Nosotros los peores

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-I-

El cómo surge una generación en pleno siglo XXI escapa del entramado histórico que esquematiza la espontaneidad de los sucesos. Más cuando existe una virtud de resistencia creativa en el marco de funcionalidades contextuales. El cómo hacer, identificar o abanderar el nacimiento de un gremio generacional dista —al menos en las consideraciones afines a estos tiempos— del diagnóstico de una élite o determinismos escolásticos.

A mi entender, la única validación que necesita un suceso histórico, y/o artístico, es la simple transgresión del medio, así como el desentendimiento con los procederes enquistados que no permitan la evolución y su posterior impacto en la realidad. El cómo nace una generación, es más un acontecimiento romántico y empático que académico.

Según el investigador José Triana, «una generación, en su concepción más simple, está formada por un conjunto de hombres que se afirman en un tiempo categórico estableciendo el juego dialéctico y las contradicciones de cada personalidad, creando y desarrollando una sensibilidad, definiendo un carácter, una conducta espiritual perfectamente diferenciada con respecto al pasado y al porvenir. Es decir, una generación informa un estilo, una visión del universo».

Es práctica casi imposible esbozar el impacto y significación que necesitaría un gremio para asentarse como generación. La visión de Triana, aunque bastante afín a la mía, obvia un factor fundamental en sus postulados, y es la concepción de generación dentro de la fenomenología de un tiempo dado, más allá de su establecimiento. La vivencia de diferentes procesos históricos en una realidad determinada es, dentro de lo que concibo como generación, el hecho concluyente que la consolida.

Ella puede presentar diferentes líneas de pensamiento, diferentes tratados políticos, diferentes enfoques filosóficos, diferentes cauces en el hacer; dado que el compartir un medio similar, así como vivenciar eventos de trascendencia, instaura el nexo y la equivalencia temporal que demanda. Es, a su vez, un cuerpo social, un latido presente en las dinámicas del momento, y, sobre todo, un principio ideo-estético que supone un cambio.

El reto a lo precedente, la ruptura con sus poses y la constante evolución de pensamiento, son desafíos que cada generación asume. Sin transformaciones en la manera en que se asimila la política del vivir, no existe revolución y sin esta, el instinto de surgimiento se disipa. Por eso, cada generación debe ir comandada por el disenso, por la negación dialéctica de lo que hubo anteriormente, por el reto de renovación. Al respecto apuntó Marx:

 «(…) los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y trasmite el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.

Y cuando estos se disponen precisamente a revolucionarse y a revolucionar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal.

(…) La revolución (…) no puede sacar su poesía del pasado, sino solamente del porvenir. No puede comenzar su propia tarea antes de despojarse de toda veneración supersticiosa por el pasado».

Sobre este tema comentaría la profesora Alina Bárbara López Hernández, en su libro El (Des)conocido Juan Marinello. Estudio de su pensamiento político, al aludir a la fractura de la generación de intelectuales de los años treinta respecto a las precedentes, a través de la toma de conciencia de sí, auto reconocimiento, identificación de las fortalezas y flaquezas de sus antecesores, solidificación del nexo y sentido de afinidad, respeto a la diversidad, desarrollo individual y colectivo y alimento del debate como ejercicio de crecimiento.

Nosotros
Juan Marinello

Este grupo supuso un fenómeno importantísimo en la historia cubana —al decir de esta autora, fue la primera generación política de la República—, y aunque herederos declarados de los pensadores que los antecedieron, supieron colocarse en su momento histórico potenciando sus rasgos distintivos.

Si hacemos un paneo por el entramado político institucionalista cubano, nos daremos cuenta de que la veneración y subordinación a figuras y prácticas del pasado son constantes en la propuesta del gobierno. Imágenes como las de Fidel, suprimen cualquier autonomía en el área del pensamiento, dado que se impone un dogma autoritario a su esquema, más cuando se promueven consignas del tipo: «Somos Continuidad».

