Misoginia, homofobia y otros demonios, ¡anteriores al pecado original!

por Maximiliano Trujillo Lemes

Carlos Marx aseguraba que toda la vida espiritual de la sociedad estaba determinada por la vida material; y por una y otra concebía lo que definió como conciencia social y ser social respectivamente.

Entre los marxistas dogmáticos, tales consideraciones condujeron a afirmar durante décadas que la espiritualidad social era un puro derivado de las condiciones materiales de vida de una sociedad historiadamente determinada. Procurando contrarrestar esas interpretaciones positivistas y dogmáticas, Federico Engels, colega y amigo de Marx, hizo algunas precisiones al respecto:

«(…) el desarrollo político, jurídico, filosófico, religioso, literario, artístico, etc., descansa en el desarrollo económico. Pero todos ellos repercuten también los unos sobre los otros y sobre su base económica. No es que la situación económica sea la causa, lo único activo, y todos lo demás efectos puramente pasivos. Hay un juego de acciones y reacciones, sobre la base de la necesidad económica, que se impone siempre, en última instancia». [1]

No hay contradicción entre ambos pensadores a la hora de entender la compleja relación entre espiritualidad y condiciones materiales de existencia dentro de una sociedad determinada, pero el segundo sí intentó poner coto a interpretaciones agónicas. ¡Penosamente no tuvo éxito!, la dogmatización del marxismo caló mucho más entre no pocos de sus acólitos que las interpretaciones dialécticas y renovadoras. Ello se evidencia en el omnipresente marxismo-leninismo de origen estalinista, que hasta hoy se niega a morir no obstante los daños que ha generado.

Desde estas aseveraciones me empeño en afirmar que todo juicio de valor en torno a una tradición de pensamiento, construcción espiritual o texto «sagrado», a los que procure endilgárseles toda responsabilidad, o incluso parte de ella, referida a determinadas conductas o actitudes humanas, requiere siempre ser ponderado.

Muchos aseguran que el machismo, la misoginia, la homofobia y sus derivados —y otras muchas discriminaciones en torno a lo «humano diferente»—, tienen sus causas dentro de la cultura occidental, en la tradición judeo-cristiana y sus textos de fe. Pero en ese aserto, porque en alguna medida es un aserto, hay no pocos errores.

La tradición judeo cristiana, en muchos de sus creadores e intérpretes, comete el pecado de la discriminación por herencia más que por invención; por la influencia que tuvieron las culturas previas donde nacieron y se formaron, vinculadas a los múltiples influjos que en ellos ejercieron sus predecesores.

Misoginia (3)

(Imagen: Cronica.com.mx )

Según algunos exégetas liberales de la Biblia, en dichos textos las tendencias discriminatorias sobre mujeres, homosexuales, extranjeros u otros grupos, estuvieron relacionadas también a las condiciones epocales en las que vivieron judíos y cristianos durante el largo período en que este libro fue escrito, tendencialmente los siglos IX a.n.e y el II d.n.e.

Afirman varios autores, que cuando hubo mermas en las poblaciones judaicas, las condenas a prácticas sexuales que atentasen contra la procreación se hicieron más evidentes que cuando no. Por tanto, la Biblia no es un libro unívoco a la luz de las interpretaciones que de ella se pueden hacer desde las ciencias modernas. ¡La Biblia contiene muchas Biblias!

Súmese a ello que la cultura patriarcal es hija del fin del matriarcado y aparece en el período en que, sobre la base de la primera gran división social del trabajo —separación de la ganadería y la agricultura—, empezaron a desarrollarse con relativa rapidez las fuerzas productivas de la sociedad, el intercambio regular, la propiedad privada y la esclavitud.

A medida que la ganadería y la agricultura progresaban, se fueron convirtiendo gradualmente en propiedad del hombre el ganado y los esclavos obtenidos a cambio de este, y los hijos empezaron a ser asumidos por vía patrilineal. Esto posibilitó al varón, no solo el control sobre los hijos, sino además sobre la madre.

