La fábula de la veleta

por Consejo Editorial
veleta

I

Los dos primeros días de esta semana nos sentimos unidos como pocas veces en ese otro ámbito de la cotidianidad que se denomina redes sociales. El martes fue por la reacción ante la muerte de Juan Padrón, creador de Elpidio Valdés que hizo disfrutar con sus animados a generaciones de compatriotas. Hasta la cuota de dolor que comporta una pérdida fue menguada por la iniciativa de cubanas y cubanos de diversas edades, residentes dentro o fuera de la Isla, de citar las frases más graciosas de sus personajes, cantar sus canciones y ver de nuevo sus películas y cortos.

Otro momento de comunión había ocurrido el lunes y fue motivado por la intervención del primer ministro Manuel Marrero en el programa Mesa Redonda para explicar las medidas del gobierno en respuesta a la pandemia mundial del COVID-19. Sus palabras fueron precisas, sus explicaciones coherentes y logró mantenerse alejado de la retórica discursiva tan del gusto de nuestros dirigentes, que la mayor parte de las veces se limitan a repetir consignas y verdades de Perogrullo y aportan poco al análisis.

Marrero asombró por el dominio del tema y por la empatía conseguida cuando la gente constató que sus reclamos eran atendidos e incluso superados por decisiones que, ¡finalmente!, no solo prohibían la entrada de turistas a Cuba y cerraban las escuelas y centros de enseñanza, sino que también limitaban de manera rigurosa la libertad de movimiento interno, entre otras determinaciones bien concebidas.

Supimos ahí que nuestro gobierno se había tomado al pie de la letra el peligro que significa la pandemia, y fuimos agradablemente sorprendidos al escuchar que se agradecían las sugerencias de la población hechas a través de las redes sociales y que las críticas eran ponderadas como aportadoras por el primer ministro.

Nada mejor que esa intervención para que pudiera comprobarse que entre nosotros es posible cristalizar la máxima que debiera encabezar la gestión de todo servidor público: «mandar obedeciendo». Su actitud fue lo más alejada del «engreimiento y el envalentonamiento» propio de los dirigentes comunistas «que tanto daño le han hecho al Partido y a ellos mismos», como enjuiciara Manuel Navarro Luna en una carta de 1948 a Juan Marinello.

El primer ministro no utilizó palabras como: histeria, campaña de desinformación, mentiras, mercenarios, contrarrevolucionarios, y otras formas peyorativas con las que se etiqueta por lo general a todo el que discrepe abiertamente de las decisiones políticas. Se distanciaba así de ciertos periodistas y medios que, hasta un rato antes de la Mesa Redonda, repetían los susodichos términos con la avenencia de un coro vocal bien engranado.

Ningún dirigente, instancia política, periodista, comunicador social o medio debe creer que la tarea de salvar la nación le corresponde. Ella es patrimonio común de todos los cubanos, nos compete comprometernos, exigir, criticar e incluso ser responsabilizados ante la ley si no lo hiciéramos.

Los asuntos públicos son colectivos, y por eso es capital crear consensos sobre determinados temas. Las redes sociales — aun cuando reconozco que pueden crear alarma o estados de opinión a veces sin el sustento necesario—, son el escenario en que la ciudadanía ha hallado una visibilidad y una capacidad de influencia que le es negada por otras vías en Cuba.

Si dejaran de ser vistas —sin distinguir matiz alguno—, como «aberraciones», como el «obligado enemigo»; y en lugar de ello fueran aprovechadas por los que dirigen para retroalimentarse y conocer directamente los criterios acerca de políticas y fallos, se podrían evitar errores de larga data, improvisaciones, deslices y hasta violaciones de la ley por los que debieran ser sus principales protectores.

Manuel Marrero reconoció que existían diferencias políticas entre nosotros, pero hizo un llamado a la unidad en momentos tan complejos.

II

La armonía fue efímera. Poco después el periódico Granma, órgano oficial de la “fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, interrumpía la convocatoria a una unidad sin conflictos al menos durante esta etapa en que ella es, literalmente, cuestión de vida o muerte.

Volvían a cantar loas a la tesis que defendió el poema «La política», de Miguel Barnet, publicado en la edición del 29 de mayo del 2019 del referido periódico. El entonces presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba  decía que La política no es como el beisbol que se puede/ debatir en los parques públicos y en las redes sociales (…). Y nos pedía: Déjenla tranquila que cumpla con su cometido/ en su cuartel general/ No la metan en Facebook ni dejen/ que se contamine con las nuevas tecnologías.

En mi artículo Animales políticos vs Platón discrepé con este punto de vista, que establecía una especie de cuartel general en el que los asuntos morales y políticos tienen que ser cosa de expertos. Allí afirmé: «cuando la política es confinada a cuarteles generales y se torna función de unos pocos elegidos: “los revolucionarios verdaderos”, es cuando las teorías se convierten en dogmas, los principios se truecan en credos, las consignas revolucionarias se vuelven salmos y los héroes degeneran en autócratas».

Nuestros «revolucionarios verdaderos» y sus cantores prefieren encerrarse en lugares asépticos, lejos de impurezas y promiscuidad. Eso no ha cambiado, ahora fue el texto La fábula de la silla voladora, del doctor en Ciencias Físicas Ernesto Estévez Rams, el encargado de retomar aquella infeliz perspectiva.

Estévez se apoya en un relato del folklore soviético, tan consonante a nuestra burocracia ideológica, para desplegar un juicio que Granma presenta así: «Se trata de la responsabilidad en momentos de emergencia, de no contribuir a socavar la confianza en quienes tienen sobre sí la inmensa responsabilidad de gestionar de verdad esta contingencia».