Por tanto, el imaginar un aflore generacional dentro del marco político-social cubano, solo tiene una directriz y es el disenso a esa esfera de poder como método de revolución. No hay cabida para una «nueva generación» en el interior del sector institucional. El esquema hermético y uniforme que propone a través de sus políticas culturales no lo permite.

También el acriticismo, o el comulgar con una idea de negación contextual, automáticamente desvirtúa la afinidad de un grupo de personas en una realidad generacional. No puede existir generación que no responda a su tiempo. Las prácticas desfasadas o el ostracismo son posicionamientos antagónicos a estas pretensiones.

Por otra parte, el sustraerse del plano terrenal y pretender un estatus programático de élite es otra vejación a las dinámicas emancipatorias de carácter social que dan cuerpo a una generación. Dicho fenómeno fue valorado por el revolucionario y marxista italiano Antonio Gramsci de esta manera:

«Hay que deshabituarse y dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico, en el que el ser humano no es visto más que bajo la forma de recipiente que hay que llenar de datos empíricos, de hechos en bruto y desconectados que él después deberá encasillar en su cerebro como en las columnas de un diccionario, para poder responder después, en cada ocasión, a los diversos estímulos del mundo externo. Esta forma de cultura es verdaderamente dañina, en especial para el proletariado.

Sirve sólo para crear marginados, gente que cree ser superior al resto de la humanidad porque ha acumulado en la memoria una cierta cantidad de datos y de fechas, que suelta en cada ocasión para hacer de ello casi una barrera entre sí mismos y los demás.

Sirve para crear aquel cierto intelectualismo incoloro y sin sustancia, tan bien fustigado a sangre por Romain Rolland, que ha parido toda una caterva de presuntuosos y delirantes, más deletéreos para la vida social de cuanto lo puedan ser los microbios de la tuberculosis o de la sífilis para la belleza y la salud física de los cuerpos.

El estudiantillo que sabe algo de latín y de historia, el abogadillo que ha logrado arrancar una birria de título a la desidia y al dejar pasar de los profesores, creerán que son distintos y superiores incluso al mejor obrero especializado que realiza en la vida una tarea bien precisa e indispensable, y que, en su actividad, vale cien veces más de cuanto valgan los otros en la suya.

Pero ésta no es cultura, es pedantería; no es inteligencia […], y contra ella se reacciona con mucha razón».

Los enfoques descolonizadores, que empoderen a las clases oprimidas, son la savia mayor que persigue este siglo. Sesgos culturales e imposiciones de arquetipos son puntos de inflexión en el esquema que llevamos a cuestas, mientras tratamos de desentendernos de él y desaprender toda noción supremacista que sustraiga sus derechos naturales a las personas.

El abandono del elitismo y de las prácticas segregadoras supone un paso importantísimo para la conformación de generaciones consustanciales a nuestro momento histórico. Reconocer el espectro cultural como un todo indisoluble ante dictámenes hegemónicos, es clave en el discurrir generacional del siglo XXI.

Las generaciones son iguales a su etapa, toda vez la transgreden. No puede concebirse una nueva línea política, o de pensamiento, que acapare tratados obsoletos por el tiempo. Mirarse en el espejo de la sociedad en que se vive y encontrar ahí la dramaturgia de la revolución es lo que legitimará a los gremios que florezcan bajo el nombre de Nueva Generación.

-II-

La peor generación fue, en primera instancia, un libro, una antología concebida por Alejandro Mainegra, editado por Adriana Normand y prologado por Alina B. López Hernández, para luego convertirse en el nombre de un panel literario que por reiteradas censuras, nunca aconteció. El volumen —que por problemas económicos no ha visto la luz—, así como el panel, comulgaron con la idea de presentar firmas que comparten realidad histórica, toda vez la relatan desde sus diferentes estéticas literarias. Sea desde la crónica, el ensayo, la poesía, la crítica o la narrativa; los títulos antologados y sus autores aportan al quehacer del sector creativo cubano.

