».

—¡Manda… Cuba!

—Sin embargo, «el mundo capitalista sufre una alarmante crisis de confianza en sus instituciones políticas».

—Acá solo sufrimos una alarmante crisis.

—Pero «podemos mostrar un parlamento ecuménico y unitario, del que saldrán las más importantes decisiones, incluyendo la que pone nombre al presidente y vicepresidente de la República».

—Pensé que nos tocaba elegirlos.

—¿Para qué? En una de las reuniones de los candidatos a diputados con sus ratificadores se paró uno y expresó que «tenemos que ser nosotros los que resolvamos nuestros problemas, no podemos pretender que sean los diputados y el presidente quienes lo hagan».

—Mañana mismo voy al Consejo de Estado. Se me ocurren algunas ideas.

—Yo tú marco temprano.

26 febrero 2023 6 comentarios 1,3K vistas
4 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Pelícanos

Temporada de pelícanos

por Néster Núñez 25 febrero 2023
escrito por Néster Núñez

El primer pelícano llegó a mitad de octubre, el día 16, bastante temprano en la mañana. José Ramón lo vio en la distancia y agarró la cubeta, encaminándose mar adentro hasta que le llegó el agua al pecho. Cogió un puñado de sardinas y lo lanzó lo más alto y más lejos que pudo, pero el pelícano siguió volando como si nada.

José Ramón esperó con paciencia, mientras se acomodaba su gorrito a lo «Robin Hood», para que el sol no le castigara los ojos. Volvió a tirar sardinas una y otra vez, hasta que la cubeta tocó fondo. Solo así, despacio, como si caminase sobre la mar en calma, regresó con sus 78 años a la orilla.

Ahora lo observo, paseando su mirada por el paradisíaco verdeazulado de Varadero y me pregunto qué piensa. Quizás en aquellos tiempos en los que fue rastrero en el sol reflejándose en la carretera, en el verde de los montes de Cuba: el pie sobre el acelerador, los cambios, la velocidad… su vida en La Habana. O en los hijos que quedaron en la casa de allá de Quinta Avenida.

Me cuesta imaginar a este señor tan calmado llevando otra vida…

Pelícanos

(Foto: Néster Núñez / LJC)

‒Me jubilé de camionero y vine a vivir a Santa Marta. Como todavía me sentía fuerte, me puse a pescar. Una tarde tiré la atarraya y cogí unas cuantas sardinas. Cuando las estaba vaciando en la cubeta, un pelícano empezó a querer comérselas. Le tiré algunas para que se alejara y ahí vino un turista y nos hizo fotos. Yo le seguí el juego y lancé más sardinas. Más pelícanos vinieron y más turistas con sus cámaras. Después uno me dio un pesito y el otro también y así hice veinte dólares en un rato. Entonces me puse para eso. Al otro día vine e hice lo mismo. Así fue como empezó todo.

José Ramón y sus pelícanos son famosos en Varadero y media parte del mundo. Su curiosa iniciativa, en la que lleva más de quince años, ha contribuido a atraer clientes extranjeros a la llamada casa de Al Capone. En algún momento le pregunto a un empleado si de verdad esa fue la residencia de veraneo del célebre mafioso.

‒Claro que no. Una vez, una turista que vino dijo que ella había estado en la casa de Al Capone en no sé qué lugar de Estados Unidos, que esta construcción se le parecía muchísimo. Después no sé cómo se difundió la historia. Fíjate que el nombre oficial es «La Casa de Al», no la de Al Capone.

Pero funciona, me digo. La leyenda del «tipo malo» junto a la belleza del lugar, las aguas transparentes chocando contra el muro cuando la marea sube y el viejo con sus pelícanos casi domesticados, hacen un paquete formidablemente atractivo. Los turistas llegan directo a fotografiarse, avisados ya por los taxistas que los traen desde los hoteles en que se alojan. Después «del show» se sientan a comer langosta, o a beberse unos tragos, en lo que el atardecer hace su magia anaranjada.

Pelícanos

(Foto: Néster Núñez / LJC)

Es, quizás, un ejemplo de encadenamiento productivo que la industria del turismo no ha logrado hacia el interior de la economía cubana. Este sector nunca se convirtió en la locomotora que pretendían en los noventas, cuando empezó a desarrollarse. Las cucharas, las sillas, los manteles, el material gastable, todo es importado. Qué poco se produce en esta isla.

