La derecha española y su contumacia en las relaciones con Cuba

por Daniel Rodríguez Suárez
Derecha española

En enero de 1960 Fidel Castro, frente a las cámaras de la televisión, acusó a las embajadas de España y los Estados Unidos de apoyar a los grupos de la contrarrevolución más violenta. La Cuba revolucionaria se encontraba en aquel momento a las puertas de los procesos de intervención en las grandes compañías norteamericanas y a escasas semanas de formalizar acuerdos comerciales y diplomáticos con la URSS.

Aquella acusación del líder cubano tuvo como colofón la bochornosa réplica del embajador de la España franquista, Juan Pablo de Lojendio e Irure, marqués de Vellisca: el diplomático irrumpió de imprevisto y con malos modos en los platós de la televisión cubana y exigió su derecho a réplica. El episodio, que cerca estuvo de terminar en golpiza, se cerró con la expulsión del embajador español y la llamada a consultas del embajador cubano en Madrid, quien a la sazón era el exprimer ministro, José Miró Cardona.

Este último no regresó a la capital española y Franco no repuso a su embajador en La Habana. La relación bilateral, aunque no se rompió, quedó dañada y reducida a la categoría de encargados de negocios. España, en un contexto de profunda transformación en Cuba, había optado por la vía ideológica en detrimento de la pragmática y tomó partido por los que impugnaban el poder establecido en la Isla con las armas en la mano. El régimen franquista había elegido bando y el fallo en la elección de aliados pronto se evidenció.  

Cuatro años después, en octubre de 1964, la misma contrarrevolución a la que la embajada de España, en connivencia con algunos sectores de la Iglesia católica y la diplomacia estadounidense, había encubierto frente a las autoridades cubanas atacaba un buque mercante español con destino a la Isla. La agresión al navío Sierra de Aránzazu, que cubría la línea regular con Cuba, se saldó con tres fallecidos –el capitán, el segundo oficial y el tercer maquinista–, varios heridos entre la tripulación, y cuantiosas pérdidas materiales tanto en el barco como en la mercancía.

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Juan Pablo de Lojendio, embajador de España, frente a Fidel Castro

Un año después, otro mercante español, el Satrústegui, cargado con similar destino que el anterior, sufría un nuevo atentado en aguas de Puerto Rico. Los socios tradicionales de la España franquista atacaban sin clemencia a sus antiguos aliados por su negativa a dejar de comerciar con Cuba y apuntalar el cerco sobre la Isla. Los aliados del franquismo, con nombres y apellidos bien conocidos en la embajada española de La Habana, cambiaban la dirección de sus armas y se convertían en enemigos en aras de la consecución de un fin que no atendía, ni atiende, a alianzas permanentes.

Este objetivo no es otro que ultimar al gobierno cubano instaurado en enero de 1959 haciendo uso de los métodos que sean necesarios y sin atender a compromisos pasados o futuros o a lealtades hacia compañeros de viaje circunstanciales.

El régimen franquista entendió entonces que la posición ideológica frente a Cuba no beneficiaba ni a sus intereses materiales ni al intercambio acostumbrado entre ambos pueblos. Aquella amarga experiencia, en la que se evidenció lo erróneo en la elección de aliados en la escena cubana, pareció rectificar el rumbo, y, a pesar de las presiones norteamericanas, el estado español siguió comerciando con Cuba y se abstuvo de continuar sustentando a aquellos grupos contrarrevolucionarios.  

***

Tras el fin de la dictadura franquista, los gobiernos de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González tuvieron a bien, a pesar de los desencuentros, encontronazos puntuales y conflictos sonados, atender a las enseñanzas que había dejado su predecesor. La doctrina Estrada, o una versión atemperada de la misma, debía establecerse como hoja de ruta si se querían conservar las relaciones con Cuba en todos los órdenes.

Estos gobiernos conservadores y socialdemócratas, consideraron que para el bien de las relaciones de España con Cuba y el resto del continente, la injerencia, la ideologización y la puesta en cuestión de la soberanía no parecían la mejor estrategia. Se consideró, como había hecho el franquismo tras sus traumáticas experiencias, que los intereses de España en Cuba no tenían que ser los mismos que encarnaba la administración norteamericana y la disidencia más agresiva al régimen cubano.

