Las jóvenes generaciones suelen preguntarse: ¿de dónde sacaban tantos hombres y mujeres de los años sesenta la creencia de qué en diez años Cuba podría superar a EEUU en todos los indicadores (Che, 1961), inundar de carne y lácteos a Europa, o hacer una zafra de diez millones de toneladas de azúcar (Fidel, 1965, 1969)? ¿Es que se vivía en un entorno de alucinación colectiva, o existía algún basamento real para asumir objetivos tan exagerados como tareas nacionales?
Realmente la tendencia de desarrollo de Cuba desde la segunda mitad de los años treinta y sus dinámicas sociales y políticas servía de referente esperanzador para muchas de aquellas rimbombantes afirmaciones. Recuérdese que en 1952, en tres meses y sin esfuerzo extra, se hizo una zafra de 7,2 millones de toneladas; la ganadería cubana era la mejor del área tropical y su economía era considerada la tercera más próspera de LATAM —tras Argentina y Uruguay— y la quinta del hemisferio occidental.
La Segunda República (1940-1958) no solo creó la Generación del Centenario, sino también una economía que, aunque llena de desproporciones y desigualdades sociales, era una de las más modernas y florecientes del Tercer Mundo. Por ello La Historia me Absolverá no habla de crisis económica, sino de lograr una sociedad más justa y democrática acorde al nivel alcanzado por la economía cubana.
El proceso de ruptura radical de la Revolución con aquella sociedad capitalista cubana sigue llenando libros y artículos, pero, ¿cuánto de continuidad hubo entre la Segunda República y la Revolución en el Poder?
-I-
El devenir de cualquier sociedad es un proceso inevitable de continuidad y ruptura. Ellas constituyen las dos caras de una misma moneda: el desarrollo humano. La continuidad sola se aferra al pasado y el peso del lastre no permite a la sociedad avanzar. Sus apologetas se vuelven estatuas de sal como la mujer de Lot. En política, asumen posturas conservadoras y retardatarias del progreso.
Los que absolutizan la ruptura con lo anterior son nihilistas que destruyen un patrimonio nacional que no les pertenece solo a ellos, sino a todo el cuerpo social presente y futuro. La historia abunda en ejemplos de ambos tipos de extremismos.
Cuando un grupo que asume el poder se comporta como nihilista y establece un nuevo tipo de relaciones haciendo tabula rasa de lo anterior se genera un verdadero historicidio. Su resultado es la aparición de sociedades atrofiadas, donde el desbalance entre continuidad y ruptura hace parecer que lo nuevo surge de la nada, sin antecedentes económicos, sociales y culturales provenientes de la época anterior.
Si estos nihilistas luego de afianzarse en el Poder se vuelven continuistas que pretenden eternizar tal modelo desproporcionado, entonces la situación se agravará aún más. Para enfrentarlos y tratar de enmendar lo contrahecho habría que rescatar y revalorizar elementos sociales desaparecidos, maltratados, olvidados y menospreciados durante mucho tiempo. Algunos hasta podrían parecer falsos y sobrevalorados a mentes ya nubladas por el adoctrinamiento y el oportunismo.
En Cuba, el enfoque metafísico de priorizar la ruptura y el olvido del pasado republicano se manifestó en todas las esferas de la vida social desde 1959. El hecho de que el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952 rompiera con la sucesión constitucional de los poderes públicos sirvió de fundamento para negar la sociedad anterior como un todo tiránico y corrompido.
Esta concepción se fortaleció cuando la agudización del conflicto interno y externo entre defensores y opositores de la Revolución socialista facilitó la implantación de una dictadura militar en forma de Gobierno Revolucionario Provisional que concentró todos los poderes de la Nación en un pequeño grupo de poder hegemónico. La adopción posterior del modelo de socialismo estatizado burocrático de raíz estalinista amplió el abismo entre continuidad y ruptura mediante el adoctrinamiento totalitario.
En textos y programas de la historia oficial, la República —designada como Mediatizada, Pseudorrepública o Protectorado— se convirtió en un agujero negro del que solo se vislumbraban corrupciones políticas, huelgas obreras y represiones a comunistas. El desarrollo económico, social y cultural alcanzado por el país y su rica sociedad civil en las dos décadas anteriores del medio siglo republicano no se mencionaba.
Las comparaciones sesgadas entre los indicadores sociales de antes y después de 1959 no reconocían que el origen de los cuantiosos fondos que ahora se distribuían más equitativamente se hallaba, no solo en los subsidios soviéticos motivados por su interés geopolítico de sostener una Cuba socialista cerca de EEUU, sino también en el despilfarro de las riquezas creadas durante la Segunda República.
Pero más que en lo económico y sociocultural, la herencia de la Segunda República marcó el diseño y presentación del propio modelo político revolucionario donde la dictadura militar y la ideología comunista se dieron la mano, pero no por vez primera.
