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satira politica

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por Jorge Fernández Era 24 abril 2022
escrito por Jorge Fernández Era

―¿Viene a hacer una crítica dice?

―Sí. En la Unión de Escritores y Artistas de Cuba…

―¿A qué asociación pertenece?

―A la de combatientes. Peleé…

―Me refiero a si escribe, compone o canta, si es actor o pinta algo.

―Todos pintamos algo en esta nueva sociedad ya no tan nueva.

―¿Viene a darme lecciones? La gente dice que si sesenta años, que si la construcción del socialismo está aplazada por falta de materiales… Nadie reflexiona en que seis décadas, comparadas con lo que vive el ser humano, constituyen un periodo largo, pero si las tiras contra la historia de la humanidad son un tiempo irrisorio. ¿Sabe cuánto más le hace falta al socialismo para afianzarse?

―Mejor ni me diga. Solo quería denunciar que en la Uneac…

―Por esa manera desenfadada con que habla, debo inferir que escribe.

―Algún talento tengo. En cuarto grado redacté una composición que ganó premio en el concurso municipal «Los niños y el problema fundamental de la filosofía».

―La filosofía no sabe nada de problemas. Cuando me designaron coordinador político del barrio, se me dijo que venía a resolver una enorme contradicción de debate que hemos tenido en el Partido durante años para organizar el trabajo, orientarlo, trazar la política sin suplantar al Gobierno ni al Poder Popular ni al Consejo de la Administración… para que no me suplanten. Por eso mi deber es fijar bien los preceptos sobre los cuales puede recepcionarse o no un señalamiento. ¿El suyo es individual o colectivo?

―Colectivo. No soy el primero que se fija en que…

―A tenor de una reciente declaración del Secretariado la Uneac y de la Presidencia de la Asociación Hermanos Saíz, usted y los que se manifiestan forman parte de un «pequeño grupo de distinta procedencia».

―Quizás no tan pequeño.

―¿Residentes en Cuba?

―No hay que vivir aquí para darse cuenta de que en esa institución…

―Residir en la Isla es requisito sine qua non para formular una crítica. Los que están del otro lado piensan que por enviar remesas, sostener las tiendas en moneda libremente convertible y con ello lo poco que queda de la economía tienen derecho a brindar opiniones sobre el acontecer de la nación. No son capaces de lanzar el S.O.S. que Canel propuso para la sociedad norteamericana, quieren cogernos de bobos recetando terapias. Ni que tuvieran currículo para ello.

―En cualquier grupo humano, imagino que también en la Uneac y la AHS, hay disímiles resultados profesionales.

―Menos en el PCC, que es la inteligencia, el honor y la conciencia de nuestra época, la fuerza superior de la sociedad. Tuvo razón aquella delegada a la Asamblea Provincial del Partido en Santiago cuando afirmó que nosotros somos la razón de ser del pueblo. Encaminamos a Cuba hacia la prosperidad.

―Hacia una tremenda pobreza… perdón, proeza.

―Estamos perfeccionándolo todo.

―Hasta el desabastecimiento.

―Ahora mismo hay varios expertos estudiando cómo es posible que en las tiendas en pesos cubanos se oferten aún culeros desechables. Algo está fallando.

―Defecar se ha vuelto un tanto complicado, buena parte de los componentes son de importación.

―Los niños crecen con la resistencia creativa en las venas.

―Y en las tripas.

―Llegarán a la adolescencia más fortalecidos que nosotros. Ya lo apuntó el presidente: «A los jóvenes no hay que verlos con una mirada paternalista, hay que estar con ellos y darles la posibilidad y los espacios para que participen, para que creen, para que aporten».

―Para que crean que aportan.

―Se trata de articular emociones e inteligencia con acciones revolucionarias, como esa suya de venir a esbozar una crítica.

―Verdad que sí, ya olvidaba exponerle que en la Uneac…

―¡Un momento! No me ha dicho qué obra posee para ganarse ese derecho.

―Comencé, con licencia y todo, un cuartico con baño hace nueve años, y no he podido pasar de veinte bloques. Lo que me mantiene con ánimo para levantarlo es oír que lo fundamental de la obra que construimos son sus cimientos.

―La obra suya es escasa y no pasa de un premio infantil que ni clasifica para integrar La Colmenita. No debía otorgarle aval para que continúe con su diatriba, pero esa modestia, ese altruismo sostenible de continuar a ras del suelo, en los cimientos, como usted dice, me ha conmovido. Tome este papel y siga hacia Casa de las Américas. Allí trabaja el que autoriza a tener opiniones divergentes en el ámbito de las ideas. No recuerdo el nombre del funcionario, porque soy nuevo en esto, pero dicen que es un prieto pelú que no le gusta ni un poquito que a sus superiores les lleven la contraria.

―Mejor desisto. Son demasiadas vueltas para que alguien se fije en que a la entrada de la Uneac hay un contenedor de basura que debe ser cambiado… como todos ustedes.