Una gaviota se posa a cierta distancia de los pelícanos. Cerca, pero apartada. Por algún motivo oculto, me viene a la mente el refrán que repetía mi abuela: una gaviota no hace verano. ¿O era una golondrina? Mi abuela hubiera rectificado ante mi confusión: Ah, bueeeno, pájaro por pájaro…

En mi infancia, cuando veníamos a Varadero en familia, no nos dejaban pasar a los cubanos hacia esta parte donde José Ramón alimenta a los pelícanos. El límite era el hotel Kawama. Había una barrera y después de ahí, zona vedada. Se decía, creo, que era exclusiva para dirigentes. No sé si desde aquella época ya estaba aquí la casa del mafioso.

Pelícanos

(Foto: Néster Núñez / LJC)

‒Es un día medio malo hoy, medio muerto‒ me explica José Ramón, devolviéndome a la realidad‒. Si no fuera porque estamos conversando, ya me hubiera ido.

Le pregunto si siempre es así de tranquilo después de la pandemia.

‒Ha ido mejorando. Pero no es como antes. Y lo otro es que la calidad de los turistas ha ido bajando.

Me confiesa que él no sabe ningún idioma, que empezó en el «negocio» demasiado tarde que nunca pone un precio a lo que hace. Acepta cualquier propina de los turistas. Y que una vez hasta le regalaron un billete de cien dólares.

‒Hay muchos turistas que repiten. Me traen fotos impresas, que tengo por mi casa. Bueno, y también regalos.

Me cuenta que los pelícanos no son cariñosos, no dejan que se les pase la mano. Llegan en octubre o noviembre y se van como en marzo. En ese tiempo en que emigran, José Ramón se dedica a la pesca.

‒No siempre regresan los mismo y aunque sean los mismos, vienen ariscos. Hay que empezar otra vez desde cero con ellos. Les tiro sardinas y siempre hay uno que se acerca primero. Cuando ese ya está comiendo casi de mi mano, sé que gané la pelea. Los otros cogen confianza y vienen enseguida.

Un grupo de rusos llega entre risas y tragos. José Ramón le da el guante a una muchacha. El pico de los pelícanos impresiona, asusta alimentarlos. La gaviota también aprovecha para llevarse su parte. Las cámaras de los móviles no hacen flashes.

Pelícanos

(Foto: Néster Núñez / LJC)

Cuando José Ramón se sienta de nuevo a mi lado, no pregunto de cuánto fue la propina, pero quisiera que fuera bastante. Que no le pase como al viejo de Hemingway, que llegó a la orilla sin su gran pescado. Sobre todo, porque veo en la piel arrugada de su mano una gota de sangre.

‒Por ahí tengo un par de guantes. La mujer mía me regaña porque no me los pongo, pero es que son muy incómodos para sacar de la cubeta las sardinas.

Apenas quedan unos peces en el fondo  y da  término final a la jornada. José Ramón camina hasta donde parqueó la bicicleta. Un pelícano va detrás de él como si fuera un perro o un gato. Es cuando me fijo que le falta la mitad de un ala.

‒No quiero ni pensar en qué le pasó. Yo mismo tuve que cortarle esa parte, que le colgaba. Ya está mucho mejor. Lo malo es que no podrá volar más. Cuando los otros se vayan, voy a tener que llevarme a este para mi casa.

25 febrero 2023 7 comentarios 1,1K vistas
4 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Tendencias

Tendencias

por Jorge Fernández Era 19 febrero 2023
escrito por Jorge Fernández Era

—¿Convocaste a la conferencia de prensa?

—Sí. Informar que emprenderemos el Proceso de Negación de Tendencias a Rectificar Errores será un palo periodístico.

—Ya tengo a punto los lineamientos de la nueva política.

—Le propongo no mencionar la palabra «lineamiento». Los revisionistas nos recordarán que se han incumplido la mayoría de los que trazamos hace más de una década. Debemos abstenernos de utilizar el prefijo «línea», que machaca sobre lo que pica y se extiende. Podríamos emplear un término más suave: «flaimiento», que aluda a la demora de tenerlos entre las manos.

—Igual incluiremos una actualización de la prosperidad que alcanzaremos para el 2030, con vistas a hacerla sostenible. A fuer de arriesgados, nos propondremos niveles de consumo que ya quisieran los países desarrollados, como elevar la cuota mensual de frijoles de diez onzas a una libra.

—No creo que en las bases estén preparados para semejante reto.

—Tronaremos a unos cuantos dirigentes, para que el pueblo constate que nadie es infalible: ni intendentes, ni gobernadores, ni ministros, ni… Comenzaremos por el jefe de personal de la Empresa de Granos de Cacocum.