El patriarcado también se vincula a la época en que el ser humano se hizo sedentario, inició la agricultura y, por tanto, se produjeron los excedentes de producción y acumulación de bienes. Esto condujo inevitablemente a la generación de la propiedad privada y a lo que ella conlleva: necesidad de defender el territorio y de mano de obra para trabajar en los campos.

Al respecto asegura el propio Engels:

 «El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas de la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción. Esta baja condición de la mujer, que se manifiesta sobre todo entre los griegos de los tiempos heroicos, y más aún en los tiempos clásicos, ha sido gradualmente retocada, disimulada, en ciertos sitios, hasta revestida de formas más suaves, pero no, ni mucho menos, abolida». [2]

Descubrimientos recientes en arqueología, o las conjeturas de la etnología o la antropología, no han desmentido en lo fundamental esta aseveración, lo que indica que judíos y cristianos heredaron ese cuadro real y simbólico de dominación o exclusión. Similar ocurre con las llamadas minorías sexuales, y ello revela que la culpa es anterior al mito del «pecado original».

Tal situación vuelve a demostrar que ningún culpable tiene toda la responsabilidad, en tanto la culpa hay que explicarla en sus contextos históricos. Parte significativa de la Ilustración francesa tuvo un agónico sesgo anticlerical. Hay quienes aseguran que entre sus cultores materialistas hubo posturas ateas, es decir, procuraron romper con la indiscutible influencia que la catolicidad tenía en los desatinos del llamado ancien regime. Pero jamás cuestionaron el sesgo ideológico de la subordinación femenina al varón, o la justificación espiritual aristotélica de la legitimidad de la esclavitud. Una esclavitud que en las colonias era extemporánea. Por tanto, la negación siempre fue limitada.

Aclárese que esa actitud marcó el ateísmo que luego caracterizó algunos movimientos revolucionarios de los siglos XIX y XX —y sus respectivas cosmovisiones teóricas—, de las que no escapó cierto marxismo. Ello se reflejó en actitudes y posturas, la mayoría sin ninguna lectura o interpretación bíblica, para justificar credos y discursos: ¡continuaron considerando como subalternas a las mujeres y discriminando a lo que hoy se define como minorías sexuales! A estas últimas las enjuiciaban como desviaciones morales generadas por el capitalismo. ¿Fueron víctimas de la tradición? Es posible, pero entonces no se puede ocultar que, en ese orden, fueron muy poco revolucionarios.

Existe en la narrativa cubana de fin de siglo, la presunta anécdota de que los fundadores de El Caimán Barbudo quisieron abrir su primer número en contraportada con un desnudo de Julio A. Mella fotografiado por su controversial compañera Tina Modotti. Según Jesús Díaz, la UJC no lo permitió, quizás sobre el supuesto moral que los héroes son impolutos. Era la segunda mitad de los sesenta y el país vivía la ebullición de transformaciones, pero el conservadurismo moral parecía infranqueable, actitud también poco revolucionaria. 

Han sido los movimientos cívicos promovidos por esos grupos humanos —mujeres, y colectivos LGBTIQ+— y su presión política, sobre todo dentro del capitalismo central, los que han conseguido mover la balanza en favor de sus derechos, y no exactamente las políticas públicas que se generaron en el entorno de los regímenes de «socialismo real» en el siglo XX, todo lo contrario.

De este juicio de valor pueden excluirse tendencialmente las mujeres, que sí, en muchas de esas sociedades socialistas, y hasta su extinción, lograron conquistas significativas, pero no todas las necesarias. Por ejemplo, la violencia contra las mujeres no era infrecuente en países como Rumanía, Albania o algunas Repúblicas Soviéticas de la periferia, por citar ejemplos. 

