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Observatorio sobre el Extremismo Político

Observatorio sobre el Extremismo Político

El observatorio investiga manifestaciones de extremismo y polarización política en Cuba, e impulsa una agenda mediática en su contra

Elecciones

Elecciones en Cuba, entre la propaganda y la polarización

por Observatorio sobre el Extremismo Político 29 marzo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

El pasado domingo 26 de marzo tuvieron lugar en Cuba las votaciones para ratificar la selección de los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Si bien los datos oficiales registran un crecimiento de 7,3 puntos porcentuales en la participación respecto al anterior proceso sufragista, también se evidencia una disminución de un 9,75 % con respecto a su homólogo en 2018.

El Parlamento cubano, aunque incluye delegados de base elegidos por voto popular, se selecciona mediante una comisión de candidatura conformada completamente por organismos afines al Estado, lo cual hace prácticamente imposible la inclusión de diputados que se asuman de oposición o disientan abiertamente de las políticas oficiales. Por tanto, las votaciones, más que decidir escaños, se asumen en el discurso público como un medidor del respaldo de la ciudadanía al sistema político o la administración vigente.

Teniendo en cuenta lo antes mencionado, la batalla comunicacional no se dirigió a intencionar el voto por un candidato u otro —como suele ocurrir en las elecciones multipartidistas—, sino que su objetivo fue motivar o desmotivar la asistencia a las urnas.

El gobierno utilizó los medios nacionales y redes sociales —bajo las etiquetas #YoVotoxTodos y #MejorEsPosible— para impulsar una campaña conducente no solo a que los ciudadanos acudieran votar, sino a que ratificaran todas las propuestas de la lista. Asimismo, varios aspirantes a diputados hicieron recorridos por las zonas en las cuales serían refrendados. Por su parte, la oposición utilizó sus medios digitales afines y perfiles en redes sociales para llamar al abstencionismo, principalmente con los hashtags #YoNoVoto y #EnDictaduraNoSeVota.

La mayoría de los argumentos por la no votación se centraron en la ilegitimidad de las elecciones, al no permitir diputados de la oposición e incluir mecanismos —como la comisión de candidatura— que limitan el poder de la ciudadanía en la elección libre y directa de los diputados. Al mismo tiempo se alegó la urgencia de no respaldar al Estado cubano por sus violaciones a los derechos humanos y que la actual situación económica y social en la Isla merece un voto de castigo para quienes ostentan cargos públicos.

Entre las principales razones expresadas a favor de concurrir a las urnas figuraron la legitimidad del sistema electoral cubano como alternativa al modelo liberal, la necesidad de demostrar la unidad del pueblo y el compromiso con el socialismo, la aprobación en el Parlamento de leyes —como el Código de las Familias— que benefician a la ciudadanía, y conquistas como la salud y educación gratuitas.

Aunque el escrutinio en las urnas es público, a menudo los sufragios en Cuba son objetados por la ausencia de observadores internacionales o independientes del Estado en todos los procesos —incluidos la votación y la validación de los resultados. Las autoridades cubanas se han negado a esto por considerar injerencistas tanto a las veeduras internacionales como a las organizaciones opositoras.

Uno de los métodos cuestionados en redes sociales fue el voto a distancia, alternativa que habitualmente se emplea para garantizar este derecho a personas que por algún impedimento —principalmente de salud— no pueden moverse de sus casas. Para ello se les lleva la boleta hasta sus domicilios, se deposita en la urna luego de marcada y se prescinde de la firma del votante a distancia en el registro electoral.

El proceso ocurre sin un previo registro público de la cantidad de individuos que solicitaron la referida opción, ni la exigencia de un sobre sellado para el transporte de la papeleta de la residencia al colegio electoral. A esto se debe agregar que, en la información emitida oficialmente, no se desagregan las cifras de votaciones presenciales y domiciliares.

Pero si bien hubo comentarios críticos, otras opiniones en redes respaldaron los resultados oficiales a partir del escrutinio en su localidad y celebraron una mayor diversidad en el Parlamento cubano, con ejemplos como la inclusión de candidatos representantes del sector privado de la economía.

Por otro lado, se evidenció en Twitter una polémica entre la cuenta oficial de la Embajada de los Estados Unidos en Cuba y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla. La sede diplomática de la nación norteamericana en La Habana calificó de «antidemocrático» el sufragio en el país caribeño, asumiendo, además, como legítimo solamente un modelo electoral que presente «candidatos de mas [sic] de solo partido político y mas [sic] allá del Partido Comunista.» En respuesta, el funcionario cubano consideró dichos comentarios de «inaceptables por injerencistas y engañosos» y tildó el sistema estadounidense de «arcaico y elitista […] donde manda el dinero y dos partidos políticos se turnan el gobierno de la misma minoría».

Cobertura mediática

La cobertura mediática evidenció una fuerte polarización en el tratamiento del suceso. Los espacios informativos estatales destacaron el alto por ciento de participación en relación con las elecciones de delegados de 2022 y la media en la región. Ello fue asumido como un medidor de respaldo del pueblo cubano al sistema electoral y político, y a sus representantes. En adición, resaltaron el predominio del voto por todos los candidatos —denominado “voto unido”— como ejemplo de confianza en las autoridades electorales. Asimismo, denunciaron las campañas de la oposición para promover la abstención y la desestabilización.

En contraste, los medios opositores enfatizaron la abstención notable con respecto a las votaciones de diputados de 2018 y culparon a las autoridades por la persecución de activistas disidentes para que no fungieran como fiscalizadores del proceso electoral. Unido a esto, cuestionaron la legitimidad de las cifras oficiales, señalaron presiones a la ciudadanía para que acudiera a votar y algunos acusaron a los funcionarios electorales de promover o permitir el fraude.

La prensa extranjera acreditada en el país asumió diversos enfoques. Los portales de noticias más afines al Estado cubano —como Telesur y Cubainformación— recalcaron la legitimidad del proceso electoral y lo entendieron como un respaldo ciudadano al gobierno en el epicentro de una crisis económica. Otros se circunscribieron a informar las cifras oficiales con mayor o menor análisis.

En el resto de la prensa internacional la cobertura también varió en dependencia del enfoque del medio y sus audiencias. Como generalidad prevalece el cuestionamiento al sistema electoral cubano por no corresponderse con los estándares de la democracia occidental. También se recalca el decrecimiento de la cantidad de votantes en comparación con otros períodos, y, en menor medida, se aprecian abordajes que enfatizan las presiones a los votantes y el acoso a los detractores del gobierno.

***

Las votaciones en Cuba han ganado interés público en los últimos años a partir del auge del uso de redes sociales en el territorio nacional, así como un comportamiento de los votantes que difiere de la media histórica. Cabe recordar que este fue uno de los tópicos más debatidos en la consulta popular para la reforma constitucional de 2019, junto al matrimonio igualitario; el Estado decidió llevar este último a referendo —como parte del Código de las Familias—, mas no hizo lo mismo con la Ley Electoral.

En el espectro de la opinión pública sobresalen dos tendencias fundamentales: una que defiende el sistema tal cual está diseñado, y otra que propone el establecimiento de un modelo pluripartidista. No obstante, se discuten otras propuestas ciudadanas que van desde la eliminación de la comisión de candidatura, la sustitución del partido actual por otro que incluya diversas ideologías, hasta la necesidad de elegir los principales cargos de gobierno en comicios directos.

Un debate desprejuiciado, inclusivo y respetuoso sobre esta temática se erige como una necesidad cada vez más evidente en la sociedad cubana para la creación de consensos y el rescate del papel del ciudadano como decisor, que es la esencia del llamado poder popular.

29 marzo 2023 20 comentarios 505 vistas
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Béisbol

Béisbol y política: rivalidades más allá del home

por Observatorio sobre el Extremismo Político 22 marzo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En las últimas semanas, las miradas en torno al deporte cubano se han concentrado en el V Clásico Mundial de Béisbol, evento no exento de polémicas, pues por primera vez en la historia los jugadores cubanos de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB en inglés) pudieron representar a su nación al ser incluidos por la Federación Cubana de Béisbol (FCB) como parte del equipo Cuba o Team Asere, apelativo que se viralizó en las redes sociales digitales en referencia al elenco.

A ello se sumó la inesperada clasificación, por segunda ocasión en el Clásico, de la selección de la Isla a la semifinal, que en esta ocasión tuvo como sede al LoanDepot Park de la ciudad de Miami, en Estados Unidos, por lo que Cuba se estrenó como jugadora en esa ciudad del sur de la Florida durante un Clásico Mundial.

Muchos vaticinaron que el encuentro entre el Team Asere y el Team USA sería el juego más polarizador en la historia del Clásico Mundial de Béisbol, pues la inédita situación fue blanco de reacciones tanto por parte del gobierno cubano como de la oposición. No obstante, aún queda por esclarecer cómo las manifestaciones que entorpecieron el normal desenvolvimiento del evento deportivo pudieran contribuir a la promoción de valores democráticos en la Isla.

Béisbol y extremismo político

El 19 de octubre de 2021 el béisbol fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación cubana, en el legendario estadio matancero Palmar de Junco. Con esta condición, se reconoce que el popular juego de pelota constituye un símbolo más de cubanía que ha moldeado comportamientos, costumbres y manifestaciones culturales.

Sin embargo, varios analistas deportivos e incluso funcionarios han indicado que esta disciplina no atraviesa por su mejor momento. De un lado, por la implementación de decisiones internas erradas que han incidido en los sucesivos fracasos del equipo nacional en escenarios internacionales, sumadas al éxodo de peloteros con sueños de jugar en la MLB o ligas inferiores; y de otro, por los impactos de las medidas coercitivas que ha impuesto el gobierno estadounidense contra la Isla, que obstaculizan su desarrollo, recrudecidas tras la puesta en marcha de las 243 sanciones de la administración Trump.

