Autoritarismo y capitalismo mafioso. La experiencia rusa

por
autoritarismo

El modelo de «socialismo realmente existente» se construyó sobre el andamiaje de un sistema político autoritario y totalitario. A él se refirió sabiamente Rosa Luxemburgo en su texto «La Revolución Rusa»:

«(…) Sin elecciones generales, sin una irrestricta libertad de prensa y de reunión, sin un debate libre, la vida muere en toda institución pública, se convierte en una mera apariencia de vida, y solo la burocracia permanece como elemento activo. La vida pública se adormece gradualmente, y el Gobierno queda en manos de unas pocas docenas de líderes de partido que poseen una energía inagotable y una experiencia ilimitada.

En realidad, no dirigen esas docenas de líderes, sino que lo hacen unos cuantos cabecillas, y de vez en cuando se invita a una élite de la clase obrera a las reuniones, para que aplaudan los discursos de los dirigentes y aprueben unánimemente las mociones propuestas. En el fondo, pues, se trata de un asunto de camarillas. Es una dictadura, pero no la dictadura del proletariado, sino la de un puñado de políticos, es decir, una dictadura en el sentido burgués, en el sentido de los jacobinos».

La historia política del socialismo real es la historia del poder de esas camarillas en detrimento de una verdadera democracia popular. Ese modelo político impuesto en la Rusia bolchevique se consolidó en la Unión Soviética bajo la égida de Stalin y posteriormente se adoptó —en esencia— por todos los países que, tras la Segunda Guerra Mundial, se auto-catalogaron socialistas, bien por la imposición de las armas del Ejército Rojo o por revoluciones propias.

La transformación económica para supuestamente alcanzar el socialismo sin haber desarrollado plenamente el capitalismo, también se llevó a cabo por la imposición de un poder incuestionado. Este decidía autoritariamente las formas expeditas a través de las cuales se lograría la socialización acelerada de los medios de producción, expropiando y confiscando la propiedad privada en el caso de la industria, el comercio y la gran propiedad de la tierra, y forzando en algunos casos, presionando ideológicamente en otros, a los pequeños campesinos a formar cooperativas agropecuarias.

Ello permitió el establecimiento de un sistema de planificación centralizada que reemplazó al mercado en la asignación de factores productivos y precisamente por ello dejó de considerar la demanda, y al someter la oferta a los planes de producción y los precios a decisiones burocráticas, terminó siendo en realidad un mecanismo de administración centralizada de la economía, más que de planificación.

La estatización y la colectivización no aseguraron una verdadera socialización de la propiedad sobre los medios de producción, debido a que los trabajadores de las empresas estatales y los cooperativistas no ejercían en verdad su condición de propietarios.

No podían fiscalizar de forma directa la gestión de su supuesta propiedad; no tenían la capacidad real de planificar, por el carácter directivo y centralizado de esta actividad; no decidían la política inversionista, ni los salarios, ni los precios; ni la política de contratación laboral y, salvo una representación formal de la dirigencia sindical que en realidad respondía a la línea del Partido, tampoco tenían influencia en las decisiones de los consejos de dirección o administración de las empresas.

En cambio, la burocracia a todos los niveles dispuso de esa propiedad como si fuera privada o de grupo, sin asumir los riesgos que asumen los empresarios cuando invierten su propio capital. Adicionalmente, ha disfrutado de forma privada de una serie de beneficios relacionados con su posición en la escala de poder y, al decir de Milovan Djilas, se convirtió en una «nueva clase» que «no llegó al poder para completar un nuevo orden económico, sino para establecer el suyo propio, y, al hacer eso, imponer su poder a la sociedad».

autoritarismo

Milovan Djilas

En consecuencia, en el «socialismo real» la propiedad social no se realizó como tal, y la supuesta democracia popular no fue otra cosa que un régimen autoritario vertical, con un centro de poder incuestionado y totalitario y un sistema de asambleas o consejos que ratificaban unánimemente, o por inmensa mayoría, lo decidido por el centro. En tal sentido, la deformación respecto al ideal se produjo desde los orígenes, aunque luego se consolidó.

Tras la necesidad de «defender al socialismo» se crearon en realidad los mecanismos para asegurar la perpetuación de la clase burocrática, convertida en «clase en sí y para sí»; la defensa de la propiedad social se trocó en defensa de su utilización por parte de la burocracia, como si fuera privada o de grupo, y cada vez más la propaganda se alejó de la realidad.

Sin embargo, en la medida que la «satisfacción creciente de las necesidades», formulada cual ley económica fundamental del socialismo, se alejaba de la cotidianidad de los ciudadanos, se deterioraba entre gran parte de la sociedad la credibilidad en el socialismo como sistema capaz de producir bienestar.

Ello, sin dudas se debe a que el sistema nació deformado, impuesto como opción política sin que existieran las condiciones económicas y sociales objetivas para asegurar una transición exitosa desde el capitalismo. A eso debe añadirse que en varios países capitalistas desarrollados se produjeron transformaciones económicas y sociales que conllevaron un mejoramiento sustancial del nivel de vida.

En tiempos de la Perestroika, la Glasnost y la democratización, en el fragor de la lucha política desatada entre las facciones reformista y conservadora dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), la última acusaba a la primera de pretender la «finlandización» de la sociedad soviética. De haber ocurrido, ello habría sido un gran avance, no solo desde el punto de vista económico, sino también político y social.