Si las personas clamaban por medidas que el gobierno finalmente implementó, no estaban tan equivocadas. Más allá de las cadenas constantes de mensajes de apoyo y de audios apócrifos, en las redes pueden consultarse igualmente informes de la OMS, textos de científicos reconocidos y datos sobre las experiencias y errores de otros gobiernos en países donde la pandemia ha sido terrible y las pérdidas de vidas enormes.

Estévez considera una exigencia desmedida, casi un pecado, que las personas pidan soluciones cuando:

“No saben cuánto puede sostenerse el país en condiciones de aislamiento, no saben nuestras disponibilidades financieras, energéticas, de insumos, alimentos. No saben datos de las condiciones del país de asimilar un incremento en el transporte de bienes y personas, no saben los datos agrícolas, de servicios comunales, de la capacidad de generación de electricidad. No saben cuántas familias cubanas están en condiciones de tener a sus hijos en casa, cuántas dependen de la merienda escolar, de los almuerzos en los centros de trabajo. No saben cuántas personas dependen de los servicios sociales. No saben cómo se está comportando el mercado internacional de alimento en esta crisis, ni el tema del transporte mercantil a nivel global. No saben la capacidad del país de adquirir lo que se necesita y la necesidad de no parar la producción y los servicios para garantizar la capacidad de realizar esas compras. No saben cuántas personas hoy están hospitalizadas por otras enfermedades, cuál es el estado de otros temas de salud como el dengue, la gripe normal y corriente, las enfermedades crónicas, etc. No saben…”

Interrumpo aquí el extenso listado de lo que no sabemos. Y no me queda más remedio que concordar con el articulista. Ignoramos muchísimo, demasiado, acerca de asuntos que no deberían ser secretos y que en otros países son de dominio público. Pero pregunto a Estévez: ¿quiénes son los culpables de esa falta de conocimientos, de la carencia de glasnost?, vaya para seguir con la cuerda soviética. Es una pregunta retórica, obviamente.

La ciudadanía en cambio, ha encontrado en las ágoras digitales la posibilidad de que puedan debatirse los asuntos de la polis, de los animales políticos que somos todos. No esperaremos ya, nunca más, que Granma, Cubasí, Cubadebate, o hasta el agujero infecto de PostCuba —unidos ahora en su valoración de que solicitar una disminución de los precios de internet en medio de la crisis es hacer contrarrevolución— nos alienten a hacerlo.

Aportaré también mi anécdota soviética, conste que no es del folklore sino absolutamente real. En junio de 1954, una caricatura del periódico satírico y humorístico Krokodil representaba a un escritor instalado sobre una veleta, que se negaba a trabajar mientras no soplara el viento. La caricatura se hacía eco de la llamada zhdanovshchina, política cultural ligada al nombre de Zhdanov, uno de los miembros más destacados del Buró Político del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

Después de casi un lustro de flexibilidad en materia artística, entre 1942 y 1946, este dirigente materializó desde la segunda mitad de esa década una nueva campaña en favor del Realismo Socialista en el arte. La palabra zhdanovshchina adquirió el significado de aislacionismo cultural y pureza ideológica en el orden interno. El escritor esperaba que la veleta se ubicara para decidir cómo proceder.

Los que dirigen los medios y la esfera ideológica en este país, los que escriben para esos medios, deberían tomar ejemplo del escritor y ubicarse bien en los vientos que corren, no para ser oportunistas como sugería la caricatura, sino para no quedarse solos. El gobierno parece mejor orientado que ellos.

33 comentarios

Emelina 26 marzo 2020 - 9:03 AM

Alina, vuelves a ser exacta en tu artículo, me encuentro entre kas personas que estuve de acuerdo con el PM Marrero, hasta sentí felicidad y Fe en el mejoramiento humano!!!
Cuando se pierde, lo que no se puede perder es la lección!!!
Suerte y Cuídense TODOS!!!!!

Luis Enrique 26 marzo 2020 - 10:01 AM

@Alina
Magnífico artículo… Caramba… Este tipo de contenidos deberían ser utilizado como bibliografía en las reuniones del núcleo del PCC. Oh! Tal vez lo usen, pero no como me lo imagino.
Desde que tengo uso de razón, he creído que en Cuba hay dos tipos de discurso. El abundante y abunquerado que insiste en que patria, revolución, gobierno y figuras dirigentes son sinónimos. Dónde no haya cabida para la duda ni el desaliento y los errores son minúsculos fallos de cálculo que en definitiva tienen su raíz en el bloqueo externo y los apátridas internos y enemigos. Se entiende por enemigo como toda aquella persona o institución cubana o extranjera que critique cualquier acción tomada incluyendo errores cometidos. En este discurso absolutamente todo lo bueno y exitoso es resultado innegable de las políticas gubernamentales y los dirigentes cubanos; en cambio todo lo negativo es resultado de las acciones de sus enemigos. Los cubanos solemos catalogar este discurso como “muela” o “tabaco”, pero aún así se respeta en alguna medida porque es abundante, porque quién lo hace mezcla valores patrios y hechos reales y porque se representa al statu quo y al oficialismo. En definitiva mucha gente ha aprendido a saltarse las partes con “lo mismo de siempre” y poner interés en la verdadera información: si va a haber aceite o no, si la economía va a estar mala, si suben o no el salario y cuánto…
El segundo tipo de discurso es el técnico, es interesante cómo este es el que más interés y notoriedad goza cuando ocurre. Cómo es el caso de la intervención de Marrero. Este discurso es muchísimo menos abundante, lo conocemos más de las amenazas de ciclones y de la mano de Rubiera y algunos otros meteorólogos y de algunas mesas redondas o reportajes “picudos” que alguna vez se colaron en el NTV. En definitiva este discurso se basa casi siempre en cifras estadísticas y en describir o descubrir la realidad. Los cubanos reaccionan siempre positivamente ante tal ocurrencia porque se siente parte del todo, se sienten informados y además aprecian la labor del periodista o de quién emite el discurso.
Entonces creo que los escritores y periodistas que usted menciona, estimada Alina, son esos que deciden ir a lo seguro, apegarse al discurso oficialista porque es más cómodo y fácil, creo que son haraganes, el mismo Rams en su artículo… No sabemos… ¿Y el lo sabe? ¿Y él lo averiguó al menos? Pero no solo eso, es curioso que aquellos que escribieron en su momento que era una locura cerrar la llegada de extranjeros y que solo lo pedían los gusanos de Miami, adoptaron la misma justificación de Trump!!! La economía!!!! Ninguno habla de eso ya.
Yo he leído varios artículos de esos periodistas que defienden a ultranza sin importar los hechos y sin siquiera buscar estadísticas o investigar(si lo hacen no lo plasman en sus escritos). Se basan en lecturas académicas y verdades de Perogrullo como usted cita, probablemente sean déspotas hacia los que no hemos leído sus libros preferidos, seguramente nos ven como ignorantes o como plebe!!! Esa debe ser la raíz purista de su interés en hacer núcleo y que nadie más se meta… Bueno, eso e intereses personales, pero no quiero manchar este excelente artículo con notas amarillas.