Si hacia 2018 Cuba había firmado un acuerdo que otorgaba licencias a los peloteros para jugar en los equipos de la MLB sin perder la residencia en la Isla, ni romper los vínculos con la FCB, en 2019 el documento fue anulado unilateralmente bajo los argumentos de que la FCB pertenece al gobierno cubano y se viola lo establecido por la legislación del país norteño al respecto.

La decisión, por tanto, obliga a los deportistas cubanos a residir fuera del país caribeño para integrar la MLB, medida que evidencia el extremismo político contra la Isla, pues afecta directamente a los profesionales de esta rama al condicionarles la libertad de residir en su propio país para lograr un desarrollo en su campo.

Sin embargo, a fines de diciembre de 2022 los organizadores del Clásico otorgaron una licencia a la FCB para inscribir a peloteros cubanos de la MLB o no, con residencia en Estados Unidos, entre quienes representarían al equipo Cuba, previo permiso del gobierno norteamericano.

Por la parte del gobierno cubano aún se mantiene la restricción para los deportistas que abandonan las delegaciones oficiales, los cuales no pueden entrar a su nación por un tiempo que oscila entre los 5 y 8 años, decisión política que ha avivado el resentimiento en muchos de ellos y que también viola la libertad de movimiento, derecho reconocido en el Artículo 52 de la Constitución cubana.

Cuba en el V Clásico Mundial de Béisbol

El pasado 25 de enero, en conferencia de prensa, las autoridades de la FCB dieron a conocer al equipo Cuba, integrado por 30 peloteros, de los cuales tres son jugadores contratados en la MLB: Andy Ibáñez por los Tigres de Detroit y Luis Robert Moirán y Yoan Manuel Moncada por los Medias Blancas de Chicago.

El hecho constituyó un paso de avance histórico, pues por primera vez se conformó un equipo Cuba unificado, que contó con la inclusión además de jugadores de las ligas mexicana y japonesa. Asimismo, mostró un cambio en el discurso del gobierno cubano en torno a quienes habían decidido hacer su carrera profesional fuera de las instituciones deportivas de la Isla, los cuales antes eran llamados traidores.

A pesar del citado avance, se notó la ausencia de dos de los mejores bateadores de la Liga Élite, los tuneros Yosvany Alarcón y Rafael Viñales, que integraron la preselección inicial pero no la definitiva, o de jugadores cubanos en la MLB como Yulieski Gourriel, José Dariel Abreu, Jorge Soler y Yordan Álvarez.

Según un reportaje del diario The New York Times, fueron excluidas algunas de las figuras cubanas más notorias de la MLB porque la FCB no permite que los jugadores que han desertado en certámenes internacionales integren el equipo Cuba. Asimismo, otros jugadores declararon no estar dispuestos a formar parte del equipo por contradicciones con el gobierno cubano relacionadas con malos tratos hacia ellos o sus familias.

En adición, en noviembre del pasado año, mediante una trasmisión para el medio Swing Completo, se dio a conocer la noticia de que Andy Ibáñez, Yoan López y Elián Leyva habían sido expulsados de la Asociación de Peloteros Cubanos Profesionales (ACPBP) —organización deportiva cubanoamericana radicada en la Florida—, por dar su consentimiento a jugar por Cuba en el Clásico.

Béisbol

Alexander Otaola convoca a los cubanos mostrar consignas políticas durante el juego.

Todo lo antes mencionado avizoraba que el juego con la participación cubana iba a estar marcado por la polarización y el rechazo de comunidades opositoras en el sur de la Florida. El influencer Alexander Otaola desde el primer momento tildó a los integrantes del equipo como representantes del Estado cubano o plegados a sus intereses, y llamó a boicotear el partido. La polémica se hizo más evidente cuando la novena de la Isla clasificó para las semifinales contra Estados Unidos que tendrían lugar en el LoanDepot Park de Miami, juego que, además, sería trasmitido en vivo por la televisión cubana.  

El reglamento del LoanDepot Park aclara que no se puede entrar «nada ofensivo para el equipo contrario, países o regiones particulares, ni nada político o religioso»; no obstante, el alcalde de Miami, Francis Suárez, informó en una rueda de prensa que los Marlins de Miami —equipo que gestiona la instalación deportiva— autorizaron «pancartas, banderas cubanas y camisetas que llevan la inscripción “Patria y vida”», lo cual confirma el carácter excepcional con el que se trata a Cuba en la política norteamericana.

El día del juego, según reportaron varios medios de prensa, la seguridad del estadio retiró algunos carteles con contenido ofensivo y político, pero en la trasmisión realizada por la televisión cubana fueron visibles pancartas con contenido político como «Patria y vida», «Abajo la dictatura» y «El camino es la calle»; también se escucharon múltiples gritos con consignas como la mencionada «Patria y vida» u otras directamente ofensivas como «Díaz-Canel singa’o». Además, en varias ocasiones activistas opositores saltaron al terreno, interrumpiendo el juego, para mostrarse con banderas y carteles en señal de protesta contra el Estado cubano.

Unido a esto, el pelotero Yadir Drake afirmó que varios de los manifestantes ofendieron y agredieron a los familiares de los jugadores, incluidos niños. Otro video que circuló en redes sociales muestra cómo le llaman «chivatón» al exjugador cubano Víctor Mesa, quien también se encontraba en las gradas en calidad de espectador.

Por su parte, la televisión cubana aprovechó las pausas entre innings para insertar propaganda asociada el próximo proceso de votación, y si bien estos mensajes no fueron ofensivos o agresivos hacia ninguna comunidad, constituyen un intento de instrumentalizar un evento deportivo para fines políticos.

Luego de que el equipo cubano perdiera, el tratamiento polarizante al evento deportivo continuó. Una zona de la oposición celebró la victoria del team norteamericano como un triunfo con respecto al sistema político del país caribeño, y resaltaron como positivo que en la televisión cubana se vieran o escucharan consignas contra su gobierno. En contraste, los medios estatales en la Isla intentaron minimizar la derrota empleando eufemismos y atribuyeron a los manifestantes parte de la responsabilidad en los desaciertos deportivos del nombrado Team Asere, sin que primara el análisis crítico de las causas que, en general, han conducido a los pobres resultados del llamado deporte nacional.

***

Béisbol

Miguel Saavedra, líder de la organización opositora Vigilia Mambisa contra los peloteros cubanos. Foto Miami Herald.

En los debates a partir del V Clásico destaca el tema de la politización del deporte. Cada bando culpa al otro de politizar y se justifica en ello para, a su vez, hacer lo mismo. La politización es inherente a cualquier fenómeno social —como lo es un evento deportivo—, más aún si este ocurre en medio de un diferendo entre espectros políticos enfrentados.

Sin embargo, la pregunta en este caso sería cómo se politiza y con qué objetivo. Hasta el momento no ha sido visible ninguna explicación que permita esclarecer cómo las condiciones excepcionales bajo las que debe jugar Cuba en campeonatos internacionales, y los obstáculos —internos y externos— que enfrentan sus deportistas, garantizan un mayor desarrollo democrático en la Isla.

Mientras las luchas sociopolíticas se reducen a intentos de boicots y respuestas triunfalistas, se posponen imprescindibles debates entre todos los cubanos sobre los caminos necesarios para construir —también desde el deporte— una nación próspera, democrática y sostenible.

22 marzo 2023 22 comentarios 901 vistas
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Discursos

Redes sociales y discursos de odio: Cuba en la encrucijada

por Observatorio sobre el Extremismo Político 16 marzo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En los últimos años se ha vuelto habitual la proliferación en las redes sociales de haters o trolls, individuos o grupos que atacan a otros con insultos verbales y manifestaciones de agresividad.

En el presente trabajo se aborda el fenómeno del «discurso de odio», particularmente en espacios digitales. Se analizan definiciones y enfoques de la literatura especializada y se examinan las principales características de estas expresiones en el ecosistema digital cubano. Asimismo, se esbozan propuestas de soluciones a partir de lo que recomiendan algunos organismos que han estudiado el fenómeno.

Un término a debate

El término «discurso de odio» sigue generando polémica. Las Naciones Unidas lo definen como discurso ofensivo dirigido a un grupo o individuo y que se basa en características inherentes (como son la raza, la religión o el género) y que puede poner en peligro la paz social. También agrega que se puede materializar en cualquier forma de expresión, incluidas imágenes, dibujos animados o ilustraciones, memes, objetos, gestos y símbolos y puede difundirse tanto en Internet como fuera de él.

Por su parte, investigadores como Iginio Gagliardone lo asumen como expresiones discriminatorias que deshumanizan, degradan e intimidan a sus víctimas y pueden aumentar el antagonismo entre grupos sociales al punto de desencadenar salidas violentas a los conflictos como, por ejemplo, el Genocidio de Ruanda en 1994.  

En contraste, el profesor de Derecho Penal de la Universidad Rey Juan Carlos, Rafael Alcácer Guirao, considera que es un término cargado emocionalmente y utilizado, en muchas ocasiones, con una finalidad persuasiva, configurándose su ámbito de significado en función de las valoraciones e intenciones del hablante de censurar una determinada clase de discurso y de excluirlo, de ese modo, de lo que se considera social o jurídicamente lícito.