En cambio la sociedad soviética, que históricamente había vivido bajo un régimen autoritario, no fue capaz de lograr una transición hacia la democracia. Los cambios institucionales promovidos por Gorbachov no vencieron al autoritarismo porque fueron impuestos con los métodos autoritarios tradicionales. Al desaparecer la URSS, Rusia y la mayor parte de las repúblicas herederas mantuvieron el autoritarismo como mecanismo de toma de decisiones.

La transición hacia el capitalismo mafioso

Si bien es cierto que durante los años noventa, se respiraron en Rusia ciertos grados de libertad, proliferaron diversos partidos políticos y hubo elecciones relativamente libres en los diversos niveles de la administración del Estado; la debacle económica por el derrumbe del viejo sistema de administración centralizada sin que el país estuviera preparado para uno nuevo basado en un mercado transparente y con reglas claras, llevó a que muchas personas asociaran esa escasa e imperfecta democracia con el derrumbe de la economía y el empeoramiento del nivel de vida.

Según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia en 1993 fue de -8,7%, y en 1994 de -12,7%. En el período 1993-1999 se contrajo a un ritmo promedio anual de -4,0%.1 La inflación promedio anual para ese mismo período fue de 141,2%, con años críticos en 1992 (874,3%), 1993 (307,5%) y 1994 (197,3%). Se desplomó la inversión durante cuatro años consecutivos (entre 1990 y 1994) y el desempleo creció sostenidamente desde 5,2% en 1992 a 13,0% en 1999.

Bajo el gobierno de Borís Yeltsin, no se planteó en Rusia una transición desde una economía centralmente dirigida a una de mercado que conservara los beneficios sociales alcanzados por la sociedad soviética, sino una transición rápida al capitalismo que favoreció abiertamente a ciertos grupos económicos surgidos de las ruinas de la Perestroika.

En ellos participaron antiguos dirigentes del PCUS y del Estado, miembros del Comité Estatal de Seguridad (KGB), de la policía, directores de empresas estatales, y criminales que durante la etapa soviética acumularon inmensas cantidades de dinero provenientes de diversas actividades ilegales, incluso tráfico de drogas, y que en tiempos del derrumbe del sistema político contaron con el apoyo y protección, a cambio de sobornos, de la policía y la seguridad del Estado.

Estos grupos fueron los grandes beneficiarios del proceso de privatización ocurrido en los noventa del siglo pasado. El carácter mafioso de los mismos pudo acomodarse bien a las prácticas del KGB desde tiempos de Stalin, que con métodos mafiosos pretendían enfrentar la contrarrevolución, y terminaron haciéndola.

El sistema establecido por personajes como Genrij Yágoda, Nikolai Yezhov y Lavrenti Beria, permeó negativamente la práctica de las instituciones de seguridad soviéticas que, más que proteger la seguridad del país de enemigos externos, se dedicó a proteger al liderazgo estalinista y su grupo de poder de la oposición interna y de la aparición paulatina de la disidencia política. Tras el fin del estalinismo, el KGB debió someterse a las estructuras partidistas, pero también continuó actuando con cierto grado de libertad en lo que atañe a la persecución de la disidencia política.

¿Cómo ocurrió la privatización en Rusia durante los noventa?

En los últimos años de la Perestroika, varios funcionarios del Partido, del Komsomol y del Estado a diversos niveles, se apropiaron ilegalmente de empresas ante el colapso de las estructuras del Estado soviético, o se quedaron con el dinero de la venta de activos de dichas organizaciones. Así, en el momento en que se decretó la privatización generalizada de las empresas estatales, ya existía un sector de funcionarios del Estado y el Partido, junto a quienes se habían dedicado a actividades delictivas, que tenían recursos provenientes de una «acumulación originaria» con base en la corrupción y el latrocinio.

Para la privatización, decretada en 1992, se aplicó el sistema de otorgar a cada ciudadano un bono de 10.000 rublos, con el que podría adquirir acciones de las empresas privatizadas u operar en el mercado secundario de valores vendiendo dichos bonos para adquirir bienes y servicios imprescindibles. En realidad, muchos ciudadanos sencillos vendieron sus bonos para obtener dinero en efectivo con el que obtener bienes y servicios imprescindibles y los compradores fueron sociedades de inversión o nacientes capitalistas que disponían de recursos «originarios» y estaban en condiciones de conseguir el control de empresas del Estado con importancia estratégica.

A tenor con ello, empresas mineras, petroleras, metal-mecánicas, de aviación y otras, pasaron a pocas manos; sobre todo después que el viceprimer ministro y ministro de Privatización, Anatoli Chubáis, «otorgara garantías a los directores de empresas del Estado, con la anuencia de Yeltsin, para aplicar de forma flexible la legislación sobre privatizaciones, de forma que pudieran controlar el proceso y alcanzar cuotas mayores de participación y control en las empresas privatizadas».

autoritarismo

Anatoly Chubáis (Foto: Forbes)

Así y todo, durante la primera etapa del proceso de privatizaciones no se logró recaudar suficientes recursos. Entre tanto, se deterioraba sustancialmente el nivel de vida de buena parte de la población rusa, en especial de los pensionados.

En las elecciones de 1996 Yeltsin anunció la intención de buscar la reelección, pero esa posibilidad era amenazada por la candidatura de Guennadi Ziugánov, máximo dirigente del nuevo Partido Comunista de la Federación Rusa. Esto llevó al presidente en ejercicio a pactar con los oligarcas el apoyo económico y propagandístico a cambio de ventajas en la adquisición de bienes del Estado.

