Acorralados como los bisontes

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En medio de los preparativos para la Guerra Necesaria, José Martí reflexionaba sobre el riesgo que corrían los revolucionarios al aislarse del movimiento real y efectivo de la sociedad humana y su rica diversidad. Tal valoración sobre los ácratas de entonces, es extensiva a otros casos: «Anarquistas: los bisontes: acorralarse como los bisontes, en cerco contra el resto del mundo: la dicha no está en eso, sino en que el bisonte pasee en paz y respetado por esta vida».

En nuestros días, el que un país o agrupación política queden aislados del movimiento económico, social, científico y cultural del mundo es prácticamente una condena a la extinción. Durante las conclusiones de su histórica visita a Cuba en 1998, el Papa Juan Pablo II recomendó: «Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba». En saco roto cayeron esas palabras.

Hasta 2017, «sin prisa pero sin pausa», se adoptaron medidas que parecían apuntar tímidamente a la transformación endógena del modelo socialista y una mayor apertura al exterior. Como canto de cisne, el amplio proceso de análisis y aprobación de la Constitución, durante 2018, marcó la culminación de este reformismo centralizado.

Desde entonces se ha impuesto el inmovilismo abierto o encubierto, con medidas aparentemente prometedoras, pero condenadas a priori por su trabazón, inoperancia y lentitud. A lo que se sumarían posteriormente contramedidas demoledoras que muestran la voluntad nefasta del Gobierno/Partido/Estado de no compartir el poder de forma alguna.

¿Cuándo empezó Cuba a ser una rara avis para el resto del mundo? ¿Por qué las dirigencias insisten en el carácter único, exclusivo y particular de los procesos cubanos? ¿Acaso es conveniente la confrontación permanente con lo que hace el resto de la humanidad?

-I-

La huida de Batista y el fracaso del golpe de Estado fraguado por el alto mando de su ejército, dejaron a la oposición tradicional, instituciones de la sociedad civil y organizaciones que luchaban contra la tiranía, ante una situación de facto: el Poder había pasado directamente del dictador al triunfante Ejército Rebelde, comandado por Fidel. Por mucha propaganda que se hiciera sobre el flamante Gobierno Revolucionario Provisional (GRP) creado en Santiago de Cuba el mismo 1ro de enero de 1959, esto quedaba claro para todos.

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Constitución del primer gobierno provisional revolucionario de la República de Cuba, suceso que tuvo lugar en la biblioteca de la Universidad de Oriente. (Foto: Periódico Trabajadores)

La Isla de la Libertad se convirtió en foco de atracción para la izquierda mundial, politólogos y periodistas. Parecía que un horizonte de sucesos felices y prometedores brotaría de aquella revolución de jóvenes y campesinos que había derrotado al poderoso aparato represivo de la tiranía batistiana.

Lo real fue que en el trienio 1959-1961 se consolidó una dictadura militar revolucionaria que ejerció el poder sin cortapisas hasta 1976, cuando se metamorfoseó en el Estado socialista de tipo soviético que aún perdura. Un somero recuento de esos años así lo confirma.

Ya las primeras leyes del GRP facultaban al Consejo de Ministros (CM) para crear nuevos órganos y autoridades en provincias y municipios. Se nombraron tres Comisionados para cada instancia, pero veinticinco días después se orientó que solo uno ejerciera tales atribuciones. Nunca más hubo alcaldes y concejales electos democráticamente.

Tras el remplazo de José Miró Cardona como primer ministro, Fidel asumió el cargo con la condición de «tener el control directo de la política general». A solo dos meses del triunfo, la dictadura revolucionaria estaba consolidada y las transformaciones prometidas podrían comenzar sin fuerzas opositoras internas, de cualquier signo político, legalmente organizadas.  

Unos meses más tarde, el conflicto surgido entre el presidente Urrutia y Fidel se zanjó cuando el segundo recobró el premierato por aclamación popular. Entonces Osvaldo Dorticós, del M-26-7, fue nombrado presidente. Nunca más se habló de elecciones libres.

