Reformas: la marcha sofrenada en Cuba

por Consejo Editorial
reformas

La marcha del proceso de reformas de la última década en Cuba me recuerda el título de un libro de Lenin: “Un paso adelante, dos pasos atrás”. Hoy no me referiré a su itinerario, lo he hecho antes, sino a los posibles factores internos de freno que lo han hecho tan zigzagueante e impredecible.

Poderosas variables externas actúan como elementos perjudiciales para su ejecución: bloqueo, gobierno Trump, cambio climático, pago de la deuda externa, crisis en Venezuela, fin del ciclo progresista en Latinoamérica, pandemia de la covid-19. Como tales deben ser tenidas en cuenta, pero escapan a nuestro control e influencia. Por tanto, solo me referiré a los elementos endógenos, los que sí dependen de nuestra voluntad.

Lo primero para empezar el proceso era precisar el punto de destino para saber adónde queremos llegar, y qué había que reformar para ello. Si bien al principio esto no estaba claro, desde abril de 2011, el VI Congreso del PCC lo esbozó en sus contornos generales, cuando adoptó los “Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución” y creó la Comisión Permanente para su implementación.

Cinco años después, el VII congreso lo precisó aún más y le aportó una base teórica, al aprobar las “Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta el 2030” y la “Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista”. A partir de entonces, el fin del camino estaba más claro, aunque no a la vista. Faltaba recorrerlo, y eso exigía constancia y determinación para cumplir lo acordado y hecho público, y arrojo para correr riesgos, tanto en el pueblo como en los líderes.

Ya en 2016 se hacía evidente que desde el principio algo estaba trabando el paso y poco se había avanzado en todo un lustro. El nivel de ejecución de los Lineamientos aprobados en 2011 era de un 21% de cumplimiento de los 313 previstos, 77% en proceso de ejecución y un 2% que no se habían ejecutado.

Tras una primera etapa de eliminación de trabas y prohibiciones absurdas y obsoletas (2007-2013), el censo del 2012 constituyó un diagnóstico estadístico de la situación de partida que arrojó algunos resultados preocupantes. El más importante era la tendencia al decrecimiento de la población −por primera vez, desde la Guerra de Independencia− y su envejecimiento (18,3% de 60 años o más; solo el 17,2% entre cero y 14 años. No obstante, ni una sola medida contundente se ha tomado desde entonces para favorecer y aumentar la natalidad. En 2020 el envejecimiento poblacional es mucho peor, hay 1228 ancianos por cada 1000 niños.

A fines del 2012 se adoptó una reforma migratoria que abrió posibilidades para la emigración legal, la estancia en el exterior y el regreso a la patria de emigrados y residentes en el extranjero. Entre otros objetivos, pretendía estimular las visitas a Cuba y el retorno de jubilados, pensionistas y emprendedores. Lo primero se cumplió ya en 2013, cuando más de medio millón de cubanos y casi cien mil estadounidenses nos visitaron y Estados Unidos se convirtió en el segundo polo emisor de viajeros a Cuba. Sin embargo, no se promovió el retorno en forma alguna, ni se tomaron disposiciones que facilitaran la inversión preferencial de capital por los cubanos emigrados.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), 11.176 personas decidieron repatriarse en 2017, menos que los 14.000 que lo hicieron en 2016, y allí se paralizó todo con la llegada de Trump. Por el contrario, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), entre 2000 y 2016, 604 108 cubanos obtuvieron la residencia permanente en EEUU y 348 416 la nacionalidad.

En lo económico, el Lineamiento número dos del 2011 proclamó a la Empresa Socialista, “la forma fundamental de gestión del modelo económico cubano, capaz de propiciar el verdadero desarrollo del país”. En 2015 se prometió que la Ley de Empresas para “dotar a la empresa estatal socialista de más autonomía y facultades en busca de mayores niveles de eficiencia y productividad” estaría lista en 2017. En la práctica, y sin que mediara ley alguna, lo que se hizo de inmediato fue fortalecer e incrementar la burocracia empresarial con la reestructuración del sistema en cuatro niveles (ministerio-OSDE-empresa-OBE), donde antes solo habían dos (ministerio-empresa).

A fines del 2020, aún no se ha aprobado la añorada ley. Para ser el lineamiento económico más importante, se han tomado demasiado tiempo para aplicarlo.

Entre el 2014 y el 2015 nuevos aires de renovación parecían soplar sobre la Isla. Con la aprobación de la nueva ley de inversiones extranjeras, el deshielo entre Cuba y los Estados Unidos y la renegociación de la deuda con el club de Paris, parecía que llegarían turistas y capitales de todo el mundo. La respuesta del gobierno cubano fue inexplicable: la marcha de las reformas fue detenida. Tras el VII Congreso, ni una sola transformación importante favorable al proceso ha sido aprobada, y menos aún aplicada.