Emelina 26 marzo 2020 - 10:02 AM

Alina, vuelves a ser exacta en tu artículo, me encuentro entre las personas que estuve de acuerdo con el PM Marrero, hasta sentí felicidad y Fe en el mejoramiento humano!!!
Cuando se pierde, lo que no se puede perder es la lección!!!
Suerte y Cuídense TODOS!!!!!

Carlos 26 marzo 2020 - 10:09 AM

Alina acaba de poner a Marrero bajo la lupa y no será bueno para él.

Andrés Perdomo 26 marzo 2020 - 10:41 AM

Alina.

Subrayo de tu escrito lo siguiente:

“Se distanciaba así de ciertos periodistas y medios que, hasta un rato antes de la Mesa Redonda, repetían los susodichos términos con la avenencia de un coro vocal bien engranado.”

Creo que efectivamente existen esos periodistas; son los que apoyan de inmediato cualquier pronunciamiento oficial, al margen de lo que incluso en su fuero interno puedan estar pensando, pero me llama igualmente la atención la existencia no solo de periodistas, sino también de dirigentes, incluso al más alto nivel, que fijan su posición sobre un determinado asunto, a partir de la posición oficial, pero oh, maravilla de la capacidad de cambiarla, (como cambia un camaleón de color) pues cuando alguien de superior nivel fija otra diametralmente opuesta no vacilan en afiliarse a ella de inmediato. Veremos qué hacen o dicen ahora los que repetían los susodichos términos.

Y sobre lo que digo me vienen a la mente dos casos:

El primero cuando algunos se oponían al aumento de salarios y utilizaban para ellos argumentos de todo tipo, pero cuando el gobierno decidió aumentarlos, al parecer desoyendo sus opiniones, en menos de 24 horas modificaron su opinión y se convirtieron en sus más fervientes defensores.
El segundo cuando se oponían al trabajo por cuenta propia considerándolo el peor de los males; hasta el momento en que fue autorizado y de igual manera manifestaron su apoyo.

Sinceramente, en un conflicto armado, no me gustaría compartir trinchera con estos personajes.

Alina Lopez 26 marzo 2020 - 3:46 PM

Andrés, gracias por el comentario, te entiendo, a mí tampoco me gustaría compartir trinchera con gente tan dúctil, lo del aumento de salarios colmó toda medida, un congreso de la CTC donde se evitó siquiera tocar el tema, y no había pasado un mes y el presidente anuncia el aumento. Recuerdo q le dediqué un artículo. Saludos, a ti y a todos los foristas.

keniasosa67@gmail.com 26 marzo 2020 - 11:22 AM

Bueno el tema de que no sería fácil desde el punto de vista de comida a la población ya lo habías comentado. Pero que eso no es razón para no cuidar al pueblo. Y espero que logre salir de esto con menos cantidad de muertos

Alexei 26 marzo 2020 - 12:02 PM

Hay ciertos ideólogos oficialistas que defienden el modelo de socialismo en que la sociedad solo se moviliza en función de las tareas que la asigna el Partido. Qué digo movilizar! La cosa se extiende incluso, a pensar. De los textos en Granma, Cubasi y en más de un blog gobiernista está todo dicho.

La semana pasada le decía a un colega y amigo que al menos yo, estaba seguro de que el gobierno cubano tendría que adoptar medidas más duras. No hay que abrazar la ideología ni concordar con la política del PCC para reconocer que en el área de la salud, especialmente en la epidemeología, el país cuenta con profesionales de alto nivel. Hay que reconocer que las decisiones tomadas fueron resultado de la lógica que exige el momento y de las exigencias de miles de ciudadanos – la mayoría desde dentro de la Isla.

Sobre el texto de Ernesto Estévez Rams, llama mi atención lo arraigado que sigue en él el legado del Estado soviético, ejemplo máximo del fracaso del socialismo burocrático de Estado. Del modelo que prometió la dictudura del proletariado, mas concretizó la dictadura de la élite partidista.

Lo más sorprendente – y creo que el compañero Estévez Rams no está consciente de ello – es que los argumentos que emplea en su último artículo, emulan con algunos de los presentados por el execrable Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. En ambos veo – y lo considero legítimo – una preocupación por la economía, la producción, los mercados internacionales. Los dos, Bolsonaro y Estévez Rams parecen temerle más a los efectos económicos de una eventual y provisoria semiparalización del país que al aumento del número de contagios.

