I
El debate entre cubanos es difícil cuando de «revolucionarios» y «contrarrevolucionarios» se trata, como se vio en los comentarios a mi texto anterior. Ello resulta de la carga emotiva que implican la manipulación política del lenguaje y nuestra idiosincrasia, que en cierta medida es de pasiones extremas. Intentaba clarificar los términos porque en Cuba se usan como «talismanes» y «mordaza» respectivamente, a pesar de que su verdadero y original significado es muy claro. En consecuencia, se enrarece el debate, se obstaculizan y condicionan —por censura o autocensura— los comportamientos de compatriotas honestos y se ahoga la contribución que podemos hacer a un nuevo proyecto de país y de socialismo.
Esto es muy grave porque la Patria y la Revolución son de todos y constituyen parte del imaginario social de los cubanos. No se trata de una noción idílica, sino de una anclada en la realidad pasada o presente. Cornelius Castoriadis, intelectual griego con una vasta experiencia en estudios antropológicos y sociopolíticos, indica que el imaginario «no es imagen de. Es creación incesante y esencialmente indeterminada de figuras/formas/imágenes», es una mezcla de significaciones sociales, donde los valores, las creencias, ideas, símbolos y subjetividades se integran para conformar lo cultural y el universo simbólico.
Quien tiene el poder político está en capacidad de ejercer gran influencia sobre los imaginarios sociales. Su control, reproducción, difusión y manejo asegura un impacto sobre las mentalidades, conductas y actividades individuales y colectivas; también permite canalizar las energías e influir en las elecciones colectivas, sobre todo en situaciones complejas. Todas las revoluciones tienen un imaginario que, más o menos vivo e influyente, se expresa en referentes, palabras para nombrar las cosas, valores, en fin, un tesoro que identifica a la sociedad con una parte de su historia.
Por supuesto, cuando el poder se apropia del control de los medios y la enseñanza, tiene más incidencia en la creación de ese imaginario, porque son instrumentos de presión, de inculcación de valores y creencias. En sistemas restrictivos de la democracia, el dominio pasa por: posesión de los medios de comunicación masiva, uso de la propaganda más que de la información y argumentación y manipulación/restricción del lenguaje.
Cuando la práctica de invadir los medios de comunicación y la escuela con mensajes de interés político e ideológico se prolonga en el tiempo y se hace sistemática, los efectos son nefastos. Es un dominio perverso, se calcula que las posibles disidencias solo llegarán a un número reducido de personas y que las reacciones durarán poco porque el que hace la crítica puede ser marginado, no cuenta con medios suficientes para hacerse oír, puede estar sometido al poder abrumador de la propaganda y también, sentirse acosado por toda suerte de presiones y chantajes.
II
Todo lo anterior ocurre por tres razones básicas.
1.- El lenguaje es también cultura, filosofía, pensamiento e ideología, y tiene un peso extraordinario en política. El «hecho del lenguaje» es una multiplicidad de hechos, más o menos coherente y coordinada, que al penetrar mayoritariamente en la sociedad se convierte en hegemónica. En el sentido de Gramsci, la hegemonía existe cuando la gente acepta la dominación no por la fuerza sino por el convencimiento político, moral e intelectual. Se puede lograr cuando el poder (sociedad política) consigue alianzas con los sectores sociales (sociedad civil).
A pesar de las contradicciones y disidencias que siempre existen, la Revolución cubana construyó magistralmente esa hegemonía entre finales de los años cincuenta y los sesenta del pasado siglo. Pero esa no es una patente vitalicia; los tiempos y las circunstancias cambian, y la gente también. Para mantenerla se requiere una retroalimentación permanente del consenso; y este puede erosionarse y perderse cuando se fractura en la sociedad civil y empieza a construirse una contra-hegemonía que tendrá inevitablemente serios efectos en lo político.
