El Directorio Revolucionario y la historia de la Revolución

Comandante Guillermo Jiménez del DR13 de marzo y Gladys Marel García Pérez participante y dirigente del MR26-7 en Las villas y las provincias occidentales.

El pasado 8 de mayo el doctor Francisco Durán ofreció su conferencia diaria sobre el comportamiento de la COVID-19 en Cuba. Ese mismo día se conmemoraba el aniversario del asesinato de Antonio Guiteras Holmes (1935). No apareció noticia alguna sobre ese líder del movimiento de liberación cubano en la televisión nacional.

Al día siguiente, 9 de mayo, murió nuestro querido compañero y amigo, el Comandante Guillermo Jiménez Soler —Jimenito, héroe de la Revolución, miembro de la Generación del Centenario y líder del Directorio Revolucionario 13 de Marzo (DR 13 de Marzo). Ese día tampoco apareció la noticia de su muerte en la prensa escrita, noticieros radiales o televisivos.

El hecho tiene historia reciente. Semanas antes, entre el 13 y el 29 de marzo, recibí varios trabajos acerca de una Mesa Redonda emitida el día 13. En ella, la periodista Arleen Rodríguez Derivet y el Director del Museo de la Revolución —radicado en el antiguo Palacio Presidencial—, abordaron el tema del DR 13 de Marzo y del Asalto a Palacio Presidencial (1957). En específico, la periodista manifestó —y no “preguntó”— que el ataque a Palacio “iba contra los acuerdos de la carta de México”.

El suyo es un cuestionamiento, desde una posición anti unitaria, a los héroes que participaron en la acción y a la supuesta deslealtad de los asaltantes a la Carta de México.

La ignorancia y tergiversación de los hechos por parte de esa emisión de la Mesa Redonda provocó el debate. Respuestas y denuncias frente a los que falsearon y manipularon los hechos aparecieron en blogs, páginas web, redes sociales y correos electrónicos de diversas procedencias.[1] Hasta el día de hoy ninguno de esos cuestionamientos ha sido respondido. La periodista apareció luego en dos Mesas Redondas dedicadas al nuevo coronavirus.

En contraste, los protagonistas de las críticas a ese programa dieron un compás de espera —entre el 13 de marzo y el 9 de mayo—, por respeto al hecho de concentrar las fuerzas y la información en el enfrentamiento nacional a la pandemia. En dicho lapso, aplazaron la posición de principios contra la tergiversación de los hechos y frente a la intención de invisibilizar la memoria histórica del DR-13 de Marzo.

Sin embargo, tanto la Mesa Redonda del 13 de marzo, como el virtual silencio en la prensa oficial, durante los primeros tres días tras el deceso del comandante Jiménez,[2] hacen parte de una deformación,[3] sobre la que es imprescindible reflexionar.

La historiografía sobre la etapa insurreccional de la Revolución cubana

El Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR26-7) y el DR-13 de Marzo fueron las organizaciones fundamentales que llevaron al triunfo de la insurrección en 1959. Ambas, en respuesta al Golpe de Estado y a la dictadura de Fulgencio Batista, asumieron como común denominador que el momento era revolucionario, esto es, que necesitaba un programa dirigido a cambiar de raíz el statu quo vigente hasta esa fecha en Cuba —no solo el derrocamiento de Batista—, que solo podía conseguirse a través de la vía de la lucha armada.

Con ello, entendían a su vez que el momento no era “político”: no había espacio para soluciones “legales”, “arreglos”, “soluciones pacíficas”, “componendas” o “entretenimientos”. Por su parte, los partidos de la oposición al régimen, sin excepción, asumieron esta última vía —político electoral—, de enfrentamiento a la tiranía.

Una parte de la historiografía sobre esta etapa, que privilegia lo que se ha codificado como “Historia del Movimiento Obrero Cubano”[4], ha manipulado de manera inconsecuente ese proceso. Ha hecho formar parte a los sujetos insurreccionales del proceso revolucionario como parte de tal historia “obrera”, sin serlo. A esta alteración histórica se han opuesto los especialistas —que trabajan sobre la etapa de la lucha armada  y el pensamiento de liberación nacional— en cuyos enfoques sobresale la unidad entre el Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la FEU, que en nombre del Directorio firmó la Carta de México, en una declaración conjunta de Fidel Castro y José Antonio Echeverría.[5]

El tratamiento dado al ataque a Palacio, en la Mesa Redonda, y a la muerte de Jimenito, en la prensa oficial, muestra la cara de un dogma burocrático de vieja data entre nosotros: la tendencia dogmática estalinista presente en la historia oficial[6], que gestó el contenido histórico que hicieron suyos las instituciones educacionales.[7] Dicho contenido se impartió en los programas de estudio en todos los niveles —Secundaria, Pre universitarios, Universidades —también, específicamente, en los Pedagógicos —; y aún aparece en algunos espacios de profesionales e intelectuales.