—Mejor irle con todo al pecado de la carne. El sacrificio ilegal de ganado es un verdadero genocidio. Desde que se despenalizó su venta, la tendencia ha sido res-tar. Ya lo de la proteína animal da pena. Ni los curieles, con su descomunal fertilidad, han logrado resolver el problema.

—Hay que borrarse de la mente eso de que la carne solo es para niños, ancianos y dietas médicas. Llevamos sesenta años diciendo que hasta los siete años. Hay que producir perniles para que se los coma todo el que quiera fajarse con un bisté.

—Usted está claro, jefe.

—Lo de la carne es lo que menos me preocupa, la verdad. En cualquier momento Flora y Fauna nos sorprende con la venta de los ejemplares fecundados hace cuatro años en la Mesa Redonda.

—¿Y no es mejor ponernos para los puercos? Despedir el año con avestruz no está mal, pero es una costumbre no enraizada en la cultura cubana.

—China construye un enorme edificio de 26 pisos para 1,2 millones de cerdos. «No es la última colmena humana de una ciudad dormitorio, sino una especie de gran corral vertical diseñado para criar cerdos de forma óptima. Animales que vivirán como seres humanos, alimentados con sistemas automatizados, limpiados de manera constante, y monitoreados con cámaras de alta definición». Probaremos una experiencia similar en La Habana con el que alberga al Ministerio de la Agricultura. Los funcionarios del Minagri sembrarán el alimento para esas criaturas (los cochinos digo). Tendrán mejores resultados que los alcanzados en la edificación desde que se construyó.

—A ver si definitivamente tenemos carne, que los seres humanos no sientan que viven como animales o que los monitorean con cámaras de alta definición.

—…

—Necesitaremos financiamiento exterior.

—Entre los «flaimientos» se incluye convertir los parques tecnológicos en parques de diversiones… perdón, de inversiones. África nos ayudará en eso. El Foro Empresarial Argelia-Cuba ha sido calificado de «acontecimiento económico excepcional».

—Como el de comer dátiles, por ejemplo.

—Tan importante como las relaciones con Argelia son las que se estrechan con Belice, cinco veces menor que Cuba, con una densidad poblacional que es la séptima parte de la nuestra. Produjo en la última zafra casi 1 400 000 toneladas de azúcar, uno de sus principales rubros exportables. Entre ambas capitales hay solo 900 kilómetros. Traerla desde allá abarataría la cosa.

—Habría que ver con qué precio se tiran. La importación de azúcar cada vez se encarece más. Cualquier día tendremos que producirla.

—No hay que mencionarlo en la rueda de prensa. Capaz de que algún periodista nos recuerde la pila de centrales que desmantelamos.

—Podríamos desmantelarlo acusándolo de terrorismo de estrado.

—Más de temer son «las arremetidas rabiosas de resentidos y cipayos que pululan en las redes sociales». Urge «lograr que las personas tomen distancia, eviten el influjo de ese sistema de seducción y descifren cuándo ofrece algo estimable o los estafa con sus contenidos». «Estamos convocados a luchar contra la hegemonía y no aceptar nunca la mentira».

—Hay que buscar una consigna contundente que acompañe al Proceso de Negación de Tendencias a Rectificar Errores, y que se haga viral en Youtube, Facebook, Instagram y compañía. ¿Se le ocurre alguna?

—«¡Por un porompompón próspero y sostenible!».

19 febrero 2023 14 comentarios 1,5K vistas
12 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Escaleras al cielo

Escaleras al cielo

por Jorge Fernández Era 12 febrero 2023
escrito por Jorge Fernández Era

—El derribo del aerostato chino es el comienzo de una escalada contra Cuba de imprevisibles consecuencias, quizás más graves que las que pudieron derivarse de la Crisis de Octubre de 1962.

—¿Crees que con el pretexto de seguir el rumbo de los ciclones los yanquis comiencen a enviar zepelines a la Isla?

—No creo que se atrevan. En los Días de la Defensa son muchos los que se la pasan mirando a los celajes. Mi reflexión parte del hecho de que el más reciente conflicto entre Estados Unidos y China acontece en momentos en que nos preparamos para realizar las elecciones más democráticas del planeta.

—No sé qué tiene que ver una cosa con la otra, mas espero que tu cohete impacte esta vez en la diana.

—¿Te queda claro, en primer lugar, que «la democracia cubana, genuina, auténtica —no importada— tiene apellido: socialista»?

