Padilla, el miedo y la noche

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No lo olvides, poeta

En cualquier sitio y época

En que hagas o en que sufras la Historia,

siempre estará acechándote algún poema peligroso.

Heberto Padilla

«Dicen los viejos bardos». Fuera de Juego. 1968.

***

Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver el documental El caso Padilla, realizado el pasado año por Pavel Giroud y que ha estado presentándose en diferentes festivales. Como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos, las piezas perdidas de una historia, mayormente contada desde el poder, han comenzado a ser recolocadas en ese gran rompecabezas que ha sido la Revolución Cubana.

Sobre el escritor hay abundantes textos y ensayos. Al menos tres libros han circulado recientemente. Casa de las Américas editó Fuera (y dentro) del juego, una selección de cartas y entrevistas con diversos intelectuales que se vieron involucrados en el suceso. Letras Cubanas lanzó en el 2013 una magnifica investigación de Jorge Fornet bajo el título El 71, anatomía de una crisis, y Norberto Fuentes, testigo directo de los acontecimientos, contaba su versión de hombre duro en Plaza sitiada (Cuarteles de invierno-2018).  

Para muchos, este documental pudiera ser una simple curiosidad, un viaje en el tiempo que les permite apreciar imágenes y testimonios poco o nunca divulgados de un telúrico acontecimiento que marcaría para siempre la cultura cubana. Pienso sobre todo en los más jóvenes, tan vacíos de Historia y memorias, para los cuales estos sucesos nunca existieron.

Otros, los que aún quedan vivos y fueron testigos directos de aquellos años, vuelven a encontrarse con sus propios demonios en versiones o articulaciones de sí mismos, donde son colocados de nuevo en un instante que han preferido olvidar o silenciar. Y es que este documental no versa exclusivamente sobre el poeta Heberto Padilla y su histriónico arrepentimiento en aquella extraña noche del 27 de abril de 1971. Es una película sobre la desilusión, en tanto evidencia el fin de una esperanza: la que representaba entonces para muchos la Revolución Cubana.

Es también un testimonio visual sobre el miedo o la incertidumbre instalada en los gestos de los artistas citados aquel día a un salón de la UNEAC para ver «las barbas de su colega arder». Padilla llevaba, sin que se diera ninguna explicación convincente, cuarenta días detenido, y solo unas horas antes había sido liberado. Su arresto generó la condena de casi toda la intelectualidad hispanoamericana y europea. Ahí están los cientos de cartas, declaraciones, editoriales, palabras. No son actores secundarios los que hablan, son pesos pesados de la cultura universal reclamándole a Fidel, a la Revolución, una respuesta.  

Las cosas no suceden de forma inconexa, casual. No en Cuba, mucho menos en aquellos años. Hay un contexto que acompaña cada gesto o palabra de Padilla, y lo apreciamos también en las miradas y cuerpos (algunos retorcidos) de los allí presentes. Semanas antes, en un acto con jóvenes universitarios, Fidel había declarado que pronto se darían a conocer nuevos detalles del caso, donde aparecían otros implicados. Esas noticias «permitirían a la Revolución separar a sus verdaderos amigos, a los verdaderos revolucionarios».

El caso Padilla se convertía entonces en un parteaguas que debía definir a los intelectuales en dos frentes, los que apoyaban a la Revolución o los que se situaban contra ella. La «luna de miel» se había acabado. No hubo términos medios, mucho menos matices porque: ¡Primero dejar de ser, que dejar de ser revolucionarios!

¿Qué pudo haber dicho el poeta en esos largos interrogatorios con la Seguridad del Estado? Las imágenes grabadas por el ICAIC, y ahora rescatadas por Pavel, trasmiten el desasosiego que debió sentirse en aquella sala, especialmente cuando el acusado, ya sudoroso pero inspirado, comienza a mencionar los nombres de varios de sus amigos, escritores igual que él, que mostraban una obra supuestamente alejada de los principios y valores que propugnaba la Revolución, autores que escribían, nos dice, desde el desaliento, la frustración o la épica de la derrota.   

Nadie en aquel lugar estaba ajeno a la narrativa polarizada que sobre el rol del intelectual venía imponiéndose con intensidad desde el año 68. Todo el mundo sabía lo que significaba ser colocado en el bando del enemigo. El propio Padilla se había visto envuelto en una porfía (también Antón Arrufat y luego muchos otros) cuando su libro Fuera de juego recibió el premio Julián del Casal en el concurso literario que organizó la UNEAC aquel año.

