Magdalena Zaldívar Madero es Licenciada en Ciencias Sociales y Filología. Tiene una maestría en Metaética humanista nacional-socialista y un doctorado en Educación Popular. Es autora del popular ensayo «Infoconstitucionalidad degenerativa en el (des)contexto de la posverdad incluyente del siglo XXI» (Editorial Cochero Azul, 2011). Tradujo Ικέτιδες, de Esquilo, directamente del alemán al griego antiguo, dos veces. Por obvias razones de superación profesional, trabaja actualmente como auxiliar de limpieza en el Palacio de las Convenciones.
***
Las investigaciones comenzaron hace más de una década. Ahora sabemos que el mundo, como lo hemos aprendido, no existe. Tampoco existe como lo imaginamos. De hecho, ni siquiera existe y lo que hasta ahora hemos llamado el extranjero es la gran mentira.
En 1997, fue creado la QWERTY –no pregunten qué significa, pues no estoy autorizada a revelar el significado de las siglas–, organización que se dedicaría a estudios de carácter secreto sobre temas que aún no se han desclasificado y probablemente nunca lo hagan.
A un lustro de su creación, QWERTY emitió un informe de alta confidencialidad referente a la entrada de extranjeros al país. Aparte de otros datos de vital importancia, este documento revelaba que todos los inmigrantes, ya fuera que su entrada a la Isla se debiera a placer, negocios o asuntos oficiales, daban la impresión de venir de afuera… pero ¿de dónde? Tuvo que pasar casi otra década para que los directivos de esta entidad confesaran, en un memorándum dirigido al Presidente de la nación, que ese dato lo ignoraban.
QWERTY sobrevivió los últimos años del llamado Período especial. Conoció unas semanas de gloria en los años iniciales del siglo XXI y cuando el nuevo presidente, electo democráticamente por el presidente anterior, inició un ordenamiento a la economía a comienzos de este año, lo cual implicaría la desaparición de algunas instituciones cuya existencia no justificara debidamente su financiamiento, QWERTY emergió de las sombras.
Esta vez no llegó a las manos de nuestro máximo líder un informe, tampoco un memorándum, ni hubo una reunión secreta, solo recibió un pen drive y un trozo de papel rasgado, con el texto: «El extranjero no existe».
Como es natural, ambos objetos fueron analizados a fondo por nuestros órganos de seguridad, los cuales, luego de estudiar detenidamente la imagen contenida por la memoria externa y descomponer tanto semiótica como etimológicamente el texto del papelito a la luz de las más avanzadas teorías de la comunicación y las nuevas tendencias conspirativas, expusieron su propia conclusión al presidente: «El extranjero no existe».
Esta revelación arroja claridad sobre otros temas que nunca pudieron ser satisfactoriamente explicados. Por supuesto, es obvio que la mano del imperialismo está detrás de esto. Más de medio siglo luchando por llevar adelante nuestra economía, conseguir relaciones ventajosas con otras naciones y prepararnos contra alguna eventual incursión enemiga, y resulta que estábamos solos en el planeta.
4 comentarios
Los comentarios están cerrados.
Agregar comentario