Todo parecía indicar que el advenimiento de la democracia liberal a España cimentaría lo que ya se venía ensayando en las últimas décadas; sin embargo, años después, tras la salida de los socialistas del gobierno, la derecha española cayó en el error en el que habían incurrido sus padres ideológicos en los albores del triunfo de la Revolución.

Durante el período de la presidencia de José María Aznar, padrino de la posición común de la Unión Europea, se volvió a apostar por estar del lado de quienes impugnaban con mayor vehemencia el poder establecido en Cuba y, nuevamente, como le sucedió a Franco, los intereses de España sufrieron las consecuencias.

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José María Aznar y Fidel Castro (Foto: extraconfidencial.com)

Aznar, además, arrastró al resto del continente europeo a secundar la postura española, comprometió y puso en cuestión la soberanía cubana y debilitó la española en sus relaciones futuras con la Isla, pues supeditó su estrategia a la que emanara de la Unión Europea. Los sectores sobre los que se apoyó en los asuntos cubanos fueron los mismos que presionaron para que las Leyes Torricelli y Helms-Burton salieran adelante.

En aquel período, la tensión entre ambos países alcanzó cotas que no se recordaban y se exacerbaron las diferencias, lo que causó el correspondiente deterioro de las relaciones bilaterales en todos los órdenes. Una vez más la derecha española se equivocaba de aliados y ello traía aparejadas consecuencias: la colisión con las autoridades de La Habana, el pago al sector más duro de la insaciable e intransigente comunidad contrarrevolucionaria afincada en los Estados Unidos, nunca satisfecha del todo con la postura de España, y las dificultades de la colectividad española en la isla, especialmente la apegada al tejido empresarial.

Tras la salida de Aznar del gobierno español, el nuevo ejecutivo trató de corregir el rumbo. Después de aquellos años horrendos (1996-2004), se precisaba un giro de timón para aliviar el asfixiante contencioso con Cuba. En el presente siglo, la diplomacia española ha tenido que trabajar para reparar los desperfectos generados por la apuesta orquestada por el ejecutivo durante el período del Partido Popular de corte «aznarista».

Esta corrección del rumbo se dio, de manera manifiesta, durante el gobierno de Rodríguez Zapatero, y de forma emboscada, durante el de Mariano Rajoy. Ambos ejecutivos, con estilos divergentes fruto de la herencia histórica y de afinidades y fobias, trataron de recuperar la senda que más convenía y conviene a España tanto en lo espiritual como en lo material: la entente con Cuba, sin renunciar a la crítica, pero sin injerencias, paternalismos y condiciones políticas para el intercambio.

Se trató de establecer una agenda, con matices y diferencias entre populares y socialistas, que tuvo como premisas el acompañamiento, la no injerencia y la colaboración en las reformas cubanas puestas en marcha, y en las venideras, en el ámbito de lo político, lo social y lo económico. Ello no fue óbice para que los conflictos regaran un período de relativa calma y también, es necesario apuntarlo, de mayor proximidad entre los gobiernos socialistas de España y los dirigentes cubanos y de menor afinidad durante la administración de los populares. Sin embargo, a pesar de las diferencias, los ejecutivos encabezados por Zapatero y Rajoy hicieron de la diplomacia y la prudencia los ejes en las relaciones bilaterales.

***

La llegada de Pedro Sánchez a la presidencia parecía alumbrar el asiento definitivo de esta tendencia: recomponer las relaciones, llevarlas al máximo nivel y esquivar los conflictos apoyándose en los ámbitos de mutuo beneficio.  Su visita y la del jefe de Estado, el rey Felipe VI, a Cuba parecían presagiar el advenimiento de una España atenta a no cometer los errores del pasado como consecuencia de la sima ideológica que separa a ambos países desde 1959.

