Amanecer en el Malecón Habanero es una dicha que tenemos los cubanos. Esa zona que antes era una costa de agudos arrecifes y un fiero monte, hoy es un muro de cemento desnudo, mezcla de sencillez y grandeza que distingue el litoral norte de la capital cubana. Tal vez el hombre que puso la primera piedra en 1901, no sospechó que el muro se extendería siete mil metros y, menos aún, que sería el mejor punto de encuentro entre los cubanos y el amanecer.
Junto al mar, sobre el muro de concreto, amanecen los enamorados con sus besos húmedos y sus abrazos prolongados. Amanece la vendedora de peluches y flores de cristal, símbolos naif de las citas de malecón. Amanecen también los barcos atravesando el mar: los grandes buques que llegan del “más allá” cargados de algún producto necesario y las pequeñas naves de poliespuma con sus redes y sus carnadas.
Cerca de la calle Príncipe, casi imperceptible, amanece la virgencita empotrada en un arrecife, bañada por el perenne brillo de la espuma y nos recuerda la diáspora y la fe de los cubanos. Amanecen las queratinas y las pasas revueltas, los que discuten de pelota, los que componen Jazz, los que reparan carros, los amantes de Carpentier y Lezama. Amanecen los silviopablenses con sus guitarras de cuerdas inventadas y sus utopías casi intactas.
A lo largo de todo el muro amanecen los rasta, los frikis, los repa, los emos, los miki, los cheos, los cutres, los hombres lobo, los pro y los contra, todos de frente al mar, deslumbrados con el nacimiento del sol. Amanecen los travestis con su energía desbordada y sus espectaculares pullas de último modelo, haciendo honor, sin saberlo, a un ensayo de Severo Sarduy. Como en otro delirio de malecón, amanecen los locos arquitectos que se empeñan en mediciones y cálculos para hacer, por fin, el famoso puente.
Amanecen las ofrendas a Yemayá flotando en el mar y las plegarias flotando en el viento. El borracho harapiento y sucio con la caneca mágica que lo transporta a la felicidad también está ahí frente al sol que se levanta imponente, como una verdad. Amanecen los pescadores, erguidos frente al mar, con sus largas varas artesanales y esperan, pacientes, el milagro del pez una vez más.
En esas tempranas horas también aparecen por allí los que corren cada mañana antes de ir al trabajo para eliminar la celulitis o el estrés. Libres de celulitis y estrés amanecen las putas cansadas después del trabajo, con sus labios despintados y sus ojos de insólito brillo.
Se pasean alegres mientras surge el día, los perros de raza que llevan a sus dueños a tomar el sol. Amanece el hombre meditabundo y misterioso que susurra poemas a las olas y el músico que en su sombrero guarda los menudos de la noche, el pago injusto por su variado repertorio: Joaquín Sabina, Luis Alberto Spinetta, Tony Ávila, La Fórmula V, Ignacio Piñeiro y “Fui paloma por querer ser gavilán”.
Amanece el señor que barre la calle, testigo silencioso de la noche de ayer, coleccionista de maravillas de malecón: cucuruchos de maní, vidrios multicolores, algún anillo perdido, un coco, el tacón de una pulla de último modelo, una cuerda de guitarra, una pluma de paloma pinta, rositas de maíz, el quilito de la suerte…
Amanecemos tú y yo reconquistando la inocencia. Amanece, cada día, sobre el cemento desnudo, un pedacito de esta Isla que le cuenta sus secretos al mar.
13 comentarios
Isabel o Cristina ,o mejor ,los dos .Me gusto !.Creo que lo que me hizo sentir ,ademas de nostalgia , fue ternura . Muchas gracias por su regalo !
Rectifico: amanecen los habaneros, nueve millones de cubanos en la mayor de las Antillas y casi otros dos incluidos descendientes; lo hacemos en otros lugares del archipiélago menos ilustres tal vez pero con igual mística y los de afuera tal vez en lugares de más caché o mas mediáticos que el malecón pero son a préstamo porque no son ni serán suyos.
