No solo es la economía, es también y sobre todo, la política

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Cuba enfrenta en la actualidad una grave crisis económica que al mismo tiempo se combina con una crisis política sin precedentes en la sociedad. La crisis económica, sobre la que ya he escrito en diversas ocasiones, es resultado de la combinación de los errores de política económica acumulados durante décadas; la débil estructura económica del país; los efectos nocivos de las sanciones impuestas por Estados Unidos desde 1960 y agravadas por la administración Trump; y para completar, la pandemia, que tiene un efecto devastador por la alta dependencia del país a los ingresos que produce el turismo. Dicho escenario ha tenido grave impacto sobre el bienestar de la población, que ya enfrentaba serias dificultades para su sobrevivencia cotidiana.  

A pesar de que la necesidad de cambios profundos en la economía era más que evidente y fue reconocida en los tres últimos congresos del Partido Comunista, muy poco se hizo, y las medidas más importantes fueron adoptadas en medio de la pandemia, cuando los efectos del doloroso ajuste cobraron mayor dimensión. Ese fue un error cometido por la más alta dirigencia, la cual no ha rendido cuentas ni realizado autocrítica alguna. Tampoco ha sido cuestionada en la Asamblea Nacional que, constitucionalmente, está definida como «el órgano supremo del poder del Estado».

Al considerar la responsabilidad del gobierno con los errores de política económica y la imposibilidad de interpelarlo públicamente y exigirle responsabilidades por vías institucionales; resulta inexcusable cuestionar a un sistema que no permite solucionar por tales vías los conflictos políticos que aparecen en cualquier tipo de sociedad moderna.

La crisis económica, que endureció las condiciones de vida ya difíciles de la población cubana, unida al inmovilismo de la dirigencia a la hora de acometer transformaciones económicas impostergables para impulsar el crecimiento, han generado considerable malestar entre una parte importante de la población.

Ello es muy evidente en los jóvenes, quienes esgrimiendo los derechos constitucionales reconocidos en la actual Carta Magna, han manifestado su descontento sin que haya sido tenido en cuenta de forma adecuada por las autoridades, que consideran orquestada por Estados Unidos cualquier protesta o manifestación; como si en Cuba no existieran razones suficientes para protestar.

El rechazo de las autoridades cubanas a cualquier cuestionamiento de su gestión, así como la capacidad represiva mostrada cuando se produjeron las manifestaciones del pasado 11 de julio, se han traducido en la violación flagrante de la Constitución sin que los ciudadanos que ejercen su derecho a la manifestación y la protesta tengan algún tipo de protección legal.

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Las autoridades, consideran orquestada por Estados Unidos cualquier protesta o manifestación; como si en Cuba no existieran razones suficientes para protestar.

Esto muestra las graves debilidades institucionales del sistema cubano, que han llevado a que a partir de la crisis económica se manifieste también una crisis política, que rebasa claramente los marcos de reivindicaciones económicas e incluye otras de carácter político que podrían resumirse en un concepto: libertad. Para decidir el propio destino, para asociarse política y profesionalmente, de opinión y manifestación política, para escoger a los dirigentes, entre otras.

Como Douglass North explicara en Instituciones, cambio institucional y desempeño económico (1990): «la función principal de las instituciones en la sociedad es reducir la incertidumbre estableciendo una estructura estable (pero no necesariamente eficiente) de la interacción humana. Pero la estabilidad de las instituciones de ningún modo contradice el hecho de que están en cambio permanente».

North define las instituciones como «acuerdos, códigos de conducta y normas de comportamiento, pasando por leyes estatutarias, derecho escrito y contratos entre individuos» y en tal sentido las instituciones evolucionan y alteran «continuamente las elecciones a nuestro alcance». En resumen, ellas importan y tienen un papel crucial en el desempeño económico, tanto para estimular el desarrollo como para frenarlo. Esto hace necesario analizar las principales debilidades del sistema institucional y político cubano.