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Los reyes de España durante su visita a Cuba en un recorrido por La Habana con el Dr. Eusebio Leal (Foto: GTRES)

Sin embargo, desde la oposición, las derechas españolas, sus versiones y familias, cada vez peor avenidas, parecen empeñadas en perpetuar los errores de antaño y en devolver a la actualidad la versión del franquismo más hosco o del «aznarismo» más cerril en lo tocante al tema.

Vox, el partido de la extrema derecha, hijo putativo del Partido Popular (PP) o de su versión más ultra, parece marcar el paso a sus compañeros. En el PP, el alma gallega, que tan sabiamente había conducido los temas cubanos dentro de la derecha española, se ve arrinconada y Pablo Casado parece volver a sus orígenes y al despliegue de las maneras que le llevaron a encabezar el partido: la confrontación ideológica y el enfrentamiento con las formaciones situadas a su izquierda en el arco parlamentario español.

En los últimos días, como consecuencia de la crisis en Cuba, Casado ha presionado al ejecutivo para que condene al régimen de La Habana y denuncie de forma explícita su carácter dictatorial. Vox y el PP, junto a la otra formación de la derecha, Ciudadanos, se han lanzado a las calles, con especial significación en Madrid, para condenar al régimen cubano, simplificar la explicación del reciente, complejo y multicausal estallido social y forzar al gobierno español para que emita una condena sobre la gestión de la crisis por parte de las autoridades cubanas.

Del día 12 del mes en curso hasta la masiva manifestación del domingo 20 de julio en Madrid, la derecha española se ha aplicado para aparecer retratada al frente de las protestas contra el gobierno cubano, tratando de capitalizar las manifestaciones en provecho propio como plataforma para su enfrentamiento con el gobierno español y la difusión del relato manido y absurdo de que España está bajo la tutela de los comunistas.

En los planteamientos de los herederos legítimos del franquismo ya no figura la rancia hidalguía de este ni su negativa a plegarse a las presiones norteamericanas para secundar el bloqueo; ni rastro queda de los resabios del 98 ni del tan cacareado orgullo patrio frente al dictado de Washington. Santiago Abascal, Rocío Monasterio, Iván Espinosa de los Monteros y sus adláteres en Vox; Pablo Casado y los suyos en el Partido Popular, y Ciudadanos, especialmente activo a través de su vicealcaldesa en el ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, recrean en España los discursos del sector más intransigente de la derecha cubano-norteamericana.

Las tres formaciones se han implicado de lleno en las reivindicaciones de la comunidad cubana que reside en España y han obviado las implicaciones exteriores del contencioso cubano y la complejidad de las causas que han desatado las protestas en el interior de la isla.

***

De todos modos, a nadie sorprende la politización del conflicto social cubano por parte de la derecha española y tampoco el carácter militante que están desplegando en las protestas. Llueve sobre mojado, pues las imágenes de los últimos días nos remiten a un guion de actuación que presenta unas líneas muy claras y que tienen su centro en Madrid y en Bruselas.

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Pablo Casado en una de las marchas en solidaridad con los sucesos del 11-J (Foto: El Español)

La política de la oposición española con respecto a Cuba está en manos de los que promovieron y consiguieron aprobar hace un mes una resolución en el Parlamento Europeo que trata de torpedear el actual marco de relaciones entre la Unión Europea y Cuba, el llamado Acuerdo de Diálogo político y cooperación.

Dicha resolución, aprobada y capitaneada por el Partido Popular, Vox y Ciudadanos; supone una enmienda a la totalidad de la política europea con respecto a Cuba, va en contra de los intereses y valores que el bloque ha tratado de promover en la Isla y nos retrotrae al viejo marco de la guerra fría y al anticomunismo trasnochado que encerró a España y a Europa en el callejón sin salida de la Posición Común instaurada tras la llegada de José María Aznar al gobierno.

La derecha española arrastra así los errores de pasado, y los repite, al plegarse a las intransigencias de la pasada administración norteamericana y al inmovilismo de la actual. Tanto la resolución del Parlamento Europeo como el posicionamiento de la derecha española abanderan una reivindicación de los derechos humanos que no contempla la inclusión de los derechos económicos, sociales y culturales y que se centra exclusivamente en los políticos.