-II-
Con diferente forma de llegar al poder y gobernar en sus dos mandatos (1940-1944; 1952-1958) fue Fulgencio Batista el primer y el último presidente de la Segunda República. En el ínterin se sucedieron los gobiernos auténticos de Ramón Grau San Martín y Carlos Prío (1944-1952).
El más interesante elemento de continuidad política entre la Segunda República y la Revolución está en varias de las prácticas políticas y modos de gobernanza que introdujo Batista en su primer período de gobierno y algunas del segundo. En la primera ocasión llegó al poder por elecciones, representando a la Coalición Socialista Democrática, una amplia plataforma política donde los comunistas eran de sus aliados principales.
No obstante, los vínculos entre Batista y el PC provenían de la época anterior (1935-1940) en que se consolidó como el Hombre Fuerte del país, amo del ejército, apaciguador de conflictos y benefactor popular. Desde el Gobierno, Batista apoyó importantes actividades comunistas como el I Congreso del PCC, en Santa Clara —del que hoy casi nadie habla— y el constituyente de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), liderada por Lázaro Peña (1939).
La colaboración con el poderoso movimiento obrero cubano permitió a Batista en ese año realizar una exitosa visita oficial a México, donde fue objeto de varios homenajes y actos que le organizaron Vicente Lombardo Toledano y el movimiento obrero mexicano, entrevistarse con el presidente Lázaro Cárdenas y hablar ante el pleno del Congreso.
Ese año, el PC se fundió con Unión Revolucionaria dando lugar al Partido Unión Revolucionaria Comunista (PURC), con Blas Roca y Juan Marinello como líderes. El Hombre —como llamaron los comunistas de entonces a Batista— facilitó también la creación de la Federación Nacional de Obreros Azucareros (FNOA), dirigida por Jesús Menéndez.
Desde la presidencia, Batista optó por utilizar las experiencias comunistas en el manejo de los trabajadores y los apoyó destruyendo a sus enemigos trotskistas, estableciendo relaciones diplomáticas con la URSS (1942) y reconociendo jurídicamente a la CTC (1943).
A cambio de ello y con el pretexto de no perjudicar la colaboración económica a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, la CTC restringió las huelgas solo a casos excepcionales. Entre 1940 y 1944 el movimiento obrero obtuvo aumentos salariales por 464 millones de pesos, elevación del salario mínimo, semana laboral de 44 horas y otras conquistas que compensaron parcialmente el alza del costo de la vida. En 1944, el PURC borró la palabra comunista de su nombre y comenzó a llamarse Partido Socialista Popular.
En el ámbito económico, Batista estableció varias medidas de corte keynesiano que fortalecían el papel del Estado en la conducción económica, tales como la creación de la Oficina de Regulación de Precios y Abastecimientos (1940), con la que por primera vez en Cuba el Estado asumía la conducción de la política de precios y la distribución.
Tras el establecimiento de la tiranía en 1952, Batista unió el Ejecutivo y el Legislativo bajo su potestad durante dos años, aunque el Judicial quedó independiente. Esto fue posible porque sustituyó la carta magna de 1940, por los llamados Estatutos Constitucionales, elaborados con el fin de darle una fachada jurídica legal a su régimen. Tras la farsa electoral de 1954 y su «elección» como presidente —considerada espuria porque se presentó solo a las elecciones— restableció en 1955 la Constitución del 40 y la tripartición de poderes.
En enero de 1959, entrarían nuevamente en reposo para no regresar más. El Consejo de Ministros aprobó una nueva Ley Fundamental, que le atribuía potestades legislativas, incluyendo la modificación de esta propia Ley Fundamental. A partir de ese momento fueron el primer ministro y su gobierno los facultados para hacer las leyes y ejecutarlas.
En lo económico, el tirano Batista fue un promotor de la política llamada del Gasto Compensatorio, que concebía un crecimiento del mercado interno mediante la expansión del gasto público. Para compensar los efectos de la crisis del sector azucarero, se crearía una infraestructura moderna que propiciara las inversiones extranjeras no azucareras y un proceso autónomo de industrialización.
Sin embargo, el incremento del gasto público se ubicó en inversiones en la esfera de los servicios y sólo una ínfima parte se dedicó a la agricultura no azucarera o a la industria. En poco tiempo, esta política provocó el despilfarro de las reservas en divisas del país, saldos negativos en la balanza de pagos, incremento de la deuda pública y concentración de las inversiones en obras improductivas.
Aunque el crecimiento desigual y deforme de la economía cubana se acentuó, en 1958 aún quedaban importantes reservas en los demás sectores para volver a la senda de la inversión productiva. Pero tras el establecimiento del Gobierno Revolucionario esos problemas se reprodujeron con creces debido a la ampliación de gastos en servicios sociales, defensa y el aparato administrativo-ideológico.