Discurso de odio y redes digitales

El ecosistema de socialización digital, caracterizado por la participación y la personalización, ha demostrado sus capacidades para influir en las agendas públicas, construir matrices de opinión, así como visibilizar y expandir mensajes que expresen ideas o posicionamientos políticos como correlatos de lo acontecido en el entorno offline, que en el espacio de las redes sociales adquieren mayor alcance y permanencia. Un artículo publicado en la revista de la Universidad Complutense de Madrid identifica como elementos que posibilitan el auge de  discursos de odio en redes sociales los siguientes:

  • Posibilidad de anonimato: el emisor del mensaje puede ocultarse bajo una identidad falsa o anónima, y por tanto, evitar las consecuencias legales de su discurso;
  • La pertenencia a una comunidad: los algoritmos de redes sociales refuerzan la pertenencia a comunidades ideológicas materializadas en grupos virtuales que pueden organizarse en enjambres o mareas de indignación para responder a otras comunidades o usuarios que se asumen como enemigos;
  • Desdibujamiento de la responsabilidad humana: al estar actuando el sujeto mediante un dispositivo tecnológico, minimiza la responsabilidad en los mensajes que emite y tiende a plasmar expresiones que no diría si tuviera al interlocutor de frente.  

Las redes sociales habitualmente tienen diversas políticas para neutralizar el discurso de odio, aunque sean diversas las concepciones sobre este y las formas de contrarrestarlo. No obstante, a menudo medios de prensa internacionales han cuestionado la falta de transparencia en los mecanismos para la aplicación de la censura. En adición, figuras o grupos políticos de muy diversa índole han acusado a dichas plataformas de aplicar sus normas para favorecer o perjudicar, respectivamente, a bandos afines o contrarios a la ideología de sus administradores.

Discursos

Discursos de odio en las redes sociales cubanas

En 2019 el gobierno proporcionó el acceso a la red de datos móviles. La apertura de internet en Cuba catapultó el uso de redes sociales, que han adquirido suma importancia como mecanismos de comunicación gubernamental y a la vez como espacios de confrontación ideológica.

Desde ese mismo año, el decreto ley 370 castiga la difusión a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas. Si bien los términos «moral y buenas costumbres» resultan ambiguos, pudiera entenderse que este instrumento legal brindaría protección a las personas cuando se publica algún discurso ofensivo contra su integridad.

Asimismo, el Código Penal cubano aprobado en 2022 sanciona como «Delito Contra el Derecho de Igualdad» a quien promueva o incite a la discriminación, sea con manifestaciones y ánimo ofensivo de su edad, sexo, género, orientación sexual, identidad de género, origen étnico, color de la piel, creencias religiosas, origen nacional o territorial o discapacidad, o cualquier otra lesiva a la dignidad humana.

En ambos instrumentos legales destaca la ausencia de la afiliación política como uno de los motivos de discriminación. Aunque medios, funcionarios y activistas afiliados al gobierno cubano suelen utilizar el término «odiadores» para referirse a comunidades opositoras, en el discurso político oficial se han naturalizado y se mantienen varias expresiones que calificarían como discurso de odio, de las cuales la más común es la de «gusano», para aludir a personas de la oposición o que disienten del sistema político en la Isla. Tal vez te interese Cinco alertas de que puedes estar ante un discurso extremista

En las redes sociales este correlato es sumamente visible. Además del ya nombrado «gusano», para referirse a la oposición, se emplean otros sustantivos que refuerzan la comparación con insectos, como garrapatas o cucarachas. Asimismo, se ha utilizado la homofobia, el racismo y el sexismo para atacar a activistas opositores, llamándolos jineteros (trabajadores sexuales) o utilizando la orientación sexoafectiva para desacreditarlos.

Discursos

Por su parte, en una zona de la oposición es visible un discurso de odio que también emplea comparaciones con animales ‒como las clarias‒ para referirse a los defensores del gobierno cubano. A los descalificativos por raza, género y orientación sexual, se le suman otros por las formas de los cuerpos o enfermedades. Asimismo, se recalca la idea de que todos los que se asumen como comunistas lo hacen por ignorancia o por oportunismo y deben ser castigados si en Cuba se instaurara un nuevo sistema político.

Discursos

Consecuencias y posibles soluciones

La naturalización del discurso de odio legitima el uso de elementos narrativos asociados a prejuicios y discriminaciones. Termina hiriendo no solo al sujeto implicado, sino a toda una comunidad que puede compartir ese mismo rasgo. Unido a esto, anula cualquier posibilidad de diálogo y deja a la violencia como único camino para la solución del conflicto.

Organismos como la Unesco, el Ayuntamiento de Barcelona y el Observatorio Proxy han elaborado herramientas para contrarrestar estas expresiones en redes sociales y fuera de ellas. Las principales sugerencias se pueden resumir:

  • Poner en agenda pública las problemáticas que generan los discursos de odio, así como sus causas y consecuencias;
  • Fomentar debates en la ciudadanía sobre las manifestaciones del discurso de odio, cómo identificarlas y combatirlas;
  • Educar en derechos humanos y civiles.
  • Promover el pensamiento crítico y el pluralismo como mecanismos para la resolución de los conflictos políticos y evitar que lleguen a escaladas violentas;
  • Implementar sistemas de alfabetización ciudadana en temas de funcionamiento de redes sociales y en herramientas para el debate cívico;
  • Denunciar los discursos de odio utilizando los mecanismos de las propias redes sociales u otros espacios como los medios de comunicación;
  • Impulsar activismos que se opongan a los discursos de odio y empleen formas de lucha basadas en el respeto al adversario.  

Si bien este fenómeno no está circunscrito a Cuba, un acercamiento desde las particularidades de la Isla conduce a la necesidad de promover el reconocimiento de los argumentos desde el respeto al otro y a su derecho legítimo a participar en el debate político. Todo ello sin acudir a palabras o frases que dañen a individuos o grupos, erosionen su integridad, perpetúen estereotipos discriminatorios o generen matrices de opinión con énfasis en la ejecución de actos agresivos, motivados por sentimientos de odio.

La confrontación es inherente a las luchas políticas, pero estas pueden operar en el marco del respeto y el civismo. Si no ocurre, la posibilidad de una solución violenta de los conflictos está cada vez más latente.

16 marzo 2023 15 comentarios 753 vistas
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Discurso

Cinco alertas de que puedes estar ante un discurso extremista

por Observatorio sobre el Extremismo Político 7 marzo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

El lingüista y profesor holandés Teun Van Dijk asegura que la esfera política es completamente ideológica y, en consecuencia, lo son también las prácticas sociales y los discursos, pues estos contribuyen a que sean expresadas, aprendidas, difundidas e impregnadas las ideologías políticas.

Sobre la base de lo anterior, este artículo persigue un acercamiento a los rasgos que definen el discurso extremista y ejemplifica cómo se expresan en el discurso que producen y reproducen, tanto afiliados al gobierno cubano como los de la oposición.

Como norma general, aunque se presente en múltiples facetas, cada bando extremista marca los límites de la legitimidad política, catalogando de indignos a sus contrarios y alertando sobre los peligros de simpatizar con tales ideales. Para lograrlo, los discursos se fundamentan en estrategias discursivas. En el caso del discurso extremista, dichas estrategias están enraizadas en una intención de generar polarización y logra desglosarse en otras prácticas:

1. Autopresentación positiva y presentación negativa

La autopresentación positiva y presentación negativa evidencian la constante rivalidad entre grupos extremistas antagónicos. Por regla general, se expresan a través del llamado «cuadrado ideológico», compuesto por cuatro aristas: enfatizar en nuestros aspectos positivos, enfatizar en sus aspectos negativos, minimizar nuestros aspectos negativos y minimizar sus aspectos positivos.

Generalmente, esta estrategia está muy presente en la construcción del discurso que realizan sobre Cuba, tanto el gobierno como una zona considerable de la oposición. Se apela a comparaciones entre el pasado y el presente, estandarizando y simplificando las complejidades de ambos períodos para presentarlos como glorioso o deplorable, según convenga. Asimismo, comienza a ponderarse el pronombre nosotros o el sustantivo Cuba como ideas centrales de una colectividad unida a partir de los intereses comunes.

discursoEl discurso político, vinculado al gobierno en La Habana, destaca la representación de una sociedad cubana centrada en el humanismo y una estadounidense centrada en la desatención al ser humano. Es así como se marcan a nivel discursivo los avances de Cuba en esferas como salud pública, educación, cultura, deportes y ciencia; mientras se insiste en la sociedad estadounidense como fallida. Se enfatizan elementos como la explotación laboral o la violencia policial.

Por su parte, el grupo opositor se vale de esta estrategia discursiva para mostrar la imagen de la decandencia, pobreza y estancamiento que se construye en torno a la Isla después de 1959, en contraste con el carácter flexible y de oportunidades para progresar con que se autopresenta la sociedad estadounidense. Ello responde a las lógicas de una propaganda enraizada en la génesis de ese país.

2. Marcas ideológicas nacionalistas

El nacionalismo asociado a sentimientos de amor a la patria y desprecio a quien la amenaza, también deviene estrategia discursiva, ampliamente explotada en el discurso extremista. En este sentido, desde lo discursivo, se exageran los contenidos ideológicos asociados a dichos sentimientos, en dependencia de los intereses políticos y las identidades colectivas que diferencian a uno u otro grupo.

Así, el discurso del gobierno cubano se enfoca en la preservación de la nación y las conquistas del proceso revolucionario. Como parte de esta estrategia, en los últimos tiempos emergieron frases de profunda connotación nacionalista: «Somos continuidad» ‒con un recuento implícito de la historia de luchas y resistencias de la nación‒ y «Cuba es nuestra». Esta última se acompaña con mensajes de refuerzo para marcar la exclusión de otros grupos de cubanos, que no son tomados en cuenta en la construcción del proyecto de nación.

