Quien se acerque a las redes sociales y medios digitales, constatará que en Cuba existen temas recurrentes que evidencian los senderos del debate de la sociedad civil: la discriminación racial, reivindicaciones feministas, la lucha de la comunidad LGBTI por sus derechos, proyectos artísticos contestatarios, la protección animal o medioambiental. Unos confluyen, otros marchan separados, y, en su totalidad, podrían ser definidos convencionalmente como una agenda pública, aunque carezcan del carácter organizado y de la planeación conjunta que el término requeriría.
El gobierno cubano percibe estas demandas, y especialmente el activismo que ellas generan, como injertos de instancias externas comprometidas en la subversión para un cambio de régimen.[1] No es ilógico pensar que las inconformidades en dichos temas puedan fomentar discrepancias políticas internas; sin embargo, absolutizar esa tesis no permite explicar la popularidad de que gozan hoy estos movimientos. Para hacerlo se deberán tener en cuenta dos aspectos fundamentales: 1) el gran desfase de Cuba respecto a estos asuntos, que tiene su raíz en los años finales de la década del sesenta y 2) que la reemergencia en cuestión data de los noventa, tras la caída del socialismo y motivada por los conflictos económicos e ideológicos resultantes. El hecho de que su visibilidad actual se explique por el mayor acceso a internet y a las redes sociales no puede confundirnos. ¿Cuándo se perdió el camino? ¿Cuándo volvieron a actualizarse estos sensibles temas? A responder tales interrogantes se encamina el presente artículo, que no pretende caracterizar los múltiples movimientos, proyectos, activistas o plataformas existentes en el ecosistema mediático digital.
El desfase
A fines de los sesenta, el mundo se hacía eco de la Revolución Cultural.[2] El mayo francés del 68 encabezó un movimiento contra todo tipo de autoritarismos y jerarquías: familiares, sociales, artísticas y educativas. Los jóvenes desafiaban los valores de sus padres y se oponían a una sociedad encorsetada y convencional. Criticaban el elitismo, la burocracia, la moral burguesa, el marxismo soviético, el Estado y el militarismo.
Estos movimientos, juveniles y contraculturales, se atomizaron en múltiples grupos, representantes de aristas sociales que a veces se entrecruzaban: pacifistas, feministas, homosexuales, ecologistas, diferentes tendencias del arte moderno; en Checoslovaquia, incluso, se abogaba por “un socialismo con rostro humano”.
Encauzadas hacia lo cultural e ideológico, el escenario de estas luchas eran las calles, aulas y campus universitarios, conciertos y acampadas. El movimiento tuvo resonancia en todos los continentes y países, aunque no por igual, y su fracaso relativo no menoscabó el impulso que dieron en los años subsiguientes a la causa del feminismo, a las luchas por los derechos de las minorías y los grupos raciales inferiorizados históricamente, y al ecologismo primitivo.
Tales hechos coincidieron en Cuba con un período de radicalización del socialismo. La Revolución logró un consenso popular con medidas de gran aceptación: acceso igualitario y libre a la educación, niveles básicos de nutrición, un sistema de salud pública impensable para un país del tercer mundo y diversas opciones culturales.
En la misma medida en que se beneficiaba a la mayoría, se requería de ella incondicionalidad. La unanimidad fue tallada como un monumento, sobre todo a partir del 65, fecha en que se proclama como Partido al PCC. El control temprano de la prensa por el gobierno permitió tutelar la opinión pública.
La aspiración de construir una sociedad comunista tomó fuerza en 1968 con la Ofensiva revolucionaria, que liquidó a la pequeña —y pequeñísima— propiedad privada; decisión que tardaría décadas en ser reconsiderada y que nunca ha sido admitida como errónea.
En terreno artístico, se suscitó la polémica por el poemario Fuera de Juego, de Heberto Padilla, y por la obra de teatro Los siete contra Tebas, de Antón Arrufat; síntoma significativo de la dirección que tomaba la política cultural, controlada por el aparato ideológico, lo que llegaría a su máxima expresión tres años después con los acuerdos del Primer Congreso de Educación y Cultura.
