El estanco agrícola cubano

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En 1716 el rey español Felipe V ordenó instaurar en la Capitanía General de Cuba un monopolio tabacalero que por la vía agrícola tributara a las arcas de la metrópoli. Con esta política se ilegalizó la venta libre de la hoja aromática y comenzó a gestarse un proceso conocido en la historia cubana como Estanco del Tabaco.

Era un negocio redondo para la corona. Mediante la Real Factoría de Tabacos de La Habana “España se convirtió en el único comprador de las cosechas, fijaba los precios y determinaba el volumen de las producciones. Además, estimulaba el cultivo de las variedades que más se demandaban en Europa, podía preparar un escalafón de preferencia y fijaba las cuotas de importación. Se excluía a cualquier comprador libre y se prohibía vender el tabaco que no había sido comprado, tenía que ser quemado. Por ello se erigió como un férreo monopolio estatal.” (Casares, Hernández y Marín, 2017 p.4)

La aplicación de esa política provocó las sublevaciones de los vegueros de 1717, 1720 y 1723, pero también llevó a la caída drástica de las producciones de tabaco y abrió el camino a una variante de comercio ilegal que mitigaba la opresión de los campesinos: el contrabando.

300 años después el cultivo de varios productos agrícolas es muy controlado por el Estado.

Tabacuba, como organización superior de dirección empresarial, planifica, compra (al precio que ella misma impone) y procesa la producción tabacalera en la isla. Esta especie de factoría del siglo XXI acapara el 90 por ciento de la cosecha de cada productor privado y el diez por ciento restante pueden quedárselo para consumo personal, pero no pueden venderlo a nadie más.

Este emporio comercial reportó casi 270 millones de dólares en 2019, sin embargo, muy poco de ese dinero queda en manos de los productores. Los pagos que realiza el gobierno por un tabaco de excelente calidad y que se vende en el mundo entero como un producto de lujo son bajos. Para colmo el dinero llega muy tarde o no llega (las deudas y cadenas de impago son reconocidas por el Ministerio de la Agricultura de Cuba como una de sus mayores deficiencias).

En ese contexto, el mercado negro se abre paso como una alternativa para los turistas que no pueden pagar los puros o para los cubanos necesitados del buen humo. Las cajas y etiquetas parecen tan reales que han engañado a miles de fanáticos del habano. Trescientos años han sustituido al tabaco rapé que salía en barcos ilegales a la sombra de España, por valijas que burlan aduanas llenas de puros.

Como si no fuera lo suficientemente terrible ver como se repite una historia tan macabra con el tabaco cubano, el estanco afecta a otros renglones agrícolas “priorizados” por el gobierno.

En el caso del Café el Estado tiene otra factoría medieval en acción. Cubacafé regula y procesa a tal punto la producción del grano, que hace pocos días el Noticiero Nacional de Televisión publicó un reporte sobre la instrucción penal y decomiso de todos los medios empleados por un campesino para la venta “ilícita” del café que producía.

En el año 1961 la producción de café en Cuba superó las 60 mil toneladas y en el 2019 rondó las 9 mil. Casi 60 años de monopolización han hecho implosión en un sistema productivo que lejos de promover y socializar el café tan demandado por el cubano, lo ha encarecido. Redes clandestinas (que muchas veces parten de “factorías” estatales) han creado mercados paralelos que ofertan el café ausente en las tiendas en divisa.

¿Qué conclusiones podemos sacar de este panorama?

En primer lugar, que los guajiros cubanos no ven (o al menos no demuestran ver) en este contexto económico una política perversa y degolladora de las fuerzas productivas (como si lo vieron los vegueros criollos sublevados del siglo XVIII). El campesinado cubano se mueve en las aguas del único mar que ha surcado, pues la mayoría nació con la revolución y no ven en ella a quién, al menos en materia económica, los asfixia inexorablemente.

Por otro parte, la política estatal del café y el tabaco no es nada nuevo en Cuba o inherente a estos renglones; es algo que está presente en toda la economía cubana. Como un fantasma endemoniado que desestimula y atenta contra la producción de cualquier cosa, la centralización de la economía es, cuando menos, ineficiente e inoperante.

En aras de eliminar actores económicos que le hicieran competencia y pudieran atentar contra el poder supremo del Estado, la Revolución Cubana eliminó a los pequeños propietarios en la década del 60 del siglo XX. La extinción masiva de aquellos trajo vacíos productivos y de servicios en la mayor de las Antillas que fueron tapiados con los mangos bajitos de la URSS. Luego vino el Período Especial en los 90 y la crisis condicionó una apertura ligera a la propiedad privada. En la década del 2000 dimos marcha atrás a la iniciativa gracias al apoyo del comandante Chávez y a partir del 2010 un deshielo empezó a mostrar los bríos de cambio que trajo Raúl como presidente.

