Celebración imprudente

En 1949 Carlos Rafael Rodríguez, uno de los dirigentes del Partido Comunista de Cuba —desde 1944 Socialista Popular—, calificaba al ideal social de la Juventud Ortodoxa como “socialismo subjetivo”. Estas eran sus razones: “aunque el socialismo a que dicen aspirar es un socialismo verdadero, solo se dirigen a él subjetivamente (…) El socialismo parece considerarse como la conclusión de un proceso evolutivo, parlamentario, que ha de gravitar naturalmente, una vez que se conquiste la libertad nacional”.[1]

Sin embargo, cuatro años después, y ya bajo la dictadura batistiana, eran los comunistas los que parecían tomarse de manera muy subjetiva la posibilidad de reaccionar de manera radical ante la violación de la Constitución del 40. Al menos eso es lo que puede colegirse si se compara la actitud de algunos representantes de ambas organizaciones un día como hoy, pero sesenta y seis años atrás.

El 24 de julio de 1953, mientras un grupo de personas, mayoritariamente de la Juventud Ortodoxa, se dirigía a la granja Siboney, cercana a Santiago de Cuba, desde la que irían a asaltar el cuartel Moncada, y a varios de ellos apenas les quedaban cuarenta y ocho horas de sus cortas vidas; la plana mayor de la organización comunista almorzaba en un céntrico restaurante santiaguero para celebrar el cumpleaños 45 de Blas Roca Calderío, su secretario general.

La dirección del Partido de la entonces provincia de Oriente lo había organizado todo. Rita Vilar, hija de César —en aquellos momentos un alto dirigente del PSP—, en su testimonio a Newton Briones le dice: “Esto da una idea de lo desvinculado que estaba el Partido con el hecho de tanta relevancia que estaba por producirse. Si no nunca se les hubiera ocurrido reunir a la crema y nata del Partido en Santiago, donde Fidel estaba a punto de asaltar el Moncada”.[2]

Ese mismo día Noticias de Hoy, órgano oficial del PSP, anunciaba el onomástico con los habituales elogios y adjetivos desmesurados que habían copiado los comunistas nativos del tratamiento a Stalin en la URSS, aunque, desde luego, sin referirse al almuerzo en cuestión:

Hoy cumple un año más de vida Blas Roca, Secretario General del Partido Socialista Popular de Cuba, el máximo guía del proletariado y del pueblo cubano, el estratega de la lucha de nuestras masas por la paz, el progreso, la independencia nacional y el socialismo. El nuevo aniversario de su vida de trabajo y de lucha, de estudio y de combate, será celebrado por las masas del partido de los pobres, de los humildes, de los patriotas y de los justos, con una gran jornada en favor del fortalecimiento ideológico suyo, de la conquista de nuevos combatientes, soldados del partido de la Paz y de la Libertad, con tareas en favor del desarrollo de la prensa popular y revolucionaria, con nuevas victorias contra los enemigos de Cuba, de la humanidad y del progreso. El homenaje, así, será adecuado a la grandeza sencilla y sabia del gran dirigente (…) Hoy saluda con cariño y respeto al gran dirigente popular y obrero, (…) perspicaz y certero de las masas, levantando en su honor sus banderas de triunfo y ratificándole su decisión de combatir sin tregua a los enemigos de Cuba, de la clase obrera, del pueblo, de la paz, de la humanidad. ¡Loor al gran intérprete y orientador de los problemas y necesidades de las masas! ¡Larga vida desea Hoy al guía certero de la lucha por la Liberación Nacional y el Socialismo![3]

La celebración festiva del 24 de julio se producía en un contexto internacional poco halagüeño para los comunistas del área. Eran momentos en que la guerra de Estados Unidos contra Corea se interrumpe por la firma de un armisticio —refrendado al siguiente día del asalto al Moncada—, que exacerbaba la política anticomunista del macartismo en el país norteño; se vivía un período de agudización constante de tensiones con el recién nacido campo socialista europeo: la Guerra Fría; en Chile, donde los comunistas habían sido miembros de la Cámara y el Senado igual que los de Cuba, se había promulgado la Ley maldita de 1948, que proscribió su participación política.

Paradójicamente en Cuba, tras un año y cuatro meses del golpe de estado de Batista, ocurrido en marzo de 1952, los comunistas seguían siendo un Partido legal y publicaban su diario haciendo propaganda en favor del socialismo.

