Jovellanos es un municipio ubicado al centro de la provincia de Matanzas. Fue durante el siglo XIX una zona de alta producción azucarera y grandes dotaciones esclavizadas que explican la prevalencia de población negra, una de las mayores de Cuba. Residí en él desde los cuatro hasta los 28 años. Conservo allí una parte de mi familia, antiguos vecinos y amigos.
El gusto por la lectura y por la historia es una deuda eterna que tengo con personas como María y Muñeca, las bibliotecarias, comprensivas siempre, cómplices ante mis demoras en devolver un libro. O con algunas de mis maestras de los diversos niveles escolares: Isis, Zobeida, Digna Jones, Gladis Bellman, Gladis Rueda, la inolvidable Gilda la China, que me llevó a mis primeros concursos literarios; todas mujeres negras, cultas, que lo mismo te enseñaban a leer que escribían una obra de teatro, la montaban con sus alumnos y la dirigían.
Recuerdo con afecto a los profes de Historia, Julio Páez y Rafael el gordo, que ayudaron con sus excelentes clases a definir mi vocación. A estos sumaría nombres como los de Olga Montenegro, de Geografía; Crespo el matemático; Carlos el de Biología; el profe de Marxismo, bautizado como «el marxista» por los alumnos y del cual no recuerdo el nombre; Carabeo el de Física, ya fallecido, Oribe el de Educación Física, Arguelles, Susarte y otros muchos.
Hacia ese lugar, al que tanto debo, se enfoca una reciente campaña contra La Joven Cuba.
En reunión de hace unas semanas con los militantes del núcleo del Partido del preuniversitario de Jovellanos, se hizo un llamado a los maestros para que no accedieran a los artículos publicados en ese medio pues, según el funcionario, eran «una crítica ácida» y «puro diversionismo ideológico».
En los mismos días, otro funcionario de Matanzas se reunió con los profesores de Historia del municipio e insistió en el peligro que supone leer un medio como LJC. Se refirió igualmente a lo irrespetuoso de tomar el nombre de una organización creada por Guiteras «para fines muy contrarios».
Ese tipo de orientaciones admite un verdadero cambio de época. Cuando era joven recuerdo que en los círculos políticos se instaba a leer los textos considerados portadores de diversionismo ideológico, incluso se dedicaba un espacio a su análisis en cada reunión mensual de la UJC o la FEU.
La consigna de aquellos años era: «La Revolución no te dice cree, te dice lee». Mucha agua ha pasado bajo los puentes. Los funcionarios del aparato ideológico actual no se arriesgan a tanto. Desacertados en su apreciación de la realidad, con una visión deformada por su prepotencia y con escasos argumentos, han comprendido que es difícil ser censores cuando ya no pueden controlar la esfera digital. Apuestan entonces porque las personas se autocensuren. No leer, no conocer, es su consejo. Los prefieren con ojos cerrados a los cambios, calculando tal vez, como dice el viejo refrán, que «en tierra de ciegos el tuerto es rey».
Deberían estudiar mejor la psicología humana.
No hay nada que atraiga más que lo prohibido, sobre todo cuando sospechas que te ocultan verdades. Ahora resulta que, gracias a esos funcionarios, algunos de mis coterráneos descubrieron que existe un medio llamado LJC… y sienten curiosidad. En consecuencia, he debido explicarles a varios de mis amigos cómo suscribirse a LJC, que además cuenta también con diversas plataformas en Facebook, WhatsApp o Telegram.
Es para agradecer la publicidad negativa que nos están ofreciendo los guardianes de la fe, muy efectiva para darnos a conocer y además gratuita. Quizás al abnegado y tozudo empeño del aparato ideológico en la provincia de Matanzas —y posiblemente en otras— se deba el modo sostenido en que estamos aumentando en visitas. En el gráfico siguiente puede apreciarse el resultado de la censura.

Posicionamiento de LJC en el ranking mundial el último mes. Fuente: Alexa
Cuando empecé a escribir en LJC me preocupaba que fuéramos más visibles desde otros países que desde el nuestro. Hoy me satisface constatar que somos ampliamente conocidos dentro de Cuba por compatriotas de diversas generaciones, profesiones y posiciones políticas. Lo que para algunos comenzó como curiosidad se ha convertido en costumbre. La calidad de los debates del foro ha crecido, estos se enfocan en los textos publicados y ya no tanto en discusiones intrascendentes sobre futbol, en bromas personales y ofensas, como ocurría en otros tiempos.
Es la realidad que vivimos y el modo torpe y contradictorio de explicarla por los que dirigen el país lo que crea dudas en las personas. Ahora las opiniones propias se definen y muchas veces se contraponen a las opiniones oficiales. Acusar de «diversionismo ideológico» fue un recurso usual en los setenta. Aquí tienen una imagen que promueve un seminario sobre el tema que tuvo lugar en el año 1974.

Foto: Cuba Material
Se entendía como diversionista cualquier acción o idea que las autoridades consideraran capaces de confundir y que lograra desviar la atención de la masa respecto a los intereses valorados como revolucionarios. En aquella etapa, ser etiquetado como diversionista era muy fácil. Bastaba con llevar el pelo largo, los pantalones ajustados o escuchar música rock, incluso leer determinada literatura.