24 abril 2022 6 comentarios 1.592 vistas
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autoincineración

Autoincineración

por Jorge Fernández Era 10 abril 2022
escrito por Jorge Fernández Era

Mi lugar de nacimiento es un dato confuso: en algunas inscripciones aparezco pinareño, en otras habanero, y en la última resulta que soy devoto de la diosa Artemisa. Los pocos miembros de mi familia que quedan en Guanajay me prefieren capitalino, y no me perdonan haberles quemado accidentalmente, niño aún, un rancho repleto del mejor tabaco del mundo. Una fumada espectacular.

Lo más relevante de mi enseñanza primaria fue un mural que diseñé en ocasión de una visita del presidente de la república para inaugurar una carretera. Busqué una foto de Carlos Prío y la rodeé de flores y tres o cuatro frases altisonantes. Al retirar la tela que lo cubría, el presidente se puso pálido y por poco me manda a fusilar (es conocido el carácter que se mandaba Batista).

Hoy, en el Museo de Guanajay, se conserva una instantánea del momento de estupor que produjo mi mural, pero se le achaca la «protesta cívica» a mi entonces maestra. Algún día reivindicaré aquella burrada, aunque solo me sirva de prueba la libreta de Historia que aún conservo con las clases que nos impartió la susodicha.

Al triunfo de la Revolución me encontraba preso en el Castillo del Príncipe. La injusticia quiso se me acusara del asesinato de un senador acribillado por las balas segundos antes de salir yo por la chimenea de su residencia con un botín a cuestas. Qué puede esperar un joven de veinticuatro años condenado a uno más de cárcel (veinticinco) que no sea podrirse entre rejas.

Los barbudos me devolvieron la vida. Y tuve que devolver al tesoro público un diamante valorado en veinticinco mil pesos (a mil el año hubiera salido la cosa). Me dejé crecer la barba y estuve treinta y dos meses con grados de subteniente al frente de la galera número tres del Príncipe, la misma en que figuraba como reo el verdadero asesino del senador del diamante. Este (el criminal) falleció calcinado en un incendio que causó la colilla de un habano una semana antes de que me trasladaran a la Escuela de Artillería de Managua (siempre me he sentido sospechoso de provocar tal incendio).

Allí, limpiando una escopeta, se me escapó un tiro y herí de muerte, o maté de heridas, al cocinero del regimiento. Salvé la honra porque en la investigación salieron a relucir relaciones un tanto estrechas del occiso con un homosexual bailarín de Tropicana que voló al norte. Ignoro cuál de los vuelos cerró el caso, pero quedé como el tipo que por poco mata dos pájaros de un tiro.

Como medida disciplinaria me mandaron esta vez a los cafetales de Maisí, donde pasé los mejores años de mi juventud desvelado por las atenciones al aromático grano y por las cantidades industriales que bebí de la estimulante infusión. De aquella época data un artículo que envié al periódico provincial y que el director, con solo ver el encabezamiento, me publicó sin chistar. «El título le levanta el patriotismo a cualquiera», había comentado él. «La heroína de la Sierra» era un análisis sobre el consumo de estupefacientes en la zona de Puriales de Caujerí.

Muchos años después, al fundamentar la separación definitiva de mi puesto de administrador de la granja pecuaria El Cuartón de Tula por colocar a su entrada una valla con la foto de Ubre Blanca y el texto «Comandante en Jefe, ordeñe», se citaba, como antecedente de mi conducta, la ambigüedad del mencionado título.

Al surgir el Cordón de La Habana nos hicimos célebres (el antiguo director del periódico provincial y yo) por la cantidad de posturas enviadas a occidente para sembrar cafetales en las colinas de la capital; aprovechábamos las trincheras cavadas en plena Crisis de Octubre. Fue el fin de la pujante finca, porque el café nunca retoñó en La Habana, y la historia demostró que dichas tierras —las de la capital y las de Maisí— eran más productivas para el cultivo del marabú.

Los últimos años de la década del sesenta los pasé como jefe de lote en los campos villareños, sembrando la caña que se molió en la Zafra de los Diez Millones. Al finalizar esta, se le achacó la culpa de su fracaso a mi entusiasmo por el sistema australiano de quema de la caña de azúcar. A mi favor debo decir que nadie advirtió que de la quema estaban exentos los viveros destinados a semillas.

Diez años estuve en Cayo Veitía como guardafrontera, comido por los jejenes o engulléndolos. Conservaba el desvelo de los tiempos gloriosos de los cafetales de Maisí: en mi zona no hubo infiltración enemiga. En otros puestos fronterizos los centinelas se dormían, recibían una lluvia de tiros, y luego eran ascendidos por repeler la agresión. Yo, que en mi sonambulismo solo repelía mosquitos y prendía hogueras para el café de medianoche, quedé en soldado raso, pues por mi posta nunca hubo penetración enemiga, ni siquiera ideológica.

Cuando la emigración por el Mariel, y dada la abundancia de plazas vacantes, me situaron —uniforme incluido— en el Banco Nacional de Cuba a incinerar billetes viejos o en mal estado. Me fue bien, tanto que estuve hasta 1992, pero un día no cumplí mi cometido y por poco me apropio, si no me hubieran descubierto, de un pequeño maletín con varios miles de pesos.

Como a todo desmovilizado del Ministerio del Interior, se me dio la oportunidad de trabajar en una firma extranjera, en este caso española: la sucursal de los autos Seat en Cuba. Mi puesto de asesor de márquetin del área comercial justificó propusiera el siguiente slogan: «Donde Seat, como Seat y para lo que Seat».