Puede que Estévez Rams, considerando que Bolsonaro es un ultraderechista, creerá que hago una analogía forzada (Iroel Sánchez ha hecho analogías realmente ridículas). De ser así, lo invito a él y a quienes hacen parte de su cofradía a ver el pronunciamiento que Bolsonaro hiciera el pasado matres 24 de marzo.

“Gran parte de los medios de comunicación fueron a contracorriente. Difunden exactamente la sensación de temor, teniendo como bandera el anuncio de una gran cantidad de víctimas en Italia, un país con una gran cantidad de personas mayores y con un clima totalmente diferente al nuestro. Un escenario perfecto, mejorado por los medios, para que una verdadera histeria se extienda por todo nuestro país”.

Para los ideólogos cubanos, sus acólitos y su comisión de embullo, los medios independientes serios como OnCuba, son responsables de los mismos crímenes que Bolsonaro le imputa aquí a la prensa que no responde a sus intereses. Y estos ideólogos hacen extensivas sus acusaciones a ciudadanos que comparten y comentan informaciones verídicas, en redes sociales.

Y continúa Bolsonaro: “Se debe preservar el sustento de las familias. Debemos, sí, volver a la normalidad. Algunas autoridades estatales y locales deben abandonar el concepto de tierra arrasada, como la prohibición del transporte, los cierres comerciales y el confinamiento masivo. Lo que está sucediendo en el mundo ha demostrado que el grupo de riesgo es el de las personas mayores de 60 años. Entonces, ¿por qué cerrar las escuelas? Los casos fatales de personas sanas menores de 40 años son raros. El 90% de nosotros no tendremos manifestación si nos infectamos.”

Como vemos, el presidente de Brasil es contrario a la medidas recomendadas por la OMS, ya adoptadas en Cuba y en otros países. Tal conducta le ha valido el rechazo de parte de su propio electorado, de la prensa, de la comunidad científica y del sector de la salud. Vale aclarar que los gobernadores y alcades han tomado medidas duras pero hasta ahora no existe ni una cuarentena como tal ni toques de queda, pues el segundo no tiene amparo constitucional.

No digo con esto que Estévez Rams y compañía compartan las ideas genocidas de un presidente que pone la economía primero y la salud de millones de sus compatriotas después. No creo que sea el caso. El problema de Estévez Rams y de los que se sienten representados en su texto es que no entienden o no aceptan que los ciudadanos tengan voz propia para solicitar, exigir y criticar al gobierno. Siguen apostando por un modelo social de corte soviético en que todo y todos debemos ser subordinados a la ideología y los objetivos políticos de la élite de un partido único. Y eso de molestarse por ser contrariado es algo que sí comparten con Bolsonaro y con cualquier autócrata o aspirante a serlo.

Estévez Rams, que feliz sería Bolsonaro si consiguiera hacer de Brasil un país de partido único, con medios sometidos a una sola ideología, con un parlamento que refrendase todos sus decretos, etc. Y qué bueno sería, al mismo tiempo, que Bolsonaro tuviera la racionalidad del primer ministro cubano y demás autoridades del gobierno, para lidiar con una crisis sanitaria de esta dimensión.

Muy a destiempo llega el artículo de Estévez Rams y compañía. Ya lo dijo Marrero y lo repitió Alina, el momento exige unión por encima de nuestras diferencias.

Mientras el “gabinete del odio” criollo insiste en su insana costumbre, del lado acá, muchos aguarden que se normalicen las comunicaciones para enviar medicinas (escasas y/o ausentes en Cuba), alimentos y otros items a gente que en Cuba los necesita y espera.

Manolo 26 marzo 2020 - 12:10 PM

Yo si estoy de acuerdo con Rams en algo.
No sabemos nada. No tenemos informacion.
Queremos participar, opinar, sugerir y carecemos de base para ello.
No nos informan. Como la vamos a tener.
Ponernos a hablar sin base es parte de su estrategia para prevalecer.

Alina Lopez 26 marzo 2020 - 3:48 PM

Yo también le reconocí a Ernesto que tenía razón, ignoramos muchas cosas que deberíamos saber.

Caridad 26 marzo 2020 - 1:18 PM

Me pareció más de lo mismo la reflexión del Doctor Ernesto, no entiendo cómo personas tan inteligentes y preparadas cómo él se ponen una venda en los ojos y no ven la realidad de la Cuba de hoy. Gracias Alina por tus ideas tan bien explicadas, muy buena respuesta, excelente artículo.

Castellanos 26 marzo 2020 - 2:12 PM

Que un grupito de personas o un partido político crea que se las sabe todas es una aberración, y que ese mismo grupito piense que el resto de la sociedad “no sabe nada” es una estupidez.
Los gobernantes cubanos, a partir de ahora, deberían prestar más atención a las redes sociales. Va y aprenden cómo se gobierna un país.

cubanuestraeu 26 marzo 2020 - 2:26 PM

Buen artículo, lo comparto en mi blogg

La fábula de la veleta — La Joven Cuba | Cuba Nuestra: Polémica 26 marzo 2020 - 2:28 PM

[…] a través de La fábula de la veleta — La Joven Cuba […]

Lourdes Fernández Valhuerdi 26 marzo 2020 - 2:31 PM

Querida Alina una vez mas tu artículo para LJC da en la diana y apoya el pensamiento verdaderamente revolucionario (por cierto,es un adjetivo del que se han adueñado aquellos que obedecen sin pensar,cuando una orientación viene” de arriba”).En mi modesta opinión el artículo de Granma y el de Cubasi están en contra de la línea de nuestro gobierno explicitada de manera brillante por el co.Marrero,nuestro Primer Ministro en la Mesa Redonda.
Eso habría que verlo, comay!!!