Yeltsin se impuso en la segunda vuelta a Ziugánov, y empresarios como Borís Berezovski, Vladimir Gussinsky y Mijaíl Chernoi —rivales por el control del pastel empresarial que se feriaba a precios de ganga—, se aliaron para compartir el control de la mayor parte de las empresas estatales vendidas en aquella época. En breve tiempo, los oligarcas adquirieron empresas industriales y de servicios estratégicas, bancos y medios de comunicación.

Lo anterior fue posible precisamente por la existencia de una democracia débil, permeada por la tradición de autoritarismo, que permitiera la colusión entre los nuevos grupos económicos y las estructuras del poder estatal. Esto se facilitó por las ambiciones y características personales de Yeltsin, unidas al apoyo de los círculos de poder del capitalismo mundial, dispuestos a aceptar cualquier tipo de transición al capitalismo en Rusia, no importa si reproducía relaciones mafiosas.

Las mafias empresariales intervenían sistemáticamente en política, presionaban a ministros, accedían a puestos decisivos en la administración del Estado e incluso en los órganos de seguridad, y todo ello cuando el país entraba en bancarrota económica a fines de la década, mientras los oligarcas incrementaban notablemente su patrimonio aprovechando las relaciones corruptas con el poder del Estado. En esas circunstancias, Rusia entró en cese de pagos de su deuda en 1998 y la economía entró en una nueva crisis.

El «putinismo» y la transformación del capitalismo ruso

El ascenso de Vladimir Putin al poder a partir del año 2000, ha significado una nueva etapa en el desarrollo del capitalismo mafioso ruso. A diferencia de la etapa anterior, se aplicó un férreo control a la actividad de los oligarcas a cambio de fortalecer la posición política y económica del Estado, y permitir la actividad económica privada siempre que responda a los intereses del centro de poder. Algo muy parecido caracterizó la relación entre el régimen nazi y los grandes capitanes de la industria alemana en los años treinta y cuarenta del siglo XX.

Putin entró en cintura a los oligarcas de la época de Yeltsin, debido a que muchos de ellos aspiraron a acceder al poder político para utilizarlo en función de intereses personales y de grupo. Sin embargo, ha permitido la aparición de una nueva oligarquía, que se desarrolla a la sombra de su poder sin cuestionarlo.

Entre 2000 y 2021, la economía rusa creció a un ritmo promedio anual de 3,5%, que sin ser espectacular ha remontado la debacle de la última década del siglo XX. El PIB per cápita, a precios constantes de 2015, pasó de 5.331 dólares estadounidenses en 2000 a 10.217 en 2021. La inflación bajó, de dos dígitos al comienzo de la década, a solo uno en 2021; aunque volvió a alcanzar dos dígitos en 2022 (13,8%). El pasado año, debido a la agresión a Ucrania y las sanciones económicas de Estados Unidos y los países de la Unión Europa, la variación del PIB fue de -3,4%.

La guerra contra Ucrania ha demostrado las debilidades de Rusia en sus aspiraciones de recuperar una posición de gran potencia. La imposibilidad de ganar una guerra relámpago, los reveses en el campo de batalla y el impacto de las sanciones económicas, evidencian las debilidades estructurales de su economía, altamente dependiente de la exportación de materias primas, estratégicas pero materias primas al fin, y de las importaciones de tecnología.

Incluso, siendo potencia militar de primer orden, ha debido importar tecnología militar de Irán. Todo ello pone en entredicho las aspiraciones de Putin de lograr una posición como potencia geopolítica, pues carece del poderío económico para sostener tal pretensión. Con ello Rusia reproduce un escenario parecido al que definió su posición internacional en los años previos a la Primera Guerra Mundial.

El escenario de la Rusia actual es el de un país con instituciones democráticas formales, supuesta pluralidad de partidos políticos y «elecciones» regulares en las que el poder logra reproducir su dominio con mayorías parecidas a las de la época soviética, pero en el que se persigue a la oposición real al nuevo autócrata.

Los principales opositores políticos de Putin son asesinados y sus muertes jamás esclarecidas, así ocurrió con Anna Politovskaya y Borís Nemtsov; o se les intenta asesinar, como el caso de Alexey Navalny, y al no lograrlo, lo sometieron a procesos judiciales viciados y condenas excesivas, con evidente violación de sus derechos ciudadanos. Tal situación demuestra prácticas mafiosas con la connivencia de tribunales y organismos de la seguridad del Estado.

autoritarismo

Alexei Navalny (Foto: Yuri Kozyrev / Noor / Redux)

Desde el punto de vista económico, Rusia es un país capitalista con altos niveles de desigualdad social, que hasta el estallido de la guerra permitió el desarrollo no solo de los multimillonarios asociados al poder, sino de una pujante clase media y profesional que solía aceptar el autoritarismo y la falta de libertades políticas a cambio de un relativo bienestar económico.

¿Resulta deseable el «modelo» ruso para Cuba?

En Rusia se ha producido una transición del socialismo burocrático a un capitalismo mafioso, y de este a una especie de «capitalismo neopatrimonial», para utilizar la definición de Christopher Claphan que a su vez se basó en el término «patrimonialismo» de Max Weber y el «neopatrimonialismo» de Shmuel Eisenstadt, y que sugiere considerar el politólogo cubano Armando Chaguaceda al caracterizar el sistema político y económico ruso y la posible copia que algunos podrían intentar en el caso cubano.

