Repensar el proyecto de país

por Consejo Editorial
proyecto

“Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota, quien no se atreve a pensar es un cobarde”.

Sr. Francis Bacon (1561-1626)

Los cubanos solemos convivir siempre con una nación real y otra soñada. Somos seres racionales pero también pasionales e inconformes. Por eso, y para bien, cada cierto tiempo se vive una coyuntura especial donde el foco se sitúa en repensar el proyecto de país para superarlo.

Estamos en uno de esos momentos críticos. El debate desde diversas corrientes de pensamiento acerca de variados tópicos de la vida en Cuba y el proyecto de la Revolución se ha incrementado. El acceso a internet, a pesar de su elevado costo, ha permitido más socialización de ideas y participación cívica.

La avidez por la información, muy limitada en los medios de comunicación oficiales, que fueron los únicos hasta hace poco, favoreció descubrir sucesos y asuntos silenciados, controversiales e incluso historias inéditas en redes sociales y fuentes alternativas. De ahí a emitir criterios no iba nada. Se trata de una población instruida, afectada por crisis económicas recurrentes, cuyo escenario es de desgaste institucional  y erosión del consenso en torno al liderazgo político.

Pero como diría Albert Einsten (1879-1955) Es en la crisis donde nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”. Y en nuestro caso está la ventaja, por primera vez, de que coinciden ahora tres grupos generacionales con experiencias diferentes y muy ricas dentro de la Revolución.

Tres generaciones con capacidad de pensar, debatir y aportar a un nuevo proyecto.

Los últimos 20 años han sido de marchas y contramarchas, empantanamiento e inmovilismo. Sin embargo, los trazos generales del modelo (económico) y los cambios fueron acuerdos de los congresos VI (2011) y VII (2016) del Partido Comunista (PC), plasmados en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución (2011), la Conceptualización del Modelo Económico y Social (2016) y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social al 2030 (2016). En consecuencia, el país ha retornado al estado de crisis más agudo luego de los 90, una crisis estructural del modelo, agotado hace más de 10 años.

Ahora, en medio del escenario más complejo –crisis económica + Covid19  + endurecimiento del bloqueo estadounidense-, el gobierno ha lanzado un paquete de medidas que estratégicamente responde a aquellos pendientes. Sin embargo, las primeras implementadas y no previstas han generado, por su impopularidad, una mayor tensión social.

A pesar de todas las limitaciones, la sociedad civil se ha diversificado y ampliado durante estos años. Las voces del debate que emana de ella, encuentran receptividad y acompañamiento de la gente, desde diversos orígenes (de dentro y fuera de la Isla, también por primera vez), edades y posiciones socioclasistas. Cuadro que invita a promover algo más, un ciclo de debates y talleres temáticos, o foros acerca del país que queremos, por ejemplo. A través de fórmulas participativas, de debate abierto, respetuoso y constructivo, de lo cual es ejemplo La Joven Cuba, se podrían ir construyendo consensos que contribuyan a la transformación que demanda la nación.

Muchos son los tópicos que se han puesto sobre la mesa. Convendría ir sistematizándolos en campos de reflexión y análisis, develando sus dicotomías  y su relación con él, o los, proyectos de país que piensan los cubanos hoy.

1.- Transformaciones económicas.

La apertura económica no está en discusión, pero sí el qué, cómo y hasta dónde. Algunas cuestiones básicas de consenso en la sociedad civil son: el respeto, estímulo, ampliación y reconocimiento jurídico de las diversas formas de propiedad y gestión de las micro, pequeñas y medianas empresas. La prioridad del sector agropecuario y pesquero, el plan alimentario y su convergencia estratégica con la soberanía alimentaria.

Sigue siendo legítimo y urgente la ley general de empresas, el redimensionamiento del sector estatal y la autonomía de sus empresas, la descentralización del comercio exterior sin que para los actores no estatales tenga que mediar el Estado, y una mayor apertura del sector externo a todas las formas de gestión. También la reforma del sistema fiscal que estimule a productores y empresarios, y la complementariedad de las diversas formas de gestión estatal y no estatal (privadas y cooperativas). Asimismo, la unificación monetaria y cambiaria, ahora más complicada con las recientes medidas. Una vez más se prioriza la succión de la ahorros ciudadanos, lo recaudatorio, que genera más tensión y no decide la salida de la crisis al no tocar la esfera productiva.

Junto con lo anterior tendrán que encararse distorsiones del modelo que afectan la naturaleza del sistema y frenan las mejores intenciones de los cambios: la estatalización por la socialización, que se arrastra desde 1960 y que en la Constitución vigente se reitera expresando que la propiedad socialista es la estatal en representación del pueblo, cuando en realidad debería ser la cooperativa; la primacía de los mecanismos administrativos y burocráticos en lugar de los económicos y financieros en los procesos de ese carácter; la competencia desleal entre actores económicos en base al ejercicio del poder político y no a la eficiencia; la sangría financiera que representa la hiperbolización del aparato del Estado y el PC y, la persistencia en seguir apostando por una fórmula de socialismo vulgar donde la redistribución es el eje que define al sistema.

2.- Quiérase o no, el ámbito de lo político es parte de lo que debe ser cambiado.

A pesar de que en lo económico nos va la vida, es el político un ámbito más conflictivo y definitorio en el mediano y largo plazo. Se necesita voluntad política para implementar los cambios económicos,  y para que no se puedan paralizar una vez más cuando salgamos de la emergencia. Además, el modelo político también necesita actualizarse al tiempo que vivimos. No es un debate nuevo, los procesos de reforma en otros países socialistas ofrecen lecciones respecto a esta resistencia que vemos en Cuba.

La importancia de aligerar el aparato del Estado y el Partido también tiene repercusión política. La burocracia que han producido es cada vez más perjudicial al avance de las reformas y pone en peligro la preservación del sistema. Por otro lado, urge debatir sobre temas que afloran con frecuencia y que hasta ahora no han tenido cambios si no para más atrincheramiento del pensamiento conservador en los sectores de poder y para más control social. Entre ellos la función del PC en la sociedad, la legitimidad de los derechos y libertades de expresión, prensa, asociación incluyendo lo político, reunión y manifestación, el reconocimiento explícito a la no discriminación por preferencias políticas, la pena de muerte, la necesidad de un tribunal constitucional, la democracia, el sistema electoral y la pertinencia de incorporar fórmulas de democracia directa que puedan hacerse efectivas.