Es decir, el nivel de centralización económica en Cuba ha fluctuado de acuerdo a las crisis económicas y a los cambios de poder internos (estos últimos casi imperceptibles de manera general, pero ligeramente influyentes en este tema). En la actualidad se combinan ambos factores: en la isla el único producto que abunda es nada y Díaz-Canel no porta el apellido Castro.

Aunque el café y el tabaco son dos joyitas exportables de la menguada cartera de productos cubanos que circulan por el mundo (y el Estado las controla y “atiende” con esmero), existe una demanda interna que quizás decidan aprovechar e inicien una apertura hacia el mercado con las nuevas medidas anunciadas. La crisis nos abre la muralla, debemos ahora pasar por ella.

Referencias: El estanco del Tabaco: su influencia en las luchas sociales en Cuba (1717-1723) Claudia Casares Alomá, Maricary Hernández Reyes, Wilian Marín Hernández (2017)

17 comentarios

Castellanos 23 julio 2020 - 7:59 AM

El problema: El gobierno y partido único cubanos controlan con mano de hierro cada aspecto de la vida en Cuba. La economía, por supuesto, no escapa a esa aberración.

Lo que dice la gente: “Este país es propiedad de una familia. Lo maneja como lo haría el dueño de una finca”. A lo que habría que agregar: “el dueño de una finca que no sabe administrarla”.

Destrucción: El gobierno revolucionario y socialista ha llevado al país a un retroceso brutal en términos económicos. La escasez y el desabastecimiento son ya endémicos y cada vez es peor la situación. El colmo fue la destrucción de nuestra industria azucarera de la que alguna vez fuimos líderes mundiales. Acabaron con nuestra industria, la agricultura y los servicios. Las ciudades se caen a pedazos y convirtieron a la Perla de las Antillas, un país adonde muchos emigraron, en un agujero de ansiedad de donde la gente se quiere ir. Hoy nuestra economía es más dependiente que nunca y bien se podría decir que es casi completamente parásita y mendicante.
Nuestro gobierno revolucionario y socialista ha llegado al punto de esquilmar a sus gobernados a través de tiendas en las que vende productos a precios de escándalo para tener algo de dinero. Cuba es un país quebrado.

¿Por qué?: Porque el gobierno revolucionario y socialista insiste en mantener la obsoleta economía centralizada, muy útil para que un grupito gobierne de por vida, pero desastrosa para 99.99% de los cubanos.

Lo que se necesita: El Frankestein impuesto en la isla es insostenible e irreformable. Al grano: el primer paso para comenzar el largo camino de reconstrucción de nuestro arruinado país es que esos señores se hagan a un lado. Ellos y su bloqueo interno son el problema principal.

Pero: En Cuba la influencia y el peso de la sociedad civil en la toma de decisiones es igual a cero. Nuestros gobernantes están completamente convencidos que pueden hacer de nosotros lo que mejor les parezca.

Entonces: Ahí están las redes sociales. Gritemos allí hasta ver qué pasa.

Castellanos 23 julio 2020 - 9:04 AM

El bloqueo gringo: Luego de desaprovechar la oportunidad única brindada por el presidente Barack Obama, Donald J. Trump ganó las elecciones en 2016. En su afán por destruir el legado de su antecesor arreció las sanciones contra el gobierno cubano. Los gobernantes cubanos desestimaron una excelente oportunidad de negociar el fin del bloqueo bajo el pretexto de “ahora el imperialismo nos quiere conquistar con risas y abrazos a través del soft power”.

Lo que se dijo: “Las pocas veces que hubo alguna posibilidad de terminar con el bloqueo gringo el gobierno cubano la torpedeó. Tal parece que lo que en verdad le conviene es que el bloqueo siga ahí por el capital político que les reporta. Le han tomado el gusto a hacer la víctima, el David frente a Goliat. Si se acabara el bloqueo, ¿quién sería el “enemigo” a combatir? ¿Cuál sería el discurso patriótico?”. A lo que habría que añadir que un pueblo cubano empoderado es lo último que los señores del partido único quisieran ver. Para ellos es mucho más atractiva la tesis de que un pueblo hambreado no tiene tiempo de pensar en otra cosa que en resolver el platico de comida del día. Y les ha funcionado.