—Es sintomático que solo se mencione el apellido del padre. El de la madre como que se ha ido diluyendo.

—Recuerda que «nuestro modelo se inspiró y construyó con el concepto de verdadera democracia, de democracia genuina, y no en el de democracia hipócrita, exclusiva para los sectores privilegiados, que tienen los países capitalistas».

—El que poseen Brasil, Venezuela, México…

—Países que hacen lo suyo a pesar de la «fragmentación de las fuerzas políticas de la nación, con un fin supremo: disputar el poder». Cuánto más no hubieran logrado de existir el unipartidismo.

—Asesoría no les falta.

—«La fiesta electoral que está comenzando es parte inseparable de esa verdad que quizá no hemos sabido contar con todos sus méritos».

—Es muy difícil hacer el cuento. No todos los pueblos tienen la madurez para darse cuenta de que hay seres superiores que encarnan en sí mismos la inteligencia para hacer realidad los sueños de las generaciones pasadas, las presentes y las que están por venir.

—«Cuba cree en la fuerza que la unidad de millones de ciudadanos en torno a un solo Partido les aporta a sus necesidades y demandas como sociedad».

—Cree en la fuerza, sí.

—Nuestra democracia «es perfectible, no perfecta. Hasta en eso se nos parece más que todos los modelos que quieren vendernos».

—¿Querer vendernos ese modelo es la razón de que Venezuela ya no nos mande tanto petróleo?

—No seas inmaduro. Trato de explicarte que nuestro sistema electoral «fue concebido, justamente, para superar las limitaciones que tienen los modelos tradicionales para favorecer el acceso del pueblo al poder». En las boletas de otros países, por ejemplo, no existe la casilla de votar por todos. Está demostrado científicamente que eso ahorra tiempo. Las décimas de segundo que se utilizan para llenar esa casilla son minutos que se traducen en emplear el tiempo en cosas más productivas.

—Como tratar de comprar un pomo de aceite, ejercicio tan resbaloso como el de hacerme creer que elegiré a los que hace rato están elegidos.

—Los compañeros de las comisiones de candidatura saben lo que significa el tiempo tuyo en una cola, la posibilidad de que esta vez sí te toque tu pomo. Imagina que en los 168 municipios del país se plasmen en las boletas las 4600 propuestas únicas de precandidatos. Tocaría a 27 candidatos en cada una. No estamos preparados para semejante embrollo.

—Podrían quedar fuera aquellos que no viven en el barrio, ni en el municipio, ni en la provincia, que solo se les ve la cara días antes del sufragio.

 —«No se presentaron propuestas inamovibles». Hubo comisiones de candidaturas que decidieron no continuar el proceso de tres de los candidatos.

—Solo tres entre 4600, calidad de selección si las hay. Leí que «no todos los candidatos fueron aprobados por unanimidad». Otra hazaña.

—Sin contar que en los municipios Vertientes y Carlos Manuel de Céspedes hubo dos que no obtuvieron más del cincuenta por ciento de lo establecido.

—Vertiente de nuestras elecciones de la que hubiera estado orgulloso el Padre de la Patria.

—Y dilo. «Por un instante los candidatos a diputados del Parlamento dejan de ser las personas que encarnan determinada responsabilidad, y nos los encontramos de frente, entre nosotros».

—¿Y no es acaso su principal responsabilidad estar «de frente, entre nosotros»?

—El encuentro con el pueblo es un «diálogo abierto, como le gusta a los cubanos». En él brotan «palabras de emoción, pasión y sabiduría pedagógica por sus candidatos».

—Hablando de sabiduría pedagógica: ¿a qué tanta perorata? No me has dicho qué tienen que ver los Led Zeppelin y una posible Crisis de Marzo con esas escaleras al cielo que intentamos fundir desde hace tantos años.

—Que son muchos globos volando a la vez.

12 febrero 2023 6 comentarios 1,5K vistas
7 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
puente

En esta orilla, debajo del puente

por Néster Núñez 11 febrero 2023
escrito por Néster Núñez

Un adolescente flaco con aires de poeta, un mago, me mira a los ojos sin susto, retador, controlando a su antojo los murmullos, el silencio y las emociones de otros tan jóvenes como él, que nos rodean sentados todos a la sombra del puente.