El Socialismo, en tanto sistema que sucede y se alterna con el capitalismo desde el siglo pasado, y que es la expresión más sólida, radical y actual de la izquierda internacional, debe ser próspero y sostenible, pero también democrático. Hace unos meses decía López-Levy “Para la izquierda no hay mejor política que el apego a la democracia como principio”. Y como diría el colega Víctor Rolando Bellido: “(…) las estructuras verticalistas no sirven para crear la nueva sociedad. Son pura opresión (…) aunque enmascarada con cosméticos muy eficientes y eficaces. El camino es la red, la construcción horizontal de las interacciones, de los vínculos democráticos desde las bases, con transparencia, cercanía, honestidad y rendiciones de cuenta continuas y constantes.”

3.- La Habana y las provincias: la problemática regional y la unidad de los cubanos.

Solo con el proyecto de justicia social de la Revolución a partir de 1959 se priorizó resolver los desequilibrios regionales. Sin embargo, es fenómeno de matriz colonial que no se soluciona en plazos cortos. Hoy es un problema que requiere atención por sus diversas implicaciones, incluida la del incremento de una cierta animadversión entre capitalinos y compatriotas de otras provincias. De este tipo de discriminación no se habla, o se habla muy poco en Cuba. Sin embargo, es muy lacerante para quienes la sufren y perjudica sobremanera la unidad nacional.

Las recurrentes graves crisis y fenómenos sociales conexos comienzan y terminan en las provincias. Y a eso se suman las consecuencias de la verticalización del sistema, la centralización y el inmovilismo conveniente a algunos sectores de poder, que no favorecen una vida más autónoma y próspera a los municipios. Los procesos de descentralización local, con mayor o menor acierto, diversos ritmos e impactos, se vienen implementando en el resto de América Latina y forman parte del debate en Cuba hace años. Ojalá se abra paso pronto la “Política para impulsar el desarrollo territorial”, aprobada recientemente en el Consejo de Ministros.

En las regiones fuera de La Habana, sin embargo, impresionan el talento, la limpieza y hospitalidad. La falta de oportunidades que empuja a emigrar en busca de mejores condiciones de vida en una capital deteriorada, y la implementación de determinadas políticas de efectos negativos para unos y otros, son elementos de base lamentables. La inmigración inducida por el Estado para emplear fuerza de trabajo procedente de las provincias orientales sobre todo, en labores de muy baja calificación y en los cuerpos represivos, caso de la PNR, es una de ellas. La implementación del Decreto Ley 217 (1997), que violenta el derecho de cualquier ciudadano a la libertad de movimiento y  a establecerse en cualquier parte de su país, es la otra, a pesar de las mínimas adecuaciones que se hicieron luego en el 293 de 29 de octubre del 2011.

4.- La cuestión migratoria: cubanos somos todos.

Este ha sido un tema que ha provocado una dolorosa ruptura en la familia y la sociedad cubanas, tanto de la que vive fuera de la Isla  -1.654.684 emigrantes (14,59%)- como de la que está dentro, 11,338.138 habitantes. La debida sanación de heridas no se ha producido, aunque se han dado pasos importantes. Es fenómeno que roza lo político en todos los tiempos, a pesar del empeño en decir que es una emigración económica. Su incremento sucesivo tiene implicaciones muy serias en lo demográfico y económico para el país. Y también alcanza lo sociocultural, la psicología individual y colectiva de los que quedan viviendo en la isla y los que viven en otros países.

El asunto requiere un profundo debate. Que los intereses de los emigrados no sean solo cuestión de ellos, que los diálogos gubernamentales con esa emigración no estén condicionados a su posición política respecto al modelo de socialismo que rige en la isla. Se trata de derechos, de que esos emigrados son tan cubanos como los que estamos dentro. En realidad, el hecho de que muchos cubanos busquen su realización profesional y personal en otros países, pone en tela de juicio la legitimidad del proyecto y del modelo socioeconómico y político implementado, aun con el bloqueo estadounidense.

Reformas al modelo vs naturaleza del sistema socialista… sin tapujos.

En el fondo de todos los debates está la disyuntiva de hasta dónde las reformas cuestionan el socialismo como sistema. Ignorar o subestimar los derechos individuales por los colectivos, sustituir la explotación del hombre por el hombre por la explotación del hombre por el Estado y apelar a la infinita gratitud del pueblo por los derechos que conquistó y que ante él se les muestran como concedidos, no son prácticas consustanciales del sistema, sino distorsiones del modelo.

Con esas prácticas se le niega al soberano, el pueblo, su capacidad y legítima autoridad para el discernimiento, elección y escrutinio de todo lo público. Al mismo tiempo, se vulgariza al socialismo, que como sistema muy joven necesita inevitablemente de la retroalimentación constante y el pensamiento crítico.

No sería ocioso el debate sobre los modelos de socialismo que se han implementado  desde 1917. En Cuba increíblemente no es un conocimiento extendido. Incluso se habla siempre del modelo “económico” y no del “social”, que contempla todas las demás dimensiones, política y social incluyendo lo cultural e ideológico. Si se quiere transformar el modelo social preservando el socialismo, hay que ir al fondo sin tapujos ni esquemas teóricos preconcebidos.

Y también se precisa repensar el socialismo. Tiene que ser próspero, sostenible y democrático, pero el discurso oficial omite, de la frase, precisamente esta última cualidad. Se ha dicho incluso que es una redundancia porque si es socialismo tiene que ser democrático. ¡Pero resulta que no es así! La experiencia de la mayoría de los modelos de socialismo que han existido evidencia lo contrario. Pareciera que esa falla es un problema consustancial o una regularidad. Por tanto, con más razón requiere con urgencia un análisis a fondo y con la mayor transparencia.