En ambos ejemplos se presenta como un proceso histórico cubano lineal desde sus orígenes, lo cual desconoce las rupturas y contradicciones inherentes a cualquier evolución histórica. Por otro lado, se entienden los logros de ese proceso como exclusivo del grupo vinculado a la postura política e ideológica del emisor, desdibujando además las fronteras entre gobierno, Estado y Patria.

discursoPor otro lado, el sentimiento de dependencia permanente hacia una única ideología, la sensación de un proyecto de nación frustrado o la idea de Cuba como la excepción de toda regla en cuanto a libertades, derechos, oportunidades y el caos de la situación económica, son estrategias que se vislumbran en las marcas ideológicas nacionalistas del discurso opositor.

Se construye entonces un discurso en torno a Cuba, tildándola como un Estado fallido, dictatorial e incapaz de generar prosperidad. Se asume entonces una única salida «patriótica» a la crisis, el apoyo a la oposición para la destrucción de ese Estado y la instauración de una democracia liberal.

3. Técnicas de victimización

La victimización es un fenómeno inherente a los discursos que se acompaña de relatos orientados a legitimar a los grupos como víctimas. Como estrategia, busca resaltar las condiciones desfavorables de un individuo o grupo con el propósito de exonerarlo de responsabilidades, en estrecho vínculo con los sentimientos de solidaridad y compasión.

En el discurso extremista, la victimización suele rememorar hechos históricos en torno a eventos represivos, para mantener latentes los aspectos negativos que provocaron la situación de victimización actual. Se pretende que esos sucesos no vuelvan a repetirse, a la vez que se intenciona la búsqueda de empatía, sentimientos de culpa o reconocimiento de responsabilidades en quien se señala como victimario.   

El gobierno cubano utiliza los efectos reales de las medidas unilaterales coercitivas, asumidas por Estados Unidos contra la Isla. La nación del Caribe se vale de recursos propios de la estrategia de victimización para denunciar los efectos de esta política extranjera en las esferas de la vida del ciudadano común, como únicos causantes de las carencias en el plano socioeconómico, desconociendo o minimizando así las ineficiencias y los errores en la gestión gubernamental. Asimismo, se utiliza ese estado de vulnerabilidad para justificar rasgos autoritarios del Estado cubano, bajo la lógica de que responden a la defensa ante las agresiones extranjeras.

Atendiendo al punto de vista discursivo, se trata de una estrategia donde se presenta la dualidad gobierno-pueblo como víctima permanente de una política, incuestionablemente irracional, por parte de un enemigo poderoso con pretensiones imperialistas. Se recurre a destacar historias de vida personales y familiares, afectadas por el bloqueo, en especial en el plano de la salud.

Entre los detractores del gobierno cubano es frecuente la construcción de una narrativa que enfatiza los acosos y violaciones de derechos humanos que experimentan los opositores en la Isla, para justificar, por su parte, cualquier acción extremista o poco ética en su estrategia de lucha política.

Discurso

(Publicación de Twitter de una activista opositora)

Ejemplo de ello fue la campaña alrededor de la activista opositora Anamely Ramos. El Estado cubano no le permite regresar a La Habana y por un tiempo quedó indocumentada y en un limbo legal, hecho que le dificultaría el viaje a Argentina para visitar a su hijo adolescente.

Dichas acciones violatorias de su libertad de movimiento se emplearon como punta de lanza por grupos de la oposición y medios de comunicación para intentar limitar los viajes de otros cubanos. Incluso le exigieron a la administración de Biden que retirara las licencias otorgadas a las aerolíneas norteamericanas para operar en Cuba.  

4. Discursos de odio, sentimientos negativos o uso de vocablos con referencias a conflictos

Autores como Katharine Sarikakis y Francisco Seoane Pérez aseguran que los discursos de odio son los nuevos fantasmas que recorren la esfera pública contemporánea. Suelen asociarse a la antesala de la violencia y dan lugar a una polarización afectiva y a una actitud de desprecio hacia el otro, por apoyar una formación ideológica diferente.

En la actualidad, las redes sociales en espacios digitales han contribuido a la proliferación de esta estrategia discursiva. Según Oscar Pérez de la Fuente, resultan contradictorios los temas como la dignidad humana, la libertad y la igualdad, pues se promueve una conexión entre pensamiento y praxis que refuerza hostilidades y la intolerancia entre los grupos antagónicos en el terreno ideológico.

Un ejemplo de ello es la apertura en Facebook, Twitter o Instagram de perfiles con carácter anónimo. Resulta esta una estrategia centrada en denigrar, infravalorar y desacreditar posturas ideológicas contrarias. Varias de estas cuentas, con una orientación afín al gobierno cubano, de manera habitual confrontan el discurso de activistas, periodistas de medios no estatales, o cualquier persona natural o jurídica que critique la gestión de dicho gobierno cubano.

Del lado de la oposición también es posible identificar discursos, tanto de sujetos individuales como de medios de comunicación e influencers quienes, bajo la justificación de ser cómplices de un sistema dictatorial, atacan directamente a individuos o grupos del escenario político cubano.

Para descalificar a su adversario, estos emisores han utilizando en varias ocasiones mensajes con contenidos permeados por prejuicios de raza, género, orientación sexual o clase social. Al hacer esto no se ofende únicamente al sujeto imputado, sino al resto de las personas que comparten sus rasgos, pues se naturaliza el hecho de que esta característica pueda ser motivo de burla.  

DiscursoPor norma general, este discurso se apropia del carácter interactivo de la Web 2.0, para responder, tanto a las publicaciones que realizan quienes asumen puestos de dirección de primer nivel en el gobierno cubano y algunos de sus parientes o allegados, como a quienes, desde una postura de compromiso con el Estado cubano, destacan sus valores y logros en el actual contexto.

5. Exhortación a la transformación social con visión de futuro o hacia un pasado idealizado

El investigador Omar García Olascoaga argumenta que en la retórica extremista, los bandos contendientes enarbolan propuestas orientadas también a la transformación de la sociedad, en aras de legitimar la construcción de un país con características afines a sus propósitos ideológicos.

La distinción entre pasado y futuro como asunto de justicia por el bien público, recurriendo a mecanismos propios de la lógica para tratar de convencer de la necesidad de la continuidad o del retorno al pasado, es otro elemento en el que se fundamenta el discurso extremista.

Desde el gobierno cubano se exhorta a la transformación social con visión de un futuro mejor, aunque no se visibilice a nivel racional la estrategia para lograrlo. Como respaldo se emplean consignas como «Vamos por más» o «Cuba avanza y eso les duele». 

Por su parte, subyace en el discurso extremista opositor la añoranza por un pasado idealizado como estrategia discursiva. Es visible una estrategia de «limpieza histórica» a figuras como Fulgencio Batista, cuestionando información verificable sobre sus crímenes; o la construcción de una narrativa, principalmente visual, para demostrar la decadencia arquitectónica de la Isla, en un intento de probar, a partir de casos aislados, la caducidad y el estancamiento en torno a lo que ocurrió después de 1959 en la Isla.

DiscursoLas anteriores estrategias globales de polarización en el discurso extremista, aplicado al caso cubano, dan cuenta de la multiplicidad de significados en conflicto, sobre la forma de construir e interpretar lo referente al tema Cuba. Esto constituye un peligro para el proceso de construcción de la democracia en la Isla.

En el plano discursivo, la polarización conduce a la pérdida de formas de negociación y compromiso entre las distintas tendencias ideológicas, legitimando formas extremas dentro del terreno político y en consecuencia, rechazando o expulsando opiniones, intereses, ideas o actores.

A la visibilidad y reproducción de esta estrategia ha contribuido la presencia de las redes sociales en el espacio digital cubano. Emplea fundamentos discursivos en torno a la construcción de una nación basada en la exclusión de un «otro» que agrupa, tanto a movimientos políticos contrarios, como a quienes difieren en algunas líneas de la postura ideológica del grupo extremista. De esta manera se legitiman salidas violentas en el conflicto político. Ello dificulta la construcción de estrategias de un consenso para garantizar un diálogo que se encamine a un proyecto plural de nación.

7 marzo 2023 20 comentarios 921 vistas
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Manigua

La Manigua: cuando el extremismo cruza la línea

por Observatorio sobre el Extremismo Político 2 marzo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En los últimos días se ha hecho visible una polémica entre integrantes del grupo de activismo político La Manigua, Revolución Pa’ Rato, con otros militantes autodenominados de izquierda, vinculados a instituciones en Cuba. El espacio comenzó atacando a la oposición y prosiguió con grupos, medios no estatales y artistas críticos hacia el gobierno cubano. Terminaría confrontando a otros colectivos y personas afines al Estado cubano, que respondieron a partir de la reciente arremetida contra el periodista Francisco Rodríguez Cruz, del periódico Trabajadores. 

El presente texto explora la evolución del contenido de los mensajes de La Manigua y particularmente la de su líder, conocido como Rodrigo Huaimachi, con énfasis en las muestras de extremismo. Asimismo, aborda su relación con espacios institucionales y los criterios más relevantes publicados alrededor de la última polémica.

¿Qué es La Manigua?

Según un artículo publicado en la página de Facebook del blog Brújula Sur, a cargo de Roly Medina, su antiguo administrador, el surgimiento de La Manigua, Revolución Pa’ Rato data de 2021, a partir del espacio Blogueros Revolucionarios. Quien crea el canal y el grupo —por tanto, posee su control digital— es el activista político chileno, radicado en Cuba, Rodrigo Huaimachi. Sobre su liderazgo y la participación de varios miembros en ataques hacia otras personas plantea:

«Rodrigo Huaimachi no es solo un miembro de La Manigua: es el propietario de La Manigua según Telegram, es su representante ante el Foro de Juventudes Revolucionarias La Comuna, su vocero, su líder. […]. Los perfiles falsos que han sido sistemáticos en los ataques faltos de ética y vergüenza revolucionaria, tienen un rosario de “reacciones” en Facebook, de los cuales gran parte de su cuota son dispensados por estos administradores, moderadores, o perfiles destacados de La Manigua».