La sanción consistió en ocupar el puesto de fregador de platos y otros enseres en este, el entonces centro turístico El Salado. La experiencia de otrora consolidó mi prestigio con la cafetera y el director confió en mí para la colada del mediodía. La conversión en motel para el turismo internacional me sorprendió afianzado en la plaza de maletero y como ayudante del bar, donde inventé varios cocteles con crema de café premiados en competencias provinciales de gastronomía.

Tras la dolarización de la economía, con un título de Licenciado en Bioquímica obtenido quemándome las pestañas, he ganado en propinas, mensualmente, diez veces la suma de mis salarios como subteniente, jefe de granja y de lote, guardafrontera, empleado del Banco Nacional y asesor de márquetin.

Ahora, por mi condición de vanguardia —ya hablé de los premios, pero agrego mis donaciones de divisas a la Sala de Quemados del hospital Calixto García— me recomiendan para un puesto en el Partido municipal. La Comisión de Idoneidad pidió redactara esta autobiografía. Espero haber sido lo suficientemente honesto para que, lectura concluida, desistan del empeño y me sugieran incinerarla.

10 abril 2022 8 comentarios 1.777 vistas
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Vamos

Vamos…

por Jorge Fernández Era 3 abril 2022
escrito por Jorge Fernández Era

―Te llamé para chequear las actividades por el aniversario 60 de la Unión de Jóvenes Comunistas. Es el lunes, por si lo olvidaste.

―Quién iba a decir que la UJC llegaría a la tercera edad… «El reto está en borrar esas distancias y asumir, así como lo hicieron nuestros abuelos, lo que les tocó hacer en aquel momento», ha dicho Aylín. Le falta el temple de la Morfa.

―La juventud no es ya lo que antes. En mis tiempos dábamos unos mítines de repudio que había que decirle usted, como aquellos en que le decíamos a la gente que se fuera.

―Hoy no hay ni que pedírselo.

―El llamamiento a las actividades centra su atención en eso. Dice textualmente: «Hagamos de este 60 aniversario un motivo para que todo joven cubano vuelva a pensar en sí mismo».

―Eso hacen cuando emigran.

―Porque falta la labor educativa que tenía hace años la militancia. Se convocaba a una Asamblea por la Educación Comunista y todo el mundo estaba claro de en qué consistía el diversionismo ideológico. Era fácil identificar, por ejemplo, al que oía a escondidas música prohibida.

―Y más fácil aún prohibirla.

―Estás un poco bocón.

―Es la nostalgia de tiempos que no acaban de volver… a pesar de nosotros.

―Regresarán con fuerza si me sigues contestando. Dime si chequeaste la campaña en la televisión.

―El spot por los 60 años no está mal, pero sugerí sustituir «Voluntad de acero» por «Voluntad de fibrocemento», un poco más asequible.

―El olor a cemento puede herir susceptibilidades. Pon algo más suave y ligero: «Voluntad de poliespuma», por ejemplo. Dáselo como cosa hecha a la primera secretaria, no vaya a ser que crea que los jóvenes pueden tener voluntad.

―Anda ocupada con el IV Congreso Internacional de Investigadores sobre Infancias, Adolescencias y Juventudes.

―Querrás decir Infancia, Adolescencia y Juventud.

Hagamos de este 60 aniversario, un motivo para que todo joven cubano, vuelva a pensar en sí mismo, vuelva a pensar en su barrio, en sus amigos, en su familia, en su futuro, en su Patria. #VamosConTodo #CubaVive @DiazCanelB @DrRobertoMOjeda @JuventudRebelde @UJCdeCuba pic.twitter.com/IIqqeP7spb

— Aylín Álvarez (@aylinalvarezG) February 4, 2022

―Así como le dije. El Código de las Familias contagia. Ahora todo el mundo prefiere el plural.

―¿Van a nombrarse Uniones de Jóvenes Comunistas?

―No me extrañaría. Hicieron un llamado «al pensamiento crítico, a sumar e incentivar a los jóvenes a que se sientan parte y capaces de transformar la realidad cubana en todos sus procesos, a enfrentar el fenómeno de la emigración, que no es solo física, pues la desconexión con nuestro proyecto social es también una forma de emigrar».

―¿Ves por qué hay que revitalizar los mítines de repudio? Mira que decir que los jóvenes no se sienten parte. ¿Tú oíste eso y no diste el parte?

―Ya pasé la información. Se analiza. No sé el resultado, estaba puesto para el aseguramiento a las actividades por el aniversario.

―Me gustó la idea del trabajo voluntario en las quinientas empresas con pérdidas.

―No sé qué decirle. Los trabajos voluntarios traen más mermas que beneficios. Se perderán irremisiblemente esas entidades estatales.

―¿Y las medallas 60 Aniversario?

―Pudimos entregar la mitad. Buscamos alternativas para que todo el mundo se lleve a casa su moneda conmemorativa.

―Habla con el Banco Nacional de Cuba. Una tonelada de pesetas no se hará extrañar si se funde.

―Tres cositas más, jefe.