A Head ¿nueve millones de cubanos en la Mayor de las Antillas? caramba, se me han perdido más de dos millones de personas…
Tatu
Tatú con diferencias en la forma, en el contenido Ud y yo casi siempre estamos del mismo lado de la calle. Once millones y fracción de cubanos vivimos en el archipiélago, de ellos dos y algo en La Habana. ¿Los que no vivimos allí cuantos somos? Esos son los nueve a los cuales me refiero. No me hagas decir: Creo que este mozo no está muy empollado en las matemáticas, Un saludo de irreverente y eterno insurrecto inconforme.
A Head debe ser que leí mal lo de los 9 millones.
Saludos
Tatu
Bellísima letra
Los desechos de basura hablan por si solos, miren la foto. También el deterioro que tiene el malecón es triste. Recordar que no todos los cubanos pueden amanecer en el malecón, la habana no es para todos los cubanos, y más si eres de piel oscura como yo, te deportan si eres palestino, otro terminó discriminatorio existente en la Cuba revolucionaria de hoy en día. Si eres de piel oscura tienes mayor posibilidad de que la policia te detenga y te pida el CI. Si no eres de la habana estas en problemas.
En general buen artículo.
Dr. Delgado lo que dices de la policía y las personas de raza negra es criticable, por supuesto que abundan los prejuicios, pero bueno, no es como otros lados donde primero dan los tiros y luego preguntan. Vaya lo digo para poner las cosas en contexto.
Tatu
Si Tatu, pongamos las cosas en contexto, el tema es Cuba, y el malecón. Evitemos criticar otras situaciones que se van del tema. Empecemos por dar nosotros el ejemplo 😁
Apropósito vi bastante consumo de alcohol y tabaco en el area del malecón en horas nocturnas durante mi última visita. La mayoría de los infractores me parecieron adolescentes y jóvenes. Una lastima que las autoridades permitan la venta a menores y que nuestro malecón habanero se use para actividades de este tipo. El monumento a los fallecidos en el Maine es un claro ejemplo de descuido, vandalismo, indisciplina social, suciesa, hasta usado como baño público. Una total falta de respeto y vergüenza.
Ni hablar de los servicios sexuales en esa área y el acoso a turistas.
Dr. Delgado hablemos de Cuba pero hablemos de otros lugares también. EL problema es que el hipócrita aquí está al pecho y entonces vienen a criticar cosas de Cuba que en otros países “democráticos” son mucho peores. Por eso hay que hablar de otros lugares también.
Tatu
Bueno si, estoy de acuerdo con lo que dices sobre los hipócritas y yo añadiría los de doble y hasta triple moral.
Casi tengo que buscar una lupa para encontrar la basura Dr. Delgado. Mira que de esa preciosidad de foto… enfocarse solo en los pixeles que asemejan basura… compadre. Todos los cubanos pueden amanecer en el malecón, lo he hecho infinidad de veces, y no soy habanero. Y mira que hablar de los derechos de los personas de color oscura… compadre, si aquí es donde más se respetan los derechos de las personas de piel oscura. Fijate que casi todos los policias son de esa tonalidad… Cada vez que escucho a alguien que me habla de racismo en la etapa revolucionaria… Antes de 1959 en este pais, un negro valía menos que un perro…. Mi hermano es estudiante universitario, blanco, rubio, y siempre la policia le pide el carnet de identidad… a él no le ha funcionado las probabilidades de usted…. El deterioro que usted ve es ocasionado por la erosión de las olas, si bien este no se aprecia en toda su extensión… pues se ha invertido bastante en su rehabilitación.. Las autoridades no venden bebidas alcoholicas a los menores, siempre en esos grupos hay alguien mayor de 18 años que se las agencia para proveer… el monumento al Maine… me pregunto por que todavía sigue ahí… si bien es cierto que es necesario proveer de baños publicos a la zona… ese sería un buen emplazamiento. Hay muchos problemas en este país…. Pero el malecón sigue siendo el lugar bueno, bonito y barato a donde salir con los socios y las novias y llevarse a la memoria bonitos recuerdos…
PD. para los que tienen socios y novias (os).. los que no… y si lo prefieren…pueden dedicarse a ver el lado oscuro del malecón…
NEO: En la Cuba de antes de 1959 habia racismo, pero no exageremos. que no era como en los USA de aquel entonces ni de lejos. Eso de que un negro valía menos que un perro está un poco exagerado.
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