Dicho sistema combina las estructuras políticas típicas del autoritarismo y la autocracia con el acceso ventajoso de los grupos económicos asociados al poder político, y gozan del apoyo de este siempre que no lo reten o pretendan acceder a él.  

Un sistema parecido caracteriza la evolución de la mayor parte de las repúblicas ex soviéticas, quizás con la excepción de las bálticas que se incorporaron a la Unión Europea y asumieron sus exigencias en materia política e institucional, además de económica.

Ello fue posible debido a un contexto internacional favorable, pues las grandes potencias capitalistas estaban más interesadas en el derrumbe del supuesto socialismo en esos países, que en asegurar su transición real a la democracia y a economías de mercado con justicia social. Para derrotar al sistema que se les oponía en la Guerra Fría, dio igual cuál sistema lo heredara, siempre que se basara en las reglas del capitalismo y la economía de mercado. Luego fue demasiado tarde.

¿Es este el modelo que debe tomar el proceso de cambios estructurales en Cuba? Para algunos la respuesta podría ser afirmativa, siempre que garantice la «tranquilidad» y un relativo bienestar económico. A fin de cuentas, sistemas parecidos existen en la actualidad en países como Nicaragua y Venezuela, aunque el bienestar allí es cuestionable y la tranquilidad es la que impone la represión.

No obstante, en Cuba se agotaron los tiempos para transitar a una reforma económica en el marco de instituciones autoritarias. A diferencia de Rusia, la Isla no ha tenido una experiencia democrática reciente a la que vincular con el desastre económico, sino que este se vincula precisamente al sistema autoritario vigente, que sigue coartando libertades, persiguiendo la disidencia y reprimiendo las voces críticas, incluso las que oponen al actual estado de cosas una opción socialista diferente. Además, resulta incapaz de producir una reforma económica que permita la recuperación del crecimiento y contribuya al mejoramiento del bienestar.

Los cambios económicos necesarios en la Isla son de un inmenso calado y naturaleza estructural, pero no tendrán los efectos positivos deseados de potenciar crecimiento y desarrollo con justicia social, si no se impulsan desde instituciones y políticas democráticas. En consecuencia, Rusia no es un modelo deseable para Cuba si el objetivo fundamental es iniciar una senda de desarrollo económico y social en condiciones de democracia política real, y no conservar el autoritarismo a toda costa.

***

1. Cálculos del autor con base a estadísticas del FMI.

21 comentarios

Esteban 31 enero 2023 - 12:33 PM

Mafiosos se unen a mafiosos.
Los mafiosos de la familia Castro y del grupito de poder en Cuba, ahora buscar estrechar nexos con los mafiosos oligarcas rusos igual que en otro tiempo se aliaron al “hermano” socialismo soviético. No tienen escrúpulos esos señores.
La tónica de quienes han destruido Cuba se ha mantenido invariable: hacer lo que sea para conservar el poder. El resto no les importa absolutamente nada aunque gobiernen sobre un país que en la práctica ha sido reducido a un montón de escombros humeantes.
De ahí la necesidad de salir de esa gente para que Cuba salga del hueco y recobre en algo estos 64 años perdidos.

Manuel Figueredo 31 enero 2023 - 1:03 PM

Concuerdo, la Rusia de Putin nunca será un modelo para implantar en Cuba. Ellos los de la dictadura no tienen otra alternativa que tener de aliados a los mafiosos rusos para perpetuarse, a como de lugar, en el trono. Me gustaría que el Doctor Mauricio, hablara un poco sobre la deuda de los decisores cubanos que se viene juzgando en Inglaterra.

El inagotable, Orlando J Martinez 31 enero 2023 - 12:47 PM

herrero dijo y lo comparto

Fuego contra quien venga dicen los ucranianos. Esta es mi tierra, aquí tengo mi hogar y aquí viven y vivirán mis hijos.
Nosotros les damos buenas armas para que se defiendan de este nuevo Hittler.

Fuck Putin.

Aurelio Castellano 31 enero 2023 - 1:52 PM

Pues precisamente ya ese modelo ruso esta implantado en Cuba Desgraciadamente.Solo q hace falta un poco mas de economia libre de mercado pero ya en Cuba gobierna una cupula mafiosa con el nombre de comunistas

Eva 31 enero 2023 - 1:56 PM

Gracias por la excelencia y el desvelo por la Cuba que soñamos y no tenemos

Carta de los estudiantes de La Facultad de Derecho de la UH. No se la pierdan .