Aunque el poemario fue publicado, la dirección de la organización tuvo que demarcarse del juicio emitido valientemente por el jurado (Lezama entre ellos), escribiendo una nota donde expresaban su desacuerdo con una obra «ideológicamente contraria a la Revolución». La nota declaraba además que la organización tenía el deber «de velar por el mantenimiento de ésta, defendiéndola no solo de sus enemigos declarados y abiertos… sino también de aquellos que utilizan medios más arteros y sutiles».

En varias ocasiones Pavel nos recuerda que debates similares se habían producido unos años antes, cuando el documental PM (Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera Infante-1961) fuera vetado para su exhibición en salas de cine por no corresponder con las ideas de la Revolución. Fue tan intensa la discusión acerca de los límites que esta pondría o no a la creación artística, que Fidel tuvo que intervenir en lo que se conoce como Palabras a los intelectuales.

Las voces y los hechos se repiten. A veces también los personajes. Este documental de Giroud, viaja en el tiempo, capta un ambiente opresivo, insólito, donde la sospecha y la simulación marcan la conducta de los implicados.

Ya para 1971, el dogmatismo se había cimentado en las visiones que tenían los funcionarios (y no solo ellos) sobre la cultura y el destino del país. Se argumentaba que no podían existir «paños tibios» cuando la Revolución estaba siendo acosada. El pesimismo o la melancolía no tendrían espacio en el arte pues lo que el pueblo y la nación demandaban eran obras patrióticas y estimulantes.

Desde las revistas Verde Olivo y Alma Mater (que ya clamaba por una Universidad solo para los revolucionarios y realizaba sus purgas en consecuencia), o el periódico Granma, los creadores más críticos o incómodos habían recibido todo tipo de amenazas y descalificaciones.

En paralelo (¿casualidad?) a la intervención de Padilla en la UNEAC se efectuaba el tristemente célebre 1er Congreso de Educación y Cultura, plataforma legitimadora de los peores años que acompañaron a la cultura cubana. Un rol didáctico le sería asignado al arte, visto como arma de la Revolución y un eficaz vehículo para promover «la moral socialista».

En los discursos e intervenciones, en las palabras de clausura (dichas por Fidel) o resoluciones, los intelectuales son presentados como una élite, seres «blandengues» mayormente enajenados y contaminados por valores burgueses, apartados del pueblo, lugar donde se decía radicaban el verdadero arte y la sabiduría.      

Cuando Padilla entra a la sala de la UNEAC, está consciente de su rol como instrumento del poder. Sabe que, tristemente, todo se ha ido convirtiendo en un artificio, una representación. Tenía que actuar y actuó. El documental se trastoca entonces en una ficción. Pavel comprende que no necesita generar conflictos ni situaciones dramáticas, pues ellas se están revelando por sí solas delante de nuestros ojos. Por eso, deja correr los minutos para escuchar al histrión y más tarde a algunos «personajes secundarios» que atizarán el drama.

He aquí donde radica uno de los valores de esta obra: revelarnos el proceso de anulación de un sujeto, en toda su brutalidad y perversión. El individuo que se niega a sí mismo, abjurando de todas sus creencias, sus ideas, presentadas como demoníacas, para ponerse al servicio de una causa mayor, en este caso: La Revolución.

Padilla
El «mea culpa» de Padilla en la noche del 27 de abril de 1971. (Imagen: Fotograma de la película El caso Padilla)

¿Cómo, cuándo, en qué momento, todo se trastocó?

Padilla, como el Sergio de Memorias del subdesarrollo (Alea -1968)… ha visto demasiado para ser inocente. Sus años de trabajo en la URSS, su conocimiento de varios idiomas, sus lecturas, sus viajes por Europa lo habían colocado frente a una realidad, distante de la promovida en los discursos y las notas de prensa. Como si leyera el futuro, supo lo que venía. A esas alturas de 1971, poco importaban sus versos, sus críticas, su tristeza, su círculo de amistades.