Fue interesante la apropiación simbólica del centenario del inicio de las guerras por la independencia. La Revolución se dictaminó como proceso único, con génesis en 1868 pero que incluía intrínsecamente al socialismo, del cual 1968 era un hito. Esta es la idea que transmite la cubierta de la revista Verde Olivo correspondiente al 7 de abril del 68, aun antes del conocido discurso de Fidel del 10 octubre en que proclama dicha tesis.

Revista Verde Olivo
A medida que se constreñían los límites de lo que se entendía como revolucionario, se fue reduciendo la sociedad civil. En ello incidió obviamente la prohibición de asociaciones que no fueran las autorizadas por el gobierno.
Al tiempo que la Revolución Cultural protagonizaba el acontecer mundial, con su oposición a la burocracia, los verticalismos, la tradición y el autoritarismo; en Cuba se fortalecía un discurso que era su antítesis, ya que satanizaba todo lo que se apartara de la norma. En aquella etapa fuimos, más que nunca, una isla.[3]
Se pensó utópicamente que el racismo se abolía por las políticas igualitarias que se aplicaron desde el inicio, y que ciertamente favorecieron a las personas negras y mestizas como parte de beneficios comunes. No era tampoco un buen momento para el feminismo o para los homosexuales. En realidad, no lo era para nadie que intentara particularizar en algún componente del cuerpo social. Coexistíamos como una gigantesca mayoría. La predilección por una sociedad monolítica, estandarizada y obediente se observa en las siguientes caricaturas:[4]

«La musa snob»

«Los vagos»

«Los extravagantes»
La primera, «Musa snob», deja claro a nivel de texto que lo diferente no es bueno; idea reforzada en la imagen, pues advertimos que el defensor de la polémica, entiéndase crítica, viste informal, lleva melena y se muestra desenfadado. Su actitud contrasta con la atildada figura de cuello y corbata y pelo muy corto que se encuentra (¿casualidad?) a la izquierda, leyendo un libro de historia. Este mira asombrado, molesto, y solo lee.
La segunda, «Los vagos», presenta una imagen estandarizada del pueblo. Ocupan el cuadro personas semejantes, que visten del mismo modo, parecen un ejército y sonríen. No hay espacio para el único que se aprecia diferente.
En la tercera, «Los extravagantes», un trabajador vuelve la espalda a figuras de pelo largo, vestuario diferente y que disfrutan de la música y el idioma inglés. Ellas representan lo ajeno y son observadas con beneplácito por el imperialismo. Son antagónicas a la nación, según indica una bandera a punto de ser incinerada.
Estas caricaturas no hacían más que confirmar/reafirmar la política de intolerancia que se aplicaba ya. Desde 1965 —y hasta el 68—, funcionaron las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), campamentos ubicados en la provincia de Camagüey, donde eran confinados hombres considerados fuera de la norma revolucionaria: homosexuales, religiosos, presos comunes, jóvenes melenudos y amantes del rock. Testimonios de aquellos, o de sus familias,[5] permiten constatar que allí se utilizaron, con fines reeducativos, desde presiones psicológicas hasta torturas físicas. Jamás alguien se ha responsabilizado por ello ni se ha pedido disculpas a los afectados.
El artículo «Primavera de Praga-Verano en La Habana», permite que develemos aspectos de aquel período reflejados en la prensa.[6] Además de la Ofensiva Revolucionaria, eran noticias, internamente, el cordón cafetalero alrededor de La Habana y la preparación de condiciones para producir, dos años después, diez millones de toneladas de azúcar que permitirían obtener el capital para industrializarnos. En cuanto a las noticias externas, se enfatizaba en las luchas de los afroamericanos por sus derechos —contrastándolas con los logros en la Isla—, y en la condena a la guerra en Vietnam. Gran protagonismo noticioso tuvo el reflejo de la vida cotidiana en los países socialistas, desde la moda hasta el uso del tiempo libre, así como sus logros políticos y económicos.
La del sesenta es una década a la que deberemos volver constantemente para hablar de caminos perdidos en terreno económico, político e ideológico. En ella se intentó un proyecto socialista nacional —que recepcionó temprano una ideología dogmática, pero confrontada aún por tendencias críticas de izquierda—, el cual fracasó por enormes errores, agravados con terribles presiones externas.
Como consecuencia del fracaso de la zafra del setenta, se asumió un modelo de socialismo administrativa e ideo-políticamente similar al soviético. Serían definitivos la unanimidad, la intransigencia a las diferencias y el culto al dogmatismo.