Cuba: Cuando hay Derecho, pero no Justicia
Estudiantes de la Universidad de La Habana
Enero 30, 2023

Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana
Quienes escriben somos estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana. Un lugar adonde llegamos, hace varios años, con la ilusión de estudiar una carrera de prestigio. Veníamos con la idea de hacer el Bien para el Pueblo. Eso fue antes de descubrir que no puede haber Justicia donde se prostituye el Derecho. Ahora estamos decepcionados, a medio camino entre nuestra vida de estudiantes y un futuro profesional incierto.
Nuestras familias son familias revolucionarias, que creyeron en el Proceso, aunque a estas alturas nuestros mismos padres están llenos de tristeza, temor y decepción. Hoy solo quieren que el tiempo vuele, que agarremos los títulos y nos vayamos a otro lado. Para poder vivir dignamente, sin miseria y con libertad.
Les escribimos con la frustración de no poder lograr mucho, pero también con responsabilidad de hacer algo. De denunciar lo que pasa. Vivimos rodeados de profesores que simulan, que no creen en los códigos éticos del buen maestro y jurista. Porque son profesores que han faltado a la más elemental condición humana e intelectual: el compromiso con la verdad.
En Cuba hoy solo vive bien el oportunista y privilegiado. En Cuba hay hoy cientos de personas, la mayoría jóvenes como nosotros, que siguen presos por manifestarse, por pedir un país mejor. Los dirigentes -no el pueblo- han aprobado un Código Penal criminal, que parece sacado de los libretos de Batista o Pinochet. Aquí te multan por poner un post de Facebook criticando a un cuadro del partido, a un dirigente corrupto y aburguesado. Por un comentario en Twitter riéndote de alguna chapucería de los de arriba. Por comprar o vender algo en el mercado negro, como cuentapropista o trabajador, lo que no consigues con tu salario y en las tiendas. Para poder comer, un poco mejor, cada día.
De nada de eso hablan nuestros profesores en la Facultad. No les falta conocimiento, lo que les falta es dignidad. Pero les sobra cinismo y oportunismo. Se la pasan todo el tiempo cazando puestos, viajes al exterior y encargos del gobierno. En nuestras clases no se habla de Derechos Humanos y cuando se hace se hace mal, de pasada, como si fuera algo lejano, abstracto. No se discute tampoco de cómo en un país como este puede haber una Constitución democrática y a la misma vez se pisotean los derechos ciudadanos. En esas condiciones, ¿para qué estudiamos Derecho?
Los buenos profesores que podrían decir algo de lo que sucede están comprados. Son cómplices de todo lo que pasa. Escriben artículos en los periódicos e internet y aparecen en televisión, pero siempre apoyando el pisoteo de nuestros derechos. Con el argumento hipócrita que Cuba es un “país diferente”, que tenemos un “modelo distinto” de democracia y Derechos Humanos. Ellos saben que eso no es cierto.
Figuras eminentes, como el Dr. Yuri Pérez y la Dra. Martha Prieto, han puesto su conocimiento para justificar este desastre. Otros maestros, como el Dr. Yan Guzman, publica en revistas extranjeras y habla de democracia pero sin aplicarla en nuestro pobre país. Ellos (y otros pocos) viajan a congresos fuera del país pero no usan su conocimiento y sus contactos para apoyar a quienes luchan por la Justicia y la Democracia en el país donde nacieron y trabajan.
La lista de mentiras, corruptelas y trabajos de los profesores para la Seguridad del Estado -que vigila a los estudiantes- es conocida en la Facultad. Si a alguno de nosotros se nos ocurre decir algo crítico, los profes son los primeros que nos dejan, como se dice en la calle, quemados. Ahora esos profes hasta organizan congresos con prestigiosos invitados extranjeros, para hablar de derechos humanos y constituciones. Foros que en las actuales condiciones de control y censura -donde solo participan en esos eventos a quienes aprueba el poder- nada mas sirven para engañar, maquillar y exportar este fracasado modelo.
Nada queda ya de la facultad que formó a tantos jóvenes cultos y rebeldes en “la seudorepública” de la etapa capitalista. De esas generaciones en las que se formaron los mártires de la lucha contra Machado y Batista. Los jóvenes estudiantes aprendemos más hoy de profesores dignos, verdaderos revolucionarios y socialistas como los doctores Julio Antonio Fernández Estrada, Eloy Viera y René Fidel González que de lo que vemos en nuestras aulas. Donde abundan las clases mediocres, los currículos desfasados, los juramentos hipócritas y los profesores cansados y cínicos. Lo triste es que los profes Julio, Eloy, René y otros han sido expulsados de sus aulas por esta misma mediocridad segurosa.
Escribimos esto para denunciar, impotentes por no poder cambiar la situación desde dentro, lo que está pasando. Nos duele tener que hacerlo, porque al fin y al cabo es aquí donde nos formamos. Es de este lugar de donde saldrá nuestro título. Pero debemos pagar nuestra propia deuda con la sociedad que nos formó, diciendo la verdad.
Si quienes leen esto son aspirantes a estudiar en la Facultad, olvídense de eso: inviertan mejor su tiempo, estudiando otra cosa. Vayanse del país y hagan su sueño realidad en otro lado, donde los maestros enseñen lo que es verdaderamente la Justicia y el Derecho. Si son académicos extranjeros, no comprometan sus nombres y prestigio en convenios y eventos con esta cueva de policías, vividores y mediocres en que se ha convertido la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana.
Los autores del texto prefirieron resguardar su identidad.

Aurelio Castellano 31 enero 2023 - 2:29 PM

Q bello hablaron esos estudiantes a veces me pregunto hasta cuando hasta donde va a llegar nuestro pueblo pisoteado reprimido avasallado por esa cupula miserable y dictatorial q gobierna nuestra patria me entran muchos deseos de llorar por la rabia y la frustracion q siento de ver tan grande ignominia y no poder hacer nada para cambiar eso

Manuel Figueredo 31 enero 2023 - 2:37 PM

Gracias Eva por sacar a la luz aquí en LJC esa denuncia de los alumnos de la facultad de Derechos en la UH.
Un saludo.