2.- El riesgo es muy alto en ese ámbito por el peso de la manipulación del lenguaje y los intereses del poder. Lo que, en principio, distorsiona la función de la política, que debiera ser trabajar por configurar la vida humana del modo más adecuado posible. Lamentablemente, a veces se ha llegado a ver como el arte de engañar y seducir, mejorar la imagen propia y desfigurar la ajena y guardar las apariencias para ganarse el apoyo de las masas. La ideología no es inocente, el uso reiterado de términos con mucha carga emotiva y que siempre aluden a posiciones extremas, como los mencionados al inicio, condiciona nuestro pensamiento, nos atrapa e incluso orienta la conducta de las personas.
3.- Los diversos usos y el peso que tienen los esquemas mentales, que se alimentan y manipulan de muchas maneras en el escenario político. Estamos acostumbrados a pensar en base a ellos, como pares de conceptos que focalizan posiciones extremas: arriba/abajo, libertad/norma, revolución/contrarrevolución, interno/externo, revolucionario/contrarrevolucionario. Estos suelen ir unidos en nuestra vida y desempeñan una función decisiva. Cuando desde las instancias de poder se abusa de ellos, el efecto es muy nocivo a escala social. Implica que las personas se mantengan pasivas y siempre en los extremos, sin matices ni opciones intermedias. Por tanto, se afecta su libertad creativa.
La fuerza y efectos de los medios de comunicación y la educación en manos del Estado son apabullantes en Cuba. Hace años, una serie de estudios demostró que el cubano que emigra se muestra saturado y rechaza lo político. Al que permanece en Cuba no le ocurre lo contrario, de hecho, son realidades conectadas. La práctica reiterativa e invasiva a través de esas vías consigue sus propósitos por un tiempo, a veces por un largo tiempo, pero termina convirtiéndose en un boomerang.
III
Lo anterior implica que es preciso sanear en el país el terreno del debate acerca de lo político. Como resulta imposible reducir el alcance y la parcialidad de los medios de comunicación, los ciudadanos debemos apertrecharnos de algunos antídotos:
1.- Conocer los ardides de la manipulación y estar alertas, perder el miedo y matizar el sentido de las palabras. Esto último es vital, porque quien manipula hace justo lo contrario: rechaza los matices, no argumenta con hechos sino con frases, consignas y esquemas mentales para controlar el pensamiento de los demás. En Cuba, ese ejercicio manipulador puede ser o no voluntario y no siempre desde el poder. Como sus efectos se han expandido tanto en la sociedad, muchas veces se repiten palabras y consignas que pueden ser desarmadas solo cuestionándole al otro su significado en el contexto en que la emplea y obligándolo a matizar.
2.- Aprender y ejercitar el pensar con rigor y estar en condiciones de exigirlo a los demás, analizando el contenido de las palabras y el contexto, procurando argumentaciones de hondo calado. Cuando las circunstancias se manifiestan de modo acelerado y el discurso que las acompaña también lo es, se logra que la gente no tenga tiempo de pensar, de reflexionar sobre cada uno de los temas. El único antídoto es tomarse un tiempo, no dejar que circunstancia y discurso dominen su mente.
3.- Saber manejar los esquemas mentales. No tomar ni la realidad ni los conceptos como dilemas, sino como ámbitos, lo que impide atarse a posiciones extremas. Si tenemos que escoger en Cuba entre uno y otro —el primero (revolucionario) que se atribuye al gobierno como expresión máxima de la «Revolución» y el segundo como su contrario (contrarrevolución/contrarrevolucionario)— caemos en la trampa. Es lo mismo del «conmigo o contra mí», sin matices. Pero si se observan como ámbitos, la relación entre esos conceptos no tiene por qué ser rígida, aparecen los matices. Depende del pensamiento y la creatividad de quienes reciben el mensaje.
Vale tanto para afirmaciones como para preguntas. Cuando estas se plantean sobre la base de la manipulación a través de los esquemas mentales, distorsionan las respuestas y no promueven reflexión ni debate, solo ayudan a polarizar los criterios o silenciar los inconvenientes. Por tanto, el éxito de aquella sentencia de Stalin[1] respecto a la utilidad de las palabras para la dominación del pueblo por el Estado, depende de nuestra capacidad para asumir los términos fuera del marco de los esquemas mentales.
