Todas la sociedades tienen sus reglas

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Todas las sociedades tienen sus reglas. Su espacio de interacción define las relaciones que en ellas se dan. En paralelo, existe un sistema de elementos teóricos y culturales que sirven para completar a su ordenamiento.

Uno de ellos, es el individuo liberal. No resulta tan importante una teoría acerca de él –la cual se expande y se adapta al propio desarrollo de la ciencia política y a sus diferentes lenguajes—; es más relevante, la práctica social que se sostiene legal y moralmente a partir de asumir y reproducir los esquemas generadores de dicho sujeto. Este, no es más que aquel que se subordina a la lógica un tipo de propiedad privativa, y para la cual se redactan las normas cívicas correspondientes.

Para medir a este hombre de la modernidad –y que fue cuestión que ocupó el pensamiento de Kant—, está el criterio de “la mayoría de edad”. Con ello se diferencia el niño –y toda la subjetividad que lo acompaña— del adulto y la “madurez” que se le atribuye. Que no es otra que el adaptarse a un conjunto de normas abstractas dictadas por una moral para nada espontánea. Y es que la figura del adulto está caracterizada –sobre todo en la cultura popular— por la responsabilidad, la aceptación y resignación de las normas mencionadas. Entonces aquel individuo liberal en su estado de adultez, no es otro que el individuo normalizado. Cabría entonces preguntarse si es eso una verdadera mayoría de edad.

La crítica al liberalismo, lo es a toda proyección que pretenda encarcelar las capacidades humanas como usuarias de un orden social de apropiación desigual del producto social. La adultez está marcada por una potenciación de las fuerzas creadoras poseídas desde la infancia; una maduración de las capacidades con las que se nacen y se cultivan en los primeros años de vida.

La verdadera mayoría de edad es el ejercicio de problematizar, incorporar, decidir, reflexionar.

El hombre como ser racional, tiene su adultez en la de sus reflexiones, no en ser ese adulto normalizado. Aspectos estos que no significan el caos ni la renuncia a tradiciones afectivas, como pueden ser el cuidado a los más pequeños o a los ancianos, pero sí replantearse un conjunto de reglas del orden social, referidas a lo político y sus acompañamientos jurídicos, morales, ideológicos, etc. Tampoco el problema es que haya un “molde” que normalice, ya que esto es un condicionamiento inevitable. Más bien, el problema está en el hecho de que este actúe como una estructura que delimita al sujeto, y no un mecanismo que fomente el pensamiento como acto de creación.

Por otro lado, en todas las sociedades donde se estimula la mentalidad reproductiva y repetitiva del hombre normalizado como vía para dar continuidad a las ideas dominantes –la ideología política es su cara más visible, y que utiliza los aparatos del estado—, los premiados son aquellos capaces de mostrar con hechos que en ellos se multiplican esas rutinas y formas establecidas por el sistema.

Los socialismos reales, portadores de un engendro de marxismo que no era más que un liberalismo, por supuesto que no escaparon de emplear la noción del adulto liberal normalizado, obediente al sistema político encabezado, como es tradición, por el partido.

La sociedad cubana, por su tradición estado-céntrica no está muy lejos de tropezar con la misma piedra. Así vemos que los jóvenes recompensados por la vieja tradición del comunismo dogmático –desde los tiempos de Mella—, han sido aquellos capaces de ser portadores de la obediencia. Pero el mecanismo de incentivos sociales determina la tendencia del tipo de persona que como sistema se estimula.

Hoy, se sigue avivando al adulto obediente, y no al reflexivo que sea capaz de cultivar las enseñanzas y pensarlas para la sociedad. No ser parte de la obediencia –siempre orgánica a jerarquías sociales—, es esa verdadera adultez, y no aquella de corte liberal. Va a ser que es cierto eso de que la rebeldía es expresión de madurez.

Ya decidirán a los que les corresponde, por qué apostar.

8 comentarios

Juan 10 julio 2019 - 1:53 PM

Recordar que tanto los liberales como los comunistas en sus postulados buscan riqueza, los liberales de una forma y los comunistas de otras. Recordemos a Marx con que “fluirán a chorros lleno los manantiales de la riqueza colectiva” y ahí veo un punto de convergencia.

Las diferencias abismales comienzan aparecer cuando de libertades se trata.
El comunismo para que funcione necesita obligatoriamente que todos piensen una sola cosa y fuera de esa cosa todos son enemigos y para que todos piensen una sola cosa, conociendo la naturaleza humana, no queda otro camino que imponerla. En relación al tema, cualquier cosa que les pueda contar es literatura conocida.

El comunismo necesita realzar cualquier joven cuyas ideas le son afines y créanme que los preparan. Con ello aseguran su supervivencia.