La consigna de formar al «hombre nuevo» fue aspiración del sistema educativo, que reprodujo la intolerancia gracias a un modelo conductista y autoritario; por su parte, el Quinquenio Gris, 1971-1976, se caracterizó por el dogmatismo en la esfera cultural, la limitación a la libertad intelectual y la entronización del realismo socialista como método de creación.
Los homosexuales y religiosos fueron discriminados y no podían laborar en sectores como el magisterio, la cultura o las relaciones públicas. Tras la creación del Ministerio de Cultura, en 1976, se subsanaron algunas arbitrariedades; no obstante, en el sector educativo todavía a principio de los 80 ser amanerado podía costar el puesto o la posibilidad de estudio. Será en 1988, con la creación del Centro Nacional de Educación Sexual, que se actualice el estudio de la sexualidad y se promueva el respeto a la diferencia.
En el ámbito femenino, a pesar de los muchos beneficios que el proceso revolucionario dispensara —becas, empleos, apoyo para la crianza de los hijos, igualdad salarial, etc.—, las nuestras se fueron rezagando en conceptos y discursos, y no disponían de las herramientas teóricas de género, lo que permitió ocultar graves problemas como el maltrato psicológico, físico y hasta el femenicidio, disfrazado bajo el eufemismo de «crímenes pasionales». El éxodo del Mariel dejó muchos hogares a cargo de una mujer, situación que se fortaleció posteriormente motivada por altos índices de divorcialidad.
Respecto al tema racial, era tal la carencia de investigaciones y debates, que el politólogo Jorge Domínguez lo denominó un «no-tema» en los estudios cubanos.[7]
Fin de la utopía, pero no de la historia
En el invierno del 91, la URSS presenció cómo concluían 74 años de socialismo, y no con final feliz. El resto del bloque socialista la había precedido. Cuba, que dependía económicamente de ellos, dejó de recibir petróleo, perdió su mayor comprador de azúcar, el 85 % de sus intercambios comerciales y el suministro de tecnologías. La crisis fue brutal. Se le denominó Período especial, apelativo noble para lo que se vivió.
Hubo sectores más vulnerables porque no se relacionaban con ninguna de las nuevas fuentes de ingreso: turismo, pequeños negocios, remesas. Los niveles de pobreza y las desigualdades aumentaron. Ya no éramos el grupo homogenizado y sonriente que mostraba la caricatura. La apertura de la carrera de Sociología en esos años evidenció la preocupación del gobierno.
Entre los desfavorecidos estaban las personas negras, que tienen una desventaja histórica pues no poseen, salvo excepciones, patrimonio de larga data, grandes y lujosas mansiones u otras propiedades que pudieran poner en función de un negocio. Ellas sufrieron obstáculos racistas para acceder al sector privado, con empleos mejor remunerados.
El historiador Alejandro de la Fuente llama la atención sobre un dato significativo del pasado año: mientras el 58 % de los blancos tiene ingresos inferiores a los 3000 dólares anuales, entre los negros esa proporción alcanza el 95 %. A ello se suma que reciben una parte limitada de las remesas familiares.[8]
En los noventa, el no-tema se convertirá en tópico pertinente y permite articular un movimiento que incluyó a intelectuales, cineastas, artistas y músicos, y más recientemente a blogueros, periodistas independientes, activistas y promotores culturales negros.[9]
Otro grupo vulnerable fueron las mujeres. A inicios de los noventa, surgió Magín, organización feminista pionera obligada a desactivarse en 1996 por la intolerancia de las autoridades políticas. En Magín. Tiempo de contar esta historia, libro del 2015 coordinado por Daisy Rubiera y Sonnia Moro, se cuenta:
Se vivían entonces los peores años de la crisis económica […] muchas abandonaban el empleo y regresaban al hogar; algunas postergaban para nunca el deseo de tener un hijo; no pocas sacaban fuerza y creatividad de donde no había para, casi en acto de magia e inventiva, sostener la higiene, la salud y la vida de su núcleo familiar; unas emigraban, otras se quedaban, algunas se prostituían y la gran mayoría resistía el golpe de la crisis para sí y para los suyos. Cuba casi toda se movía en bicicleta, fabricaba sus jabones, innovaba en fórmulas culinarias, hacía malabares entre alumbrones de luz eléctrica y vivía con lo mínimo.