Sin embargo: Al gobierno revolucionario y socialista todavía le queda una oportunidad: comenzar a hacer las cosas bien. Si los gobernantes cubanos descentralizan la economía, dan más autonomía a las empresas estatales y permiten la aparición de PYMES con capacidad de exportar e importar, el país va a salir del profundo pozo en el que ellos lo han metido.
El gobierno cubano ha dado suficientes muestras de no ser capaz de llevar a buen puerto la economía del país. Si los vietnamitas echaron mano de la economía de mercado y lograron sacar a millones de personas de la pobreza e incrementar las producciones de la industria y el campo hasta el punto de convertirse en una de las naciones emergentes más exitosas, nada justifica que el gobierno cubano mantenga a sangre y fuego el modelo socialista centralizado en lo que queda de economía cubana.
Los tiempos han cambiado y ya no podemos seguir poniendo nuestras esperanzas en cualquier país al que podamos parasitar.
En vez de montar una economía basada en lo que se le pueda sacar a otros incluyendo al propio pueblo de Cuba y su emigración, los gobernantes revolucionarios y socialistas tienen que emprender verdaderas reformas que permitan un desarrollo sostenible en el tiempo.
Sin estimular nuestra arruinada industria, nuestro arruinado campo y nuestros deprimidos servicios solo iremos de mal en peor.

cubanuestraeu 23 julio 2020 - 9:29 AM

Nuestros historiadores, tan localistas, jamás podrán aquilatar el daño que hizo aquel francés y el resto de su descendencia a las Españas, fue con el primer Borbón que se inicia nuestra decadencia como imperio.

Taco 23 julio 2020 - 9:29 AM

Es la economia cubana feudal?

Es la economia cubana de los 90’s, 2000’s, 2010’s mas productiva que la de los 50’s, los 40’s o los 30’s?

Por que los cubanos protestaban en el siglo XVIII, XIX ante medidas similares a las que se han aplicado desde 1959 y hoy dia nadie dice ni ji?
Es cobardia? Darwinismo social? O aquello otro que Darwin dijo:

“Las especies que sobreviven no son las mas fuertes, ni las mas inteligentes. Son aquellas que se adaptan mejor al cambio.”

Marxismo callejero 23 julio 2020 - 10:18 AM

Joseph es un ejemplar de lujo para Darwin.

Armando Gomez 23 julio 2020 - 10:31 AM

Ayer miraba un video donde un periodista venezolano le preguntaba a un ministro chino sobre los mecanismos de control del estado chino sobre la produccion,el ministro le dice que el 90% de la empreas son privadas y que el gobierno chino no puede hacer un control directo a esas empresas,el gobierno lo que hace es incentivar a esas empresas para que aumenten la produccion,Cuba deberia seguir el ejemplo.

Castellanos 23 julio 2020 - 12:48 PM

Como resultado de eso China es la segunda potencia mundial y amenaza con destronar a los Estados Unidos en algunos renglones.
De no haber introducido verdaderas reformas en sus economías (léase economía de mercado), China y Vietnam serían hoy aldeas polvorientas atestadas de gente con sombreros y alpargatas.
El gobierno cubano no puede decir que no tiene referentes para guiarse en el camino de las reformas.
Ambos países son de partido único y en ellos la libertad de asociación, prensa y expresión están bien limitadas, pero al menos la gente come.

Castellanos 23 julio 2020 - 1:01 PM

Tampoco vale que nos digan que tanto China como Vietnam son países asiáticos y que bla bla bla. Nosotros no somos europeos y copiamos a los rusos de cabo a rabo.
Si el gobierno revolucionario y socialista cubano quisiera en verdad hacer algo que nos sirva a todos, tiene elementos para comenzar a hacerlo.

Evelio 23 julio 2020 - 2:08 PM

Y tampoco vale que se diga que es el bloqueo yanki. Vietnam comenzo sus reformas estando bloqueado, y a los 9 anyos habia crecido tanto su economia que USA le quito el bloqueo alegando que sus empresarios estaban perdiendo oportunidad en ese floreciente mercado vietnamita. O sea, vietnam bloqueada hizo crecer su economia. Lo se yo, lo sabe Raul y DC. Y no hacen reformas reales por una sola razon, temen perder el control absoluto del pueblo. Prefieren mantener al pueblo de paraban. Son unos vulgares criminales… los dos… tanto DC como RC. Sus hijos si viven bien, claro, pero el pueblo.. secuestrado por ellos, que se fastidie.