4.- Ejercitar la creatividad en todos los órdenes, lo que implica activismo, compromiso, implicarse en el mundo inmediato que nos rodea, colaborar con movimientos que se consideren de ayuda al progreso y al bienestar general. La creatividad es herramienta clave para la evolución personal. Como ha expresado López Quintás:«El hombre creativo tiene recursos para evitar que lo reduzcan a un mero repetidor (…) el que se acostumbra a pensar con rigor no acepta fácilmente el uso estratégico de los términos, el planteamiento astuto de las cuestiones, la movilización de procedimientos de dominio fácil».
Necesitamos socializar antídotos contra la manipulación. Descomponer el significado de palabras «talismanes» y «mordazas» como estas, matizarlas e interrogar directamente sobre sus significados al discurso y a quienes las emplean. De lo contrario, los términos y esquemas mentales penetran con toda su carga emocional en nuestras mentes y conducen al estado de fascinación que conviene al ejercicio manipulador. Cuando eso ocurre, las personas aceptan todo lo que venga con esa carga casi sin darse cuenta, tal vez por aquello que alguien dijo una vez: «Salirse del rebaño siempre ha sido durísimo y, sobre todo, salirse sin tener otro rebaño al que ir».
[1] «De todos los monopolios de que disfruta el Estado, ninguno será tan crucial como su monopolio sobre la definición de las palabras. El arma esencial para el control político será el diccionario».
27 comentarios
Casi nunca comento porque siento un desgaste de tantos años que me paraliza. Pero rompo mi desidia para felicitar a la autora y al portal LJC. Hacen un laburo increíble en favor del pensamiento revolucionario cubano, el auténtico, no el secuestrado por la propaganda del Gobierno. Es un laburo a favor de la gente. ¿De dónde sacan la energía? Admirable. Mencionan Gramsci. Me pregunto si alguno de los actuales dirigentes cubanos lo habrán leído. No digo que no lo hayan escuchado al pasar en algunos de los cursos de la Ñico López, pero leerlo? estudiarlo? En fin. Los felicito por tanta fe. Me hacen recordar al mejor Silvio y a Bertolt Brecht.
Gracias por haber puesto un granito de arena para que usted se motivara a escribir y participar en el foro. Yo creo que la energía se saca del amor por Cuba y de encontrar algún resquicio donde uno vea que puede aportar en algo para cambiar al país. Confieso que hace años me pregunto, qué más puedo hacer para no estar pasiva frente a todo lo que nos ocurre, participar y aportar desde donde puedo, eso siempre lo he hecho, pero también siempre he recibido mucha incomprensión cuando no han sido aplausos sino opiniones críticas las que he vertido. Sin fallar, nunca ha sido el momento, o la forma, o el lugar adecuado. Así pasa el tiempo y se da cuenta uno de que nunca ese trío existirá para los que disienten. Así que esta apertura de medios que pueden ver muchos, es el vehículo para socializar pensamiento, con la confianza de que no somos excepciones y que cada cual puede aportar su poquito para que rediseños el país y seamos lo que siempre pidió Martí para la república cubana. Participar con comentarios es también una manera de abrir caminos nuevos. Todo cuenta.
¡Wow! ¡Brillante! Felicitaciones a Ivette, una vez más. Me ha gustado mucho lo metódica que ha sido la autora para introducir las recomendaciones. Resulta lastimosa la profundidad hasta dónde ha calado la manipulación del lenguaje en lo cotidiano. Creo que la ausencia de instituciones desligadas de lo gubernamental y partidista ha jugado también un papel importante en esa polarización extrema.
Aunque no lo menciona explícitamente, considero que el análisis de Ivette sirve también para explicar y alertar sobre el discurso de los otros extremistas. Un artículo anterior en este espacio intentaba mostrar que el conflicto político entre los “revolucionarios” pro gobierno y los “gusanos apátridas” pro miami, era esencialmente la confrontación de dos posturas igualmente extremas, al punto que el discurso muy bien podría ser el mismo si solo usamos los antónimos emocionales de cada grupo. En mi opinión, estos antídotos o tips de la autora son el complemento ideal para ilustrar esa dicotomía y por supuesto, para evitar que ninguno de ambos extremos monopolice la realidad, cosa que tristemente parece ser el objetivo de cada parte. No parecen querer una Cuba mejor, sino una Cuba como la que ellos quieren.