En su Declaración de Principios, el colectivo de La Manigua se identifica como «un espacio plural y diverso, respetuoso» que asume «la defensa de la Patria, la Revolución y el Socialismo como un deber y un derecho inalienable». Sobre su relación con el gobierno cubano expresa que «brindará su apoyo [al gobierno] siempre y cuando garantice la defensa de la patria y sea constructor del socialismo como sistema político». Afirma además que su trabajo «siempre se proyectará pensando en la unidad como arma estratégica».

Activismo y articulación

El espacio de La Manigua ganó notoriedad a partir de los debates organizados en su plataforma en Telegram, como los ocurridos entre el actor y dramaturgo, devenido activista opositor Yunior García Aguilera y Rodrigo Huaimachi, y el perfil anónimo Karlitos Marx.

Manigua

(Tomada del perfil de Twitter de La Manigua)

Huaimachi fue una de las figuras en redes sociales más activas en la defensa de la postura del gobierno cubano ante la oposición, para cuyos fines asumió y legitimó formas de lucha como los mítines de repudio. También estuvo entre los participantes de la sentada «Los Pañuelos Rojos» en el Parque Central, que se organizó en 2021 con militantes a favor del gobierno cubano, coincidiendo con los días en que García Aguilera había anunciado una protesta antigubernamental.

El discurso de La Manigua no se circunscribió a la confrontación con marcados opositores, sino que también fue hacia medios no estatales y sus profesionales, artistas con una obra crítica o que consideraban que «atacaba a la Revolución cubana». Para esto se valieron de recursos como las descalificaciones, las acusaciones sin pruebas de estar financiados por el «enemigo», campañas de linchamiento. Algunas de estas las llegaron a organizar contra figuras públicas, incluso, por solo declinar debatir con ellos en su grupo de Telegram.

Manigua

(Captura de pantalla de un post publicado por miembros de La Manigua)

Pese a la agresividad de su discurso, La Manigua ha obtenido la acogida de varias instituciones estatales cubanas para la organización de sus eventos, por ejemplo, participó en el encuentro La Comuna, respaldado por la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC). Dicha articulación entre «espacios emergentes revolucionarios» fue ampliamente celebrada por los medios de comunicación estatales cubanos. El órgano oficial de la UJC lo calificó como un «evento de juventudes heterogéneas trenzadas por el fin común de la unidad».

No obstante la heterogeneidad que puede existir en cualquier grupo humano, el mismo reporte aclara que «prevalece un discurso comunista y se busca extender a todos los espacios emergentes revolucionarios, con la UJC como guía, hacia la transformación política protagonista y creativa», dejando fuera, en consecuencia, a otras formas de militancia e ideas políticas —aun dentro del espectro de la izquierda— en la Isla.

Manigua

Primer Encuentro para la Articulación y Construcción Colectiva», en el que se plantea la creación del espacio La Comuna. (Foto: Agencia Cubana de Noticias)

De aliado a divisor 

A finales de 2021, luego de la salida del país de varios opositores, Huaimachi y otros miembros de La Manigua, empezaron a confrontar espacios respaldados por instituciones estatales, que, según ellos, se alejaban de su concepción del «socialismo» o de la «Revolución». Uno de los enfrentamientos más visibles fue contra el antiguo equipo de la revista Alma Mater. En ocasiones afirmaron que la publicación se estaba desviando de sus objetivos, para luego celebrar la decisión de la UJC de destituir a su director.

Manigua

Más adelante se suscitaron enfrentamientos con Luis Emilio Aybar e Iramís Rosique,  integrantes de la revista La Tizza, ambos vinculados con la Asociación Hermanos Sainz, alegando «sus excesos de vanidad, sus egocentrismos, una agresividad desmedida contra sus propios compañeros, y reiteradas muestras de altanería». También fueron visibles las descalificaciones al profesor de la universidad habanera Fabio Fernández, por sus opiniones en torno el patriotismo en Cuba.

Cruce de línea y respuesta

Aunque los mencionados sucesos habían provocado respuestas de los implicados, la confrontación directa entre La Manigua y sus anteriores compañeros de militancia en La Comuna ocurre a partir de las andanadas contra el periodista y delegado del Poder Popular Francisco Rodríguez Cruz, recientemente elegido presidente de la delegación del ramal de la Prensa Escrita de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). La motivación para los ataques —protagonizados principalmente por perfiles anónimos vinculados al grupo— fue una crítica del periodista a la gestión del Sistema Eléctrico Nacional.

Manigua

Ante esto, varias de las organizaciones y activistas, que habían compartido espacio con La Manigua en La Comuna, empezaron a responder de forma frontal. La página El Necio, administrada por el periodista Pedro Jorge Velázquez —quien antes había participado en varios espacios de este grupo—, enumeró los miembros de La Manigua que habían realizado «linchamientos contra revolucionarios» y propiciado «un ambiente de sospecha, acusaciones, intolerancia y dogmatismo en el campo de la Revolución».

Al citado texto se sumaron otras declaraciones como la del blog Brújula Sur y un artículo publicado en La Tizza, el cual expresó: «el llamado “maniwerismo” (sic) se encuentra en el centro o los alrededores de muchas de las discusiones y polémicas más amargas, infértiles y dañinas de los últimos tiempos en las redes sociales. Convendría también separar a las personas que por una razón u otra han encontrado ahí cauce para su militancia, de un minúsculo grupo que de manera sistemática usa esa cobertura para campañas de descrédito y linchamiento».

Asimismo, el imputado periodista Rodríguez Cruz, en un post de Facebook sobre el auge del extremismo, aseveró: «Las personas extremistas son aquellas a quienes les resulta más fácil sospechar que confiar, por causas injustificadas, e incluso sin ningún motivo. […]. No dudemos entonces un segundo en oponernos a extremos y extremistas, en cualquier contexto donde ese malsano fenómeno aparezca. Nos puede ir la vida y el futuro en ello».

Por su parte, La Manigua, en su canal de Telegram, respondió a las críticas en un comunicado en el que alegaron: «¿Qué atacan cuando emplazan a La Manigua? Atacan a un espacio de resistencia mediática y de intransigencia revolucionaria. Atacan la frontalidad con que se apoya la Revolución y sus instituciones. Atacan a quienes no se identifican con las tendencias del activismo político en redes que dirigen su agenda a la fabricación de liderazgos individuales, sobre la base de vínculos y simpatías personales, descalificando a quienes piensan diferente y contribuyendo a la desmoralización pública de las formas de organización colectiva del pueblo cubano».

***

En las contestaciones a La Manigua surgidas en los últimos días sobresalen dos argumentos: el primero es el de la ética y el segundo es el del «fuego amigo». Con respecto al primero, cabe destacar que las conductas en el activismo alejadas de la ética no son novedad y han caracterizado al grupo desde sus inicios.

Algunos de estos métodos —como el uso de perfiles anónimos, con un discurso ofensivo hacia la oposición— se han naturalizado en el accionar político vinculado al gobierno cubano. Hasta ciertos «cibercombatientes» de esta orientación han sido entrevistados elogiosamente y citados como fuentes de información verídica en medios estatales. Mientras La Manigua empleaba formas de lucha alejadas de la ética —como las ofensas, campañas de linchamiento y actos de repudio— solo contra la oposición, el resto de las organizaciones y colectivos afines al Estado cubano no parecía alarmarse.

Entonces, quedaría como causa de la reacción actual el problema del «fuego amigo». Cabría preguntarse quién y cómo se define al amigo y al enemigo, si es viable y sostenible alimentar una corriente extremista y pretender que esta actúe eternamente de forma disciplinada, sin definir adversarios propios —más allá de los orientados—, ni utilizar para su combate los mecanismos amorales a los que está habituada.

2 marzo 2023 23 comentarios 1,3K vistas
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Autocríticas

De autocríticas, presiones y arrepentimientos forzados

por Observatorio sobre el Extremismo Político 22 febrero 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

Durante la Guerra Fría las autocríticas forzadas del estalinismo y las presiones del macartismo a las figuras públicas, para que asumieran una determinada postura, constituyeron un mecanismo de violencia política que abarcó a no pocos intelectuales y artistas. En los últimos años, al avivarse las contradicciones del Estado cubano con su vecino del norte y su oposición interna, el gobierno en la Isla y grupos opositores radicalizados en el sur de la Florida, han revivido estas prácticas como un arma de lucha.

En el presente texto se abordan momentos claves de la historia universal y cubana, en los que las autocríticas forzadas y las presiones a figuras públicas para sostener el discurso hegemónico cobraron auge. Asimismo, se exponen cuáles son las características esenciales de este relato en el contexto actual a partir de ejemplos puntuales recientes.  

***

En la extinta URSS, las autocríticas forzadas se emplearon para mostrar el poder del Estado, y a la vez, como experiencia ejemplarizante para el sector intelectual. Entre los casos más conocidos estuvieron el del teatrista Vsevolod Emílievich Meyerhold. En 1938 fue obligado a arrepentirse de su «desviación política» en un juicio, sin que por ello evitara ser fusilado en 1940. También ganó celebridad el rechazo forzado de Boris Pasternak al Premio Nobel de Literatura en 1958, tras fuertes presiones desde el Kremlin que alcanzarían incluso a sus más allegados.

En Estados Unidos se hicieron visibles varios intelectuales, censurados por sus ideas o conducidos a renegar de estas. Aquel período, donde primó la violencia simbólica y jurídica sobre figuras públicas, ha sido llamado por los historiadores «macartismo», por el protagonismo del senador Joseph McCarthy, aunque, igual que con el estalinismo, las acciones e ideologías desarrolladas, trascienden las individualidades de las figuras que las representan. Uno de los procesos más notorios fue el de «Los diez de Hollywood», grupo de cineastas condenados por el Comité de Actividades Antiamericanas.