El compromiso del PSP con esa vía se mantuvo hasta los últimos meses de 1958. En agosto de ese año, solicitó ingresar al Frente Cívico Revolucionario del Pacto de Caracas con la condición de que “… no solo se tuviera en cuenta la  vía insurreccional, sino también la posibilidad de una solución pacífica por la vía electoral, a la crisis cubana”. Por ello, no fueron aceptados. En discrepancia con esa decisión, publicaron un documento dirigido a los firmantes del Pacto —que consideraba el enfrentamiento armado como la táctica fundamental a seguir—, exhortándolos nuevamente a tener en cuenta  la fórmula política de oposición a la tiranía.[8]

Esa inconsecuencia por parte del PSP se ha manipulado, y aún se manipula.

Por ese camino, se ha tratado de sustituir la historia patriótica, nacionalista, anticolonial y antimperialista de la Revolución, que introdujo un programa de liberación nacional ––con peculiaridades propias y diferentes a la del campo socialista europeo –– por un modelo metodológico de análisis, propio del “marxismo soviético”.

Pruebas de ello son los planes de estudios elaborados en las últimas décadas del siglo pasado, y los materiales ideológicos impartidos en los círculos de estudios, que han subrayado el papel del partido del proletariado, cuya tesis oposicionista fue la de la solución pacífica.

Para ese enfoque, no se trata de la unidad formulada realmente en la etapa insurrecional de la Revolución, con tácticas y métodos diferentes, sino de pretender una unidad artificialmente concebida como uniformidad.

En el decir de Jorge Ibarra Cuesta, el propósito ha consistido en desnacionalizar progresivamente la historia de Cuba. El historiador recordaba que se pretendió incluso suplantarla —en el nivel preuniversitario— por la asignatura del Movimiento Obrero. Era un peldaño dentro de un plan más amplio: introducir el modelo soviético de análisis en la mayor parte de las carreras universitarias. De esta manera, se construía una memoria histórica que no se corresponde con la realidad del proceso histórico de la Revolución Cubana.

A las palabras antes citadas, Ibarra Cuesta añadía: “Hoy día comienza a tomarse conciencia de que la historia no es una sierva de la política, sino su maestra más ilustre. No ha pretendido nunca aportar soluciones a los hombres del presente, sino tan solo ponerlos en condiciones de pensar sus problemas actuales, revelándose la dialéctica de los cambios en el tiempo. Esa era la concepción de Engels.”[9]

Esa corriente pro soviética ha sido confrontada por otra historiografía sobre la etapa insurreccional del pensamiento de liberación nacional. Este último enfoque, de historia profesional a la vez que crítica, parte del enunciado de José Martí sobre el concepto de revolución moderna en una época nueva. Comprende la experiencia americana, y universal, que la ideología martiana califica como un movimiento de libertad, que se encuentra en todas partes, y rompe con los elementos de la vida vieja a la par que atesora los elementos y valores que deben perdurar en la vida nueva.[10]

Los hechos al principio mencionados —Mesa Redonda del 13 de Marzo y la escasa cobertura sobre la muerte de Jiménez—, provocan muchas preguntas acerca de la memoria histórica de la Revolución cubana. Reproducen la orientación metodológica de la historiografía del socialismo real sobre dicha etapa, que obscurece la elección del “momento revolucionario” y de todos sus participantes, frente a la vía política y sus seguidores.

Vivencias personales e historiografía

En lo personal, formo parte de esa corriente que varios hemos llamado “historiografía sobre la etapa insurreccional y el pensamiento de liberación nacional”. Lo he hecho no solo como historiadora, sino también como participante directa en el aparato militar clandestino de Las Villas, como coordinadora, jefe del movimiento clandestino y guerrillero en la región de Cárdenas (Matanzas), y como miembro de la Dirección provincial del MR 26-7 en La Habana.

Dar y elaborar testimonio ha sido parte fundamental de nuestro trabajo.

El principio de que el momento era “revolucionario” y no “político” primó desde 1952. Fue un principio de nuestra generación revolucionaria, conocida como Generación del Centenario de José Martí. Tanto los miembros del DR 13 de Marzo como los del MR-26-7 abrazamos la ideología martiana en la puesta en práctica del proyecto de la Revolución cubana, inconclusa para esa fecha.