En su punto de mira se coloca la gestión del servicio europeo de acción exterior, del ministerio de Exteriores y del ejecutivo de España, y se descontextualiza y minimiza el marco de liberación económica y social en el que está inmersa Cuba. Marco que está presidido por limitaciones, lentitud en las reformas y problemas que trae aparejada la Tarea de Ordenamiento en materia de salarios, precios y calidad de la producción y que contribuyen, en gran medida, al esclarecimiento de las razones que están detrás del estallido social.

De igual modo, en la explicación orquestada se hace caso omiso a las presiones exteriores y al bloqueo. Reducen el conflicto cubano a la promoción de un proceso de transición a una democracia multipartidista liberal que no está en la agenda de las autoridades cubanas y que justifica la posición de Cuba en defensa de su soberanía. El posicionamiento desplegado por Vox, el PP y Ciudadanos es partidista, ideológico y en nada ayuda a las posiciones legítimas de muchos de los cubanos que se lanzaron a las calles el pasado 11 de julio.

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Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia

La derecha española, en su nueva versión tripartita, quiere regresar a lo peor de su pasado, aquel en que optó por los aliados menos convenientes para defender los intereses y valores de Europa y de España. Su actitud y sus alianzas con los sectores más radicales de Estados Unidos y Europa contribuyen a reforzar la posición numantina de las autoridades cubanas, replegadas a una posición defensiva renuente a abrir el diálogo en aspectos políticos, económicos y sociales que demandan franca mejora.

Nada queda ya en el Partido Popular de lo que representaron Manuel Fraga y Mariano Rajoy, en sus versiones militante y pasiva, o de lo que encarna Núñez Feijóo, en su modalidad contemporizadora, en las relaciones con Cuba. El alma gallega que pilotó con astucia las contradicciones que generaban las relaciones entre el PP y la Cuba de los últimos decenios está en retirada.

El PP que representa Casado y sus compañeros de viaje, el intransigente Vox y el complaciente Ciudadanos, agitan las calles en España contra el gobierno cubano, presionan en la Unión Europea para terminar con el marco de colaboración y acosan al gobierno de coalición español, formado por el Partido Socialista y Unidas Podemos, para enturbiar las relaciones y romper con el actual marco de entendimiento.

La derecha, contumaz en sus errores, trata de llevar a España y a Europa, como hizo la dictadura franquista en los inicios de la Revolución y después durante la democracia el Partido Popular de José María Aznar, al enfrentamiento y la colisión con las autoridades cubanas, algo que, ineludiblemente, deriva en la erosión de los valores e intereses europeos y españoles en la Isla.

25 comentarios

Orl 10 agosto 2021 - 6:51 AM

“de imprevisto y con malos modos, respondio Fidel Castro al presentador Daniel Santos, cuando le gasto una broma. .´Me agarraste de que, maric…

Y sin embargo, se quedo callado cuando el Presidente del Salvador le dijo. Es inadmisible que usted, responsable de miles de muertes de salvadorenos, me acuse a mi de terrorismo

Taran 10 agosto 2021 - 7:26 AM

Me gusto muchisimo este articulo!, muy interesante y respetuoso.

Alex Garcia 10 agosto 2021 - 11:05 AM

Solo que ovido algunos detalles:

El autor nos dice: “La derecha, contumaz en sus errores, trata de llevar a España y a Europa, como hizo la dictadura franquista en los inicios de la Revolución y después durante la democracia el Partido Popular de José María Aznar,”
Y convenientemente olvida que: “La persecución a grupos contrarrevolucionarios caldea un ambiente en el que tuvo lugar un incidente diplomático grave e incomprensible, en enero de 1960. Castro se encuentra en los estudios de la televisión cubana haciendo declaraciones en directo sobre la actividad opositora y alude al apoyo de la Embajada española a esa actividad. Lojendio (embajador franquista en Cuba), arrebatado por su temperamento, irrumpe en los estudios ofendido y exige a Castro una rectificación en medio de un tumulto que deja boquiabierta a la audiencia televisiva. La expulsión del embajador es inmediata. Franco es informado del incidente y transmite al ministro de Exteriores Castiella su resolución: “Usted es el ministro. Haga lo que crea oportuno. Con Cuba, cualquier cosa menos romper”.