‒Este es un paquete de cartas, y las personas ven de ellas solo trozos de papel ‒dice. Sin embargo, yo me imagino que tengo entre las manos un reloj de arena o la agenda donde anoto los sucesos más notables. Cada una de estas cartas es un recuerdo en mi vida…

Va extrayendo, al azar, una y otra carta mientras enumera sus recuerdos más preciados: su familia, el primer beso a una muchacha, cuando comenzó en la magia, cuando murió su mejor amigo…

puente

(Foto: Néster Núñez / LJC)

‒Son todos esos instantes que quedan detenidos para siempre en mi memoria y conforman lo que soy. Lo que Es, ‒dice.

¿Y qué es? ¿Eres lo que haces? Él hace magia. La muchacha a su lado hace fotografías y expone en Instagram y en galerías sus fotos. Hay dos que estudian música en el nivel medio. Los otros vienen de cualquier preuniversitario y hacen de público entusiasta, de comisión de embullo, los que más disfrutan. Esos son los de este grupo que está sentado en el piso.

Ya cantaron a pura guitarra Bella Chao y otra de Bola de Nieve: Yo, que ya he luchado contra toda la maldad, tengo las manos tan deshechas de apretar, que ni te puedo sujetar… ¡Vete de mí!, así, poniendo voz ronca y sentimiento juvenil, que igual desgarra por lo auténtico, por lo cubano. 

Detrás, en el muro, dos juegan ajedrez. De la bocina salen bases de free style y improvisación, tiradera, entre el mulatico y el otro pequeño, que se esfuerza por agrandarse con la originalidad de los símiles que inventa. Los del skater, la patineta de toda la vida, aprenden a saltar.

Puente

(Foto: Néster Núñez / LJC)

Es una tarde cualquiera en mitad de la semana. Terminan sus clases y se reúnen bajo el puente hasta que el sol se pone. Los he visto y por fin me he acercado. ¿No era que la juventud estaba perdida entre el reguetón, el consumo y la violencia? ¿O esto será una emboscada? El mago me pide que me concentre. Corta en tres el mazo de cartas. Pide que me imagine un mundo donde se me permite tener únicamente un solo recuerdo.

‒ Quiero que vuelvas la vista atrás, que elijas ese único recuerdo: por supuesto, algo que amarías siempre. El éxito o el fracaso de este truco dependen mucho de lo valioso que sea ese único recuerdo para ti.

De ningún modo puedo tener yo un único recuerdo para guardar el resto de mi vida. Viéndolos hace un rato tocar la guitarra, recordé mi propia juventud: mis amigos y yo desafinando a Silvio, a Sabina, a Santiaguito Feliú en cuanto parque hubiera en la ciudad. Tantos amigos que ya no están, tantas canciones que ya no se ponen.

Fue tan fuerte la reminiscencia que tuve que acercarme a su grupo y decírselo:

‒Hace rato que no veía un grupo de muchachos como ustedes.

Puente

(Foto: Néster Núñez / LJC)

¿Un solo recuerdo? Yo nunca tuve patineta, sino un par de patines de hierro, de cuatro ruedas, no un monopatín moderno. A veces me tocaba el derecho y otras el izquierdo. Mi mi hermano y yo nos intercambiábamos, para estar parejos. Montábamos en el portal de la escuela primaria porque el piso era más pulido, sin las grietas del asfalto. Pero las losas se marcaban y la maestra de guardia un día ya no nos dejó y entonces nos pusimos a jugar a los agarrados en los edificios que estaban construyendo.

Éramos como quince chiquillos, todos del mismo reparto. Corríamos por las escaleras, atravesábamos ventanas, poníamos a funcionar el elevador de carga, saltábamos desde el tercer piso hasta la loma de cocó o la de arena para que no nos cogieran. Hasta que pusieron custodios, dijeron que por nuestro bien, para que ningún otro se partiera un brazo o se llevara cinco puntos de sutura en la cabeza.

‒Un solo recuerdo‒ me pide el mago, que todavía me está mirando fijo. ¿Escojo las veces que entramos a escondidas al terreno del estadio a correr las bases, a deslizarnos en tercera, a gritar como si diéramos un jonrón hasta que el custodio nos caía atrás para que nos fuéramos? Que no se puede, siempre había un No se puede. No éramos muchachos malos, pero el exceso de energía y la falta de opciones nos llevó al cementerio, donde tampoco respetamos el silencio de los muertos.

La falta de opciones de los años ochenta no era tal, si la comparas con la falta de opciones de ahora. Nos apuntamos en judo, en ciclismo, en «taiguandó». Las parejitas iban al cine y al coppelia. Los fines de semanas nos reuníamos todos en la playa. Había transporte público y música en los parques por la noche. Había emulación socialista, pioneros exploradores y carne rusa en latas, y la línea entre el bien y el mal estaba mucho mejor delimitada.

