¿Capitalismo sin acumulación?

por Consejo Editorial

Aunque el proyecto de constitución reconoce la propiedad privada burguesa, obstaculiza su propia naturaleza. Si bien la definición que se hace de ella en el artículo 21 –“la que se ejerce sobre determinados medios de producción, de conformidad con lo establecido”- es tan ambigua que pudiera servir también para cualquier otra; es en el siguiente donde se le niega el pan y la sal: “El Estado regula que no exista concentración de la propiedad”.

El absurdo radica en que la propiedad capitalista solo se reproduce de manera ampliada mediante la llamada acumulación capitalista, proceso de conversión de una parte de la plusvalía en nuevo capital. Tal expansión perpetua es lo que permite el crecimiento incesante de las fuerzas productivas en ese régimen mientras que, al unísono, provoca la destrucción insaciable de la naturaleza y de gran parte de lo producido en pos de la obtención de mayores ganancias.

Fue este el as que llevó al triunfo del capitalismo ante otros modos de producción donde predominaba la reproducción simple o parcial, como el esclavista o el feudal. Creer que en Cuba podrá legalizarse un sector capitalista sin que pueda ampliarse incesantemente es como querer enseñarle a un tiburón que deje de nadar tras sus presas.

Lo peor es que este postulado constitucional no es un capricho de la comisión de los 33, sino un reflejo fiel de la política de contención que el gobierno aplica hacia todo el sector no estatal. Analicemos algunos hechos económicos de nuestro entorno actual y apreciaremos los desbarajustes a los que tal enfoque nos está conduciendo en campos y ciudades.

Los campesinos cubanos son todos propietarios de nivel alto o medio gracias a las leyes de reforma agraria y las entregas de tierras en usufructo. Como clase, están más cerca de los antiguos kulaks rusos que de los actuales sem terra brasileños. No obstante, su producción está subordinada a un plan que le impone el MINAGRI y a las veleidades del acopio estatal, verdadero agujero negro que destruye más de lo que lleva al consumidor final.

Las posibilidades de decidir sobre su producción por estudios de mercado, capitalizar sus ganancias en industrias transformadoras, comprar insumos en el exterior, o comercializar sus producciones en el mercado libre le están vedadas por una legislación agraria inapelable ante la justicia ordinaria.

Sus parientes del joven sector capitalista urbano están aún peor. Hasta parece un milagro conjunto de varias religiones cubanas que este sector pueda ser rentable. Sin mercado mayorista que lo abastezca ni créditos favorables, con mínimos encargos estatales y atenazados por incontables trabas, prohibiciones e insaciables inspectores, todavía se las arreglan para competir ventajosamente con sus homólogos estatales.

A siete años de su implementación nadie dice cuál es la magnitud total de las inversiones hechas en el sector, aunque se sabe que les ha entrado una buena cantidad de financiamiento a través de las remesas. A falta de informes oficiales, la mayoría de los cubanistas coinciden con la Economist Intelligence Unit de la CIA en que entre un 30 y un 50% del total de las remesas se emplea como capital. Estamos hablando de más de 500 millones de USD por año, cifra que supera con creces el monto total de inversiones declarado por el Estado.

Además de la recepción de inversión extranjera directa, también tiene otras ventajas sobre las empresas estatales,  entre ellas: la libre comercialización en la doble moneda, disponer de la mejor fuerza de trabajo y los nexos inconfesables con el mercado negro.

Si en todo este lapsus los negocios han sido rentables, me pregunto: ¿cuánta ganancia se ha acumulado en estos años?; si los dueños no la han podido invertir en Cuba por las limitaciones existentes ¿a dónde han ido a parar esos fondos de inversión?; ¿será que junto al monto principal y los dividendos de los remesistas/inversionistas ha estado fluyendo hacia el extranjero capital cubano?, ¿o será que se desvía hacia la economía sumergida?, esa que todos sabemos que existe a gran escala aunque no se hable de ella en público.

Mención aparte para el sector del capitalismo de Estado. Aquí rige el secreto más tremebundo. Ni las empresas del holding militar GAESA, las asociaciones de capital estatal-transnacional, las empresas cubanas en el exterior, o los negocios de capital extranjero 100%, rinden cuentas públicas de su gestión, del total de sus ganancias, ni del capital que reinvierten en la economía cubana. Pareciera que este sector no es parte de la economía nacional, sino una sección enajenada de la que los cubanos de a pie no tenemos derecho siquiera a disponer de información fidedigna.

