El hipocriticismo como valor

por Consejo Editorial
hipocriticismo

Decía Martí: “¿criticar qué es, sino ejercer el criterio?”[1] Y como defendía la necesidad de la crítica social, observaba con júbilo: “en los cubanos de todas condiciones y colores, aquella laboriosidad tenaz, aquella crítica vehemente, aquel ejercicio de sí propio, aquel decoro inquieto por donde se preservan y salvan las repúblicas.”[2]

Cuan diferente el lugar de la crítica en una sociedad de socialismo burocrático donde a los que actúan de esa manera se les engloba bajo etiquetas peyorativas: disidentes, subversivos, renegados, inconformes, hipercríticos, partes blandas, francotiradores, etc. Al mismo tiempo, se incentiva la actitud contraria: el hipocriticismo, que excluye la duda, la contradicción, el error y la opinión otra en las cosas que pican.

Por eso el discurso de la identidad es tan grato a la burocracia socialista que defiende una supuesta cohesión y unidad permanentes ante las acechanzas −reales, o exageradas− del enemigo interno y externo. De ahí que hable siempre a nombre de causas generales: pueblos del mundo / intereses de todo el pueblo / masa de trabajadores / revolucionarios de ayer, hoy y siempre / mujeres / obreros y campesinos / niñez y juventud, etc.

La cuestión de fondo es que la alta burocracia deviene en la usufructuaria de los medios de decisión. Grandes transformaciones, tareas que involucran a todo el pueblo, inversiones del capital público y posiciones en política interna y externa de las que dependen los destinos de la nación, son consensuadas y decididas por ella según sus intereses y puntos de vista.

Solo a posteriori serán aprobadas -nunca desaprobadas- por las masas, en forma más o menos democrática. De hecho, la alta burocracia (los que saben) pretende pensar por el pueblo, al que en ocasiones consulta, pero del que solo espera aclamaciones y alabanzas, no ideas contrarias a las suyas.

Con el tiempo, este rasgo trae consigo la inercia/inmovilismo ya que la represión al pensamiento crítico y creador acarrea la falta de iniciativa, el temor al cambio y la demora en la toma de decisiones ante la espera obligatoria por las respuestas y decisiones de bien arriba.

Aquí es vital el problema de la participación y la cuestión de quienes son los que merecen ejercerla plenamente en la sociedad socialista: ¿funcionarios, expertos, o ciudadanos? La experiencia muestra que este es el orden tenido por adecuado en el socialismo estatizado donde las tesis de los funcionarios de alto rango se transforman en orientaciones para la mayoría mediante decretos y cartas circulares.

Los expertos son convocados en ocasiones por sus conocimientos especializados, pero pocas veces sus conclusiones son publicadas y discutidas en la comunidad científica. Suelen ser engavetadas y tenidas en cuenta para la toma de decisiones cuando los cuadros superiores lo estiman conveniente.

Por último, los ciudadanos no tienen posibilidades reales de participar eficazmente pues sus opiniones, cuando no son ignoradas, son recogidas para engrosar grandes estadísticas. En el mejor de los casos son elevadas y luego respondidas, en el momento y lugar adecuados, con una explicación que no tiene por qué incluir la aceptación de lo  planteado.

Por ello, el modo de actuación de la burocracia socialista presume del secreteo y la compartimentación, mientras aborrece la transparencia y la rendición de cuentas al público. Ella le permite habitar en un entorno propio, como una casta cerrada que se torna un agujero negro para los extraños.

En consecuencia, la polémica franca se sustituye por el acatamiento a la “orientación de los organismos superiores”, el consignismo engañoso, la competencia a partir de la confiabilidad; la doble moral y la represión −abierta, o solapada− a la crítica mediante el terror ideológico.

En este contexto, la circunstancia nacional de plaza sitiada −con su correlato de cohesión, lealtad y entrega incondicional al supremo bien común− le brinda a la burocracia un entorno ideológico donde puede medrar a sus anchas al hacer de ella un mito.

