En los tiempos actuales, el auge de Internet ha desencadenado el consumo de formas comunicativas cada vez más orientadas a la visualidad, que encuentran expresión en los memes, considerados unidades mínimas de información y replicación cultural.
El presente texto reflexiona en torno al meme como fenómeno asociado a matrices de la cultura y también de la política, y realiza un acercamiento a los rasgos que tipifican la construcción de historias meméticas en el discurso político sobre la Isla que evidencia la polarización existente en la sociedad cubana actual.
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El concepto de meme tiene su génesis en reflexiones que emanan del campo de las ciencias biológicas. Fue el etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico Richard Dawkins quien acuñó el término en 1976.
De acuerdo con este autor, el meme es transmisor de hábitos, costumbres, ideas, técnicas, habilidades o informaciones que se replican culturalmente de una generación a otra, como ocurre con los genes, y por norma general, se capta por imitación (mimesis), por enseñanza o por asimilación, lo que garantiza su permanencia en un ecosistema social.

(Imagen: tomada de Memedorid)
En el contexto de Internet el meme se caracteriza por su dinamismo, pues suele variar de una cultura a otra, sin renunciar a elementos básicos en su composición como la manera en que se presenta (GIF animado, video o montaje fotográfico), la simplicidad del mensaje que transmite, la apelación a emociones (indignación, sorpresa), el carácter anónimo del creador —condición que se cumple la mayoría de las veces— y la representación de contenido humorístico. En este aspecto, es oportuno acotar que considerar al meme como una fuente exclusiva de diversión, limitaría su comprensión como mecanismo de evolución cultural integrador de distintos lenguajes.
Investigadores como el noruego Thov Reime y el español Carlos Sánchez Ramírez explican su éxito a partir de elementos como la simplicidad que le permite ser elaborado por usuarios comunes sin grandes conocimientos técnicos, la novedad que posibilita reaccionar mediante este soporte de forma rápida a fenómenos que ocurren en la actualidad, el uso de imágenes que se vuelven virales y universales y son resignificadas en cada contexto, y su facilidad para ser compartido en varias plataformas.
Memes, shitposting, polarización y discurso extremista
En el escenario político, el meme asume posturas sobre temas que forman parte del debate ciudadano, expresa opiniones, reproduce marcas ideológicas y promueve la discursión pública, a partir de estrategias discursivas como la ironía y la sátira.
Aunque tiene puntos de encuentro con la caricatura y el afiche político por ser mecanismos para el ejercicio de una libre expresión, según Laura Camas, Aída Valero y Mireia Vendrell, el meme se desmarca de convencionalismos para ampliar las dimensiones de análisis de los conflictos y crear esferas de participación que favorezcan el empoderamiento de la ciudadanía en Internet.
De esta manera, los espacios digitales en las sociedades contemporáneas están permeados del llamado antagonismo memético, una estrategia consistente en la creación de un enemigo común a través de esta forma discursiva que se viraliza gracias a la cultura colaborativa de la web, y que favorece la polarización en el tratamiendo de los conflictos que se debaten en estos espacios.
Las investigadoras españolas Elisa García Mingo y Anita Fuentes aseguran que en la actualidad se vive una guerra memética transversalizada por la ideología. En este sentido, el meme es idóneo para comprimir acontecimientos, ideas políticas e inconformidades ciudadanas en un contenido breve y efectivo, que no pasa desapercibido entre los consumidores del espacio digital.
En el discurso extremista, se entiende que el meme ha evolucionado hacia el shitposting —troleo o sabotaje de debates con contenido ofensivo— por su carácter disruptivo. En este sentido, se busca difundir doctrinas e ideologías en las comunidades virtuales, con el fin de que los usuarios se conviertan a su vez en replicadores y se radicalicen a favor de ellas.