Si hace una década que está aprobado y consensuado lo que hay que hacer ¿quiénes son los que han influido de manera determinante para ralentizar y/o paralizar la marcha de las reformas? Lamentablemente no existe información sobre las tendencias al respecto existentes entre los decisores de la cúpula del Partido/Estado/Gobierno y, menos aún, sobre los debates ocurridos. Es obvio que mientras algunos pretenden “cambiar todo lo que debe ser cambiado”, otros quieren mantener lo que puedan del status quo en el que tan bien les ha ido por más de medio siglo, y les va. Lástima que solo a ellos, sus familias y acólitos.

Un factor interno actúa como un fantasma que se cierne sobre todos los asuntos cubanos, aunque pocos lo mencionan, el de la existencia del poderoso holding GAESA (1995); especie de OSDE militar devenido en el más grande monopolio que haya existido en la historia económica de Cuba. Tiene sistema propio de auditoría y sus decenas de miles de obreros y empleados son considerados trabajadores civiles de las FAR.

Sus propiedades se extienden sobre sectores claves de la economía, que poco o nada tienen que ver con el ámbito militar: Cimex (inmobiliarias, bancos, restauración, gasolineras, supermercados, almacenes mayoristas), Cubanacán y Gaviota (turismo), Servicio Automotriz S.A. (alquiler de coches), Tecnotex (importación-exportación  de  tecnologías y servicios), Geocuba (cartografía), Antillana de Exportación SA (Antex) (alquiler internacional de académicos y científicos), Fincimex (servicios bancarios), entre otros.

Cómo entidad empresarial castrense, ¿cuál es su actitud hacia las reformas en Cuba? ¿Cómo lo afectan o benefician las nuevas leyes, en particular la de empresas? ¿Cuál es su relación con la economía civil? ¿Cómo beneficia o perjudica su actividad el funcionamiento del resto de la economía y la sociedad cubanas? Si alguien puede ayudarme a responder estas preguntas, se lo agradeceré. Si queda claro que sin contar con este supersujeto económico tan criollo, poco o nada podrán avanzar decisivamente las reformas en Cuba.

11 comentarios

Cubanitodel57 13 octubre 2020 - 8:02 AM

La situación económica nacional más o menos desesperada y la suma de factores externos quizás hagan olvidar un elemento que señala el autor: el envejecimiento de la población cubana. En 2018 más del 15% de los cubanos eran mayores de 65 años. La emigración desbordada es mayoritariamente joven y la natalidad es mucho menor que en otros países latinoamericanos. Incluso una economía potente no puede garantizar pensiones dignas, si un porcentaje significativo de la población está jubilado. Muchísimo menos en Cuba. A eso añadiría las grandes diferencias entre la capital y el interior y las migraciones internas, que se han reprimido con fuerza, pero están latentes. Lo de “La Habana no aguanta más” es cuento. La capital está superpoblada, pero lejos de las cifras de otras urbes en América. Si no se aborda el asunto de las pensiones futuras (¿Cuánto y cómo se pagará?), así como los problemas habitacionales, el futuro cubano está muy complicado, incluso si la economía mejora con las supuestas reformas. Más en: https://memoriasdecuba.blog/la-habana-no-aguanta-mas/

Azul 13 octubre 2020 - 9:04 AM

Profesor,por primera vez me siento decepcionado con usted. Parece mentira caráj, así que nos hemos demorado .¿ Y qué son diez,quince,o veinte años comparados con la edad geológica de la tierra ? Coño,si todavía no tenemos aquella cantidad de carne,quesos y leche prometidas al principio. Pero bueno,todavía quedan esperanzas. Esperanzas de los cambios,de lo otro….

Además,¿ Vió usted la Mesa Redonda ayer ? Yo sí, lástima que no la subtitularan,digo, pa’ entenderla. Me quedé bota’o. Menos mal que ahí tenemos a Randy Alonso. Ya con el desborde de chicharronería da pa’ reírnos. Hablando de chicharrones ¡¡ Qué ganas tengo de comerlos !!

Déjeme volver a lo otro,pensando en la carne de cerdo pierdo la cabeza, así como perdidos están los cerdos. Ah,ya ,hoy es el Zar de los cambios , Murillo. Fíjese si es monstruo (como dicen los fines ) en eso de los cambios, que hasta por el ADN se los pasó a la hija. Sí profe sí,la hija es especialista en cambios,nos cambió a nosostros por el Yuma. Eso sí es sacrificarse. Se me humedecen los ojos pensando en eso.

Pero bueno,yo por si acaso estoy aprendiendo sánscrito, arameo y quechua. No vaya a ser que tampoco entienda nada. Saludos.

Arturo 13 octubre 2020 - 9:50 AM

La mesa de ayer fue para decir en diez años que los cambios implementados en octubre del 2020 son un traba al desarrollo del 2030

Jagger Zayas Querol 13 octubre 2020 - 10:29 AM

Concuerdo. Tantas veces y tantos planes de “ahora si” que ellos mismos confesadamente no han cumplido y nuevas promesas que luego se enjuiciaran que fueron un “error” para presentar nuevas mefidas e ideas del “ahora si”.
Cambian los planes, pero no quienes los dirigen y deben ejecutar.
Pero el horno no está para galleticas!!