La irrevocabilidad del sistema que se define como socialista

Al margen de que resulta cuestionable que el sistema cubano sea socialista, porque como he escrito en otras ocasiones, los supuestos propietarios colectivos de los medios de producción que se definen como sociales no pueden ejercer un control sobre la gestión de su propiedad; es absurdo que en una Constitución se pretenda que las generaciones futuras tengan que ceñirse a lo que la presente decidió hasta el fin de los tiempos. Esto denota un total desprecio por la libertad de esas generaciones para definir el tipo de sociedad en que pretenden vivir.

Ninguna constitución puede impedirle a sociedad alguna que, en libertad, determine el tipo de instituciones que requiere para asegurar su existencia. Por ello, una constitución que pretenda escribir en piedra normas inamovibles, resulta inviable y está condenada a ser derogada completamente cuando las condiciones políticas y sociales y una correlación de fuerzas lo permita.

El dominio hegemónico del Partido Comunista

Otra de las cuestiones que parecieran escritas en piedra en el texto constitucional, y que definen al sistema institucional cubano, es el carácter único y hegemónico del Partido Comunista de Cuba (PCC), que es definido constitucionalmente como «fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado». Esto implica, en la práctica, el sometimiento de la sociedad y del Estado a lo que decida un partido político que reúne apenas alrededor del 6% de la población cubana.

Adicionalmente, el PCC carece de democracia interna real. Sus estructuras dirigentes no son elegidas por la militancia en general sino por el Congreso, a partir de una lista única presentada por un comité de candidatura que sigue el criterio del Buró Político. De tal forma, es el Buró Político el que impone su criterio al Congreso, aunque los estatutos le confieran a este último la posición de «órgano supremo de dirección del Partido».

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Tal ausencia de democracia se hizo aún más evidente cuando en el 6to Congreso se adoptaron lineamientos de política económica y social, en tanto en el 7mo se comunicó el cumplimiento del 21% de los mismos y nadie explicó por qué ni asumió responsabilidades por el incumplimiento. No obstante, lo peor fue que ninguno de los delegados exigió esas responsabilidades a la dirección saliente y, por el contrario, reeligió la mayor parte de ella en el nuevo Buró Político.

Por otro lado, al asumir la condición de fuerza dirigente de la sociedad y del Estado, el PCC es responsable de los errores que se han cometido y se siguen cometiendo en política económica y, a pesar de esto, no existe mecanismo institucional para que la sociedad pueda reclamarle sus yerros. Ello solo podría ocurrir en unas elecciones libres, en las que el Partido se viera obligado a competir con otras fuerzas políticas por el favor popular a partir de propuestas, cuyo cumplimiento pueda ser evaluado por la sociedad.

El dominio del PCC sobre el sistema institucional cubano ha conducido a la conformación de un sistema político totalitario y autoritario, en el que solo es válido y legal aceptar la línea trazada por esa instancia. Esto margina a una parte considerable, y a todas luces creciente, de la sociedad respecto a la gestión política, que en la práctica se comporta como el coto privado de un pequeño grupo.

La ineficacia de estructura de los órganos de poder

La Constitución cubana no establece un sistema de equilibrios entre los diversos órganos del poder del Estado, sino que otorga a la Asamblea Nacional del Poder Popular la condición de «órgano supremo», al que en teoría se subordinan el presidente y el vicepresidente, el Consejo de Ministros, los gobiernos provinciales y municipales.

La Asamblea Nacional no es elegida por sufragio universal directo y secreto por el pueblo entre varias alternativas, sino a partir de una lista única elaborada por una Comisión de candidatura que sigue directrices de la dirección del PCC y, en consecuencia, impide que lleguen representantes de la oposición al órgano que elabora las leyes del país.

Es la Asamblea y no el pueblo quien elige al presidente y vicepresidente de la República, siendo el único país latinoamericano en el que el pueblo no goza de ese derecho. Se hace además considerando únicamente a un candidato para cada puesto, propuestos todos por el Buró Político del PCC.