Con dicho enfoque, me incorporé al movimiento estudiantil liderado por la FEU, cuyos dirigentes en la antigua provincia de Las Villas organizaron el Comité Pro-FEU. Esa organización era consecuente con el liderazgo nacional de la FEU y, en específico, con el liderazgo de José A. Echevarría, una vez que ocupó la máxima dirección del organismo estudiantil.

En el período posterior al ataque al Cuartel Moncada (julio de 1953-junio de 1955) fue la FEU la que jugó el papel dirigente en las calles, junto con los sectores henequeneros y azucareros, en la combinación que se logró articular de lucha insurreccional, estudiantil, obrera, de profesionales, religiosos, mujeres y otros segmentos sociales.[11]

Me incorporé al MR 26-7, en Santa Clara, bajo la dirección de “Quintín” Pino Machado. Quintín fue compañero de José Antonio Echeverría en el enfrentamiento de la FEU contra el régimen en La Habana, y, posteriormente, en el Comité Pro-FEU de Las Villas. Al mismo tiempo, fue Jefe provincial de las Brigadas Juveniles del MR 26-7. Por todo ello, actué bajo el liderazgo insurgente del movimiento estudiantil, encabezado por José Antonio Echevarría y Quintín Pino y en el Movimiento dirigido por Fidel Castro.

No fue algo raro en ese proceso. En la lucha, siempre interactuamos combatientes del DR 13 de Marzo y del MR 26-7.

Entre los cinco compañeros que integramos la Brigada de Acción y Sabotaje del 26 de Julio en Las Villas —conocidos entre los compañeros como “La Pentarquía”—  estaba Agustín Gómez Urioste. “Chiqui” —como le llamábamos— fue líder del Directorio en Santa Clara. El no recibió la cita para participar en el Ataque a Palacio. Con él sufrimos el revés de la acción y lloramos amargamente el martirologio de José Antonio Echevarría, de los otros combatientes, y luego, la noticia del nuevo descabezamiento del DR 13 de Marzo con la masacre de Humboldt 7.

Después del martirologio de “Chiqui” y de Julio [Pino Machado]  tras la explosión de la Bomba en Santa Clara —acción a la que sobreviví—, fui enviada por el MR 26-7 a la Dirección Provincial de Matanzas. Allí ocupé el liderazgo de la región de Cárdenas, y organizamos la huelga general revolucionaria, conocida como la Huelga del 9 de abril.

Para ello, ante la consigna ordenada por Fidel de “unidad por la base” con todas las organizaciones y partidos que estuvieran dispuestos a hacerlo, recibimos apoyo solo del DR 13 de Marzo, la Organización Auténtica y la Triple A.

Lo mismo ocurrió durante mi designación en la Dirección provincial del MR 26-7 en La Habana. Fui Coordinadora de las Células Revolucionarias de Base, encargadas de preparar condiciones para el avance de la Columna Invasora en la Operación Tabaco, hacia la provincia de Pinar del Río.

En el contexto en el que participé y lideré el MR26-7 en el movimiento clandestino y guerrillero del occidente del país, combatimos ambas fuerzas —el DR 13 de Marzo y el MR 26-7— por un mismo objetivo: lograr el triunfo del movimiento de liberación nacional, por medio de la vía insurreccional de la Revolución.

La diferencia en el liderazgo de estas organizaciones consistió en la concepción estratégica y la táctica a seguir para conseguir el triunfo. Aun así, después del Asalto a Palacio, el Directorio adoptó una nueva estrategia y organizó el ejército revolucionario en la Sierra del Escambray.

Por décadas, me he dedicado a trabajar en la reconstrucción histórica de ese proceso. Ha sido un empeño conjunto con Jorge Ibarra Cuesta (líder de la FEU en Oriente y miembro del DR 13 de Marzo), y con Fernando Martínez Heredia —también miembro del MR 26-7—, integrantes todos de la generación revolucionaria del centenario de José Martí.

Juntos hemos trabajado para que nuestra obra en el campo de las ciencias sociales, pensamiento e ideología, contribuya a enfrentar el fenómeno de falsear y manipular la historiografía sobre la etapa de liberación nacional (1952-1959).

Jorge y Fernando ya no están entre nosotros, pero estoy segura que junto conmigo ––como siempre hacíamos al intercambiar criterios –– estarían orgullosos, como lo estoy yo, de la posición de los que han denunciado el enfoque de la Mesa Redonda del pasado 13 de Marzo. Ese programa debe ser reestructurado debido a los  errores de principios, de la especialista,  por no prestigiar el Asalto a Palacio como hecho heroico, por denigrar su martirologio, calificando la operación como suicida; por injuriar a su liderazgo como desleal al Pacto de México; y por el método de omitir y/o falsear el origen de fuentes documentales usadas en esa emisión.