Las mujeres tienden a experimentar las consecuencias de las crisis con mayor rapidez y a beneficiarse más lentamente de la recuperación; como fundamenta un estudio de la investigadora y activista Ailynn Torres Santana en OnCuba.[10] Sin embargo, la FMC, organización femenina —no feminista— priorizaba la defensa de las conquistas revolucionarias a través de la unidad férrea de los cubanos, actitud que invisibilizaba las necesidades y aspiraciones específicas de las féminas. La desactivación de Magín interrumpió por unos años la experiencia feminista, que tendrá continuadoras en épocas recientes porque las problemáticas se agudizaron mucho más al ser descuidadas.
En la actualidad, se nos deben, entre muchas más, una ley de protección con enfoque de género, leyes que permitan el matrimonio igualitario, leyes de protección animal… El pasado marzo fue creada una Comisión Gubernamental para conducir el Programa Nacional Contra el Racismo y la Discriminación Racial, pero las acciones concretas no se conocen aún.
La tardía llegada de internet a Cuba coincidió con un panorama en el cual la deuda acumulada en estas materias era suficiente de sí como para que no tengamos que culpar a agentes externos. Vivimos hoy nuestra revolución cultural, que por retrasada no deja de ser enérgica, e igual que ocurrió en los sesenta, se produce fuera de las instituciones tradicionales de participación política y social, partidos o sindicatos, que por demás en Cuba son formales y perdieron su liderazgo.
Ahora las redes sociales y medios alternativos, con sus luces y sombras, se erigen en plataforma de reivindicación de derechos, son una alternativa a la sociedad civil atada por prohibiciones y permiten visibilizar las múltiples carencias. El camino perdido en esos temas hace 52 años se recorre hoy, pero la velocidad de la carrera es supersónica pues la era digital implica inmediatez.
Ante nosotros queda un reto: la comprensión de que la lucha por los derechos de los sectores y minorías sociales debe ir a la par de presiones por transformaciones políticas que conduzcan a una democratización del socialismo y una participación ciudadana; pero su análisis excede este espacio.
Alina B. López Hernández es profesora, ensayista y editora. Doctora en Ciencias Filosóficas y Miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba. Sus artículos y ensayos han aparecido en revistas cubanas y extranjeras. Es autora de los libros Segundas lecturas: intelectualidad, política y cultura en la república burguesa, Ediciones Matanzas, 2013 y 2015, (Premio Anual de Investigación Cultural 2014) y El (des)conocido Juan Marinello. Estudio de su pensamiento político, Ediciones Matanzas, 2014, (Reconocimiento especial de la crítica científica 2015). Entre los premios que ha recibido se encuentran el Temas de ensayo 2007, el Juan Marinello in Memoriam 2008, el Fundación de la Ciudad de Matanzas 2013 y el Anual de ensayo de la revista Matanzas 2016. Es miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
* Tomado de: Cuba Study Group
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[1] Véanse los artículos «¿Una contrarrevolución preferible?» http://www.cubadebate.cu/especiales/2020/05/30/una-contrarrevolucion-preferible/ y «Revictimizada mil veces» Granma 18/7/2020, de Javier Gómez Sánchez.
[2] N.E. – la autora se refiere a estos movimientos: https://es.wikipedia.org/wiki/Movimientos_sociales_de_1968
[3] https://elpais.com/elpais/2018/06/04/opinion/1528129217_246327.html
[4] Aparecidas en la revista Verde Olivo, en las fechas: 27/10/68, p. 13; 07/04/68, p. 44 y 06/10/68, p. 53.
[5] Alberto I. González: Dios no entra en mi oficina, CreateSpace Independent Publishing Platform, 2012; Carolina de la Torre: Benjamín. Cuando morir era más sensato que esperar, Editorial Verbum, 2018; Raimundo García Franco: Llanura de sombras. Diario de un pastor en las UMAP, Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba, 2019.
[6] Javiher Gutiérrez y Janet Iglesias, Centro de Altos Estudios Fernando Ortiz, Universidad de La Habana, (inédito).
[7] José I. Domínguez: «Racial and Ethnic Relations in the Cuban Armed Forces. A Non-Topic» en Armed Forces and Society, no. 2, 2/1976, pp. 273-290.