El enemigo mortal del dominio burocrático es el control obrero; de ahí que la alta burocracia lo enfrente con todo. Para ella el pueblo es una masa  silenciosa/ruidosa. Sus opiniones serán loables siempre que vengan llenas de agradecimiento y lealtad, de lo contrario son fastidiosas y se tolerarán solo para ser debidamente canalizadas.

Con tal estilo de gobernanza las masas trabajadoras son sometidas a un proceso de desideologización que castra su espíritu de combate, militancia política, carácter crítico y hábito de pensar por sí mismos. Las que habían llegado a ser una clase para sí, se convierten en una clase para otros: los burócratas hegemonizantes que las entretienen conduciéndolas de una tarea en otra como las hormigas pastoras a las bibijaguas.

La alta burocracia concibe a la sociedad socialista como su inmensa zona de confort, tipo Facebook, donde casi todo es ligh/soft, o, cuando más, triste; pero casi nunca crítico, complicado, o subversivo. De ahí el supuesto apoliticismo que se extiende en las nuevas –y no tan nuevas- generaciones socialistas como resultado de la carencia de una praxis crítica y de sólidos valores cívicos.

Uno de los mecanismos más influyentes del poder burocrático es la censura. Esta define cuál es la respuesta políticamente autorizada/consensuada, según las retóricas ideológicas burocráticas, a las preguntas cotidianas sobre: qué se puede decir, qué se debe callar, qué (no) se hace público, dónde y cuándo.

Su variante más extendida: la autocensura, afecta tanto a los ciudadanos simples como a científicos, comunicadores sociales, profesores, estudiantes  y los propios miembros de la burocracia. Para extinguirla valdría la pena retomar las ideas del Maestro: “Brazos de hermano se ha de tender a los hombres activos y sinceros, que son la única crítica eficaz y la única honrosa en las sociedades que padecen de escasez de verdad y de energía.”[3]

[1]“Estudios críticos, por Rafael Merchán”. OC. T5, p.116.

[2]“Discurso en conmemoración del 10 de Octubre”, Hardman Hall, New York, 10 de octubre de 1891. OC. T4, p.264.

[3]“La Verdad”. OC. T5, p.57.

22 comentarios

Camacho 4 junio 2019 - 10:04 AM

Super exacto, conciso, preciso y real.

Revenge 4 junio 2019 - 10:10 AM

Existe una especie de ‘formula autorizada’ -escrita o no- para ejercer la critica; de acuerdo a la cual un articulo o post debe, en orden aleatorio, cumplir con todas o la mayoria de los siguientes requisitos:
– Expresar que existe un problema; en ocasiones se puede hasta identificar el mismo.
– Identificar como causas de este problema al bloqueo, la conducta individual de los ciudadanos y la negligencia de las personas directamente involucradas.
– Si el contexto lo permite, estar salpicado de frases entrecomilladas provenientes del lexico de moda, el gracejo popular o el refranero tradicional, lo cual le concedira jocosidad.
– Si se reconoce que leyes y mecanismos infuncionales internos propician la existencia de este problema, justificar su existencia empleando frases similares a: ‘el momento historico’; ‘evitar injustas desigualdades’, ‘propiciar un mejor control’ o ‘por el momento, el pais no esta en condiciones de…’
– Presentar una o varias citas proveniente de dirigentes historicos, pensadores filosoficos, intelectuales latinoamericanos, o academicos estadounidenses que expresan simpatias hacia nuestro proceso social y las ideas izquierdistas.
– Mencionar que el problema podria resolverse, haciendo mencion a ‘estudios que se estan realizando’, ‘inversiones futuras’ o ‘proximas medidas’. Prestar atencion a la atemporalidad de la solucion.
– Conceder graciosamente que el pueblo ‘libra una colosal batalla’, (‘batalla’ puede ser sustituida por resistencia, contienda, gesta; ‘colosal’ puede ser sustituida por gloriosa o heroica.
– Culminar con una cita de Marti.