El debate de nuestro tiempo en torno al proyecto de país tiene que ser verdaderamente revolucionario. Requiere una mirada holística, crítica y propositiva que asegure preservar indiscutibles conquistas y transformar todo lo que sea necesario. Para eso son fundamentales: el contexto actual con las ventajas consustanciales de las crisis, el nivel de debate existente y la energía incomparable de  la sociedad civil, alejados de todo esquematismo mental y preconceptos caducos. No olvidemos que, como expresó Octavio Paz (1914-1998) “La ceguera biológica impide ver, la ceguera ideológica impide pensar”.

45 comentarios

Isaías 25 agosto 2020 - 8:04 AM

Gracias, Sra. Ivette, su artículo está muy bien pensado y redactado.
He aquí un par de consideraciones personales sobre el tema: todo lo que usted ha escrito es de una lógica tremenda, pero muy poco de reformable tiene una sociedad cuando es monopartidista. A los gobernantes de toda nación hay que ponerles presión, de lo contrario se acomodan y postergan innecesariamente cambios urgentes que la misma sociedad pide a gritos. Es por eso que digo que el socialismo no es mejorable. Se autoanoquila a sí mismo debido a su rigidez y a la ausencia de crítica fuerte y directa.
Cuando uno ve las sesiones de la ANPP, siempre dócil, siempre obediente y siempre unánime; cuando uno ve que no hay bancadas y que casi todos son miembros del único partido legal dentro de Cuba, no hay que ser sabio para saber que todo va a seguir igual si no es que empeora. Como ha sucedido hasta ahora.
La crítica feroz y la represión de los gobernantes cubanos en contra de la pluralidad de ideas no esconde otra cosa que el plan maestro de los comunistas en el poder, a saber, anular cualquier tipo de competencia ideológica con el objetivo de mantener el poder de por vida. Todo lo demás queda subordinado a ese plan que imprime en nuestra sociedad una paralizante inercia que impide el desarrollo de las fuerzas productivas y mantiene increíblemente bajo el nivel de consciencia política de la gente.
Los cubanos de la isla deben saber, y tienen derecho a expresarlo sin sufrir persecución por ello, que hay poderosas alternativas al Frankestein impuesto en la isla. Deben poder decirle al poder que ellos lo han estado haciendo muy mal y que ellos, el soberano, tienen el derecho de escoger a sus gobernantes mediante elecciones libres y democráticas. Y los gobernantes tienen que someterse a la voluntad de esos en los que descansa la soberanía de la nación.
Un viejo libro dice: “En la multitud de consejeros está la sabiduría”. (Proverbios 15:22) Por años nos ha sembrado la idea de que el multipartidismo es un caos que impide el buen gobernar. Sin embargo, naciones multipartidistas son las más avanzadas en todos los sentidos. Por años nos han sembrado la idea de que la economía de mercado es un caos, un sálvese quien pueda. Sin embargo, las principales economías del mundo todas usan la economía de mercado. Contrástese eso con la situación de una islita del Caribe que por 6 largas décadas se ha mantenido con un solo partido y una economía centralizada al mejor estilo del estalinismo.
Muchos, muchísimos cambios necesita Cuba, pero sin la presión popular nuestros gobernantes, acomodados como están, harán muy poco por nosotros. Y aquellos que hagan, obligados por las circunstancias, serán milimétricamente calculados para evitar que su poder y control sobre la sociedad cubana no se vea amenazado.
Repensar el país pasa por poner al pueblo y la satisfacción de sus necesidades en primer lugar. Los que gobiernan Cuba deben terminar de entender, de una buena vez, que ellos no son amos si no servidores, cosa que no comprenden porque desgraciadamente el pueblo cubano no elige a sus gobernantes.
Gracias una vez más, Doña Ivette.

Ivette García 25 agosto 2020 - 11:56 AM

Isaís, absolutamente de acuerdo con sus puntos de vista, en particular con su comentairo final respecto a la prioridad que tiene el pueblo y la satisfacción de sus necesidades en cualquier análisis sobre un nuevo proyecto de país en Cuba.
Mi optimismo se basa en la fuerza de la sociedad civil en Cuba y el mundo y la importancia de las redes sociales, dos fenómenos novedosos en nuestro tiempo y de un gran significado para el cambio en Cuba. En este sentido la experiencia de nuestro país es única, por eso creo que deberíamos aprovechar esas circunstancias para compulsar los cambios y recordar que siempre el pueblo tiene la opción de la revocación.

Isaías 25 agosto 2020 - 3:26 PM

Mi optimismo se basa en la fuerza de la sociedad civil en Cuba (…)

Y es precisamente en ese punto donde yo me siento pesimista, Sra Ivette. En Cuba la sociedad civil no empuja, no se hace sentir, no tiene fuerzas. De hecho, a veces creo que ni existe.
Pero usted tiene razón respecto a las redes sociales. Todo parece indicar que la rotura del férreo muro informativo con que nos cercó el sistema traerá un soplo de aire fresco y ayudará al despertar.
Saludos.

Alex Garcia 25 agosto 2020 - 8:49 AM

Excelente! Pero quién le pone el cascabel al gato?

Isaías 25 agosto 2020 - 9:10 AM

Tendremos que ser todos los cubanos, amigo Alex. Tanto los de adentro como la emigración. No hay otra.
Lo contrario sería esperar a que los señores del partido único y el gobierno cubanos decidan cuándo y cómo. Si es que lo hacen alguna vez.
Para el reducido grupito de acomodados todo, tal y como está, funciona de maravillas.
Saludos.

Alina Lopez 25 agosto 2020 - 10:15 AM

Muy meditado tu artículo querida Ivette, aborda las principales aristas de las transformaciones que Cuba necesita, ojalá encontrara oídos receptivos, cosa que al parecer escasea entre los decisores.

Ivette García 25 agosto 2020 - 11:56 AM

La sociedad civil Alex,

Ivette García 25 agosto 2020 - 11:57 AM

La sociedad civil Alex…

Alex Garcia 25 agosto 2020 - 12:18 PM

Creame que deseo de todo corazon que eso suceda.