[8] «Cuba hoy: la pugna entre el racismo y la inclusión», https://www.nytimes.com/es/2019/04/26/cuba-racismo-afrocubanos/
[9] Alejandro de la Fuente lo analiza en: «Tengo una raza oscura y discriminada» El movimiento afrocubano: hacia un programa consensuado.
[10] «Los “períodos especiales” de las mujeres en Cuba».
24 comentarios
Como siempre, la Dra. Alina con un texto que es un cañonazo a la mentira,la edulcoracion, el ocultamiento y manipulación oficialista que comenzó cuando se perdio (en el Morro) el camino de democracia y libertades que fueron el fundamento de la Revolución Cubana desde sus inicios.
Sin embargo, todas esas manifestaciones espontáneas de la sociedad en sus diferentes sectores y segmentos que fueron ignoradas, invisibilizadas con marchas y contramarchas del oficialismo sólo reflejaban, como hoy también, en la conciencia social y en la supraestuctura, las fuertes contradicciones presentes y pujantes en la base económica de nuestra sociedad porque, como dijo el pensador brasileño Bonaventura de Sousa Santos, para democratizar la sociedad, hay que democratizar la propiedad y no precisamente a través de la propiedad privada sobre los medios de producción.
Con la propiedad casi absoluta, total del Estado, también tiene el Estado todo el monopolio de la cultura y por tanto, impone su ideología y no admite polémica, debate o disenso.
Mientras no haya los cambios que la base económica pide a gritos – aumentando la presion de la caldera -, no habran cambios sustanciales en la conciencia social para que tenga un rostro más humano y todas esas deudas pendientes tengan una respuesta más que jurídica, en la aceptación -mas que tolerancia- por la sociedad cubana y habremos ingresado entonces, en el pequeño concierto de naciones de mayores libertades civiles y solido Estado de Derecho donde la paz sea el respeto al derecho ajeno y la primera ley de la República sea, verdaderamente, el culto a la dignidad plena del Hombre ( en el sentido genérico humano)
Alina felicidades una vez más por artículos tan precisos y valientes . Me gustaría escribiera algo sobre el Proceso de profundización de la conciencia revolucionaria en nuestras universidades que comenzó en Diciembre del año 1979 y se prolongó durante el primer semestre del año 1980 proceso en el que se cometieron tanto con profesores como con alumnos injusticias por las que nunca se ha pedido perdón . Nunca he tenido claro cuál fue el motivo para iniciar un proceso tan radical y de quién fue la idea.
Excelente artículo. Muy oportuno.
Excelente texto Alina, y muy oportuno. El repaso muestra el voluntarismo que nos llevó a tantos fracasos, las energías que no obstante siguen en lo más profundo de los cubanos y el daño que todo eso le ha hecho a la conciencia social y a las ciencis sociales. Felicitaciones
Un artículo excelente por su recuento de todos los destrozos socioculturales realizados por une elite enquistada en el poder gracias a un posicionamiento geopolítico estratégico dentro de la guerra fría que le permitió eliminar de la,palestra pública mediante descalificaciones personales a través del control absoluto de los medios de difusión masiva a todo aquel que osase disentir u oponerse al proyecto político. Esos desastres calificados de errores nunca han sido ni reconocidos ni ha existido ninguna disculpa oficial ni resarcimiento alguno a las víctimas de esos atropellos. El no permitir criterios independientes del oficialismo ha causado un gravísimo daño a cualquier intento de justificar un ideario progresista enmarcado dentro de una ideología tergiversada que se contradijo a sí misma al negar el proceso dialéctico y evolutivo de la misma sociedad que trató de fundar. Al establecer como pautas ciertos logros, eliminó el derecho de las minorías discriminadas históricamente a continuar sus lucha por su reivindicación, frenando todo intento de crear una dinámica y pujante sociedad civil, acusando a sus activistas de mercenarios y agentes al servicio de una potencia extranjera, siguiendo al pie de la letra el manual de los sistemas estalinistas europeos. Al desaparecer el bloque socialista, en lugar de iniciar un proceso de reformas tanto políticas como económicas que reflejase la necesidad imperiosa de nuestro pueblo de emprender su propio camino, permitiendo que cada cubano tuviese derecho a expresar sus opiniones y buscar un consenso, se aferraron a la idea de la plaza sitiada para justificar los desmanes que continúan carcomiendo el propio ideario progresista originario del proceso. Hoy no creo que sean muchos los que piensen que aun se trata de buenas intenciones fallidas sino de una manera cínica de una elite para perpetuarse en el poder y continuar con las prebendas del capitalismo monopolista de estado instaurado según el viejo modelo fracasado del mal llamado socialismo real mientras continúan enarbolando banderas y consignas a las que ellos mismos van destruyendo con su accionar cotidiano.