Tan cierto!!!
Gracias Luis Enrique, hace muy bien usted en llamar la atención sobre el singificado del discurso de los extremos. Lamentablemente el texto debe ser breve, pero justo una de las cosas que me más me preocupa de nuestra situación actual, y que de cierto modo me impulsó a escribir para LJC, es el peligro que esos discursos entrañan para nuestro país.
Ambos son dañinos porque contribuyen a tensar más la cuerda, como extremos se tocan y aunque una parte nos parezca menos deplorable que la otra, en realidad las dos nos pueden llevar al caos.
Si analizamos, hay muchísimos cubanos que ni queremos una vuelta a 1958 ni queremos otra cosa que no sea el socialismo, mucho menos andamos en políticas para cambio de régimen. Queremos diálogo, comprensión, descontaminación de la sociedad y un verdadero socialismo, que no es tal sin la democracia. Es difícil porque de las experiencias vividas en diversos modelos y en la nuestra propia, eso no ha sido una realidad, pero muchos seguimos soñando con ese futuro para Cuba.
El discurso de los extremos no atiende a matices, no dialoga, es por su naturaleza manipulador, solo resta y establece la lógica de “conmigo o contra mí”. Así no es posible cambiar todo lo que debe ser cambiado y menos emprender de veras un nuevo proyecto de país.
Pero el peor peligro es que mientras nuestra clase política continúa aferrada tensando la cuerda, le da más aire al otro extremo y entonces puede terminar por funcionar la ley del resorte, comprimes y comprimes hasta que se dispara y llega a cualquier lado, al caos, nunca a una solución beneficiosa para la nación cubana.
Lamentablemente no hay conciencia de la gravedad que todo eso supone y hay muchos intereses de por medio. Por eso es importante seguir esforzándonos en encontrar un punto de encuentro entre cubanos y legitimar la postura de quienes realmente estamos pensando en lo mejor para Cuba, los verdaderos revolucionarios en la Cuba de hoy.
Y lo terrible es que esos códigos de lenguaje y comportamiento se reproducen en el exterior ,como lo demuestra el Trumpismo cubano en la Florida. Misma música aunque la letra cambie.
Ciertamente es terrible Pedro. Hace unos años se hizo un estudio sobre el eco demócrata o las inclinaciones demócratas de la comunidad cubana en EEUU. De cierto modo eso ha cambiado.
Sin embargo, yo diría que hay que considerar, desde nuestras características socioculturales como pueblo, hasta el escencario donde se intenta insertar el emigrado. El de EEUU es muy pero muy complejo
Los cubanos somos estruendosos, somos de posiciones límites, eso se ve hasta en el lenguaje cotidiano porque a muchos llama la atención con la frecuencia que usamos los superlativos y los diminutivos para denominar las cosas, por ejemplo. Tiene que ver con aquello que decía Gómez de que cuando no llegamos nos pasamos, tiene que ver con nuestra permanente inconformidad, que en mucho sentido es bueno, pero también a veces nos juega mala pasada. Tiene que ver con que seamos más capaces de grandes heroicidades y nos cueste más lo sistemático. Así somos.
Eso influye y luego se complementa, hablando de los extremos hoy en EEUU, con el conflicto permanente con los gobiernos de ese país, con la coyuntura, con las heridas y los viejos y nuevos resentimientos. Finalmente, también con intereses y cualidades personales en tiempos de internet.
Esos que hoy nos agreden de la forma más virulenta, son también cubanos, portan todo lo dicho y también el discurso manipulador y excluyente, de extremos, que se ha sembrado durante todos estos años.
No hay controversia o conflicto más difícil que aquel que es con tu propia gente, porque somos parte de pasiones y prejuicios compartidos,
Pero es necesario el diálogo con todo aquel que no quiera sangre para Cuba, que no vote por vender nuestra soberanía, que ayude a preservar en democracia, el legado de tantos cubanos que murieron por una Cuba mejor. Necesitamos la paz y la reconciliación para Cuba, que no puede ser incondicional sino desde el respeto y la inclusión porque la patria es de todos.