Carlos 23 julio 2020 - 2:13 PM

Joan Manuel Serrat – Pueblo blanco

Colgado de un barranco
Duerme mi pueblo blanco
Bajo un cielo que, a fuerza
De no ver nunca el mar
Se olvidó de llorar
Por sus callejas de polvo y piedra
Por no pasar, ni pasó la guerra
Sólo el olvido
Camina lento bordeando la cañada
Donde no crece una flor
Ni trashuma un pastor
El sacristán ha visto
Hacerse viejo al cura
El cura ha visto al cabo
Y el cabo al sacristán
Y mi pueblo después
Vio morir a los tres
Y me pregunto por qué nacerá gente
Si nacer o morir es indiferente
De la siega a la siembra
Se vive en la taberna
Las comadres murmuran
Su historia en el umbral
De sus casas de cal
Y las muchachas hacen bolillos
Buscando, ocultas tras los visillos
A ese hombre joven
Que, noche a noche, forjaron en su mente
Fuerte para ser su señor
Tierno para el amor
Ellas sueñan con él
Y él con irse muy lejos
De su pueblo y los viejos
Sueñan morirse en paz
Y morir por morir
Quieren morirse al sol
La boca abierta al calor, como lagartos
Medio ocultos tras un sombrero de esparto
Escapad gente tierna
Que esta tierra está enferma
Y no esperes mañana
Lo que no te dio ayer
Que no hay nada que hacer
Toma tu mula, tu hembra y tu arreo
Sigue el camino del pueblo hebreo
Y busca otra luna
Tal vez mañana sonría la fortuna
Y si te toca llorar
Es mejor frente al mar
Si yo pudiera unirme
A un vuelo de palomas
Y atravesando lomas
Dejar mi pueblo atrás
Os juro por lo que fui
Que me iría de aquí
Pero los muertos están en cautiverio
Y no nos dejan salir del cementerio

Luis Enrique 23 julio 2020 - 10:37 AM

Muy buena comparación. Desde que he podido tener conocimiento de cómo funciona la sociedad y la economía en otras latitudes, 3 de ellas por experiencia propia, no he podido más que concluir que la economía cubana diseñada por la revolución de Fidel, es una economía feudal. Ello por sí solo debería bastar para desecharla, incluso si fuera exitosa… Pero no solo no es exitosa, sino que ni siquiera es economía… 🙁

Armando Gomez 23 julio 2020 - 10:41 AM

Taco
Cuando triunfa la revolucion en Cuba habian seis carceles y el presidio modelo de la isla,es verdad que la poblacion era menor,pero ahora hay mas de docientas carceles,y la poblacion no llega al doble,en cuba han habido presos por tener dolares,se aplico la ley de peligrosidad,cuatro años por no trabajar,por querer salir en balsa del pais,por hacer colas para vender el turno,por matar un vaca,por protestar,por pescar langostas,si miramos bien,es una mezcla de todo.

Carlos 23 julio 2020 - 12:31 PM

Armando Gomez, usted toca un tema delicado y la izquierda cubana no le gusta mencionar. A mi nadie me puede hacer cuento de cárceles cubanas, pues lo he vivido desde niño, y mi padre en carne propia. Créame usted cuando le digo que el gobierno cuando te fabrica el traje te lo pone a la medida quieras o no quieras. Cientos de miles de hombres han sido encarcelados injustamente, miles muerto en las cárceles que el gobierno revolucionario ha creado desde sus inicios.

Pero esos temas no son del agrado de los que instan a que se levante el embargo contra el gobierno cubano.

Armando G. Muñoz 23 julio 2020 - 2:09 PM

Cuba necesita una verdadera reforma agraria, no la que se hizo al triunfo de la revolución, y libertad para que el que trabaja la tierra la pueda explotar y obtener las ganancias derivadas de su trabajo. Como consecuencias del estanco del tabaco a que es sometido hoy el producto por el bloqueo del gobierno, en el mercado internacional su calidad deja mucho que desear, ya el tabaco cubano no es el mismo que hace unos años atrás, todas esas cajas falsas que se venden en la calle en el mercado negro han desacreditado el producto en el mercado internacional. Soy nieto de un campesino pinareño, conocedor del tabaco desde sembrarlo hasta fumarlo, lo recuerdo torciendo su fumas en el comedor de la casa y guardando las hojas y el mismo tabaco terminado en atados confeccionados con yaguas de la palma real, desde muy joven los fumo y aun continuo haciéndolo, mi esposa es dominicana y visito la república casi todos los años, si no voy ella va y me trae, he fumado tabacos producidos en Nicaragua, Hondura, algunos de muy buena calidad, acá en Tampa se continua con la tradición tabaquera y si visitas Ibor City te sorprendes de ver los tabaqueros torciendo a la vista del público, en una visita a Daytona Beach descubrí un negocio de venta de tabacos que tiene un cubano allí y me sorprendí de la calidad y la variedad del producto en su tienda.
Fumarse un buen tabaco, aunque no sea cubano, en la Florida es algo que se puede hacer sin ninguna dificultad.
Al final siempre decimos lo mismo, el bloqueo interno es el culpable de todo lo que hoy sucede en la isla.