En Cuba, donde las féminas conquistaron algunos derechos después de 1959, se discutió durante décadas, y se discute hoy en nuevas circunstancias, el problema de la igualdad de derechos de ellas, agravado en el caso de negras, mestizas u otros grupos pretéritos. Tal asunto tocó la literatura, el cine o el teatro en no pocas ocasiones, y muchas veces el debate social obligó a la reflexión académica a poner el dedo sobre la llaga una y otra vez, recuérdense los casos de Retrato de Teresa o Hasta cierto punto, de Pastor Vega y Tomás Gutiérrez Alea respectivamente, en décadas sucesivas.

Aquí, sin interpretaciones bíblicas o justificaciones desde esos textos sagrados, algunos aún rememoran que en ciertas esferas del Partido, sobre todo en los años setenta, si una esposa era infiel, este órgano político obligaba a elegir al esposo entre su militancia y la esposa; lo que nunca ocurría al revés. ¡No hablemos de las minorías sexuales!, el caso UMAP, que no es el único, habla por sí mismo y está lleno de episodios de dolor, de mucho dolor.  ¡Todo ello justificado en la llamada entonces moral socialista!MisoginiaPor tanto, sí hay que procurar abrir el debate para que la justicia gane en el próximo referéndum sobre el Código de las familias en Cuba, pero en las reflexiones que lo acompañen es prudente mirar la multicausalidad de los prejuicios y no detenerse tendencialmente en una o dos. Las posturas o lecturas sesgadas de cristianos, islámicos y judíos sobre sus libros sagrados, no son las únicas responsables de nuestros atavismos morales. En este camino no muchos pueden mirar al lado, la responsabilidad es históricamente extensísima.   

Soy de los que opina que los derechos no deberían plebiscitarse, con que se legislen bastaría. Las mayorías no siempre tienen de su lado la razón y no siempre se suman a los carros de la justicia, llevan no pocas veces consigo, en sus mentalidades, el lastre de los que las han dominado por siglos.

***

[1]Federico Engels: «Carta a W. Burgius, Breslau, Londres, 25 de enero de 1894» en Marx y Engels, Obras escogidas, T. Único, Editorial Progreso, Moscú, 1975, p.731.

[2][2] Federico Engels: El origen de la familia la propiedad privada y el estado, en Marx y Engels, Obras escogidas, T. Único, Editorial Progreso, Moscú, 1975, pp. 513-514.

20 comentarios

mepiamo 11 enero 2022 - 6:44 AM

Creo que el matriarcado debe haber durado alrededor de media hora, hasta que el rudo cazador se hartó de oirle órdenes a su mujer, le dió un bofetón, y le dijo; “Aquí el jefe soy yo”.

Big Point 11 enero 2022 - 8:37 AM

Excelente. Muchas gracias.

Vicente Medina 11 enero 2022 - 9:16 AM

Lo felicito por su agudo artículo. Solo deseo señalarle que, aunque comparto su opinión que “los derechos no deberían plebiscitarse,” no creo que legislarlos sea suficiente. Es necesario que los derechos se respeten con equidad y no con arbitrariedad como sucede en Cuba. Y, desde luego, la tiranía de la mayoría puede ser tan injusta como la tiranía política. Pero más injusto aun es no reconocer el derecho de las minorías y pretender que se vive en un estado de derecho.

ManuelFigueredo 11 enero 2022 - 10:23 AM

Entonces qué, estimado Maximiliano, regresamos, nos quedamos o seguimos montados en el tren que no nos lleva a ningún destino. Saludos

Javier 11 enero 2022 - 12:29 PM

Interesante lo que plantea. Muchos practicantes de las grandes religiones monoteístas hacen una lectura radical y literal de los textos sagrados, como si estos no hubiesen estado condicionados por los seres humanos que lo redactaron en un contexto y una época muy diferente a la actual.
También de acuerdo con ud: los derechos no se plebiscitan. Son derechos mundialmente reconocidos a partir de la lucha de las minorías y del crecimiento de la humanidad en su sentido espiritual y de valores. Esto me parece genial:
“Las mayorías no siempre tienen de su lado la razón y no siempre se suman a los carros de la justicia, llevan no pocas veces consigo, en sus mentalidades, el lastre de los que las han dominado por siglos.”
En nuestro caso cubano creo que someter a votación el código de las familias tuvo un trasfondo totalmente político: cuando se vio de alguna manera amenazado el proceso de aprobación de la constitución se buscó esta estrategia.