(Diganme si no es mentira… )

Carlos 4 junio 2019 - 10:15 AM

Llueve sobre lo mojado …. dando pedales en el mismo logar estamos …

Juancito 4 junio 2019 - 10:27 AM

!!! Mil felicitaciones al autor y a La JC por publicarlo !!! Es la más certera y valiente radiografía hecha a la Alta Burocracia cubana . Ojalá otros medios la replicaran porque el pueblo merece leerla . Gracias .

Ricardo E. Trelles 4 junio 2019 - 11:37 AM

///// Lo importante, PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS, no es lo que hacen ELLOS, es LO QUE NO HACEMOS NOSOTROS /////

Livio Delgado 4 junio 2019 - 12:28 PM

Bueno está claro eso es lo que hay, usted describe de manera muy transparente y concisa en que ha devenido esa sociedad dícese “socialista”, de obreros y campesinos, pero con una alta burocracia que corta el bacalao como se dice en Cubano. Y que se puede hacer, usted plantea el problema para cuándo podremos leer y sobre todo ver algunas soluciones esas que usted cree existan.
Y para serle honesto, quizás yo que hace casi 20 años decidí salirme del juego al no ver soluciones al desastre económico y ese poder supremo logrado por la alta burocracia del partido único y emigrar, siempre me cuestione si quizás estaba equivocado, y no lograba ver luz al final del túnel por mi propia terquedad contra “EL SISTEMA” que me había ya decepcionado, pero su escrito me confirma que la realidad en la isla muchos años después sigue dominada por las mismas incongruencias e insatisfacciones por la que muchos decidimos partir.

Carlos 4 junio 2019 - 12:44 PM

Y para colmo la falta de transparencia es letal ….. Miremos como ejemplo los últimos cambios de secretarios del partido en Matanzas, Villa Clara y Ciego de Ávila en los últimos días …. la razon …. ¿quien sabe? Pero siempre la misma respuesta: “pasarán a desempeñar otras tareas”.

Así no hay quien pueda contra la burocracia cubana.

Juancito 4 junio 2019 - 12:56 PM

!!! Santa Palabra sr Ricardo !!!

GB 4 junio 2019 - 2:50 PM

excelente post

Elpidio Valdes 4 junio 2019 - 3:33 PM

Junio 4 2019
Duele en extremo ver como este sitio se ha convertido en una guarida de foristas que solo se dedican a las criticas acidas, desinformativas, chistosas y de mal gusto, pero bueno siempre nos queda el derecho a la critica directa y con argumentos solidos e incontrovertibles como siempre lo hemos hecho, aun cuando se nos aplica la injustificada censura por los que son socios Fuertes de esos comentaristas.

Es muy caracteristico que los que utilizan la desinformacion y la desestabilizacion como armas de debate siempre cometen errores y horrores en sus comentarios y articulos y ello los desnuda ante el pueblo de Cuba pues en sus opiniones, analisis y conclusiones ellos eluden el tocar a sus socios del negocio de la contra en Cuba, muchos de estos foristas, viven en el exterior y por supuesto responden a los intereses que los mueve a declararse en forma sutil y mentirosa como elementos preocupados por los problemas de Cuba cuando en realidad, son como Marlen Azor, verdaderos amigos y colaboradores de los peores intereses en contra de los pueblos como el de Cuba y Venezuela que luchan contra el Gobierno terrorista, criminal y genocida de los Estados Unidos de America.

Algun dia no muy lejano este sitio se convertira en un sitio que constituya una verdadera ayuda a los pueblos, que como el de Cuba, se enfrenta al imperio mas criminal, genocida y terrorista que la historia de la humanidad haya conocido, pero bueno todo llega a su tiempo y como todo en la vida, cambiara para el bien de las mayorias de cubanos que hoy luchamos por consolidar lo que tenemos desde hace 60 anos, apoyando como siempre a los dirigentes historicos, al companero Diaz Canet, el partido comunista y nuestras organizaciones de masas.

