Dialogar el diálogo

por Manuel García Verdecia
Dialogar

Según la Biblia, Adán y Eva fueron expulsados del Edén por probar el fruto del árbol prohibido del saber. No creo que nuestros abuelos primigenios fueran castigados por querer saber, sino por dudar. La duda, sin embargo, es condición principal de quien busca la verdad. Desde ese instante de desobediencia, hemos sido arrojados a la intemperie, desacostumbrados de la fraternidad y condenados a una eterna trifulca de caínes contra abeles.

No siempre la obediencia es índice de mejor cualidad humana, pues muchas veces asiste a los timoratos y los conformistas. En ocasiones hay que quebrar reglas para acercarse a ciertas cotas de mayor realización. Sin embargo, no hemos vuelto a conseguir nuestra condición de criaturas para la existencia compartida. Es que debemos aprender a dialogar, lo cual implica un nivel de tolerancia hacia lo diferente y hasta opuesto.

Tolerancia es una bella palabra. Algunos la interpretan como condescendencia, con lo cual discrepo. Esta noción implica esencialmente, según el Diccionario RAE, el respeto a «ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias». ¿Qué más se puede pedir de un sujeto?

Creo que la tolerancia es humana y realista, pues no presupone que uno renuncie a su subjetividad sino que tenga la decencia de respetar la del otro. Nadie puede pedir que una persona desista de sus puntos de vista y sus modos de concebir la vida. Sería pedirle que deje de ser quien es. El que solicita tolerancia admite que no todos tienen que pensar como él, que puede estar equivocado.

No se trata de quién está o no en lo cierto, sino de saber concordar las discrepancias para que el mundo sea más amable. Y la ligazón que permite esto es el respeto a las diferencias, o sea, la tolerancia. Ella es un ingrediente principal para la realización del diálogo.

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Desde ese instante de desobediencia, hemos sido arrojados a la intemperie, desacostumbrados de la fraternidad y condenados a una eterna trifulca de caínes contra abeles.

Pero ¿qué es el diálogo? Intentemos una noción básica y práctica, más que una definición académica. Temo a las definiciones, pues tienden a ser conclusivas y unilaterales. No obstante, a partir de la experiencia conocida y demostrada de procesos dialogantes, puede uno acercarse al fenómeno. Digamos que el diálogo presupone la asunción de una posición constructiva, a partir del intercambio franco y respetuoso de ideas, criterios y prácticas distintas para el logro de un consenso beneficioso a las partes en la solución de determinado conflicto o problema.

Ello implica varios aspectos fundamentales. El diálogo parte de principios que cada parte considera esenciales, pero se viabiliza por otros que se estiman negociables. El resultado final de criterio o acción es una construcción lograda por la negociación. No se puede conseguir a priori, pues cada parte tiene que dar y tomar. La consecución de un resultado imprevisto pero plausible se basa en ese grado de respeto, tolerancia, buena disposición y flexibilidad con que se supone uno asista al diálogo.

Diversos autores se refieren a la capacidad o conocimiento para resolver problemas siempre de manera positiva para las partes. En inglés se le denomina a win-win situation, o sea, una situación donde cada partícipe gana algo. Esto no implica que se gane todo, pues en algo hay que ceder.

El diálogo falla precisamente cuando —por rigidez ideológica o práctica—, una, varias o todas las partes involucradas, consideran que deben lograr avances sin ceder en nada. La capacidad de diálogo se considera uno de los conocimientos indispensables en la educación del sujeto contemporáneo para la conformación de una sociedad participativa y productiva.

Personalmente, lo juzgo un elemento fundamental para el desarrollo de una nueva subjetividad, conocimiento que debería sedimentarse en sabiduría. Es nobilísimo imperativo pues, hasta ahora, se ha acumulado instrucción principalmente para doblegar al otro, cuando no para adaptarse a la situación imperante. El nuevo comportamiento deseado implica una cualidad constructiva y cooperativa para beneficio mutuo.