En la realidad, la Asamblea Nacional es un órgano en el que se ratifica unánimemente cualquier cosa que se proponga desde la dirección del país. Los diputados solo intervienen para apoyar las propuestas que les llegan del gobierno o del Consejo de Estado; jamás para cuestionar a los ministros por su gestión o por los informes que presentan. En la última sesión resultó inaudito que ni un solo diputado interpelara a Marino Murillo por los errores cometidos en el diseño y aplicación de la llamada Tarea Ordenamiento, no reconocidos ni por él ni por la dirección del Partido y el Gobierno.

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Resultó inaudito que ni un solo diputado interpelara a Marino Murillo por los errores cometidos en el diseño y aplicación de la llamada Tarea Ordenamiento. (Foto: Irene Pérez/ Cubadebate)

En los países democráticos, al ejercer su derecho al voto los ciudadanos pueden ratificar o no a los parlamentarios, partiendo de su labor en el período anterior. Y en aquellos en los que se utilizan sistemas de listas de partido, siempre se puede revocar el voto a un partido que no lo ha hecho bien.

Muchos ciudadanos cuestionamos la gestión de gobierno del PCC, sin embargo, carecemos de la posibilidad de expresar ese desacuerdo a través del voto, con lo cual se conculcan nuestros derechos ciudadanos en la libertad para decidir quién nos gobierna.

Y es que el ejercicio del poder no debe estar tampoco escrito en piedra para ejercerlo cual derecho divino, como ocurría en las monarquías absolutistas, sino que debe ser ganado en franca y transparente lid entre las ideas y fuerzas políticas que representan el variado espectro que es la sociedad contemporánea.

La reforma política también es imprescindible

La complejidad de la situación actual requiere profundas reformas en el sistema institucional y político cubano, que permitan la evolución hacia una sociedad democrática en la que puedan expresarse con libertad las distintas ideas políticas, en la que nadie pierda su trabajo por su forma de pensar, en la que nadie sea privado de libertad por expresar públicamente sus ideas o sufra por ellas un mitin de repudio, en la que nadie deba emigrar para realizarse como persona, en la que pueda ejercerse realmente esa soberanía que la constitución le reconoce al pueblo y no a una parte de este.

Las crisis suelen generar oportunidades para el cambio y la actual en Cuba tiene todas las características para sugerir la necesidad de un nuevo contrato social, que lamentablemente no se logró con el proceso constituyente de 2018-2019 porque fue excluyente. Ello puede conseguirse mediante un diálogo político en el que se reconozca la existencia real de partes contrapuestas. De seguirse obviando esta vía, ello conducirá a un agravamiento de la crisis y a un nuevo estallido social. Todo es cuestión de tiempo.

15 COMENTARIOS

  1. Es economía y es política porque de la política depende la economía.

    Recordemos que la política incluye dejar que los cubanos prosperen, por ejemplo permitiendo que los agricultores y pescadores vendan a quién quieran. Y también permitiendo que La Joven Cuba saque un semanario de opinión política que se venda en la calle. Con ese dinero podrían financiar sus gastos y pagar a los articulistas.

    El grupo Prisa en España nació con la llegada de la democracia, algo que supuso unas oportunidades únicas de creación de medios de prensa.

    La libertad conduce a la prosperidad.

    • Señor Miranda Parrondo me remonto al final de su escrito y le señalo : La verdad usted cree
      que la Dictadura quiere dialogar con la oposición ? Usted investigó si la dictadura de
      Batista alguna vez fue a la mesa del diálogo ?
      Múltiples gestiones hizo el Coronel del ejército
      Mambi el señor Don Cosme de la Torriente para llevar a la mesa del diálogo a las partes
      involucradas, obteniendo siempre resultados.
      negativos. Por esa razón hubo un Moncada,
      un asalto al palacio presidencial y una Sierra
      Maestra, sin contar otras escaramuzas.
      Señor Miranda Parrondo, Cuba es un ESTADO de DERECHO o es una DICTADURA. ?
      Usted tiene la palabra

      Libertad a los prisioneros políticos del régimen
      castristra-canelista. Patria y Vida.