Jagger Zayas Querol 13 octubre 2020 - 10:24 AM

Estas medidas tienen unos 15-20 años de atraso, por no decir, casi 60.
Por supuesto, hay fuerzas retrógradas geriátricas que han obstaculizado desde los flancos todas esas medidas, seguramente bajo el pretexto de mantener la “pureza” marxista-leninista (estalinista) y demostradamente fracasada, de la Revolución Cubana, pero que permiten que esa élite mantenga el poder, a la vez que sus comodidades de ellos y sus familias y sin rendir cuentas a nadie, porque el supremo en Cuba no lo ve mal.
No confían en el Socialismo como el empoderamiento de los trabajadores y en ese caso, prefieren el capitalismo como pasó en Europa del Este y las reformas capitalistas con dirección del Partido “Comunista” en otros países (un país, dos sistemas o la Renovación).
Diversificar la propiedad, cambiar la Base Económica y también la Superestructura para un Socialismo Democrático y Participativo, como quizás lo hubiera preferido nuestro José Martí, sería la verdadera solución a nuestros problemas, de los cuales, el más acuciante es el envejecimiento acelerado de la población cubana, sin remplazo de la fuerza de trabajo porque las pésimas condiciones materiales de la vida aqui, impiden aumentar la natalidad y estimulan la emigración fundamentalmente de jóvenes en edad reproductiva y con altísimo nivel de instrucción dado por la misma Revolucion, que nos enseñó a leer, para luego pedirnos que “creamos”, que “tengamos fe”en la dirección del país y no seamos críticos y aprobemos “unánimemente” los ocultamientos y el secretismo, a pesar de que Internet les quitó el monopólio de dosificar y marquillar la realidad…
Veamos si estas medidas liberadoras luego van a ser obstaculizadas con las “necesarias regulaciones del Estado y Gobierno” para que en definitiva, no cambie nada.

Jagger Zayas Querol 13 octubre 2020 - 10:40 AM

Aclaración quizás necesaria. Cuando afirmé “porque el supremo en Cuba no lo ve mal.”, no me refería al Pueblo, que supuestamente es el Soberano. Me refería a la “fuerza superior de dirección de la nación” y en particular a su jefe.
Gracias!

Mario Juan Valdés Navia 13 octubre 2020 - 11:22 AM

Sea por lo que.sea el.hecho de que se apliquen reformas.necesarias, aún en un escenario tan peligroso, es un paso correcto. El riesgo.es.alto pero lo peor es que se asuman como males.necesarios y no como la corrección del.rumbo que.se.debio hacer hace mucho.

Pepe Viera 13 octubre 2020 - 12:25 PM

Sin dudas que la no aplicacion de las reformas al sistema economico, con inevitables consecuencias politicas, aprobadas desde hace una decada resulta inexplicable. Cualquier paso que se de en ese sentido es bienvenido. Si continua su no aplicacion el pueblo sufrira las peores consecuencias por el deterioro economico, ademas de una perdida de autoridad del Gobierno y el PCC.
Dada la enorme importancia en la vida de la nacion de Gaesa, tambien es inexplicable el muro de secreto que la rodea.
Otra poderosa fuerza contra las reformas es la extensa red de dirigentes de la burocracia que no ven claro cual seria su futuro tras ellas.
Dejar a Cuba a expensas de que una mejora en sus vidas solo proviene del exterior pone en serio riesgo la independencia y soberania del pais

Jagger Zayas Querol 13 octubre 2020 - 1:14 PM

Siempre que se cumpla lo acordado, de lo cual hay demasiadas dudas por la historia de 60 años

Observador 2020 13 octubre 2020 - 1:25 PM

Aun antes de implementarse las medidas, ya se intuye que solo seran un oxigenador para que todo siga mas o menos como ha estado, al dominio del poder inamovible. Si recordamos las “trascendentales” modificaciones desde 2013 -eliminación de permisos de salida, aumento hasta 24 meses de estancia en el exterior sin perder ciudadanía, autorización de venta de viviendas y autos, revitalización a medias del cuentapropismo, mas estimulos salariales en empresas, aumento de salarios en sistema presupuestados, entre otras-, todo indicaba un renacer en la esperanza de futuro en la población. Ya antes de la entrada de la pandemia, el desanimo y la frustración retomaron su protagonismo y no parece que esas nuevas medidas ( lideradas por el triunfal regreso del dolar, ahora entarjetado, con su implacable e indetenible segregacionismo y apartheid como valor agregado), puedan revertir la situación. La inagotable capacidad para el error y la incompetencia económica de la dirección politica del pais, incluso asumiendo que el sucesor designado y su equipo asesor tengan algun margen de maniobra, es una garantía segura para el fracaso. Y para eso ya hay asegurados los pretextos y justificaciones, en lo que si son insuperables.

Armando G. Muñoz 13 octubre 2020 - 2:27 PM

planes anuales, planes quinquenales, planes en diez anos, de plan en plan han pasado 60 años y cada día peor.

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