El autor asevera que…… “Nada queda ya en el Partido Popular de lo que representaron Manuel Fraga y Mariano Rajoy, en sus versiones militante y pasiva, o de lo que encarna Núñez Feijóo, en su modalidad contemporizadora, en las relaciones con Cuba”…..y astutamente deja a Franco fuera de la lista de amigos de la Revolucion.
“Tras el fallecimiento de Franco, el corresponsal de la agencia Efe en La Habana envió un despacho del que se hicieron eco algunos de los más prestigiosos periódicos del mundo y que decía lo siguiente: “Pocas horas después de conocerse la muerte del general Franco, el Gobierno revolucionario de Cuba decretó luto oficial por tres días. Desde el jueves las banderas ondean a media asta en todo el territorio cubano. El Presidente de la República, doctor Osvaldo Dorticós, ha enviado un mensaje de condolencia al presidente del Gobierno español, Carlos Arias Navarro (…)”. Cuando se lee esto da la impresión de que o no se ha entendido bien o hay una errata en el texto. No es así. La Cuba de Fidel Castro homenajeó al dictador como ningún otro país hizo, si bien quiso mantener la comunicación del decreto en niveles privados para quedar bien con España y evitar, a la vez, un escándalo internacional. Este gesto adquirió con el tiempo aún mayor relieve pues al año siguiente murió Mao Tse Tung y el Gobierno de Cuba no tuvo el mismo detalle con el líder comunista chino.”

O estas cariñosas palabras de F. Castro:…….. “Franco no se portó mal, hay que reconocerlo. Pese a las presiones que tuvo, no rompió las relaciones diplomáticas y comerciales con nosotros. No tocar a Cuba fue su frase terminante. El gallego supo habérselas. Que se portó bien, caramba”.
O estas otras…. “Franco tiene que haber crecido y haberse educado con aquella amarga experiencia (la derrota española de 1898). Y lo que hizo la Revolución Cubana, a partir de 1959, resistiendo a Estados Unidos, rebelándose contra el imperio y derrotándolo en Girón, puede haber sido visto por él como una forma de revancha histórica de España. En definitiva, los cubanos, en la forma en que hemos sabido enfrentarnos a Estados Unidos y resistir sus agresiones, hemos reivindicado el sentimiento y el honor de los españoles”

El Gobierno cubano de F. Castro, para vergüenza nacional, jamas reconocio al Gobierno de la II Republica española en el exilio dejando intactas sus relaciones con la dictadura franquista.

Esteban 10 agosto 2021 - 7:27 AM

Cuando en un país [des]gobierna una dictadura el deber de toda persona decente, sea esta un político o no, es ponerse del lado del pueblo que la sufre.

Observador 2021 10 agosto 2021 - 8:32 AM

Un articulo para el olvido, plagado de inexactitudes y obviedades y que ha logrado satisfacer el gusto de foristas intolerantes de izquierda. Suficiente para enviarlo a la papelera de reciclaje y estar alerta para no perder mas el tiempo. En este material de ficción, hay una historia de una parte muy digna y de la otra un conjunto de retrogrados, alienados con EU, desinteresados en defender el interes de su nación, etc, de la que solo se salvan los socialistas al estilo Zapatero, Sanchez y claro, los muchachos de Podemos.

Para nada se menciona el irrespeto a conductas diplomáticas de la parte del bueno del relato, nada de la expulsión de todo el clero español en los 60, del incidente del Dia de Reyes y del cierre intempestivo del Centro Cultural de España (por cierto con una lamentable y poco viril implicación de Eusebio Leal en el asunto) y varios episodios mas que no convienen referir en esta historia.