No se puede estimular el pensamiento resolutivo y edificante, desde un pensamiento inflexible, unilateral, impositivo y discriminador. Pienso que el gran cambio en la sociedad global contemporánea no se producirá solo como resultado de la introducción de nuevos materiales, métodos y técnicas. Más bien será el producto del desarrollo de otra mentalidad en el individuo. Una de carácter humanista, solidaria, ecológica, creativa, pacifista.

Debemos entender que todos somos iguales en principio, que todos tenemos derecho a defender ciertas convicciones personales, que nadie posee la verdad pero sí una parte de ella, que ninguna solución personal puede ser más rica y eficaz que la conseguida en interacción y que la mejor posibilidad de supervivencia está en la cooperación y la concertación. Es decir, en una disposición dialogante.

Solo un sujeto así estará apto para convivir y trabajar por resolver los inagotables problemas de la humanidad, mejor que exacerbarlos y perpetuarlos. Para que consigamos una casa habitable, todos los inquilinos debemos participar y armonizar nuestros gustos, opiniones y anhelos.

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Para que consigamos una casa habitable, todos los inquilinos debemos participar y armonizar nuestros gustos, opiniones y anhelos.

El hombre es siempre un ser en tránsito. Una criatura que viaja desde el que es, hacia lo que quiere ser, lo que quiere incorporar y lo que quiere conocer. El «otro», lo «otro», la «otredad», son elementos que animan nuestra curiosidad, búsqueda, y actuación en la vida. Por tanto, nos empujan al diálogo.

Lo que no es diálogo es confrontación. Las actitudes tozudas, prejuiciadas, preconcebidas, desarticuladas del contexto epocal; son fermento nutricio para la persistencia de maneras defensivas, cuando no ofensivas, que generan separación, distanciamiento, incompatibilidad, actitud litigante y empobrecedora de la vida. El diálogo es esencialmente constructivo, la confrontación siempre destructiva.

Es prudente no confundir «diálogo» con «canto gregoriano». Cuando las preguntas conducen a una única y casi siempre prefabricada respuesta, cuando esta se repite en una salmodia monocorde y sin ápice de cuestionamiento, duda o penetración, incurrimos en el profuso canto gregoriano.

El diálogo presupone cierta conflictividad, cierto elemento contradictorio que lo haga avanzar dinámicamente. Solo que esto no se toma como obstáculo insalvable, sino como incentivo de vías enriquecedoras para conseguir un punto de avance favorable. De manera que dialogar no implica ausencia de conflictividad. Sería irreal, más que ingenuo, pensarlo así.

El despliegue de las potencialidades humanas y la consecución de nuestros sueños más inquietantes nos enfrentan a senderos que perennemente se bifurcan y complican. Lo significativo no es la desaparición de los conflictos, sino el desarrollo de una actitud resolutiva, afirmativa, dirigida a la solución antes que al enquistamiento y complicación de los problemas.

En las acciones dialogantes es necesario evitar dos posiciones peligrosas. La primera es: «Yo tengo la razón». Es usual que cuando «discutimos» —término que comúnmente usamos para estos casos de dilucidar opiniones contrapuestas—, al que piensa de otro modo le respondamos: «Eso no es así» o «Tú estás equivocado»; en vez de: «Yo tengo otra opinión».

El que se cree en posesión de la razón se coloca en un pedestal de control y ganancia. Habla de dialogar con la intención preconcebida de convencer al otro de la certeza de su postura. Sin embargo, el propósito del diálogo no es convencer sino concertar. Si uno se atrinchera en una posición pensando que es la «verdadera» y, peor, la «única», no solo fracasa el diálogo sino que perdemos la oportunidad de enriquecer nuestros propios juicios.

La segunda actitud nociva es: «Yo soy la víctima». Es difícil establecer una transacción fructífera con quien, desde antes, acude en una postura que pretende saldar deudas, escamotear responsabilidades, achacar causas; antes que concertar nuevos enfoques.

No se puede dialogar desde una posición de pérdida pues no se plantean argumentos sólidos y creativos sino «quejas» y «lamentos» que buscan conseguir una ganancia inmediata y pírrica. El diálogo aspira a la fundación de una plataforma novedosa y sólida, beneficiosa en común a los dialogantes.