La confianza, lealtad y firmeza de nuestros principios, etica, moral y prestigio nos indican como siempre el camino a seguir, que es el del pueblo de Cuba que en su sabia y siempre viva atencion esta el beneficio de todos y para todos en la Cuba Libre, Soberana e Independiente que algiunos quieren destruir y llevarla al prehistorico y cavernicola sistema capitalista, pero que nunca lo lograra aun cuando reciban la ayuda del imperio del norte revuelto y brutal.

Gracias y que disfruten un dia mas en la bella Isla de Cuba con un pueblo digno, corajudo y valiente frente a sus enemigos de siempre EL CAPITALISMO Y SU GUIA Y ASESINO IMPERIO DEL NORTE REVUELTO Y BRUTAL.

milblogscubanos 4 junio 2019 - 4:06 PM

Ay Elpidio… ¿dónde estaba usted en 2010, 2011, 2012, etc… muchos años ehhhhhh?
Porque entonces la cantidad de personas que comentaban en LJC solo por el placer de poner a parir al socialismo cubano, era ¡enorme¡ Lea, lea un poco los comentarios de esos años. son decenas las personas que hoy no pueden aportar sus ofensas, mentiras,etc, Es decir, hoy, esto es una balsa de aceite y buenas formas comparando el momento actual con el pasado lleno de “avionetas” “remolcadores”, etc… Así que ¡no se queje y lea, lea¡

Franklin 4 junio 2019 - 4:47 PM

Elpidio usted lo que desea es un sitio como la pupila dormida, o la isla finita, o post anticuba…etc…etc.. verdadera basofia todas juntas.

JHGF 7 junio 2019 - 8:43 AM

Estimado señor. Si quito los adjetivos y las consignas su comentario se quedaría en agua de borrajas.No se si conoce el origen del nombre que usa. Es un personaje de dibujos animados, un revolucionario independentista, de los que dicen las cosas en su monento, sin esperar indicaciones. Yo vivo en Cuba, vivo, no la visito, desde mi nacimiento y espero morir en ella. En una patria como se que la desea el autor de este post, que, al ugual que yo, vive a Cuba y en Cuba.

Conrado 16 agosto 2019 - 7:08 AM

Realmente esto parece una broma

Juancito 4 junio 2019 - 4:56 PM

!! Uffff !!! Los Teques deberían tener fecha de caducidad , hay algunos que ya me saben a revista vieja , a gaveta , qué sé yo , lo repiten y lo repiten y lo rep….

Elpidio Valdes 4 junio 2019 - 9:59 PM

Senor Milblogcubano usted no tiene autoridad alguna para realizar esas preguntas, usted es de los que piensa que tienen a la verdad absoluta agarrada por la garganta, usted es de lo que cree ciegamente que lo que usted piensa, dice, opina, analiza y llega a conclusiones es la verdad, pero ese tipo de razonamiento es de los que siempre han sido verdaderos teoricos de la revolucion y nunca han aportado un atomo de productividad al proceso cubano y si lo hizo debio de ser en el pasado siglo y por poco tiempo.

Sobre mi vida a usted no le interesa en lo absoluto, sobre mi persona en estos ultimos 80 anos tampoco por lo que guardese sus aristas acidas y vitrolicas para los elementos con los que usted se reune para cabildear sobre nuestro proceso revolucionario cubano, usted es de los que no encuentra algo bueno y provechoso en lo hecho por la revolucion cubana, usted es de los que considera que solo usted y sus socio de la teoria y la verborrea son los que pueden ayudar al pais, y aqui le digo lo que le dijo Tintan (espero que conozca a ese personajes del cine mejicano), a su carnal Marcelo, NO ME DEFIENDAS COMPADRE, el simil no es para hacer comparacion es para hacer una relacion directa de usted y sus teorias.