Oscar+Alvarez 11 enero 2022 - 1:44 PM

Estupendo articulo. Va usted a l raiz, al origen de la misoginia y la homofobia que es anterior al “pecado Original” Con la conversion Stalnista de la teoria Marxista en ideologia, se contribuyo a perpetuar, entre otras causas, los prejuicios homfobicos y misnginos. Espero que muchos lectores de LJC lean con calma su articulo y lo comenten. Gracias

ivan 11 enero 2022 - 2:36 PM

Saludos y respetos estimado Maximiiiano, este es un articulo que ilustra desde la óptica histórica y social el antecedente y lastre de la misoginia, la homofobia, etc, etc y en cuanto a nuestra realidad nos recuerda los estragos y el daño que causo la observancia de la mal llamada moral socialista, que no si se si era socialista, pero realmente no era moral, sino una seudo moral, como muchos otros remedos de derechos, libertades, y así hasta que cada opinión individual considere.

Permitame darle mis puntos de vista en los que tengo una opinión algo diferente. las políticas publicas que se generaron en el SOCIALISMO REAL no fueron influenciadas por los citados movimientos cívicos que ejercieron presión y han conseguido mover la balanza a favor de sus derechos, ese capitalismo central del que habla usted se dio cuenta desde el inicio de esos movimientos que tenia que lavar su imagen y acceder a regañadientes a esos derechos, si no quería perder su apoyo, algo que aprovecharon, aprendieron y ejecutaron muy bien políticos y aspirantes a cargos, en función de ganarse los votos de los electores, aunque fíjese que contradicción el anterior presidente de ese capitalismo central fue, es y sera abiertamente misógino, homofobico y discriminador, pero era el que representaba los intereses de ese régimen y gozaba de la aceptación de nuestro paisanos que residen a 90 millas. Pero ni aun así en muchos de los casos, ese capitalismo central, ha permitido que por ejemplo, que las mujeres reciban el mismo salario que los hombres por el mismo trabajo, y el derecho al aborto, por citar dos de ellos. y mejor no hablo del racismo ENDÉMICO,etc, etc, porque tendré que decir… NO PUEDO RESPIRAR… como George Floyd, los que lo antecedieron y los que tristemente siguen llegando después, pues no es el sentido de este articulo.

Por otro lado, las mujeres no solo según usted, conquistaron algunos derechos después del 59, pero antes de conquistarlos al parecer espontáneamente (no recuerdo algún 27 N, SAN ISIDRO O 11 J de las féminas cubanas, si existió, por favor hacérmelo saber, no pretendo saberlo todo, ni humanamente, puedo) LES FUERON RECONOCIDOS Y GARANTIZADOS POR EL ESTADO CUASI FALLIDO QUE TENEMOS HOY.

No soy jurista, no se que sea mejor el plebiscito o legislar los derechos de la familia cubana, lo que si hace falta que de una forma u otra es que se garanticen y protejan.

A propósito, conozco en cuba de varios colectivos laborales, principalmente ligados al arte y la cultura, donde si eres heterosexual o no eres lesbiana, no te dejan ingresar, y aun mas si ingresas y no entras por el ruedo, poco a poco te inducen a que te vayas, esto que cosa, es, una calumnia, una anomalía, un error, una equivocación o una flagrante discriminación, si fuera esta ultima me parece que es posterior al pecado original.

Pase un buen dia usted y los foristas, mi estimación para todos y gracias a la joven cuba por permitirme usar su espacio.