Eva 31 enero 2023 - 10:55 PM

Gracias también a Ud. Estimado MANUEL FIGUEREDO por su constante lucha contra la dictadura en Cuba, por su decoro intocable. Por su defensa inclaudicable de la dignidad del pueblo y la libertad de los que alzan la voz contra quien nos reprime y oprime

LOS SUEÑOS ROTOS POR LA REALIDAD

Juan Gelman
Los sueños rotos por la realidad
los compañeros rotos por la realidad
los sueños de los compañeros rotos
¿están verdaderamente rotos perdidos nada
se pudren bajo tierra?¿su rota luz diseminada a pedacitos bajo tierra?¿alguna vez
los pedacitos se van a juntar?
¿va a haber la fiesta de los pedacitos que se reúnen?
y los pedacitos de los compañeros ¿alguna vez se juntarán?
¿caminan bajo tierra para juntarse un día como dice Manuel?¿se juntarán un día?
de esos amados pedacitos está hecha nuestra concreta soledad
perdimos la suavidad de Paco la tristeza de Haroldo la lucidez de Rodolfo el coraje de tantos
ahora son pedacitos desparramados bajo todo el país
hojitas caídas del fervor la esperanza la fe
pedacitos que fueron alegría combate confianza
en sueños sueños sueños sueños
y los pedacitos rotos del sueño ¿se juntarán alguna vez?
¿se juntarán algún día pedacitos?
¿están diciendo que los enganchemos al tejido del sueño general?
¿están diciendo que soñemos mejor?
Gracias al autor tan profesional siempre ! Tan previsor y Justo
Gracias a los que observan la realidad de Cuba tal cual es : una vergüenza

Manuel* 31 enero 2023 - 4:10 PM

Es difícil comparar Rusia con Cuba, porque Rusia es un imperio colonial en retirada y Cuba jamas fue un imperio colonial.

El imperio colonial ruso alcanzó su máxima extensión con la Unión Soviética. Después se independizaron parte de sus colonias. La guerra de Chechenia fue una guerra anticolonial que perdió Chechenia. Pero tenemos que pensar que Siberia no es más que una colección de colonias rusas habitadas por pueblos indígenas que no tienen ni el idioma, ni la religión ni la raza de los rusos.

Por eso los rusos están tan preocupados por Ucrania, porque los perciben como muchos mas “rusos” que esos otros pueblos. Y si los ucranianos no quieren ser rusos, con mayor motivo no querrán el resto de las colonias rusas.

Manuel* 31 enero 2023 - 4:13 PM

Rusia se ha convertido en un país capitalista ultraliberal con unas diferencias enormes de ingresos. En lo político, se ha convertido en un estado fascista en la variedad clerical, mucho mas parecido al Franquismo español con su nacionalcatolicismo que a los fascismos de Alemania o Italia.

Creo que coincidimos todos en que no queremos eso para Cuba … aunque sería mejor que lo que hay ahora.

Manuel* 31 enero 2023 - 4:19 PM

Hablando de diferencias de ingresos, el 1% de los rusos posee el 48% de la riqueza. La media de Europa en su conjunto es del 26%. En el caso de España es el 24%.

En este enlace se puede ver un mapa con los detalles: https://twitter.com/yarotrof/status/1620414102576459778?s=20&t=Kx2yhSiud2-LR43cilimfw

No conocemos el dato de Cuba.

Manuel* 31 enero 2023 - 4:31 PM

Hablando de oligarcas rusos, Roman Abramovich, el dueño del club de fútbol británico Chelsea, ha dicho que va a venderlo y destinará el dinero a ayudar a las víctimas civiles ucranianas. En Rusia ya han ofrecido una recompensa a quien lo asesine.

Autoritarismo y capitalismo mafioso. La experiencia rusa. – Mauricio de Miranda Parrondo 31 enero 2023 - 4:34 PM

[…] Publicado originalmente por La Joven Cuba, 31 de enero de 2023. https://jovencuba.com/autoritarismo-capitalismo-mafioso/ […]

El inagotable, Orlando J Martinez 31 enero 2023 - 4:39 PM

Personas “enchufadas” se apoderan a las empresas estatales

 30 enero, 2023

Sylvain de Zanja y Belascoaín, en Centro Habana. (14ymedio)

La Habana se va llenando de negocios privados sin que las autoridades den publicidad a las licitaciones

Ya estan igual que en Rusia

El inagotable, Orlando J Martinez 31 enero 2023 - 4:42 PM

Ya van por la senda rusa

Personas “enchufadas” se apoderan a las empresas estatales. La Habana se va llenando de negocios privados sin que las autoridades den publicidad a las licitaciones