En la actualidad el término es menos usual entre la gente pero sigue formando parte del argot interno del aparato. Ya no interesa el peinado, la ropa o lo que leas; ahora se presta atención a lo que digas o lo que escribas, especialmente si lo haces en medios periodísticos alternativos o en las redes sociales. Malas noticias para los censores: cada vez crece el número de diversionistas en la Isla; serlo es prácticamente una identidad nacional.
Y respecto a los funcionarios que consideran irrespetuoso el uso del nombre La Joven Cuba, organización creada por Tony Guiteras para organizar la lucha revolucionaria en los años treinta, quisiera recomendarles un estudio más profundo de esa figura y su época. En la entrevista que concedió Juan Marinello, poco antes de su muerte, al periodista Luis Báez, enumera a los jóvenes valiosos que surgieron en las décadas del veinte y treinta del pasado siglo y no menciona al fundador de LJC. A una pregunta del entrevistador sobre tal omisión, responde: «Guiteras fue un gran revolucionario. Nosotros lo respetamos siempre, pero no lo he citado ahora porque me he referido a los que cumplían las orientaciones del Partido Comunista, que no fue su caso». [1]Tampoco es el nuestro, así que el nombre está muy bien elegido.
[1] Luis Báez: Conversaciones con Juan Marinello, Casa Editora abril, 2006.
53 comentarios
Buenos dias Alina. Lo dices en el artículo, es propaganda gratis. Sin embargo hay una cosa que me decepcionaría (y lo pongo así, xq no tengo constancia de si ocurrió o no): El punto es si en esas reuniones que mencionas nadie se cuestionó esas “instrucciones”. Verás, puede haber personas que tengan esas directivas o incluso que piensen así, en censurar o emitir criterios “tóxicos” sobre LJC, mas peor es que nadie lo impute. Como diría Edmund Burke…para que el mal triunfe, solo se necesita que los hombres buenos no hagan nada.
Me da la impresión de que usted desconoce la realidad cubana. Usted está llamando a Alina a lanzarse a atrevimientos que no van a producir nada. Existen mundos en los que estamos condenados a la simulación, alguno de ellos de una manera más rígida que en otros. El llamado campo socialista fue un mundo de simulación en el que Cuba y Corea del Norte quedaron como remanentes. Si uno saliera a cuestionar las orientaciones que son emitidas por los veladores ideológicos de los que se está hablando, esa posiblemente sería la última vez que uno pudiera intervenir objetandolos; a partir de ese momento ellos serían despedidos bajo diferentes argumentos y no habría dónde acudir para revertir esa decisión, de la misma manera que tampoco hay donde uno pueda quejarse si es apaleado por las turbas pro gubernamentales, pues estamos hablando de un gobierno en el que existen dos morales que tanta veces ellos critican: todo lo que se le haga o se le diga a los diversionistas o a los contrarrevolucionarios, está bien; todo lo que se haga o se diga que no sea favorable a la revolución, está mal. Así notamos que en Cubadebate se arremete y se insulta en las formas más chusmas y groseras contra todos lo que tienen opiniones que no son las defendidas por el gobierno y sin que sean en lo más mínimo censurados. Y no hay manera de que alguien pueda quejarse por la forma en que fueron insultados.
Usted parece que está buscando héroes que en Cuba no tienen modo de formarse. Uno se lanza a ser héroe si sabe que su acción será conocida. Pero ese no es el caso ni en Cuba ni en Norcorea; nadie va a saber de tu protesta y nadie va a hacer nada por ayudarte si todo tu legado consistió en solamente hacer una protesta que no tuvo trascendencia.
Nguyen Van Troi tuvo el gusto de saber que sus gritos de “Viva Ho Chi Min” iban a ser conocidos por el mundo momentos antes de ser fusilado después de un intento fallido de atentar contra un personaje norteamericano.
Pero de cuántos cubanos se supieron sus últimas palabras antes de que fueran ejecutados? Si a uno se le quita las posibilidades de poder ser héroe, para qué entonces intentar algo que no tendrá trascendencia?
Sin embargo, Raúl, la mejor forma de alcanzar la libertad consiste en comportarse como si uno ya fuese libre, si estridencias ni exageraciones, como si fuese lo más natural del mundo.
Manuel, creo que se puede (intentar) ser libre de esa manera que lo expone; o sea, hablando sin que te sientas como un conspirador, ni como un contrarrevolucionario y sí como un compañero más entre los presentes. El problema es que eso -si lo llegáramos a aprender- lo deducimos muy pocos y casi siempre ya muy tarde. Si no lo “descubrieron” los checos, ni los húngaros, ni los polacos ni nadie, cómo esperar que los atrasados antillanos cubanos lo descubrieran o se atrevieran a aplicarlo una vez que percataran que si se habla de buena fé revolucionaria (o como se le quisiera llamar) se le hubiera podido decir hasta al mismísimo Fidel Castro de que lo estaba jodiendo todo y que tenía que encerrarse con diez o veinte figuras intelectuales hasta que saliera un Papa (una concordia) entre ellos. Sería que Fidel hubiera tomado sus palabras o le hubiera dado prioridad a sus citas o encuentros para manipular en beneficio de la revolución?