Ramón Izquierdo Delgado 12 enero 2022 - 11:51 PM

Sr Ivan
Suscribo TODO su comentario.
Saludos

El inagotable, Orlando J Martinez 12 enero 2022 - 5:09 AM

Como no me publicaron que Marx era el primer dogmático por aquello de que la religion es el opio del pueblo y por no aceptar que el empresario añade valor al proceso productivo, yo los considero a ustedes, de la Joven Cuba, represores de las ideas. Aqui, nada mas tengo que hacer. Que les vaya bien bonito.

Armando Perez 12 enero 2022 - 10:12 AM

Buen artículo. Los derechos no se someten al voto. Y, por las razones que sean, los países capitalistas tomaron la delantera en el reconocimiento legal de los derechos de las minorías. Los socialistas, hasta el último minuto de sus existencia, no lo hicieron y los rsetos que quedan hoy (Cuba, China y Corea del Norte) se han quedado muy rezagados.

Ramón Izquierdo Delgado 12 enero 2022 - 11:50 PM

“los países capitalistas tomaron la delantera en el reconocimiento legal de los derechos de las minoría”
Ni usted se cree Sr Armando lo que ha dicho.
En algunos países capitalistas los han reconocido (a veces incluso a regañadientes) y los socialistas es cierto que no los han reconocido todos, pero muchos si.
Saludos

Armando Perez 13 enero 2022 - 2:46 PM

Ni usted mismo se lo cree. Díga que derechos de esas minorias fueron reconocidos y plasmados en leyes por los países socialistas antes que en los capitalistas.

JOSUEL 12 enero 2022 - 12:10 PM

Sugiero revisar que aparece pretérito en lugar de preterido, saludos atentos

Daniel Torres 12 enero 2022 - 6:08 PM

Administradores de LJC, ¿podrían explicarme por qué censuraron un comentario mío en el que solo puse el link de un artículo de 14ymedio?
Gracias de antemano y saludos.

nelsonrodrigueztriana 12 enero 2022 - 6:10 PM

Muy buen artículo Maximiliano aunque difiero en algún aspecto como son plebiscito y legislar.
Recuerdo en una ocasión en que se discutía una decisión de un organismo y la moderadora , visiblemente molesta, dijo que era igual en todas las partes del mundo.
Alguien agregó:
Estoy en desacuerdo , Cuba es Cuba y el mundo es el mundo. Una cosa es Cuba y otra es el mundo.
Espero haya entendido
Mis saludos

Ramón Izquierdo Delgado 13 enero 2022 - 12:09 AM

En relación a someter todo al voto le diría que la burguesía asume la democracia y grita por ella cuando le conviene, generalmente cuando gana (no olvidemos que al sistema burgués muchas veces, la mayoría, le da lo mismo el partido que venza, ya que todos por lo general son funcionales a la acumulación incesante de capital). El ejemplo clásico del momento es México: el presidente socialdemócrata Obrador quiere realizar una consulta popular para si los ciudadanos no estan de acuerdo con su gestión abandonar el poder aun sin haber concluido el período para el cual fue elegido, PERO como la burguesía mexicana sabe que su nivel de aceptación es elevado pues se opone a dicha consulta que lo que haría es legitimarlo aún más. En cambio en Cuba quiere la burguesía e intelectualidad protocapitalista hacer elecciones “libres”. Ya ven donde creen que les conviene, abogan por la democracia que es bueno subrayar BURGUESA, pero donde no estan obligados la esquivan, ponen trabas etc.
En cuanto a la sociedad cubana es conservadora y sobre todo machista (más incluso sus mujeres que hombres) y bastante homófoba, y esos rasgos más acusados en el sector liberal-burgués y protocapitalista que en el que gobierna que es a todas luces ilustrado.
Saludos y feliz día para todos.
Ramón Izquierdo Delegado