Alianza entre el caudillo y grupos de poder militar con los comunistas para conducir a los trabajadores como las hormigas pastoras a las bibijaguas, normas constitucionales que distorsionan la gobernanza democrática, políticas de gastos «compensatorios» para intentar estimular el crecimiento, fueron prácticas que nacieron en la Segunda República y han sido llevadas al extremo por la Revolución en el Poder.
Los resultados de extender ad infinitum durante la etapa socialista el populismo caudillista sin respaldo económico, propio de los gobiernos batistianos, influye en la crisis económica estructural nacional que atraviesa el país en nuestros días. Solo que ahora apenas existen ya reservas para recomenzar, ni se avizoran posibilidades reales de que nuevos actores sean capaces, en lo inmediato, de desterrar de una vez tales políticas.
25 comentarios
Realmente no me agrada el término Segunda República para definir el periodo 1940-1958, no se ha utilizado -o trascendido- en la historiografía de la época ni por sus protagonistas políticos. En otros paises (Espana, Venezuela) si se ha empleado subdividir etapas, pero a partir de rupturas democráticas, que no ha sido el caso cubano. Me parece trasnochado y rebuscado el término para nuestro contexto. Con sus luces y sus sombras, la República 1902-1958 es un periodo íntegro, con sus momentos aciagos y lúcidos, con sus periodos convulsos o laxos, que no creo merece subdividirse. Ya sea la intervencion norteamericana en su primera década, la revolución del 33, la brillante constitución de 1940 o el golpe artero de 1952, todo se aglutina en esa Republica, hoy definitivamente mancillada.
Batista comparte con Fidel la destrucción de la nación; pareciera que el virus mortífero se origina en la región holguinera, cuna de esos depredadores. El primero, con una astucia capaz de imponerse a una intelectualidad que en esa epoca ya pagó su desidia, pero incapaz de doblegar a la sociedad civil, su estudiantado y su prensa. El segundo, todavía mas astuto, inteligente y ambicioso, logró poner absolutamente todo bajo su mando y asegurarlo en el tiempo, incluido llevar la isla a un protagonismo mundial que no le corresponde ni beneficia. Era el caudillo perfecto y la inmensa mayoría creyó en sus promesas, incluidas las de un indetenible y vertiginoso progreso económico y social. Ahora ya no valen lamentos ni nostalgias. La lección se ha aprendido totalmente con el tutorial alucinado y permanente de ese régimen oprobioso y maligno. Asi de simple y asi de triste.
100%de acuerdo con observador 23.
Prefiero la segunda república o mejor dicho, el tiempo republicano de 1902-1958 que lo que vino después
” Las jóvenes generaciones suelen preguntarse: ¿de dónde sacaban tantos hombres y mujeres de los años sesenta la creencia de qué en diez años Cuba podría superar a EEUU en todos los indicadores (Che, 1961), inundar de carne y lácteos a Europa, o hacer una zafra de diez millones de toneladas de azúcar (Fidel, 1965, 1969)? ¿Es que se vivía en un entorno de alucinación colectiva, o existía algún basamento real para asumir objetivos tan exagerados como tareas nacionales?”/////// Pués la respuesta a esos jóvenes es muy fácil: En Cuba nunca se pudo contradecir al gobierno, porque vas a la cárcel por contrarrevolucionario. Si Fidel decía que llegaríamos a Marte antes que los americanos, pués ahí quedaba. No que Cuba estuviera llena de estúpidos, sino que no había prensa para responder a tales excesos. En los primeros años hubo algunos órganos de prensa que hicieron críticas, pero fueron rápidamente suprimidos. Y siempre el mismo problema con ese país sin sal ni pescado, que está rodeado de mar y es muy difícil escapar de él.
Tenemos que afrontar los problemas actuales que están consumiendo a la PATRIA. La DICTADURA no se da por vencida y cada día arremete más contra el pueblo. Luchar contra ese gobierno opresor es nuestra tarea fundamental, independientemente de si el Gobierno de Fulgencio Batista fue generoso o fue un HP. ( Sobre todo Rolando Masferrer y sus famosos Tigres ). Soy respetuoso de todos los comentarios y sus tendencias ideológicas.
Ya tendremos suficiente tiempo de estudiar a fondo la historia de CUBA, tantas veces distorsionada e incluso mal interpretada.
Un saludos a todos los foristas.
Libertad para todos los prisioneros políticos.
Viva Cuba Libre.
Un buen socialismo tenía el potencial de haber alcanzado todo eso que había sido dicho Fidel. La única idea que no tenía sentido era la de llevar hasta las casas la leche por tuberías. Pero un buen socialismo Si hubiera tenido el potencial de haber llevado el bienestar social a niveles superiores a los de los Estados Unidos, los que por cierto no eran ni tan buenos en 1960.