Ivettte: con esta serie de textos ya tienes listo un magnífico y muy necesario libro.
Gracias Yepe, aprecio mucho tu opinión. Ya te consultaré. saludos
Gacias, excelente.
r
Pienso lo mismo que Yepe, veo un libro en esta magistral serie de artículos, en realidad ensayos, que nos presentas.
Gracias Alina, tu opinión es muy valiosa para mí, tanto así que asumo ya tengo la editora para el texto. ¿Tendré editorial?
La clave está en lograr que las palabras estén al servicio del pensamiento y no lo contrario que es tan común: el pensamiento que se vuelve esclavo de las palabras.
Excelente comentario Manuel, con su permiso lo aderezo: La clave está en lograr que las palabras estén al servicio del pensamiento y de la ética y no lo contrario que es tan común: el pensamiento y los comportamientos que se vuelve esclavo de las palabras y de los esquemas mentales, en perjuicio de la sociedad.
Excelente artículo.
Mientras leía vino a mi mente una frase: “La conceptualización del modelo económico cubano”.
Nadie sabe lo que significa, pero lo repiten hasta el cansancio.
Y que te parece – cadena puerto transporte economía interna-
Pura demagogia ! Que crueldad e hipocresía los de la gama alta!
Hey! no dejar fuera el “encadenamiento productivo”
Palabras, palabras, palabras… ¿para endulzar nuestros oídos?, ¿para arrullarnos?
Muchas gracias, Ivette
Brillante como todas las publicaciones de LJC
Es alentador encontrar las palabras de los sentimientos que no sabemos escribir ! Una vez más admirada Y agradecida de la inteligencia y la gala de los autores de esta pagina! Dolor intenso por la patria nuestra
ME CAÍ DEL MUNDO Y NO SÉ POR DÓNDE SE ENTRA
Por Eduardo Galeano
Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco..
No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar…
Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales…
¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables…!
Si, ya lo sé…
A nuestra generación siempre le costó botar…
¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables…!
Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo…
Yo no digo que eso era mejor…
Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra…
Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto…
Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año…
El celular cada tres meses, el monitor de la computadora todas las navidades o el televisor cada año…
Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida…
Es más!
Se compraban para la vida de los que venían después…
La gente heredaba relojes de pared, bicicletas, cámaras fotográficas, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas…
El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad…
Tiramos absolutamente todo…
Ya no hay zapatero que remiende un zapato, ni colchonero que sacuda un colchón y lo deje como nuevo, ni afiladores por la calle para los cuchillos ni sastre que haga composturas…
De ‘por ahí’ vengo yo, de cuando todo eso existía y nada se tiraba…
Y no es que haya sido mejor…
Es que no es fácil para un pobre tipo al que lo educaron con el ‘guarde y guarde que alguna vez puede servir para algo’, pasarse al ‘compre y bote que ya se viene el modelo nuevo…
Hay que cambiar el auto cada 3 años porque si no, eres un arruinado…
Aunque el coche esté en buen estado…
Y hay que vivir endeudado eternamente para pagar el nuevo!!!!
Pero por Dios….
Mi cabeza no resiste tanto…
Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real…
Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre…
Me educaron para guardar todo…
Lo que servía y lo que no…
Porque algún día las cosas podían volver a servir…
Si, ya lo sé, tuvimos un gran problema:
Nunca nos explicaron qué cosas nos podían servir y qué cosas no…
Y en el afán de guardar (porque éramos de hacer caso a las tradiciones) guardamos hasta el ombligo de nuestro primer hijo, el diente del segundo, las carpetas del jardín de infantes, el primer cabello que le cortaron en la peluquería…
¿Cómo quieren que entienda a esa gente que se desprende de su celular a los pocos meses de comprarlo?
¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?
En casa teníamos un mueble con cuatro cajones.
El primer cajón era para los manteles y los trapos de cocina, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto…
Y guardábamos…
¡¡Guardábamos hasta las tapas de los refrescos, los corchos de las botellas, las llavecitas que traían las latas de sardinas…
¡Y las pilas…!