Marlene Azor Hernández 13 enero 2022 - 3:00 AM

Un análisis sobre los derechos humanos, tema tabú por el PCC, acercaría la propuesta en todas las direcciones y no sólo sobre la mujer y las minorías. Existen hoy, muchas culturas no occidentales que practican aberraciones brutales contra minorías y mujeres, frente a las cuales, las posiciones progresistas se suman a la dominación patriarcal, y edulcoran esas culturas, o sólo la emprenden contra los supuestos problemas que tiene la cultura occidental(La escuela de los “Estudios culturales” norteamericana y latinoamericana privilegiaron el análisis lingüístico y desaparecieron al sujeto sociológico).La dictadura cubana es amiga de todos esos gobiernos y oculta todo tipo de violación en esos países. Pondré algunos ejemplos: la Sati en la India, que obliga a la viuda a incinerarse con su esposo fallecido, la lapidación por infidelidad en los países árabes, la ablación de las niñas árabes y africanas, los asesinatos de odio de los homosexuales en Irán. He puesto las más aberrantes manifestaciones no occidentales que siguen ocurriendo hoy. Entonces nosotros los cubanos, estamos enfrascados en una discusión con la dictadura cubana, antioccidental, que no escucha hace 63 años, ya empezamos el año 64 de la dictadura, sobre si permite o no el matrimonio homosexual, sobre la violencia estatal contra las mujeres discrepantes, y sobre los derechos de la comunidad LGTBI. Estos derechos importantísimos, han sido abrazados por el capitalismo desarrollado en décadas pasada. En Cuba, el problema sigue anclado en lo que las sociedades occidentales empezaron a discutir luego de 1948, con la Declaración Universal de Derechos Humanos. Cerrada la posibilidad de discusión en la década de los años sesenta del siglo pasado de todos los derechos de la ciudadanía, hoy la dictadura no reconoce su propio terrorismo de Estado, la violencia masiva contra la población cubana, con 70 mujeres presas políticas, ni la discriminación racial estructural que reproducen sus políticas públicas. No aceptará la dictadura la violencia militar que aplica, menos los derechos LGTBI, y la violencia estatal contra las mujeres. En síntesis, sin democracia, estado de derecho y respeto a los derechos humanos, las exigencias válidas de la comunidad LGTBI, no entrarán en la agenda del gobierno. La dictadura nos impone lo que era consenso en la década de los sesentas del siglo pasado: homofobia, patriarcado, pero se olvidó de los derechos civiles y políticos. Con amigos como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, no avanzamos, vamos en retroceso. En una de sus mañaneras el presidente dijo que los derechos de la minorías y de la mujer formaba parte de la agenda neoliberal. UFF!!!!

andresdovale 13 enero 2022 - 11:31 PM

La discusión y el plebiscito sobre el código de las familias es una cortina de humo con la que quieren ocultar la ausencia de los derechos políticos, económicos y sociales que afectan por igual a hombres, mujeres, y niños, a los heterosexuales como a los LGTBIetc., a las mayorías como a las minorías. Las instituciones sociales del matrimonio y la familia están amenazadas de desaparecer por la propuesta de ley sometida a discusión. El matrimonio tradicional está basado en: “La propensión de los hombres y las mujeres a formar relaciones duraderas con fines reproductivos es un rasgo antiguo, probablemente presente en los primeros miembros del género humano. La existencia de tales relaciones entre los sexos es universal en las poblaciones humanas existentes, y su existencia en formas ancestrales proporcionó la base biológica para la aparición posterior del matrimonio”, por esa razón el matrimonio es la base de la familia como unidad básica de la sociedad y lo que está en juego es su desaparición para ser sustituidas por “las familias”, gran número de ellas no cumplen la importantísima función reproductiva y de crianza, educación y cuidado de los hijos. Por esas razones estoy en contra de la vulgarización del matrimonio y la familia ancestrales. Si lo que se quiere es legalizar otras formas de uniones entre personas del mismo sexo pueden llamarles uniones homosexuales, núcleos unisexuales, etc. y a estos la ley puede reconocerles los mismos derechos que a los matrimonios y las familias. Es más, se pudieran reconocer uniones de dos, tres o más personas en esa ley. Hasta el presente han existido estos tipos de uniones y lo que se reclama es que se le reconozcan derechos similares a los del matrimonio y de la familia. La ley no puede privar a los niños su derecho a tener un padre y una madre por lo que no se puede autorizar la adopción de menores de edad, pero si un adulto joven quisiera reconocer como padres o madres a una pareja homosexual, la ley puede contemplar esa posibilidad.

