Si entendemos por historia oficial aquel conjunto de saberes históricos que se enseñan en las escuelas y que constituyen la parte fundamental de la herencia histórica que es trasmitida a la nueva generación y por historia patria el conjunto de resultados investigativos más importantes acerca de la historia nacional, entonces coincidiremos en que es de vital trascendencia para la educación, la ciencia y la cultura nacionales que exista la mayor coincidencia entre ellas.
Realmente es muy difícil que puedan identificarse totalmente ambos saberes, por cuanto la marcha de la investigación suele ser más dinámica y antecede a la plasmación de los nuevos enfoques y sistemas de conocimientos en los planes de estudio y programas escolares. Por lo general, es en el campo de la historiografía más reciente (artículos, ensayos y monografías) y en la enseñanza de postgrado donde comienza este acercamiento, a partir de la plasmación de los nuevos resultados científicos en cursos, entrenamientos y conferencias especiales, y de ahí van descendiendo gradualmente, mediante la labor del maestro, a los demás niveles, hasta la escuela primaria.
En esta distinción tiene un lugar especial la cuestión de las fuentes de que se nutre cada una y sus correspondientes formas de expresión. Así, mientras que la historia oficial parte de verdades sostenidas por textos ya establecidos en la historiografía y se trasmite en libros de texto y manuales escolares, la historia patria vibra y se renueva con los resultados constantes de las nuevas investigaciones que iluminan sus aspectos, aportan enfoques novedosos a partir de la crítica de lo establecido y enriquecen el súmmum de conocimientos con la explotación de nuevas fuentes primarias (documentos recién encontrados, descubrimientos de la arqueología y otras ciencias auxiliares, declaraciones de nuevos testigos, etc).
No menos importantes son las revalorizaciones de los procesos, acontecimientos y figuras históricas que hacen las nuevas hornadas de historiadores, haciendo valer el reclamo del gran Ramiro Guerra cuando sostuvo que “cada generación tiene que volver a escribir la historia”. En ese sentido quiero traer a colación un tema que atosiga a muchos cuando se aborda la producción historiográfica en cualquier lugar del mundo, pero, en particular, la que se hace en la Isla: ¿puede ser creíble una historia encargada por el Estado a profesionales pagados por instituciones estatales y destinada irremisiblemente a ser publicada por editoriales también del Estado?, en otras palabras: esa historia estatizada ¿es ciencia, o apología?.
A muchos les puede parecer una pregunta destinada a una sola respuesta: si el Estado controla todo el proceso de formación de los investigadores, funcionamiento de las instituciones, acceso a las fuentes y publicación de los resultados, no puede esperarse otro resultado que no sea el ensalzamiento de hechos y figuras del proceso revolucionario y el olvido de todo aquello que no responda a los ideales de la Revolución. Pero no es tan fácil, el grado de cientificidad de las producciones historiográficas no obedece directamente a la postura ideológica del autor; o el origen público o privado de sus fuentes de financiamiento.
Más que la cuestión de los nexos ocupacionales e ideológicos de los historiadores con el Estado, el punto esencial a dilucidar es el de la actitud del científico ante la realidad histórica y el empleo que sea capaz de hacer de sus competencias profesionales: si el historiador se dispone a hurgar en el pasado para comprenderlo y asumirlo honestamente y no para usarlo como mero bastón o denuesto de las realidades actuales, si es capaz de aprovechar los nuevos enfoques, métodos y técnicas de la ciencia histórica, vengan de donde vengan, para ponerlos en función de descubrir e interpretar las huellas del pasado, el resultado científico brotará inexorablemente y servirá de lección e inspiración de los momentos actuales.
A todo esto se debe añadir la cuota de responsabilidad y el probable margen de error inherentes a toda investigación científica. Sin tener en cuenta estos factores y la disposición a correr riesgos, bien poco tendrá que decir el pretendiente a historiador y su contribución historiográfica resultará intrascendente. Mas, estas condicionantes no solo están determinadas por su ligazón al Estado, ya que los historiadores que trabajan financiados por instituciones privadas, ONGs, universidades, etc., también tienen que responder por el uso de los fondos asignados y la calidad de sus resultados, así como resistir las presiones de los financistas, interesados muchas veces en conducirlos a conclusiones ajenas a los dictados de la ciencia.
La Historia como ciencia es una sola, sea positivista, marxista, annalista, cualitativa; oficial o no; cubana o extranjera; lo que la hace válida científicamente es su concordancia con la realidad de una época, del pensamiento y la acción de los hombres y mujeres que la hicieron y su eficaz plasmación en los textos de los que la escriben.