      • Señor Manuel Figueredo. Respondo su pregunta de una forma fácil y clara. Cuba es una dictadura. Es la dictadura de una clase burocrática que usufructúa la supuesta propiedad social y se lucra de ese usufructo. Es esa posición la que hace a esta clase aferrarse al poder a como dé lugar. El régimen tendrá un incentivo importante para negociar, pero en su soberbia no lo han comprendido, porque creen que su poder es eterno, pero la historia es implacable. Quizás ese incentivo sea más evidente más tarde. Sin embargo, quienes persistan en reprimir, en esa misma medida se reducirá su posibilidad de evitar el enfrentamiento penal de sus actos.

  2. al parecer,algunos cubanos se estan percatando ahora que en Cuba gobierna,hace mas de 60 anos un goierno totalitario,ese gobierno totalitario tiene encarcelado a los habitantes (que no ciudadanos) ,los desprecia,los usa los humilla y con su vision elitista propia de los izquierdistas y peor aun,de los comunistas ,solo tienen en cuenta dos cosas
    -Mantener el Poder
    -negar derechos a su pueblo
    Esta llegando el tiempo en que el pueblo cubano tiene que elegir entre un crecimiento economico bajo un Regiemn tiranico y la lucha contra ese regimen tiranico.La lucha contra ese regiemen,lleva consigo el apoyo al Embargo norteamericano y la esperanza en que otros gobiernos,aprieten e cerco.El pueblo cubano no puede romper las ataduras que 62 anos de total control le han impuesto.Si el cerco es levantado,es posible tengan una mejora material,pero las cadenas seran mas fuertes,volveran los 80 ,con lo que eso significa.Por las condiciones que se han ido creando,el pueblo de cuba tendra que escoger.No piense la Izquierda moderada que cogera cajitas en esta situacion,para un comunista,un socialdemocrata es un traidor al Dogma de los Tres Tomos.Los usaran y despues,los despreciaran…..

  3. Y que lo diga, Manuel, olvidarse de un principio marxista tan importante como que la economía determina sobre la superestructura, y no al contrario como se ha prendido aquí durante muchos años por el Gobierno, es uno de los errores que más han actuado en detrimento de la prioridad patria.

  4. Muy de acuerdo con sus ideas en esta entrada, aunque a esta altura del partido creo que cada día es mas que evidente que no existirá progreso ni debate sin que inicialmente venga una reforma política, que digámoslo con claridad, desaparezca el poder absoluto y plenipotenciario que el PCC y de ese grupo de “iluminados” que desde el alto poder partidista hoy controlan la institucionalidad del país, si en algún momento se pensó que la reforma política iba a venir como resultado de la reforma económica debido al incremento que sectores productivos diferentes al poder estatal implicarían en la sociedad Cubana, ya hoy podemos asegurar que los diseños en las modificaciones de políticas económicas tomaron en consideración que esos sectores emergentes y el emprendimiento privado tiene que entrar por el aro de la aprobación, supervisión, y entramado de leyes y regulaciones que desde el estado les fijan supeditación total al estado-partido- gobierno único, inclusive sus trabajadores pasaran a engrosar las filas del sindicato único, y esos amplísimos tentáculos de control y domesticación diseñados para evitar el desborde. Las “dictaduras del proletariado” caen por implosión social derivados del agravamiento de las crisis cíclicas, Cuba no será una excepción pues muy poca capacidad de movimiento le va quedando a un gobierno que celebra victorias que todos sabemos son en realidad derrotas para dentro de sus propios seguidores, no importa que lograsen evitar por medio de represión y miedo latente las protestas públicas organizadas, la mayor protesta que existe hoy es que creo la mayoría de los cubanos de adentro reconoce como inviable la propuesta de “la continuidad” para lograr esa sociedad que desean, con casi todos los que contacto me confirman un pensamiento del apóstol que leí en toda esta vorágine de estos días,
    «Es criminal quien sonríe al tirano; quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él, o quienes cumplen sus órdenes, o quienes reciben de él, el permiso de vivir.»
    José Martí.
    Gracias profesor, aunque ya me aclaro que la economía no es su forma de vida, aprecio su claridad de ideas políticas en estos tiempos que corren, buen fin de semana para todos.