Karina 16 enero 2022 - 4:28 PM

Un comentario desde el pais de la democracia directa, al respecto si los derechos deberían plebiscitarse o no.. En Suiza al iniciativa del pueblo se puede cambiar la constitución y exigir un referéndum contra cualquier nueva ley federal. La lucha por el matrimonio para todos duró aqui 22 años. Al final en diciembre 2020 el parlamento suizo decidió por amplia mayoría que el matrimonio debería estar abierto a las parejas del mismo sexo. Contra esta decisión se llevó a cabo un referéndum, pero por suerte los opositores al matrimonio para todos perdieron la votación y el país de la democracia directa ahora permite que cualquiera se case. Además, en el futuro, las parejas casadas de hombres y mujeres tendrán acceso a la adopción conjunta y las parejas casadas de mujeres tendrán acceso a la donación de esperma con asistencia médica.
Por supuesto, ese fue un gran punto de discusión.. Las familias LGBTIQ+ se han investigado durante 40 años y la conclusión es clara: los niños de las familias LGBTIQ+ están tan bien como los niños de las llamadas familias convencionales. No importa si los niños fueron adoptados o concebidos por inseminación artificial. En primer lugar, los niños necesitan cuidadores estables y amorosos, independientemente de su género u orientación sexual (Cornell University: The public policy research portal: What does the scholarly research say about the well-being of children with gay or lesbian parents?) Varios estudios de Suiza muestran que el riesgo de suicidio es hasta cinco veces mayor entre jóvenes homosexuales y bisexuals que entre adolescentes heterosexuales. Entre otras cosas, esto se puede atribuir a la falta de aceptación social, la mayor discriminación y la falta de igualdad jurídica. Un estudio de EE. UU. mostró que con la introducción del matrimonio para todos, la tasa de intentos de suicidio de los jóvenes se redujo.
Matrimonio para todos, por lo tanto, hace una contribución significativa para mejorar la realidad de vida de todas las personas lesbianas, gays y bisexuales (Hatzenbuehler et.al. (2009): State-Level Policies and Psychiatric Morbidity in Lesbian, Gay, and Bisexual Populations.
Raifman et al. (2017): Difference-in-Differences Analysis of the Association Between State Same-Sex Marriage Policies and Adolescent Suicide Attempts).
Creo que una sociedad moderna debería preguntarse si necesitamos la institución del matrimonio en absoluto. Pero mientras exista, debería estar disponible para todos.

Yosvani Malagón Crespo 18 enero 2022 - 11:17 AM

¡Excelente artículo con tantas referencias históricas importantes! La igualdad es mucho más que una proclamación o incluso un voto mayoritario. Para que las mujeres sean realmente libres e iguales, el Estado debe proporcionar todos los medios para que eso ocurra. Esto incluiría la alimentación colectivizada, la limpieza, los servicios de lavandería y el cuidado integral de los niños desde su nacimiento. Ninguna de estas medidas es un ataque a la familia, sino un medio para que todas las mujeres se liberen de la carga de responsabilidades que actualmente llevan sin ninguna compensación u otras opciones. Todas estas medidas se intentaron en los inicios de la Unión Soviética. Stalin las revocó, incluyendo la ilegalización de la homosexualidad. Stalin se dio cuenta de que el trabajo esclavo realizado en el hogar por las mujeres podía ser explotado para beneficiar la posición económica de la burocracia. Las cargas domésticas no remuneradas impiden la igualdad y las opciones y mantienen a las mujeres en desigualdad. La falta de compromiso del Estado para proporcionar la base económica para la igualdad de género significa que el socialismo nunca podrá realizarse. El PCC también lo entiende y no pone remedio al problema, lo que demuestra su falta de preocupación por el 50% de la población cubana.

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