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El diálogo aspira a la fundación de una plataforma novedosa y sólida, beneficiosa en común a los dialogantes.

En ocasiones se asocia el diálogo con la existencia de perspectivas plurales, o con la muchas veces falsa libertad de expresión. La pluralidad de ideas por sí misma no facilita la negociación. Una pluralidad en conflicto es igual de desastrosa que una homogénea.

La libertad de expresión demanda una responsabilidad también dialógica. No es únicamente decir lo que nos falta, sino decir para construir, para solventar, para fundar puentes de entendimiento y tolerancia. El caos es un hervidero de posiciones plurales. Es la actitud dialogante la que hace posible la concordia social. No es tan necesario coincidir como actuar desde una disposición armonizadora. En ese espíritu, toda acción propenderá a una salida positiva y equitativamente benéfica.

El diálogo es la construcción de un sentido inédito. Cada participante aporta perspectivas, opiniones, datos e imágenes, que posibilitan la creación de un nuevo y enriquecedor discurso.

La dinámica de lo complejo es fundamental. El diálogo va hacia un sentido más complejo y armonioso que la suma de partes. La honradez informativa, el acento negociador, la flexibilidad de actitud, la apertura a lo distinto, la voluntad participativa, la disposición a la armonía discursiva, la intención resolutiva; son elementos necesarios.

Para posibilitar el diálogo es necesario el reconocimiento y el respeto al derecho del otro. Cada parte debe sentir que tiene horizontes para exponer, fundamentar y razonar sus juicios. No está demás recordar al Benemérito de las Américas: «En los individuos como en las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz».

Esto nos señala que mi libertad no puede castrar la del otro. De ello se colige que es fundamental la igualdad de posibilidades. Quienes dialogan son pares, no por los puntos que ventilan, sino por el derecho a ventilarlos sin cortapisas. Para que sea posible, es indispensable el aire de la tolerancia. Hay que considerar y permitir ese espacio de diferencia.

Por último, no se puede dialogar solo a partir de opiniones y criterios personales. Estos dejan cabida para clichés y prejuicios. Se precisa información, datos, conocimiento, para que el esfuerzo no sea inútil. Los diálogos son sustancialmente provechosos cuando tienen lugar en un semejante nivel de inteligencia.

Dialogar no debe consistir en una convocatoria o un procedimiento eventual y casuístico. Debe constituirse en modo de ver la realidad y de actuar consecuentemente en ella. Nuestra manera de pensar y ser en la vida. No es necesario que accedamos a las doradas puertas de la Ciudad del Sol. Solo que caminemos por las avenidas de una ciudad donde la franqueza, la cooperación y el respeto hagan los días más amables y promisorios.

***

*Variaciones sobre ideas expuestas en el coloquio organizado por el Comité Regional de la UNESCO en Monterrey, México, el 28 de febrero de 2006.

25 comentarios

Manuel* 20 septiembre 2021 - 2:32 PM

Tenemos otra entrada a favor del diálogo. Está muy bien. ¿Quién se va a oponer?

El problema principal no es ese. El problema es que no llega con exponer esto en Internet. Hay que salir a la calle, lo cual tiene mucho riesgo personal; incluso más riesgo que publicar los que se está publicando en La Joven Cuba.

Manuel Figueredo 20 septiembre 2021 - 2:35 PM

Cada vez que surge algo referente al diálogo, pues uno, se hace la misma pregunta : Con
quién o con quiénes van a dialogar ?
Aplicarán la fórmula del win win,que ganaremos y que cederemos. Ya no podemos ceder más, les parece poco 62 años en ese tira y jala. Se hizo una manifestación, expontanea y pacífica y recibimos a cambio,
plomo, palos, golpes y cárcel. Allá los que quieren conversar con sus verdugos, para que les digan en su cara que la calle es de los revolucionarios y que la orden de Combate ya está dada. Este es mi punto de vista, respeto el de los demás.
Viva Cuba libre. Abajo la dictadura.
Patria y Vida.