Amauris Batista Batista 26 marzo 2020 - 3:07 PM

Exelente respuesta a lo publicado en el periódico grabma, por cierto que les dejé mi comentario y jamás que lo.publicaron, este artículo si está a tono con el pensamiento del cubano . Concuerdo totalmente con usted mis más sinceras felicitaciones. Estás palabra dan en pleno pecho a los oportunistas, que giran alrededor del partido y sus instituciones para sacar provecho( viajecitos y consideraciones) y que pretenden tener la opinión del pueblo en el bolsillo, y la verdad en sus nanos no saben cuándo equivocados están…..

Maximiliano País Varela 26 marzo 2020 - 4:00 PM

Creo que necesitamos más libertad en todos los sentidos.

Visité Cuba en la primera quincena de febrero. Nadie me preguntó nada al entrar. Llené un papelito. Dos días después sale el correspondiente funcionario en televisión diciendo que se “estaban tomando medidas”. No sé cuáles. En la aduana vi mucho interés en el negocio y el dinero no en el virus. Y la cara de perro y la desidia de los agentes de inmigración.

Pero si se me ocurre salir a la calle a decir que lo que decía el funcionario no era cierto, más que en papel, voy preso o expulsado del país, con suerte.

Claro, a lo mejor yo era el equivocado, y tal vez sí se estaban tomando las medidas comentadas. Quizás yo estaba tan ocupado en lidiar con la corrupción aduanera que no aprecié los esfuerzos en salud pública. Mi culpa. Pero saben qué, somos humanos, y como tal, debemos tener derecho a equivocarnos sin miedo a ir a la cárcel, o perder el trabajo, o marcarnos para toda la vida como contrarrevolucionarios.

Creo que necesitamos más libertad en todos los sentidos: somos humanos.

Esteban morales 26 marzo 2020 - 6:07 PM

Alina magnifico articulo.me gusto mucho sobre todo la respuesta sobre quienes son los responsables de que ignoremos tantas cosas.
Esteban

Alina Lopez 26 marzo 2020 - 7:57 PM

Gracias profe, me alegra verlo nuevamente listo para el combate, un abrazo.

tony antigua 27 marzo 2020 - 9:34 AM

Lo que no entiendo es a quienes se refiere en su denuncia el articulo , si todo el mundo esta de acuerdo con el, “según” se lee en los comentarios que publica Granma.
Esta claro que lo que desconocemos, no es por falta de interes en saber, sino por falta de informacion y transparencia.
Por cierto, no conocemos ni siquiera los argumentos de quienes hayan discrepado con el autor, que me imagino que no seran pocos.

raulito 27 marzo 2020 - 3:46 PM

En mi opinión, no hay nadie tan tonto para no saber que, sobre todo en esta situación, el trabajo de la mas alta dirección del país es colectivo. Por ello, considero como de mala fe intencionada, tratar de establecer una brecha ( que no hay), entre el 1er.ministro y el resto de la dirección. Así mismo, creo que esta gastado tildar de oficialista a todo el que coincida con la dirección del país, incluida la prensa, intelectuales,,,,, También incluyen aquí a la gran mayoría del pueblo que coincidió con la dirección del Estado y el Partido al votar Si por la Constitución? Pienso que el objetivo común de la mayoría de las comentarios es fracturar la unidad entre los diversos componentes de nuestro pueblo, entre los que están tambien los dirigentes, Aunque los que escriben lo saben. quiero reiterar que cada etapa lleva implícita determinadas medidas. Todo tiene su momento. Acaso los ilustres no saben, por ejemplo, que para un parto hay que esperar como regla 9 meses? Y ya que se habla de la oportunidad de las medidas; que piensan los que así opinan en todos los artículos que se publican, sobre la actuación en este tema de Mr. Donald Trump? Les advierto que para algunos puede tener implicaciones económicas.

Alheli 28 marzo 2020 - 4:52 AM

raulito, cuando se juzgan las intenciones de personas a las que no se conoce (como pueden ser los cientos de opinantes semi-anonimos en un foro digital) suele suceder que, por estar basados en especulaciones y suposiciones, los juicios son mas una expresion de como piensa quien los emite, que de la calidad de la persona a quien se enjuicia. Lo que esta transmitiendo usted es que su participacion en un foro siempre esta estrategicamente alineada con determinada corriente sociopoltica, sus intereses y propulsores. Convertirse en vocero y agitador a contrapelo de la civilidad y la evidencia cientifica es un derecho suyo, que yo no pretendo quitarle -dejando en un segundo plano las connotaciones eticas-; pero con el mismo espiritu democratico, por favor: Respete la existencia de personas que no actuan ni piensan como usted, y que solo desean lo mejor para su pais y sus familiares.

Ernesto Estevez Rams 27 marzo 2020 - 6:07 PM

Estimada Alina,

Si va a citarme, cite el parrafo entero, no vaya a ser que otros osen considerar que usted manipula al lector. El primer parrafo que usted usa de mi articulo en realidad dice: “No se trata aquí de negar la necesidad de la crítica y del análisis que incorpore a la inteligencia colectiva. Esa siempre será bienvenida, todas esas cosas mencionadas se dirigen en Cuba, en buena medida por la capacidad colectiva de decenas de miles y a veces millones de personas. No se trata de no sugerir ideas y propuestas constructivas, ni de no denunciar errores en la ejecución de las medidas adoptadas. Se trata de la responsabilidad, en momentos de emergencia, de no contribuir a socavar la confianza en quienes tienen sobre sí la inmensa responsabilidad de gestionar de verdad esta contingencia.”

Algun mal intencionado pudiera pensar que citarlo completo pondria su construccion ideologica en apuros, pues yo en ningun momento he dicho que este mal criticar, opinar, analizar desde la inteligencia colectiva, incluso en esta situacion de emergencia donde buscar consensos se hace dificil por multiples razones, en primer lugar las urgencias cotidianas que imponen evitar que el pais colapse en medio de una pandemia.