Nosotros
(Collage: Barricade Cuba y Raymar Aguado Hernández – Facebook)

El proyecto, luego de las censuras, los múltiples ataques del poder político y algunos de sus voceros, así como de ciertos intentos de desacreditación, cobró un vuelo marcado principalmente en redes sociales, donde muchas personas se solidarizaron con la causa y brindaron apoyo, pero sobre todo, sintieron suyo el pálpito de la propuesta. Así se fraguó, entre el ímpetu y la tensión del momento, la legitimidad de una generación. Esta que se pensó como literaria, pero al pulso trascendió sus propias concepciones para reescribirse, románticamente, política y cultural.

Más allá del rango etario, el vínculo entre los miembros de La peor generación transita por la vivencia y concreción de sus escritos en una etapa puntual de nuestra historia. La mayoría entraba en su adolescencia o temprana juventud cuando la muerte de Fidel Castro, vieron el proceso de normalización y posterior ruptura de relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, tuvieron acceso de manera más directa a las redes sociales y a Internet, vivieron los debates sobre la vigente Constitución, sufrieron el embate de la pandemia de Covid-19.

Protagonizaron, en su mayoría, sucesos sin precedentes en más de sesenta años, como la marcha del 11M, la sentada del 27N o el estallido social del 11-J. Sintieron las consecuencias de las nuevas sanciones impuestas por la administración Trump que recrudecieron el bloqueo, y que aún mantiene en su mayor parte la administración Biden. Vivencian la normalización de una pésima gestión del gobierno cubano, así como el carácter represivo que impone en su relación con la ciudadanía.

Contemplan el fracaso de la unificación monetaria y la Tarea Ordenamiento, que desencadenaran una crisis inefable. Fueron testigo de la aprobación del nuevo Código de las Familias, que otorgó una serie de derechos a sectores vulnerables. Pero, sobre todo, están involucrados en una situación novedosa: la del reclamo frontal ante el poder político y sus excesos por parte de un amplísimo sector popular.

La mayoría de estas personas han sufrido represión y acoso por parte de los órganos de Seguridad del Estado. Han sido víctimas de chantaje, censura, desplazamientos y campañas de descrédito. Han probado la mano dura de un sistema totalitario que no contempla el disenso como opción. Pero la firmeza de resistir ante estos atropellos, así como la constancia en su crítica, les hizo consolidar una perspectiva generacional.

Esta generación logró publicar al margen de la institución, principalmente desde plataformas independientes. Y si bien muchas de sus voces no dominan el plano mediático, otras se han dado a conocer a raíz de su activismo. Esta arritmia en el sello del grupo, es evidencia de la pluralidad que ostenta. En él convergen tantas posturas políticas e ideo-estéticas como personas.

El transfeminismo, el antirracismo, la descolonización, la lucha LGBTIQ+, la guerra al patriarcado, la sexualidad, el deseo, los caprichos carnales, la política interna, así como el compromiso con los sectores oprimidos son temas recurrentes en el esquema discursivo que proponen, toda vez lo sintetizan en una tarea de exégesis contextual y de denuncia. Resulta lo anterior el ethos principal del grupo.

La peor generación halló y propuso su voz en un contexto sumido en cerrazones políticas de todo tipo, siendo parte del proceso reestructurador de la identidad cultural nacional y sus concepciones sociales. Desde las diferentes aristas que aborda cada miembro, florece y se evidencia el discurrir cubano. Ellos son un subproducto de su tiempo y realidad, donde el exilio es una constante, como el miedo al mañana, la desesperanza, la frustración, el hastío, el rechazo al gobierno. Sus narrativas van permeadas de lo que acontece en Cuba. Dominan de esta forma el idioma de su tiempo, que en constante simbiosis con sus razones de integración e inquietudes, concreta la virtud de su acción creativa como abono de su realidad.

Necesitarán estos autores mucha templanza y coherencia en su proximidad discursiva. El futuro se les avienta encima como avalancha; y solo la entereza ético-creativa definirá la veracidad de sus procederes. El ego es una variable secundaria en ecuaciones políticas. Ninguna idea o sello narrativo podrá sostener desde el individualismo el peso de una generación. Quienes sepan relatar más allá de sus propias pretensiones, gozarán la legitimación del futuro. Quienes no, pasarán intrascendentes en el intento de apuntalar una obra tomando como base sus narices.