Manuel* 20 septiembre 2021 - 5:39 PM

¿Con quién se va a dialogar? Son fáciles de localizar. Casi todos están en la cárcel: Luis Manuel Otero Alcántara, José Daniel Ferrer, Félix Navarro, por nombrar unos pocos.

Ahora que lo pienso todavía no sabemos de qué cargos les acusarán.

Rene 20 septiembre 2021 - 2:46 PM

Trataré de ser conciso. Primero, aclaro mi posición: no creo en el diálogo con el PCC en las condiciones actuales, esto es, un partido único omnipotente, que domina el ejército, economía, medios, etc contra un resto de personas naturales, “acusadas” de apátridas, mercenarios y cualquier otro absurdo. Hay que hacer entonces algo antes, organizarnos. Solo unidos en un partido o asociación, tendremos fuerza suficiente para lograr que el PCC acceda al diálogo en igualdad de condiciones y lo fundamental, que exista algún resultado objetivo

Manuel* 20 septiembre 2021 - 5:41 PM

No hace falta unirse en un partido o asociación. Hay otras formas de unión como votar en blanco y promover legalmente modificaciones legislativas.

Rene 21 septiembre 2021 - 6:14 AM

Manuel*, me estás timando?…promover legalmente modificaciones legislativas? Yo pensaba que los chistes los dejábamos para el espacio de Fernández Era

Manuel* 21 septiembre 2021 - 11:30 AM

Pues sí, promover legalmente modificaciones legislativas. Lo hizo Payá en circunstancias mucho más difíciles. Se puede hacer ahora. Hay que proponer una ley, por ejemplo una ley de amnistía política para los presos del 11J, y buscar firmas. Es completamente legal y, si se alcanzan firmas suficientes, el proyecto de ley tiene que discutirse en la Asamblea Popular.

Esteban 20 septiembre 2021 - 3:24 PM

De nuevo: los comunistas en el poder no dialogan. Esos señores son extremadamente soberbios cuando gozan del más mínimo control sobre la sociedad.
La única forma de sentarlos a la mesa de diálogo es que tengan el agua al cuello. ¡Pero de verdad!
Y este no es el caso.
Mientras tanto, y como decía el cartelito que estaba a la entrada del infierno según Dante Alighieri en su Divina Comedia, “abandonad toda esperanza”.

Manuel* 20 septiembre 2021 - 5:48 PM

Los comunistas en el poder dialogan. Lo hicieron en Europa del Este y lo harán en Cuba. Respecto a lo del “agua al cuello” habría que definir en qué consiste. En Polonia dialogaron con Lech Walesa como representante del sindicato Solidaridad, después de varios años de ley marcial con todos los opositores importantes encarcelados. Para seguir en el poder, tendrían que continuar eternamente con la ley marcial, lo cual sería difícil pero posible.

Manuel Figueredo 21 septiembre 2021 - 8:56 AM

Verdaderamente en esta casa, como decía el presidente Constitucional de Cuba, Ramón
Grau San Martín : Hay dulces para todas y todos

Osvaldo Ferrari Diez 20 septiembre 2021 - 4:02 PM

El comentario está muy bien estructurado literariamente, las construcciones gramaticales en su justo sitio pero ¿dirigido a quién?, ¿quiénes serían los interlocutores del hipotético diálogo?, ¿cuáles serían sus objetivos y posibles ventajas?
Me perdona el autor, pero a mí no me dice nada.