Puente

(Foto: Néster Núñez / LJC)

Nada era perfecto, al contrario. Las guaguas iban repletas, el trabajo voluntario era obligado y también había broncas en los carnavales, navajazos y feminicidios que no anunciaban en los periódicos. Pero había aquel futuro colectivo a donde llegar. El técnico medio, la carrera universitaria, la cultura y el deporte masivos, y la ilusión de lograr vivir decentemente.

A partir de los noventa fue el sálvese quien pueda. Aquella utopía común no fue sustituida por ningún otro proyecto más realista, más ajustado a las diferentes formas de asumir lo que es bueno y justo y sostenible para los cubanos. El que logró invertir, ahora tiene empleados. El empleado come mejor que trabajando para el Estado, pero nunca podrá comprarse una casa. Para bien o para mal, esto no es Miami, que es para donde miramos. La referencia casi única, obligada.

En Miami creo que los muchachos no se reúnen a cantar y a tocar guitarra a la sombra de un puente. Aquí, ya es tan poco común que me dio una alegría tremenda sentarme con ellos esta tarde.

Puente

(Foto: Néster Núñez / LJC)

‒Ahora lo que quiero es que pongas tu recuerdo en una carta, así que dime cuando pare‒ me dice el mago. Le digo ¡ya! y él para. Me muestra la carta. Es un siete negro de bastos. La inserta otra vez en el mazo y baraja.

‒Yo no sé mucho del vivir, pero si existe una verdad, es que somos lo que recordamos‒ dice el adolescente sin barba, ilusionista, encantador de multitudes.

Buenos o malos, los recuerdos nos hacen lo que somos, fuimos y seremos. Sé que si tomas un grano de arena y lo pierdes en una playa no lo vuelves a ver nunca más. Pero la vida cansa, el tiempo cansa, equivocarse cansa, y quizás sea momento de comenzar a dejar a un lado la metáfora… ¿recuerdas cuál fue mi pedido? Te pedí que imaginaras un mundo donde solo puedas tener un recuerdo. Un mundo en que solamente puedas tener un recuerdo. Un mundo, en que solo puedas tener un recuerdo. Y ese recuerdo esté en todas partes.

Es cuando muestra todas las cartas y todas son siete negro de bastos. Hay caras de asombro. Yo muestro solo media sonrisa. Pienso que no me inquieta tanto tener un solo recuerdo de mi pasado, porque sabría escoger el más simbólico, supongo.

Lo que en realidad me preocupa es que ese siete negro no sea el pasado, sino el futuro de todos.

11 febrero 2023 12 comentarios 1,5K vistas
11 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Bombochíe

Bombochíe

por Jorge Fernández Era 5 febrero 2023
escrito por Jorge Fernández Era

Por H o por B, me da igual por dónde entrarle al Vedado con tal de asistir a la cita. Urge llegar por mis propios medios a la unidad de la PNR de Zapata y C, me daría una pena inmensa que los combatientes del Minint me trasladasen en una patrulla, con todo el trabajo de sus cargadas agendas y la situación tan difícil que tienen con el combustible.

El recibimiento es grandioso, no acorde a mis merecimientos: «¡Oye, oye, a la urrarrá, a la urrarrá, bombochíe, chíe, chíe, bombochíe, chíe, cha, bombochíe, chíe, chíe, bombochíe, chíe, cha: Era, Era…!» y un «rra rra rrá!» que suena a metralleta.

Varias personalidades honran el acto. Ante la presencia de una de ellas, pongo el celular a buen recaudo. Han invitado incluso al policía que hace años me trasladó no sin cierta ayuda hacia la unidad de Santa Fe tras producirse el siguiente diálogo: «¿Cuál es tu profesión y dónde trabajas?». «Periodista. En el Centro de Estudios Martianos». «Si tú eres periodista, yo soy cosmonauta». «Encantado de conocer al primer policía-cosmonauta de América».

El momento más tierno de la actividad es un performance con una representación de niños de los círculos infantiles «Los Tavitos», «Boina Roja», «Patrullerito» y «Soldaditos del Silencio», quienes, como miembros del Círculo de Interés «Interrogadores del Mañana», asombran a los presentes al lograr, en pocos minutos, que una hormiga confiese pertenecer a la familia de insectos «eusociales», del orden (interior) de los himenópteros. Los eusociales son bichos con un alto nivel de organización social; los adultos cuidan con altruismo de las crías, divididos en castas.