Por ejemplo, Manuel, si hubo un tipo que es posible que encaraba
con toda confianza revolucionaria y compañerir a Fidel Castro (pero con limitados resultados) era el Ché Guevara. Así lo convenció de que la libertad de prensa y de opiniones no podía funcionar en una revolución por lo que había que suprimirla; también lo convenció de que en una revolución las pruebas para condenar a alguien eran irrelevantes, bastando con tener buenas razones para suponer que odiaba el proceso revolucionario. Y así y así. Pero cuántos pudieron estar tan cerca de Fidel como para encararlo en confianza y hacerle entender una posición, fuera la de llevar más recio al enemigo o la de ser más complaciente con ellos para así obtener mejores resultados?
Largo comentario. No desconozco la realidad cubana y no se trata de hacer una protesta. Yo simplemente hubiera dejado claro que leo LJC y comento (cuando tengo un tiempo) y lo seguiré haciendo.
“Leer” es algo que depende de mí x lo que solo yo decido que leo o dejo de leer. Asi de simple.
Hola Frank, entiendo lo que dices, dudo que alguien se haya cuestionado públicamente la orientación, primero que todo porque muchos de los que la recibieron aún no sabían qué era LJC, lo supieron gracias a los funcionarios. Recuerda que en Cuba el precio de internet no favorece que las personas revisen buscando información, pero cuándo se sabe qué buscar, y se puede tener la suscripción o un canal barato donde recibir los artículos, entonces crece el número de personas que los leen. Saludos.
Claro, parto de eso (muchos desconocían su existencia). Sin embargo la idea de prohibir la lectura de algo (sea lo q fuere, desde la Bliblia o el Coran hasta el Kamasutra o el Capital) es completamente descabellada desde mi punto de vista. Además, si decimos que somos un pueblo culto (y si creo que lo somos) entonces cada cual podrá leer lo que sea y saber que es, que no y poder llegar a conclusiones x sí mismo. De ahí llego a que es también una contradicción esa “instrucción”.
En realidad… “La Joven Cuba” va perdiendo poco a poco su esencia. Y se ha ido transformando en una herramienta de quiènes tuercen la realidad cubana desde una posición seudorrevolucionaria. El análisis de la la injerencia norteamericana actual en Cuba, algo contra lo que Tony Guiteras luchó consecuentemente en su época, y cuya incidencia en la sociedad y la economía cubana es tan grande que un economista y estadista como Rafael Correa lo ha denunciado constantemente, La Joven Cuba lo trata con pinzas y tímidamente…
LJC se ha ido alineando junto con otras webs cuya única tarea, es criticar todo lo que de bueno se haga en Cuba.
Ah…y por cierto: Muy optimista la autora sobre su “impacto” en las redes sociales. En la vida real (trabajo en una universidad cubana desde hace años, con carreras de bastante labor intelectual de sus alumnos) es mucho, pero mucho menos.
Claro, a la autora de este artìculo, todas las crìticas que se le hagan a un quehacer cada vez màs seudorrevolucionario le suenan a “oficialista”.
Sintomático es el abandono del logo original de LJC ? Cómo lo explican ? Acaso no es honorable que lo haya hecho un hèroe de la República de Cuba, que pasó 16 años en cárceles norteamericanas por defender a su país y que además es un comunista convencido ?
Sintomàtico es que LJC no haya analizado siquiera el grosero error de uno de sus fundadores sobre el impacto de la Covid19 en Cuba, pronosticando centenares de miles de muertos, desconociendo a propio intento la fortaleza del sistema de salud cubano,(a pesar de las carencias y dificultades que tiene, buena parte de las mismas consecuencia del criminal bloqueo yanqui, el mismo del que LJC no dice mucho), del que él y otros fueron usuarios durante dècadas ? Ah claro..tienen “independencia” editorial…?
En resumen…cuando LJC comenzó, lo recomendé a mis alumnos. Ahora no lo recomendaría porque realmente, no tienen nada que decir. Van siendo más de lo mismo en el concierto orquestado tras falsos “equilibrios” para desinformar sobre Cuba.
Interesante opinión.
Ha escrito usted un comentario con mucha palabras pero poca sustancia. Me gustaría que ilustrara con dos o tres ejemplos sobre esa desinformación que promueve LJC y explicara y ejemplificara también si es posible, cómo se “tuerce” la realidad cubana desde el contenido de sus artículos.
No soy L, soy Luis Enrique, presioné “Enter” muy rápido
Sobre lo que usted dice hay algo que yo quisiera dejar notar: solamente he leído publicaciones en blog como La Isla desconocida, La pupila insomne, Cubadebate y la joven Cuba. En los primeros tres nunca me he leído una crítica realista sobre la situación cubana, mientras que en el último si me he leído muy buenos artículos como éste último de Alina. Pudiera ser que sea cierto que la joven Cuba sea, a momentos, pseudo revolucionaria, sin embargo no siempre tengo esa impresión de ella. Por ejemplo, cuando tato escribe parece como que lo dicho saliera del buró político de Cuba. Incluso él me ha castigado infinidad de veces por lo que yo he comentado aquí. Yo no espero perfección en la joven Cuba, pero pienso que si al menos un 50% de lo que aquí se dice nos sirviera para ver mejor la realidad cubana y del socialismo en general, pues entonces no son tan pseudo revolucionarios; de una manera directa o indirecta le están sirviendo a la Revolución… hasta cuando no fueran lo que justamente mejor esperábamos de ellos.