Nada de esto —repito— ha sido respondido aún por los involucrados.

La cobertura dada finalmente a la muerte de Jiménez, y la aparición de un reportaje (15.05.2020) con Juan Niury Sánchez—combatiente revolucionario y expresidente de la FEU— mostrando la presencia de José Antonio, y de otros dirigentes de la FEU, en el recibimiento a Fidel y los moncadistas en 1955, podría ser una respuesta indirecta a los reclamos vertidos frente a aquella Mesa Redonda, pero no es claro que conlleve el cambio necesario en la comprensión de tales sucesos.

Política, con ciencia y memoria

En el enfrentamiento actual al nuevo coronavirus hemos tenido una clase diferente de experiencia. Para definir la política a seguir, han prevalecido las experiencias de las ciencias médicas cubanas, el estudio informado del proceso histórico —en el país y otras latitudes— de este y otros virus y la puesta en función de la planta científica del país para la obtención de vacunas que impidan el contagio o para los estudios estadísticos sobre cero prevalencias.

Se trata de científicos de campos diversos como la medicina y las matemáticas realizando en conjunto investigaciones interdisciplinarias. El problema, el método y los resultados de las investigaciones revelan la dialéctica de los cambios en el tiempo que vivimos.

Es un gran acierto de nuestro Gobierno propiciar ese flujo de intercambios entre los científicos de la medicina, las ciencias sociales, el medio ambiente, etc. Junto con el Partido, las organizaciones políticas, de masas y el pueblo, están enfrentando con éxito muy singular en el mundo actual, la pandemia y creando una cultura nueva de aislamiento físico en el hogar y de disciplina social.

Ese mismo nivel de análisis científico, esa interrelación entre campos de investigación, esa cultura ciudadana de responsabilidad e información las necesitamos por igual para encarar los no menos complejos desafíos de nuestra historia y de nuestra memoria. Para que la justicia no sea solo una búsqueda para los vivos, sino también el homenaje que merecen todos nuestros muertos.

La Habana,  1ro de junio del 2020

[1] Ver Rodolfo Alpízar, Rosario Alfonso Parodi (1), Rosario Alfonso Parodi (2), Esther Suárez Durán, Julio César Guanche (1), Julio César Guanche (2). Por correo electrónico, circularon opiniones críticas sobre el contenido de la Mesa Redonda, entre otros, de Julio Carranza Valdés (19.03.2020), Nyls Ponce Seoane (19.03.2020) y Lohania Aruca (22.03. 2020). Este último mensaje está dirigido a la presidencia de la UNEAC, la presidencia de la Asociación de Escritores, la presidencia de la Sección de Literatura Histórico Social y a los miembros de la UNEAC “sobre las denuncias a las personalidades de la mesa redonda del 13 de marzo, a resolver por las autoridades”.

[2] Sobre la muerte de Guillermo Jiménez, ver Jimenito, otra vez ninguneado. Rodolfo Alpizar Castillo. Blog La Joven Cuba, 11 mayo 2020; Ha muerto un héroe: Guillermo Jiménez Soler. Eduardo Delgado Bermúdez. Radio Habana Cuba, 11/05/2020; Gracias, Jimenito. María del Pilar Díaz Castañón. La trinchera, mayo 13, 2020; Jimenito, un hombre de la Revolución. Julio Antonio Fernández Estrada. Oncuba, Mayo 14, 2020; Conocido como Jimenito. Rebeca Chávez. Granma, 12 de mayo de 2020; Nota de la Academia de la Historia de Cuba ante el fallecimiento del académico Guillermo Jiménez Soler. Cubadebate, 15 mayo 2020.

[3] Para la fundamentación y el análisis de esa deformación, ver: Jorge Ibarra Cuesta. Historiografía y Revolución. Revista Temas I (1) La Habana 1995.

[4] Instituto del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista, anexo al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Historia del Movimiento Obrero Cubano. Tomo II. 1935-1958. Editora Política/La Habana, 1985. pp. 284, 288, 293, 308.

[5] José Bell Lara. Fase Insurreccional de la Revolución. Editorial Ciencias Sociales, 2007, Carta de México. pp. 84.