Mi articulo en ningun momento, como se ese parrafo atestigua mas alla de duda alguna, se referia al ejercicio ciudadano de tener y ser tenido en cuenta. De la critica social en esta urgencia salen cosas que pueden ocultarse, desde la denuncia ciudadana alli donde autoridades y funcionarios no estan cumpliendo con lo orientado, hasta alertas tempranas de fenomenos que solo estan emergiendo y pueden quedar ocultos a la vista de otros niveles de direccion. Esa participacion ciudadana es ademas esencial para corregir los tiros.

Mi articulo se referia a quienes niegan la inteligencia colectiva al eregirse en pontifices de la solucion, y claman que debe hacerse y cuando, alegando la incapacidad del estado de dar soluciones acertadas en medio de esta crisis. Esas voces que cuando sospechan no ser tenidos en cuenta, ellos, los iluminados, truenan a los cuatro vientos. Ahora mismo, en el colmo de lo criminal en cuanto a informacion se refiere, andan usando el logo del MINSAP para promover noticias falsas como si fueran oficiales. Nada de lo que se diga sobre eso alcanza a reflejar la miseria de tal actuar. Que nadie se enganhe, en este escenario de crisis pandemica, los ataques a Cuba no han disminuido, arrecian para sacar ventaja a la situacion. Hay los que pescan en rio revuelto, buscando en la coyuntura concreta de emergencia, como adelantar otros propositos que nada tienen que ver en realidad con la gestion de esta coyuntura. Hemos visto “expertos” que claman el apocalipsis. Hay quienes lanzan festinadamentes numeros, como el posible numero de muertos, infectados, que una matematica sencilla, comprobarian exagerados. Que se gana con predicar el apocalipsis? creo que nada, salvo alentar el instinto primario del panico y el salvese quien pueda. Algunos “epidemiologos” trazan “estrategias” hasta el detalle, curiosamente desde el exterior, y acusan al gobierno de no saber que hace y pronosticando la catastrofe zombi, si sus propuestas no son acatadas. Otros hablan de su supuesta experticia por estar en paises afectados por la pandemia como China o Italia, y desde esa supuesta experticia, gritan que el gobierno no sabe lo que le viene encima y que Ahhhhhhh el acabose!!!! No logro entender como contribuye ello a estructurar estrategias por parte de quienes dirigen la sociedad en estos momentos. Maxime que esa inundacion ocurre en espacios como FB donde dificilmente llegue a ellos. Tales criterios tienen mas efectividad en generar histeria que otra cosa. E histeria es lo menos que necesitamos ahora. Me quedaba claro y me queda, que pescando en aguas revueltas, hay agendas deliberadas de agresion que, mas alla de consideraciones politicas, en estos momentos, son sencillamente criminales.

El espacio politico tiene urgencias, y esta es una de ellas. Lo politico se dirime en la polis, como todo lo demas, pero como se dirime en el contexto concreto ? Frente a una urgencia, la agresion deliberada que socava la confianza publica debe ser combatida. Se trata de una responsabilidad concreta frente al peligro de perdida de vidas humanas.

La inteligencia colectiva es un concepto muy complejo y ella forma parte de la conciencia social que viene, en ultima instancia, determinada por un sustrato objetivo. Una obra de arte puede ser valorada a diversos niveles, desde un publico sin formacion formal artistica, hasta expertos con experiencia en decodificar los sentidos y contextos de una obra. En todos esos niveles, hay inteligencia colectiva, pero ella no es una idea informe donde todos los saberes tienen el mismo peso, no comulgo con esa idea posmodernista. Lo importante es que la lucha contra el elitismo sea lograr que todo publico pueda llegar a ser informado. Luego las participaciones publicas son complejas y lo democratico es en primer lugar, dar acceso a que todas las personas pueden acceder a la educacion y la informacion que les permite de manera creciente participar en esa construccion desde la capacidad creada. De que nos sirve formar socialmente un experto en modelacion estadistica si, en una crisis, igualamos publicamente su opinion con la del que sabe poco de matematica. Como es imposible que un individuo ser experto en todo, socialmente delegamos en la inteligencia colectiva por necesidad y juzgamos socialmente por los resultados. Todo ello, se hace desde un contenido clasista pero no quiero meterme en ese terreno ahora. Ninguna forma de organizacion social se ha librado de ello. Se trata de como hacer el proceso de delegacion y rendicion de cuenta lo mas abierto y democratico posible dentro de un contexto determinado, que es Cuba ahora y en esta contingencia pandemica. Como lograr la retroalimentacion continua de la inteligencia colectiva para que la direccion social no se vuelva un estanco infertil. Pero siempre se delega, esa es una realidad objetiva mas evidente en situaciones de crisis. En este contexto de urgencias, no es posible un proceso de consenso amplio, hay que actuar y rapido. En esa misma medida, el control publico es importante porque hay que corregir los tiros y rapido. En mi articulo implico esa necesidad de la correccion publica desde la seriedad y la responsabilidad civica, en un parrafo, ya citado, que deliberadamente deje para penultimo, como idea que queria quedara clara. Nunca abogue por callar esa voz social y civicamente critica. No se de donde saco eso. No lo abogue desde la subestimacion de los demas. Mi ataque reitero, fue a las agresiones deliberadas que pretendian y pretenden, socavar la confianza publica en quienes (miles, decenas de miles de personas, vecinos nuestros, colegas, conocidos) tienen que tomar decisiones en el dia al dia desde el ambito local hasta el nacional, frente a datos concretos que manejan en tiempo real. No es viable un escenario donde digamos, en esta coyuntura, se den publicamente los datos y esperemos que en un debate social amplio, lleguemos a un decision de como proceder.