No se moleste en contestar, pues hable lo que usted hable sobre mi persona y mis opiniones, me resbala y no tiene en mi la mas minima preocupacion pues mi tiempo es precioso y no lo pierdo con cosas que no valen la pena tocar, pase usted un buen dia en el lugar del mundo donde se encuentre y que la vida le de todo lo que le ha negado, pues sus frustraciones estan a flor de piel.

milblogscubanos 5 junio 2019 - 5:52 AM

Es un honor leer un comentario de Don Elpidio quejándose de algo que dije. Me ha gustado.
Así pues, Don Elpidio decirle que desde que usted apareció, mintiendo, diciendo que vivía en Cuba por ejemplo, tengo la duda de si es usted lo que dice ser, o realmente es usted un troll creado por los talentosos vecinos del norte para crear perfiles falsos que sutilmente dejen mal parado el socialismo cubano. En el fondo da igual, porque sea usted una persona mayor que ha ofendido muchas veces a los editores del blog, especialmente a Harold, o sea un troll, sus comentarios en cualquiera de los dos casos tienen escaso valor.

Abel 5 junio 2019 - 9:38 AM

…porque, según lo que parece que hemos llegado a sobreentender todos –que no solo los dirigentes-, mientras más hacia arriba en la jerarquía del poder, más se penetra en la esencia de lo que la Revolución es, lo que la Revolución quiere, porque se está más cerca de quienes la conducen. El dirigente salva su alma pensando que ha sido un agente más de una voluntad poderosa e infalible, y el dirigido salva la circunstancia de sentirse abocado al sinsentido, al contrasentido, al doble sentido, a la disensión, al sentimiento, de muchas maneras, pero la más apropiada es, desde lo interno o desde lo externo, considerar que es otro que sirve incondicionalmente al propósito mayor. Como se ve, con este modelo de dirección, no la tienen muy difícil los dirigentes: están al servicio de la razón última, que siempre tiene razón, y los dirigidos, por amor a esta razón, han de ser incondicionales, (como infinitas veces lo han sido). Si bajo estas dos premisas las cosas no salen como deben pues son posibles tres explicaciones: uno, puede haber una acción externa enemiga; dos, el individuo no es incondicional muy posiblemente bajo influjo de esta acción, lo cual entonces puede convertirlo en enemigo; y tres, el dirigente distorsionó el mensaje, la acción, la representación de la razón última, lo cual lo anatemiza también a él. Este esquema no es exclusivo de un sistema, una época o un lugar. Tiene obvias ventajas para la concertación de acciones, y es más eficiente cuanto más claros de su meta y de las maneras para alcanzarla están quienes detentan la razón última, mientras más diáfana lo es ella en sí misma, y cuanto más infaliblemente sea transmitida su voluntad hasta el individuo subordinado, protagonista último de la acción. En cierto modo, se establece una organización jerárquica que, otra vez recordando a Brecht y su famosa loa, mientras más afinada, menos espacio para la duda deja. Tampoco cabe duda de cuáles características habrían de priorizarse para la elección de los estamentos intermedios en pos de maximizar la funcionalidad de la organización, o, dicho de modo darwiniano, dirigentes con cuáles características acabarían siendo “naturalmente seleccionados” en un ecosistema como este. (Me cuesta dudar que este fatalismo no esté en el origen del apelativo “cuadros”.) Las decisiones, la información, los juicios, las lealtades, las representatividades, tienden a fluir en un solo sentido, pues como el individuo supeditado ama la razón y cree que como mejor ejerce este amor es actuando a tono con ella, genera menos señales en la cadena de retroalimentación y obviamente, quienes median entre los que determinan y los que obran, aprenden que su función de relevos es principalmente unidireccional. Estos dirigentes dejan de sentir que su función es representar también a sus dirigidos, y el énfasis mayor de su responsabilidad recae en hacerles entender y comprender, la voluntad o la razón superior, mantener viva la incondicionalidad, lo que sea que haga expedito el cumplimiento de sus directivas. Para garantizar una reproducción fiel en los sucesivos puntos de relevo del modelo, no queda otra que establecer mecanismos que disminuyan el “ruido” en la transmisión, la distorsión. Obvio parece también que la mejor manera de lograrlo es disminuyendo la incertidumbre sobre quienes serán, cómo serán, estos dirigentes, lo cual se logra dejando mayoritariamente en manos de los directivos de los escalones superiores la selección de las orejas en que verterán los mensajes, lo cual los llevará indefectiblemente a decantarse por aquellas similares a la suya propia (cuya agudeza ya ha demostrado su capacidad para la tarea ¿no?); y, aún más obvio, cuando ya existe un conjunto de ellos con “oído garantizados”, pues darle agua al dominó: literalmente, continuar el juego, pero con las mismas fichas, pues este juego–el de ellos- como se ha visto, va fundamentalmente de transmitir un mensaje, no de edificar una idea.
Las leyes que rigen esta hidráulica del dominó no son iguales cuando el movimiento es ortogonal al flujo del poder a cuando es transversal a este. En el primer caso decimos que fulano está subiendo como la espuma; en el segundo nos asombramos al ver a fulano flotar, trasladándose de un puesto a otro más o menos situados en el mismo peldaño de la jerarquía, como si tuviera una vejiga natatoria que lo ancla a una cota específica de profundidad o elevación. Esta mecánica de los fluidos que parece aplicarse……..