Eva 20 septiembre 2021 - 5:24 PM

De verdad que padecemos el síndrome de Estocolmo… me quedan pocas dudas al respecto.
Agradezco como siempre al autor y a LJC. Unas veces se me despierta la esperanza otras creo que mis nietos no van a conocer una Cuba digna y próspera con todos y por el bien de todos Mi consuelo hay bellezas por conocer y disfrutar en el mundo para ellos, que por suerte, y debo recuerdo bóxer con tristeza, y alivio también , no nacieron en Cuba 🇨🇺

La cara de la política, es muy sutil y ha acomodado su propaganda política , en la cual se gastan enormes recursos que pudieran servir para cualquier cosa de tantas imprescindibles en Cuba, a una superestructura que les conviene para seguir engañando, pues representa lo único que les importa, ignorando la posibilidad de ir más allá de lo establecido por ellos, y por tanto, intentan y han logrado hasta el sol de hoy , fortalecer e incrementar aún más el modelo de desigualdad, para así mantenerse nadando y flotando sabroso, dentro del acuario totalitario, represivo, corrupto y capitalista, porque está claro que esto que vivimos en Cuba no es ni revolución, ni socialismo, ni menos comunismo, más bien obstruyen con su incapacidad e ignorancia y sus recursos de poder dialécticos, la posibilidad de generar o levantar desde la base , de los  que intentan mantener sometidos bajo mentiras o esclavizados con un salario mísero (y una vida carente del más mínimo alivio y bienestar material y espiritual ) alternativas autenticas de un nuevo modo de producción, que sea comunitario y social, buscando desarrollar, además, un  acertado modo de relaciones sociales, que permita hablar de la verdadera liberación de la sociedad civil. Cómo se puede entender que un militar ignorante gane más que un médico ? O, que un maestro o que cualquier profesional o técnico en cualquier rama del saber que, si es medianamente bueno, se pasa la vida estudiando y actualizando sus conocimientos?
Como puede dirigir un país que se vanagloriaba por tener una vasta cultura gente que ni leer bien sabe? Incapaces de improvisar con argumentos sólidos cualquier postura de las que hacen gala . Ni siquiera saben mentir por piedad. Y cada día son más inmorales sus arrebatos porque cuando critican la violación de derechos humanos en otros países son incapaces de mirarse la punta de su pie aplastando al pueblo constantemente.
Hay que tener poca vergüenza y ser ignorante de verdad para estar haciendo discursos, que si se los creen, solo demuestran lo lejos que se ubican de un trabajador honrado en Cuba .
Hasta que no se disculpen y dimitan, este pueblo muriendo a diario no podrá recuperar la tolerancia.
Quién puede seguir tolerando después de 62 años sin Libertad ! seguir sin ella ? por gente sin virtudes patrióticas , sin moral, sin el menor remordimiento y dolor por los que mueren y estaban sanos , y los que mueren en vida cada día , por mal trabajo de esos gordiflones en el poder?
Dialogaron ellos con Batista? Fueron tolerantes cuando ponían una bomba en un parque en un cine en un ferrocarril?
Aquí unos pocos lanzaron piedras contra tiendas en MLC (engaño a todo un pueblo, desde el gobierno hasta cada ministerio) ningún sublevado el 11J lanzó piedras a bodegas o contenedores de pollo, ni siquiera a tiendas en cup , le lanzaron piedras a esas tiendas desde la primera que abrieron( línea y 12 ) en muestra del desacuerdo total y absoluto de vender a los favorecidos con el dólar, y no a los que trabajan y producen pero no cuentan con esa moneda …han tenido toda la vida al pueblo haciendo colas pero antes al menos eran para comprar lo que se quería comprar, de lo poco que siempre han vendido, a precios siempre abusivos contra el salario pírrico que han pagado desde que están en el poder.
Opto por el diálogo entre los que queremos cambiar todo lo que urge ser cambiado empezando por el des gobierno de Cuba por un gobierno donde la libertad y la dignidad humana sean respetadas y representadas cabalmente por la ley de leyes
Donde la soberanía sea del pueblo y no del gobierno corrupto, donde el trabajo sea fuente honrada de bienestar y quien más trabaje y mejor lo haga tenga el derecho pleno a hacer con su ganancia, contribución mediada x impuestos, el bien que entienda sin un parasito gobierno quitándole lo que no les pertenece en nombre del mediador o importador/exportador Estado.