Estos artistas no resultaron los únicos afectados. Las acciones del mencionado comité implicaron incluso a la reconocida cantante cubana Celia Cruz, a quien, según un reporte del Miami Herald, basado en un lote de documentos federales desclasificados, le sería denegada la visa en varias ocasiones desde 1952, por sus vínculos con la emisora cubana Mil Diez, perteneciente al Partido Socialista Popular. En documento de 1965, aludido en el reporte, se evidencia la toma en cuenta de su actitud «anticastrista», para permitir su regularización definitiva en los Estados Unidos.

El caso Padilla y la «parametración»

El gobierno instaurado en Cuba desde 1959, influido por la práctica soviética, ha utilizado las autocríticas forzadas con objetivos similares a los de los casos mencionados con anterioridad. El recientemente estrenado documental de Pavel Giraud que versa sobre el «Caso Padilla», acaecido en 1971, revivió el debate sobre el poeta, cuya autocrítica forzada generó gran atención internacional.

Semejante hecho tuvo lugar en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). El escritor Heberto Padilla, su protagonista, había permanecido más de 37 días detenido por presuntas «actividades contrarrevolucionarias», imputadas principalmente por el matiz crítico hacia el socialismo de la URSS de su poemario Fuera del juego —premiada por un jurado internacional y publicada por la misma UNEAC con una nota de inconformidad—, sus relaciones con intelectuales y funcionarios de otros países, y sus declaraciones a la prensa internacional.

En el encuentro, Padilla se arrepintió de sus actitudes delante de otros escritores y artistas y expuso las supuestas orientaciones «contrarrevolucionarias» de varios colegas, quienes tomaron el micrófono para reafirmar su «culpabilidad». La similitud con las prácticas estalinistas provocaría que intelectuales de izquierda como Jean Paul Sartre y Julio Cortázar, defensores de la Revolución cubana, rompieran relaciones con esta, o al menos se distanciaran temporalmente.

El tratamiento dado a Padilla se ha tomado como el referente inicial del «Quinquenio Gris», período así calificado por el ensayista cubano Ambrosio Fornet. Durante esta etapa se volvió recurrente la práctica denominada «parametración» —adoptada a partir del Primer Congreso de Educación y Cultura— que consistió en separar de sus puestos de trabajo o centros de estudio, a personas que no cumplían con los parámetros instaurados por las autoridades. Se acompañaba de una fuerte carga de estigma que les dificultaba desempeñar su labor en otros espacios.

Autocríticas de cubanos en el siglo XXI

La ausencia en el imaginario social de los cubanos de una cultura democrática, que pondere el diálogo y el respeto a la diversidad de opinión, ha propiciado que se asuma, como estrategia de lucha ideológica, la imposición autoritaria de los criterios de un grupo de poder sobre otro. Asimismo, en la contemporaneidad, los medios de comunicación del Estado y de la oposición están desempeñando un papel primordial en el escalamiento de estas autocríticas: generan miedo al convertirlas en una forma de escarmiento.

En los últimos años ha sido marcada la tendencia en los medios afiliados al gobierno cubano, principalmente en la televisión, a mostrar declaraciones de inculpación. Por lo general, son obtenidas en interrogatorios efectuados por los organismos de la Seguridad del Estado o la Policía, luego editadas y descontextualizadas.  

Bajo esta fórmula mediática ha sido utilizada contra presuntos comisores de delitos comunes, opositores que han recibido financiamiento para realizar actos violentos o vandálicos, y periodistas colaboradores de medios no estatales. Se viola, en las tres variantes, el principio de presunción de inocencia recogido en la Constitución.

Utilizar como fuente de información estas declaraciones, conseguidas en un interrogatorio o bajo presiones, ha sido objeto de denuncia por parte de los medios implicados. La publicación digital elTOQUE declaró que las «entrevistas» a sus profesionales, trasmitidas por la televisión nacional, fueron grabadas «en casas de protocolos de los Órganos de la Seguridad del Estado, después de haber sido interrogados en varias ocasiones, regulados a salir del país en su mayoría y presionados para dejar su trabajo».

Por otra parte, en el sur de la Florida se han manifestado otras formas de coacción ante las opiniones de figuras públicas. Si bien en una sociedad basada en la democracia liberal, que declara a la libertad de expresión como uno de sus paradigmas, resulta arduo identificar con claridad la intervención del Estado en la censura, el poder que ejercen varias comunidades emigradas, radicalizadas sobre los medios de comunicación e industrias culturales locales, ha provocado que no pocas figuras públicas hayan visto coartadas sus opiniones.

Se han dado casos en que algunas de estas personalidades mediáticas han tenido que disculparse —tras cancelaciones de oportunidades de trabajo— cuando se han distanciado del discurso impuesto por el llamado «exilio histórico».  

En las últimas semanas trascendió a los medios de la oposición la polémica desatada en las redes alrededor del cantante cubano residente en Miami Eduardo Antonio, compelido a borrar una fotografía que había subido a su perfil de Facebook junto a su colega Pedrito Calvo, acusado de ser cómplice del Estado cubano. La retractación estuvo acompañada de una autocrítica y la ratificación de su postura contraria al sistema político de la Isla, luego de múltiples presiones y de que fuera anulada su participación en un show producido por el influencer Alexander Otaola.

Este no ha sido el único caso en los últimos años. A partir de las coberturas realizadas por medios de la Florida o de la oposición al gobierno cubano, se identificaron al menos cinco artistas —Descemer Bueno, Osmany García, Gente de Zona, Yulién Oviedo y Pitbull— que debieron retractarse de sus criterios políticos o simplemente de acciones o palabras, como el apoyo al intercambio cultural, contrarias a la narrativa imperante en una zona de la comunidad cubanoamericana.

El patrón de «declaración-presión-disculpa» se repite con varias similitudes. Por lo general, los imputados son artistas que se presentan en espacios administrados por los cubanos en la ciudad de Miami, lo cual —a diferencia de otros como Ana de Armas, triunfadora a nivel nacional e internacional— los hace sumamente vulnerables a la presión por parte de los medios o influencers extremistas, cuya área de incidencia es la comunidad cubanoamericana.

Unido a esto, medios opositores han dado amplia cobertura al proceso y considerado la disculpa final como una victoria; por ejemplo, solo la polémica alrededor de Eduardo Antonio fue cubierta en al menos 10 sitios digitales con este enfoque.

Autocríticas

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Según la Revista Argentina de Ciencias Psicológicas, la autocrítica a nivel individual se define como «un estilo cognitivo de personalidad mediante el cual el individuo se evalúa y se juzga a sí mismo». La literatura sobre el tema considera que tiene diversos efectos, mas la mayoría de los textos coinciden en que, para ser aprovechable de forma positiva por el sujeto, debe ser un proceso libre de presiones externas.

Los daños que provoca la violencia política en sus víctimas, sumados a la ausencia de garantías y protecciones para ejercer la libre expresión —que no es libertad para discriminar— dificultan el diálogo y la toma de decisiones sobre la base de la sinceridad y el respeto. El uso del escarmiento público y el temor para intentar imponer una determinada ideología por encima de las demás, lejos de promover el consenso, legitima una doble moral que lastra cualquier aspiración de desarrollo democrático.

22 febrero 2023 32 comentarios 1,1K vistas
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espectacularización

Sobre espectacularización de la política, extremismos y espacios digitales

por Observatorio sobre el Extremismo Político 17 febrero 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En un escenario internacional, dominado por las imágenes y los espacios digitales, se difuminan las fronteras entre información y entretenimiento. Esto ha propiciado una tendencia creciente a enfoques sensacionalistas y superficiales que signan el tratamiento del contenido político.

El presente texto aborda el fenómeno de la espectacularización de la política. En este se exponen algunos fundamentos teóricos, las estrategias que sustentan este concepto y cómo se evidencian en espacios digitales que emiten contenidos relacionados con la política cubana.

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El concepto de politaiment o política pop define una tendencia dentro de la comunicación política, consistente en tratar la información, los eventos, las apariciones, la gestión y todo lo que envuelve a la política como infoentretenimiento.

Gran parte de las tesis dominantes que se han formulado para explicar este fenómeno de la política como espectáculo en las sociedades contemporáneas, toma como referentes los juicios que aparecen magistralmente esbozados en la obra seminal del pensador, cineasta y estratega francés Guy Debord La Sociedad del Espectáculo. Escrita en 1967, explica la lógica del poder en el capitalismo, que invade las esferas de la cotidianidad a través de la cultura del espectáculo como forma de dominación ideológica.

Considerado uno de los premonitores del Mayo de 68, Debord plantea que en las sociedades modernas la vida se presenta como una acumulación de espectáculos, en el sentido de que todo lo vivido se transforma en representación. Aunque el contexto en que se publica esa obra difiere un tanto del actual, las palabras de Debord encuentran eco en nuestros días: vivimos en la sociedad de las imágenes.

En la contemporaneidad la presencia de internet y un mercado cultural diverso han impuesto evidenciado y legitimado contravalores que responden a una lógica donde priman la banalidad, el mercantilismo, la instantaneidad, la fama efímera, el voyeurismo y una construcción de la realidad cada vez más centrada en el «yo» como protagonista. El ideal de las sociedades armónicas se fundamenta entonces en suprimir atisbos de luchas o contradicciones y centrarse en la búsqueda de la plenitud y la hermosura.

¿Qué ocurre en este contexto con la política?

Guy Debord ya alertaba sobre el carácter ideológico por excelencia del espectáculo, porque constituye una negación de la realidad de quienes a él se exponen.