Y cómo Cuba o la revolución o como se le quiera llamar lo hubiera logrado? Primero que nada ateniéndose de generar odios; una sociedad que odia está condenada. Si no hubiera generado odios, los cubanos empresarios no se hubieran ido en masa y con ellos se hubiera podido haber contado para llevar adelante esas aspiraciones. También junto con los cubanos se hubiera podido estimular a personas con capitales en otras partes del mundo para que invirtieran y se radicaran en Cuba, siempre que no tuvieran pensamientos de vivir una vida opulenta y llena de lujos, conformándose con muchísimo menos que las decenas de carros y de mansiones que tienen las mayorías de los multimillonarios. Si un capitalista tiene 1000 o 100 mil millones de dólares pero no tienes más propiedades personales que las que pudiera tener digamos un ministro de gobierno sin fortuna, entonces no está explotando a nadie; lo que estaría haciendo es administrando empresas que habría creado para beneficiar al pueblo.
No creo que tenga nada que ver Batista y sus desmanes populistas con el conspirador fidel Castro.Batista fue un genaralito ambicioso que se alio con todos lo marginal que habia en cuba( incluyendo a los agentes de la URSS) para lograr su proposito.Nunca pudo doblegar a la oposicion politica,al capital local y ni a Sociedad Civil poderosa que existia en la Republica,Un dictadorzuelo mas,rodeado de criminales y corruptos y si algo lo une a fidel castro es que debilito la respuesta que se hubiera podido dar a un psicopata empenado en tener un reinado absoluto.Los USA,como siempre,detras del palo,cuando quisieron hacer algo con el regiemn batstiano,ya fue tarde….y pagaron la consecuencia.La torpeza en las relaciones de los EEUU han sido epicas,aunque nunca tan despiadadas como las de las otras Potencias que han extendido su influencia por el mundo.Fidel Castro,es otra cosa,como buen psicopata ,ladinoe insensible,uso el populismo para regalar lo que no era suyo,entregarse a el lado oscuro de la historia y apoderarse del pais.Escogio el comunismo,como hubiera podido escoger cualquier otro Sistema totalitario que le permitiera hacer lo que hizo: convertir a cuba ensu juguete.Bajo su poedr no hubo ni ley,ni sociedad civil,ni desarrollo economico ,solo popilismo financiado por el esterior.El pueblo de cuba hizo lo que cuaquier pueblo hace: disfrutar de su edacito de domingo…los mas avezados,abandonaron desde tempreno,los mas acomodaticios,han pagado con tragedias,miserias y represion ese “pedacito de domingo”.Por el momento,el poder totalitario se mantiene casi intacto: tenen el contro del MININT,las Far,la PNR,los bomberos,jueces ,fiscales,periodistas,artistas y academicos,circulos infantiles,enterradores y emprendedores y casi bajo control a los cubanos de la diaspora con los familiares secuestrados en cuba.En fin,nada que ver Batista con el Psicopata en Jefe.
Profesor Navia, si fuera usted comenzaria a escribir los libros de Historia que se estudiaran en las escuelas algun dia para poner las cosas en orden.
Seria la forma en que la gente que hoy no sabe ni lo que establecen sus derechos, comenzaria a pensar en ellos y tambien en sus deberes y sus deudas con la patria. que se perdieron hace tiempo cuando castro se convirtio en un engendro de lo que habia sido Batista y muchos de los que intentaron derrotarlo solo han querido sustituirlo.
Supongo que a excepcion de Paya el resto no ha ofrecido nada nuevo y por eso lo eliminaron.
Hoy cuba es una caricatura que debe ser borrada para pintar el cuadro de lo que debio ser.
De lo que debera ser.