Desde el inicio, ese gobernar sin oposición fue un rasgo particular de la Revolución que terminó por volverse en su contra. Su existencia hizo posible cualquier tipo de aberración y desvío respecto a los programas y proyectos previamente diseñados, y fortaleció el voluntarismo de la dirigencia.

Así ocurrió desde que se firmó la Primera Ley de Reforma Agraria y, para aplicarla, se creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), que actuaría como poder paralelo al gobierno central. Aunque no estaba en la ley, las tierras que no se entregaron a campesinos o cooperativas pasaron a propiedad del Estado (44% del total), y constituyeron las llamadas Granjas del Pueblo, embrión de los latifundios estatales que enseñorearían los campos cubanos desde entonces.

A partir de la Reforma Agraria, la agudización del conflicto con EE.UU. fortaleció la peligrosa lógica de golpear más fuerte ante cada medida punitiva del gigantesco rival. En el entorno de la Guerra Fría, este pulso con una de las superpotencias arrojaba inexorablemente al pequeño país en brazos de la otra.

Para vencer al enemigo externo se hizo tábula rasa de las anteriores formas de expresión política: elecciones multipartidistas, manifestaciones no gubernamentales y huelgas fueron prohibidas hasta hoy.

En febrero de 1960 fue impedida una manifestación anticomunista; nunca más se permitieron manifestaciones de ninguna índole. Ese mes visitó Cuba el viceprimer ministro de la URSS, Anastas Mikoyán. Recorrió el país y se adoptaron importantes acuerdos comerciales para canjear azúcar por petróleo, cereales y maquinarias. Según El Diario de la Marina la visita había «definido los campos».

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Anastas Mikoyán durante su visita a Cuba. (Foto: Ara)

Las posturas se radicalizaban hasta los extremos. En abril, el subsecretario de Estado adjunto para los asuntos interamericanos aconsejó aplicar el embargo/bloqueo para frenar la Revolución: «El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución, es a través del desencanto y el desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades económicas». Hoy es el más largo de la historia.

En junio, Fidel llamó traidores a los contrarios a la Reforma Agraria y planteó que no habría elecciones hasta que no se consolidara la Revolución. Asimismo, se instauró la pena de muerte para las actividades tenidas por contrarrevolucionarias.

Desde 1960 iniciaron expediciones para gestar movimientos revolucionarios en países latinoamericanos como Panamá y República Dominicana. Ambas fracasaron, pero pusieron de manifiesto que Cuba socialista no se quedaría de brazos cruzados ante los gobiernos que no la reconocieran, fueran democracias o dictaduras.

La Isla no solo se aisló del mundo occidental por el bloqueo, también por decisiones propias de claro sesgo ideológico. Su retiro del Banco Mundial, en 1960, se basó en que la política económica de dicho organismo distaba «de ser efectiva» para el proceso de desarrollo y expansión de nuestra economía, que estaba siendo encauzada por su gobierno «de acuerdo a un plan definido».

Entre 1960-1962, coincidiendo con la agudización del conflicto con EE.UU., que incluyó la aún vigente prohibición del gobierno de ese país a sus ciudadanos de visitar Cuba, salieron del país unos 200,000 exiliados de clases medias: profesionales, directivos y técnicos. Seis décadas después, esta cifra de emigrantes cubanos ha sido superada por la del último año, solo hacia los EE.UU.  

En 1961 se definieron también los aspectos autoritarios de la nueva sociedad en otros ámbitos. En el campo cultural, la polémica en torno a la libertad de creación se solventó cuando Fidel, en sus Palabras a los Intelectuales, definiera de forma amenazantemente discrecional la actitud del GRP ante los problemas del arte y la literatura: «Dentro de la revolución todos los derechos. Contra la revolución ningún derecho».

En educación y deportes se extendió igualmente el modelo soviético. La reforma universitaria instituyó las asignaturas de Filosofía Marxista (Materialismo Dialéctico e Histórico) y Economía Política como obligatorias para formar/adoctrinar a los alumnos de todas las carreras. Por decreto, el profesionalismo fue, supuestamente,  erradicado del deporte.