Tico 25 agosto 2020 - 9:48 AM

Pueden los historiadores comentar cuanto de verdad, de inexactitudes y de ficcion pudiera tener:

Luis Enrique 25 agosto 2020 - 2:39 PM

@Tico, me encantaría que me explicara cómo se relaciona su comentario y material publicado, con el artículo de Ivette. No me parece muy respetuoso para con la autora, ignorar su excelente texto.
Si tiene dudas sobre lo que sucedió con Camilo y por qué, le invito a leer argumentos a favor y en contra de la muerte intencional. Por ejemplo Rafael del Pino relata en su libro “9500 horas”:

“Varias decenas de jóvenes llegamos a la Fuerza Aérea, en enero de 1959, solo seis escogimos el camino antes mencionado, el resto prefirió ingresar en un curso completo de cadetes que duraría más de tres años en hacerlos pilotos. El resultado final fue que en abril de 1961, cuando se produce la invasión financiada por Estados Unidos, en Bahía de Cochinos, ninguno de ellos era piloto y los que habíamos sobrevivido a los cursos acelerados pudimos medir nuestras armas en la batalla. No dominábamos la aerodinámica, la meteorología, la navegación aérea y otras ciencias esenciales para los aviadores. Pero podíamos volar, aterrizar y lo más importante, usar el armamento. Esto se logró no sin pagar un elevado precio
(… relata varios accidentes aéreos, entre ellos el piloto Fariñas que transportaba a Camilo…)
Mucho se ha especulado y hablado sobre el supuesto triángulo de las Bermudas, con desaparición de aviones y buques de manera muy misteriosa. Estoy seguro que las historias que aparecerán en estas memorias harán aparecer El Triángulo de las Bermudas, como un Kindergarten. Precisamente ese día 28 de Octubre de 1959, todo el sureste de la región central de Cuba, se vio afectada por una inusual actividad de tormentas eléctricas. Reportándose en la ciudad de Sancti Spíritus, granizos del tamaño de una pelota de golf. En el tramo de la ruta entre Cabaiguán y Placetas, la barrera de cúmulos nimbos los obliga a desviarse al norte para tratar de circunnavegar las condiciones meteorológicas adversas. Todos los que hemos volado en Cuba, sabemos que la mayoría de las veces si usted no está en una aeronave, capaz de ascender sobre los 30,000 pies y poseer un buen radar meteorológico que le indique el peligroso centro de estas tormentas es preferible tomar la desagradable decisión de girar 180 grados y buscar donde aterrizar seguro.
Las tormentas de verano en la región central de Cuba, están asociadas con la etapa final de desarrollo del ciclo de brisas, influenciadas por el macizo montañoso de la sierra del Escambray, al sur de la provincia y las regiones húmedas y calurosas de la Ciénaga de Zapata, al oeste de dicho macizo y las zonas bajas arroceras de Sancti Spíritus al este del mismo. Estas tormentas suelen ser por la tarde y a veces pueden llegar a tener una una recurrencia de varios días. Para la hora en que Fariñas, se enfrenta a la barrera de cúmulos, aproximadamente la 6:30 p.m., era evidente que sería muy difícil para él circunnavegarla. Esta es la razón por lo que el buque de bandera española “Virginia de Churruca”, que a esa hora cruzaba al norte de la ciudad costera de Caibarién, en la costa norte de Cuba, a unas 60 millas, divisa y reporta un avión blanco y rojo bimotor volando en dirección noroeste. Probablemente Fariñas, continuó desviándose al norte y al considerar que no debía alejarse más tomo la errónea decisión de penetrar en la lluvia para tratar de pasar la barrera de cúmulos. El que no se hayan encontrado nunca los restos del avión indica que cayeron al mar a una distancia considerable de la costa. Fariñas, en solo un mes completaba la alarmante cifra del 50 por ciento de las bajas en nuestro grupo de pilotos de enlace. Después de la amarga experiencia de la muerte de Jorge Villa, Pablo Rojas y Luciano Fariñas, aprendí de memoria cuanta pista o campo de aterrizaje existía en la ruta entre La Habana y Camagüey. Jamás vacilé en tirarme en cualquiera de ellos cada vez que me topaba con uno de esos monstruosos cúmulos nimbos para esperar que pasaran las tormentas. No faltaron nunca las burlas de los tipos duros, de los “Ases”. Todavía me pregunto si haber sobrevivido aquella etapa tan salvaje fue un acto bondadoso de la suerte o que Dios haya escuchado por primera vez a alguien invocándolo desde una revolución atea o el instinto de aprender de los errores de los demás, conociendo las propias limitaciones. Por lo pronto muchos de aquellos tipos duros, de aquellos “Ases” que me criticaron, hace décadas están tres varas bajo tierra, como resultado de su arrogancia.”

Luis Enrique 25 agosto 2020 - 10:23 AM

Valiente y bien pensado artículo. Me gustó mucho y considero que los puntos que la autora ha definido deberían ser comida de todos los días… Lástima que Ivette no sea “alguien que decide”:
Sr. Francis Bacon: “Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota, quien no se atreve a pensar es un cobarde”
PCC: Sí, pero solo dentro de la revolución. Es decir, solo si nosotros seguimos siendo los que decidimos qué está bien y qué está mal

Jagger Zayas Querol 25 agosto 2020 - 12:32 PM

Lamentablemente, Ivette, la dictadura del proletariado, que nunca la ha habido en Cuba fue escamoteada y sustituida por la dictadura del partido. La excesiva centralización politica y por tanto, economica es la que crea al burocratismo en el cual, los funcionarios no asumen su responsabilidad decisoria, sino esperan la autorización de “arriba” y por lo tanto, la respuesta predeterminada es NO. El SÍ es un riesgo de lesa “silla ejecutiva”. Otro tanto ocurre con los Diputados, los Jueces, los Fiscales, es decir, aquellos en los que recaen las funciones legislativas y judiciales, todas subordinados al poder omnimodo y ejecutivo que en realidad, ejercen los organos superiores del PCC.
Ellos saben perfectamente todo lo que se piensa en Cuba y afuera por los cubanos. Sólo lo tienen en cuenta para la riposta sin mencionar Santo y se empeñan en mantener el status quo que les mantiene en el avieso poder y en sus privilegios.
En Cuba, como en los llamados paises “socialistas” que existieron y que aún existen, incluida la (No) República (No) Popular (No) Democrática de Corea, los cambios van a venir necesariamente por los que ejercen la dictadura y como allende los mares, no van a ser por mas Socialismo, porque al igual que en el Pacto de París, cuando la corona española prefirió entregar la soberanía de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a los EEUU, en lugar de a los mambises, aquí va a pasar lo mismo a pesar de los esfuerzos de sectores del pueblo en el diálogo y debate para una Cuba mejor, con todos y para el bien de todos.
Saludos…