Al respecto, el investigador español Santiago Martínez-Pais destaca que «… en función del feedback entre estos colectivos surgirán debates, alianzas y polarizaciones que contribuirán a la definición de identidades colectivas en la red, generándose en consecuencia memes con un mensaje más directo, orientado a públicos más concretos o con finalidades más explícitamente ideológicas».
Un estudioso del fenómeno del shitposting en el discurso extremista como Ait Farouk Nasser, alerta que en algunos casos, se busca difundir ciertas ideologías con el propósito de pasar a la acción, entendida como violencia verbal y física hacia las personas que no comparten sus criterios de radicalización ideológica.
Un acercamiento a la representación memética-política sobre Cuba
La construcción del meme en el discurso político sobre Cuba presenta rasgos ligados a situaciones contextuales, pues este tipo de contenido comienza a circular casi inmediatamente después de la salida a la luz pública de acontecimientos que ocurren en el escenario público y tienen serias repercusiones sociales.
Por parte de quienes siguen una línea de crítica sociopolítica vinculada al discurso de la oposición, los shitpostings emplean personajes del gobierno que por lo general son los responsables de la toma de determinadas decisiones en el terreno político. Estas figuras suelen aparecer en una posición de ridiculización, contrario a las representaciones habituales de empoderamiento político en las que se presentan en los espacios de comunicación estatales.
De este modo, expresan las inconformidades y desaprobaciones de una parte de la ciudadanía o de grupos políticos opositores con la gestión gubernamental. Asimismo, resulta más recurrente el trabajo con la imagen del presidente Miguel Díaz-Canel, el primer ministro Manuel Marrero, el canciller Bruno Rodríguez o comandantes de la llamada Generación Histórica que continúan en activo.
El tratamiento de la imagen de estas figuras políticas se orienta a construir y reforzar matrices de opinión como la ineficiencia del gobierno, la falta de liderazgo de las figuras principales, las ineptitudes para ocupar cargos políticos y sacar al país de la crisis o el control de los dirigentes históricos de Cuba a la gestión de la nueva generación.
Otra de las líneas de contenido busca enfatizar las diferencias entre el nivel de vida de los dirigentes actuales o los históricos y sus familiares en relación al pueblo cubano. Entre las figuras más memeadas por este aspecto está Sandro Castro, nieto del fallecido líder Fidel Castro, a partir de varias muestras de ostentación de lujos que han trascendido a las redes sociales.
Otra tendencia en la representación memética sobre Cuba que realiza el discurso opositor se visualiza en la recreación de escenas tomadas de la vida cotidiana del pueblo cubano, que son resignificadas para mostrar las carencias existentes en el seno de la sociedad. La situación del transporte o las largas colas para adquirir alimentos o combustible son idóneas para reforzar la idea de Cuba como Estado fallido.
Por otro lado, las recientes protestas que tuvieron lugar en el municipio guantanamero de Caimanera, generaron la creación de memes en respuesta a las inconformidades con la versión oficial de los hechos, vinculados presuntamente a individuos en estado de embriguez. Tales representaciones se orientan a transmitir la idea de incapacidad del Estado para autoreconocer las inconformidades ciudadanas que pueden estimular la protesta y que manipula al vincularla con el consumo de bebidas alcohólicas de los manifestantes.
Asimismo, los productores del shitposting apelan a la intertextualidad para la construcción de un discurso de confrontación en el espacio digital, a partir de la apropiación y el uso de producciones culturales como fotogramas, caricaturas, marcas o artistas que contribuyen a lograr mayor reconocimiento y expansión del mensaje que se quiere transmitir y tienen lugar procesos de reapropiación, recontextualización y resignificación de los mensajes.
La presencia de figuras del movimiento artístico también ha sido objeto para la construcción de memes. La visita del rapero Tekashi 6ix9nine provocó varios a partir del supuesto lanzamiento de dólares desde el hotel donde se hospedaba en La Habana, y posteriormente por imágenes difundidas mientras grababa un video musical regalando dinero a algunos residentes y envuelto en una bandera cubana. Los contenidos se enfocaron en la pobreza de los cubanos y la ineficiencia del Estado para hacer frente a ciertas dificultades. Unido a esto, se insinuaba que los residentes en la Isla abandonan los tradicionalmente conocidos como «principios revolucionarios» cuando aparece un poco de moneda extranjera.
