Por: Julio César Pérez Verdecia. (julio.verdecia@umcc.cu)
El Caribe nos mira con sus mil lenguas de fuego.
En saludo a la Fiesta Caribeña del Fuego,
y en defensa de nuestra identidad.
Podría escribirle un poema a la nieve,
mágicos copos de blanquísimas frialdades
diminutas formas de caprichosa estirpe,
pero mi corazón nació en un pueblo de mar
donde el sol derrite la felicidad,
la convierte en mulata risa deliciosa
acoplada en la voz del viento.
Sí, podría escribirle un poema a la nieve
dibujada y extinta del Kilimanjaro
o posada en los vórtices inmortales de Transilvania,
pero el azul del Caribe es un tigre dormido
que asiste mis miedos y los desarma.
Él, devuelve en pago el vaho del arrecife,
la iluminada vigilia del farero,
la fe del sabio que en noche densa
espera con sus ojos de cocoteros y mangles
el trance tremendo de la infinitud;
entonces soy un hombre-milagro,
un poderoso oricha de libertades y horizontes.
Desde mi trono de límpidas montañas
veo el mítico beso del mar y el cielo de los hombres,
escucho el silbido cortante del remo,
el líquido tañido de las aguas,
siento en mi sangre insular
un ciclón de lenguas y de sangres
sin que en esta secuencia de años y siglos
aparezca una pizca de cansancio.
Ve usted señor,
yo no puedo escribirle un poema a la nieve.
3 comentarios
Carlos, perdona pero estaba de naturalista por las pequeñas montañas de Matanzas, es verdad la nieve es más que fría, es parte de una mágica cultura que no nos pertenece, cuyo gobierno nos ignora, y nos ve desde la supuesta periferia como animales exóticos. No saben que sudar con una fría delante:Tínima o Lagarto es genial, que estar en medio de una fiesta cubana, en unos quince, en una playa, o en el mismo estadio, tiene mucho de ese toque real y maravilloso del Caribe. Acá las mujeres llevan mucho de esa guapería de la que habló el sabio Ortiz, y ese orgullo de mujer y hembra al mismo tiempo, caminando por calles de amor y trabajo, de lucha y placer, pero sin miedo a las balas, a las bandas, al racismo institucionalizado, es algo raro de ver en estos tiempos. Por décadas nos han querido pintar de indios, ver como coloreados seres, acá en el Caribe, donde somos una hermosa mezcla, cuya esencia es la autoctonía, palabra que el capitalismo quiere desaparecer. Ustedes allá son también parte de esta cubanidad, de este mar de ingenios y alegrías, de nostalgias y lucha, pero cubanos por sobre todos, lejos de esa cultura de la nieve y si muy cerca de las palmeras,el sofocante calor y la hermandad, verdad Carlos.
Lo de la nieve, es cierto, es una mierda sin peste! Jjjejejeje. Pero la poesia está muy buena y reconociendo los 34 años de la Fiesta del Fuego.Eso es Cuba, El Caribe todo, Fuego como la sangre que nos hierve adentro.
¡Bravo Julio César¡
Como la poesía en general y esta composición no tiene morbo, la gente no dice nada, no hay comentarios.
No importa. Has hecho muy bien en mostrar otra manera de expresarte y dicho sea de paso, me ha gustado mucho.
¿Relatos breves, novela corta?
Venga, anímate.
Eran las diez de la noche y La Habana sufría de nuevo, los malditos apagones… Solo pensar que debía subir catorce pisos y medio.. ¡oh, no, me pasé de planta… catorce, catorce…¡ me ponía de peor mal humor de lo que ya estaba. Desde Italia me habían dicho que 5000 euros por dos conferencias, era una abuso y les he dicho que encima de que no piensan darme el premio del Festival de Ischia, mejor se introducen sus euros en recónditos y necesarios vericuetos porque tengo asegurada “la pasta”, no en Italia como parecería lógico, sino en la España de Franco, perdón de Aznar, porque entre el Campus FAES 2013, a continuación el VI Foro Atlántico, tal vez caiga algo de Bankia, del Santander, del BBVA, etc, los italianos que se queden con esos horribles edificios rotos, que se caen solos, y mejor sería tirarlos…. y hacer de nuevo el Coliseo por ejemplo….
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