[6] Críticas a esta tendencia pueden verse en: “Debate sobre la tesis de Abraham Fernández, con la tutoría del Candidato a Doctor Joaquin Vergara, del Instituto del Movimiento Comunista y la Revolución Socialista, anexo al CC del PCC, con profesores de Ciencias Sociales de la Universidad ,1984. En: Manuel Graña Eiriz, El 9 de abril de 1958 Huelga General Revolucionaria. (2011); También, de mi autoría: Gladys Marel García Pérez. Insurrección y Revolución, Ediciones UNION 2006; Crónicas Guerrilleras de Occidente, Editorial Ciencias Sociales (2005); Confrontación Debate historiográfico, Editorial Requeijo S.A. (2005). Ver en específico: Jorge Ibarra Cuesta, Prólogo al libro Confrontación. cit.; Fernando Martínez Heredia. Prólogo al libro Insurrección y Revolución, cit.

[7] Jorge Ibarra Cuesta. Op. cit pp. 35-37. Esteban Morales, “Las Ciencias Sociales y humanísticas en la enseñanza universitaria. Limitaciones y dificultades”, p. 7 Fuente: estebanmoralesdomínguez. blogspot,com, La Habana 10 de junio del 2019.

[8] Rolando Dávila. Lucharemos hasta el final. Cronología 1958. Pacto de Caracas, agosto de 1958. pp. 272.; y en la pp. 255, del 13 de agosto, Carta Semanal. Documento del Comité Nacional del PSP dirigido a los firmantes del Pacto de Caracas.

[9] Ver Jorge Ibarra Cuesta op. cit. pp 35-38

[10] Ver Nota 3, Manuel Graña. Op.cit. y Garcia Perez. Op. cit. Ver Evelyn Picón Gardfield e Ivan A. Shulman: Las entrañas del vacío. Ensayos sobe la modernidad americana, Ed. Cuaderno Americanos, México 1984.

[11] Ver Nota 10, García Pérez, Op.cit.