Los peores, son la evidencia de que existe todo un fenómeno cultural que se magnifica y consolida adyacente a la institucionalidad. Las voces que lo conforman se colaron en la dinámica por la que transitamos, y aunque el poder político se empeña en acallarlas, sostienen en sus letras la resistencia. Así representan un estandarte de renovación política y reinvención en el esquema de pensamiento de los creadores y la ciudadanía. De esta forma se desligan de la retórica de la «continuidad» y proponen, desde su hacer, un nuevo proyecto de país.  

La Peor Generación ya no es un libro, ni un panel, es un sentimiento compartido dentro de una realidad histórica. Con el nombre podrán hacer ascuas, pero el pálpito nos trasciende. Como anteriormente he dicho: este fenómeno es un hecho, y si arde, mejor. La virtud de sus integrantes dirá la última palabra, o no. El tiempo pone todo en su sitio. A mí solo me queda observar.

25 COMENTARIOS

    • Ni remotamente. Ramón Izquierdo ataca personas cada vez con más virulencia, entre las cuales se encuentran articulistas habituales de este medio, no debate ideas ni posturas. Es libre de criticar y atacar a quien entienda, pero no lo hará en nuestro espacio, ni él ni nadie.

      • supongo que mis criticas a fidel castro, dictador y tirano de cuba, tampoco son publicables porque «lo ataco», iendonos por esa ruta no entendemos los ataques de algunos publicistas de LJC contra ciertos gobernantes u/o personajes de eeuu, parece que esos «ataques» son buenos, los otros no, los otros son «malos». es esa doble moral, que acabara con ustedes irremediablemente.

    • Dice el articulista al final de su elaborado análisis: » A mi solo me queda observar » Que pensaría Marx y su amigo Engel de esas palabras finales ?

  1. Me parece que la idea y el propio nombre que se le ha dado por los gestores de la antologia o del panel no presupone encasillar ni predecir una “generación” en el sentido que históricamente se ha dado a movimientos literarios o artísticos, portadores de un estilo o una interpretación de su arte. Tan solo es agrupar a diversos escritores y artistas de varios grupos etarios solo conectados por vivir en una etapa trascendente de la nación y como tal ser producto y consecuencia de ella, con sus reacciones ante su contexto y sin tener necesariamente implicaciones estéticas por encima de posibles posiciones eticas. Con sus lastres, sus extravagancias, sus snobismos, su calidad, su talento o su mediocridad, nada que tenga que presagiar un movimiento artistico. En ese sentido asumo el nombre, sin esperar un hito en las letras y arte cubanos. Al margen de agrupaciones, encasillamientos y movimientos, revistas o ediciones aglutinadoras, la intelectualidad cubana ha sido históricamente muy vasta en su riqueza cultural, en su excelencia artistica, aunque muchas veces sea lamentable o equivocada o marginada su vocación política. Ojalá que al menos esa convocada “peor generación” sea admirada en su desempeño artistico y ya eso sería un mérito y un orgullo para Cuba.

  2. …. de Marinello que se puede en su favor que borre su imperdonable sometimiento y apoyo al estalinismo más virulento, su abyecto pacto con incipiente BATISTATO y su perniciosa complicidad al menos tácita sino implícita en el golpe de estado del 10 de marzo del que se nutrió el fidelato para usarlo como excusa, bandera y motivo de lucha posteriores,,,,, queda mucho por descubrir de la complicidad de Marínelo, del marxismo y los demás líderes del Partido Socialista Popular tales como, Fabio Grobart, …. de Marinello que se puede decir en su favor que borre su imperdonables sometimiento y apoyo al estalinismo más virulento, su abyecto pacto con el incipiente BATISTATO y su perniciosa complicidad al menos tácita sino implícita en el golpe de estado del 10 de marzo del que se nutrió el fidelato para usarlo como excusa, bandera y motivo de lucha posteriores,,,,, queda mucho por descubrir de la complicidad de Marínelo, del marxismo y los demás líderes del Partido Socialista Popular tales como, Fabio Grobart, Carlos R Rodriguez, Escalante, Blas Roca todos participantes y socios del primer gobierno batistiano como ministros y funcionarios y en el del 10 de marzo de una forma criminal al oponerse y sabotear a la huelga nacional convocada contra Batista

