Generación de cristal comenzó a utilizarse para referirse a esos jóvenes, nacidos a finales del siglo pasado y comienzos del presente, y a quienes se les atribuye características como la falta de autoestima, la hipersensibilidad, la fragilidad emocional, la queja constante, la incapacidad para afrontar críticas o chistes, entre otras.