La Joven Cuba
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La hegemonía de izquierda

por Harold Cardenas Lema 13 junio 2018
escrito por Harold Cardenas Lema

Que la derecha mundial controle el flujo de la información a su favor es una injusticia, que los gobiernos de izquierda a veces la imiten, es una tragedia. En la Cuba de hoy no basta con ser de izquierda, apoyar las instituciones del país y condenar el bloqueo, también se exige algún tipo de subordinación. Hasta hace unos años los cambios promovidos por Raúl permitían ser revolucionario por cuenta propia, es decir, participar de forma autónoma en el debate político nacional, como ciudadanos que hemos hecho de la política un patrimonio del pueblo, hoy eso es imposible. Quien se resista a dicha subordinación conocerá lo que es la hegemonía, ya no la de Estados Unidos y sus aliados sino la doméstica.

La capacidad hegemónica del Estado cubano no es comparable con la de la derecha mundial, que tiene más recursos y puede ser más sutil en sus métodos, pero esto no significa que a lo interno sea menos real. El solo hecho de tener tal control sobre otros implica una responsabilidad pública sobre la que se debe rendir cuenta al pueblo. En un gobierno revolucionario, esta debe ponerse en función de amplios intereses sociales, evitando utilizarla para favorecer a grupos o interpretaciones específicas de la economía o la política que no cuenten con el respaldo de la mayoría.

Abusar de la hegemonía, convierte el poder revolucionario en poder en sí mismo.

Entre revolucionarios no se debe dar voz a unos y omitir la de otros. No se puede publicar en Granma y Cubadebate lo que dicen algunos funcionarios ideológicos y a la vez ignorar la opinión de intelectuales o Silvio Rodríguez cuando dice algo que no se quiere escuchar. No existe tal cosa como revolucionarios de segunda categoría, lo que sí existe es el ejercicio de la hegemonía para favorecer individuos. En una revolución que hizo confluir en el poder a distintas fuerzas en el 59, que supieron poner a un lado sus diferencias por algo mayor que ellos mismos, es trágico que sesenta años después se alimente jerarquías que premian la carrera política de unos a costa de la enajenación de otros. Como si la microfracción de Aníbal Escalante ganara hoy, sin la presencia de Fidel para evitar que avancen sectores dogmáticos con agenda propia.

Más allá de la izquierda militante, se utiliza la hegemonía a discreción. Ejemplo de ello es la reacción oficial hacia el periodista uruguayo Fernando Ravsberg y su blog Cartas desde Cuba. No es necesario coincidir con él para saber que si logran silenciarlo, sus lectores no irán a parar a Cubadebate sino a El Nuevo Herald y medios de oposición. Quizás el objetivo de nuestros estrategas ideológicos sea aumentar la polarización, porque todas sus acciones desde hace un año van provocando ese efecto, pero cuesta ver un efecto positivo en el aumento de la discordia interna y la promoción personal de quienes alimentan el fuego de las antorchas. Matar al mensajero nunca es método de quien tiene la razón.

Resulta que Ravsberg no es el más crítico de los periodistas extranjeros, pero sí el que más presiones recibe, no por lo que dice sino porque es leído. Es fácil prohibirle trabajar en Cuba, en su lugar deberían ir a la raíz del problema y preguntarse por qué llegan a él sus lectores. La solución seguramente será hacer un periodismo mejor, que problematice el país y sea creíble. El día que esto se logre los cubanos no necesitarán buscar en un periodista uruguayo el reflejo de su realidad, pero la hegemonía crea hábito cuando el decisor no necesita asumir públicamente sus sentencias. Será otro error más a la cuenta de la Revolución.

En lugar de una política que maximice los aliados y minimice enemigos, regresan las purgas digitales y el uso de la fuerza sobre la razón.

Las instituciones políticas del país deberían reflexionar en las razones por las que sus blogueros de vanguardia son tan poco leídos e incapaces de generar empatía. Por qué ni siquiera apelando a los medios masivos, promoviéndolos en cuanto escenario televisivo, conferencia universitaria o grupo de extranjeros que visita nuestro país, su mensaje no termina por calar entre la gente. Quizás tener la hegemonía no significa necesariamente tener la razón, quizás tampoco pueda hacerse el futuro con las armas melladas del socialismo, y quizás, piénsenlo bien, la disciplina no sea el principal valor de un revolucionario. A los sesenta años no se puede tener la enfermedad infantil del izquierdismo que señalara Lenin, se tienen otras enfermedades muy distintas.