Por tanto, en ocasiones los escenarios políticos se centran en la construcción de narrativas banales, frívolas y naturalizadas en aras de ocupar territorios simbólicos desérticos de los ciudadanos que se exponen a ellas.

Los politólogos argentinos Mario Riorda y Marcela Farrén contribuyen también a la comprensión de este fenómeno cuando asumen el concepto de homogeneización. Se expresa en la existencia de un mensaje cada vez más despolitizado, con escasa creatividad léxica y cargado de un pragmatismo extremo en busca de estilos más personalistas, donde se diluyen las fronteras entre la información, el entretenimiento y la privacidad.  

Como epicentro, el ciudadano ‒dueño y accionario de los derechos civiles para participar en una esfera pública diversa‒, donde se forma la opinión pública y necesita de medios concretos para transmitir información e influir en quienes la reciben. Sin embargo, la simplificación mediante el espectáculo de la complejidad que atañe la política, impide que los ciudadanos puedan configurar opiniones fundamentadas y parciales, y en determinados momentos toman sus decisiones políticas guiados por pulsiones emocionales.

El caso cubano en la espectacularización de la política en espacios digitales

Motivados por la irrupción de las nuevas tecnologías infocomunicativas, los espacios digitales se presentan como potenciadores de procesos de hibridación. Se difuminan las fronteras entre quienes producen y consumen los contenidos; entre lo público y lo privado; entre lo informativo y lo opinativo y, a su vez, entre lo puramente noticioso y lo que se puede considerar entretenimiento.

De este modo, muchos acontecimientos vinculados a la política, que hallan eco en la red de redes, suelen generar altas dosis de espectacularización, que en ocasiones tienen efectos decisivos en el escenario político.

Una estrategia en la que se fundamenta la espectacularización de la política consiste, principalmente, en la incorporación de aspectos de la vida privada de los políticos en los contenidos generados en los contextos digitales, dando lugar a una personalización de los mismos.

Esos rasgos inherentes a la intimidad se valen de novedosas narrativas y estéticas en busca de mostrar su lado humano y despertar emociones en las audiencias, que bien pueden ser positivas o negativas, en dependencia de factores como la intencionalidad de los emisores, los escenarios ideológicos y las experiencias de vida de cada individuo expuesto a ese contenido.

Investigaciones de los académicos españoles Andréu Casero Ripollés, Sara Ortells y Gloria Rosique, avalan que las audiencias actuales confieren mayor importancia y credibilidad a los programas de infosátira, infoentretenimiento y magazines políticos, que a los espacios informativos tradicionales o convencionales.

El escenario digital, que incluye el tema de la política cubana contemporánea en sus agendas, se caracteriza por la revelación de datos intimistas de los políticos, a través de dos estrategias diferenciadas: la revelación mediática y la autopresentación íntima.

La primera se fundamenta en la selección de detalles de la vida de los actores políticos para revelarlos públicamente, sin que estos puedan controlar lo que se va a decir. Un ejemplo concreto de esta práctica ocurrió cuando, a finales del pasado mes de octubre, María Victoria Gil, expresentadora de la televisión cubana ‒quien reside en Santa Cruz de Tenerife y es hermana de Alejandro Gil, actual ministro de Economía y Planificación de Cuba‒, concedió una polémica entrevista al canal de Youtube El Mundo de Darwin, de Darwin Santana.

Durante el diálogo, la entrevistada ofreció detalles de la vida íntima de su hermano y de otras personalidades de la cultura cubana, vinculadas al escenario político tanto de adentro como fuera de la isla.

Las declaraciones fueron replicadas, tanto por adeptos como por detractores del gobierno en la Isla, en varios espacios digitales y comentadas en espacios de YouTube, como Hola! Ota-Ola, y en las redes sociales de la propia María Victoria Gil.

Por su parte, la autopresentación íntima la realiza el mismo político al compartir algún elemento de su vida privada. Recientemente, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel envió una felicitación por el Día del Amor y la Amistad a través de su cuenta en Twitter, donde cita un texto de José Martí, que acompañó de una foto en la que aparece besando a su esposa.

espectacularizaciónMuchos aplaudieron la iniciativa y celebraron su unión matrimonial. Otros se basaron en ese contenido para construir narrativas contrarias, por medio de los ya comunes memes y burlas en las redes sociales.

Ambas estrategias tienen el propósito de humanizar a los políticos para lograr vínculos de proximidad con los ciudadanos y a su vez contribuir a la construcción de una imagen de aquellos. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo: o bien reduce la desafección de los ciudadanos hacia los políticos, o bien se logra el efecto contrario.

espectacularizaciónA las anteriores estrategias se suman otras que llevan el infoentretenimiento político a varios niveles. Pueden citarse las que emplean algunos influencers en las redes sociales, que si bien surgieron como propuestas alternativas para abordar contenidos vinculados al mundo de la farándula, también incluyen temas con detalles de la vida privada de los políticos, o desatan polémicas con otros actores del escenario digital o farandulero con trasfondo político.

En el caso cubano destaca la presencia en el escenario digital de medios de comunicación que se oponen al gobierno, y vinculan temas de farándula con contenidos de noticias sobre política. Ellos no necesariamente responden a estándares de relevancia, pero en ocasiones exponen detalles íntimos no solo de las figuras del escenario político, sino también de algunos de sus familiares, vinculándolos en su mayoría al mundo de la farándula y el entretenimiento.

Ejemplo claro de ello es el canal de Youtube Alain Paparazzi, donde se mezcla contenido de entretenimiento ‒generalmente polémicas que conciernen a artistas cubanos‒, con noticias y criterios de corte político, asociadas a un activismo opositor. Desde la misma identidad del canal se descarta cualquier pretensión de asumirse como un espacio serio de análisis político al autodenominarse con un término empleado para describir a un «Fotógrafo de prensa que se dedica a hacer fotografías a los famosos sin su permiso», vinculado a la llamada «prensa rosa».

espectacularizaciónOtro espacio digital que sigue esta tendencia es el portal de noticias CiberCuba, que mezcla artículos de opinión política, noticias de la cotidianeidad en la Isla, acercamientos a la vida de los políticos cubanos, con otros de tendencia anecdótica sobre figuras de la farándula cubana e internacional.

Esto hace que en su portada puedan convivir artículos con titulares como «Imaray Ulloa, Señorita Dayana y Heydy González: Sus looks de invitada en la boda de Eduardo Antonio», cuyo contenido es el de una clásica crónica social, con otro como «Se acabaron los guapos en Yateras», un texto de opinión sobre el papel del Grupo Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (GAESA, S.A.)  en la economía cubana.

La estrategia de juntar la política con el espectáculo también ha sido empleada, de forma más reciente, por partidarios del gobierno cubano. Si bien el rechazo por la llamada «prensa rosa» ha sido una máxima que ha signado al periodismo afiliado al Estado cubano, en los últimos años han surgido espacios que combinan los medios tradicionales y las redes sociales con otras formas lúdicas del espectáculo político para promover una agenda en defensa al sistema cubano, en estrecho vínculo con organizaciones estatales.

Ejemplo de esto son los proyectos «El Necio» o «Con Filo», que se reconocen como proyectos mediáticos para el análisis de los sucesos políticos de la realidad cubana. Por lo general mantienen una línea altamente confrontativa con la oposición y una agenda de marcada propaganda a favor del gobierno cubano. Unidos a su activismo en redes y la participación en medios estatales, promueven espacios recreativos a los que le llaman «peñas» con elementos recreativos como música bailable o bebidas alcohólicas a precios subsidiados. Esto se asume como estrategia para ampliar sus públicos en un espacio recreativo en el que introducen el relato político-ideológico.

Por otro lado, el portal digital Cubadebate ha incluido secciones como «Desde las redes», en la que reproduce contenido tomado desde estos espacios digitales, con un enfoque más informal y sin una intervención directa o comentario crítico por parte del medio. En ocasiones, su contenido ha traído cuestionamientos al abordar problemáticas complejas como la censura o las protestas ciudadanas, desde la superficialidad de un post en Facebook, pero que se legitima al publicarse en un medio estatal.   

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El discurso político no escapa del régimen de la representación, y el escenario de la política contemporánea internacional se encamina cada vez más a la autopresentación íntima, bajo la responsabilidad del propio político.

En consecuencia, ello abre el camino para que su vida y la de otros resulte expuesta a través de la revelación mediática, pues la curiosidad y la necesidad de revelar otros detalles que aporten o no al ejercicio de la democracia, encuentran eco en determinados espacios digitales. La lucha por las audiencias se convierte en un terreno peliagudo en el que cada espacio mediatizado —ya sea un proyecto tradicional, un portal digital o un influencer— prueban diversas estrategias que buscan amplificar el relato más allá de sus públicos cautivos.

Sin embargo, con la puesta en práctica de la espectacularización de la política, en cualquiera de sus variantes, se corre el riesgo de perder credibilidad al asumir prácticas sensacionalistas y de predominio de las emociones. Además, puede llevar a sustituir valores políticos por morales, lo que potencia una ciudadanía cuya toma de decisiones y apoyos a los espectros políticos estará cada vez más alejada de decisiones racionales y motivada por el relato más atractivo.

17 febrero 2023 27 comentarios 1,1K vistas
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Comunidades emigradas

Comunidades emigradas y Estado cubano: la cuerda que se tensa

por Observatorio sobre el Extremismo Político 8 febrero 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

La relación del Estado cubano con la emigración, aunque ha variado  con el paso del tiempo, está marcada por tensiones no resueltas. El presente texto expone los factores que signaron los vínculos del Estado cubano con la diáspora luego de 1959, resume las principales demandas y áreas de contradicción de estas comunidades en la actualidad; y analiza el accionar de grupos extremistas y su relación con partidos u organizaciones políticas extranjeras.  