Muy interesante articulo. El gran problema de Cuba es que no son solo los grupos minoritarios los excluidos y avasallados. Es la población en su conjunto la marginada y despojada en su esencia de sus derechos individuales y ciudadanos a partir de la imposición de los derechos colectivos y los de una ideología en particular y que en realidad han degenerado en el dominio per se de los derechos de una casta elitista. Lo suficientemente grave y destructivo que empequeñece las restantes discriminaciones, aunque el discurso oficial pretenda llevarla al protagonismo para distracción del crimen mayor y que parece que lo logra. El fango que lamentablemente cubre los sueños de muchisimos cubanos a partir de los 60 oculta demasiados horrores y empaña y contamina las inolcultables conquistas de sectores desprotegidos.
Por demás, algunas de esas reivindicaciones se ven lastradas por el oportunismo y doble moral de sus lideres. La inmensa mayoría de los “apostoles” de la identidad y reconocimiento de la raza negra tienen su pareja blanca, como aquellos adalides de la cultura nacional con residencia, mercado y también parejas allende fronteras…
Nada, que la picardía española se prendió para siempre en la siempre fiel….
Hoy LJC ha publicado dos artículos de altos quilates, sobre temas altamente sensibles, e interrelacionados. Despertamos con el formidable artículo de Enrique Colina, -lamentablemente fallecido ayer-, que se publicó originalmente el 14 de enero de 2020, titulado “Rescatar la crítica del Noticiero ICAIC” y unas pocas horas después, nos llegó este otro, ¡magnífico! de la Dra. Alina López ¿Agendas sociales impuestas o deudas pendientes? ENHORABUENA doctora. Ha sido un verdadero acierto, publicar con escasas horas de diferencia ambos artículos.
Estimada profesora Alina, admiro muchísimo su capacidad de síntesis, pero está claro que es prácticamente imposible en tan poco espacio abarcar tanta información. Me parecen muy oportunos y esclarecedores los comentarios. Cuando se habla de aciertos y logros enseguida se menciona a los líderes, pero se culpa a la Revolución cuando se trata de admitir a errores, por poner sólo un ejemplo, ¿a quién debemos la mentalidad importadora que tanto daño nos ha causado?
Está claro que todos cometemos errores, que es de humanos, pero como ya se ha dicho aquí, deberían ponerles nombres y apellidos, y aunque parezca un sueño, pedir perdón, no seríamos los primeros en hacerlo, creanlo. Con discursos de odio de ambos lados, con tanto rencor acumulado no se va a llegar a ninguna parte. Hay que saber perdonar, como bien dijo Obama en su visita, dejar atrás todo lo que nos impide avanzar, que no se trata de olvidar, para que nunca más nos suceda, ya sabemos lo que nos cuestan las lagunas históricas.
Claro que no es lo mismo contarlo que vivirlo, o mejor dicho sufrido en carne propia, por eso no me extraña que el señor Ramón Izquierdo no comprenda tantas cosas, aunque a decir verdad, no creo que se esfuerce demasiado.
Una vez mas, gracias profe Alina, por este maravilloso artículo y gracias a ljc por existir.
Excelente y doloroso recuento, doctora Alina, sobre todo para los que siendo demasiado jóvenes, nos vimos arrastrados por acontecimientos que no entendíamos y formamos parte de esa multitud estandarizada y sin rostro, creyendo que así era como debía ser la sociedad con igualdad plenas, mientras acallábamos con sentimientos de culpa y autocríticas inducidas, esa voz interior que rebelde nos impulsaba a ser nosotros mismos. Dicen que de joven uno aprende pero en la vejez se comprende. Qué bueno que desde la ciencia, la cultura y la honestidad que la asiste, tengamos hoy la posibilidad de reconocer y retirar del camino, las piedras que nos mellaron y poder mostrárselas a nuestros hijos, para que puedan identificarlas mejor en el viaje que les corresponde hacer por alcanzar el sueño aún por construir en nuestra patria, de la sociedad que rinda culto a la dignidad plena de todos. Gracias, Doctora.