Demasiado evidente la parcialidad del autor. No es que tenga derecho a escribir lo que piense, pero La Joven Cuba tiene el deber de no publicar artículos que la demeritan. Al menos me ha decepcionado mucho con esta historia.

Manuel Figueredo 10 agosto 2021 - 9:06 AM

Para gustos se han hecho los colores.El escritor hace gala de su acercamiento con la dictadura.Esto no me coge de sorpresa,ya otros han desfilado y entonan la misma y consabida canción.Tal parece que el escritor para quedar bien apela al ” bloqueo ” y le recuerdo,respetuosamente, que es embargo
! Libertad para los presos políticos del 11J !
Patria y Vida.

Dany 10 agosto 2021 - 10:02 AM

Joyita de articulo. Hecho a la medida de los Taran, Ramon Izquierdo y compañia.
Que tristeza ver a LJC otrora merecedora de articulos de descredito en Cubadebate, cada vez mas alineada a la politica editorial del Periodico Granma.
Se puede ser Marxista, Socialista, Comunista etc, pero la parcualizacion, la manipulacion y las medias verdades de este articulos alcanzan cotas bien altas.

Taran 10 agosto 2021 - 10:49 AM

Oye caballero, demen un chance!, 10 articulos para ustedes y al menos
uno para el people, leanse el ?Quienes somos? de mas abajo, no puede ser
que la sociedad civil de la que LJC quiere ser enlace sean solo ustedes, ni mayoria
de los que estan fuera gracias.

juanaBacalao 10 agosto 2021 - 10:14 PM

si pero que se ajusten a la verdad, para “complacerte” a ti , no hay que estar tergiversando la historia, Lojendio se defendio porque estaban diciendo calumnias en la television nacional, como comenzo a practicarse en 1959 y todavia se practica hoy sin nadie que puede ni responder ni poner coto al abuso verbal que aplica el gobierno cubano.

Osvaldo Ferrari Diez 10 agosto 2021 - 10:32 AM

¿Me equivoqué de publicación?

Esteban 10 agosto 2021 - 10:44 AM

Yo también creo que el artículo es horrible, poco serio y ridículamente parcializado. Sin embargo, el juego democrático da cabida a todas las opiniones y todos tenemos derecho a pensar de una manera u otra sin sufrir persecución por ello.
Es por eso que la dictadura cubana es y luce tan anacrónica en pleno siglo XXI.

Manuel Figueredo 10 agosto 2021 - 11:03 AM

Muy de acuerdo con el señor Esteban. Está tiene que ser la función de la DEMOCRACIA,que exista cabida para todos y no para una parte de ellos

Jorge G 10 agosto 2021 - 10:52 AM

En 1964, Lisa Howard le preguntó al Che Guevara que le gustaría que hiciera el gobierno de los eeuu respecto a Cuba, el revolucionario respondió con su parco ingles: “nothing!”. Los cubanos llevan mas de 60 años de bloqueo y terrorismo en la isla y manipulación mediática e instrumentalizacion partidista afuera de sus fronteras. La derecha europea le importa mas bien poco el bienestar y el desarrollo político y económico de Cuba. Ven en las complejidades y dificultades de la isla, siempre obviando las tantas cosas positivas que también existen, un arma arrojadiza para desacreditar a la oposición, la cual no se asemeja en nada su discurso político al de la revolución cubana. Paradójicamente, en el caso de Cuba, “Nada” es lo mejor qe pueden hacer por el pueblo cubano las elites políticas derechistas de Europa y eeuu en estos tiempos de crisis global, no tan solo en Cuba, dejando de poner trabas a su desarrollo, de demonizar a los símbolos nacionales y respetando la soberanía por la que tanto ha luchado su pueblo.

juanaBacalao 10 agosto 2021 - 10:17 PM

solo puedo sonreir ante su “opinion” si que eso que ha escrito se le puede llamar asi. “pueblo cubano luchando por su soberania” cuando la huelga de abril del 58 fue un fracaso rotundo porque una gran parte del pueblo NO APOYABA lo que estaba sucediendo en la sierra maestra. valiente manera de luchar poniendo bombas en los cines y cabarets, eso hoy como es que se llama?