Abel 5 junio 2019 - 10:01 AM

Otro fragmento mas de algo que escribí en otras circunstancias, pero aquí aplica, y me confirma que, somos muchos, separados, desconocidos, llegando a las mismas conclusiones y diciendo casi lo mismo (Esto es lo que se llama “espíritu de los tiempos”. Esto es lo que se llama “tiempo de profetas” y “voz divina” y “circunstancias subjetivas” y “conciencia colectiva”…):
…el conflicto que creo conlleva ⸻o ha conllevado⸻ para los cubanos ⸻al menos para algunos que conozco⸻ la expresión de razonamientos distintos/contrarios a aquellos/los-de-aquellos con legitimidad pública avalada por entes decisores/reguladores, dificultad que se reproduce a cualquier escala, nivel, círculo, esfera (oh, Beatriz), y a cuya innumerable casuística quizás también pertenezca este, personal y reciente, que me impele a comenzar el mensaje como disculpándome, ya que comprendo cuán posible resulta ⸻tanto por su contenido como por la manera en que fueron concebidas y plasmadas⸻ que las opiniones escuetas que vertí en el blog den lugar a desagrado, o a desconfianza sobre la madurez y posición analítica del autor; pero también exculpándome ante juicios, expresados o pensados o formulables, donde llegare a considerárseme doble moral/simulador, o médico mercantilista, o de derechas, o menor-revolucionario, no-revolucionario, o contra-revolucionario en la peor de las instancias: afirmo redondamente que no formo parte de ninguna de esas categorías, y estoy seguro tampoco nunca lo han considerado así aquellas personas que me conocen bien.
Bajo y contra esas diligentes espadas, que empujan convenientemente a donde no perteneces, intentando privar de razón al sujeto y su voz, siento que siempre he alzó la mía, como lo han hecho y lo hacen otros muchos, en medio de sus familias, sus vecinos, sus condiscípulos, de asambleas de sindicato y reuniones del partido, y ahora en el ciberespacio, nueva palestra para el mismo combate.
Nuestra disyuntiva cubana, el cráneo bufón frente al cual dudamos, ha sido durante demasiado tiempo: decir o no decir, y si se descarta el silencio, entonces cómo decir. Porque con excesivos temas y durante un dilatado momento, pareciera que nuestra voz no es realmente nuestra, sino que, apenas vibra, está destinada a formar parte de un coro que entona las razones de la Revolución o de aquel coro que tararea las sinrazones del Enemigo. Hay temas álgidos, hay instantes definitivos, en los que la Historia se regodea, y lo que se dice o lo que se hace no puede escapar a la codificación binaria de una encrucijada de caminos: pero la mayor parte del tiempo histórico o humano no transcurre de ese modo.
Por supuesto que al individuo que intenta expresar su opinión, opuesta, transversal o en otro ángulo menos axial a la opinión sustentada por quienes convocan, controlan o permiten la asamblea, no le importará en ese instante el peso de la Posteridad. Porque la Posteridad siempre es algo ulterior, cuyo ojo se desplaza; lo que a la luz de hoy parecía haber sido alineación con el Enemigo, a la luz de mañana no lo parecerá tanto, y a la luz de pasado podría resultar en una verdadera Posición Revolucionaria, enarbolada por uno de los Muchos contra la ordenanza oficiosa de los Pocos, a quienes viceversamente entonces les tocará ser acusados por la misma Posteridad. Sin embargo, si ese individuo cubano es algo astuto, en ese momento en que hace “su planteamiento”, le importará mucho encontrar una forma “correcta” para expresar lo que piensa, midiendo a conciencia el alcance de sus palabras, usando un molde que nos es tanto el más adecuado para la cabal traslación de su pensamiento, como el molde en que cree está cuajado el pensamiento de quienes dirigen el espacio de expresión (quizá mientras recuerda otro poema donde un payaso viejo le susurraba a su hijo mientras lo empujaba a la luz: ¨es necesario hacerlo todo bien¨, porque ¨el Invisible no tuvo ayer piedad¨).