El bufet con casabe está garantizado, «por parte de iniciativas que promueven su consumo». Lo organiza la mipyme Yucasabi. Hay «demostración de platos elaborados con esa base», así como un desfile de modas «con motivos aborígenes». Los niños degustan asombrados y recurren a pomitos de agua para desobstruir el gaznate. «Son los que van a seguir produciendo y consumiendo casabe y están invitados aquí con mucho deseo de que aprendan sobre este plato tan antiguo». «No solo queremos rescatar el valor patrimonial que tiene, sino también que se incorpore a la dieta diaria de todos nosotros».

La intervención del primer teniente que nos atiende es medular, solo interrumpida por los «¡Manuel, Manuel, ¿qué tiene Manuel?, que La Joven Cuba no puede con él!» de la concurrencia. Enfatiza que «en la actualidad se aprecia un crecimiento inquietante en la reproducción de patrones que indican la presencia de colonización cultural en Cuba». Destaca que, por ello, «se trabaja en el programa “Sembrar ideas, sembrar conciencia”» (imagino, por los meses que transcurren, que se refiera a la campaña de frío).

Añade, aludiendo otra vez a Abel Prieto, que a partir del discurso «Palabras a los intelectuales» se trazó una «política cultural antidogmática y antisectaria sin precedentes para Cuba», y que, gracias a esa apertura, como ya ha subrayado nuestro primer secretario del Partido, podíamos contar «con el uso creativo, genuino y propio de la broma y el sentido del humor en las más difíciles situaciones». «Pero (apunta Fernández García mirándome con sorna) no hay que exagerar».

Revela que muy pocos aquilatan el peligro a que se exponen él y sus hermanos maristas presentándose tras un nasobuco en las viviendas de ciertos desclasados o instaurando perfiles falsos. Exterioriza que ven con interés la creación de ChatGPT, un «modelo de inteligencia artificial entrenado para mantener conversaciones» que «intenta reducir las respuestas dañinas y engañosas», como las que le di yo el otro día.

Vuelve a citar a Díaz Canel, no sé si con modelo similar al entregado a mi persona: «El debate de ideas es sustituido por el más primitivo intercambio de calumnias e injurias mientras proliferan los discursos de odio y las expresiones de fanatismo, polarización, intolerancia, racismo y desprecio hacia el otro». «Hoy más que nunca necesitamos espacios apropiados para escucharnos, para razonar colectivamente, para entendernos, para aproximarnos en todo aquello que podamos tener en común y debatir de manera culta y civilizada nuestras discrepancias». Hay que «imponer el diálogo sobre la fuerza». «No importa si por la fuerza», remata el arrestado combatiente que combate a los que arresta.

La entrevista para la que fui citado me la hace un reconocido periodista, quien explica las «razones de Cuba» para detenerme si sigo pasándome de gracioso. Se me otorga la palabra, haciendo valer las del presidente en el sentido de que hay que globalizar «el amor, el respeto, la solidaridad, el diálogo frente al odio, el egoísmo, los atropellos, el desprecio, la denigrante locura de creer que hay hombres y mujeres superiores al resto», de que «solo avanzaremos en el diseño de ese futuro superior que necesitamos a través del diálogo honesto y transparente, entre iguales, ajeno a posturas soberbias y arrogantes», «renunciando a pretensiones hegemónicas, a chantajes e imposiciones», «desechando el lenguaje de las amenazas». Declaro que el experimento con la hormiga del que fuimos testigos solo es comparable a lo que publicó Cubadebate sobre el hecho de que «los burros posiblemente cambiaron el curso de la historia de la humanidad».

Agrego que quedé muy impresionado ante la anécdota del Apóstol que trajo a colación Díaz Canel el día en que se equilibró ante el mundo, esa que cuenta que, tras un discurso de Martí en Tampa, un emigrado exclamó: «No le entendí mucho lo que decía, pero, cuando él hablaba, yo tenía ganas de llorar». Hubo que ver la conmoción de los convocados a Zapata y C cuando prorrumpí en sollozos y señalé: «Qué tremendas coincidencias tiene la Historia: ¡A mí también, cada vez que oigo a nuestro presidente, me entran deseos de llorar!».

Salí de allí con la Seguridad del regreso.

5 febrero 2023 21 comentarios 2,K vistas
10 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Pakistán

Pa Pakistán

por Jorge Fernández Era 29 enero 2023
escrito por Jorge Fernández Era

—Me envían a Pakistán en misión de Gobierno.