El escrito suyo narra una buena parte de la verdadera historia de Cuba, sobre todo lo referente a la utilización de Batista del movimiento comunista para consolidar su poder. Nadie niega el desarrollo de Cuba durante la seudorepublica alcanzada hasta 1959. Lo que sí no es correcto afirmar como usted lo dice que para las nuevas generaciones existe el criterio de que a partir del triunfo de la revolución había una especie de alucinación colectiva basado en que no entienden como pudimos creernos las falsas promesas de Fidel en su historia me absolvera. Fidel sólo mencionó en su alegato lo que quería resaltar, lo malo de la tiranía de Batista y no lo bueno. Lo hizo con toda intención pero ello no puede llevarnos a su afirmación de que; nos convertimos de una sociedad Nihilista, como usted debe saber el nihilismo es una corriente filosófica que aboga por la desvalorización de los valores y donde no existe un ser supremo y por tanto la vida no tiene sentido y donde no existen los dogmas. Estos conceptos vienen desde el eclesiastes en las antiguas escrituras, luego en la antigua Grecia y tomó nombre a partir de la novela rusa de 1862 Padres e hijos. Nada que ver de esta teoría filosófica con la política trazada por Fidel y el marxismo leninismo. Al triunfo de la revolución el pueblo cubano mayoritariamente apoyó a la revolución de los humildes y para los humildes, incluso a Fidel lo apoyaron los EEUU obligando a Batista a dejar el poder. Las tareas y campañas políticas iniciales estaban acorde a lo que ansiaba el pueblo después de haber sufrido una tiranía represiva, el error de la mayoría fue creer en las promesas de Fidel que no eran tan alucinantes como usted las llama aunque estaban cargadas del delirio de grandeza y la megalomania de un líder muy inteligente que no sólo se ganó la admiración de la mayoría del pueblo sino de numerosos países del mundo. Las nuevas generaciones tampoco vivieron la época de las vacas gordas de Cuba, basado en una economía nada rentable pero inyectada con el aporte de la ex URSS a cambio de mantener una posición militar estratégica cerca de su principal enemigo los Estados Unidos. A men de los motivos en Cuba llegó venderse el litro de leche a 1 peso cubano en las lecheras en todos los barrios de la Habana. Los supermercados estaban llenos de productos por la libre a precios módicos además de la canasta básica que nunca se quitó habían variedad de licores y bebidas importadas latas de todo tipo jamón y pavos de venta libre, pescado, mariscos, la flota pesquera Cubana era una realidad, igual que la mercante, los planes de cítricos y de vegetales, no eran ilusiones habían vaqueras con ganado por tanto no es justo decir ahora que los cubanos alucinabamos, lo justo es reconocer que nos dejamos llevar por la influencia mediática dirigida por el partido comunista con la intención de lograr apoyó a las tareas de la revolución. ES imposible ahora negar el sacrificio de los cortadores de cañas, de los contingentes obreros de los logros en la salud , en la ciencia y en el deporte, la creación de vacunas.
Que todo fue decayendo, es cierto que en la medida que los cubanos se fueron dando cuenta del engaño de la falsa autoridad de los dirigentes de las mentiras víctimas de lo que hoy algunos denominan daño antropológico es cierto unos primeros otros después así ha ido evolucionando la sociedad y reconstruyendo la verdadera historia, es real y lógico hacerlo pero no obviar ni pretender juzgar por una simple apreciación a toda una generación que confío en algo prometido e incumplido. Actuar así es sinónimo de revisionista de la verdadera historia de la revolución cubana, revisionista es olvidad que Batista rompió los derechos constitucionales de Cuba y que a pesar de las promesas de Fidel de rescatar esos derechos con plena vigencia desde 1940 tampoco lo cumplió y es por ello que hoy casi ningún cubano conoce la constitución de 1940 y aunque se estudia en la carrera de derecho como una de las más avanzadas para su época no la tienen en cuenta.Eso es también revisionismo al no considerar hechos relevantes como estos.
Gerardo, el suyo ha sido el unico comentario realmente objetivo que he leido el La Joven Cuba en muchisimo tiempo. El resto …
Señor Gerardo Francisco, la economía de los años a los que usted se refiere era completamente ficticia, basada en el más absoluto parasitismo.
La prueba está en que, tras la caída del campo socialista y la URSS, descubrimos estupefactos que estábamos colgados de la brocha. Todo fue una ilusión
Y le digo más: nunca los cubanos, tras el ascenso al poder del felizmente desaparecido ex dictador Fidel Castro, pudimos vivir una vida sin el estrés de preocuparnos sobre qué comeríamos hoy. Nunca dejamos de hacer colas para todo.
Lo que sucede es que ahora todo está tan deprimido que aquellos tiempos suenan a paraíso, pero la pobreza rampante que vemos hoy se fue instalando poco a poco en nuestro país dada la ineficiencia crónica que ha traspasado a nuestra nación el accionar
de los comunistas en el poder y su obsoleto modelo económico.