Esta escenografía curiosa que literalmente sitúa al individuo bajo un foco y recarga su opinión de gravedad, se instala por arte de birlibirloque en cualquier espacio de debate, casi un artilugio que se despliega émulo de las Charangas de Bejucal. El Enemigo está al acecho, presto a tirar de la garganta y tergiversar razones; los Altos Oídos de quienes dirigen la asamblea prestos a juzgar el mensaje y al individuo, usando la Escala Estandarizada de Revolucionariedad, el Apropiómetro o Medidor Autónomo del Espacio Apropiado, y un Manual Sofístico para la detección de contravenciones retóricas; y contemplando el espectáculo y a la vez formando parte de él, la Masa atenta o apenada o divertida o aburrida o apurada o evasiva… Por supuesto es al individuo a quien le tocará dudar, sopesar las consecuencias de sus palabras (que podrían incluso extender el precioso tiempo de la asamblea), dudar de su razón y pertinencia, de sí mismo, antes que decida si hablar o no hablar. Le corresponde ese rol pues la tradición dicta que quienes dirigen el momento poseen todas las respuestas y son inmunes al Enemigo, habiendo sido seleccionados y probados frente a sus acechanzas ; y apriorísticamente también se considera que la Masa, con suficiente explicación y resuelta guía, tampoco nunca compartirá la opinión de uno que, al situarlo bajo el especial foco, consiguen extrañar de ella. Para quien se decide a opinar desalineado con Ellos, si es un individuo astuto, el fin último no será decir lo que piensa, sino que el mensaje llegue a los Distantes Oídos sin sobresaltarlos, tan suave como una manecita de bebé. Pues de lo contrario será atajado, le serán señaladas faltas tantas al planteamiento como al portavoz; en el caso más benévolo le aplicarán contundentemente los versos finales de aquel poema en griego: escuchaste, pero no comprendiste, porque si hubieras comprendido no habrías disentido.
En nuestra circunstancia tropical tampoco había, quizás aún no lo hay, espacio para bromas nórdicas. Eso de gritar como un niño que el emperador está desnudo, así sin más, no tiene cabida. El cuento de Andersen de reescribirse en Cuba necesitaría varias páginas adicionales pues el grito del inocente no alumbraría la mentira con tanta facilidad como para hacer inextensible la historia. Resultaría que, en consonancia con nuestra tradición barroca, a partir de dicho grito es que daría inicio a la parte más sustanciosa de nuestra versión del cuento. ¿Quién es ese niño? ¿Por qué grita así?, ¿Por qué no le han salido al paso?, ¿Es esa la forma correcta, es este el momento preciso, es este el lugar apropiado? Mientras, su grito se diluye, y los cortesanos y gran parte de la concurrencia continúan acomodando y celebrando los pliegues dorados del traje del emperador. Para muchos no es una escena novedosa. Sus ojos no están deslumbrados por el brillo de los hilos mágicos y recuerdan haber visto escenas parecidas, donde la inocencia y la vehemencia hacen ver a hombres como niños o a niños como hombres. ¿Por qué, entonces, no se sumaron al grito, si tenían también claro que el emperador iba desnudo? Porque hay consecuencias: basta de circunloquios.
Pero no es solo el temor a las consecuencias lo que obliga a circunloquios, al acto teatral de apropiarse del espíritu de quien escucha para desde su imaginada conciencia comunicarle lo que creemos que aceptaría escuchar sin sobresaltarse, o lo que nos obliga a callar, o nos hace mentir y disimular. Sin ser exhaustivo, usamos esas estrategias de participación (el silencio, la no-participación también es una estrategia) también por otras razones más y menos directas: porque ya se ha dicho muchas veces y nada pasa (desesperanza aprendida), porque se espera que lo diga otro pues se asume que es un asunto claro y de todos sabido, porque no nos importa, porque no queremos ser usados como “punta de lanza o cabecita de playa,” sobre todo por parte del Enemigo (complejo social inculcado). O porque -esta es de las más complejas, de las que menos entiende el Enemigo y más manipulan a su antojo los Altos Oidores-, hay una mezcla de comprensión, concordancia, complicidad (no queremos causarle problemas a quien dirige la asamblea, nos sentimos identificados con él y sabemos que no está en sus manos cargar con nuestra “bombita”), agradecimiento, amor, esperanza (la maldita esperanza). Y costumbre (como la rana que no salta fuera del agua que se calienta lentamente). Y finalmente incertidumbre, la prevención esópica contra el futuro desconocido, contra el posible nuevo rey del pantano.