Las pilas pasaban del congelador al techo de la casa….
Porque no sabíamos bien si había que darles calor o frío para que vivieran un poco más….
No nos resignábamos a que se terminara su vida útil en un par de usos…
Las cosas no eran desechables….
Eran guardables….
¡Los diarios!
Servían para todo…
Para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia, para limpiar vidrios, para envolver.
¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne o desenvolviendo los huevos que meticulosamente había envuelto en un periódico el tendero del barrio.
Y guardábamos el papel plateado de los chocolates y de los cigarros para hacer adornos de navidad…
Y las páginas de los calendarios para hacer cuadros…
Y los goteros de las medicinas por si algún medicamento no traía el cuentagotas…
Y los fósforos usados porque podíamos reutilizarlos estando encendida otra vela…
Y las cajas de zapatos que se convirtieron en los primeros álbumes de fotos…
Enderezábamos los clavos para reutilizarlos después…
Y los mazos de naipes se reutilizaban aunque faltara alguna, con la inscripción a mano en una sota de espada que decía ‘éste es un 4 de bastos’….
Los cajones guardaban pedazos izquierdos de pinzas de ropa y el ganchito de metal…
Con el tiempo, aparecía algún pedazo derecho que esperaba a su otra mitad para convertirse otra vez en una pinza completa…
Nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos…
Y hoy, sin embargo, deciden ‘matarlos’ apenas aparentan dejar de servir…
Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas…
Las latas de duraznos se volvieron macetas, portalápices y hasta teléfonos.
Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza y los corchos esperaban pacientemente en un cajón hasta encontrarse con una botella…
Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos…
Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables…
Que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables…
Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas…
Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero…
De la moral que se desecha si de ganar dinero se trata…
No lo voy a hacer…
No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne…
No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte en cuanto confunden el nombre de dos de sus nietos, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos en cuanto a uno de ellos se le cae la barriga, o le sale alguna arruga…
Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares…
De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a mi señora como parte de pago de otra con menos kilómetros y alguna función nueva…
Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que ella me gane de mano y sea yo el entregado….
Profesora Ivette, excelente análisis sociológico y de filología política sobre el papel de la palabra como ideología determinante. Confieso ser un asiduo lector de “La Joven Cuba”, un blog que ha logrado empoderar a un valiente grupo de profesores, de la Universidad de Matanzas, altamente calificados en sus respectivos campos —que con una valentía espartana y a un alto nivel de riesgo— publican, de forma metódica, escritos que más bien son clase de Ciencias Politica, Historia, Sociología, Antropología, y Filología Politica.
Un blog donde, confieso personalmente, que los profesores que más me han impactado son Harold, Alina ey usted Ivette, por el alto nivel de objetividad al aplicar una de las reglas básicas de los Análisis de Inteligencia Política que señalan: »para ser objetivo no se puede tomar partido«.
En ustedes colaboradores y sus opinantes de “La Joven Cuba” —en gran número portadores de un elevado nivel profesional— hacen valedero el milenario axioma árabe, “los hijos se parecen más a sus tiempos, que a sus padres”, máxime cuando casi todos forman parte de las diferentes generaciones —nacidas a partir de 1965 hasta el 2000— que desafortunadamente, después de la implosión de la URSS, les tocaría atravesar el llamado eufóricamente “Periodo Especial en Tiempo de Paz”.
Periodo Especial en Tiempo de Paz que no solo quebraría, en el campo, el Pacto Social entre el soberano y su gobierno sino que además impactaría profundamente sobre la ideología dominante sobre todo en ese importante segmento generacional.
Otro viejo axioma legal reza: “hay que tener la verdad, saberla alegar y que te la quieran dar”. Hoy, gracias a la digitalización, sabemos que ninguna de las palabras de este axioma son aplicables en los sistemas políticos autoritarios pues el principal objetivo de estos son la manipulación y degradación del lenguaje político con el propósito de dificultar el pensamiento crítico y, además porque para la difusión de otra ideología o corrientes de pensamientos, ajenos a la dominante, hay que contar en la práctica con líderes, patrocinio, mensaje o doctrina y seguidores —y sobre estos últimos aplican todo tipo de palabras “mordazas”— así como contar con acceso libre a los medios masivos de comunicación social.