Francamente, ya aburre la nostalgia por la “bonanza de los 80”, que sienten algunos en Cuba, poniéndola como muestra de «lo bueno que es el socialismo» como si todos aquí hubiéramos caído del cielo o de otro planeta, como si nadie aquí conociera la verdadera razón detrás de aquella ilusión óptica alimentada a través de una gran tubería por la que entraban todo tipo de productos soviéticos y de otros países de Europa del Este, como si ignoráramos que las cosas comenzaron a mejorar en el mismo instante en que Cuba se integró en el CAME después de la “simpática” ocurrencia de Barbatruco de producir 10 millones de toneladas, movilizando a todo un país en pos de una farsa que nunca se cumplió, porque apenas se llegó a 8 millones, al costo de arruinar la agricultura y paralizar todo un país durante meses. Si tenemos en cuenta además, que la Ofensiva Revolucionaria de 1968 acabó con la propiedad privada y acentuó la escasez y el hambre en Cuba, podemos imaginar cómo estaba Cuba después de los delirios del Inepto en Jefe. La raíz de la integración en el CAME es esa, si no lo hacían así el período especial se hubiera adelantado 20 años y la hambruna hubiera ocurrido en la década del 70. Ya basta de hablar del pasado «glorioso» cuando todos sabemos qué había detrás de aquella fachada de “abundancia y prosperidad”, de aquel acto de prestidigitación castrista. Con discursos no se construye un país y el Comandante demostró tener mucha fuerza para hablar, pero ninguna para construir nada bueno, más bien para destruir. A mí me maravilla cómo hablan de las tiendas llenas, atiborradas de productos baratos, en la década del 80 pero omiten que en la década del 50 no había escasez de ningún tipo y nadie tenía que hacer colas para comprar nada. La Cuba de los 50 era un país vibrante en lo económico, miren las fotos de aquellos años en Sears y demás supermercados y compárenlas con la miseria de la gente después de que llegara el Comandante y mandara a parar, comparen las fotos de los mercados de La Habana antes del desastre con las de los años 80, en que a pesar de la ‘bonanza’ había que mandarse tremendas colas para comprar queso, jamón y carne, cuando “sacaban”. Vean las fotos de las diplotiendas, a las que les ponían una cortina para que los cubanos no vieran lo que había dentro. En Cuba, en estos 64 años, más allá de aquellos años en que la gente se alimentaba gracias al subsidio soviético, siempre ha habido miseria, siempre ha habido hambre, siempre han habido colas, siempre ha habido necesidad, porque hemos estado en manos de un régimen que implantó un sistema disfuncional y fracasado, cuyo único “logro” ha sido convertir a Cuba en un estercolero. Podemos sentir nostalgia, pero mejor hagamos algo por salvar a Cuba, porque la nostalgia no nos lleva a ningún lugar, y se trata ahora de salvar a Cuba del fatal destino que le espera con esta gentuza.
Excelente comentario Daniel. +1
“en la década del 50 no había escasez de ningún tipo y nadie tenía que hacer colas para comprar nada. La Cuba de los 50 era un país vibrante en lo económico,”… Si, definitivamente Batista fue mejor!!!
Nadie ha hablado aquí de Batista, pero sí, Batista, a pesar de ser un dictador, gestionó mucho mejor la economía de la isla que su cantinflesco sucesor, quien empobreció a los cubanos hasta el punto que muchos comenzaron a conocer lo que era el hambre en la década de los 90. Todas las grandes industrias que tenía Cuba en 1958, TODAS, están hoy arruinadas. ¿Será culpa de Batista?
Solamente agradecer la amplia y concisa información, así como los comentarios que la enriquecen. Saludos.
Sr Gerardo Francisco, disculpe, pero no creo que alguien olvide el mal que hizo Batista a la Democracia en Cuba. Lo que ocurre es que el mal que vino después lo multiplicó por 100 (y contando). Simplemente Batista fue un niño de teta al lado de todo el mal que ha hecho la Revolución después.
Yo viví lo que ud llama “vacas gordas” en el Período Revolucionario y recuerdo el litro de leche no a 1 peso, sino a 25 ctvs. Ayer hablaba con mi madre de eso recordando que todas las noches ponía el litro limpio y el dinero sobre la mesa para que yo lo fuera a buscar a media cuadra de la casa. Eran esa y sacar la basura las únicas tareas extra docentes que hacía en la casa. Pero discrepo con ud en que alucinábamos. Si alucinábamos, y todavía algunos compatriotas lo hacen. Cuando oud basa su economía ineficiente en el sueño de la economía de otro que lo “ayuda”, ud alucina pero en esteroides. Equivale a algo así como a que yo: un hombre en plena edad laboral, con familia (mujer e hijos), me siente a darme balance en la casa, porque ud que es mi vecino me va a mantener. Y no se trata de subvalorar el trabajo de los compatriotas en las zafras, los médicos la ya inexistente flota pesquera y tal. Se trata de que aún no se entiende que vivíamos muy por encima de nuestras posibilidades en ese período gracias a los créditos sobrevalorados de los “amigos” socialistas. Se trata de entender que los beneficios disfrutados en aquella era, no eran fruto de nuestro trabajo. Todo ese mal manejo económico fué causa fundamental de la caída del ex-campo socialista, es una de las causas fundamentales del desastre económico nacional actual y todavía uds siguen añorando esos períodos de desastre. Por eso creo con convicción que nadie que no haya trabajado en su vida y sudado la gota gorda para llevarse el pan a la boca es confiable para dirigir un país. Por eso creo que uds van mas allá de las alucinaciones. Pero hablemos de hechos concretos: ¿Acaso todas as aberraciones con el cordón de La Habana, la zafra de los 10 millones y muchas otras tantas que hasta hoy sufrimos no fueron alucionaciones? Si, venían de la cabeza del genio en jefe, pero bien que todo el mundo les seguía la rima. Mi abuelo solía decir: Si te engañan una vez es culpa de otro a quien diste el beneficio de la duda, si te engañan 2 es culpa tuya, porque sabías que el tipo era un mentiroso. ¿Y cuántas mentiras a la cara, en público, con un micrófono delante dijo el de la piedra? Las estuvo diciendo desde el Moncada, y eso, porque no se llevaba cuenta de las anteriores, pero le puedo asegurar que no empezó ahí. ¿Se acuerdan del cuento de pepito donde éste le asegura al Comandante que el de los cuentos es él (FC)? No recuerdo quien lo dijo pero: el Socialismo va bien hasta que se acaba el dinero… de otros.