Andrés Dovale Borjas 26 agosto 2020 - 9:54 PM

Jagger, hay que conocer la verdadera historia de Cuba para no cometer errores, en las conversaciones de Paris estaban presentes, como asesores de la delegación estadounidense, los dos abogados de PRC de José Martí, Gonzalo de Quesada y Aróstegui, el albaceas literario de José Martí, y el abogado del Partido Horatio S. Rubens, en tres ocasiones los españoles le pidieron a los estadounidenses que se anexaran nuestro país, fueron rechazadas, también quisieron que Cuba asumiera los gastos de la Guerra de España, a lo cual también se negaron, asesorados por los abogados del PRC, así que no es cierto que los españoles cedieran a Estados Unidos nuestro país, que por otra parte era imposible porque estaba reflejado en la Resolución Conjunta del Congreso de los Estados Unidos del 20 de abril de 1898 que establece en su primer punto: “Cuba es, y de derecho debe ser, libre e independiente. Lamentablemente en nuestro país hace unos 50 años que no se enseña nuestra verdadera historia y si Ud. tiene menos de 70 años no pudo aprenderlo.

Ramon Artiles Avela 28 agosto 2020 - 11:14 AM

Muy acertado lo que Ud plantea amigo , asi mismo fue, pero esas historias deberian explicarse en nuestras escuelas.

Katia de Llano 25 agosto 2020 - 12:42 PM

Muy buen análisis. Da la impresión que nuestros dirigentes y funcionarios no se percatan de la urgencia de los cambios y modernización de nuestro sistema social. Al oír a algunos de ellos, parece que su discurso es el mismo de los años sesenta

Chris 25 agosto 2020 - 2:32 PM

Brillante…ojalá sea leído con sinceridad y buena voluntad por los que hoy dirigen y no solo por el aparato represor.

Livio Delgado 25 agosto 2020 - 3:18 PM

Me gusta su forma de afrontar el reto de la Cuba de hoy en ese inexorable paso a la Cuba de todos que ha de llegar, muy inteligente su llamado a ir dividiéndolo y debatiéndolo en campos de reflexión y análisis que usted muy acertantemente solo inicializa. Comparto mucho se sus opiniones sobre todo cuando dice en cuanto a la cuestión migratoria, ese “Cubanos somos Todos”, con esa precisión extra de señalarlo como “fenómeno que roza lo político en todos los tiempos, a pesar del empeño en decir que es una emigración económica.”.
Difiero en su apreciación cuando al hablar de socialismo en Cuba y que usted asume como posible dentro de sus características que “Tiene que ser próspero, sostenible y democrático” y “Se ha dicho incluso que es una redundancia porque si es socialismo tiene que ser democrático.”, Y en mi opinión personal no puede existir democracia en un sistema de partido único, no puede existir democracia en un sistema político en donde el pensamiento diferente este condenado al ostracismo. Yo creo seria más realista e inclusivo reformular esta idea suya a un debate futuro, “Si se quiere transformar el modelo social preservando el socialismo, hay que ir al fondo sin tapujos ni esquemas teóricos preconcebidos.”, Seria más aceptable de cara a futuro de esta manera “Si se quiere transformar el modelo social y mantener beneficios sociales logrados, hay que ir al fondo sin tapujos ni esquemas teóricos preconcebidos.”, Porque un debate que incluya como igualmente valido todo el espectro político que hoy tenemos todos los cubanos, ha de ser la base de cualquier sociedad futura, debate imposible desde hace mucho tiempo y por constitución por imposición del PCC y ese grupo de poder que lo domina al imponerse como únicos y plenipotenciarios representando solo un 18% de la población que de él son parte.

Isaías 25 agosto 2020 - 3:40 PM

Se te fue la mano, amigo Livio. Los comunistas en Cuba solo conforman el 8% de la población total del país, no el 18%.
Y eso es lo increíble y surrealista, que algunos de ese 8% (la mayoría son militantes de base) decidan por el 92% del resto de la población cubana.
Luego hay que oírlos vociferar que un reducido grupo de países imponen al resto del mundo esto o aquello.
“Cosas veredes, amigo Sancho”.
Saludos.

Livio Delgado 25 agosto 2020 - 4:47 PM

Bueno si su dato es correcto, pues si se me fue la mano, el 18% recuerdo haberlo leído en la época de Cartas desde Cuba y creo que consideraba los miembros de la UJC como cantera, pero como quiera que lo veamos, los miembros del PCC y su cantera siguen siendo una minoría, que además se auto nombro en ese artículo 5 “ El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana”, esto ha de desaparecer para dar paso a una sociedad plural, con igualdad de reconocimiento de todo el espectro político de la sociedad Cubana hoy, y esa condición de gobernar para los que te han elegido, se gana y se lucha por mantener con botos en una sociedad que acepte la pluralidad de pensamiento político que hoy la Cuba del siglo XXI tiene entre sus ciudadanos.

Ivette García 25 agosto 2020 - 5:00 PM

Comparto sus puntos de vista Livio, solo apunto que el conjunto del PC no llega al 10%. Por eso digo que el debate debe ser verdaderamente revolucionario, sin esquemas teóricos preconcebidos ni preconceptos establecidos. Se trata de afrontarlo con mente abierta y someter a análisis y reelaboración absolutamente todo lo que consideremos, lo cual no excluye al PC, su función y lugar en la sociedad. Tampoco hay que esperar que el pedido de ese análisis venga de arriba o que sea bien visto, la sociedad civil debe ser la protagonista.