―Dime.

―El Granma no debía decir que «El corazón es el motor que nos impulsa» con lo difícil que se ha puesto la gasolina. Mucho menos afirmar que «no se ha erigido aún el obstáculo capaz de frenar la avalancha que detona la unidad». Avalancha es lo que ha habido en los últimos días en las unidades de expendio.

La otra es el nombre de la campaña. Decir «Vamos con todo» no es nada original. El titular de la Secretaría de Defensa Nacional de México la enarboló en 2016 para decir que iban con todo contra el cártel de Sinaloa, y en junio pasado un candidato a la gubernatura en esa ciudad la utilizó para su campaña electoral. Temo que la visita de Obrador a Cuba sea para acusarnos de copiadores.

―¿Y qué propones?

―Que la campaña de la Unión de Jóvenes Comunistas se nombre «Vamos con lo que hay».

3 abril 2022 12 comentarios 1.758 vistas
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Excavaciones

Excavaciones

por Jorge Fernández Era 27 marzo 2022
escrito por Jorge Fernández Era

El reciente descubrimiento de cinco tumbas erigidas para altos funcionarios en la necrópolis de Menfis, en Saqqara, la capital del Antiguo Reino de los faraones, fue motivo de amplios debates en el Octavo Fórum de Ciencia e Innovación de Egipto. El sitio arqueológico, situado a unas cuatro leguas al sur de la meseta de Giza, Patrimonio de la Humanidad, es conocido por la famosa pirámide escalonada del faraón Djoser, una de las más antiguas del planeta, la primera de la era faraónica, construida alrededor del año 2700 antes de nuestra era por el arquitecto Imhotep.

El faraón Djoser, también conocido por Ventur, fue motivo en su tiempo de chanzas de sus correligionarios gracias a los muchos años que se mantuvo en las más altas esferas del poder. Incluso después de su retiro oficial era visto en recorridos a lo largo de los cauces medio y bajo del Nilo, chequeando inversiones en la esfera agrícola que intentaban atenuar el acoso constante del imperio romano, cuando fue más notoria la escasez de camellos y los nómadas cazadores-recolectores se dedicaban al sacrificio ilegal de ganado.

Los aldeanos temblaban cada vez que se anunciaba la visita de Djoser, ya que por motivo de su edad y andar acompasado, arrasaba a su paso con cuanto cultivo se le presentaba por delante. Algunos estudiosos defienden su innegable legado, y declaran que no hay que extrañarse de que ciertos individuos que nunca han abierto un sarcófago se dediquen a denigrar de esa manera a Ventur. «Basta que alguien se meta algunas pocas décadas en el poder para que esa gente se ponga a hablar boberías», apuntan.

Imhotep, por su parte, es uno de los personajes más polémicos de su época. En tiempos en que sus compatriotas hacían largas colas a través del desierto para llegar a los escasos oasis donde existía la mínima subsistencia, creó con su mismo nombre, y con el apoyo de altos jefes militares, una inmobiliaria que se dedicó a la construcción, con materiales importados desde remotos lugares del mundo, de suntuosas pirámides atiborradas de muebles de maderas preciosas y exquisitos manjares no accesibles para las mayorías.

Recuérdese que la vida en Egipto, en ese Periodo Arcaico, se basaba en el «control estatal sobre los recursos naturales y la organización de proyectos colectivos por empresas militares que mantuvieron una hegemonía imperial. La motivación y la organización de estas actividades dependían de una élite sociopolítica y económica que alcanzó consenso social por medio de un sistema basado en creencias religiosas, bajo la dirección del faraón, un personaje semidivino». Se hizo evidente una inclinación de la monarquía hacia el Alto Egipto y un proceso de sedición por parte del Bajo, lo cual fue antecedente de disturbios más graves ocurridos de buenas a primera.

En una de las bóvedas descubiertas por las recientes excavaciones se sacó a la superficie un sarcófago en piedra caliza y coloridos adornos que contiene los restos de un faraón de ese periodo histórico. Expertos del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto especulan con la posibilidad de que se trate de la última morada de Ramir o de Guigar, otros dos importantes monarcas.

Los defensores de la hipótesis de que sea este último dan por sentado que la veintena de ejemplares bien conservados de un roedor de la especie Capromyinae, más conocido por jutía, y del ave Struthio Camelus, alias avestruz, solo pueden pertenecer a un soberano como él, que hasta sus últimos días dirigió igual cantidad de consorcios para la cría de dichos animales y la doma del Equus Caballus.

Una decena de egiptólogos examina los restos encontrados en los estómagos de algunos miembros de la plebe, para dictaminar si se cumplió alguna vez la promesa de Guigar de variar, gracias a esos animaluchos, la dieta de los egipcios, y alcanzar de paso la soberanía alimentaria.

El faraón Ramir era más dado a asuntos militares y siempre se mantuvo en un perfil bajo, con su indumentaria de guerra, lo cual no fue óbice para que encabezara múltiples proyectos para el desarrollo del desierto, el uso planificado de la arena, y la explotación, con la ayuda del dios Ra, de las energías lumínica y eólica.