En conflicto permanente con EE.UU., aislada del consenso interamericano y aliada con países socialistas de Europa Oriental, África y Asia; a Cuba le esperaban años de aislamiento respecto a su entorno regional americano. No obstante estas peculiaridades internas, su lugar y papel en el ámbito internacional hasta los años noventa no fueron aislacionistas.

Con un rol activo en el Movimiento de Países No Alineados, y relaciones económicas con naciones occidentales (España, Francia, Italia, UK), algunas latinoamericanas (México, Argentina, CARICOM), Japón e incluso filiales de compañías estadounidenses en terceros países; la Isla mostraba cierta propensión occidentalista poco común entre los países socialistas –excepto Yugoslavia y Rumania.

El cuadro cambiaría con el derrumbe del sistema socialista a inicios de los noventa, cuando la Isla quedó como uno de los dos remanentes del socialismo estatizado en el mundo.

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Fidel Castro conversa con líderes de los NOAL. (Foto: Alai)

-II-

La crisis del Período Especial fue la gran oportunidad perdida para reinsertar a Cuba en los circuitos económicos internacionales post Guerra Fría en momentos en que aún se expandía la globalización. De la mano del turismo, productos biofarmacéuticos derivados de la caña, y el níquel; unidos a la autogestión empresarial, inversión extranjera e incipiente actividad de los sectores privado y cooperativo, parecía que el país podría encontrar su camino en el mapa económico global.

Para ello había que efectuar las reformas pertinentes en su modelo y abrir cauces a libertades democráticas y a la participación activa de la sociedad civil. Pero el espejismo del ALBA y el ansia centralizadora del grupo hegemónico del Gobierno/Partido/Estado, cerrarían paso a los nuevos proyectos y, peor aún, pondrían fin a muchos de los existentes desde los noventa en los sectores interno y externo.

El paso voluntarista a una economía sui generis en el planeta, de espaldas al mercado y sustentada en grandes contratos gubernamentales con países afines ideológicamente, terminó por obnubilar la mirada y se creyó que el maná de los contratos profesionales podría llevar al país a la anhelada prosperidad.

Unido a ello, la entrega de los sectores más rentables de la economía a GAESA, oligopolio de origen militar y alta rentabilidad, conseguida a partir de la explotación del mercado cautivo de la Isla y los nexos con el exilio, hicieron que los sectores tradicionales de la economía y los servicios fueran abandonados a su suerte, al priorizarse las inversiones en el sector inmobiliario en detrimento del resto.

El hecho de que ningún otro país haya experimentado con tales políticas económicas no pareció preocupar a los grandes decisores criollos. Cuando se despertó del ensueño y se comprobó que la economía no funcionaba sin caña de azúcar, infraestructuras e industrias nacionales, ya no había fondos de inversión para reanimarlos. La decisión de desarrollar un nuevo modo de producción remesista-importador gestionado por GAESA, algo sin parangón en el mundo, hundió todavía más en la inopia a los sectores populares y destruyó los demás renglones económicos y sociales.

¿Puede continuar el Gobierno/Partido/Estado experimentando con formas de gobernanza probadamente ineficaces e ineficientes, propias del anacrónico socialismo estatizado y burocrático, las mismas que causan la ruina del país y la huida de sus habitantes? No es posible condenar a nuestros hijos y nietos a vivir acorralados como los bisontes en un lugar detenido en tiempos del socialismo real y la Guerra Fría, mientras el mundo gira a su alrededor cada vez más rápidamente.

11 COMENTARIOS

  1. Buen escrito Doctor Valdés Navia. Lo más doloroso es que han convertido al país en una Dictadura más en el siglo
    XXI. No queda otra que decir : En orden y con prisa Sálvese el que pueda.