Observador 2023 31 enero 2023 - 4:57 PM

Mas que la supervivencia del régimen cubano, la del criminal Putin es la que está más propensa a su debacle. La guerra en Ucrania es un fracaso total, si consideramos la condición de potencia militar de Rusia y la mas débil situación de Ucrania, incluida parte de su población rusofila que le es adversa a la soberanía ucraniana en su territorio. La pretensión de una intervención rápida, el chantaje del gas y el petróleo a una Europa sometida a esa dependencia y la amenaza nuclear para impedir el apoyo occidental a Ucrania han sido un total fiasco para el aspirante a neoemperador ruso. Obligado a emplear mercenarios del Grupo Wagner, apoyo de drones iranies y bombardear objetivos civiles que constituyen crimenes repulsivos, sin lograr aun avances militares significativos, pero si un enorme descrédito internacional, el desangre económico comienza a pasar factura junto a la pérdida de credibilidad y apoyo interno hacia Putin. Si con el crudo invierno no pudo ganar, menos lo hará en primavera y verano.
Parece que una vez más se ha apostado al caballo perdedor, esta vez aun con mas rápido desenlace adverso. Aunque el cambio fraude en Cuba ya está iniciando su marcha como mejor via para que el poder mafioso siga ejerciendo su control inmundo, también no la tienen del todo fácil. Algunas variables pueden incidir, desde las estrictamente biológicas hasta las de diferencias de intereses de esa cupula militar-mafiosa con sus negocios y riquezas encubiertas y una eventual explosión de rebelión popular que trascienda todo intento de maquillaje sociopolítico que pueda intentar la mafia. Lo que si es seguro es que será necesario desprenderse de todo ese conjunto de poder indigno para lograr la auténtica libertad y decoro para nuestra nación, que despreciará logicamente a toda influencia ruso-mafiosa-imperial.

Comunista hasta la Muerte 31 enero 2023 - 5:11 PM

Autor del post dijo:

“Los cambios económicos necesarios en la Isla son de un inmenso calado y naturaleza estructural, pero no tendrán los efectos positivos deseados de potenciar crecimiento y desarrollo con justicia social..”
————————————————-
Los cambios se hacen para que nuestros militares sean los dueños de lo poco de valor que queda en Cuba. Ellos seran la nueva clase Oligarca.
El pueblo no importa porque mientras seamos dueños del Sistema Juridico estan desamparados. Lo unico que pueden hacer es emigrar o aguantar.

Rod Gomez 31 enero 2023 - 8:10 PM

EL OBJETIVO ES CONSERVAR EL PODER POLITICO Y ECONOMICO, Y PARA ESO, EL MODELO RUSO LES VIENE COMO ANILLO AL DEDO. LOS MILITAROTES, LOS POLITICOS EN LAS MAS ALTAS ESFERAS DEL PODER, SUS DESCENDIENTES Y FAMILIARES DE TODO TIPO YA POSEEN RECURSOS FINANCIEROS SUFICIENTES. EL BIENESTAR DEL PUEBLO?…NUNCA HA SIDO EL INTERES PRIMORDIAL DEL ESTADO/PARTIDO/GOBIERNO DESDE QUE SE APODERO DEL PODER. LIBERTADES FUNDAMENTALES GARANTIZADAS?…SI, MIENTRAS NO PONGA SU [PODER POLITICO EN PELIGRO….O SEA PARAFRASEANDO AL HDP EN JEFE “CON ELLOS TODO,,,CONTRA ELLOS NADA>

Comunista hasta la Muerte 31 enero 2023 - 10:29 PM

Autor del Post dijo:

“Autoritarismo y capitalismo mafioso”….

Es logico que un Socialismo Autoritario y Mafioso de paso a un Capitalismo Autoritario y Mafioso. En realidad la mayor diferencia es que ahora nuestros militares son dueños secretos de casi todo el pais y cuando pasemos a la fase Capitalista se convertiran en dueños oficiales.

Eva 31 enero 2023 - 11:05 PM

Una nación libre es el resultado de sus pobladores libres.

(…)que sin vida sólida económica es imposible todo progreso y toda seguridad en la Nación.

Quien quiera nación viva, ayude a restablecer las cosas de su patria de manera que cada hombre pueda labrarse en un trabajo activo y aplicable una situación independiente.

¿Cuándo se ha levantado una nación con limosneros de derechos?

“Y admiré, en el batey, con amor de hijo, la calma elocuente de la noche encendida, y un grupo de palmeras, […] y las estrellas, que brillaban sobre sus penachos. Era como un aseo perfecto y súbito, y la revelación de la naturaleza universal del hombre.”

“Hombres somos, y no vamos a querer gobiernos de tijeras y de figurines, sino trabajo de nuestras cabezas, sacado del molde de nuestro país”.

José Martí

——————————————————-
La GORDOCRACIA CUBANA HAY QUE PINERLA A DIETA HAY QUE METERLOS PRESOS HAY QUE COMBATIRLOS. Ellos son los verdaderos enemigos del pueblo cubano

El mitomano, mentiroso y bola de churre como se le conocia, dirigio con mano de hierro, tan solo para esconder las verdades que podras leer a continuacion.