—Ese cuento me lo sé. Una vez te mandaron a cierto Estado insular del sudeste asiático y resulta que andabas «pur» ahí con esa chiquilla.

—Eso fue antes del Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas… Lo de Pakistán es en serio. ¿Leíste lo de la papa?

—¿Que tendremos que pagarla a once pesos la libra? Entre los «factores objetivos» para imponer un precio que representa el doble del de antes, superior cientos de veces al de los ochenta, no se mencionan las lluvias monzónicas del pasado año en el país islámico.

—Pakistán es uno de los veinte mayores productores a nivel mundial, su papa es de gran calidad. Las inundaciones acontecieron hace seis meses, así que la irrigación está garantizada. No creo les pase como a nosotros, que sembramos fuera de época el sesenta por ciento de la poca que vamos a consumir.

—¿Solicitarás una donación para cubrir las dos libras de papa que nos tocan?

—Cuba no pide ni mendiga, solo suplica. Con menos de esa cifra per cápita certificaremos la semilla para la próxima cosecha.

—¿Y qué pasó con variedades autóctonas como la Yuya?

—«Yuya Martínez así se llamó». La semilla hay que comprarla muy cara en los Países Bajos.

—Qué bajeza la de los neerlandeses, ¿eh?

—No imaginas cuánta. Los pakistaníes, en cambio, arrastran la deuda de gratitud de cuando los ayudamos tras el terremoto.

—Eso fue hace casi dos décadas.

—Veinte años no es nada. Mi tarea es ponerles febril la mirada a ver si transigen y nos ayudan a regresar a los tiempos en que Cuba se ubicó dentro del pelotón de los mejores rendimientos paperos, solo superada en el hemisferio por Estados Unidos y Canadá.

—Salvo que el cambio climático los tenga a la deriva como a nosotros, los pakistaníes están más distantes de la Isla que los holandeses, los norteamericanos y los canadienses.

—Si leyeras completa la noticia, sabrías que el precio de acopio de la papa de semilla importada es menor que el de semilla nacional. Con semejante sinsentido, no es de extrañar que mientras de más lejos la traigamos, más barata nos salga. Los fletes inciden sobremanera en los montos financieros. El Océano Índico es el de mayor frecuencia en secuestros de buques mercantes, los piratas somalíes nos cobrarán una ganga por transportar el cargamento.

—Menuda faena la que te han dado.

—No iré solo.

—Ya sabía yo.

—No es lo que piensas. Como no contamos con financiamiento ni para diez libras en los agros de Islamabad, y so pena de que nos manden al Karachi a patatas por el sur ciático, intentaremos apoyarlos anímicamente. Sufrieron el lunes (lo publicó el Granma) un apagón masivo por falla técnica, y se creyó conveniente que Bernardo Espinosa hiciera una alocución televisiva para actualizar al pueblo pakistaní sobre el inconmensurable esfuerzo de su gobierno por reducir las afectaciones para el verano.

—¿No es demasiada angustia las casi mil quinientas muertes que dejaron las inundaciones?

—Las desgracias no viajan solas. La delegación la integra un tercer miembro: Ulises Guilarte de Nacimiento.

—¡¿Y ese para qué?!

—Tratará de convencer al Sindicato de Trabajadores Hidroeléctricos de la Autoridad de Desarrollo de Agua y Energía de Pakistán (Apwhewu) de que no hay que ir a la huelga por boberías como esas. Insistirá en que otros países tienen situaciones más dramáticas, como… Estados Unidos, con la escasez y racionamiento de los huevos y la regulación de la venta de gallinas, lo señaló Cubadebate.

—Hay que tener huevos para recibir al secretario general de la CTC. Nada más que de imaginármelo en una plenaria diciendo a los miembros de la Apwhewu: «¿Pakistán lo sindicato si no e pa defendel el delecho del tlabajadol?»…

—Tendrán siempre el recurso de rezarle a Alá. Peor se las vieron los de la preselección al Clásico: los hicieron levantarse «antes de los primeros estiramientos del día» para oír en el matutino a Guilarte. Los conminó a «defendel la patlia» en el terreno de pelota. De ahí que queramos alejarlo del equipo y esconderlo en Islamabad hasta que termine el evento.

—El sicólogo tendrá que trabajar duro a ver si pasan de la fase de grupos.

—Eso deja secuelas. Un trauma De Nacimiento.

29 enero 2023 10 comentarios 1,9K vistas
9 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • …
  • 111

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...