Lo cierto es que el capital cubano, originado por el trabajo de nuestros proletarios y obtenido por nuestros pequeños y medianos capitalistas, tiene constreñida por ley el reproducirse de manera ampliada. Reconocerlo y autorizarlo para circunscribirlo a una reproducción simple, propia de una aldea feudal, no parece eficaz ni eficiente. De todas formas, él está ahí, perseverante y pujante, y hoy por hoy es la forma más expedita de burlar el bloqueo yanqui al ser el único receptor cubano de capital productivo proveniente de las entrañas mismas del imperio.

9 comentarios

milblogscubanos 4 diciembre 2018 - 1:03 PM

Para nada de acuerdo con la coletilla…”burgués, burguesa”.
Hace más de un años, puse en contacto a Alexis con un joven profesor de instituto, miembro del PCPE, persona que se define como marxista-leninista, me pareció persona muy formada y capaz de hacer lo que hace, que es dar charlas sobre marxismo en actos de su partido y me contaba que su esposa tiene un pequeño negocio en la localidad alicantina donde viven.
Ahora resulta que Felip es un pequeño burgués… o lo sería en Cuba por lo visto. ¡Carajillo¡

Sobre lo de calificar de “pequeños y medianos capitalistas” a quienes tratan de crear pequeñas y mediana empresas, me parece que tampoco me cuadra.

No sé dónde leía hace poco un texto que decía que una cooperativa cubana, no podía contratar a personal porque automáticamente, la cooperativa se estaba adueñando de la plusvalía del trabajador no socio. Solamente los socios podían trabajar en una cooperativa.
Pues creo que la cosa no es así. La teoría del valor, parece que se lee con antiparras de una época donde no habían robots…

Carlos 4 diciembre 2018 - 2:25 PM

El problema de querer obligar a creer que el que tiene una propiedad privada es un burgués es un desacierto catastrófico

Armando Perez 4 diciembre 2018 - 2:26 PM

El artículo es muy cierto, pero hay razones claras por parte del gobierno para actuar de esa forma.

Ejemplo: 1- Conozco un dueño de paladar en La Habana que declara ingresos de un millón de dólares al año. Y eso es sin contar lo que le entra en efectivo.

2- La paladar cooperativa que esta en Infanta y San Lazaro, que se llama El Viky, tiene unas furgonetas Mercedes Benz que son las que le traen los suministros. Ve tu a saber de donde.

Son solo dos ejemplos entre muchos que muestran la pujanza y fuerza de la iniciativa particular. Si esta no se controla y aplasta, en poco tiempo podría barer con la economía estatal y….

El poder económico permite poder político y eso si que no se puede permitir. Sólo tenemos que ver ahora mismo la anunciada huelga de los boteros en protesta por las nuevas regulaciones.

En el fondo lo que hay es una lucha por mantener el poder en manos del partido. Es por eso que la iniciativa privada tiene que estar controlada.

A diferencia de lo que dijo una vez Deng Tsiao Ping “ser rico es glorioso” y “no importa el color del gato, lo que importa es que caze ratones” , en Cuba el gato tiene que ser verdeolivo y ser rco es peligroso.

Livio Delgado 4 diciembre 2018 - 2:49 PM

Su lectura de la actual situación de capitalismo de estado al que se ha llegado, y esta realidad que se vive, que han disfrazado con el complaciente epíteto de Socialismo “Prospero y Sostenible” para los que necesitan de nuevas esperanzas, creo yo es todavía más complicada que la reseña que hace.
Reconocer que “la llamada acumulación capitalista, proceso de conversión de una parte de la plusvalía en nuevo capital.” Fue lo que “que llevó al triunfo del capitalismo ante otros modos de producción donde predominaba la reproducción simple o parcial, como el esclavista o el feudal” en el pasado pero también recordemos que le propino el tiro de gracia al socialismo de bloque hace solo unos años en la inmensa mayoría de países que voltearon su curso al capitalismo moderno. La realidad es que las reformas económicas de Raul no han cumplido con las expectativas, inclusive el sector llamado a ser insignia, el agroalimentario, muestra un sostenido estancamiento, solo el sector privado, no estatal o cuentapropista para los que le gustan complicarse, han demostrado a pesar de como usted muy correctamente asegura esa “política de contención que el gobierno aplica hacia todo el sector no estatal” un cambio significativo en los sectores económicos en donde se les ha permitido aparecer.
No le entiendo cuando al referirse al sector privado asume como “inversión extranjera directa” ese monto de capital “desconocido” en financiamientos vía remesas que todos sabemos es la fuente de su desarrollo, eso es capital Cubano que emigrados han puesto en el desarrollo del país, por cierto cantidad nada despreciable si tomamos en cuenta que ha logrado multiplicar a vista de todos cuantísimos negocios con eficiencia económica, mejores salarios que los que paga el estado, calidad en los servicios que se prestan a la población y otras prestaciones que hacen que hoy sean imparables, y todo a pesar de esa “política de contención” que usted señala.
Y para su tranquilidad en respuesta a su pregunta ¿será que junto al monto principal y los dividendos de los remesistas/inversionistas ha estado fluyendo hacia el extranjero capital cubano?, Claramente que si compadre, cuando se logra ganancia y pueden de alguna manera se reinvierte en otro contexto más esperanzador que la economía del disparate de la Cuba de hoy, desgraciadamente ante tanta trancazon y la desconfianza hacia las nuevas medidas de gobierno que todos los días se baja con algo nuevo, siempre en beneficio unidireccional para consigo mismo, otros mercados latinoamericanos (Panamá, Ecuador, Mexico) e inclusive esa otra capital de la republica del otro lado del charco van recibiendo claros beneficios económicos extraídos de Cuba .