    • Huy!! a quien le creo???
      https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Marinello_Vidaurreta
      Nació en el poblado de Jicotea, Las Villas, Cuba, el 2 de noviembre de 1898. De padre español y madre cubana.
      Marchó de niño a España y cursó estudios en Villafranca del Panadés (Cataluña), tierra de su padre, hasta los dieciséis años, en que la familia regresó a Cuba. Estudió primero en la importante ciudad de Santa Clara. Años después, realizó sus estudios superiores en la Universidad de La Habana. Se tituló Doctor en Derecho Civil, Doctor en Derecho Público, y en Filosofía y Letras. Posteriormente, volvió a España con una beca para doctorarse en la Universidad Central de Madrid, en España.
      Muy amigo del destacado intelectual cubano Dr. Jorge Mañach durante la juventud de ambos, en años posteriores se distanciaron irremediablemente, por cuestiones políticas. Esto ocurrió porque, durante la década de 1930, Marinello se vinculó al Partido Comunista de Cuba y posteriormente se afilió a él, mientras que Mañach, de origen aristocrático, siempre fue anticomunista.
      Fundó, junto a Rubén Martínez Villena, la revista Venezuela Libre, al tiempo que iniciaba una intensa actividad política, claramente antiimperialista, que le llevó al exilio en varias ocasiones. También participó en las fundación del Instituto Hispano Cubano de Cultura (1926) y de la Revista Avance (1927), año este último en el que publicó Liberación, su mejor libro de poemas.
      Exiliado en México, Juan Marinello ejerció de profesor universitario además de colaborar en distintas publicaciones políticamente comprometidas con la izquierda. Volvió a la isla tras la caída de la dictadura de Gerardo Machado, aunque pronto fue nuevamente separado de su cátedra por figurar como director del diario proletario La Palabra, fundado por el Partido Comunista de Cuba. De nuevo en México (1936-1937), escribió polémicos artículos a propósito de la Guerra Civil española.
      Junto a Nicolás Guillén, Marinello viajó a España en 1937 para asistir en Madrid y Valencia al Congreso de Escritores por la Defensa de la Cultura. Su actividad política le tuvo permanentemente ocupado desde entonces, pese a que nunca desatendió sus labores periodísticas y ensayísticas ni el ejercicio de la docencia mientras pudo. Encarcelado en varias ocasiones bajo la dictadura de Fulgencio Batista, tras el triunfo de la Revolución liderada por Fidel Castro y el Che Guevara fue nombrado rector de la Universidad de La Habana (1962), y desde allí impulsó la Reforma Universitaria.
      Colaboró en distintas publicaciones literarias, tanto de la isla como del extranjero (Unión Soviética, Francia, Costa Rica, Venezuela, México, Estados Unidos, entre otros) y ocupó diversos cargos como representante de su país ante la UNESCO. Especializado en la obra y el periodismo de José Martí, dejó sobre «el apóstol» páginas que se consideran definitivas: Actualidad de Martí. Maestro de unidad (1942), José Martí, escritor americano: Martí y Modernismo (1961), Once ensayos martianos (1965) o Poesía mayor de Martí (1973), entre otros estudios y conferencias.
      Poeta políticamente comprometido y antiimperialista, Juan Marinello concibió no obstante poemas de alta trascendencia metafísica. En cuanto a su obra ensayística, además de sus estudios martinianos, cabe destacar Juventud y vejez (1928), Americanismo y cubanismo literario (1932), Momento español (1939), Sobre la inquietud cubana y Picasso sin tiempo (1942) o Contemporáneos (1965).
      Desempeñó importantes cargos en el gobierno socialista cubano. Fue miembro del Comité Central del Partido hasta su fallecimiento, por causas naturales, el 27 de marzo de 1977, a los 78 años de edad.