También hay que tener en cuenta que cuando a uno se le acosa, se pueden esperar reacciones que a veces no eran ni siquiera lo que queríamos decir, y esto se lo podríamos aplicar incluso a muchas de las reacciones que tuvo el líder de la Revolución Fidel Castro en su enfrentamiento contra los gobiernos norteamericanos: sin lugar a duda muchas de las formas en que él se refirió a ellos quizás ni siquiera se le hubieran ocurrido si no se hubiera sentido tan acosado y forzado a tener que hacer cosas que posiblemente no hubiera querido tener que hacerla, como por ejemplo, el haberse sentido forzado a tener que desmantelar los UMAP ante las denuncias que se estaban haciendo sobre ellos; unos UMAP del que él había tenido grandes expectativas, confiando en que con ellos se alcanzaría la súper producción agrícola que le permitiría a Cuba a paso agigantados alcanzar el desarrollo económico. Frustraciones como ésas (entre otras muchas) en las que la misma izquierda internacional estaba de contenta con el método cubano, provocaban reacciones furiosas de nuestro líder; luego entonces no se puede esperar de nadie (ni siquiera de la joven Cuba) que piense que toda la culpa en todo la tiene el imperialismo yankee y que hay que apoyar o justificar (pero sin críticas que dejen ver sus pecados) a la Revolución en todas sus decisiones.
Adrián Eduardo, responderé sus observaciones:
1 sobre sus acusaciones de seudorrevolucionarios no es necesario agregar nada pues en el artículo ya explico el tipo de fraseología que se utiliza en Cuba para descaracterizar, usted no ha inventado nada nuevo al respecto.
2 No soy yo la optimista, son los datos, las estadísticas, los mensajes que recibimos y los lectores que se suscriben a todos los canales de LJC.
3 deben superar ya el tema del error de apreciación de Harold en un artículo en el cual se guió por las tendencias de la pandemia, error de apreciación que el propio autor corrigió, deben hallar otro punto de ataque so pena de quedar en ridículo, ¿quién dice que estamos libres de errores? ¿Quién dice que no cometeremos otros en el futuro? Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra, errar es de humanos, persistir en el error es lo grave, y en eso el aparato es experto.
4 no se preocupe por recomendar a sus alumnos que nos lean, ellos ya no necesitan que usted les diga qué hacer, si supiera la cantidad de estudiantes que tenemos en los foros y en los grupos de debate…
5 dejé para el final algo importante: sí tenemos independencia editorial, adsoluta por cierto.
Saludos.
Seguro que recibes las Jabas, de comida en la Casa y por el garaje para evitar la vista de los vecinos. ¿Dónde estaban los del PARTIDO? que llevamos 4 meses de Pandemia y más o menos el mismo tiempo de transmitir hechos delictivos en el NTV , vinculados a Grandes Empresas dirigida por personajes muy comprometidos con el Sistema delante del pueblo y por detrás son otra Cosa.
Adrián Eduardo: ¿no te parece que nuestros medios y todo el andamiaje ideopolítico aledaño (centros educacionales, organizaciones de masas y políticas, etc.) que inciden sobre el ciudadano cubano prácticamente desde que tiene uso de razón hasta la tumba, mencionen suficientemente el criminal bloqueo imperialista y su execrable maldad en todas sus formas?
¿Qué puede lograr una posible influencia diversionista, o la tibieza en mencionar la maldad imperialista, contra el parque ideológico de que se dota al ciudadano en el país y que debe hacerlo inexpugnable a las ideas seudorrevolucionarias, convirtiéndolas, más bien, en amagos ridículos, dignos de risa o hasta conmiseración?
¿Porqué no dejar que nuestra bien preparada juventud disfrute del tonto accionar seudorrevolucionario, como de algo humorístico, en lugar de preocuparte por eso?
Adrián Eduardo, por las referencias que de ti tengo (y son muchas) dudo que esos alumnos presten tanta atención a un profesor con fama de dogmático y comecandela, pero que no renuncia eso sí, a los deliciosos chocolates belgas.
Sintomático es que Otaola, usted y CubaSi se dediquen a atacar a Harold Cárdenas y a la Joven Cuba, por qué será? Ya sé, los extremos se juntan.
Estimada profesora Alina, usted como siempre clara y certera. Y astuta: me viene a la mente ahora la imagen de un ruedo, donde el torero usa la fuerza de la embestida del propio toro para hacerlo entrar en el estilete. Y por supuesto valiente. No entiendo del todo en el gráfico la escala descendente en el eje de las ordenadas, creo es algo que debería enmendarse o explicarse. Y con relación a los ciegos y los tuertos, desde que leyera el libro de Saramago, modifique el adagio: En país de ciegos los tuertos sufren más. Y a veces de eso se trata, nosotros somos los tuertos, testimoniando la ceguera, luchando contra ella, en lidia contra los que pretenden diseminar la sombra. Poco a poco, como usted expone, son más las personas que abren un ojo, pues con un ojo basta para reprobar el embarro y el desorden de quienes no encuentran luz.
He leído casi todos los artículos y comentarios publicados en el blog LJC desde su creación, y me consta la pasión con la que cada participante ha expuesto sus criterios con la única finalidad de que la CUBA DE TODOS LOS CUBANOS, llegue a ser esa sociedad más sana, más digna, y más justa que nuestros antepasados se propusieron, y que como únicos herederos, nos corresponde edificar.
En lo que les pueda ser yo de alguna utilidad, conmigo pueden contar.
Gracias Felicia, es un gusto tenerla en este foro.
