Los arquitectos cubanos estamos reclamando el derecho a ejercer de forma independiente.
En los últimos 30 años Vietnam redujo la pobreza del 75% al 5%. Actualmente es uno de los países más prósperos y comercialmente activos del sureste asiático, con un crecimiento de alrededor del 7% anual antes de la pandemia gracias a que en 1986 aplicara reformas económicas y políticas llamada Đổi Mới.
Aunque la desigualdad aumentó y quedan sectores pobres como parte de una población de 95 millones de habitantes, y a pesar de que tienen problemas medioambientales producto de la avaricia y la corrupción, lo cierto es que hoy son líderes regionales y mundiales en la producción de algunos artículos agropecuarios e industriales.
En el sector constructivo, el desarrollo ha sido impresionante y además de las empresas de proyectos estatales que se ocupan de diseñar hospitales y otras grandes obras, también existen empresas privadas de todos los tamaños, algunas haciendo arquitectura de menor calidad y falsamente pintoresca, pero otras con gran prestigio internacional. Vietnam se convirtió además en un imán para firmas extranjeras de arquitectos e ingenieros que se han establecido allí permanentemente o que participan en concursos internacionales.
Es cierto que su situación es diferente a la de Cuba: por una parte fue un país casi destruido por los bombardeos estadounidenses que causaron más de un millón de fallecidos hasta 1975; por otro, debido a varios factores, el bloqueo estadounidense fue eliminado en 1994. A la liberación de las fuerzas productivas internas se sumó entonces la posibilidad de comerciar sin restricciones y entrar en organizaciones internacionales de comercio. Su cercanía a China fue, además, bien aprovechada a pesar de sus diferencias históricas.
Una vista de la Ciudad Ho Chi Minh, la urbe mñas poblada del país.
Tuve la posibilidad de visitar Vietnam cuatro veces por motivos de trabajo y turísticos y conocer cinco de sus ciudades. En 2017 llevé a mis alumnos a Hanoi para hacer un proyecto de curso en el Hanoi Viejo, específicamente en una casa de cuatro metros de ancho por cuarenta metros de largo, todo un reto. Y además, con la ayuda de amigos arquitectos vietnamitas, organizamos visitas a oficinas de arquitectos jóvenes y a varias de sus obras.
Si tengo que contar a alguno de mis amigos vietnamitas que en el 2021, los arquitectos cubanos estamos reclamando el derecho a ejercer de forma independiente, se me caería la cara de vergüenza. Quizás un francés o un canadiense pudiera entender algo, al asumir que vivimos en un Estado socialista centralizado, pero no un vietnamita, que aun con un sistema de partido único, tiene muchas más libertades económicas.
No sería posible explicarle que nosotros, que tanto ayudamos a su país hace cinco décadas, estemos ahora con tal atraso en el sector constructivo y posponiendo una discusión de la que se sabe su conclusión: prohibir la actividad independiente de arquitectos e ingenieros y otras profesiones es una decisión antidemocrática, poco pragmática y poco revolucionaria, sobre todo porque se conoce que excepto para algunos sectores estratégicos, los monopolios y algunas grandes empresas estatales no han funcionado muy bien en nuestro país por más que se ha querido.
Si bien este paso de autorizar a casi 2000 actividades menores es positivo para la economía, el hecho de no haber consultado y discutido con cada gremio profesional es un error grave. Ni siquiera se explicó en las dos emisiones de la Mesa Redonda que supuestamente informaron sobre las medidas. Hasta donde sé, no se ha explicado el daño que le puede hacer a la seguridad, prosperidad y al medio ambiente del país estas prohibiciones, excepto por algunos entendidos en redes sociales que no han visto ninguna amenaza.
La publicación de estas medidas es el hecho más importante de las últimas semanas y nadie refleja las inquietudes y opiniones de los diversos sectores beneficiados o afectados. ¿Qué papel tuvieron nuestros parlamentarios, la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) y el Ministerio de la Construcción (MICONS) en esas decisiones?
Ese diálogo que tantas veces se reitera que ha ocurrido entre los servidores públicos, instituciones, autoridades ministeriales y los ciudadanos, en especial en el sector de la cultura, en el caso del sector constructivo no ha sucedido. Espero que los canales existentes sirvan para propiciarlo y se de una rectificación que evite otras formas más confrontacionales y poco efectivas.
El orgullo de que nuestro país sea capaz, bajo todo tipo de limitaciones y presiones, de desarrollar cuatro proyectos vacunales contra la COVID-19, contrasta con la vergüenza de tener una estructura obsoleta y mecanismos mal engranados para diseñar, construir y mantener edificios, comunidades y ciudades. Algo que sí se ha logrado durante décadas en la Oficina del Historiador de La Habana y otras provincias.
Anoche vi un spot televisivo que recuerda una frase de Fidel donde decía algo así como que las nuevas generaciones tienen la palabra. No creo que haya sido así en este caso, aunque reconozco que puede ser más debido al lastre de un aparato burocrático que no ha entendido que los tiempos de imposiciones y poco respeto a la ciudadanía ya pasó, que por una deficiencia del actual gobierno que tantas batallas tiene abiertas y lucha para revertir errores pasados.
Recibimos educación gratuita para ser cultos y por lo tanto, para ser libres y servir a la nación y a nuestras familias con nuestro esfuerzo, conocimientos e ilusiones.
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Este texto fue publicado originalmente en el perfil de Facebook del autor.
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Súmese a la iniciativa del Consejo Editorial de La Joven Cuba y firme la Carta Abierta al presidente de Estados Unidos solicitando el fin de las sanciones contra Cuba.
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