Holger Daniel Sanches ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙚𝙡 “𝘽𝙡𝙤𝙦𝙪𝙚𝙤 𝙮𝙖𝙣𝙦𝙪𝙞” 𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙚x𝙘𝙪𝙨𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙟𝙪𝙨𝙩𝙞𝙛𝙞𝙘𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙢𝙞𝙨𝙚𝙧𝙞𝙖 𝙚𝙣 𝘾𝙪𝙗𝙖?
Hay gente fanática, que en su afán de esconder la ineptitud de la dictadura cubana, echa mano al “Bloqueo imperialista” para justificar desde un inodoro apestoso en un hospital hasta la plaga de marabú en los campos. Subestimando que la gente tiene memoria, que el estado deplorable en que se encuentra la economía cubana hoy, es consecuencia lógica de 61 años de mala administración.
Se olvidan que una vez existió el Campo Socialista, donde Cuba gozaba de condiciones preferenciales, y sus producciones se vendían a precios muy buenos y de manera segura. Fidel Castro llegó a decir en una entrevista, que “el bloqueo le hacía más daño a Estados Unidos que a Cuba, que de abrirse el mercado de Estados Unidos para los productos cubanos, se crearía un problema para Cuba, pues todo lo que el país era capaz de producir ya estaba contratado, varios años en adelante”. La Isla recibió créditos de todos tipos, por miles de millones de dólares, a puertos cubanos llegaban 650 barcos con todo lo que necesitaba el país para funcionar cada año, al punto de que Cuba llegó a recibir más petróleo que el que necesitaba y hasta exportó petróleo. Esos barcos traían desde una lima para afilar los machetes en los campos, compotas para los niños, medicinas, pienso para los pollos, todo.
¿Saben qué?
A pesar de la disponibilidad de todos esos recursos, 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚, 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚, en Cuba se vivió bien, siempre se hacían colas, siempre prevaleció el racionamiento; siempre ha sido un problema construir y reparar las viviendas; el transporte ha sido un problema constante; la vida en los campos miserable y dura, entre todas las demás calamidades que se conocen.
Parecía increíble, pero por mucho que se recibiera, siempre era insuficiente, y les diré por qué:
1. El gobierno cubano encabezado por Fidel Castro nunca tuvo como prioridad, la elevación del nivel de vida de la población. Fidel empleó todos los recursos del país, de manera obsesiva, para financiar una especie de “guerra internacional contra Estados Unidos y el capitalismo”, de manera que su figura trascendiera a la historia universal y dejando al pueblo cubano, un simple rol de instrumento para lograr sus propósitos.
2. Las cuestiones políticas-ideológicas invadieron todos los ámbitos de la vida del cubano, las escuelas, las empresas, los barrios, la cultura, el deporte, todo, de manera que para celebrar un acto político se gastaba de manera ilimitada, mientras los campesinos continuaban arando las tierras con bueyes.
3. Se nacionalizó todo, la tierra, las empresas, los negocios de todo tipo, hasta un vendedor de granizados en una esquina pertenecía a una empresa estatal. Lo importante era mostrar apoyo a la Revolución y sus líderes, no importaba que las empresas dieran pérdidas. En esos tiempos el derroche estaba a la orden día, se perdió toda cultura económica.
4. Se destruyó al campesinado cubano, se hicieron campañas enormes para que los campesinos entregaran las tierras y se integraran a cooperativas, se perdió todo incentivo a la producción agrícola, el Estado fijaba precios, y los pocos campesinos individuales que quedaron, estaba obligados a vender gran parte de sus producciones al gobierno, al mismo tiempo no se vendían tecnologías para la agricultura de manera libre, el atraso se arraigó en los campos.
5. Fidel Castró envió recursos de todo tipo a cuanto movimiento de izquierda surgía en cualquier lugar del mundo.
6. Fidel Castro involucró al país en varias guerras costosísimas, Angola, Etiopía, Siria, Colombia, Nicaragua, etcétera.
7. Se creó un ejército desproporcionado al tamaño de la población, que consume la mayoría de los recursos del país y que funciona como seguridad personal de la familia de los Castros, además de una carísima red de espionaje de alcance mundial.
8. Se anuló la capacidad de emprendimiento del pueblo cubano, la palabra “negociante” se usaba para ofender, la frase “propiedad privada” se satanizó, de manera que se creó un sistema que va en contra de la naturaleza humana, pues todos los seres humanos quieren trabajar para ser dueños de sus cosas y heredarlas a sus descendencia. Aun con las limitadas oportunidades que se han dado para el desarrollo de pequeñísimos negocios privados, el gobierno mantiene un asedio sobre los cuentapropistas que nos los deja vivir, al tiempo que no ha creado las condiciones para que obtengan legalmente sus suministros.
9. Se creó un sistema de leyes prohibitivas, que causan una inmovilidad en la sociedad y la economía cubana, además de la desmoralización de la sociedad, pues la gente tiene que violar las leyes, cotidianamente, para vivir.
10. Organizaciones políticas y militares operando dentro de las empresas: Posiblemente sea el único país del mundo donde un partido político opere de manera omnipresente en las empresas e instituciones, generando una carga burocrática y conflictos de intereses, no pocas veces observé a un Secretario del Núcleo del Partido de una empresa, haciéndole una “guerrita fría” a un director que estaba haciendo bien su trabajo. Ni hablar de los oficiales de la seguridad, metidos en las empresas, creando redes de chivatos y consumiendo recursos y el tiempo de los directivos, porque a esos si hay que atenderlos inmediatamente.
Hoy la economía cubana está endeudada hasta la cabeza, los trabajadores cubanos se acostumbraron a ir a su trabajo a robar, a perder tiempo, a aceptar sobornos, las tierras nadie las quiere trabajar. Los cubanos más inteligentes y talentosos, no quieren ocupar cargos importantes y se marchan del país. El gobierno sigue priorizando el trabajo político-ideológico y culpando al bloqueo Yanqui. El gobierno no rinde cuentas al pueblo, de lo que se hizo o se hace con el dinero.
Si en 60 años de bloqueo, el gobierno no ha aprendido a desarrollar el país, aun con esas supuestas restricciones, es porque le falta capacidad, inteligencia y buenas intenciones.

Eva 31 enero 2023 - 11:16 PM

Los comentarios están cerrados.