Cuando llegan los meses más cálidos termina el curso escolar en Cuba. Comienza el verano, época de playas, paseos y distracciones. Siempre hay una campaña nacional que visibiliza el período: una canción tema, una programación televisiva que mejora en algo las mediocres entregas y la constante retransmisión de viejos espacios, ofertas para las bases de campismo, planes vacacionales por los centros laborales y otras opciones.
Este año la campaña, que nace como es costumbre desde la UJC —organización ideológica que no debería tener esta como una de sus funciones—, se ha enfocado en pedirle a la familia cubana que disfrute Cuba con alegría. Se repite constantemente en los medios. Se le dedicó una Mesa Redonda.
La canción tema invita a defender unidos todo lo que hemos logrado… Sin embargo, confieso que me preocupa el tono de ligereza con que se hacen esas convocatorias. El contraste entre lo que se pide a las familias y lo que estas realmente pueden hacer para conseguirlo es demasiado grande. Hay que bajar un poco la euforia y el optimismo. “Menos, menos”, les diría a los creadores de la campaña publicitaria.
¿Y es que la familia cubana no quiere disfrutar su país con alegría?, claro que lo desea, y más, lo necesita. Pero este verano tiene una peculiaridad que están olvidando los alegres autores de esos convites. Desde esta fecha del pasado año nuestra endémica crisis económica recibió otro ajuste de tuercas. Se reconoció públicamente que el endeudamiento había crecido, que era necesario que todos pagáramos los compromisos y que, en consecuencia, se reducirían las importaciones —algo grave en un país tan dependiente de ellas.
Se explicó que la economía decrecería en el segundo semestre del 2017 y para el primero del 2018, pero que ya después de esa fecha (que es precisamente en estos meses) se apreciaría una recuperación en los suministros y una tendencia hacia la mejoría.
Las vacaciones escolares complejizan la dramática situación financiera de gran cantidad de familias cubanas. La permanencia de nuestros hijos en los hogares por mayor tiempo aumenta los gastos en alimentación, que son prácticamente los desembolsos más cuantiosos que hacemos. También necesitamos sufragar sus necesidades para moverse en un país en el que la oferta de transportación es menor que la demanda.
Una mesada para que accedan a los productos y servicios en las instalaciones recreativas, aun las más baratas, puede constituir un rompecabezas para las madres y padres. No pienso ni por asomo en los ofrecimientos para alojarse en hoteles, ni siquiera en los módicos de solo 15 cuc por persona para pasar un día, sin incluir alimentos, según se precisaba en la promoción televisiva.
Esas son solo remotas y utópicas aspiraciones para la inmensa mayoría de las familias cubanas. Algo más realista, un simple jugo de frutas bien frío, casi una necesidad en medio de las altas temperaturas, se torna un valladar infranqueable dados los astronómicos precios de las frutas y del azúcar liberado. Los requerimientos de productos higiénicos ascienden en las temporadas estivales: nos bañamos más —sobre todo si los muchachos van a la playa—, las cantidades de ropa a lavar son mayores…, pero el jabón a precios módicos—o jabón de 5 pesos— desaparece por extensos períodos.
Listar nuestras carencias no es el objetivo de mis meditaciones. Las necesidades son muchas y son de vieja data, pero la pobreza muestra su rostro más cruel en el verano, y ese es el que le hace una mueca burlona a las solicitudes publicitarias que no tienen en cuenta las reales circunstancias en que sobrevivimos las familias cubanas.
Más que disfrutar Cuba con alegría, necesitamos información sobre la realidad inmediata que nos toma por el cuello y aprieta con fuerza. Ayudaría saber ¿cuánto hemos pagado de la deuda?, ¿a quiénes y qué monto debemos todavía?, ¿empezarán las importaciones a crecer?, ¿qué cambios en las estructuras económicas y en las políticas —que a fin de cuentas determinan a las primeras— se han hecho para remontar la crisis?… Son muchas las interrogantes que pueden hacerse, pero se requieren respuestas.