Sobre el tema, obsesivo, de ver en cada articulo el aparato ideologico del partido, una cofrade de conspiradores o una oposicion al gobierno, no me extiendo. Tales construcciones parten del estereotipo y van dirigidos a alimentar al esterotipo. Todo lo que se publica en el Granma no es la posicion oficial del partido, ni de su departamento ideologico, como mismo todo lo que se publica en el New York Times, no es la posicion oficial de los duenhos del New York Times. Los aciertos y desaciertos de todos mis articulos son mios y solo mios, no hace falta apelar a la conspiranoia en este caso. Tampoco hace falta asumir que el departamento ideologico del partido tiene una bola de cristal para saber lo que yo ecribiria, pues nadie interviene ni en los temas, ni en el enfoque que doy a mis escritos. Me percato que ese cliche de alimentar el estereotipo, es conveniente para adelantar determinadas agendas que se basan en la confrontacion. Es mas romatico poder presentarse como combatiendo, no la opinion de un simple mortal que no es funcionario ni de su casa, sino a todo un aparato ideologico al que no se le escatiman etiquetas, olvidando cuanto molestan cuando uno es victima de ellas.

El que habla de cuan arraigado esta en mi la idea sovietica y los paralelos de mi discurso con el de Bolsonaro, atribuyendome (oh madre mia !) un interes mas economico que humano, ni vale la pena comentarle, pues su hombre de paja es un sofisma de punto a cabo que se base en … nada.

Alina, cuando diga que soy revolucionario verdadero le puede quitar las comillas, estoy convencido de serlo, lo que pasa es que esa condicion no la veo como excluyente a otros, incluso si no coincidimos en distintos criterios. En mi definicion de revolucionarios caben mucha gente. Como ve, yo evite ponerla a usted en grupo alguno, evite llamarla de nueva o vieja cualquiercosa. Yo le constesto a usted, no a un grupo conspirando en la sombra de la que usted es portavoz u otra locura obsesa. En sus opiniones yo la veo a usted, solo a usted, en toda nuestra discrepancia, tan hermosa como puede ser una persona que defiende con pasion e inteligencia sus ideas, aun si son contrarias a las mias.

Alina Lopez 28 marzo 2020 - 1:08 AM

Ernesto, pensé que habíamos dirimido este intercambio en contexto más cerrado, no obstante responderé sus principales planteamientos:
Si hubo alguien malintencionado fue el editor del periódico. Ese párrafo era el encabezado de todo el artículo, este tipo de llamado se utiliza para resumir la esencia del texto y llamar la atención de los lectores.
Mi entrecomillado se debía a una cita q hice de un artículo de mayo pasado que se avenía muy bien con el espíritu de su análisis, no me arrepiento de él aunque no se lo atribuyo a título personal.
Su argumentación de que en el campo del arte o de la ciencia hay que guiarse por criterios de expertos no se ajusta para nada a un tema político de sí como este, aquí todos tenemos derecho a intervenir y ofrecer sugerencias, hacer críticas y participar en las decisiones.
El hecho de que el periódico donde apareció su artículo sea el órgano oficial del único partido político que es legal en Cuba, invalida su comparación con el N Y Times, creo que nadie es ingenuo para creer otra cosa, ahí no se publica nada sin pasar por un filtro ideológico muy fino y usted lo sabe muy bien.
Ha dicho con énfasis en varios espacios que entregó su artículo antes de la intervención del primer ministro, le creo, entonces el inepto fue el que decidió que un artículo como ese, que iba a ser recibido con rechazo por muchas personas saliera al día siguiente de una intervención respetuosa y conciliadora, su artículo fue un cubo de agua fría para muchos compatriotas, y eso desgraciadamente para usted ocurre en medio de otros textos irrespetuosos con la ciudadanía como el de Lagarde en Cubasí, reconozco q usted tiene una forma más correcta que él, pero la esencia iba a lo mismo.
Si el PCC no se adapta a que su tiempo de monopolizador de los estados de opinión y de controlador de la información, de canal único ideológico ha quedado atrás, artículos como el suyo serán contraproducentes y rechazados por ello.
Saludos.

Ernesto Estevez Rams 28 marzo 2020 - 8:34 AM

Estimada Alina,

En ese espacio privado le dije que responderia publicamente su articulo publico. Vaya y busque.
Usted insiste en el derecho de opinar, criticar de manera publica como si yo, en mi articulo hubiera negado ese derecho, mi parrafo completo, el que usted no cito, deja claro que ese derecho nunca fue cuestionado.
Si entendi bien usted justifica haber mutilado mi cita, en que el Granma hizo lo mismo. Uhmmmm. Claro el Granma publico el texto completo.
Un estereotipo demasiado bueno no puede dejarse ir. Es mas romantico, lo entiendo. Es mas util en la clave de confrontacion.
A usted la ha publicado el Nueva Herald, no se me ocurriria a mi decir que usted aparece alli, despues de pasar el filtro ideologico cuidadoso de la mafia anticubana que domina en ese periodico las opiniones sobre Cuba.
No se me ocurriria usar mi discrepancia con un articulo suyo para arremeter contra LJC. Creo mas saludable discrepar con el autor del articulo. No debemos ejercer las practicas que nos molestan cuando son ejercidas contra nosotros.
Muchas personas, muchisimas, entendieron el sentido de mi articulo en el contexto de que se criticaba y mostraron su aprobacion, para ellos no fue un cubo de agua fria. Un mismo texto puede tener disimiles lecturas, incluso desde la discordancia. La vida no es binaria.
Pero la intencion de mis comentarios, no es defender el articulo en si, sino en funcion del tratamiento que usted le dio, mutilandolo a las partes que apoyaban su discurso.
Yo no veo los juegos de popularidad como validante de algo. En estos dias, en debates valiosos, he oido razones de desacuerdo y he tratado de entender la opinion del otro, sobre la base del respeto. Aun discrepando con tales opiniones, he pedido disculpas si ha ofendido, porque es mas importante sumar que confrontar.
Con lo que no pienso disculparme, es con quienes aprovechan esta coyuntura de emergencia para agredir, con una agenda deliberada, al pais y a quienes tienen la inmensa responsabilidad de guiar el barco en medio de tensiones tremendas.

