La Peor Generación ya no es un libro, ni un panel, es un sentimiento compartido por muchos de nosotros dentro de una realidad histórica. Con el nombre podrán hacer ascuas, pero el pálpito nos trasciende
Los mensajes violentos, difamatorios o engañosos ameritan ser reportados, independientemente del color político de sus autores. El resto del contenido, si es respetuoso, debe permitirse, pues resulta imprescindible para un debate plural y abarcador sobre la realidad social.
Los científicos sociales deben concientizar que un grito de ¡Libertad! constituyó un mensaje vivificante, porque tan solo su anhelo refresca, sana e ilumina todo. Hay que vivir con el tiempo y no contra él.
Como elemento para la historia intelectual, nuestro principal lastre siempre ha sido la dificultad para establecer vínculos con la sociedad, siquiera académica