Ivette García 27 agosto 2020 - 3:12 PM

Gracias por su comentario Livio. No encuentro contradicción entre sus puntos de vista sobre la democracia y lo que planteo en el texto. Me refiero a “modelo social” no por las conquistas o bebeneficios sociales porque como concepto incluye todas las esferas de la sociedad,no solo lo económico como usualmente se maneja, por eso digo transformar el modelo social preservando el sistema (socialista). Y cuando digo transformar el modelo, no excluyo al PC y su papel, incluso lo menciono como uno de los tópicos de debate imprescindible.

Camacho 1 septiembre 2020 - 6:39 PM

800 mil miembros, y se olvidan que somos 14 millones de cubanos, por 3 millones que vivimos en el exterior, el PCC no llega ni al 6%, es totalmente ilegítimo que represente de forma única a todos los cubanos. Es aberrante y humillante.

Jose Varela 25 agosto 2020 - 3:52 PM

Demasiado tiemoo debatiendo para hacer un pedido de nuevos debates.
Es hora de actuar, exigir. Que? Pluripartidismo y elecciones.

Ivette García 26 agosto 2020 - 10:55 AM

Depende de la visión de los que proponen cambios y del alcance de los cambios. Un nuevo proyecto de país debe ser integral, razonado en construido desde el consenso. Todas las propuestas deberian debatirse, nadie tiene la verdad en la mano, esa misma propuesta suya, ¿cree que tiene consenso, que, caso que lo tuviera, por sí sola resuelve los problemas de Cuba?

Manuel* 25 agosto 2020 - 6:46 PM

Estoy de acuerdo en todo lo que dice el artículo. Aunque naturalmente añadiría matizaciones. Por ejemplo se habla de democracia directa, libertad de expresión y de prensa, aceptación de las diferencias políticas. Pero el autor se queda sin mencionar la necesidad de legalizar los partidos políticos. Como si eso no estuviese implícito en la democracia.

Ivette García 26 agosto 2020 - 11:00 AM

Estamos de acuerdo Manuel, el texto para este medio obliga a síntesis y justo porque la democracia incluye todo eso, no lo especifiqué. No tengo predisposición negativa hacia los partidos políticos, es un tema sobre el cual deberíamos debatir. Sin embargo, sabemos que el pluripartidismo como mecanismo de la democracia en el ámbito electoral y casi siempre constreñido a este, también está muy en descrédito en otras partes, así que aunque no me opondría a eso, no le concedería la posibilidad de que fueran electorales.

Antonio 25 agosto 2020 - 10:39 PM

Las altas esferas donde radica el poder en Cuba siguen empecinadas en hacer creer que un bote con solamente un remo puede avanzar a pesar de que la vida demuestra que exclusivamente estará condenado a dar vueltas hasta el infinito. Muy a su pesar a tales esferas no les ha quedado otro remedio que tomar ciertas medidas que sobre todo demuestran el fracaso del sistema. Ha sido a regañadientes y creando obstáculos para intentar ralentizar los efectos políticos. Se ha creído que una imagen de bonitas promesas daría oxígeno para recabar renovados sacrificios. Se montó la habitual representación del guiñol para semejar una amplia aprobación de las ideas elaboradas por un selecto grupo de sesudos adeptos que filtraron y discriminaron lo que “opinó” la población. Al final de acomodos, retoques y algún que otro tijeretazo, han quedado documentos que en la práctica no han ido más allá de los acostumbrados y aburridos llamamientos, consignas y exhortaciones.
Se sigue pensando que la sociedad cubana es la misma de las décadas de los 60, 70 y 80. Aquella que esperaba con entusiasmo los discursos del líder y los Congresos del Partido. Lamentablemente, los líderes son otros y la población es bien diferente en compromiso, motivación y poder de análisis. Seis décadas no son poca cosa, mucho menos cuando los años han estado de sufrimientos e insatisfacciones no siempre generados desde el exterior. Se habría deseado que la sociedad cubana fuese más uniforme; pero la vida, con sus presiones externas y nuestros propios yerros la han tornado aceleradamente más diversa y por tanto más cuestionadora y menos dócil,
Reclama su derecho a tomar el otro remo para enderezar el rumbo según sus propios intereses y no los que se les dicten, De otro modo seguiremos dando vueltas y lo peor, cada día acumulando mayor disgusto. No queda otro remedio que lidiar con la diversidad, incondicionales, cuestionadores e incrédulos pueden coexistir con armonía en el marco legal apropiado. Con el silencio forzoso no nos ha ido bien porque llama a la ira o a la indiferencia y para saber lo que desea la población no queda otro remedio que dejarla expresare que para eso es la lengua y existe el nivel educacional apropiado. Y recordar, ahora no parece expedita la salida del excedente inconforme por la vía de la emigración. Algunas alternativas que deben tomarse deben ser vistas como retos, no como peligros. Resulta sencillo imponer criterios desde el monólogo pero hacer política es convencer con argumentos y razones en un diálogo. La autocrítica es ejercicio para manuales, la critica recibida permite corregir el rumbo o al menos saber lo que el pueblo piensa y adelantarse a los acontecimientos sin tener que apelar a métodos clandestinos. Dar color a las fotos en el Granma ni poner más espacios televisivos de noticias no basta para hacer más digeribles las noticias. Quienes mandan deberían evitar seguir fabricando soga para su propio pescuezo. Saludos,

Diuber 25 agosto 2020 - 10:42 PM

Concuerdo en una primera lectura con todo lo planteado en el artículo. Novedoso para mí ver tratado la cuestión de la relación capital-provincias.

A tal grado llega la discriminación que ha llevado a cambiar la forma de hablar de los que no son habaneros para intentar pasar como que lo son. Esto ha traído como consecuencia que cada día se habla peor en Cuba porque se ha terminado imitando a los que más mal hablan allí.

Por otra parte no debería identificarse en Cuba de manera exclusiva ideología comunista o socialista con gobierno. No todos, tal vez no seria desacertado decir muy pocos, de los que gobiernan aquí tienen apego sincero a ésta ideología. Oportunistas ha habido en todos los tiempos, en éste más.

Tampoco todos los que comparten esa ideología son los que están en el gobierno o tienen un carnet que los acredita como tales. No creo que los errores relacionados con la democracia o la gestión económica que hoy sufrimos sean consustancial al socialismo.