La hegemonía que no entiende de autonomía, incluso entre sus propias fuerzas, resulta efectiva en desmovilizar políticamente. Numerosos blogs que nacieron espontáneamente hace años, desaparecieron para ser reemplazados por una blogosfera de fantasmas que escriben por encargo. Conozco a quienes tuvieron que escoger entre su bitácora o su empleo, ninguno de ellos fue ni es contrarrevolucionario, pero no eran parte del plan concebido. Por suerte para ellos, mis amigos blogueros que hoy en lugar de participar en la política nacional trabajan para acumular riqueza, viven en paz con sus familias, resulta que hacer dinero en Cuba es más políticamente correcto que escribir y opinar en Internet.

La Joven Cuba es un blog sobreviviente, recuerdo de tiempos mejores. Nos van regresando intencionalmente al año 2010 en que la Cuba digital se dividía en las absurdas categorías de “oficialistas” y “disidentes”, como si el cambio de mentalidad y el pensamiento crítico que promovió Raúl, fueran borrados y quienes lo siguieron pasaran a convertirse en desfasados o daño colateral.

Últimamente cuando un blog autorizado a opinar sobre Cuba no logra captar la atención deseada o pierde un debate digital, se le publica entonces en Cubadebate o Granma. Estos piñazos digitales sobre la mesa son muestra de hegemonía, pero no de tener la razón. En un país con alto nivel de instrucción debería confiarse en la inteligencia colectiva y el tribunal de la opinión pública, pero no es así. Tampoco fue así en los modelos comunistas que perecieron en el siglo XX. Triste destino depara a las revoluciones que en manos de su burocracia terminan convertidos en poder en sí y dejan de ser poder revolucionario, porque los burócratas entregarán la Revolución primero al capitalismo que a quienes desde sus filas propongan un camino distinto al suyo. Lo hicieron en la URSS y tratarán de hacerlo acá.

Hoy existen en Cuba revolucionarios buenos y revolucionarios malos, los autorizados para hablarle al pueblo y los que no, existe hegemonía y piñazos sobre la mesa con tal de ganar una discusión o que llegue solo la parte conveniente en un debate. Ojalá regresemos al camino de la razón y el pensamiento de hace unos años, porque la injusticia hegemónica de derecha sabemos enfrentarla, pero la hegemonía nacional de izquierda, cuando se usa irresponsablemente, termina por parecerse a la otra. Y entonces para qué diablos se hizo una revolución.

13 junio 2018 165 comentarios 339 vistas
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Antes que nos roben la paz

por Osmany Sánchez Roque 1 junio 2018
escrito por Osmany Sánchez Roque

He dicho varias veces que no me tomo en serio la llamada “oposición” cubana. Este grupo de personas solo proponen sumarse a la industria del resentimiento político cuyo objetivo es destruir lo construido, regresar al pasado y nada más. Usan dinero para eventos a los que nadie va, viajes que son más turismo que otra cosa y movilizaciones a las que nadie se suma, poco serios y muy serviles a intereses extranjeros estos señores. Quien lo dude puede consultar en Internet quiénes los invitan/apadrinan y llegarán a la misma conclusión.

En otras ocasiones he bromeado incluso con algunas de sus denuncias (Mentiras y chapapotes y ¿Estamos locos los cubanos?) como dije antes es difícil tomarlos en serio y todo lo convierten en un sainete para ganar dinero, como declaró Jonathan Farrar, entonces jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Esta vez sin embargo veo una noticia que creo que no debemos pasar por alto porque ya tenemos antecedentes de provocaciones y medios esperando para la campaña mediática.

En un documento llamado “Desobediencia y Rebeldía” un grupo de estos “desconectados de la realidad de su país” como los definiera Jonathan Farrar, proponen traer a Cuba los mismos métodos de lucha que emplea la derecha en Venezuela y ahora en Nicaragua.