José, la frase es de la Dama de Hierro, Margaret Tatcher. Es una verdad como un templo.
La historia de Cuba ha sido la misma de casi todo país latinoamericano: sufrir las consecuencias de la falta de cultura política y civismo.
Entregar todo el poder y la soberanía a un tipo ha sido nefasto. Los pillos de esta parte del mundo la han tenido bien fácil. ¡Y como hay!
Hasta que no comprendamos que lo fundamental es la creación, fortalecimiento y respeto a las instituciones democráticas, todo seguirá más o menos igual, y si el pueblo cubano no aprende de estos 64 años de dictadura es porque no quiere.
Todo país construido alrededor de personalidades está condenado al fracaso, y Cuba es una muestra de ello.
Y ahí va el mantra de nuevo, porque no hay de otra:
LOS PUEBLOS TIENEN LO QUE SE MERECEN.
Y lo peor del caso es que, a estas alturas del juego, ni a Maternidad se puede ir a llorar.
Me parece oportuno y bien documentado el artículo que se comenta Hace justicia a la bonanza de Cuba en los años 50, a pesar de la tiranía de Batista. Ello es necesario , ya que , en efecto, el nihilismo lastró (y lastra) la mera existencia de un pasado económico en auge en la Cuba anterior a Castro. Cómo si antes no existiera el país. Tabula Rasa .
Creo que “El hombre” (Batista) fue un dictador político y un hábil político, cualidad esta perdida a finales de su último periodo de gobierno. En ese momento, se afianzó un deseo general de libertad que conformó la acción de los grupos revolucionarios opuestos al batistato y el régimen fue incapaz de reaccionar , como no haya sido con brutal represión.
Por otra parte, en política todas las alianzas son posibles. De ahí que personalmente no censure el hacer de los comunistas cubanos en aquella etapa. Me llama la atención la reiteración peyorativa de este hecho en algunos trabajos de Valdés Navia, y no la comparto. Tal vez la prolongada etapa de inmovilismo político y censura del país durante el fidelato , raulismo y canelismo, influya en ello.Tampoco me es cercana la terminología de ” Segunda república”. Leo y me parece que se habla de España, donde sí está entronizada dicha terminología.
En conclusión, un buen artículo que aporta información válida y varios juicios polémicos. Gracias.
Genesis: La gloria en el grano de maíz.
Se lo hizo saber a Celia aun en la Sierra Maestra: que su destino verdadero sería enfrentar al imperialismo, “”Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos””……su principal empeño los Estados Unidos de Norteamérica, no el segundo ni el tercero ni el cuarto, fue lo primordial, el pollo del arroz con pollo. ¿Por qué ese afán? . Las guerrillas Latinoamericanas, la lucha por la paz, Angola, el Congo, Nicaragua, Bolivia, Tupamaros, comandantes y subcomandantes, crisis de los misiles. Instituciones, colectivos e individuos desvanecidos, muertos y olvidados, sin monumentos mortuorios. Sin gloria.
Leo muchos blocks, me asombra saber que a estas alturas cubanos decir que continúan con rodilla en tierra como en los tiempos del asalto al cuartel Moncada o en los tiempos de la Sierra o en los tiempos de Girón tirando tiros al mar……. mientras tanto Fidel se perdía en el trayecto, o mientras tanto en la comandancia lideraba, o mientras tanto un poco mas tarde se lanzaba del tanque de guerra.
En fb me llega una foto de donde aparecen Canel, Liz y Marrero sentados alrededor de una inmensa mesa servida con excelencia, detrás de la misma a tres o cuatros pasos con brazos a la espalda otros cubanos menos afortunados garantizan la tranquilidad de los sentados que se muestran felices por la culminación del Festival del Habano y ante el eminente atracón, los guardianes en alerta.
La foto me caló hondo, no por los platos seguramente exquisitos, ni por las mandíbulas acompañantes, me taladró el saber que hay personas que pueden hartarse mientras otros les cuidan las espaldas y como hay otros cuidando las espaldas de tipos y tipas hartándose hasta la saciedad. Eso fue lo que me recordar a los que todavía andan por ahí rodilla en tierra tirando tiros para que otros disfruten de la gloria o de la masticadera y la bebedera.