Ivette García 26 agosto 2020 - 11:07 AM

Estamos de acuerdo Diuber y celebro que haya reparado en el tema de la regionalidad en nuestro país. Todo lo que pasa en cualquier parte debe dolernos como cubanos.
Por las provincias, casi siempre las orientales empiezan las crisis y también son las últimas en recuperarse. Cuando en La Habana nos quejamos de algunas carencias, de la crisis, vaya a ver a las provincias,que están mucho peor…..
Se nos van acumulando injusticias y sensibilidades. Hemos aprendido a convivir pasivamente con el discurso oficial que ha llamado a los orientales “compatriotas” cuando se trata de nuestras guerras o de su capacidad de apoyo y resistencia y “palestinos” cuando se trata de que vienen a vivir a la capital.
No debe ser.

Andrés Dovale Borjas 26 agosto 2020 - 10:25 PM

Diuber, resulta que el Socialismo, hasta el presente, no ha existido en ningún país del mundo, lo que ha existido, y aún existe en varios países, incluido el nuestro, es el modelo copiado de la Unión Soviética y que no es otro que el estalinismo, desarrollado en la Unión Soviética por Lenin y Stalin, cuya meta era alcanzar el poder, a como diera lugar, y mantenerlo también a como dé lugar.

Manuel Zayas 25 agosto 2020 - 10:54 PM

Si asumimos que los partidos políticos representan la sociedad civil organizada para el ejercicio del poder, la cuestión no es si es necesario uno o varios, sino cuál debe ser la relación entre sociedad civil y sociedad política en el actual contexto.

Fidel Vascós González 26 agosto 2020 - 6:31 AM

Excelente artículo de Ivette García González. En pocas y certeras palabras aborda los cambios principales a implementar en la actual etapa de la Revolución Cubana para garantizar y desarrollar el socialismo próspero, sostenible y democrático que se ha propuesto la gran mayoría del pueblo cubano. Como bien señala Ivette, las reformas deben acometerse no solo en el ámbito económico, sino también en lo social y político, incluyendo lo territorial y local, así como el tratamiento a la emigración que reside en el exterior como ciudadanos cubanos que son.

Diuber 26 agosto 2020 - 7:58 AM

Soy de los que votó NO en el pasado referéndum constitucional. Entre otras muchas razones por el artículo relacionado con el PC. Considero que nada ni nadie debe estar por encima de la Ley.

Me parece que se perdió una oportunidad única de poner un peldaño sólido para la nación cubana hacia la transformación útil al pueblo cubano. Que sirviera de base a cambios posteriores sin perder el rumbo.

No obstante creo que el actual gobierno central intenta sinceramente reconducir las cosas, como creo lo intentó Raúl también, a pesar de la referida constitución.

Por tanto tiene mi voto de confianza sin que esto quiera decir patente de corso para hacer lo que quiera y cuando quiera. Tiene que haber transparencia y la conciencia de que están sometidos al control público.

No son magos pero no puede prevalecer el “sin prisa pero sin pausa”.

Ivette García 26 agosto 2020 - 6:28 PM

Absolutamente de acuerdo Diuber

tony antigua 26 agosto 2020 - 8:07 AM

La Revolución no existe. Terminó en 1968. Lo que existe es un Gobierno heredero de esa Revolución que tiene por objetivo la conservacion del poder y sacrifica el cumplimiento de cualquier otro objetivo al logro de ese fin.
Los decisores son sordos a conveniencia porque cualquier reforma del sistema debilita en mayor o menor medida el control y el poder. Por esa razon el sistema no es reformable. La supervivencia no se negocia.
No existe una etapa actual de la Revolucion porque no existe la propia Revolución.
Ni siquiera el Concepto legado para definirla por Fidel Castro es aplicable a las actuales circunstanciss porque casi ningun punto se cumple.

Andrés Dovale Borjas 26 agosto 2020 - 8:27 PM

Muy bueno el artículo, tiene un solo error, muy grave y determinante, se asume que el sistema de gobierno existente en nuestro país es el Socialismo, un grave error que en gran medido aclara Isaías en el primer comentario, en Cuba lo que existe, como en todos los países que se llamaron socialistas y en los que así se siguen llamando son los principales enemigos del Socialismo, de hecho la única posibilidad del desarrollo del Socialismo es con la eliminación del estalinismo, hoy es más posible que se desarrolle el verdadero Socialismo en los países que se liberaron del estalinismo hace 30 años con la desaparición de la Unión Soviética, cuna del estalinismo, y la caída del muro de Berlín. El Socialismo es un nuevo modo de producción caracterizado por el trabajo cooperativo, la autogestión obrera, el verdadero trabajo por cuenta propia, el trabajo familiar y las formas residuales de la propiedad capitalista, principalmente las PYMES, que progresivamente migrarán a las formas socialistas de producción. Marx enunció lo que sería el Socialismo como “la sociedad de productores libres asociados”, y Lenin, el padre del estalinismo, antes de morir, y reconociendo su error, dijo que “el Socialismo es la sociedad de cooperativistas cultos”.

Ivette García 27 agosto 2020 - 3:48 PM

Andrés Dovale, gracias por su comentario.
El tema del socialismo en teoría y práctica es moy complejo para abordarlo aquí y tampoco en el texto. Por cuestión de espacio y de que él solo, tiene entidad para tratarlo por separado. Pero es muy importante y necesario. .
El socialismo como sistema o subsistema mundial se concreta a través de modelos sociales adecuados a los contextos específicos y la vocación de los grupos que los llevan a la práctica desde el poder. No es lo mismo lo que se ha hecho en Asia, que en la Europa oriental o en América Latina. Fíjese que digo modelos sociales para evitar que se asuma solo limitado a lo económico, lo que es un error frecuente.
El de Cuba comparte muchísimos rasgos del que se implementó en la URSS y otros países de la Europa oriental, como socialismo estatista y de partido único, amén de otras características asociadas y/o derivadas de esas dos cualidades. En algunos de esos rasgos, el de Cuba supera a aquel, de ahí que algunas personas consideren que en Cuba existe un capitalismo de Estado, sobre todo también por el poder y el monopolio del Estado y de los militares..
En todo caso, como sistema, el socialismo es muy joven y requiere, como lo tuvo el capitalismo, de numerosos reajustes. No se puede pensar que mientras el modelo que se implemnte no cumpla todos los rasgos que yo considero debe tener, no sea socialismo lo que se está viviendo.
No obstante entiendo su preocupación e incluso comparto su definición de socialismo en lo económico. Si se fija, en mi texto reivindico la propiedad y forma de gestión cooperativa como la verdaderamente socialista, de las que existen, también para que pongamos todo encima de la mesa, porque generalmente en términos de propiedad y gestión, el análisis suele ir a los extremos, la propiedad estatal y la privada, excluyéndose así la propiamente socialista que es la cooperativa. Hay una tendencia, de la que participamos muchos porque el propio contexto nos empuja, a ver lo privado como la solución a la inficiencia de lo estatal