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Réquiem por Guiteras

25 comentarios

Castellanos 18 junio 2020 - 7:48 AM
Todo es muy sencillo de explicar y entender: Fidel Castro se llevó todos los créditos por el derrocamiento de Batista y se "arregló" la historia para que él, y solo él, resultara ser el Mesías de "nuestra definitiva libertad". "Te lo prometió Martí y Fidel te lo cumplió". Hasta hoy dura el eclipse para todo el resto de fuerzas que se opusieron a Batista y que hicieron posible el triunfo de la revolución del 59. Y los errores de la Mesa Redonda que la escritora de este artículo señala así lo demuestra. De todas formas, en este momento, el rumbo actual del país me parece más importante que corregir datos históricos. La situación de la Cuba actual no sería del agrado de ninguno de los que murió, (bien en las filas de la FEU, el Directorio o el M-26-7) combatiendo al régimen anterior. Todos esos muchachos querían democracia y un país próspero, no la situación calamitosa que hoy vemos en Cuba en materia económica y de libertades. Sigue haciendo falta una verdadera revolución.
Alina Lopez 18 junio 2020 - 2:56 PM
Conocer mejor el pasado, develar lo que la historia oficial ha tergiverdado, ocultado o minimizado, es algo más que "corregir datos históricos" como usted dice.
Even 18 junio 2020 - 8:22 AM
Hay dos asuntos sobre los que me gustaría tener más información factual, no opiniones: (1) Por qué el DR 13 de Marzo no coordinó o al menos informó al MR 26 de Julio sobre los planes del ataque a palacio si en la Carta de México habían acordado hacerlo? Es una pregunta que me ha perseguido por años y nadie me ha podido explicar. (2) Por qué se considera que Jimenito fue ninguneado?. Reconozco que conozco poco sobre él y no es culpa probablemente.
Alex Garcia 18 junio 2020 - 3:12 PM
Respondiendo su primera pregunta; el asalto a Palacio fue una operacion planificada y dirigida por veteranos Republicanos espanoles que habian sido reclutados para ello por la OA (Organizacion Autentica) y a esta accion, cuando ya se encontraba en un punto muy avanzado de preparacion y planificacion, fueron invitados a participar y contribuir con hombres el DR y su dirigencia. Carlos Gutierrez Menoyo, quien dirigiera el Asalto, era un veterano de la Guerra Civil en Espana y de las fuerzas especiales francesas durante la II Guerra Mundial, en todo momento exigio, de manera tajante, que se mantuviera el caracter secreto de la operacion. Muchos asaltantes no supieron del objetivo de la operacion hasta horas antes del Asalto.
Alina Lopez 18 junio 2020 - 8:03 PM
Alex, cierto que el ataque a Palacio vinculó a revolucionarios de dos generaciones, y también que Gutiérrez Menoyo había participado en la II Guerra Mundial, pero el carácter pasivo que usted le atribuye al DR no se ajusta a la realidad histórica.
Alex Garcia 18 junio 2020 - 8:48 PM
Alina, no se donde exactamente ve ud. que yo le atribuya un caracter pasivo a la participacion del DR. La participacion del DR de manera activa en el asalto es un hecho. Respondo a la pregunta de Even sobre como fue posible que no se comunicase al 26-7 de esta accion, Los hechos son los hechos, y los que disenaron el plan, entrenaron a los participantes y dirigieron la ejecucion fueron Daniel Martin Lavandero y Carlos Gutierrez Menoyo, Coronel el primero y Capitan el segundo (ambos republicanos espanoles y, en el caso de Carlos, tambien veterano de la II G.M.), cuando es detenido Daniel es que Carlos toma el mando. Ambos habian sido reclutados por la OA y a traves de Menelao Mora se establece contacto con el DR. Solo ellos poseian la experiencia militar necesaria para preparar y ejecutar una accion de este tipo, nadie en el DR tenia esa capacidad ( eran jovenes estudiantes). No se si todas, las armas, pero si muchas fueron suministradas por la OA. Mi principal fuente de informacion, entre otras, el Capitan Luis Goicoechea, unico asaltante que pertenecia al selecto grupo, dentro de los asaltantes, encargado de la ejecucion de Batista, que sobrevivio al Asalto. Tambien de otros miembros del DR y del II Frente Nacional del Escambray que habian participado o tenian un conocimiento unico de estos hechos. Curiosamente, el Capitan Goicoechea vivio en Cuba hasta su muerte, siendo un hombre ya mayor, y sin embargo no se conserva una sola entrevista de este testigo unico narrando los hechos, otra desafortunada "coincidencia". Si ud. tiene alguna informacion corroborada que refute algo de lo que he expuesto aqui sobre esto, hagamelo saber y lo contrastamos.
Alina Lopez 20 junio 2020 - 3:35 PM
Lo veo en que dice usted que todos los planes estaban trazados cuando el DR fue invitado a aportar hombres. Recuerde que el DR y el Mov 26/7 coincidían en las metas pero tenían estrategias diferentes. Saludos.
Alex Garcia 23 junio 2020 - 3:55 PM
El plan del Asalto a Palacio ya existia, Radio Reloj se ajusta mas a lo que, creo, ud. quiere decir. En cuanto a "verdad historica" me parece que hay pocas "omisiones" tan grandes como la del protagonismo de los Republicanos espanoles y su papel funadamental en estos hechos. Todos sabemos la razon, hablar de Carlos, necesariamente, conduce a hablar de Eloy; y todos, veteranos del 26-7 y del DR, temen meterse ahi, los primeros por conveniencia y los segundos por razones varias (segun y con quien se hable)
Marel 21 junio 2020 - 1:46 PM