  3. Primero es lo primero, el estudio contundente y brillantemente documentado de Raymar Aguado no merece en modo alguno el flagrante irrespeto de Cubano de antes. Este cubano quizás hasta fue a la Universidad pero en casa no recibió suficiente educación. |Que pena! El cubano habla de exhumación de Marx y que más exhumación podemos hoy ver. que la apelación diaria a los sentimientos y símbolos patrios y entre ellos la figura de Fidel que un sentido u otro no deja de ser un símbolo. En cuanto a Marinello confunde gimnasia con magnesia en el pobre juicio de un entusiasta partidario del pensamiento tanto de Martí como de Marx. Hermano, se puede ser zurdo y de Mtzas, por qué no. Amen de que por citar ejemplos podemos decir que la aristocracia criolla en el 68 se fue a la manigua. Agrego que El PSP cometió errores como cualquier ente político, la iglesia católica por ejemplo, pero lo cortés no quita lo valiente. Olvida que la en su época insuperable Constitución del 40 en parte se debe a personeros del PSP.. Y más crítico que yo del PSP, el estalinismo, el realismo socialista, etcétera, hay que mandarlo hacer. Bueno es lo bueno pero no hay que exagerar Cubano de antes. Por ese camino vas a recibir unos cuantos chichones.

    • Para Aramis, Godofredo …. La expresión “el papel lo aguanta TODO es válida tanto para ustedes como para mi….y
      más que la calidad intelectual hablamos de la calidad MORAL del sr Marinello…. Wilipidia aguanta TODO….es un saco de opiniones que está lleno delos aportes individuales y personales de los que quieren aportarlos sin ninguna solides científica más que la inclinación ideológica del que lo aporta y como este órgano de “información” lo advierte ACEPTA correcciones y contradicciones a lo aportado previamente en su afán de “ponerse al día” por lo tanto NO es fuente de garantía de fidelidad informativa….los datos están en CONSTANTE EVOLUCIÓN del “dime y te diré” aclaro este punto. La información sobre la “intelectualidad” del sr Marinello NO es mi enfoque…lo dejo a los historiadores de la materia, la INMORALIDAD de ser un CAMALEÓN que cambia de colores a como sople el viento es mi referencia y.esto lo expone a mi crítica y juicio: Su APOYO incondicional al Stalin uno de los más grandes criminales de nuestra era documentado no solo por Willipedia sino por casi todos los historiadores de este periodo…. Y no solo eso que de por si cataloga a Marínelo como CÓMPLICE de estos crímenes contra la humanidad…. el prestarse al juego político y relacionarse e infiltrase y ser parte de la historia importante del medio siglo primero de nuestra vida como nación independiente y parte integral de las maquinaciones sovieticas por usar a nuestro país en sus intrigas contra el imperio gringo denota su baja calidad como patriota y como cubano … ese es el principal objeto de mi queja al articulista por considérele a Marínelo una CALIDAD MORAL de la que carece…. Vale mi aclaración. Está PENDIENTE aún el juicio sobre su opaca y conspiratoria actividad durante el batistato I y el BATISTATO II y como sirvió de “comodín” el 4 de Septiembre de 1933 y de nuevo el 10 de marzo de 1952

      • Cubano de antes: como bien dice, «el papel aguanta todo» y desde luego, Wikipedia tambien, lo cual me lleva a pensar que, como cualquiera puede contribuir a los articulos de Wikipedia, muy bien debian aparecer en el perfil de Marinello su devocion y apoyo a Stalin y sus crimenes y su colaboracionismo con Batista I y Batista II. Sin embargo, no veo nada de eso ahi. Si fuera tan amable de poner aqui los vinculos donde pudieramos constatar, verificar el Stalinismo y el colaboracionismmo Batistero de Juan Marinello… Por favor, ponga esos vinculos donde encontrar tan importante informacion en aras de esclarecer la Historia de Cuba.