Para sus captores, lo esencial era dar un golpe de autoridad en la mesa y con ello aplastar una forma de entender, no el país —noción que pasaba a segundo plano—, sino a la Revolución, elevada a categoría abstracta, maniquea y superior de la existencia humana, un dogma, un tótem al que adorar, un monstruo que ya estaba devorando todo. Colocada con el paso de los años en otra dimensión por sus… ¿protectores?, ha perdido su más preciada virtud: estar al alcance y servicio de los hombres y mujeres que la hicieron posible.

Heberto Padilla murió en el año 2000, solo, en su cuarto de la Universidad de Auburn, en Alabama, donde impartía cursos de literatura. Sus alumnos lo encontraron, víctima de un infarto. Curiosamente en ese estado sureño se vivieron, mientras él escribía Fuera de juego, las más intensas luchas por los derechos civiles y la igualdad racial que recuerde Norteamérica.

16 COMENTARIOS

  1. Desde sus comienzos la elite mounstrosa De Fidel y sus secuaces comenzaron por arrasar todo vestigio de pluralismo y de democracia en nuestra patria .por supuesto para instaurar la feroz dictadura en q se convirtio la mal llamada revolucion

  2. Hace dos días vi este documental en casa y desde entonces no he dejado de pensar en él. Me ha conmovido sobremanera. La vi con mi hijo de 22 años y él no entendía por qué terminé llorando. Una cosa es que te cuenten una historia y otra es ser testigo de ella. El Caso Padilla es el terror hecho película.Es una película al nivel de «Memorias del subdesarrollo» si usted quiere entender eso que aún siguen llamando revolución y hace mucho dejó de serlo. La de Tomás G Alea usa elementos documentales para contar una historia de ficción. La de Giraud usa elementos de ficción que este realizador domina a la perfección para contar un documental, que desde ya ocupa un lugar supremo en el cine cubano. Todo lo que he leído sobre ella en la prensa internacional le hacen justicia. Felicitaciones y ánimo a seguir sacando toda la mierda que hay bajo las alfombras de palacio.

  3. Lo terrible es la incapacidad del sujeto de resistirse a su autoanulación. Su resignación «combativa» ante el terremoto de ideas de una revolución. En este documental se aprecia a los hombres frente a un destino fatal . Sirve hoy día para valorar el tremendo salto a la recuperación del ser de muchos de los que intervinieron en aquel exorcismo castrista. Basta con bucear en lo que sucedió después con aquellos intelectuales entre fuegos . Mi respeto a todos los que temprano o tarde trascendieron el exorcismo y herejes, alzaron su voz para repudiar a una revolución espúrea; Padilla, entre ellos.
    También al autor de este artículo. El espíritu de alegra de leer y reconocer a un Arcos. Gracias. S

  4. El miedo y la noche siguen en estado presente, hoy a más de 40 años de los hechos históricos que muestran el documental en primera persona, y que al no haberlo visto me limito a recalcar su vigencia, cuantos “padillas” ante la realidad de acabarse el camino se auto inculparon y han salido al exilio en estos últimos años, cuantos Cubanos perdieron las esperanzas de que el miedo sea superado y la sociedad logre reencausarse como para continuar viviendo en la tierra que los vio nacer, el fracaso es palpable pero el miedo es más evidente cuando todavía vemos que ”la orden de combate está dada y las calles siguen siendo de los revolucionarios”.

  5. Navegar por las redes y acceder a lo se le antoje a cada cual fue el motivo por el cual Hassan dijo que » lnternet es un invento diabólico «. Sabía que se les acababa la hegemonía de la información, se descubrirían mentiras y revelarían verdades, voces y rostros dejarían el anonimato. ¿por dónde andará Hassan?.
    En mis años de estudiante la oveja negra fue el hijo de Blas Roca. Sin internet Vladimiro no tuvo ni voz ni imagen, ni una descolorida foto publicaron, ni un pequeño escrito . ¿por dónde andará? .
    Espero poder ver el documental algún día. Navego a mi gusto y me maravillo.