Las altas personalidades que hoy son objeto de estudio sobrevivieron a la política de relevo que se promovió para sustituirlos, llamada «de la Continuidad». Uno de los descubrimientos más trascendentales en Saqqara fue un jeroglífico de un texto escrito por Homero. Por la inscripción en una de las paredes, no debe provenir del aeda griego, sino del entonces secretario faraónico.

Al ser traducido, reveló una madurez política inusual para esos años: «En ocasiones se ponen al frente de las tareas a personas que son amigos, familiares o los llamados “cuadros reciclados o corchos”, sin la más mínima evaluación previa. La política de cuadros no es un problema estadístico, de ascender a jóvenes, mulatos, negros o mestizos porque sí. Ello tiene que ser sobre la base del mérito y las cualidades personales».

La fidelidad a toda prueba y la preocupación por la formación de sus reservas hizo que fueran encumbrados faraones que respondieron al nombre de Esteb y Salvad, mucho más jóvenes, recién arribados a la cuarta edad. El primero fue un funcionario de gran carisma, adorado en su época, quien más se preocupó por el descanso de sus subordinados: los hacía dormir al tercer minuto de sus discursos.

El segundo se convirtió en el primer gobernante en descubrir que para cosechar algún producto agrícola primero había que sembrarlo. Dedicó los últimos suspiros de su vida a convencer a los agricultores de que si no había agua, fertilizantes, tractores, aperos de labranza ni insecticidas, pero existía el firme propósito de trabajar por el futuro de Egipto, la solución estaba en desparramar y desparramar semillas, que algo saldría.

Se rumora que hubo un faraón que era en realidad el más importante de los dignatarios, pues a pesar de abandonar el poder, lo mantenía desde la sombra. Los arqueólogos persisten en su búsqueda.

27 marzo 2022 14 comentarios 2.166 vistas
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UCI

Valor de UCI

por Jorge Fernández Era 6 marzo 2022
escrito por Jorge Fernández Era

—Malas noticias, mi presidente.

—¡No me digas que la zafra sigue atrasándose! Al paso que vamos tendremos una producción menor de la que ostentaba Cuba antes de ser introducida la caña de azúcar.

—Peor que eso. Los rusos han tomado la Universidad de las Ciencias Informáticas.

—¡¿La UCI?! Las señalizaciones de las carreteras ucranianas estarán malas, pero no al extremo de que se extravíen así… salvo que desembarquen por aire.

—Imposible llegar de esa manera. Estudios de un experto cubano arrojaron hace algunos años que en dicha zona de la autopista Novia del Mediodía es especialmente intenso el tráfico aéreo, los aviones colisionan.

—¿Y por dónde arribaron entonces?

—Por tierra. Estaban alojados en Varadero y se inventaron una excursión en diez Yutong a La Quintica de San Antonio de los Baños.

—¿Ningún agente nuestro coligió que en La Quintica no hay ya ni renacuajos para recibir a semejante contingente?

—Bueno, el 11 de julio se tiraron a la calle muchas más personas y, a pesar de ser un plan urdido durante meses por la CIA, nadie de la Seguridad…

—¿Te estás burlando de mí?

—Incapaz, mi jefe. Es que esto de los rusos matriculados a última hora…

—¿No hubo manera de contener la agresión?

—Que va, trajeron un contingente de matriuskas.

—¿Las que tiran cohetes?

—Esas son las katiuskas. El batallón se llama Matriuska porque eliminas a uno y sale otro, eliminas al segundo y aparece un tercero, y así sucesivamente. Desmilitarizaron a los CVP y entraron por ahí pallá.

—¿Y qué exigen?

—Que les devuelvan la base de comunicaciones Lourdes.

—Ah, eso. Me lo hubieran dicho a las buenas y se las regalaba, a ver si concluyen los edificios a medio terminar que hay allí.

—A las buenas no lo solicitaron porque están molestos con la declaración oficial de Cuba por lo de Ucrania.

—¡Pero si lo único que faltó para expresar la total adhesión a Putin fue acompañarla de un videoclip de Raúl Torres contra el bloqueo a Stalingrado!

—Les chocó un párrafo del texto oficial: «Lamentamos profundamente las pérdidas de vidas de civiles inocentes en Ucrania». No se menciona el porqué de esas bajas, alegan que debíamos expresar que son a causa de una intoxicación masiva por ingesta de borsch.

—«El pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano», prosigue la declaración.

—Está celoso el canciller Lavrov. Dice que nuestra relación con los rusos es más entrañable aún.

—Como para meternos el pie hasta las mismísimas entrañas. Nos dejamos cuando la Crisis de Octubre y luego nos abandonaron.

—Gracias a eso llegamos a esta Crisis de Febrero.

—Chico, ¿tú me quieres joder la tarde?

—Para nada, presidente. Es que con los rusos ahí, a las puertas de La Habana, los yanquis pueden meternos mano bajo el mismo pretexto que se ha esgrimido para llegar a Kiev, cuyo gobierno fue criticado por Cubadebate por desplegar armas para su defensa.

—A esos extremos han llegado… los ucranianos, mira que defenderse. Y hasta han roto relaciones con el Kremlin, que lo que desea es ayudarlos.

—Esto de la UCI nos obliga a otra declaración oficial, que no puede ser tan tibia como las anteriores.