Pregunta 1. José Antonio Echeverría y Fidel Castro, si coordinaron sus planes, que tenían una estrategia común pero una táctica diferente. En la Carta de Méjico hablaron sobre el asunto de sus planes tácticos. Fidel mantenía el desembarco expedicionario para organizar el Ejército Revolucionario del MR 26 de Julio, Mientras José Antonio sustentaba el Ataque al Palacio Presidencial eliminando al Dictador. Ambas acordaron que el Directorio apoyaría con las armas, las acciones del aparato militar clandestino del 26 de Julio en el momento del desembarco. Pregunta 2 La respuesta debes consultarla con Alpizar, que formuló como palabra clave, el concepto ninguneo y con Esther Suárez. Mi interpretación se sustenta en los testimonios de Jimenito que compartí con él durante varias décadas. Se trata de que existió, a partir del juicio de Marquito y después del documental Saturno de Rosario Cárdenas Parodi, una intención de tratar de menospreciarlo de forma consciente.
Luis Enrique 18 junio 2020 - 11:29 AM
La brillantez política de Fildel se manifestó cómo nunca después del triunfo de 1959. Hacer ver a la opinión pública que la unidad o acuerdos conseguidos para la lucha, permanecían casi intactos después de esta y durante todas las medidas de su revolución, es sin dudas una obra maestra. Por ello admiro el trabajo de los historiadores e investigadores y leo cuánto puedo sobre los acontecimientos pre y post 59. Estoy convencido que ese logro de Fidel, fue también un error histórico que devino en las consecuencias nefastas de la unanimidad absoluta, el "apoyo incondicional" y los sinónimos políticos impuestos. Testimonios y trabajos cómo el de la autora son muy necesarios para combatir o minimizar, en las nuevas etapas del país, los vicios y distorsiones del poder que hemos sufrido y nos van convertiendo lentamente en un país con problemas muy similares a los que denunció el propio Fidel en su defensa de 1953
Mario Juan Valdés Navia 18 junio 2020 - 2:22 PM
Coincido con los puntos de vista de la autora y creo que es importante que se amplíen las investigaciones sobre el DR. Como espirituano y villareño me siento en deuda con la acción de los hombres y mujeres del DR en Las Villas. Creo que es un vacío historiografico que hay que llenar.
Even Fontaine Ortiz 18 junio 2020 - 3:15 PM
Quizás Gladys Marel pueda responder mis dos preguntas!!!
Alina Lopez 18 junio 2020 - 7:55 PM
Marel no tiene un acceso expedito a medios digitales, pero le pasaré su inquietud. Saludos.
Marel 21 junio 2020 - 1:42 PM
Su comentario esta fuera de la etapa a la que se refiere el articulo: o sea, a la etapa insurreccional de la Revolución (1952–1959) en que el Programa del Moncada sustenta las leyes revolucionarias Mientras usted se refiere a la etapa post 1959., en que se introdujeron en la práctica social las leyes del programa del Moncada, es decir, de la Revolución Ver el punto 2 de la Carta de México, donde el 26 y el Directorio “·se oponen a las elecciones, por constituir una actitud entreguista y traidora.” Algo sumamente importante. En 1952 Batista con el Golpe de Estado creó la situación revolucionaria. La prensa clandestina se pronunció򇌻sobre el momento era Revolucionario no político. Todas las organizaciones revolucionarias asumieron la vía insurrecional de la Revolución. Mientras los tres partidos de la Oposición: el auténtico, el socialista popular y el ortodoxo asumieron como via de lucha la política electoral.
paGen 18 junio 2020 - 3:49 PM
asumieron como común denominador que el momento era revolucionario, esto es, que necesitaba un programa dirigido a cambiar de raíz el statu quo vigente hasta esa fecha en Cuba —no solo el derrocamiento de Batista eso es una absoluta manipulacion, eso es interpretacion personal. fc postulo que se harian elecciones en 6 meses y que se restituiria la constitucion de 1940, ninguna de las 2 cosas se hicieron, entonces comenzaron los clamores de traicion que ya todos conocemos, eso de socialismo y comunismo jamas se hablo durante el tiempo de la sierra maestra, si asi hubiese sido posiblemente fc todavia estaria en el pico turquino, quizas solo, luchando contra batista. si acaso, los unicos que mencionaban comunismo era la prensa asociada a batista (a la cual el tiempo dio toda la razon) cuando decian que los de la sierra maestra eran comunistas y que eso era lo que venia para cuba, cosa que pueden comprobar mirando los videos (si es que existen) de otto meruelo.
Alex Garcia 18 junio 2020 - 4:44 PM
Algunos lideres y otros revolucionarios de la epoca saben que las opiniones expresadas por la periodista, en la TV Cubana, estan en sintonia con las opiniones expresadas, en privado, por Fidel Castro sobre aquellos acontecimientos. Opinon que siempre se guardo de expresar, en publico, porque sabia que no era "politicamente correcto". El triunfo de aquella accion le hubiese dejado en la S. Maestra "colgado de la brocha y sin escalera".
Horacio J. Reyes-Lovio Díez 18 junio 2020 - 5:16 PM