Frank, expresar una opinion discordante con la orientacion en ese tipo de reuniones, suele tener un alto precio en Cuba
Puede parecer cobardia, pero lo veo mas bien como instinto de supervivencia, porque tambien es humano pensar que alguien pretenda conservar el sustento familiar antes de incinerarse por algo que incluso probablemente aun no conoce.
Lo normal seria quedarse callado y salir de alli corriendo a ver que es eso tan terrible que no debe ni leerse, con lo que al final la orientacion no cumple objetivo alguno.
Es así como usted lo ha dicho
Excelente que se analice este tema: necesario, imprescindible. Para la LJC también mi respeto, es una publicación de pensamiento y el pensamiento mismo es la libertad. Gracias profesora Alina.
Genial. Expresar la opinión abiertamente es un acto de nobleza. Pobre de aquellos que eligen un caminito chapeado por machete ajeno.
Si alguna vez en Cuba hubo un tiempo en que se llamaba a leer en vez de llamarse a creer, pues tengo mis dudas; pienso de que realmente se trataba de unas palabras cínicas en un país en el que se tiene absoluto control de todo lo que se publica, así como también de todo lo que puede ser leído o no.
Por ejemplo, notamos que en Cubadebate a los “contrarrevolucionarios” más estúpidos se le suele publicar todos los comentarios disparatezcos que puedan decir y que los ridiculicen, pero nunca públican ninguna crítica (ni siquiera las limitadas a los comentarios, mucho menos en un artículo) que ellos mismos -los que trabajan en la redacción- sean incapaces de poder refutarla, o que ellos piensen que un porcentaje de los cubanos se quedarían confundidos sí llegaran a leerla; ésto es justamente lo que le pasaría a la inmensa mayoría de los que se aventuraran a leer lo que se publica en LJC; quedarían “confundidos” y dejarían ya de confiar en las versiones que son dadas por el oficialismo sobre la realidad cubana, así como de su realidad histórica.
Cada vez que yo quería que me publicaran un comentario en Cubadebate, yo la arremetía contra el “imperialismo pederasta”, al que así identificaba, no tanto por invadir a países más pequeños, sino que por el abrumador poder de fuego con que los atacaba, lo que no les daba ninguna oportunidad de poder siquiera replicarles, como sucedió en el caso de Irak y Afganistán (lo que comparaba con un abusador de niños chiquitos), pues esos comentarios míos pasaban el filtro así como también siempre pasan todos aquellos comentarios y artículos que digan lo peor, tanto del capitalismo como del gobierno de los Estados Unidos, usando incluso las formas más vulgares, groseras y chusmas para referirse a ellos. Más cada vez que yo le hacía una crítica inteligente a la realidad cubana que pudiera “confundir” a quiénes la leyeran, perdía mi tiempo por cuanto nunca la publicaban.
Moraleja; La Revolución no te dice cree, te dice lee lo que yo diga.
Creo totalmente natural que el enfoque de algunos “cerebros” sea la censura. Acostumbrados durante tantas décadas a que el oficialismo sea dueño del discurso y “tenga la razón”, muchos cubanos confundimos convencimiento con obligación y antojos con deber. Aquellas ideas y mensajes que alguna vez resonaron en la inmensa mayoría: independencia, autodeterminación, antiimperialismo, socialismo, patriotismo, revolución… se tergiversaron poco a poco desde las posiciones oficiales para justificar definiciones políticas y posturas individuales de “los jefes” en vez de servir de guía y ejemplo. Se adueñaron de una supuesta verdad y se atrincheraron detrás del prestigio y sus propios dogmas. De este modo consiguieron la hazaña de justificar que tenían la razón en todo porque lo decían ellos mismos… ¡Y muchos les creimos!
Por eso me parece todo un elogio que esas mismas personas o sus representates, censuren. Porque la censura política se hace a todo aquello que incomoda porque no conviene o no se ajusta a propósitos específicos, pero no porque sea falso. Esa censura se aplica por recelo y temor más que por lógica y razón. Así que es todo un elogio y un reconocimiento silente a la autenticidad.
Si el comentario donde se menciona al economista y estadista Rafael Correa, se trata de el ex-presidente de Ecuador, señores, ¿SepSe hablar así de una persona tan corrupta que fue detestado por su propio pueblo y que hoy reside en un país europeo llevando la vida millonario? ¿Intervención americana en Cuba? ¿Y qué tal la intervención cubana en Angola, Etiopía, Nicaragua, Venezuela, etc? Me parece que antes de juzgar a otros, deberíamos pensar primero en nosotros mismos. Y estoy muy de acuerdo con la opinión del filtro de publicaciones en portales estatales. Varias veces traté de publicar mi opinión de la manera más correcta posible, sin groserías, vulgaridades ni ofensas, sólo aplicando mi razonamiento al actuar del aparato gubernamental, pero nunca dejaron pasar ni una, no obstante, las páginas estaban llenas de improperios y etiquetas a todo aquel y todo aquello que no encajara dentro de los marcos ideológicos del gobierno cubano.
El problema: La llamada “revolución cubana” perdió el amor de la gente y la batalla económica, pero lo que más preocupa a los señores del partido único es la batalla ideológica, último bastión del Frankestein impuesto en la isla mediante el cual todavía se puede mantener adormilada y temerosa a una parte de la población con decretos mordaza como el 370 para todo aquel que abra el pico más de lo permitido.