Ernesto Estevez Rams 27 marzo 2020 - 6:16 PM

Me acaba de llegar esto:

“Atención!… Están circulando en FB publicaciones falsas con nombres de hospitales cubanos…Son fake news a las que le han agregado encabezados cómo si fueran mensajes de esos centros de salud…Por favor, no compartirlos e informarse por la web oficial del MINSAP.”

y seguido ponen una foto de una de esas falsa publicaciones.

Y hay quienes creen que lo de las agresiones en terminos de informacion, es la obsesion de un grupo que ve enemigos don de no los hay.

MARLENE AZOR HERNÁNDEZ 28 marzo 2020 - 12:25 AM

Ernesto Estevez Rams, no logras responderle a la profesora Alina, sobre la mordaza a la participación en las redes, dizque porque no está informada, y en definitiva esa desinformación es responsabilidad de los medios de difusión masiva dirigidos por el PCC. Según tú, todos deberíamos quedarnos callados porque el gobierno cubano históricamente nos ha desinformado con su monopolio informativo:Se te salió “la oreja peluda” de la represión estalinista.

Ernesto Estevez Rams 28 marzo 2020 - 8:49 AM

Si, tienes razon que lo de usurpar la identidad de hospitales y del MINSAP es mas facil de combatir. Es mas dificil cuando el mensaje es mas sutil, como crear alarma apurando un numero exagerado de posibles muertos, sacando la estadistica del … bolsillo.

Alina Lopez 28 marzo 2020 - 11:52 AM

Si crees sutil el mensaje de Lagarde, jjj no creo tener nada que aportar aquí.

Alina Lopez 28 marzo 2020 - 11:50 AM

Ernesto, uso un nuevo cuadro de diálogo pues es incómodo responder en tan estrecho espacio.
Primero, no se nos vuelva incidioso, el Nuevo Herald replicó un artículo mío tomado de LJC, yo sin embargo tengo artículos muy críticos a la gestión de Trump como El mal estratega o Útiles remembranzas, y mire usted que el Granma, ese foro abierto, nunca los ha publicado, no lo estoy pidiendo, estoy afirmando que ahí solo publican personas como usted u otras que no se muevan de la línea establecida por los elegidos.
Cómo puede saber y decir que su articulo fue bien acogido, por quién? porque tanto aquí, como en el blog Segunda Cita, como en fb, todo lo que observé fueron discrepancias.
Por último, no creo haber mutilado, como maliciosamente dices, tu artículo, su esencia está ahí de cuerpo entero, interrumpí simplemente la lista de reproches a la ignorancia. Reitero cada palabra que dije sobre él, fue inconveniente y dañó el llamado al respeto y la unidad que el gobierno está haciendo, el Partido solo entiende la unidad de manera monolítica y acrítica, tus textos le hacen el juego a esa dañina y peligrosa actitud, más en un momento como este en que se avecina una gran crisis, no solo de salud, sino de futuros problemas económicos que los pondrán a prueba, tus textos no hacen gala de un análisis contextual, pero evidentemente estás convencido de que ese es el camino, entonces síguelo, veremos cuán lejos podrán llegar, tú y el Partido.

Alexei Padilla Herrera 28 marzo 2020 - 3:01 PM

Profesor Estévez Rams, sepa usted que a diferencia de la usanza soviética/ prosoviética y de usted, yo acostumbro a citar por su nombre a las personas a las que me refiero. Las citaciones al discurso de Bolsonaro no fueron en vano. Demuestran cierta proximidad entre lo que usted piensa (o pensaba) y los juicios del mandatario brasilero. Por cierto, hasta ayer, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, compartía una visión no muy diferente de la de Bolsonaro. Hoy me informan que ya mudó su visión por el bien de todos los que viven en México.

Su texto en Gramna fue publicado de forma extemporánea. Su comentario al texto de Alina también llega tarde. Como ha dicho Alina fue cosa del editor. Justo anoche leía una excelente tesis sobre la forma como se dirige la prensa en Cuba. Granma fue uno de los objetos de la pesquisa. Esa tesis, como otras realizadas anteriormente, contradicen lo que usted afirma aquí en relación a la correspondencia entre lo que publica dicho diario y la línea del Comité Central del Partido, y sobre todo, del Buró Político y el Departamento Ideológico. Por otra parte, no nos llame al engaño que aquí estamos curados de tontos: a cualquiera no le publican un artículo en el Granma. Y de eso también también hay hartas pruebas.

Mi vida es suficientemente dinámica y bella, no obstante, de vez en cuando comenta de forma indirecta textos como el suyo. Y lo he hecho gracias a la motivación que Alina produce con sus artículos. Porque créeme que el suyo en sí, al menos de mi parte, merece una colosal indiferencia.

Manolo 28 marzo 2020 - 4:48 PM

Rams, en concreto.
Ya la profesora contestó todas sus preguntas acerca que saben Uds de esto y lo otro: nada, no sabemos nada.
Responda Ud ahora la de ella y no de mas vueltas a la manzana retorica:
¿Quien es responsable de que asuntos que no deben ser secretos se desconozcan?
Responda en concreto Rams, en concreto o reconozca que metió la pata.

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