—Pues que lo sea. Está al firmarse un crédito ruso para la compra de cien mil latas de pollo a la jardinera durante cinco años y no podemos arriesgarnos a perderlas.

—¿Qué podemos decir que no les moleste?

—Que la informatización de la sociedad es el futuro del desarrollo sostenible de Cuba, que un sistema de gobierno basado en ciencia e innovación necesita de la UCI, y que Rusia… nos ayudará a trasladarla para otro sitio. Más que la Universidad de las Ciencias Informáticas me preocupa la escuela primaria con monumento a Maceo que estamos arreglando muy cerca de allí, en Punta Brava.

—¿La «Invasión de Oriente a Occidente»?

—Esa misma. Mejor que la reinauguren con otro nombre: «Intervención Militar Especial de Oriente a Occidente».

6 marzo 2022 9 comentarios 2.063 vistas
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Observatorios

Observatorios

por Jorge Fernández Era 20 febrero 2022
escrito por Jorge Fernández Era

―¿Cómo va lo de los observatorios?

―Contamos con unos cuantos opositores en observación. De vez en cuando no los dejamos salir de casa o por el aeropuerto… o les impedimos regresar al país.

―Me refiero a los observatorios científicos.

―Ya tenemos dos. El primero fue el Observatorio Científico del Comercio Interior. Da seguimiento y sistematiza las tendencias existentes a nivel nacional e internacional mediante la compilación, evaluación y producción de información dirigida a la mejora de la competitividad del sistema empresarial, la eficacia de las políticas institucionales y la satisfacción de los consumidores.

―Suena bonito.

―Eso no es nada. Entre sus ejes temáticos se encuentran innovación, demandas, comercio minorista, gustos y preferencias, actores económicos, consumo, cadenas de suministros, comercio electrónico, alimentación sana, procesos logísticos, comercio mayorista y servicios gastronómicos.

―Los resultados están ahí.

―Quizás sea anticipado hablar en esos términos, pero gracias al Observatorio se descubrió, por ejemplo, que los consumidores habaneros, de quince huevos al mes que recibían, ya están en condiciones de comerse solo ocho. El problema (lo ha dicho la jefa de la Oficina del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional) es introducir nuevos hábitos, pues se desperdician muchos productos. Lo define en dos palabras: «incultura alimentaria». Los ciudadanos suelen comerse el huevo frito o como tortilla, desaprovechan las miles de formas que existen para su preparación.

―Debíamos escribirlo, para que las generaciones futuras vean cuánto de ciencia e innovación hay en decidir entre un huevo frito y una tortilla. «Cada vez que tengamos que enfrentar un problema complejo, acudamos a la investigación científica», ha dicho Canel. Y ese problema es albúminamente complejo, un verdadero revoltillo. 

―Entre las cuatro misiones principales del Observatorio está precisamente la creación de un anuario, para no perder la historia de un Comercio que ha debido adaptarse a las condiciones de la nación. Será difícil imprimirlo: si el cartón de huevos está como está, mejor ni preguntar a cuanto salen la cartulina y el papel.

―Agreguen una quinta misión: la de fomentar la ponedera de gallinas en espacios urbanos. En cada municipio hay entre 5000 y 15 000 patios y traspatios. A cuatro pollos femeninos por cada uno, y un gallo que despierte a los vecinos a las cuatro y los ponga a trabajar… Son herramientas y fórmulas para que el pueblo se sume al proceso innovador.

―Esa misión se la dejaremos al Observatorio Tecnológico de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional con más Ciencia, un proyecto desarrollado en Pinar del Río. Su plataforma contiene pronósticos agrometeorológicos, mapas de suelos, estudios del clima, datos demográficos, de la maquinaria, del uso de la tierra, y detalles asociados al control pecuario, entre otras prestaciones.

―Habrá que incorporarle una explicación de por qué bajamos la cuota de huevos de quince a ocho. Hay gente tozuda que no entiende.

―Varios expertos trabajan en función de ello, ya organizan la Convención Internacional «Producción Animal y Agrodesarrollo», en el Centro de Convenciones Plaza América de Varadero.

―¿En la playa?

―El primer ministro hace llamados a desarrollar el turismo agrario. En tal sentido los compañeros del Mintur decidieron trasladar sus congresos a una cooperativa de Quivicán. El evento de Varadero contará con una ronda de negocios de empresarios, ganaderos, importadores y exportadores que permitirá la concertación de acciones comerciales entre instituciones científicas y académicas.

―A ver si aprovechamos para darle salida a las cientos de miles de avestruces y jutías que tiene listas para su comercialización la Empresa de Flora y Fauna. El compañero Guillermo, que a sus 94 años no da abasto con las veinticuatro empresas que dirige, anda medio acomplejado porque Frei Betto no menciona a esos animalitos cuando de cambiar hábitos alimentarios se trata.

―Es que no ha leído un artículo muy bueno que aborda «los aspectos epistemológicos relacionados con la sostenibilidad alimentaria y su relación biunívoca con la agroecología», además de ofrecer «algunas valoraciones para el mejoramiento de la cultura del comer en el país». Son muchos los científicos cubanos metiéndole coco al asunto. Hay más gente investigando que produciendo.