Uno de ellos plantea: “Nosotros creemos que la línea debe ser la misma que ha tenido la oposición venezolana en Soy Venezuela, lo mismo que estamos viendo en Nicaragua y el grupo de personas que están diciendo allí que se tiene que acabar el régimen…”. Agregó luego que “El cómo es el pueblo en la calle, ese es el objetivo, acudir a la desobediencia y a la rebeldía del pueblo…”

Es obvio que esto es un absurdo más, pero esta vez muy grave porque no podemos olvidar que en Venezuela los llamados “opositores pacíficos” quemaron vivas en las calles a varias personas solamente por parecer chavistas. La cuestión entonces no es que puedan hacer lo mismo en Cuba porque no será así, sino sus intenciones.

Ciudadano quemado vivo por la oposición venezolana por sospecha de ser chavista

Si ven bien quemar viva a una persona en las calles, quemar medios de transporte, universidades y hasta círculos infantiles (como hicieron en Venezuela) entonces ¿cuál es su propuesta para el futuro de Cuba si alguna vez tomaran el poder?

Entre los firmantes del documento hay unos cuantos vinculados a la violencia contra Cuba, los mismos que viven añorando el regreso a la Cuba de antes de 1959 con su pobreza y su Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC). Esos son los paladines de la democracia, los que cuando gobernaban en la isla no dudaron en reprimir y asesinar a quien fuera un estorbo.

La “oposición” hasta hoy no ha dado muestras de que debamos tomarla en serio, pero cuando convocan a la violencia, quizás sea momento para hacerlo. Porque echar por tierra los sacrificios de un pueblo y ser cómplice del bloqueo que lo agobia es una cosa, pero desestabilizar y alterar la paz nacional, ya son otros cinco pesos. Así que tomemos un minuto y valoremos en serio qué hacer antes que nos roben la paz nacional.

1 junio 2018 30 comentarios 256 vistas
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odio

La fiesta del odio

por Osmany Sánchez Roque 2 diciembre 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

El odio es mal consejero. En agosto de 1762 los ingleses ocuparon La Habana, después de una feroz resistencia por parte de los defensores de la ciudad, encabezados por el Capitán de Navío Don Luis Vicente Velasco, Comandante de la Armada Real Española. Los propios ingleses reconocieron el valor de su adversario y luego del combate lo llevaron mortalmente herido al campamento español para que sus médicos le salvaran la vida.

Solo los cobardes festejan la muerte del adversario, sobre todo si esta es una muerte natural. Los que fracasaron una y otra vez tratando de asesinar a Fidel, ahora salían a las calles de Miami como si fueran vencedores. Desde que estudiaba en la Universidad trataron de asesinarlo y no pudieron. No pudo el FBI, ni la CIA. Tampoco pudo la mafia italiana y mucho menos los terroristas que con sangre cubana en las manos festejaban su muerte.

Dirigir un país en Revolución, teniendo como adversario -a noventa millas- al país más poderoso del mundo no es tarea fácil, mucho menos cuando todos –a excepción de México- se plegaron a las órdenes de los Estados Unidos y rompieron relaciones con Cuba. Como máximo dirigente del país, ciertamente Fidel pudo haber cometido errores, pero sus intenciones eran dignificar al ser humano, dar salud y educación a los que antes no podían ni soñar con ello. No fue Fidel quien se propuso causar “hambre, enfermedades y desesperación en la población cubana.”, los que promueven eso están en los Estados Unidos.

Los emigrantes económicos que se festejaban, culpaban a Fidel, pero no se atreven a reclamarle a los congresistas que piden fortalecer cada día más el bloqueo o lo que es lo mismo aumentar el sufrimiento de los cubanos. Culpan a Fidel de las muertes en el Estrecho de la Florida, pero no osan levantar el dedo acusador contra el verdadero culpable que es el gobierno de los Estados Unidos y su política migratoria. Si de verdad quisieran ayudar al pueblo cubano no lo obligarían a arriesgar su vida en una lancha o en una selva centroamericana y en su lugar les dieran visa a todos los que la solicitaran.