Carlos 23 julio 2020 - 2:48 PM

Armando, tenemos que reclamar que quiten el embargo …. disculpa, digo bloqueo, para que nuestros gobernantes estén mejor, puedan acaparar, viajar, vacacionar mas, y el pueblo entonces pueda tener las libertades y mejorías que no tiene ahora, pues se las quitaron para protegerlo del lavado de cerebro que el imperialismo puede darle a pesar de ser “el pueblo mas culto del mundo”.

La verdad es que se cayo el telón, el que vale es el dolar. ¿Una revolución verde como las palmas? Bueno, mejor dicho como los dolares 😀

Saludos.

Armando Gómez 23 julio 2020 - 4:20 PM

La realidad es que,nunca se sabrá las pérdidas económicas por la mala administración en la agricultura,tengo un recuerdo de cuando niño y vacacionaba en los montes de Palma Soriano,fue por los 70,mi primo y yo andábamos a caballo y de lejos veo que todo el campo delante de nosotros era amarillo,cuando no acercamos vimos que eran guayabas,era todo un guayabal perdido,parece una insignificancia,pero teniendo en cuenta que RDominicana exporta jugos, cascos,barras de guayaba por casi todo el mundo, significa que es un producto que se le pueden sacar dinero,lo peor, es que nunca hay un responsable.

zenon 23 julio 2020 - 6:13 PM

Mi opinión, no de ahora que el capitalismo y el consumismo me pudieran estar lavando el coco, sino de antes, hará unos diez años, cuando me dio por leer el libro “Cuba, la forja de una nación” de Rolando Rodríguez, para repasar la historia de la segunda mitad de nuestro siglo XIX, es que el modelo que se instauró en Cuba no era precisamente soviético, y que en estos años, o desde esos años en que se empezaron a preconizar cambios, no se caminaba hacia un modelo ni chino ni vietnamita. Nuestro modelo seguía siendo el modelo feudal-esclavista de la colonia. Es un modelo esencialmente colonial, caciquista-caudillista, en que hay una metrópoli-centro de poder, que no permite a la masa de cubanos igualdad de derechos en lo político, en lo económico; donde existe lo que en el XIX se denominaba “miedo al negro”, miedo a una masa incontrolada, en mayoría demográfica, la cual necesita del amo ilustrado para ser conducida; donde se exacerba el miedo a los cambios pues estos ponen en entredicho quienes detentarán el poder luego de dichos cambios, y se amenaza con, y se siente como amenaza, el cambio de poder porque se asocia con un cambio de metrópoli. Una parte de Cuba colonizó a otra parte, resguardando los derechos de un cierto linaje, y dejando desprotegidos a sus habitantes de segunda, azuzando aún hordas de voluntarios, cubanos contra cubanos; censurando cualquier idea extranjerizante, como las que exaltaron a Céspedes, Agramonte y Martí; con férreo control de aduanas e imprenta, de entradas y salidas; manteniéndose la misma escala de valores monárquicos, con la similitud en los esquemas de repartición de prebendas políticas a los fieles y similares, a los que pertenecen a las castas administrativas o militares. Se quiere una siempre fiel y sumisa Isla de Cuba. Esa que ya no existe, esa que ha cambiado no porque saliera de una reunión del partido el acuerdo, o porque se votara en una nueva constitución, o se discutiera en forma de lineamientos. Sino por el agotamiento de la gente, por el cambio demográfico del tiempo y el exilio, por la presión de las realidades de un mundo cambiante que le arrancó las caretas a los cuentos con que nos mantenían embobecidos. Sino por esos jóvenes inconformes, que dejaron de escuchar, de prestar asunto, que no decían no, pero tampoco decían sí y continuaban a lo suyo, a sobrevivir, y por esos viejos que después que les pasó la vida, perdieron el miedo pues ya sabían que ya estaban muertos, y dejaron de pedir prudencia, o silencio, o disimulo, o paciencia y confesaron que no se habían desvelado tanto para llegar solo a este lento desgaste. Si, Cuba está cambiando, Cuba va a cambiar, Cuba va estar mejor, pero no por el sacrificado compañero del comité central, o el de la esfera ideológica, o el coronel, o el rector, o el administrador, sino a pesar de todos esos funcionarios de la colonia, con toda la voz, pero sin palabras, solo frases hechas y copias de discursos, con todo el celo pero sin la bondad ni la humildad del amor, con toda la fuerza del poder, pero sin la libertad de la razón.

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