Cambiar la montaña y el mar

por Mario Valdés Navia

Las filosofías orientales –de los países del Oriente, quiero decir− ayudan a comprender mejor algunos aspectos de la realidad que se tornan complicados si insistimos en analizarlos con enfoques meramente caribeños. Tal es el caso de los avatares cubanos actuales cuando los enfocamos a la luz del principio de “La montaña y el mar”, del famoso samurai Miyamoto Musashi, uno de los padres del Bushido −el Camino del Guerrero−, expuesto  en su texto clásico El Libro de los Cinco Anillos, o Manuscrito del Fuego, de 1672.

“Montaña y mar” significa que es perjudicial hacer lo mismo una y otra vez. Puedes repetir algo una vez, pero no una tercera. Según Musashi, cuando intentas lograr algo ante un adversario, si no funciona la primera vez, no obtendrás ningún beneficio apresurándote en hacerlo de nuevo. Él recomienda cambiar abruptamente la táctica, haciendo algo completamente diferente. La ciencia del arte de la guerra implica educar a la mente y el cuerpo para: “actuar como el mar, cuando el enemigo es como una montaña, y actuar como una montaña, cuando el enemigo es como un mar”.

Como parte del “milagro japonés” de los años 50 y 60, que convirtió al derruido país en la segunda economía mundial, el libro se volvió texto obligado en las facultades de economía. Los nuevos hombres de negocios nipones aprendieron a aplicar principios samuráis a la gestión empresarial con éxito espectacular, tanto al interior del país como en la competencia internacional.

En la China de los años setenta, el pensamiento de Confucio se unió a la reinterpretación del Tao te King de Lao Tse, y sobre todo de El Arte de la Guerra, de Sun Tzu y su complemento, El Arte de la Guerra II, de Sun Bin, para fundamentar las reformas de Den Xiao Ping y la creación de lo que parecía imposible: un socialismo de mercado con características chinas. Los comunistas chinos comprendieron mejor por qué su ideograma de “crisis” está compuesto de dos caracteres: “peligro” y “oportunidad”. Controlaron los primeros y explotaron las segundas. Desde entonces sus relaciones con el resto del mundo hablan de alianzas, no de hermandad perpetua.

China asumió que existen intereses permanentes, pero no amigos eternos.

En El Arte de la Guerra el maestro chino Sun Tzu había postulado que: “el principio más elevado de todos es la flexibilidad […] Relajarse mientras el enemigo se agota a sí mismo […] Lo que parece blando y flexible puede ser fuerte y firme, mientras lo que parece invencible puede ser débil. El sauce se pliega al viento y se mantiene en pie, el robusto roble se quiebra y cae. El agua se adapta a cualquier terreno, pero desgasta la roca más dura.”

Es muy interesante apreciar, a la luz de este principio, cómo han reaccionado históricamente los vendedores y compradores del mercado cubano a las imposiciones de la centralización estatal durante medio siglo. Ante disposiciones administrativas que coartaron su existencia, se replegaron a las sombras de la economía sumergida. Cuando el Estado, obligado por las circunstancias, les abrió la más pequeña hendija la han aprovechado desplegando todo su potencial en breve tiempo.

Lenin y los bolcheviques lo comprendieron en pocos años y, en cuanto hicieron amainar la agresión externa e interna con sus victorias contundentes, abandonaron la contingentación en especie y obligatoria de productos del agro. En 1921, retornaron a las relaciones de mercado, favorecieron la inversión de capital privado y el capitalismo de Estado y estimularon la cooperativización voluntaria. Hasta que, hacia 1929, Stalin impuso el predominio burocrático y el Estado totalitario segó los cauces de los emprendimientos privados y colectivos.

https://jovencuba.com/2019/01/21/los-modelos-de-socialismo/

Hasta la resiliencia mostrada por el régimen capitalista en sus más de doscientos años de vida parece coincidir con los consejos del famoso samurái. Liberalismo y proteccionismo, monetarismo y keynesianismo se han turnado en la conducción económica del sistema, según los intereses y peculiaridades de las diferentes etapas históricas.

La Cuba de hoy se plantea hacer reformas necesarias al modelo, pero los enfoques son a veces preocupantes. No es lo mismo aplicar estrategias nuevas por convicción, que hacer cosas diferentes porque no quede otra alternativa. O se aplican soluciones nuevas, apropiadas a la magnitud de los problemas que tenemos, o seguiremos dándole vuelta a la noria de la crisis, culpando a peligros conocidos e ineludibles y despreciando las oportunidades de cambiar.