Eva 20 septiembre 2021 - 5:28 PM

Agradezco como siempre al autor y a LJC. Unas veces se me despierta la esperanza otras creo que mis nietos no van a conocer una Cuba digna y próspera con todos y por el bien de todos Mi consuelo hay bellezas por conocer y disfrutar en el mundo para ellos, que por suerte, y debo reconocer con tristeza, y alivio también , no nacieron en Cuba 🇨🇺

Juan Escandell Ramirez 20 septiembre 2021 - 7:21 PM

La fiesta taurina trascendió la península Ibérica y llegó entre otros lugares a Uruguay por allá por el siglo XVIII,aunque en verdad no tuvo mucha influencia hasta que por fin fue prohibida definitivamente si no me equivoco en el primer tercio del siglo XX.Creo Uruguay tuvo un solo torero profesional Eduardo Poggio.

No obstante ese poco pedigrí de los uruguayos en materia tauromaquia no quita el mérito al actuar Presidente Luis Lavalle que después de una gran faena con la muleta le dio un esteconazo al ‘toro’ cubano en la cumbre de la Celac,después de cuadrar al ‘toro’ optó no por la suerte de ‘volapie’ donde el torero va hacia el miura,sino optó por la suerte recibiendo,que se produce cuando el toro citado embiste y allí el gran estoconazo en plena cruz exactamente en ángulo de 45 grados.

Nada Luis Lacalle no tiene nada que enviarle a José Tomás o Manolete.

Manuel* 20 septiembre 2021 - 7:56 PM

Esos intercambios solo son fuegos artificiales. No los veo como política seria. Obrador habló de hacer algo parecido a la Unión Europea en Latinoamérica. No se paró a pensar en las consecuencias.

En el parlamento europeo hay representantes de un montón de partidos. Para entrar en la Unión Europea es imprescindible asumir el estado de derecho y el pluripartidismo. Además existe una legislación europea de derechos humanos que tiene prevalencia sobre las leyes nacionales. Finalmente, la vulneración de esos principios origina expedientes que pueden conducir a fuertes multas o pérdidas de ayudas, como acaban de aprender en Hungría y Polonia.

Jorge R 20 septiembre 2021 - 7:37 PM

Manuel*, no creo que Alcántara o Ferrer sean los que desde mi punto de vista, los elegidos al diálogo. Soy más apegado a mentes que den soluciones y que tengan la madurez política como para convencer a un auditorio que esta vacunado contra todo lo que ” con la revolución todo…..”pero al final seguimos como la gallina y el huevo. Seguiría con gusto a reunirme con personas que como algunos del 27N , tienen ideas de esa Cuba que todos quisiéramos algún dia, pero solo nos dedicamos a dar teorías de lo que se debe hacer y al final ..seguimos en ” canción en arapos”.

Manuel* 20 septiembre 2021 - 7:49 PM

Tanto Alcántara como Ferrer son adecuados para el diálogo porque son representantes destacados de las opiniones de millones de cubanos.

Julia Rodríguez 21 septiembre 2021 - 12:14 PM

Ni Otero Alcántara, ni Ferrer representan, para nada, al pueblo cubano. El primero es un marginal, devenido “artista” como una manera de darlo a conocer, aunque sus famosos Performans, no sean otra cosa que humillar y mancillar la bandera cubana, presentándose cagando con la bandera cubana encima, o usando la bandera como túnica y exhibiendose públicamente, con un hilo dental, al dejar caer la bandera al piso, a esa vulgaridad asquerosa, ahora, pretenden llamarle “arte”. Por lo demás perreando en plena calle, con canciones ofensivas, y vulgares, eso, no tiene nada que ver ni con la mayoría de los cubanos, ni mucho menos con representar a los cubanos.
El segundo es un “guapetón de barrio” chusma, mentiroso, manipulador, delincuente, abusivo y vulgar. Por tanto ese, tampoco representa, para nada al pueblo cubano.
Si quieren buscar a un verdadero representante del pueblo cubano, busquen entre los que aportan, mientras éstos descarados, lucran, con el financiamiento que les dan para sus actividades.
Los jóvenes, miles, que se han incorporado, voluntariamente o al llamado del país, trabajando en Hospitales y Centros de Aislamiento, para tratar de cooperar con sus conciudadanos y con su país, en época de Pandemia, no en esos dos descarados, que sin aportar nada, se creen con derecho a reclamar y a pedir.
No pretendan imponernos quién debe representarnos a los cubanos todos como ciudadanos y como pueblo. Ya ahí, en ese instante, fracasó el dialogó.