De hecho, la idea de que Batista diera un golpe de estado había sido barajada por los propios comunistas que, dada la política represiva del gobierno de Prío en su contra, veían en el cuartelazo una vía de escape. A quienes piensen que esta afirmación es falsa, les recomiendo la lectura del extenso artículo: “El madrugón del 10 de marzo tuvo un largo proceso de gestación”, publicado el 15 de marzo de 1952 en Noticias de Hoy y firmado por Blas Roca y Juan Marinello. Este fue el análisis que hiciera la Comisión Ejecutiva Nacional del PSP sobre el golpe de estado, en sesión extraordinaria celebrada dos días antes, como se explica allí. Ciertamente se muestran contrarios a la toma del poder de facto, pero las razones que esgrimen son francamente interesadas:

La dirección ortodoxa rechazó nuestra exhortación para que, sin pactos, formulara un programa popular e hiciera un llamamiento a Batista para que facilitara la derrota del gobierno. Esto, de haberse hecho, le hubiera quitado el pretexto a Batista que le sirvió para reagrupar los mandos militares a su alrededor, el pretexto de que los ortodoxos, de ganar, los perseguirían con más saña que Grau o Prío.[4]

La frase “que facilitara la derrota del gobierno” no puede ser más clara. Los comunistas en verdad pretendían una especie de golpe de estado de frente único, que no fue lo que ocurrió. Y, según evidencias, continuaron proponiendo un acercamiento a Batista, con el cual habían mantenido excelentes relaciones como parte de la Coalición Socialista Democrática, que fue el gobierno constitucional de este país entre 1940 y 1944.

El historiador Newton Briones me facilitó un dato interesante. Al parecer, la dirección del PSP utilizó como enviado a Raúl Lorenzo, que era ministro de comercio de Batista, para ser la persona que hablara con el general sobre un acercamiento mayor con el Partido. Batista dio la respuesta, dijo no, pero lo consultó con los norteamericanos y no lo aprobaron. Lorenzo se marchó de Cuba en 1959, pero después regresó y Newton tuvo la oportunidad de entrevistarlo, el 23 de septiembre de 1998 en La Habana.

¿Mentía Lorenzo? es posible, cualquier testimonio corre ese riesgo. No obstante, la contrastación de fuentes permite razonar que los comunistas cubanos no sentían una gran presión del dictador hasta 1953. La desdichada casualidad de estar en Santiago en el momento menos oportuno les jugó una mala pasada, a partir de esa fecha fueron ilegalizados y prohibida la publicación de su órgano oficial. Debe ser por eso que defendieron “a capa y espada”, como dice Newton, no estar inmiscuidos en los sucesos del Moncada. Pero esa es otra historia que será contada muy pronto.

[1] Carlos Rafael Rodríguez: “El pensamiento de la juventud ortodoxa,” Letra con filo, t. I, Editorial de Ciencias sociales, La Habana, 1983, p. 73.

[2] Newton Briones Montoto: Una hija reivindica a su padre, entrevista a Rita Vilar, Ruth Casa Editorial, Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, 2011, p. 64.

[3]S/A: “Cumpleaños de Blas Roca”, Noticias de Hoy, La Habana, viernes 24 de julio de 1953, pp. 1 y 8.

[4] En Noticias de Hoy, La Habana, sábado 15 de marzo de 1952, pp. 1 y 4

4 comentarios

cubanuestraeu 24 julio 2019 - 8:23 AM

Buen comentario, sobre todo porque hace recordar lo que muchos olvidan en el exilio cubano que el partido ortodoxo era un partido socialista, si bien de corte democrático liberal.

Evelio Barros 24 julio 2019 - 8:30 AM

Hola Alina soy fan de tu blogs hace muchos años el padre de mi ex esposa q había sido algo así como custodio del diario Hoy, me comento q cuando el Moncada el diario público un artículo calificando el asalto de “putch de la pequeña burguesía” , sabes algo de ese artículo. Gracias

Carlos 24 julio 2019 - 10:07 AM

Muy interesante Alina, gracias por compartir parte de nuestra historia con nosotros.

manuel 24 julio 2019 - 1:49 PM

La historia oficial ha tocado someramente esta parte de las contradiciones del desarrollo del movimiento obrero y la vinculacion del Partido Socilista a las luchas por los deredchos de la clase obrera……si la vision de la Constitucion del 40 fue liberal progtresista ….sin duda la participacion de los socialistas en la misma fue determinante.
Blas Roca y Juan Marinelo tienen un pâpel destacado en el desarrrollo del sindicalismo cubano antes y despues del 59.
Como todo organisacion sindical nacional , sus avances y retocesos en la defensa de los trabajadores se da de acuerdo a las concepciones generales y particulares de cada epoca y sus dirigentes principales.
Muchos dejaron la vida en su entrega a esta noble causa.
Con todos sus aciertos y errores ……trabajaron mas en condiciones dificiles que facilitadoras de su dedicacion politica.
Hace unos dias se analisaba aqui la actualidad y las carasterisiticas de los sindicatos y sus direcciones …….se contractaba las pocas y pacificas palabras de su secretario general (CTC) con los cuantiosos problemas y retos que tienen los obreros en la Cuba de hoy con un Partido Comunista en el poder ……teoricamente mas avanzado que los socialistas de ayer.

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