  6. Perplejidad PUEDE SER un estado del Alma o simplemente una confusión del intelecto?
    Cuán perplejo? Cuán confundido a los 74! De edad Y 64 de complicidad.
    Cuando empieza PARTE de la historia de la nueva historia apenas tenía!!!9!!! Años pero con un arrastre un tanto inconsciente de 3 quizás 4 más ANTES DE, qué viví con un papá «revoltoso» creo qué involucrado en el «caso de Cayo Confite» de lo qué nunca quiso hablar ni aun cuando en la antevispera de Girón lo designaron para qué fuera a arrestar a un amigo Nando Novoa NUNCA quiso tampoco hablar de aquello porque Nando resultaba ser no confiable.
    Él cómo papá VILLAMIL tenían alguna instrucción militar.
    Tales relatos los qué abundan a lo largo de toda esta seudo historia NUNCA NADIE se ha dedicado a recolectarlas para qué no haya baches en lo que realmente sucedió hasta AYER.
    Perplejo??
    MIENTRAS más viejo más incrédulo.

  7. Con los pies en el rosario, la cabeza blanca y el cuerpo pinto de indio y criollo, vinimos» -dice- «denodados, al mundo de las naciones. Con el estandarte de la Virgen salimos a la conquista de la libertad… Con los hábitos monárquicos, y el Sol por pecho, se echaron a levantar pueblos los venezolanos por el Norte y los argentinos por el Sur. Cuando los dos héroes chocaron (se refiere el encuentro de Bolívar y San Martín, en Guayaquil), y el continente iba a temblar, uno, que no fue el menos grande, volvió riendas». Y «como la constitución jerárquica de las colonias resistía la organización democrática de la República, o las capitales de corbatín dejaban en el zaguán al campo de bota de potro, o los redentores bibliogenos no entendieron que esa «revolución que triunfo con el alma de la tierra. con el alma de la tierra había de gobernar, y no contra ella, ni sin ella». Así «entró a padecer América, y padece, de la fatiga de acomodación entre los elementos discordantes y hostil… la pierna desnuda y la casaca de París»- elementos «que heredó de un colonizador despótico y avieso, y las ideas y formas importadas que han venido retardando, por su falta de realidad local, el gobierno lógico. El continente descoyuntado durante tres siglos por un mando que negaba el derecho del hombre al ejercicio de la razón; la razón de todos en las cosas de todos, y no la razón» letrada «de unos (pocos) sobre la razón campestre de otros. El problema de la Independencia no era el cambio de formas, sino el cambio de espíritu.
    José Martí
    No puedo menos que agradecer al autor de este texto por su excelente crítica , que al mirar el documental me hace casi llorar pensando en Martí
    también
    No lo olvides, poeta
    En cualquier sitio y época
    En que hagas o en que sufras la Historia,
    siempre estará acechándote algún poema peligroso.
    Heberto Padilla
    Esa familia Arcos son además una flecha orgullo de cubanismo , valor y razón
    Gracias ? ? ?

  8. Una patria libre para vivir
    Un documental repasa la rebelión popular de Nicaragua en 2018

    Yunior García AguileraFebrero 02, 2023
    Tres veces he visto el documental Nicaragua, patria libre para vivir, y las tres veces me ha estremecido hasta la médula. Su realizador, el poeta y filólogo andaluz Daniel Rodríguez Moya, afirma que se puede nacer en cualquier sitio del mundo y quererlo, pero también se puede escoger una tierra a la que amar, sin necesariamente haber nacido allí. Y él decidió, hace 20 años, enamorarse de Nicaragua.

    Daniel vendió su editorial de poesía en Granada para financiar su película. Entró con su cámara a la tierra de los volcanes y enfrentó mil peligros para dejar memoria de la rebelión popular que sacudió a ese país en 2018. Más allá del premio en el Festival de Cine Invisible de Bilbao, lo que emociona al poeta es que los nicaragüenses hayan encontrado en sus imágenes un bastión contra el olvido.

    Porque son tiempos convulsos. A veces el mundo prefiere apartar la vista e ignorar que hay dictaduras en nuestra América, iguales o peores que aquellas que mancharon de sangre el siglo XX. A veces las sanciones no bastan para detener a quienes violan impunemente los derechos humanos, pisoteando la democracia. A veces hay una «izquierda idiota», como la llama en el documental la socióloga Sofía Montenegro, que continúa apoyando a estos tiranos en nombre de un romanticismo enfermo.