No fue Fidel quien engañó a los cubanos y sacó del país a más de 14 000 niños exponiéndolos a malos tratos y hasta abuso de menores. Los que lo hicieron vivieron y viven en los Estados Unidos y jamás los que festejaron en Miami le fueron a reclamar algo. Muchos de los que festejaron, se hicieron universitarios gracias a esta revolución y a Fidel. Marcharon y cantaron junto a los que un día fueron los explotadores de sus padres y abuelos.

Hacia Miami viajaron muchos de los asesinos y torturadores de Batista y vivieron sin ser molestados. Los terroristas que asesinaron a más de 3000 cubanos y dejaron más de 5000 lesionados, vivieron y viven tranquilamente allá, y muchos de ellos estuvieron en los macabros festejos. Esos asesinos no querían traer a Cuba un gobierno que garantizara los derechos fundamentales al pueblo sino retornarlo al status quo de antes de 1959 cuando los Estados Unidos poseían las principales riquezas del país y ponían y quitaban a los presidentes según sus intereses. No fueron pocos los presidentes que consultaban sus decisiones con la embajada de los Estados Unidos.

No fue Fidel quien convirtió en la década de los sesenta y setenta a Miami como una de las ciudades más peligrosas del mundo, donde cualquier voz que promoviera un acercamiento con la isla era silenciada con bombas. Los asesinos del joven emigrado cubano Carlos Muñiz Varela andan libremente sin ser molestados jamás. Como mismo viven los responsables de la muerte de 101 niños cubanos por el dengue introducido en Cuba. No fueron todos. La jauría que festejaba la muerte estaba compuesta por unos pocos si tenemos en cuenta el tamaño de la comunidad cubana en los Estados Unidos.

La mayoría de los cubanos residentes en el exterior mantuvieron una posición digna y de respeto al dolor del pueblo cubano.

Decía Frei Betto que el poder no corrompe a las personas, sino que saca lo que hay realmente dentro de ellos. Durante años los que antes fueron terroristas nos estuvieron tratando de convencer de que ahora eran luchadores pacíficos por los derechos humanos. Los ojos inyectados de sangre que han mostrado por estos días muestran su verdadera naturaleza.

Si fuera religioso pediría a Dios que nunca permita que gobiernen en Cuba los salvajes que salieron a festejar la muerte de un ser humano. Como revolucionario y comunista, no me limitaré a pedirlo, sino que lucharé toda la vida para impedirlo.

(Para leer más de Osmany Sánchez Roque)

2 diciembre 2016 70 comentarios 414 vistas
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Contradicciones

por Osmany Sánchez Roque 24 noviembre 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

Algunos “disidentes” cubanos se muestran eufóricos por la victoria de Donald Trump. En los Estados Unidos los supremacistas blancos, liderados por el Ku Klux Klan salen a las calles para mostrar su alegría por la victoria de Trump y amenazando a los que son “inferiores”, es decir los no blancos.

Los “disidentes” cubanos son negros y se alegran por la victoria de Trump que ha mostrado ser racista. El Ku Klux Klan también se alegra por la victoria de Trump.

¿Invitará el Ku Klux Klan a los “disidentes” negros cubanos para celebrar la victoria de Trump?

24 noviembre 2016 33 comentarios 284 vistas
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Diálogo cubano

por Osmany Sánchez Roque 12 septiembre 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

Para la construcción de una Cuba mejor se necesita un debate nacional, un diálogo entre todas las partes. Eso dicen algunos. ¿Qué es un diálogo, dialogar con quién?. Unos dicen que el diálogo debe ser entre el gobierno y la oposición. Otros, entre el gobierno y los que quieren un mejor país pero manteniendo las conquistas de la Revolución. Vayamos por parte.

Cuando se produce un diálogo entre dos partes es porque ambas disienten sobre uno o varios puntos y las dos necesitan llegar a un consenso para seguir adelante ¿es esa la situación existente entre el gobierno y la oposición en Cuba? Yo creo que no, porque esta ni es real, ni tiene fuerza moral o apoyo social para ser parte de un diálogo. Quien dude que la oposición cubana no es real, que consulte los documentos que muestran los millones de dólares destinados por el gobierno de los Estados Unidos para crearla. Es de dominio público.