José A. Huelva G. 10 agosto 2021 - 11:57 AM

Hay mucho miedo con el mas que probable advenimiento del PP al Gobierno Español en las próximas elecciones.
Y digo el PP porque es el mas probable, si llegara a ser VOX no le auguro nada bueno a las relaciones con el Régimen de La Habana. Con esos si la Guerra sería a muerte.
El PP ha tenido un excelente cambio para bien en la persona de jóvenes líderes como la señora Isabel Ayuso en Madrid, (ojalá participe en las elecciones como candidata del PP). Simplemente han demostrado en la práctica como los señores de Podemos y el resto de Partidos de Izquierda son incompetentes cuando están en el Gobierno. Si las elecciones fueran hoy no me caben dudas de que la Derecha ganaría. Se ha visto la REALIDAD en España en los tan dificiles tiempos de Pandemia donde fué uno de los países europeos que peor lo pasó. En ese tiempo la población pudo notar como las autonomías gobernadas por la derecha evolucionaban en tanto las gobernadas por la izquierda retrocedían y ¿que hacían los líderes en el Gobierno?, pues estaban mas preocupados en implantar Ideologías de Género, malgastar el dinero de los impuestos en cosas absurdas o socializar con la izquierda internacional (Cuba incluída) que en resolver los problemas reales ocasionados por la Pandemia que mato a miles de Españoles. Resultados…, pues ya los madrileños castigaron al Gobierno (que mandó al mismísimo “Coletas” [ex vicepresidente Pablo Iglesias]) y fué derrotado en las urnas de forma penosa. ¿Los porqués de la derecha…?

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=ALRl4zAAslw&w=2118&h=888%5D

de paso véase como se hace política en Democracia.

[youtube https://www.youtube.com/watch?v=nVHFV7hZNf0&w=2118&h=888%5D

Abdel Legra'Pacheco 10 agosto 2021 - 12:03 PM

Interesante análisis, pero hagámoslo a la inversa y analicemos la intransigencia del gobierno cubano a introducir cambios profundos en su sistema político económico. ¿cree usted que de continuar el Gobierno Cubano por esa vía, logrará resultados a favor de la Democracia en Cuba, a la LIBERTAD de expresión y prensa del pueblo, de la libertad de elegir en las urnas a sus dirigentes? ¿usted estaría de acuerdo en que en España haya un régimen totalitario como el cubano?, Un saludo cordial, desde la Habana Cuba.

Carlos 10 agosto 2021 - 1:30 PM

Si Ramon viviera en Cuba fuera de los que da palos 😀

eduardo carmelo cusidor 10 agosto 2021 - 1:45 PM

Me encanta el desastre. Entonces para que el respeto al derecho ajeno es la paz. Entonces paz porque el artículo pueda ser horrible pero derecho tiene y está bien elaborado. No es una presentación callejera de vamos por mas, vamos allá somos continuidad. Seamos felices como las lombrices.

Jesús 10 agosto 2021 - 2:07 PM

Que ha logrado el Acuerdo de Cooperación…?? Solamente esa pregunta. Otro izquierdista en Universidad Española que no ha vivido en Cuba y no sabe lo que había.

Manuel* 10 agosto 2021 - 6:13 PM

Un par de detalles: Rocío Monasterio —destacada dirigente de Vox, partido español de ultraderecha— es cubana, algo insólito en un partido de la ultraderecha xenófoba que propugna la expulsión de los inmigrantes.

El segundo detalle es más interesante. Cuando murió Franco, el gobierno revolucionario de Cuba decretó tres días de luto oficial, poniendo las banderas a media asta en todo el territorio cubano. Cuba fue el único gobierno extranjero del mundo que guardó luto a la muerte de Franco. Sucedió como agradecimiento a la postura de Franco en contra el bloqueo de Cuba, a pesar de la confiscación de bienes de numerosos españoles con el triunfo de la revolución. Lo que no se cuenta es que entre Cuba y España el tema de las confiscaciones se resolvió durante el Franquismo con una diplomacia muy discreta en la que se pactaron las compensaciones, porque España en un principio también aplicó un embargo económico contra Cuba.