    Sobrecoge el testimonio de alguien como Sergio Ramírez, premio Cervantes y ex vicepresidente de Nicaragua. Sergio tuvo la altura moral de apartarse de una revolución que ya había perdido el rumbo

    Sobrecoge el testimonio de alguien como Sergio Ramírez, premio Cervantes y ex vicepresidente de Nicaragua. Sergio tuvo la altura moral de apartarse de una revolución que ya había perdido el rumbo. Y tras las protestas de 2018, Ortega ordenó su captura. Ya el novelista había sufrido persecución bajo Somoza. Ahora le tocaría ser perseguido por sus propios compañeros de lucha. El fundador de Centroamérica cuenta, el festival literario más importante de la región, prefirió ser considerado un traidor para las bestias, antes que convertirse en una de ellas.

    Estremece escuchar los versos de Gioconda Belli, multipremiada escritora que también ha tenido que exiliarse. La autora de La mujer habitada, jamás aceptaría ser cómplice de alguien que derrocó a Anastasio Somoza para acabar convertido en otro dictador. Los mejores hijos de Nicaragua han tenido que marcharse o están atrapados en sus mazmorras.

    Le he dicho a Moya que me encantaría que los cubanos pudiesen ver su película. Es obvio que el régimen de la Isla nunca programaría un filme así en sus festivales, muchísimo menos se atreverían a pasarlo por televisión. Pero sería fabuloso que pudiera colarse en el paquete y que los cubanos nos mirásemos en ese espejo. Son demasiadas las similitudes con nuestra propia historia.

    Cada vez que Rosario Murillo, actual vicepresidenta y esposa de Daniel Ortega, menciona la palabra «amor», uno siente nauseas. Pero en Cuba también se esconden tras palabras como «solidaridad» o «humanismo», mientras los esbirros golpean en las calles a nuestros jóvenes, vigilan a nuestros poetas y condenan a todo un país a la miseria más abyecta.

    Pocas veces he visto llorar a todo un auditorio frente a un documental. Y con este me ha ocurrido tres veces. Cuando el padre de uno de los muchachos asesinados relata el último encuentro con su hijo, nadie puede evitar romperse. Hay demasiada verdad en sus palabras y demasiada impotencia en sus ojos, pero ni un solo rastro de odio. Y yo pienso en todas las madres de nuestros muchachos en Cuba. Pienso en todo lo que pasó por sus cabezas cuando vieron a las Madres de Plaza de Mayo reunirse en Argentina con el dictador cubano que dio la orden de combate contra nuestros hijos.

    ¿Cómo esas ilustres señoras pudieron olvidar el origen de sus causas? ¿Cómo pueden anteponer intereses ideológicos al más elemental sentido de justicia?

    ¿Cómo esas ilustres señoras pudieron olvidar el origen de sus causas? ¿Cómo pueden anteponer intereses ideológicos al más elemental sentido de justicia? Prefiero creer que están muy aturdidas con el lobby y la propaganda que despliega un régimen adicto a las mentiras. Prefiero decirles a nuestras madres: perdónenlas, porque no saben lo que hacen.

    Incluso el título de este documental tiene una relación estrecha con nuestra realidad. La revolución sandinista ha usado como lema una frase que Augusto César Sandino usara como grito de guerra en 1927: «Patria libre o morir». Y en Cuba, desde 1960, Fidel Castro culminaría todos sus interminables discursos con la consigna: «Patria o Muerte». No es coincidencia que, tanto cubanos como nicaragüenses, hayamos desarrollado ese rechazo por la palabra «muerte».

    Es tiempo de que, en Nicaragua, Venezuela, Cuba, y en todos los rincones donde quede alguna estúpida e hipócrita dictadura, cerremos filas. Es tiempo de sustituir la muerte por la vida, y no solo en canciones.

    https://www.14ymedio.com/opinion/patria-libre-vivir_0_3471252842.html?fbclid=IwAR3LxZM5zSwXH2RXJYLUtPcIrVcD5nyj2VpPNhSgC4yoqREy-qkkMXbsFcc
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    • Rectifico: quisiera ver el documental. Repito una vez mas: no culpemos al socialismo de las conductas y políticas injustas de los hombres.. creo en un SOCIALISMO verdaderamente democrático, pie ese SOCIALISMO he luchado y lucho desde que tuve contacto con el socialismo soviético en los años 60.

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Gustavo Arcos Fernández-Britto
Gustavo Arcos Fernández-Britto
Profesor y critico de cine. Especializado en cine y sociedad en Cuba.

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