―Porque sus capacidades nos permitirán impulsar un desarrollo próspero, sostenible, justo, y nos asegurarán la soberanía por la cual hemos luchado durante dos siglos, desde que los cimarrones solo consumían jutía.

―Es lo que los sesudos llaman «preservación del paladar histórico». De ahí la importancia de crear observatorios desde los gobernantes hacia los gobernados, aumentar la visión de aquí para allá…

―…y disminuirla de allá para acá.

20 febrero 2022 4 comentarios 1.726 vistas
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Globo

El Globo

por Jorge Fernández Era 30 enero 2022
escrito por Jorge Fernández Era

Compañero secretario general de la Organización de las Naciones Unidas:

Cuba asiste a esta Convención Mundial sobre la Inflación con índices no alcanzados por nación alguna. Mientras otros gobiernos se alarman por el decrecimiento del comercio, la pequeña isla del Caribe que represento da pasos acelerados por regresar al trueque. Los vendedores particulares comercializan los productos a dos y tres veces el precio con que los adquieren, de ahí que el Estado les abra expedientes judiciales y los acuse de plagio.

Acaba de ser aprobado el proyecto de Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Nutricional, que regula la organización de los sistemas alimentarios locales y sostenibles, los cuales articulan de forma intersectorial e interinstitucional la producción, transformación, comercialización y consumo de alimentos, además de recoger precisiones relativas a la calidad e inocuidad de la masa de croquetas y el regreso de la gallina decrépita.

El gobierno norteamericano aprovecha que en nuestro país hay ciertas dificultades con los alimentos, las medicinas, el transporte, la vivienda, la electricidad y algunos pocos cientos de rubros económicos para promover la subversión, representada por unos ínfimos miles de jóvenes que no se dan cuenta, porque no quieren, del luminoso futuro que tendrán reservado sus hijos, sus nietos y, sobre todo, sus bisnietos.

Algunas cositas nos quedan por resolver, como la eliminación de 89 496 pisos de tierra. Fueron parte de un experimento de siembra tipo invernadero. Solo hoy, con un sistema de gobierno de ciencia e innovación, nos hemos dado cuenta de que las viandas y los vegetales es mejor sembrarlos fuera de casa, en patios, parcelas y macetas.

Están pendientes de solución además 48 293 afectaciones a las viviendas producidas por ciclones, tornados y vientos plataneros, algunos con fases recuperativas que duran ya más de treinta años.

Los cuadros estamos en los barrios, conversamos de frente con las personas, no prometemos lo que no podemos lograr, pero acompañamos al pueblo y demostramos que pueden hacerse más cosas, y que si no se hacen es porque estamos en los barrios, conversando y acompañando al pueblo.

En Cuba «vivimos horas extendidas de sudor». Allí encontrarán ustedes «un hormiguero humano, fruto de la motivación popular. Los barrios visten nuevos colores, se benefician madres de prole copiosa y se compra en puntos de venta que se nutren del esfuerzo, la savia y el decoro de los campesinos para con su pueblo».

Es un país que «revoluciona los tiempos y no deja morir la gloria, el encanto, la poesía y el lirismo»… de sus periodistas, que le abren los ojos y les dicen solo la verdad a quienes «han caído víctimas de la intoxicación política y la polarización de los medios de comunicación y las redes sociales digitales, donde la burla, el escarnio público, la imposición de una sociedad vacía, frívola, llena de memes y absurdos retos crean tendencia todos los días, donde la tecnología e internet han secuestrado a no pocos con cortinas de humo que no dejan ver la luz del sol».

Sepan ustedes, representantes diplomáticos del mundo entero, que en mi isla se lucha por eliminar todo vestigio de discriminación por motivo de raza, género, preferencias sexuales y hasta por uno que ha surgido con mucha fuerza en los últimos años, que es la discriminación basada en el tamaño, la forma y el aspecto de los ombligos.

Desde el inicio de la pandemia, la fortuna de los diez hombres más ricos en el globo terráqueo se ha duplicado, al tiempo que más de ciento sesenta millones de personas han caído en la pobreza. Ninguno de ellos es cubano. Ningún rico digo. A pesar de ello la esperanza de vida de mis compatriotas alcanza los 78 años, y en cargos de dirección sobrepasa los 90.

Como bien ha dicho Juventud Rebelde, «El jinete sin riendas de la inflación, el otro golpe contundente ocasionado por la pandemia, señorea a nivel internacional para machacar aún más al consumidor, especialmente al más vulnerable. De esa realidad no han salido ilesas ni las economías más prósperas, con Estados Unidos a la cabeza».

Agrega el Granma que, en el país del norte, «quienes dirigen los establecimientos no ven una solución a corto plazo, mientras los compradores, descontentos, han dado rienda suelta a su frustración en las redes sociales», y «la población sufre el pánico de la escasez y acude a acaparar, lo cual contribuye a una mayor y rápida disminución de las ofertas».

Cuba, en ese afán de compartir lo poco que tiene, regalar lo que no debe y —como dijo el poeta— dar hoy el desayuno para cobrarlo mañana, anuncia en este foro de las Naciones Unidas estar dispuesta a brindar su ayuda en tiendas y bodegas norteamericanas con trabajadores de Comercio Interior y miembros de Brigadas contra Coleros unidos en contingente.