Le felicito una vez más profesora Ivette. Me despido recordándole que “toda política es local, emocional y no razonar o cognitiva”.
Gracias a “La Joven Cuba” por existir inside.
Dr. Alfonso
Me sumo a este excelente comentario
Agradecida y admirada de la autora y LJC
Muchas gracias Dr. Alfonso por su comentario. Me gustaría ofrecerle mi punto de vista respecto a la expresión “para ser objetivo no se puede tomar partido”.
En mi concepción ser objetivo no implica necesariamente no tomar partido.
La honestidad intelectual cuenta y la función del historiador, que es lo que soy, también.
Ambas cualidades implican observar críticamente la realidad, revisar y contrastar fuentes con la mayor objetividad, comprender los procesos, las opciones de las diversas clases y grupos sociales en cada época y formarse una opinión.
Esos deben ser principios independientemente de que uno tenga un partido o una ideología definida, porque somos seres racionales, pensantes, por tanto el componente subjetivo siempre estará presente, la cuestión es cómo lo maneje.
En mi caso personal y en el de muchos colegas que conozco y con los cuales comparto, sí tomamos partido, por Cuba, por la Revolución, por nuestra visión del socialismo y por nuestra historia.
Eso implica una militancia que no es de carnet, es de filosofía de vida. Lo que pasa es que en Cuba se ha entronizado el discurso del “conmigo o contra mí”, o que estar contra políticas del gobierno es estar contra la Revolución, como si el gobierno fuera irremisiblemente la encarnación misma de ella. Esa postura es muy conveniente a la clase política y muy inconveniente para que las fuerzas vivas de la nación que incluyen con un protagonismo que todavía está en el plano de la aspiración, a las nuevas generaciones. Son ellas las encargadas de optar por un proyecto de país y construirlo, porque como bien reza ese proverbio árabe que usted cita, los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres.
Confieso, Dra. Ivette, que su artículo es formidable y profundo, dudando que llegue al amplio público que tanto lo necesita por falta de cultura, que no instrucción.
Por mi parte, no puedo recibirlo sin la carga de pesimismo que nos embarga, del sentido de que nada va a cambiar, sobretodo por los revisores que seguiran empleando el diccionario “recortado” de la comunicación social y la manipulación desde ambos bandos no cesará en la búsqueda de un ansiado futuro mejor para nuestra Patria.
Gracias!
Su pesimismo es el de muchos, así es que lo comprendo Jagguer.
Sin embargo, me aventuro a tratar de que intentemos reevaluar nuestros pensamientos y ponerle un poquito de creatividad y confianza de nuestro papel en el curso de la historia cuando somos parte de ella.
Según nos enseñaron desde el Marxismo leninismo la agudización de las condiciones materiales críticas lleva a la lucha, seguro recuerda aquello de que condiciones objetivas + condiciones subjetivas = situación revolucionaria = revolución. Nada más lejos de la realidad. Si así fuera no hubiera triunfado precisamente en Cuba una revolución en 1959 y habrían surgido otras muchas en América Latina.
Quiere decir que no basta con la crisis, con que las personas pasen hambre. Si no tienen conciencia de que pueden cambiar la realidad, se mueren con hambre y no triunfa ningún proceso de cambios. Entonces, lo primero es que exista la necesidad del cambio pero junto con ella, que tengamos conciencia de que podemos cambiar las cosas.
Estos debates son muy buenos para eso
Hola primera vez que leo estos artículos la verdad me siento identificado ya que desde hace mucho tiempo vengo usando estos antídotos sin saber en realidad lo que hacía ..excelente trabajo ..
No se preocupe Carlos, todos somos víctimas de esos tipos de manipulaciones, vivimos con esquemas mentales. No es lo mismo cuando tomamos conciencia de eso y nos ponemos en alerta. Está dirigido a lo político pero sirve para todo en la vida. Me alegra que vea y comente nuestros textos.
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