¿Qué propone la oposición cubana, a quién representa? Los manager de estos personajes se encargan de dejar las cosas claras. Les pongo un ejemplo. Hace poco estuvo José D. Ferrer por los canales de Miami, una de las figuras más promocionadas desde fuera y que algunos dicen que es “el próximo presidente de Cuba”. Los videos de sus presentaciones en la televisión deben ser material de consulta en todas las aulas cubanas.

José D. Ferrer transpira odio por cada uno de sus poros, para él todo el que piensa diferente es un agente de la Seguridad del Estado y un comunista. ¿Se imaginan lo que haría una persona así si tuviera el poder en Cuba? Me imagino que lo primero que haría sería revivir el tenebroso BRAC (Buró de Represión de Actividades Comunistas) para traer la “libertad y la democracia” a Cuba.

¿Qué oportunidades tendríamos los comunistas en una Cuba gobernada por la oposición? Esa es una respuesta que ojalá nunca tengamos que vivir, aunque podemos ver los avances en la represión que sufren los líderes sindicales o progresistas en los países donde la derecha ha retomado el poder, como Honduras o Argentina. Por cierto, la gran prensa, que fustiga a Cuba constantemente no dice una palabra de esto.

El Che dijo que al imperialismo no se le podía dar “pero ni tantito así” y a la derecha tampoco. Quién dude de mis palabras que vea con quiénes se reúnen los opositores cubanos cuando salen de Cuba, a qué eventos van, quiénes son sus patrocinadores, etc. Recuerdo que hace unos años Lula criticó a Chávez por su lenguaje contra el gobierno de los Estados Unidos o sus críticas hacia el Senado brasileño. Más recientemente dijo que parte de la crisis en Venezuela se debía a que Maduro no dialogó con la derecha cuando obtuvo la presidencia.

Gadafi y Saddam se acercaron a Europa y los Estados Unidos y “dialogaron”. Luego esos mismos gobiernos los asesinaron. En Brasil Temer era el vicepresidente de Dilma…sin comentarios.

No sé que estará pensando Lula ahora pero debe estar viendo las cosas con más claridad. La derecha –como la oposición cubana- no es leal y disfraza sus verdaderas intenciones con un discurso de izquierda, pero una vez en el poder saca su verdadera cara. ¿Recuerdan las promesas electorales de Macri en Argentina?

El segundo grupo con quien dicen que el gobierno cubano debe dialogar es con aquellos que quieren cambiar las cosas pero manteniendo las conquistas de la Revolución. ¿Pero, qué proponen? Bueno para empezar, se debe ir a la “libertad de prensa” y el multipartidismo. Además de otras cosas, como si Cuba fuera un país normal y no lo es. Lo será cuando desde fuera no se destinen millones de dólares para cambiar el sistema político en la isla.

Explicar aquí las razones por las que no creo en la “libertad de prensa” sería extender innecesariamente el post. Basta con ver lo que sucede en el resto de América Latina donde los medios de comunicación se convierten en otro partido político…y nunca a favor de la izquierda. No creo tampoco que varios partidos políticos sean sinónimo de mayor democracia.

En realidad funciona más o menos así. El partido A gana las elecciones, entonces el partido B desde la oposición hace lo imposible por evitar que tenga éxito, para que dentro de 4 ó 5 años el pueblo –pensando que vive en democracia- aplique el “voto de castigo” y ponga en el poder al partido B. Entonces se intercambian los papeles y el juego sigue indefinidamente, sin importar que el pueblo sea afectado. No, no quiero eso para Cuba.

La solución a los problemas de Cuba está dentro del socialismo y no fuera de él. No se necesitan medios de prensa privados sino que nuestra prensa cumpla su papel y en esto hace falta voluntad política. Algunos no estarán de acuerdo conmigo, otros dirán que debí decir las cosas de otro modo, pero debemos decir lo que pensamos y no solo las cosas que son “políticamente correctas”. El precio a pagar es demasiado alto.

Pd: Dentro de unos minutos voy a participar en conjunto con los militantes de la UJC del Comité de Base trabajadores en la reunión de discusión de los documentos del Congreso del PCC. La semana pasada lo hicieron los militantes de la UJC de los Comité de Base de estudiantes y los estudiantes de la FEU de la universidad. Ese es el debate que necesitamos.