Nos critican por la existencia de las tiendas en moneda libremente convertible porque, según nuestros adversarios, la mayoría del pueblo gana en pesos cubanos y no posee dólares para acceder a los productos que en ellas ofertamos. ¡Nadie cuestiona la triste realidad de que, en Estados Unidos, se vende todo en esa moneda!

30 enero 2022 13 comentarios 2.424 vistas
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Importante

Lo más importante

por Jorge Fernández Era 23 enero 2022
escrito por Jorge Fernández Era

Allí estaban, flamantes en su azul carrocería, las diez concreteras recién compradas en Bélgica. No convenía publicitar que ya tenían más de una década de uso y habían sido remotorizadas con unidades recuperadas del parque anterior de vehículos de la hasta ayer desierta base. Por ello se informó a la prensa sobre una tecnología que revolucionaría el vertido de concreto en las atrasadas obras constructivas de la capital.

Pero no bastaba con una información a secas sobre la importancia del hecho. Había que sepultar la intrascendencia con un acto político, televisión mediante, que reuniera a los mejores trabajadores del sector. Organizarlo costó tanto como cualquiera de las concreteras, pero valió la pena. Daba gusto el colorido de los estrenados uniformes y las banderitas en manos de los obreros. Y qué decir del escenario, armado con la madera que debió hace rato formar parte del encofrado del segundo piso de la obra que servía de sede a la celebración.

Después de las declamaciones de rigor y alguna que otra canción laudatoria, el dirigente tomó la palabra para resumir la actividad. Los presentes hubieran querido que también resumiera su discurso. Habló mucho de concreto, pero no fue concreto.

De su oratoria sobresalió un fragmento que dejó complacida a toda la concurrencia: «¿Puede haber una labor más importante que la de un constructor? ¿En qué obra de la sabiduría humana no están presentes ustedes con su sudor y sacrificio? El hombre habita una casa, acude a un centro de trabajo, disfruta del arte, descansa en una base de campismo porque antes se desbrozó un terreno, se abrieron huecos, se fundió una zapata, se erigieron columnas y surgió, ladrillo a ladrillo, mezcla a mezcla, carpintería a carpintería, el espacio arquitectónico que forma parte del paisaje urbano. Nada como el orgullo de ver erguirse la edificación que se convertirá en símbolo, a partir de entonces, de nuestra obra».

El sol hizo lo suyo. Concluido el acto el dirigente ameritó de una prolongada escala en su oficina. Se tiró un rato sobre el sillón de la terraza para recuperar fuerzas antes de salir a las cuatro hacia la inauguración de la fábrica de fósforos en las afueras de la ciudad.

Se ordenó a la prensa no asistir, televisión mucho menos. Se temía que con tanta cámara, grabadoras y celulares surgiera una chispa que hiciera estallar la pequeña pero explosiva industria, y con ella volara por los aires una inversión aún mayor que la necesaria para adquirir las concreteras de por la mañana. Los malayos no habían cedido un ápice en rebajar ceros al cheque con el que se compró una fábrica que había suministrado cerillas a las tropas norteamericanas que combatieron en la guerra de Corea.

En el acto inaugural eran pocos los concurrentes. Sobraron algunas banderitas en la obra arquitectónica de por la mañana que bastaron para adornar la velada vespertina.

Esta vez el discurso fue breve, pero no faltó el fragmento que ya traía escrito: «¿Puede haber una labor más importante que fabricar una cajita de fósforos? ¿En qué ceremonia gastronómica no están presentes ustedes con su sudor y sacrificio? El hombre almuerza y come, a veces hasta desayuna y merienda, porque antes se moldeó una cartulina, se mezclaron componentes químicos y fue surgiendo pliego a pliego, inflamables a inflamables, esa caja simple o familiar que formará parte de un hermoso rito que acontece a diario en nuestros hogares. Nada como el orgullo de ver prenderse en una cocina, como luz redentora, esa llamita que se convertirá en símbolo, a partir de entonces, de nuestra obra».

Llegó agotado a la residencia construida ladrillo a ladrillo, mezcla a mezcla, por explotados albañiles del primer lustro del pasado siglo. Tras la frugal cena de todos los días se sentó en la biblioteca a pensar el discurso de mañana en el recibimiento a los atletas que regresaban derrotados —pero victoriosos— del campeonato mundial.

¿Podría haber una labor más reconfortante que poner a trabajar las neuronas para asombrar cada vez más a los interlocutores?, pensó. ¿En qué acto conmemorativo, congreso o inauguración no estaba él presente con su sudor y sacrificio? Hay gente que se sienta en una luneta o se para bajo el sereno a orientarse, a vislumbrar su futuro, porque antes hubo alguien que estilográfica en mano o laptop en mesa localizó un verbo aquí, un adjetivo allá, para que surgiera esa cuartilla que formaría parte al otro día de la primera plana de todos los diarios de circulación nacional. Y para ello, nada como el orgullo de ver erguirse, terminada, esta copa de champán embasado en los días luminosos de la Comuna de París.

23 enero 2022 9 comentarios 2.418 vistas
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