Pero lo que no acaba de entender el articulista es que la derecha española —y también la izquierda— quiere para los cubanos lo mismo que para los españoles: libertad y prosperidad.

José A. Huelva G. 11 agosto 2021 - 5:38 AM

Eh… Manuel*…, un detalle, aunque Monasterio se siente como tal, la verdad es que ella es Madrileña, nacida y criada en España.
Su partido (VOX) dirigido por Santiago Abascal, no propugna la expulsión de inmigrantes, sino la emigración legal con preferencia para los que vienen de países totalitarios con lengua hispana como Cuba y Venezuela.

Manuel* 11 agosto 2021 - 1:19 PM

Rocío Monasterio no nació en España, sino en Cienfuegos en 1974. Por otra parte es cierto que Vox en su programa y en sus declaraciones públicas no ha propuesto la expulsión de todos los inmigrantes.

Ramon 12 agosto 2021 - 9:54 AM

Verdaderamente sólo identifico una dictadura, la que ha apadrinado, mantenido y alimentado a todos los tiranos asesinos y explotadores de los pueblos, digamos: Trujillo, Batista, Pinochet, Stroesner, etcétera. Ahora nos quiere«ayudar» a que seamos democráticos y para eso nos bloquea humanitariamente. Instauró el Plan Cóndor con sus conocidas consecuencias y un largo etcétera en todo el mundo. Ahora nosotros, que no los conocemos, pensamos y creemos en su buena voluntad. Allí,a su Congreso, fue la Pallá a denunciar los horrores que vivimos. A ese paso, si nuestro pueblo, no fuera lo que es, nos convertiriamos en Colombia con su gran democracia, o en Libia con su gran destrucción. La verdad tiene aristas, la mentira no y es infame. Las protestas son justas y necesarias, pero a resolver nuestros errores y problemas entre cubanos y a rechazar al gendarme del mundo con su presidencia. Que nos quiten el bloqueo.

Madelyn Ruiz 12 agosto 2021 - 11:02 AM

Las anécdotas y hechos históricos pueden ser interesantes y ofrecer matices pero no se puede perder de vista que en una coyuntura política determinada los gobiernos pueden ajustar su política exterior en función de intereses específicos. Esto probablemente explica la labilidad de posiciones en los 60 ya de Fidel, ya de la derecha franquista española. La posición de Biden hacia Cuba es muestra fiel de eso, lo menos que le importa es el pueblo cubano.
Entonces, ya sabemos que a la derecha española tampoco le importa el pueblo cubano, están usando la situación cubana como punta de lanza contra la amenaza que resulta el auge de la izquierda en España en los últimos años. Les viene como añillo al dedo para descalificar cualquier atisbo de izquierda de cualquier índole. Cuba es el magnífico parque temático para demostrar el último estertor del socialismo. Me preocupa que muchos cubanos desesperados sólo encuentren refugio en la extrema derecha, en el discurso sórdido y oportunista de Vox y se sientan defraudados por una izquierda internacional que repite, sin el más mínimo atisbo de pensamiento crítico, las consignas trasnochadas que ya no tienen que ver con la realidad de la Cuba de hoy, la cual desconoce. Esta izquierda también tiene su parque temático en Cuba para seguir apuntalando su ideal romántico y tampoco les interesa verdaderamente el pueblo cubano. Por tanto, de ninguna radicalización tenemos nada que esperar los que queremos un cambio estructural y democrático en Cuba por una vía pacífica y en el consorcio del esfuerzo de los cubanos. Ganaríamos más si las instituciones democráticas desde la propia izquierda fueran capaces de hacer una crítica audaz y constructiva al gobierno cubano. Sería una de las formas más eficaces de presionar al gobierno a un cambio pues le interesa mucho su imagen en el mundo, la cual ya ha empezado a deteriorarse.

roberto 13 agosto 2021 - 12:26 PM

pero que honor de los espanoles en el reflejo de la revolucion cubana sera el honor de los cubanos.

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