La izquierda latinoamericana, ahora en crisis, inauguró un modo de comunicación que fue disminuyendo después pero que se basaba en la interacción directa entre las personas —el pueblo— y los máximos dirigentes: programas televisivos y radiales, cuentas en las redes sociales y otras formas.
Aunque es apreciable un aumento de la movilidad del nuevo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y de su dinámica de trabajo, que ha trascendido en los medios; todavía los cubanos debemos esperar a que cada seis meses, cuando se convoque la Asamblea Nacional, se nos ofrezca una sucinta información sobre el estado económico del país y las tendencias esperadas, que queda muy por debajo de las expectativas ciudadanas.
Es importante para la nueva dirección que se logre una comunicación de las personas con los más altos niveles, donde el objetivo de los dirigentes no sea preguntar sino responder. Quizás de este modo la campaña del próximo verano, sin que pierda alegría y espontaneidad, se ubique mejor en qué es lo que necesita y lo que puede hacer la familia cubana y entonces sí tengamos razones muy claras para saber qué estamos defendiendo y logremos, por fin, alegrarnos.
11 comentarios
El problema está en que la Cuba que se anuncia en la TV, mesa redonda y noticieros no es la misma que viven esos que supuestamente deben disfrutar el verano.
Siempre que alguien me recita todas las cosas que ese generoso gobierno cubano ” le regala” a su pueblo, les digo lo mismo: ” Uds confunden a Cuba con su Noticiero Nacional de Televisión”.
Yo agregaría, que si los funcionarios y jefes tienen que dar la cara, sea gobierno local, empresarial, provincia y nacional, ser arma una, que hay que abrir varios Mazorras, y cambiar las estadisticas de suicidio al alza. Profesora Alina escribe claro, hablando claro, pero son sueños que se están buscando hace mucho tiempo, mientras tanto nuestros viejos mueren, y los jóvenes son más apáticos.
Yo voy arrancando para mis vacaciones en Francia e Italia! Verano 2018!! 🙂 🙂 🙂 Saludos
Horror, el gallego Josep Calvet (milblogscubanos, SoliCalvet, etc), arremete contra su tercera némesis, despues de Yoani y Mr. Arnold August, el gaito Calvet lanza ostias contra Fernandito, quien ahora, decide denunciar a la línea ultraizquierdista que lo tiene aplastado en La Habana, nos quedamos sin chorizos! nadie “toca” al Josep!! llego la hora del “destape” uruguayo!!! 😉 Saludos 🙂 🙂 🙂
No tu sabes q para él el ban es un tema altamente sensible, en la SNET quisiera verlo a él q a un socio mío le dieron ban por publicar una foto de él en Francia con la palabra liberté pintada detrás y a otro porq puso memes de hitler en el méxico alemania del mundial.
Acabo de llegar al trabajo y desde que salí de mi casa veo personas en verano: Mis vecinos preparándose pra salir para Varadero, los compa;eros de aqu;i preparando la actividad para celebrar el Día de los Ni;os, una amiga a la que pensaba ver hoy me llamó para decirme que no podía ser porque iba con sus hijos para la playa. Mi esposa me acaba de llamar para decirme que vaya temprano para que la ayude a hacer los tamales proque vino maíz a la placita. Si no hubiera sido por eso, cuando terminé de leer el post me hubiera puesto a llorar.
VERANO….. A NO VER
Mientras sigan los salarios del estado tan bajos, el cubano no podrá disfrutar sus vacaciones como quisiera ni como la campana de verano promueve. Saludos
[…] Si el verano comenzó con una campaña totalmente enajenada del contexto insular, donde se le pedía a la familia cubana que disfrutara Cuba con alegría; el año casi finaliza y sabemos que la […]
[…] un artículo anterior valoré como inoportuna la campaña publicitaria lanzada por la UJC el verano pasado, que […]
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