Para contactar con el autor: jimmy@umcc.cu

12 septiembre 2016 192 comentarios 270 vistas
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La nada difícil tarea de ser cool en Cuba

por Harold Cardenas Lema 18 mayo 2016
escrito por Harold Cardenas Lema

En la vida real, no es fácil ser popular. Para serlo se necesitan una serie de atributos. Desde la inteligencia o el carisma, hasta el que le basta con una posición económica que le garantice estar rodeado de personas que esperan aprovecharse de él. Pero eso es en la vida real, en la virtual, es mucho más fácil. Internet permite que todo el que quiera pueda ser cool y para eso solo debes seguir ciertas normas.

El cool estará siempre a la caza de lo mediático. Pondrá rápidamente en su muro de Facebook una foto suya con la bandera francesa detrás, mientras usa el hashtag #jesuisparis –cuando los atentados terroristas en esa ciudad- o se unirá inmediatamente a una marcha a favor de los refugiados sirios o los 43 de Ayopzinapa.

Claro, esto de seguir los temas mediáticos tiene límites. Por ejemplo no es cool la bandera de Brasil, una foto de Dilma ni el #NÃOAOGOLPE o “Golpes nunca mais”.

El cool puede hacer todos los días el mismo recorrido en Cuba sin haber leído nunca una de las tarjas que abundan en nuestras calles y que señalan el lugar donde cayó un luchador clandestino o donde aconteció un hecho histórico.

Quizás no haya saludado nunca a la madre o la hermana de un mártir cubano que viva en su barrio, pero se unirá rápidamente a la campaña y exigirá que se construya un monumento a los médicos internacionalistas.

Aclaro que no estoy en contra de la idea del monumento, sino de que el tema sea utilizado con fines mediáticos.

Los cool se quejarán constantemente de las pocas oportunidades que les dan a los jóvenes en Cuba, pero es muy poco probable que acepten cargos en la FEU o en la UJC por ejemplo y difícilmente los verás en una reunión en su cuadra.

Quizás no entiendan bien en qué consiste esto de la “participación” pero poner algo en Facebook sobre el tema  les asegurará muchos “Me gusta” y eso es lo importante.

Todo lo de fuera es mejor. Por eso los cool le darán seguimiento en sus blog o en Facebook a la carrera deportiva de los peloteros cubanos en Grandes Ligas o a los éxitos de Orlando Ortega corriendo por España, pero hablarán muy poco o nada del desempeño de Alfredo Despaigne en Japón o de Rolando Cepeda en Grecia.

Tengo amigos cool –aclaro– y no son malas personas ni están en contra del proyecto social que queremos construir en Cuba. Opinan que están haciendo lo correcto y que cumplen el papel que les toca como generación.

Definitivamente yo no soy cool. Prefiero que me convoquen a un trabajo voluntario en un círculo infantil o en un policlínico en construcción que a bajar la escalinata con un cartel contra la guerra Libia. Solo para poner luego selfies en Facebook.

Mis post tampoco son populares. Aunque creo en la crítica revolucionaria y la ejerzo, prefiero hablar del bloqueo, de la manipulación de la realidad cubana o de los que viven de la “disidencia” en Cuba que hacer crítica fácil a todo cuanto suceda en nuestro país solo para ser reproducido por otros medios. Eso no es cool.

18 mayo 2016 63 comentarios 288 vistas
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La muerte de un cubano en España

por Osmany Sánchez Roque 7 mayo 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

La reciente noticia de la muerte de un cubano en España mientras era desahuciado nos deja algunas lecciones. Por una parte Cubadebate menciona el hecho reproduciendo un artículo tomado de otro sitio web. De nuestra prensa me quedo con las ganas de ver un artículo sobre el hecho, que lo ponga en contexto, que me diga cuántos cubanos están en una situación parecida. En fin que investiguen.

Por la parte del gobierno cubano creo que debería haber un pronunciamiento sobre la extraña “muerte natural” de un joven de 30 años a manos de la policía. Los que un día emigraron buscando nuevas oportunidades económicas, mañana pueden regresar cuando nuestro país mejore su situación. Estén donde estén no dejarán de ser cubanos, como lo son los miles que integran brigadas de solidaridad con Cuba en el exterior.