Samuel Figueroa Rodriguez 20 septiembre 2021 - 7:57 PM

El sabado murio mi abuelo paterno de COVID 19 , tenia 77 años, murio y nunca mas lo vi, hace 6 años que no me permiten entrar a Cuba, mi país. Soy medico cubano impedido de entrar a mi propio pais. Lo siento La Joven Cuba pero no se dialoga con criminales, esto no ocurre en ningun lugar del mundo, esto es un crimen y una tortura a miles de familias cubanas.

Comunista hasta la Muerte 20 septiembre 2021 - 8:49 PM

Dialogar para cambiar de sistema es como dialogar con el Cartel de Drogas para que no venda mas drogas. Los nuevos herederos no van a poner en peligro su poder absoluto para que la plebe mejore su nivel de vida.

andresdovale 21 septiembre 2021 - 12:40 AM

Estalinista hasta la muerte, no ofendas al Comunismo, nunca has leído a Marx, a Engels, a Rosa Luxemburgo, posiblemente ni siquiera has leído a los padres del Estalinismo, Lenin y Stalin, ni a sus discípulos más aventajados, Mao, Kim il Tung, Enver Hoxha, Tito, Ho Shi Minh, ni a Fidel Castro, defiendes la tiranía de Partido Único, la falta de libertades, la violación de los derechos humanos, la ausencia total de Democracia, la explotación máxima de los trabajadores de la ciudad y el campo, tienes alma y corazón de chivato, eres un enemigo del pueblo y de las libertades. Triste tarea la tuya: defender lo indefendible, adorar lo despreciable, eres enemigo de tu pueblo y algún día serás castigado por ello.

Comunista hasta la Muerte 21 septiembre 2021 - 4:45 AM

ANDRESDOVALE:

Si no lo sabe el 85% del pueblo ratifico al PCC y sus dirigentes como el unico partido con derecho a gobernarlos. Los que han salido a protestar son una minoria. Cuando nuestro presidente, muy valientemente, dio la orden de combate los protestones fueron neutralizados, arrestados y condenados. Ninguno de ellos volvera a protestar por largo tiempo.
La revolución le ofrece al pueblo VIDA o PLOMO. Apoyas y vives. Te reviras y pagas con tu libertad o con tu vida.

Manuel* 21 septiembre 2021 - 4:57 AM

Andrés, creo que no captaste la ironía del mensaje de Comunista hasta la Muerte.

Alden 21 septiembre 2021 - 6:34 AM

Carlos Salinas es una de las manchas de Fidel Castro, le permitió hasta comprarse una casa en La Habana. Salinas es un perfecto neoliberal que nunca le ha interesado la vida de los pobres de México ni de parte alguna.

Julia Rodríguez 21 septiembre 2021 - 11:56 AM

Lo primero que debe existir, a la hora de dialogar, es la voluntad de ambas partes, para hacerlo. Si una de las partes no está convencida de la utilidad, y la necesidad del diálogo, o no tenga la tolerancia necesaria para escuchar, analizar y valorar, los planteamientos de la otra parte, y además reconocer en su oponente también las cosas positivas que tengan o exhiban, pues no podrá haber diálogo, y solo habrá confrontación.
Es lo que pasa con la oposición cubana, dentro y fuera de Cuba, para ellos Cuba, y el gobierno cubano, es totalmente negativo, no son capaces de reconocer nada del montón de cosas buenas que ha hecho el gobierno cubano, con su Revolución. Para ellos, todo es negativo, hasta la Campaña de Alfabetización, no hay para ellos, nada positivo, y con esa negación total y ceguera social y política, jamás podrán tener diálogo con el gobierno cubano.

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