Jaime 4 diciembre 2018 - 3:24 PM
Ariel 5 diciembre 2018 - 6:12 AM

En esa página por alguna razón no se publican los comentarios. En Cubadebate te ponía que habían bastantes y cuando entrabas al sitio no se mostraba ninguno.

Armando 4 diciembre 2018 - 4:28 PM

El problema es más serio de lo que uno pueda creer,muchos de los que pueden crear riqueza en gestiones privadas también son creadores de puestos de trabajo y un ahorro para el gobierno,limitar la empresa privada al campo o gastronomia hace que se pierda capital humano graduado en universidades, ingenieros o informativos pudieran crear empresas que pudieran generar mucho dinero,el estado debería estar muy preocupado por la fuga de capitales,en Cuba hay personas que se dedican a comprar dólares,hace unos dias vi un programa de aeropuertos,una cubana fue sorprendida en el aeropuerto de Miami,la señora venía de Cuba con 25 mil dólares escondidos,el dinero fue decomisado.

jagger zayas querol 4 diciembre 2018 - 4:28 PM

No comparto totalmente el enfoque de este post.
En primer lugar, los llamados “cuentapropistas” no son simples trabajadores por cuenta propia. Son pequeños empresarios (algunos no tan pequeños) que obtienen sus utilidades de la explotación del trabajo asalariado gracias a su “propiedad privada sobre medios de producción”. Sin esas ganancias personales no habría tal explotación (que sí la hay aunque paguen salarios mucho mas altos que el Estado por igual desempeño del trabajador)
Por otra parte, nuestros “pequeños y medianos empresarios” operan en su inmensa mayoria en la esfera de la circulación o comercio, no en la esfera productiva y sus grandes ganancias proceden de la especulación por precios no formados a partir del costo de producción sino por las referencias del mercado signado por una mayor demanda que oferta y por tanto, son un robo a mano armada al bolsillo de la poblacion.
Por otra parte, la mayoria de ellos, al no haber un mercado mayorista, acuden a las TRD en competencia desleal con la población consumidora y en muchos casos, los costos de produccion por el precio minorista del “240%” son tan altos que originarian precios impagables por la poblacion, de modo que acuden al mercado negro -gracias a la malversación, desvío de recursos, etc. de los almacenes y empresas estatales-
En realidad, al tratarse de la esfera de la circulación, no aportan radicalmente nada al aumento de la producción en nuestra economía, aunque aparezcan alternativas para el consumo en diversos comercios, a diferencia del estatal que siemrpe ha estado deprimido tanto en calidad, cantidad y variedad demostrando la ineficacia e ineficiencia de la gastronomia estatal: despues de una flamante inauguración (casi siempre visitada por los dirigentes) pasa a la fase de fallecimiento o moribundo.
No va a haber, por tanto, acumulacion capitalista, lo que equivale a decir que no hay reproduccion mercantil ampliada y mucho menos en la elevacion del rendimiento del trabajo productivo e industrial y solo conduce al aumento del efectivo para consumo, dilapidación y otros negocios tambien improductivo

¿Socialismo sin acumulación? - La Joven Cuba 10 diciembre 2018 - 7:00 AM

[…] sobre la imposibilidad de concebir un sector capitalista cubano sin reproducción ampliada o acumulación capitalista, tampoco puede existir economía socialista a partir de una reproducción simple o parcial. Quizás […]

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