Una grieta en el muro: Luego de la llegada de las “inoportunas” redes sociales el timbiriche monopólico de la información se les ha empezado a desarmar. Y a eso sí que le teme la élite partidista.
Ahora la gente común no está obligada a consumir solamente la “información” filtrada que por décadas dominó el panorama cubano vía Granma y sus diarios provinciales espejo
La solución: En vez de dedicar una parte de los poquísimos recursos con que cuenta el país para espiar a sus gobernados hasta en la internet, el partido único y el gobierno cubanos deberían terminar de comprender que su sistema es anacrónico y ridículo, que la gente tiene derecho a la libertad de expresión y prensa, y que lo crean o no estamos en el siglo XXI.
Y lo más importante: que ellos han metido tanto la pata y han llevado al país a una situación tan complicada que no merecen otra cosa, para empezar, que una lluvia de críticas por su ineficiencia como gobernantes.
Gracias por su artículo, profesora Alina.
LJC es hoy día la mejor publicación alternativa sobre análisis de la realidad cubana disponible en medios digitales. El intento de censurarla es un claro reconocimiento a su creciente influencia en el pensamiento y análisis de los cubanos de adentro. La figura de Guiteras no es propiedad del partido/estado, si no de la historia de Cuba y de todos los cubanos. Los logos se modernizan y actualizan sistemáticamente, aquí, en el Granma y el hasta en la Coca Cola (y dicho sea de paso, el logo original de LJC era bastante feo, con el mayor respeto a su autor).
Sin querer puse este post como una respuesta cuando no lo es, al menos no lo es al comentario anterior.
“El aparato” le puede complicar la vida a cualquiera en Cuba. Empieza así, por aquí y por allá, cuando vienes a ver estas marginado, sin trabajo, totalmente vulnerable a lo que los dirigentes dicten. Muchos terminan presos, emigrando, etc., pruebas sobran.
Alina nos tiene acostumbrados a su rigor, a su mesura y a la profundidad de sus análisis. Éste no lo es menos. Leyéndolo recordé un principio del Feng-Shui: “Si no se ve, no existe”, válido para ocultar una grieta de la pared o una rajadura en un búcaro. Pero la vida no funciona así: no por negar, no por ocultar, no por maquillar, desaparece un problema, mucho menos un suceso que implica nuestro conocimiento de la historia, de nuestra historia. LJC ha logrado que nos enteremos de asuntos que de otro modo jamás hubiéramos conocido. Es una de las razones por las que se le busca y se le lee.
Si a esta altura se nos considera incapaces de tener criterios propios y de opina con nuestra propia voz, entonces estamos aun peor de lo que pensamos.
Gracias, Alina, una vez más.
Artículo 61 de la Ley de Protección a la Independencia Nacional y la Economía de Cuba:
“El que acumule, reproduzca o difunda, material de carácter subversivo del Gobierno de Estados Unidos de América, sus agencias, dependencias, representantes, funcionarios o de cualquier entidad extranjera, para apoyar los objetivos de la Ley Helms-Burton, el bloqueo y la guerra económica contra nuestro pueblo, encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar al Estado Socialista y la independencia de Cuba, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años o multa de tres mil a cinco mil cuotas, o ambas.”
La existencia de esta ley sobraría para mostrar que la censura y la autocensura no constituyen para nada un tema nuevo en la Cuba posterior al 59.
Cualquiera que portara algo tan inocuo como una revista Encuentro de la Cultura Cubana, al leer esta ley ya sabría a lo que se expone.
Otras consecuencias sufrirías si se te ocurre prestar una a un amigo. Censura o autocensura?
Cuando me regalaron una vez una edición de la revista y me puse un poco paranoico me vino a la mente la frase: “A los paranoicos también los persiguen”
Es artículo 6.1
Falta un salto. Me refiero al salto con el punto de partida de criticar a los “guardianes de la fe”; y con el avance para pasar a la defensa plena de la libertad de expresión, incluyendo la libertad de prensa, sea cual sea la línea editorial.
Es imposible publicar aquí un comentario!!
Caramba!!
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Del daño y el propósito del Bloqueo de los EEUU a Cuba, lo sabemos y lo sufrimos bien los cubanos. La prensa escrita, radial, televisiva, y en medios digitales del oficialismo no cesa de hablar del asunto. También es cierto que lo necesitan para justificar desaciertos y desastres en la economía nacional por la que responden ellos, porque son los dueños y responsables de todo lo que ocurre, hasta de los frecuentemente diarios “explotes” y accionar de la PNR que nos trae el noticiero de cada noche, que por cierto, esos delitos y malversaciones no se cometieron en un día o durante la pandemia: llevan años cometiendose y también, permitiéndose. Ahora salen a relucir por la “combatividad” que ha requerido la pandemia.
En LJC se debate de verdad, no como en Cuba(No)Debate, donde la censura está a la orden del día y se auto-reparten “premios” de “periodismo”.
Dijo Rosa Luxemburgo que la Libertad era para el que piensa diferente. Sólo en LJC hay libertad para todos las formas de pensar, aunque a uno no le agraden todas, pero la necesaria diversidad, asi lo exige, siempre que no haya ofensas personales y predomine el respeto, asi como argumentos y posiciones sinceras y constructivas.