  4. Marx puede tener o no vigencia. Sí Partimos de este comentario, la historicidad y el análisis diacrónico se van al diablo.
    En cuanto a Juan Marinello, fue un intelectual comunista y POLÍTICO de su tiempo
    Usted podrá opinar lo que guste. Ello no afectará un ápice la valía humana y social del quehacer de Marinello en la historia sociopolítica de Cuba.

    • Marx tiene mucha vigencia, ahi esta cuba para demostrarlo.
      un tema aparte es cuan toxica pueda ser esa «vigencia» de marx, para lo cual tambien esta cuba como ejemplo, o korea de norte.

    • Sonia, estoy seguro que LJC los publicó para que el mundo sepa el comportamiento de estos señores que actúan de la misma forma del desgobierno que ellos tratan de defender.

  5. LO PRIMERO es LO PRIMERO como inicia Aramis su respuesta…….Releyendo el aporte de Aramis ya que quería obviar ataques personales me PICO su respuesta de un aparente auto control y con cierto dejo de superioridad por no llamarla pretenciosa ironía elegante y condescendiente….. y como me pico me voy a rascar como dice el dicho….el fascismo-marxismo- comunismo- franquismo-maoísmo argumenta que en cualquier polémica pública o privada como primer paso hay que DESCALIFICAR la calidad moral, cultural, ética, etc, etc.del adversario por aquello de verdadero o falso “algo queda”….no tengo la menor idea quien es Aramis, si existe o es fabricado. No tengo algo contra el en lo personal puesto que no lo conozco y por tanto no lo voy a descalificar por asuntos de personalidad y solo me concreto al fondo de los argumentos…. En su respuestas como hojarasca para confundir no esgrime ningún argumento que refute mis alegaciones de la INMORALIDAD del sujeto de marras para que el articulista lo usara como ejemplo en su argumentación….. lo demás SOBRA

  6. narciso, is this all what you have?.
    Tanto usted como su compannero han puesto de manifiesto la catadura moral de los que defienden la tirania de los castro y sus peleles.

  7. Dilecta sra. o srta.Bravo ….no es mi intención ponerla más Brava que lo que implica su “apellido”…..Aplicando su misma fórmula de juicio histórico que calificativos usaría usted para opinar sobre la trayectoria del INFIDEL por la escena politica de la Nación? ….y no pongo en duda su genialidad en cuanto a resistencia, oportunismo y astucia….tampoco las ignoro en el caso de Marínelo all contrario…. muy a pesar de ello. Es muy similar aunque mucho menos trascendente y criminal

  8. Godofredo existe un pequeño panfleto(por su tamaño no por calidad de la información) que fue publicado por miles de ejemplares durante los primeros meses de 1959 titulado “Batista padre del comunismo” del Buró de información de la ACU(Agrupación Catolica Universitaria) cordialmente trataré de encontrarlo y suministrárselo. Vale

  9. Batista padre del comunismo BIP
    University of Miami
    Otto G. Richter Library
    location.
    1300 Memorial Drive
    Coral Gables, FL 33146
    United States (1 ejemplar)

  10. SONIA BRAVO UTRERA
    18 noviembre 2022 – 5:22 AM

    “En cuanto a Juan Marinello, fue un intelectual comunista y POLÍTICO de su tiempo
    Usted podrá opinar lo que guste. Ello no afectará un ápice la valía humana y social del quehacer de Marinello en la historia sociopolítica de Cuba”….,y tiene usted razón…,en todo argumento unos ven el vaso de agua “medio lleno” y otros lo ven “medio vacío” ….aparte la DESCALIFICACION no es INTELECTUAL….es MORAL

  11. Volvamos al ensayo y despojemosnos de tanta «personificacion» y «posicionismos» que no aportan nada al pollo del arroz con pollo. La entrada es genial, inteligente analisis de la cuestion generacional que inevitablemente (y Marx otra vez) nos demuestra la brecha existente que si no se «empuenta» de veras, amores aparte seguira marcando el camino a la catastrofe nacional que acontece.

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Raymar Aguado Hernández
Raymar Aguado Hernández
Estudiante universitario y crítico cultural

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