Livio Delgado 10 julio 2019 - 4:27 PM

Mira que hay que hacer malabares para no llamar las cosas por su nombre, ese exceso de clasificaciones que traen aparejados estatus y posibilidades, siempre ordenados y concebidos por quienes detentan el poder es lo que hacen del socialismo Cubano como una beca, que sociedad más aburrida se llega cuando por tal de ser obediente te quitan la opinión, te castran el interés personal por eso que llaman “el interés colectivo” que termina siendo el interés de los que dominan “el colectivo”. Intelectualmente no hay nada mas libertario que la libertad de pensamiento, que hacer uso de la educación recibida, las experiencias vividas y los propios intereses personales para tomar posición en esta vida ante cualquier cosa. Tomo de su resumen final esta idea porque creo usted confunde todo el tiempo adultez con obediencia, y pensamiento liberal con subversivo,
”Hoy, se sigue avivando al adulto obediente, y no al reflexivo que sea capaz de cultivar las enseñanzas y pensarlas para la sociedad. No ser parte de la obediencia –siempre orgánica a jerarquías sociales—, es esa verdadera adultez, y no aquella de corte liberal.”,
En la juventud la normal estadía del individuo es ser más liberal y arriesgado, la obediencia en esa etapa de la vida se logra por el interés y el respeto que la sociedad y las personas que siempre la dirigen, tengan ante el joven, el mejor ejemplo es los buenos profesores, cuando se es adulto lo primero que se aprende es a tener prioridades y a intentar que en las decisiones que has de tomar el llamado “riesgo controlado” sea la mejor respuesta el resto de tu vida, el mejor ejemplo es cuantos jóvenes profesionales hoy salen de Cuba a cursar maestrías en ese camino ya elegidos por ellos de emigrar. Se envejece cuando se teme al cambio, cuando molestan los desobedientes porque tienen otras ideas, cuando pensamos más en lo que se puede perder que en la satisfacción de lo que se podría ganar al intentar cualquier cosa.
En Cuba ser reflexivo es el camino más seguro a buscarte problemas, así que pensando en eso del riesgo controlado de esa decisión, siempre has de tener un plan B para evitar envejecer sin otro camino que la obediencia.

Carlos 10 julio 2019 - 9:07 PM

Livio todo eso se refleja en la sociedad cubana. Por eso los jóvenes no quieren hablar de política, pues no se puede llamar las cosas por su nombre

embargo = bloqueo
privado = cuenta propistas
robo = resolver

etc etc etc

Manuel* 10 julio 2019 - 6:07 PM

Me aburro. Demasiadas ideas y pocas concreciones.

Luis Torres 10 julio 2019 - 9:15 PM

Siento que la Joven Cuba envejeció; lo último que he leído en este blog me aporta soñolencia; lo cual no es malo, pues he padecido de insomnio durante muchos años.

Sanson 11 julio 2019 - 9:57 AM

Las personas que nacieron con el proceso actual comenzaran a retirarse en pocos annos sin haber alcanzado la mayoria de edad.
Posiblemente habran tenido hijos, pero estos al igual que ellos nacieron en la vivienda que tenian sus padres antes de dicho proceso lo que indica que nunca gestionaron una vivienda propia o hicieron un contrato de renta sino que simplemente siguieron como cuando eran unos parvulos bajo el techo que sus mayores gestionaron alguna vez alcanzada la edad
de hacerlo.
Una gran cantidad de nuestros compatriotas que decidieron permanecer en la Isla no tienen licencia de conduccion ya que nunca pensaron en adquirir un vehiculo.
Mucha gente en Cuba jamas abrio una cuenta bancaria, asi como un gran porciento no conoce mas alla de las fronteras de su provincia y si le preguntaras solo sabria describir su barrio.
Una buena cantidad de cubanos, por no decir la mayoria, se expresa enterminos como ” me dieron” , “me toca ” “no me toca” ” pedir” “recibir” o simplemente esperan a que les manden, les otorguen, o les resuelvan sus necesidades.
Muchos que sobrepasan la adolescencia piden recargas a sus moviles o simplemente esperan por el dinero para su alimentacion como polluelos de nido.
Un gran porciento se ha acostumbrado a vivir sin verdaderas obligaciones y para colmo hay quien ya no podria hacerlo de otro modo. He leido en foros personas que alaban la felicidad en que viven unos “tarajayudos” que aparecen en una foto en horario seguramente laboral conversando en una calle de la Habana. Eso si, con musculosos brazos repletos de tatuajes y una total despreocupacion de el entorno que los rodea.
Al parecer nunca son suficientemente adultos para votar en elecciones por sus gobernantes o el partido al que pertenezcan los mismos o nada que se le parezca. Maximo hacerlo por un sujeto de barrio que decidira acerca de la recogida de carton reciclable o botellas o que gestionara algunos materiales para reparar la bodega de la cuadra y que al parecer se acercara mas a la mayoria de edad pues podra elegir a otro con mas responsabilidad y asi despues de una larga cadena llegar al reducido grupo que al parecer, solo al parecer decide los puestos de gobierno.

Lazaro Hernandez 12 julio 2019 - 4:36 PM

Seran ideas mias ?????????

creo que la joven cuba esta como el periodico oficial ,,,,,,,,,,todos saben lo que dice antes de leerlo

Saludos.

All societies have their rules – La Joven Cuba 19 julio 2019 - 4:15 PM

[…] (Translated from the original) […]

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