  2. Cuba no podrá emerger de la charca pestilente de miseria y desesperanza en que se encuentra mientras los comunistas permanezcan en el poder. Esos señores lograron destruir a la otrora Perla del Caribe a base de disparates económicos, represión política y demagogia descarada.
    El desastre es tal que es mejor construir un país nuevo que intentar reconstruir los escombros de la «revolución» de Fidel Castro.
    Nadie sabe exactamente qué sucederá y cuando, pero en la mente de todos está bien clara la convicción de que con esa gente [des]gobernando el país todo irá de mal en peor.
    Pero más allá de las crónicas del desastre el pueblo cubano debe aprender una lección: fuera de la democracia a las sociedades les va peor.
    Hemos pagado, y bien caro, el querer intentar el éxito con un sistema/modelo que no funcionó, ni funciona ni funcionará.
    Eso lo saben los disparateros en el poder desde 1959, pero es el sistema/modelo que les permite mantener el poder de por vida y los protege de todas las cuentas pendientes que tienen con la justicia y con el pueblo de Cuba.
    La «revolución» está podrida y el corazón de la ideología a la que echó mano es como un niño muerto al nacer.

  3. Al parecer tienen la intención de dejarnos acorralados hasta extirpar hasta la última gota de nuestra riqueza y luego hacer un cambio fraude como el de Rusia y tener una dictadura moderna.

  4. Explicita y excelente la imagen de portada que acompaña el articulo del Dr. Valdes Navia: «A los bisontes solo les queda o recibir los palos y las lanzas o arrojarse por el barranco». Parafraseando un articulo de la Dra. Ivette Garcia Gonzalez en este mismo portal hace algun tiempo, los hijos y los nietos de ellos lo tienen todo para acorralar a los bisontes: los rangers, los palos, las lanzas y los perrros, los hijos y nietos de nosotros, los bisontes, solo tienen la piel para cubrir y la carne para alimentar a los hijos y los nietos de ellos. Gracias por su excelente articulo Dr. Valdes Navia.

    • Los bisontes saben embestir. Qué vayan de frente!.
      Muy buen artículo. Solo falta plantear y profundizar en la cualidad de los bisontes que he apuntado antes .

  5. Muchos de los que defendieron todo ese proceso en los 60-70 estaban en fase «viejo recoge lática / vende jabita» después de 2000. Verlos era triste pero quedaba la satisfacción de que al menos algunos estaban pagando por destruir el país.

    • si, supongo que muchos de los «heroicos» que pelearon del lado comunista en playa giron pues se quedaron a recoger sobras de los tanques de basura, bien merecido lo tienen por serviles colaboradores de un tirano.

  6. ya vamos, poco a poco, nombrando al hasta ahora innombrable (por miedo) culpable de toda la desgracia de una nacion. llegara el momento (no lo dudemos) de que se le mencione con todas la letras y por la responsabilidad que lleva en la historia de haber cimentado en la miseria a todo un pueblo. el iluminado ambicioso de poder que solo deseaba convertirse en el cruel tirano que siempre fue. Lastima que otros dictadores fueron tan benevolos con el, dejandole disfrutar de bistecs con papas fritas en la carcel.

  7. Que narración de la historia tan magnífica.
    Muchas gracias Dr. Mario por ser siempre tan exacto y profundizar en lo que muchos no vemos.
    Yo cuando triunfó la revolución tenía 5 años, así que lo he vivido todo y particularmente no me siento con ninguna deuda.
    Si me siento estafada por haberme creído el cuento.
    Pero me satisface al leerle revivir toda la historia.
    Merecemos un País mejor y ni desangrado por el éxodo de lo mejor que son los jóvenes.
    Tampoco merecemos ese discurso anacrónico y continuista que nos ha llevado hasta dónde estamos y no ascendiendo, sino en caída libre.

  8. Gracias por los.comentarios. Es importante que la población cubana sepa que cuenta con un cuerpo.de economistas de primer nivel, tanto en Cuba como en el exilio, que.no han dejado de investigar y publicar sobre problemas.cubanos y cómo solucionarlos. Las desastrosas .decisiones de política económica que han llevado a la crisis actual son de los decisores políticos, no por carencias del pensamiento económico cubano.

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Mario Valdés Navia
Mario Valdés Navia
Investigador Titular, Dr. en Ciencias Pedagógicas, ensayista, espirituano

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