Migración y Estado cubano, entre tensiones y distensiones

La migración cubana a partir de 1959 ha mantenido distintas relaciones con el Estado. En 1961, bajo la justificación de reducir el abandono ilegal del país y evitar la llegada de mercenarios y terroristas, el Gobierno Revolucionario estableció fuertes restricciones a la entrada y salida de la Isla, que incluyeron permisos especiales en ambos casos y la confiscación de bienes a quienes dejaran definitivamente el territorio nacional o permanecieran en el exterior  más tiempo del acordado con las autoridades.

Asimismo, durante los primeros años de la Revolución, los cubanos que decidían emigrar eran presentados como apátridas por el discurso oficial. En 1977, bajo el gobierno del presidente estadounidense James Carter, arribó a Cuba la Brigada Antonio Maceo, compuesta por jóvenes cubanoamericanos, lo que dio inicio a posteriores conversaciones con la emigración.

Sin embargo, a partir de los años 80, con los sucesos en la Embajada de Perú, se agravaron las tensiones entre el Estado cubano y la comunidad de emigrados. Fidel Castro pronunció el conocido discurso en el que subrayó: «Quien no tenga genes revolucionarios […] no lo necesitamos». A la par,  organizaciones aliadas al gobierno cubano promovieron y ejecutaron actos violentos de repudio contra quienes pretendían abandonar de manera definitiva el país.

Aunque en las décadas siguientes ocurrieron diálogos puntuales con las comunidades emigradas, fue a partir de 2012 cuando se produjo un notorio giro en el enfoque oficial en relación con este fenómeno. Durante la ceremonia de despedida del Papa Benedicto XVI, de visita en la nación antillana, el entonces presidente Raúl Castro afirmó que su administración estaba realizando «prolongados esfuerzos hacia la normalización plena de las relaciones de Cuba con su emigración que siente amor por la Patria y por sus familias».

Comunidades emigradas

Raúl Castro dijo al Papa que su administración estaba realizando «prolongados esfuerzos hacia la normalización plena de las relaciones de Cuba con su emigración». (Foto: El País)

El gobierno modificó los requisitos de entrada para los nacionales residentes en el exterior, con la única exigencia de poseer pasaporte cubano vigente, incluso para los que habían salido de manera ilegal del país. También permitió que quienes lo abandonaran definitivamente pudieran traspasar sus propiedades a familiares, en lugar de ser expropiadas por el Estado como ocurría anteriormente.

Las condiciones en las que emigraron los primeros grupos a inicios de la Revolución —con hostilidad por parte del gobierno cubano y la imposibilidad de regresar a su tierra—, les valieron la etiqueta de «comunidad exiliada», beneficiada en el caso de Estados Unidos por la Ley de Ajuste Cubano, que les facilita a los migrantes procedentes de la Isla regularizar su estatus de manera más expedita en comparación con homólogos de otras latitudes. Si logran convertirse en ciudadanos, tendrían derecho al voto y a acceder a cargos públicos, pudiendo así incidir en la política norteña.

A pesar de que hoy las regulaciones cubanas tanto de entrada como de salida del país permiten un flujo migratorio mucho más organizado y con respeto a los derechos de movilidad, han sido documentadas violaciones de estos derechos a ciudadanos por razones políticas, así como presiones de la Seguridad del Estado a activistas opositores para forzar su abandono del territorio nacional. Este hecho genera rechazo por parte de grupos emigrados y contribuye a su radicalización en contra del Estado.

Demandas y opiniones actuales de las comunidades emigradas

Aun con las distensiones ocurridas principalmente bajo la presidencia de Barack Obama, en la actualidad persisten elementos de fricción entre el gobierno de la Isla y las comunidades emigradas, principalmente en Estados Unidos. Un estudio publicado en la Revista de Sociología y Ciencias Sociales Controversias y Concurrencias Latinoamericanas (2021), basado en análisis de tuits de tres cuentas pertenecientes a grupos de activistas emigrados (No Somos Desertores, Puentes de Amor y 23yFlager) delimitó motivos de demandas y tensiones como:

  • Regulaciones migratorias del gobierno —vencimiento del pasaporte y obligación de entrar al país para no perder la residencia y las propiedades.
  • Prohibiciones de entrada a los profesionales que hubieranabandonado misiones oficiales, principalmente médicos.
  • Imposibilidad de participación plena en la vida política y económica de la Isla. Aunque el estudio no ahonda eneste punto, se puede inducir que se refiere a la posibilidad de invertir de forma directa y votar desde la distancia en procesos electorales nacionales.

La investigación señala cómo dichas comunidades de emigrados se han organizado para exigir cambios en su país receptor que pudieran favorecer la situación de sus familiares en la Isla, como el fin de las sanciones de Estados Unidos o la reanudación de los servicios consulares de la embajada de Washington en La Habana, congelados por la administración Trump y retomados de manera parcial por su sucesor Joe Biden.

Por su parte, la más reciente encuesta aplicada por la Universidad Internacional de la Florida indicó que hay una ligera mayoría de cubanos que apoyan la continuidad del «embargo» hacia Cuba. De igual manera, consideran que el gobierno del país caribeño es una amenaza para los Estados Unidos y apuntan la necesidad de presionar a la Isla para un cambio de régimen.

Comunidades emigradas

(Foto: Miami Herald)

En contraste, reconocen que las medidas unilaterales coercitivas no han tenido el efecto esperado y no se muestran en desacuerdo con que el gobierno norteamericano permita la venta de alimentos y medicinas a la Mayor de las Antillas.

Si bien las opiniones antes mencionadas se inclinan hacia la defensa de la hostilidad en las relaciones bilaterales, la encuesta también deja ver que la migración cubana es diversa, por lo cual no puede hablarse de una única comunidad, sino de distintos grupos o comunidades con intereses políticos y opiniones muy variados.

Comunidades emigradas extremistas

En diferentes momentos del período revolucionario se llevaron a cabo actos terroristas organizados por grupos de emigrados con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana. Entre los más repudiados figura el atentado contra un avión en el que viajaba una delegación de deportistas cubanos en 1976, conocido como el crimen de Barbados. También pueden mencionarse las bombas detonadas en los años noventa en instalaciones turísticas como el Hotel Copacabana, hecho que dejó varios heridos y un muerto, además de daños materiales.

Precisamente, una de las organizaciones de extrema derecha integrada por cubanos en Estados Unidos es la Fundación Nacional Cubanoamericana. La entidad declara como objetivo político promover un cambio de sistema en la Isla y asiste a varios grupos opositores. Expresa que para este fin solo legitima vías no violentas, sin embargo, autoridades cubanas han relacionado a su líder, Jorge Mas Canosa, como financista de varios de los actos terroristas perpetrados por Luis Posada Carriles. La veracidad de estas afirmaciones sigue en discusión, no obstante, el propio Posada Carriles reconoció en The New York Times que había recibido el apoyo de dicha fundación.

A partir de los años 2000 los atentados mermaron, empero, aunque el extremismo violento solo se ha ha hecho notar en episodios escasos, como el ataque a la Embajada cubana en Washington en 2020, este ha mutado hacia otras formas de activismo político que implica la presión para no flexibilizar las medidas unilaterales coercitivas y frenar cualquier acercamiento de Cuba con países receptores de sus nacionales.

En los últimos años llama la atención el vínculo de estos grupos de activistas opositores emigrados con políticos de extrema derecha, incluso con una retórica antinmigrante como la enarbolada por Donald Trump en Estados Unidos o Rocío Monasterio en España —esta última de origen cubano.

Comunidades emigradas

Rocío Monasterio, de Vox, muestra su pasaporte cubano en un mitin en Madrid.
(Foto: Víctor Sainz / Europa Press)

Una de las razones que podrían explicar la simpatía generada por esas figuras en la comunidad de emigrados es su discurso a favor de la promoción de la libertad y los derechos humanos en la Isla, aunque sus propuestas para ello impliquen, paradójicamente, restricciones económicas que afectan a los residentes cubanos.

Dichas comunidades radicalizadas hacia la derecha no solo han constituido apoyo a una política hostil hacia su país de origen, sino que, además, se han convertido en importantes antagonistas de cualquier voluntad o movimiento a favor de cambiarla. Esta actitud ha sido visible en las reacciones a las últimas distensiones de la administración Biden o los enfrentamientos violentos con las caravanas que en Estados Unidos piden el fin de las sanciones.

Otra evidencia de la capacidad de organización y gestión de estos grupos fueron las manifestaciones en Londres con el propósito de presionar a la justicia británica para que emitiera un veredicto en contra del gobierno cubano durante el juicio en el que este se enfrenta a la empresa financiera CRF 1 Ltd. La pretensión desconoce o minimiza los efectos nocivos que pudiera traer sobre la ciudadanía cubana un embargo internacional, sumado a la profunda crisis económica que ya enfrenta la Isla.

***

La relación entre un Estado y su emigración es un factor esencial para impulsar un desarrollo democrático basado en el diálogo y la inclusión. La polarización visible en parte de la diáspora cubana se origina en un precedente histórico de confrontación, la ausencia de un clima propicio en Cuba para ejercer el disenso, y el apoyo de movimientos políticos de extrema derecha que ven en estas comunidades radicalizadas una oportunidad para impulsar una agenda injerencista.

Cualquier promoción de un desarrollo democrático en la Isla debe partir de un diálogo que reconozca tanto la soberanía del Estado cubano como el derecho de los cubanos, donde quiera que estén, a expresar de forma respetuosa y pacífica sus inconformidades con la política estatal.

8 febrero 2023 32 comentarios 1,6K vistas
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