Todos tenemos derecho a recordar y reconstruir los hechos.
MARIA TERESA*
Me pasó exactamente igual cuando me compartieron esa foto a la que titulé : LOS TRES CERDITOS ( sentados en su banquete) y sus ovejas detrás cuidándoles su deleite. Sentí vergüenza y al mismo tiempo me convencí que no pueden dejar su bulo ni su burla al pueblo porque quien teme del soberano pueblo no puede deleitarse ni con almohadas de pluma ni en la mesa mejor servida
…
“Muchos de esos vagos… han llevado su libertinaje a extremos de querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides… nuestra sociedad no puede darle cabida a esas degeneraciones. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones. Hay unas cuantas teorías, yo no soy científico, no soy un técnico en esa materia, pero sí observé siempre una cosa: que el campo no daba ese subproducto. Siempre observé eso, y siempre lo tengo muy presente”.
Y de aquí, obviamente, se derivaron prácticas como las movilizaciones agrícolas que nos azotaron por décadas, las escuelas al campo y en el campo que aterrorizaron a las familias hasta hace muy poco tiempo y las fatídicas UMAP que destruyeron vidas y sueños de miles de cubanos. Todo un intento de someter a una población caribeña a un status estoico y monacal del que, lógicamente, la nueva clase política escapaba reservándose íntimos espacios lúdicos dentro y fuera del país.
En estos días he revisado de nuevo el discurso que anunciaba la ofensiva revolucionaria. No había vuelto a él desde el día que lo oí, cuando era un adolescente, hundido en una muchedumbre que llenaba la calle San Lázaro. Y leerlo me ha servido para reafirmar mi convicción del valor de la democracia, del debate público y de la prensa independiente. Pues el informe presentado por Fidel Castro (FC) contra los pequeños negocios urbanos —en medio de una perorata de varias horas que incluía observaciones sobre la sequía, la lucha contra el imperialismo y la victoria de los 10 millones de toneladas de azúcar— constituyó una burda manipulación de la opinión pública que solo puede hacerse desde un poder incontestado.
El informe de FC se apoyó en un estudio aplicado sobre 6.452 negocios privados —friteros incluidos— y a 955 bares que nunca queda claro si se incluían en la cifra anterior o eran un racimo independiente. Fue realizado por los militantes del Partido Comunista de cada municipio con el apoyo de los frentes de vigilancia de los CDR, lo que obviamente determinó que los resultados fueran construidos de acuerdo con las conclusiones que se querían alcanzar para legitimar la operación. Y en particular aquellas conclusiones que mejor alimentaban las pasiones políticas de la coyuntura. De manera que en el estudio se brindan datos francamente infantiles como precisar que el 66 % de los clientes de los bares y el 72 % de sus propietarios eran “antisociales y amorales” desviados de los propósitos revolucionarios. Afirmaciones difícilmente comprobables, pero suficientes para identificar en los bebedores alegres a enemigos zigzagueantes de la revolución.
Por otro lado, en su discurso FC distorsionó la estadística de manera grotesca. Digamos, por ejemplo, que cuando solo un 28 % de los negocios no tenía registro legal, esto se presentaba como “casi un tercio”: o que cuando tuvo que explicar que el 51 % de los negocios tenían buenas condiciones higiénicas, el 40 % regulares y solo un 9 % malas; presentaba el dato como que casi la mitad tenía condiciones higiénicas “no buenas”. Y así sucesivamente, lo que convierte la lectura en una invitación a la risa si no fuera porque tras él se escondía una ola expropiatoria contra trabajadores, contra el “pueblo” que el propio FC definió en su alegato legal de 1953, y contra los pocos espacios remanentes de autonomía social.
Y digo expresamente trabajadores, porque hay algo que ni los afanes de los investigadores, ni la manipulación del orador pudieron ocultar: de los 6.542 pequeños negocios analizados en La Habana, el 72 % estaban registrados y pagaban puntualmente sus impuestos, el 88 % de los dueños trabajaban en los negocios y se apoyaban en trabajo familiar, y solo el 31 % de ellos tenían otros empleados. El 73 % de las familias propietarias no tenían otros ingresos, y la abrumadora mayoría tenía ingresos brutos diarios de menos de cien pesos.
Curiosamente, solo el 6 % de los propietarios de negocios había solicitado la salida del país.
En un país donde ya por entonces la única manera de expresar descontento era con los pies.
…
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Gracias al profesor Mario por su excelente trabajo
Los mariquitas del campo se mudan para la ciudad, por eso es que no se les vé por allá. No es que no los haya.
Tengo
de Nicolás Guillén
Cuando me veo y toco,
yo, juan sin nada no más ayer,
y hoy juan con todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.
Dice Juan con todo, que tiene lo que le dieron, no lo que dijeron le iban a dar.
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