Es preciso distinguir que no se sustituyen importaciones porque no tengamos dinero para seguir comprando al mundo, sino porque hay que rehacer y desarrollar el agro y la industria nacional sobre bases propias. No se aumentan los salarios para que los trabajadores regresen al sector estatal, sino porque tienen derecho inalienable a ganar según el valor de su fuerza de trabajo y aporte al bien común. No se reunifica la moneda porque se haya depreciado el CUC, sino porque todo país moderno requiere de una para que funcione eficazmente su economía interna.

La insistencia en el empleo de métodos y formas obsoletas, o su sustitución a regañadientes, por factores coyunturales, no es solución para la crisis estructural cubana. Es necesario preservar la independencia nacional y las ventajas del socialismo en las esferas en que ha dado resultados, pero cambiar todo lo demás. Si “la montaña y el mar” era una opción victoriosa para los guerreros samuráis, también ha de serlo para los patriotas cubanos en un momento como este que tanta falta hace.

14 comentarios

manuelthelightfull 20 octubre 2020 - 10:18 AM

el modelo cubano insiste, resiste; como insiste y resite el Bloqueo de la potencia mayor de la Historia: es una de esas trampas en las que se enredan, callejones ciegos, llaves que trancan el juego y los pocos vencedores aprietan el nudo con todo a su alcance mientras sufren millones de fibras la falta de oxígeno de esto cierres.

Nadie va a mover nada, a deshacer nada, esto es el cuento de la buena pipa en la que unos pocos se han acomodado y manejan todos los hilos del juego. No van a influir libros de hace 350 años, 800, mil, dos mil, dos mil quinientos: mandan los grupos, los intereses creados, hasta que algo muy extraordinario pase de alguno de los dos lados. No espero nada extraordinario por los proximos doce años

ni mar ni montaña, tuzudez y engaños, de ambos lados

Giordan Rodríguez-LJC 20 octubre 2020 - 10:48 AM

De acuerdo.

Luis Enrique 20 octubre 2020 - 11:22 AM

Yo pienso que este análisis tiene validez, si se considera o acepta que los responsables máximos tienen o pretenden un plan o estrategia para el largo plazo; que sus intenciones o la intención de semejante plan, es el desarrollo económico sostenido y sistemático; y que realmente están dispuestos y comprometidos a enfrentar las adversidades y resolver los problemas que inevitablemente surgen (con bloqueo o sin bloqueo), utilizando la inteligencia y la ciencia, pero sobre todo sumando a los ciudadanos que son los verdaderos actores.
La experiencia y la realidad actual nus muestran un cuadro casi Kafkiano:
1. No se involucra a los ciudadanos y al menos desde el discurso, los métodos y enfoques son esencialmente los mismos. Incluso si estuvieran haciendo algo diferente tras bambalinas, da la desagradable impresión de que lo hacen entre ellos (los responsables máximos y apoderados), excluyendo al ciudadano que es el verdadero motor de la economía y actor productivo.
2. En vez de promover una verdadera estretagia y plan de desarrollo (ellos, que se supone son expertos en hacerlo por el sistema que promueven y han promovido por años) lo que hacen es actuar reactivamente. El único con aparentes planes económicos a largo plazo nunca tuvo éxito y ya no está vivo. Se cansó de decir que sabía como íbamos a hacer y estar en 10, 20, 30 años… Coño… ¡Si lo sabía de verdad tenía que haber adevertido y no engañado entonces! Y si no lo sabía… ¡Pues igual! 🙁 Hoy lo que tenemos es un grupo de medidas que son puramente reactivas y en todo caso se venden como “inspiradas o derivadas” de los lineamientos de hace muchos años ya, que en su momento tambíen fueron reacción y no acción, al punto que se aclaró que aquello era “sin prisa”… Bonita manera de decir que que se sabe lo que está jodido pero no hay cabrona idea de cómo arreglarlo, o tal vez sé se sabe… pero no hay interés ni motivación en hacerlo, lo que me lleva a:
3. ¿Podemos estar seguros que quienes deciden y dirigen son los idóneos y lo que se hace es lo mejor que puede hacerse? ¿Podemos estar seguros que los fracasos repetidos por más de medio siglo siguiendo a las mismas personas e ideas no son resultado de hacer las cosas mal a pesar de las reales adeversidades? ¿De veras hay que seguir pretendiendo que se defienden las conquistas cuando no hay dudas del deterioro a niveles inmundos de la calidad y diversidad de tales esas conquistas? ¿Lo que se hace es por “convicción revolucionaria”? ¿No hay nada de empecinamiento cabezón sin verdadero fundamento? Y lo que considero más importante ¿Tiene sentido que los dirgentes que tantos malos resultados han tenido durante taaantos años deben seguir siendo privilegiados no solo en su nivel de vida sino en la responsabilidad de manejar y decidir por millones? ¿Tiene todo esto algún sentido otro que mantener a los empoderados en el poder?
No sé ustedes, pero para mí la respuesta a todas estas preguntas es un rotundo NO y no creo que se pueda llegar a solución alguna sin reconocerlo y actuar consecuentememte. Me resulta ridículo que los ciudadanos, que son el verdadero motor de una nación sean excluidos sistemáticamente y por la ley de tal actividad. Peor aún, las instituciones estales y los esquemas gubernamentales recuerdan constantemente que los ciudadanos no somos dueños del país, no tenemos absolutamente ninguna capacidad de cambio o mejora que no sea la establecida verticalmente… pretender otra, está fuera de la ley y es una ofensa civil… El “socialismo” cubano tiene, entro otros un fallo importante que hay que destapar y poner a la luz ya: niega a los ciudadanos su papel de ciudadanos y les exige obediencia y confianza en una clase dirigente que ha demostrado ser incapaz de tener un verdadero plan de desarrollo mientras viven como burgueses.