Los artistas que suelen participar en eventos políticos en Cuba, que tienen un discurso favorable hacia el Estado, o que han evitado pronunciarse en su contra, también son objeto de memes. Por lo general se cuestiona su talento y popularidad al asumir que su éxito no es real, sino que está dado por las prevendas que le ofrece el gobierno cubano como pago por defenderlo. Dicha asociación evidencia una de las formas que el extremismo político insurgente u opositor ha utilizado para cancelar a todas las figuras públicas que no suscriben su discurso.
Por parte del gobierno, aunque la construcción de memes es escasa en comparación con los de la oposición, su análisis vislumbra que tienen dos objetivos bien marcados: 1) resaltar los logros de la Isla en distintas esferas y escenarios internacionales y 2) ridiculizar al gobierno estadounidense, a figuras de la oposición o emisores de discursos críticos y a quienes construyen un discurso de odio contra la Isla.
Para ello emplea figuras políticas de gran capital simbólico como José Martí o Fidel Castro, reforzando la vigencia de sus ideales y su liderazgo, aún cuando ambos desaparecieron físicamente del escenario político. Asimismo, usa también la remezcla de imágenes del tiktoker Khaby Lame para incluir textos reflexivos sobre la necesidad de eliminación del bloqueo estadounidense contra la Isla, mostrándolo como la principal política responsable de la crisis que vive la sociedad cubana en la esfera socioeconómica.
Precisamente, ese carácter reflexivo que resalta como característica fundamental de los memes que construye el gobierno, repercute en la escasa creatividad, que en consecuencia incide en la ausencia del humor o la sátira como elemento que podría garantizar su replicación y viralización en el espacio digital. A diferencia de los memes de la oposición, que emergen a raíz de la toma de decisiones, acciones y discursos de políticos gubernamentales, los que reproducen la ideología del gobierno cubano tienden a un carácter más atemporal y suelen ser empleados como arma ideológica para reforzar matrices de opinión de apoyo a sus intereses.
Así lo demostró la serie de representaciones meméticas surgidas en el contexto de la pandemia de la Covid-19, cuando la Isla concluyó la fase de prueba de los candidatos vacunales Abdala y Soberana 02, las cuales a pesar de haber mostrado su eficacia, fueron blanco de ataques por parte de sectores de la oposición, principalmente fuera de la Isla -también empleando memes.
Por otro lado, en los mensajes vinculados a desacreditar a la oposición, abunda el shitposting que enfatiza errores políticos cometidos por sus líderes, unido a la afirmación de que no tienen ideales propios, los mueve solamente el dinero y su discurso está subornidado a los intereses injerencistas de potencias extranjeras.
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Como formato de producción de sentido discursivo de las redes sociales, el meme político cubano construido tanto por el gobierno como por la oposición tiene puntos de contacto en cuanto a la simplicidad, la remezcla y la intertextualidad; sin embargo, se diferencia respecto a la originalidad, la apelación al humor y la viralización en los distintos escenarios digitales.
No obstante, en ambos se evidencia la polarización existente en la sociedad cubana, que se materializa en el uso del shitposting para descreditar a los adversarios políticos y el manejo totalmente equidistante de temáticas políticas o sociales que afectan a la ciudadanía.
No debe perderse de vista la capacidad de movilización de los usuarios que tienen los memes en Internet, sean elaborados por los mismos políticos o por comunidades ideológicas afines. Las ventajas comunicativas de los memes deben ser aprovechadas en correspondencia con la intencionalidad y con la características de las audiencias a las que van dirigidas, en aras de evitar que sean usados en contra de los creadores en el proceso de resignificación.