8 comentarios
En realidad el tema es muy espinoso en la isla, nada mas recordar las fotos donde se borraron figuras cimeras de la revoluciona cubana, porque posteriormente no solo se desencantaron con el proceso, sino que tambien trataron de derribar el sistema comunista que se implanto en Cuba, para no hablar de las historias edulcoradas, donde los comunistas son santos varones y los opositores son todos demonios satánicos, como todavia los pintan Tatu, Lic Alex, etc. 😉 Saludos
La ultraizquierda y el capitalismo! El blog clonado de LJC, llamado El Joven Cubano, esta lanzando una serie de post anunciado la próxima reunion del consejo de estado comunista, pero como recogen dinero de los capitalistas, salen con anuncios de juegos de videos, celulares, etc, es siempre refrescante ver como tienen que morir en las billeteras capitalistas, parece ser que la juventud comunista, no tiene vergüenza ni dinero, que diría Eduardo René Chibás Ribas!? que dice IS y LPI?! 😉 Saludos 🙂 🙂 🙂
La historia de Cuba no toca temas espinosos como dice Tony, ejemplos:
1.- Poco se conoce sobre el Mayor General del Ejército Libertador José María (Mayía) Rodríguez Rodríguez, a quien José Martí calificó como “el más virtuoso de los compañeros”.
2.- La Protesta de Baraguá, y el verdadero intransigente fue el coronel villareño José Ramón Leocadio Bonachea Hernández el único oficial mambí que se mantuvo en armas contra los españoles. El 7 de julio de 1879, según consta en el Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba, recibió en Nueva York el diploma que le otorgó el Comité Revolucionario Cubano nombrándolo General de División, único jefe militar de la guerra grande que obtuvo esa distinción.
3.- El desembarco del remolcador Leyden, un suceso desconocido por muchos cubanos, protagonizado por Baldomero Acosta Acosta, coronel del Ejército Libertador (EL) y que tuvo gran importancia para que la lucha de los mambises —unidos a las fuerzas norteamericanas— alcanzara rápidamente la derrota de España.
4.- Este 20 de mayo se cumplieron 116 años de la proclamación de la República de Cuba.
5.- Quien haya leído el Acta de El Rosario, acuerdo del levantamiento liderado por Carlos Manuel de Céspedes, sabe que la lucha armada para lograr nuestra independencia tenía puestas sus miras en una república multipartidista, reconocedora de la teoría de Montesquieu sobre la organización del Estado, garante de los derechos de libertad de reunión, asociación, prensa, expresión y conciencia, donde ningún hombre fuera discriminado por su sexo, procedencia social, color de la piel u opinión política. Tal principio fue una constante en todas las constituciones mambisas y en la historia republicana hasta 1959.
Nuestro Héroe Nacional José Martí, profundo conocedor de la realidad latinoamericana, era un ardiente defensor de esos principios republicanos, los cuales pensaba incorporar a su soñada república “con todos y para el bien de todos”. Escribió muy poco acerca de cómo pensaba organizar esa república, pero sí hay constancia de que para él la soberanía radicaba en el pueblo y la concebía como un permanente ejercicio del sufragio universal, mediante el cual este pudiera oponerse a cualquier forma autoritaria o sectaria del poder. Por eso afirmó en su célebre ensayo conocido como Nuestra América: “Si la república no abre los brazos a todos y adelanta con todos, muere”. La intolerancia y el unipartidismo no fueron posiciones aceptadas por los protagonistas de nuestras luchas por la independencia.
6.- Juan Gualberto Gómez Ferrer fue uno de los más brillantes oradores y periodistas del primer tercio de la República de Cuba. Incorruptible, odiado por Leonardo Wood, se mantuvo siempre como un defensor de los derechos de los negros y la democracia. Lamentablemente su obra periodística y sus discursos se hallan pendientes de recopilación para que los cubanos de estos tiempos puedan conocer el pensamiento político y la cultura de este gran patriota. Cuando eso se haga, la sociedad cubana habrá saldado una extraordinaria deuda con ella misma, pero sobre todo con la obra y la memoria de un hombre que jamás puso a la patria como pedestal, sino que con sus actos, palabras y escritos la convirtió en una proyección democrática donde la igualdad racial y política se convirtieran en realidades concretas
La historia la cuentan los vencedores, y desgraciadamente esos vencedores deciden quienes formaron parte la historia y que papel jugo cada quien en ella, y deciden a quien borrar de esa historia.
¿Qué Historia que no sea la más ranciamente oficialista y a tono con la última palabra del Granma, podrían contar unos jóvenes amaestrados para decir lo que es “revolucionario” y no decir “lo que no se debe decir”? Si aquel dijo que Batista mató 20,000, pues eso fue y punto. Al llegar aquí muchos jóvenes odian a Martí, “porque fue el hijuepuya que planeó el asalto al Moncada y nos trajo esto”.
Sebastián, la próxima vez que haga proselitismo en LJC a una organización opositora será baneado totalmente. Eliminamos su link a un video de Somos +. Su apoyo a esa organización puede demostrarlo en los espacios de ellos, acá puede expresar su opinión política pero no admitimos comportamiento propagandístico.
Harold
+100000
No, pues no lo hice con intención de propaganda, y no estoy con ellos tampoco
Pero me parece interesante ver como este hombre amenaza con crear el partido opositor mas numeroso que se haya visto hasta ahora. No pensé que acostumbrados a oírlo todo como están Uds, eso les haría un ruido notable.
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