Alfonso Rojas 20 octubre 2020 - 12:04 PM

no puedes cambiar al que se niega a cambiar

Joaquin Benavides 20 octubre 2020 - 1:59 PM

Valdes Navia, estoy de acuerdo con tu articulo. En el fondo planteas utilizar el principio dialectico de la lucha de contrarios y el cambio. No estoy de acuerdo, sin embargo con los puntos de vista de Luis Enrique. Es facil adoptar esa posicion, pero la misma no conduce a nada. A no ser que te situes en la oposicion politica, y en ese caso tienes que proponer lo que quieres y ademas fundamentar tu posicion. Si se opina sobre los destinos del Pais hay que ser serios. La oposicion por la oposicion no conduce a ninguna parte.

Leticia 20 octubre 2020 - 4:03 PM

Totalmente de acuerdo

Luis Enrique 21 octubre 2020 - 6:45 AM

Interesante… Entonces, ¿Usted opina que toda crítica al proceso revolucionario cubano es “oposición”? ¿Se refiere a la oposición necesaria y saludable o a la “oposición” que se ha empleado históricamente como hombre de paja para desligitimar cualquier criterio divergente auténtico? Voy a asumir que se refiere sted a la primera, ya que la segunda, por razones obvias, carece de sentido.
Las propuestas están sobre la mesa hace años, desde mucho antes del 1959. Si de propuestas se trata, hasta Marx tiene algo que decir. El propio Ché opinaba que había que estudiar y aprovechar el conocimiento económico acumulado por siglos del capitalismo. Intente buscar “la otra carta del Che”, para que vea un ejemplo de crítica sin propuesta, no sé si eso lo demerite entonces.
Una cosa creo que está clara, sin embargo. Denunciar lo mal hecho cuando se conocen las alternativas e incluso sin conocerlas, no deslegitima la postura. Yo puedo criticar una comida sin tener idea de cómo cocinarla; o una pintura o una obra musical, sin tener idea de cómo pintar o tocar un instrumento; una calle o casa mal hechas sin saber cómo construirlas o manejar el equipamiento para hacerlas; el servicio de un hospital o el producto de una epresa sn tener idea alguna de cómo dirigirlos. ¿Sabe por qué es posible hacer todo eso? Porque la crítica se le hace a los resultados esperados, a la calidad. La cítica se hace cuando el resultado es mediocre o malo o cuando los autores o responsables, son sistemáticamente mediocres o malos.
Ahora imagine el cúmulo de imprecisiones, errores, inconfomidades y vicios que cualquier obra humana puede acopiar en 60 años de crítica nula o tibia por ser considerada nociva. Imagine 60 años pretendiendo que todo es cómo de ser o tan bueno como puede ser y evitar corregir los problemas estructurales de la política y la economía.

Manuel* 20 octubre 2020 - 1:59 PM

“O se aplican soluciones nuevas, apropiadas a la magnitud de los problemas que tenemos, o seguiremos dándole vuelta a la noria de la crisis,”

En contra de la opinión del autor, más que decir que “una Cuba mejor es posible” me quedo con “una Cuba posible es mejor” No hay mucho que inventar. Los métodos que conducen a una economía próspera se conocen a fondo desde hace más de tres siglos.