LJC está inspirada en ese Héroe y Martir que fue Antonio Guiteras, en la búsqueda de un futuro mejor para nuestro pueblo, futuro que tiene que pasar por el antiimperialismo de Martí, Maceo, Gomez, Mella, Villena y Guiteras, pero a la vez, tomando distanciamiento de las fórmulas neoliberales y el capitalismo bananero y rampante que nos quieren vender como pasado servido en copa nueva.
Ese distanciamiento consiste también en denunciar el totalitarismo del Estado-Partido que como extremo de los neo-anexionistas, se tocan y conducen al mismo final: la destrucción de la Revolución Cubana, aunque la fraseología oficialista diga lo contrario, pero se sigue cavando la tumba, que alguien le haya lllamado “el abismo”.
(Continúa)
En respuesta a Adrián Eduardo:
Del daño y el propósito del Bloqueo de los EEUU a Cuba, lo sabemos y lo sufrimos bien los cubanos. La prensa escrita, radial, televisiva, y en medios digitales del oficialismo no cesa de hablar del asunto. También es cierto que lo necesitan para justificar desaciertos y desastres en la economía nacional por la que responden ellos, porque son los dueños y responsables de todo lo que ocurre, hasta de los frecuentemente diarios “explotes” y accionar de la PNR que nos trae el noticiero de cada noche, que por cierto, esos delitos y malversaciones no se cometieron en un día o durante la pandemia: llevan años cometiendose y también, permitiéndose. Ahora salen a relucir por la “combatividad” que ha requerido la pandemia.
En LJC se debate de verdad, no como en Cuba(No)Debate, donde la censura está a la orden del día y se auto-reparten “premios” de “periodismo”.
Dijo Rosa Luxemburgo que la Libertad era para el que piensa diferente. Sólo en LJC hay libertad para todos las formas de pensar, aunque a uno no le agraden todas, pero la necesaria diversidad, asi lo exige, siempre que no haya ofensas personales y predomine el respeto, asi como argumentos y posiciones sinceras y constructivas.
LJC está inspirada en ese Héroe y Martir que fue Antonio Guiteras, en la búsqueda de un futuro mejor para nuestro pueblo, futuro que tiene que pasar por el antiimperialismo de Martí, Maceo, Gomez, Mella, Villena y Guiteras, pero a la vez, tomando distanciamiento de las fórmulas neoliberales y el capitalismo bananero y rampante que nos quieren vender como pasado servido en copa nueva.
Ese distanciamiento consiste también en denunciar el totalitarismo del Estado-Partido que como extremo de los neo-anexionistas, se tocan y conducen al mismo final: la destrucción de la Revolución Cubana, aunque la fraseología oficialista diga lo contrario, pero se sigue cavando la tumba, que alguien le haya lllamado “el abismo”.
LJC cumple su cometido fundacional a pesar de que los que la recibieron de plácemes al principio, luego hayan renegado de este empeño y me refiero a la UJC, porque querían Revolución, pero no tanta!!
Si algo caracteriza a LJC es la defensa de las conquistas de nuestro pueblo durante la Revolucion, pero mas importante es que se preserven, porque no son propiedad privada de los dirigentes, son del pueblo trabajador que con su sudor y esfuerzo productivo crean la riqueza, que, aunque poca, trata de sostener esas conquistas. En ninguna oficina y reuniones de politicos y funcionarios se cosecha ni una onza de algo que no sea palabrería y papeleo y sí se gasta el erario público en “compensaciones” por el “sacrificio” de pronunciar tales palabrerías y papeleos.
Gracias por la atención…
Totalmente de acuerdo con usted
Alina, felicitaciones por los éxitos que sigue obteniendo LJC. Es importante la cifra, pero ya ves, cuando conviene entonces no se creeen ellas, por eso quisiera insistir en que incluso si en Cuba fueran pocos, porque los precios de internet lejos de favorecerlo lo limitan muchísimo (como si fuera ¿a propósito??), !!ya vale la pena!!. Cuando la autocensura funciona, la censura no hace falta. Felicidades por seguir poniéndole empeño y no convertirse en otros repetidores de los asuntos y puntos de vista que estamos cansados de ver en los medios oficiales.
Editores de LJC: la importante obra que han seleccionado para ilustrar este articulo, me hubiera gustado que se hubiera tomado del Museo Nacional de Bellas Artes, a la cual pertenece desde 1989 y que se encuentra en exhibicion permanente. No había que acudir a una publicación extranjera. Saludos.
Estimada Corina, sabemos dónde está la obra que ilustra el artículo, pero La Habana está en fase 1 y no permite desplazamientos en transporte público, el único que puedo permitirme. Así que para eso está la red de redes, enseguida localizamos la foto. Saludos.
Quien desconoce el pasado corre el riesgo a repetir los mismos errores. De qué vale tanto empeño organizativo de entrega de actas -la llamada vida interna del Partido si lo más importante, que son las experiencias, se olvidan?
Hace casi tres décadas se me dio la tarea orientada por el Partido de asistir (con cuotas de participación por núcleo) a ver -y por supuesto, criticar- el filme cubano “Alicia en el pueblo de Maravillas” del director Daniel Díaz Torres. Lo que pudo haber pasado como un filme más, fue convertido en un pretexto dantesco para coartar la crítica y a la vez en la mejor propaganda a un filme cubano. Lo vi no porque me lo hubiera propuesto, sino porque me tocó ir en horario laboral, pues de otro modo no hubiera podido hacerlo ya que tenía que recoger a mis hijos en la escuela.