Andrés Dovale Borjas 28 agosto 2020 - 6:09 PM

Ivette, le agradezco su respuesta, realmente su artículo es de lo mejor que he leído hasta el presente en nuestras publicaciones. Como Ud. señala el modelo económico cubano es el Capitalismo Monopolista de Estado, como lo definió su creador, Vladimir Ilich Ulianov (Lenin), al que el Che responsabiliza del fracaso de ese modelo que el anunció tan temprano como en los primeros años de la década del 60 del siglo pasado, y esa ha sido la causa del fracaso de ese modelo a escala mundial y el retorno del capitalismo a los países del este europeo, con tendencias dictatoriales en Rusia y Bielorrusia, y su retorno parcial al capitalismo, sin democracia, en China y Vietnam. Lamentablemente este modelo no tiene otra vía que esa para poder mantener en el poder a la burocracia gobernante. Por eso dice García Baez:”El amargo y estrepitoso derrumbe del modelo estalinista, se ha convertido en un prerrequisito para la salvación del marxismo verdadero.” Citado por: León Almario, A. (“El régimen postcapitalista. Eslabón perdido en la evolución política de la humanidad” Ed. de Ciencias Sociales, La Habana, 2018, p. 168)
Creo, sin embargo, que la mejor salida a nuestra crisis no es por la vía del retorno a formas capitalistas de producción, sino por la aplicación del socialismo por la vía revolucionaria del marxismo, empoderando a los trabajadores y aplicando las formas más democráticas de gobierno.

Ivette García 28 agosto 2020 - 6:46 PM

Andrés Dovale, gracias por su comentario a mi respuesta. Estoy totalmente de acuerdo con su conclusión de que “la mejor salida a nuestra crisis no es por la vía del retorno a formas capitalistas de producción, sino por la aplicación del socialismo por la vía revolucionaria del marxismo, empoderando a los trabajadores y aplicando las formas más democráticas de gobierno.”
Solo agregaría que en la situación que nos encontramos, el camino debe ser de apertura en cuanto a las formas de propiedad y a través de la competencia leal, que se vaya imponiendo la forma o las formas más eficientes siendo el socialismo el horizonte.
Está claro que si no se hubiera ido a la estatalización de 1960 o si ella hubiera actuado como un tránsito rápido hacia la verdadera socialización, hoy la situación sería otra. No ocurrió y ya no tiene caso mirar atrás para lamentarlo. El costo es alto, pero es posible.

Ivette García 28 agosto 2020 - 6:50 PM

Cuando digo que “el camino debe ser de apertura en cuanto a las formas de propiedad…” me refiero a todas, capitalistas y socialistas…… Es como virar atrás pero no hay de otra si queremos corregir el rumbo….

Andrés Dovale Borjas 26 agosto 2020 - 10:10 PM

Para el comentario 18. Isaías, si tienes algún amigo cercano que sea militante del Partido debieras saber que la mayoría de los militantes de base piensan casi lo mismo que pensamos la mayoría de los cubanos, aunque seamos una minoría los que nos atrevamos a expresar públicamente nuestras ideas, y además los militantes de base nada tienen que ver con la política que establece la dirección del Partido.

Weston 27 agosto 2020 - 4:02 PM

Ante todo permítanme aclarar que considero, como el Papa Pío XI, que “el socialismo es intrínsicamente perverso”.
Estoy convencido de que el concepto “socialismo democrático”, es abstracto y que el socialismo, jamás sera próspero y sostenible, simplemente porque es un sistema ajeno a la naturaleza del hombre.
Dicho esto, quiero felicitar a la Sra. Ivette Garcia por la profundidad de sus ideas, por sus buenas intenciones, por su valentía intelectual y política, y por su bella prosa.
No sólo he disfrutado esta lectura, sino que he podido comprender por qué esta página se llama “La Nueva Cuba”.
Estas son las nuevas generaciones que están sentando las bases de los cambios en Cuba.
A quienes peinamos canas, y hemos vivido muchos años fuera de la Patria, nos toca respetar a las nuevas generaciones y ayudar con nuestra experiencia y nuestras inversiones al renacimiento de nuestro terruño.
En fin de cuentas, “la Patria, es de todos”.

Ramon Artiles Avela 28 agosto 2020 - 11:29 AM

Excelente articulo , defiende muy bien sus puntos de vista , es hora ya de que quienes deciden las politicas de nuestro pais tomen en cuenta las ideas de articulos como este los cuales hay muchos y de diversos criterios y multiples ideas, lo que se publica en La Joven Cuba es una muestra importante del debate que debe y tiene que existir en nuestra prensa , hora es ya que aspectos como los planteados en este articulo sean tomados en cuenta por los decisores , considero que estan perdiendo un tiempo precioso , ahora de nuevo estamos en una situacion muy dificil , deberia aprovecharse la oportunidad para comenzar a resolver nuestros problemas, los que gobiernan Cuba deberian de darle paso a las nuevas generaciones y a las nuevas ideas solo asi se salvaria nuestro pais. El cambio de mentalidad ha llegado , el inmovilismo estalinista le ha causado muchos males a nuestro pais.

Ivette García 30 agosto 2020 - 12:28 PM

Muchas gracias a todos los que han intervenido en el foro sobre este texto. Aportan mucho al necesario debate que debemos estimular. Me alegro que en general les haya parecido una buena propuesta la de llevar más allá las consideraciones que tenemos sobre los asuntos que más nos preocupan. Saludos

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