    • Hola, Livio. Gracias por sus palabras. La Economía sí es mi forma de vida, es decir, enseñar Economía es de lo que vivo. Comparto sus comillas al referirse a las «dictaduras del proletariado». No lo son. Nunca lo fueron. Fueron solo dictaduras de u «puñado de políticos» como dijera Rosa Luxemburgo.

      • Mauricio de Miranda Parrondo, muchas gracias por su respuesta. Así es como debe de ser, que el gobierno sepa que muchos intelectuales no reconocen al gobierno de Cuba como un estado de derecho, sinó, simple y sencillamente como una DICTADURA.

  5. Segun el articulo
    «Tal ausencia de democracia se hizo aún más evidente cuando en el 6to Congreso se adoptaron lineamientos de política económica y social, en tanto en el 7mo se comunicó el cumplimiento del 21% de los mismos y nadie explicó por qué ni asumió responsabilidades por el incumplimiento. No obstante, lo peor fue que ninguno de los delegados exigió esas responsabilidades a la dirección saliente y, por el contrario, reeligió la mayor parte de ella en el nuevo Buró Político.»

    Cuando fidel castro se entero de que Batista, berreado con los americanos que le habian suspendido la venta de armas HABIA RENUNCIADO y se habia marchado de Cuba decidio bajar de su escondrijo en la Sierra Maestra para llegar a la Habana ocho dias despues y asumir la jefatura del Gobierno.

    Desde entonces se ha gobernado de esa forma en Cuba.

    Que querian?.

  6. Tan inviable e ineficaz es el sistema económico como el político, diseñados ambos para ser controlados por una élite. Todos los reparcheos que se han hecho, se están haciendo y que se propongan hacer en el futuro no podrán resolver los gravísimos problemas que ya afectan la estabilidad y supervivencia racional del engendro. En el aspecto económico el fundamento de que la empresa socialista sea la principal generadora de riqueza está sentenciado al fracaso, incluso liberandola de todas las trabas que no estarán nunca dispuestos a darles y sin trampas amañadas para que las otras formas de gestión no le ganen la competencia. Del sistema politico, mejor ni hablar, es una institucionalidad irreparable y obsoleta, vergonzosa in extremis y que condena a sus integrantes en todas las instancias al cinismo, el servilismo y el irrespeto a la voluntad de la ciudadanía en tanto se impone la del partido-estado.

    La reiterada negativa de ese poder a realizar los auténticos cambios y solo implementar aquellos que no arriesgan el status-quo actual y que le son necesarios para “lavar” su imagen (ya tan sucia e impresentable que han tenido que acudir a la prisa y archivar las pausas) garantizaran de hecho el empeoramiento de la situación y acercarnos peligrosamente a escenarios peores.

    Quizás el poder esté sobrevalorandoigio la victoria por haber desactivado la manifestación popular y haber logrado la salida del pais del indudable lider potencial de esa latente y mayoritaria oposición, nutrida de juventud que ya logra avivar con fuerza a la conciencia nacional, aunque sea muy ardua la tarea de llegar a tantísimos cubanos atrapados en la desidia, la falta de conciencia cívica y la desesperanza.
    Demasiado desgaste político y desprestigio etico por la utilización de turbas y progromos para intimidar y evitar la asistencia a las manifestaciones.

    Aun con la aprobación pendiente pde las vacunas por la OMS, (ya con la pandemia debilitada en varias zonas importantes del mundo)( que impide su comercialización eficaz, las remesas disminuidas, el turismo con un requerido tiempo de recuoeracion, las misiones medicas tambien con menor demanda y el ritmo de inversiones extranjeras (alergicas a cualquier signo de inestabilidad o resquebrajamiento del estado de derecho) no auguran un aumento ni rapido ni cuantioso del imprescindible ingreso de divisas.

    La economía cubana es como un techo repleto de goteras. Colocando palanganas por doquier, como son los reparcheos actuales, no se solucionan las filtraciones y pueden llegar a ver cono les cae el techo encima,

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Mauricio De Miranda Parrondo
Mauricio De Miranda Parrondo
Economista cubano. Doctor en Economía Internacional y Desarrollo. Profesor Titular e Investigador de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

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