¿Se imaginan ustedes lo que sucedería si un español muere en manos de la policía en Cuba?

Por otro lado está la reacción de los “disidentes”, lo que pone en evidencia una vez más la hipocresía de los que desde dentro o fuera de Cuba se autodenominan “luchadores por los derechos humanos de los cubanos”.

Me imaginaba encontrarme en la web decenas de artículos donde estos “luchadores” critican el hecho, al gobierno español o a la policía pero ni una palabra. Todo versa sobre lo malo que es el comunismo, que si se filmó aquí en Cuba Rápidos y Furiosos o que si Chanel hizo un desfile privado…

Dos lecciones. Primera: Nuestra prensa debe mejorar y buscar las respuestas que necesitamos. Segunda: Los hipócritas llamados “disidentes” no son ni podrán ser el futuro de Cuba.

7 mayo 2016 70 comentarios 231 vistas
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La lista misteriosa

por Osmany Sánchez Roque 22 marzo 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

Circula en internet una lista de supuestas detenciones y de presos políticos en Cuba. Lo más interesante son las fuentes. En 21 de los casos la fuente es Berta Soler y en 27,  José Daniel Ferrer… ¿En serio?

En el lejano 2010 -comenzando La Joven Cuba- escribí algo sobre el tema de los “presos políticos” en Cuba, hoy lo comparto con ustedes.

Por Tatu

Aquí en la universidad tuvimos la oportunidad de ver el video del programa 59 Segundos de la televisión española, y vimos como Jorge Moragas mencionaba constantemente que en Cuba habían más de 200 presos políticos, para ello se basaba en el documento realizado en Cuba por el “camaján”,( Elizardo Sánchez Santa Cruz). En días recientes leía, que en el congreso de los Estados Unidos también se mencionaba la misma cifra. En esto blog ya se ha hablado de algunos de esos “presos políticos” pero creo que debemos refrescar conocimientos.

Piensen ustedes cómo se debe sentir Giustino Di Celmo cuando ve que Raúl Ernesto Cruz León, el terrorista centroamericano que fue contratado por Posada Carriles y que puso la bomba que asesinó a su hijo, Fabio Di Celmo, está en esa lista de presos políticos. Cómo se sentirán los familiares de Arcilio Rodríguez García, el joven de 34 años de edad que fue asesinado el 14 de octubre de 1994 por Humberto E. Real Suárez (Alias KP3) quien junto a Armando Sosa Fortuny y Jesús Horta (Chucho) se infiltró en la isla formando parte de un comando terrorista, financiado y organizado desde la Florida por el denominado Partido de Unidad Nacional Democrática.

Cómo se sentirán las cientos de personas que estaban en Tropicana el día que estaba previsto que Ihosvany Surí de la Torre volara con explosivos C-4 ese centro turístico. Recuerden la conversación telefónica de él con su jefe, Santiago Álvarez, donde este le decía que con dos “laticas” volaba todo aquello y que después se “enterrara” hasta que todo pasara. Seguramente a muchos el nombre de Santiago Álvarez le resulta conocido, y la razón es muy sencilla, es el mismo que financia a las Damas de Blanco, Martha Beatriz Roque, y otros “disidentes”.

También está el caso de Otto René Rodríguez Llerena : Ciudadano salvadoreño, detenido el 10 de octubre de 1998 en el aeropuerto internacional “José Martí”, cuando intentaba introducir 1, 5 Kilogramos de explosivo plástico de alto poder destructivo, dos capsulas detonantes y otros medios idóneos para acciones terroristas.

¿Una persona que es contratada para poner bombas en otro país, es un preso político?

¿Una persona que entra a la cárcel por un delito común y que una vez dentro se une a la disidencia, es un preso político?

¿Fue Timothy_McVeigh un preso político?

Resulta irónico que cuando se trata de Cuba, los mercenarios y terroristas se conviertan de pronto en presos políticos.

Pd: Sugiero la lectura de Los muertos que nunca tuve

22 marzo 2016 232 comentarios 326 vistas
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