Azul 20 octubre 2020 - 3:43 PM

Tiene toda la razón el autor, como siempre. Y me es muy triste reconocerlo, porque no veo por dónde “le puede entrar el agua al coco ”

Hoy he estado leyendo varias opiniones ,en Facebook, de varios amigos(as) , que hoy en día viven fuera del país,la mayoría en los Estados Unidos. Y veo como ellos están de acuerdo en que lo mejor para Cuba sería la reelección de Donald Trump. ¿Por qué ? Pues porque después de haber nacido aquí y haber tenido la necesidad de escapar de este país, no en busca de democracia,o derechos humanos, o libertad de expresión ni un ocho cuartos, llegaron a un país donde si bien es verdad que tienen mil diferentes problemas, saben,y lo están demostrando, que si trabajan,se superan,y mantienen una buena conducta ciudadana, pueden vivir como personas. Y están convencidos que cuando se tuvo la oportunidad no se aprovechó. Y por eso prefieren mantener la presión,y van a votar por Trump.

Entonces,me pregunto ¿ Hasta dónde será necesario llegar, hasta qué límites de resistencia (de nosotros,los de abajo ), para que los que deciden acaben de superar ese miedo atroz a la libertad económica ? ¿ Cuánto más aguantará esta sociedad hasta reclamar cambios, no sólo de discursos, que es lo único que hemos visto ,sino también de acción ?

mariojuanvaldes 20 octubre 2020 - 5:39 PM

Gracias a todos. Como.creo en la.persuasion pacífica no puedo llevarme por criterios radicales de transformación porque no los.considero viables.en la.hora presente. Mientras sea posible influir en la opinión de nuestro pueblo y hacer pensar y repensar el presente y futuro mediante nuestros posts lo haremos. Cualquier actitud derrotista, desesperada o que pretenda poner los asuntos cubanos en manos del Gobierno de los EEUU o cualquier otro jamás contará con mi anuencia y creo que con la.de todo nuestro equipo de LJC.

Juan Verástegui Vásquez 20 octubre 2020 - 7:30 PM

Hola Mario, te saludo muy atentamente y te comunico que noto últimamente van distanciándose, y hasta tú, también, de escribir periódicamente en este medio, hay nuevos actores y hasta nuevas versione y enfoques de los que estábamos acostumbrados, mucho más conservadores de lo que necesita Cuba. Y hasta hay un articulista que escribe en inglés; naturalmente no está mal, pero tiene cierto tufo pro yanqui.
Acá en Perú admiramos a Cuba, respecto al tratamiento y desempeño de Cuba frente al Covid-19, Te remito un artículo, al respecto. Ojalá pudieras escribir sobre el triunfo del MAS, en Bolivia, es necesario.
Respecto al comentario de Luis Enrique. Carlos Marx decía que hasta cuando tomas una taza de café estás haciendo comercio internacional; El tremendo y brutal bloqueo hacia Cuba, no te da opción a nada; sin embargo, diplomáticamente, están haciendo todos los esfuerzos y denunciando en todas las instancias. Mira en Venezuela, siendo ellos la primera potencia mundial en las reservas petrolíferas, tienen, además, gas, oro, diamantes, piedras raras, pero están en una situación dramática, también, por el bloqueo. Guaidó es el dueño del oro, venezolano, en Italia; les deben más de 8,000 millones de dólares. En algún momento tiene que cambiar. Denunciemos.
Abrazos
Juan Verástegui V.

mariojuanvaldes 20 octubre 2020 - 8:42 PM

Gracias amigo. No te preocupes que seguimos en la pelea. Haré lo posible por escribir de Bolivia pero ahora estamos festejando. Me mandaste el Link o el articulo por gmail?

Luis Enrique 21 octubre 2020 - 7:04 AM

Cuando usted dice que el tremendo y brutal bloqueo “no te da opción a nada” ¿A cuál nada se refiere? Porque hay varias “nada” que sí se han dado. Tenemos por ejemplo la construcción de hoteles, el alza más o menos sostenida de las importaciones y el desplazamiento lento pero constante a una economía centrada en turismo y servicios. Por tanto no me queda claro a cuál “nada” se refiere.
Tal vez se refiera a que nada de lo logrado implica la paricipación activa y directa del ciudadano común, el cuál es solo utilizado y considerado como mano de obra. Tal vez también a que nada de lo necesario para que el turismo y los servicios funcionen es de producción nacional. Puede ser que se refiera a que los mecanismos para burlar o mitigar el bloqueo nada tengan que ver con diversificar la economía y el comercio y extender los actores a los no estatales. O será que sencillamente, el ciudadano cubano no es considerado para nada como actor económico.

Criollov 20 octubre 2020 - 7:54 PM

Es o pudiera ser la Administración Trump una oportunidad para la implementación de los cambios necesarios para que el modelo sociopolítico cubano avance a una nuevo estadío de desarrollo socioeconómico? Si nos atenemos a los postulados orientales (no de las prov. orientales!!!), esta es la manera de atenuar el embate de los rígidos que hacen peligrar, 60 años después, la Revolución.

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