Nos sentamos en la misma fila los tres secretarios del núcleo. Mientras ellos movían de disgusto la cabeza, yo me reía de los absurdos que denunciaba el filme tan vívidos en mi realidad. A mi entender de entonces y hoy, se trataba de un filme revolucionario que respondía al propio llamado de Fidel a la “rectificación de errores y tendencias negativas” de 1986, sólo que por razones que no conozco, ese filme demoró y llegó a la pantalla en el momento más duro del Período Especial de los 90 y tal vez “políticamente inadecuado”. Y así lo dije con total sinceridad a mis compañeros del núcleo. No tardé en ser revocada como una de las secretarias del Partido.
De los tres secretarios que nos sentamos juntos ese día en el cine, solo yo permanezco en Cuba y sigo siendo militante, los otros dos viven en Miami.
Soy lectora asidua de Alina Bábara. Me resulta clara, culta, directa y honesta con la realidad, más que del blog LJC, con cuyos redactores a veces coincido en parte y con otros no. Pero la diversidad es ley de vida y como tal enriquecedora. A esta altura de mi vida no tolero que me pongan amarras al pensamiento. Revolución está asociada para mí con la libertad.
Necesitamos talento, claridad y buscar espacios de comunión para hacer lo que tenemos que hacer y cambiar lo que tiene que ser cambiado para avanzar.
Aunque en los últimos años no he sido un frecuente lector de la joven Cuba por cuanto las más de las veces he estado inhabilitado de poder comentar por uno de sus fundadores, sí puedo decir que cada vez que he leído algo de Alina Bárbara he sentido exactamente lo mismo que usted ha expresado sobre ella. No recuerdo haber visto nada que ella haya dicho con lo que no estuviera de acuerdo, aunque tampoco suelo rebuscar entre lo que fuera dicho por alguien para encontrar algo que pudiera criticar. También pienso como usted en cuanto a los redactores de la joven Cuba: no siempre estoy de acuerdo; mucho menos cuando parecieran sugerir cambios que digamos acercarían a Cuba a lo que vendría a ser en la actualidad una China, un Vietnam, una Nicaragua, o una Venezuela en cuanto a derechos a la propiedad privada. Preferiría que la dirección se pusiera en manos de empresarios o administradores que no tuvieran aspiraciones de llevar una vida de lujo. Y pienso que se están dando pasos en relación a ello, pero aún faltan otros que son tan importantes como una buena administración: cambiar todo lo que tenga que ser cambiado para conseguir animar a la gente a trabajar donde se produzca.
Estimada Sofía, el día que esa película se exhibió en un cine de Matanzas no me permitieron entrar pues se me olvidó llevar el carnet de la UJC, solo podían entrar los militantes. Pude verla pocos años después en una copia de video. Gracias por sus palabras.
Sra Alina yo creo que han hecho un llamado a que se lea La Joven Cuba.
Pregunto en mi calidad de lector extranjero que no conoce la realidad cubana como usted:
¿Cual es la vía por la cual los cubanos de “a pie” pueden acceder a los contenidos de la Joven Cuba?
¿Cómo pueden acceder a dichos contenidos los docentes de los distintos tipos y niveles de enseñanza?
¿En ambos casos es gratis o cuesta dinero hacerlo?
¿Tiene algún dato que avale en por cientos las entradas desde el extranjero y desde Cuba al sitio La Joven Cuba?
Gracias
Ramón, los cubanos hemos impuesto siempre creatividad a los obstáculos, las vías para acceder a LJC dentro de Cuba son diversas: los caros datos móviles, las cuentas nauta más asequibles, las cuentas abiertas en las computadoras de algunos centros de trabajo (muy vigiladas y bloqueadas en algunos de ellos), pero existen vías solidarias como las listas de correos (un amigo con acceso al blog lo reenvía a muchas personas, a veces ese amigo está fuera de Cuba pero puede estar dentro), durante un tiempo nuestra revista circuló en el Paquete Semanal pero fue sacada de ahí por órdenes superiores.
Su otra pregunta deberá responderla @Harold, pero le cuento que al correo personal me escriben muchísimos lectores de varias provincias cubanas, así como personas que residen en España, EE.UU., Portugal, Canadá, Holanda, Inglaterra, Rusia o Francia, por citar algunos, no siempre son cubanos aunque en su mayor parte sí. Saludos.
Yo empecé leyendo segunda cita…y he terminado hace muchísimo tiempo leyendo este blog…no me pierdo ninguna entrada de la Doctora Alina. No vivo en Cuba y me satisface enormemente q existan más suscriptores desde la Isla. Algo se está haciendo bien.
Ah!…Otra cosa .. Una vez escuché osea leí un comentario de Silvio Rodríguez en su blog donde decía q la verdadera unidad estába en la diversidad. No era una frase de él sino que se la escucho decir a un gran intelectual cubano. Siguiendo este mismo orden no sé pq tanto ostracismo, respetandonos y haciendo políticas por el bien común de la gente ganarían mucho.
Gracias por esta oportuna denuncia. En efecto LJC tiene mas seguidores. El pensamiento eslibre y la guerra de pensamientose gana a prnsamiento.
Por favor, Alina, síguenos escribiendo. Gracias por adelantado.
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