No es demasiado tarde para contribuir a que nuestra historia sea todo lo diáfana que se merece el pueblo protagonista de la tremenda osadía de traer hasta nuestros días la revolución social, el sistema político de ella surgido, frente al peor de los enemigos posibles, el imperio de los gobernantes estadounidenses. La historia crítica necesita ser expuesta y despejar así de 'interpretaciones' el proceso que nos ha traido hasta aquí. Fidel, como su mejor interprete, bien temprano alertó que la obra era 'mas grande que sus protagonistas'. La tarea de rescate correspondera a un grupo de estudio multidisciplinario y creo que, en el tema que nos ocupa, amerita comenzar por estudiar el pensamiento político de José Antonio Echeverría tarea mayúscula que está pendiente para nuestra ciencia política después de tantos años. Se me ocurre que hay una deuda similar en el caso de nuestro Antonio de la Caridad Maceo y Grajales, quien durante mas de un siglo la historia lo ha visto como el Titán, el Guerrero, el Jefe Militar, sin investigar suficiente en su pensamiento político que sí reconocieron pensadores y estadistas de su época, casí todos americanos y pocos cubanos salvo uno: JOSÉ JULIÁN MARTÍ PÉREZ. Como se ha dicho con énfasis y en pocas palabras por Mario Juán Valdés Navia; se trata de un 'vacío historiografico que hay que llenar'.
Pablo Raúl Rodriguez 18 junio 2020 - 6:22 PM
Es admirable la valentía de la autora de este artículo que de forma muy ponderada a expuesto a la luz publica, hechos históricos que de diversas formas y por distintos factores se han tratado de cambiar, desvirtuar y disminuir. La mención a la actividad del PSP y su posición ante la lucha es esclarecedora y creo conveniente recordar diversos hechos graves cometidos por algunos de sus dirigentes como son la protección a Marquitos el delator de Humbold 7, y la microfraccion de Aníbal Escalante que tanto daño hizo, sólo para mencionar dos hechos históricos.
Manuel* 18 junio 2020 - 6:56 PM
Se discute mucho sobre el pasado con lo importante que es discutir sobre el futuro, cuando el pasado divide y el futuro une. Alguno va a acabar con torticolis de tanto mirar atrás.
Alina Lopez 18 junio 2020 - 7:57 PM
El pasado divide cuando es tergiversado estimado Manuel, por otra parte, el futuro no une, lo que une es el presente, en él estamos.
Manuel* 19 junio 2020 - 4:43 AM
Mirar al pasado divide y además es un ejercicio estéril, frente a la tremenda utilidad de planificar el futuro, que es lo que más une. Es falso que la experiencia del pasado sirva para prepararnos para el futuro. Es falso porque en un mundo cambiante la experiencia no sirve para prepararnos para un futuro en un mundo distinto con distintas personas. Eso nos deja con una gran dificultad: hay que planificar el futuro con la lógica en lugar de la experiencia. Todas las grandes empresas mundiales —Google, Apple, Amazon ... — son empresas sin ninguna experiencia porque inventaron lo que no había, mientras quiebran empresas con siglos de experiencia. Fíjate en Amazon. La venta por correo tiene siglos de antigüedad, pero triunfa Amazon que partió de cero, sin ninguna experiencia. Las otras empresas estaban viciadas aplicando recetas de una experiencia válida en un mundo distinto. Lo digo en serio. Repasar el pasado no va a servir para resolver los problemas del futuro de Cuba. Además repasar el pasado divide a los cubanos.
Alina Lopez 19 junio 2020 - 4:14 PM
En Cuba llevamos más de sesenta años aspirando al futuro, no Manuel, ya no es posible apostar en algo que jamás se logra alcanzar, Cuba se enfrenta al presente más complejo que podamos imaginar, muchas claves de los errores están en el pasado, y conste que el pasado para las jóvenes generaciones ya no es solo la Cuba colonial o la república burguesa, nada de eso, para la juventud el pasado pueden ser las décadas del sesenta o del setenta.
Ivette 19 junio 2020 - 1:21 AM
Felicitaciones Marel, excelente ensayo, con el valor añadido de la experiencia y una hoja de vida consecuente y honesta con la verdad y los valores por los que se jugó la vida esa generación de cubanos. Este marzo evidenció que hay mucha justicia que hacerle al Directorio y a otras muchas aristas de la historia de esos años: los lazos unitarios que la propia lucha fraguó en las bases de muchas organizaciones opositoras y fraternales de las que poco o nada se habla, incluso otras fraternales como los masones, por ejemplo; las inevitables contradicciones, los diferentes proyectos de país que existían entonces y también la diversidad y complejidad de la resistencia en el ámbito regional, de donde apenas se sacan ejemplos para reafirmar "la historia nacional". En la historia oficial de esos años se han obviado o silenciado actores, organizaciones e incluso a veces se han tergiversado hechos y procesos de todo tipo. En consecuencia, la enseñanza de la Historia a todos los niveles reproduce esas debilidades, como bien señala la autora. Es que, a instancias de los vencedores, se toma del pasado solo aquello que sirve para legitimar el proyecto que se emprende desde ese poder ya constituido. Pero el pasado está ahí, lo inteligente es encararlo sin temor y estudiarlo para gestionar y conducir mejor el presente y el futuro, así si puede ser la Historia, como decía magistralmente Ibarra, maestra y no sierva de la política.
Raimundo alonso ramirez 20 junio 2020 - 9:35 AM
Necesidad de saber que real hay en que Rolando cubela fue un doble agente y todo lo que se pueda saber de el.
Rafael Perez 20 junio 2020 - 7:16 PM
Es estimulante que hayan personas que manifiesten públicamente su desacuerdo con criterios vertidos en los medios cubanos. Tal actitud denota honestidaad y valentía, ambas cualidades muy nescasas en nuestro pais y tan necesarias para remontar el estancamiento enque se encuentra.

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