Sanson 5 junio 2019 - 10:40 AM

Veo que se esta utilizando cada vez mas espacio para confrontaciones internas entre trolles de un mismo equipo. No es a eso a lo que se refiere la critica de la que hablaba Marti. No creo que el comadreo entre trolles haya sido nunca un asunto al que el Maestro dedicara su tiempo o su inteligencia.
Volviendo al tema. No creen que pudiera ponerse nombre y apellidos a los llamados “burocratas”?. A los que pusieron y a los que siguen poniendo en cargos claves a esos que segun se dice son los culpables de todo lo que ocurre en la Isla?
Supongo que si nos demoramos aun mas en hacerlo corremos el riesgo de perder otra generacion mas de cubanos que decidiran en la edad de las decisiones si dedicarse a hacer algo util o simplemente dedicaran su vida al invento y la doble moral.

Manu 5 junio 2019 - 10:44 AM

Revenge, gracias por la explicación de la “formula”, ahora lo veo mejor. Me puedes explicar la de Elpidio Valdés por favor. Ese corta y pega del señor ya no lo puedo no terminar y con su “sinopsis” no tendré q leerlo completo. Gracias a LJC por permitirme leer estos trabajos

María Ramos 5 junio 2019 - 11:01 PM

Entre los hipocriticos y los hipercriticos… estamos los que trabajamos… cuidado que los dos extremos son malos. A los hipo los ignoro pero los hiper me dan lástima. Diviertanse, disfruten la vida que es corta.

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