Señora Alina
En otras ocasiones le he dicho que quien ostenta el poder político en Cuba es un sector liberal burgués, al igual que el suyo que lucha por dicho poder, pero vinculado a la propiedad estatal. Este sector no le ha quedado más remedio que conducir la política económica de Cuba, más allá de sus buenas intenciones, en un país que ocupa los escalones más bajos en la división internacional del trabajo capitalista, dónde estructuralmente se produce poco valor, la savia del sistema capitalista. A pesar de ello ha desarrollado una política social sin precedentes en la historia del sistema capitalista: en educación, salud pública, movimiento social, igualdad de oportunidades, derechos de la mujer, etc, etc. Esto no quiere decir que no haya cometido errores, y la política desplegada en los años 60 contra los homosexuales, y yo soy homosexual, es un ejemplo de esos errores, aunque de la homofobia señora Alina, no se ha salvado nadie en el mundo capitalista, y digo en el mundo capitalista porque no hemos conocido otro, el socialismo que ha existido y aún existe es una variante más de la sociedad mercantil capitalista burguesa.
Sin embargo, como es difícil atacar al gobierno cubano que, como le dije también representa a un sector liberal burgués, pero que también ha desplegado una política social sin igual en el mundo, el sector que usted representa liberal burgués, pero vinculado a la propiedad privada, tiene que buscar alguna fuente de enfrentamiento para hacer sparring contra el adversario, y es en ese sentido que utiliza al movimiento LGTBQ, el racismo y el maltrato animal para dicho enfrentamiento.
Debo decirle que las altas instancias del Partido Comunista cubano están muy concienciadas con estas cuestiones (imagine que la la hija de Raúl Castro es la abanderada en la defensa de los derechos de la homosexualidad en Cuba), lo que ocurre es que la ciudadanía cubana y mucho más el sector de población vinculado al grupo liberal burgués que usted representa, es la que es muy conservadora, y el gobierno cubano como todo gobierno se debe a una base social que es en definitiva quien la legitima. Hace mucho tiempo que el matrimonio homosexual hubiese estado legalizado en Cuba si por el gobierno fuera, pero la ciudadanía cubana es la que se va quedando rezagada en la escala del progreso social de las ideas y costumbres. Quién iba a decir eso del otrora pueblo cubano que hizo en el continente americano la revolución más osada y profunda después de la mexicana en el siglo XX!!!!!. Es una verdadera pena.
De ahí que las críticas que su sector liberal burgués prodiga sobre el otro grupo, también liberal burgués, son algo así como golpes al vacío para mantener la forma, pero el verdadero enfrentamiento entre ustedes será en otros terrenos, y será duro señora Alina, muy fuerte y donde puede también chorrear algún poco de sangre, porque como le he dicho, las contradicciones entre ambos son antagónicas e irreconciliables, y la mayoría de las veces esos enfrentamientos se saldan con sangre por medio, revise un poco la historia y se dará cuenta.
De tal forma que, su artículo de opinión es una “escaramusa” sobre lo que vendrá en el futuro.
Para que no sean agendas sociales impuestas le doy un consejo: comiencen a educar a su conservadora ciudadanía (el pueblo como le gusta llamarlo a ustedes), y le auguro que concienciar a la parte de esa ciudadanía relacionada con el sector liberal burgués vinculado a la propiedad privada que usted representa, por ser más tradicional, asocial, individualista, tacaño, conservador, anclado al pasado y de incipientes costumbres y rasgos aristocraticos será una tarea dura.
Saludos que pase un feliz día
Ramón Izquierdo, poco a poco vamos descubriendo una biografía suya cada vez más interesante y contradictoria. Así que además de anticapitalista radical, trostkista de alma y dogmático de profesión dado su afán de etiquetar con extrema simpleza a los que considera liberales y burgueses, (es decír a cualquiera que no coincida con su discurso), también es homosexual. Pues nada, lo que siempre le sugiero, lea sobre historia de Cuba y escuche testimonios al respecto, así podrá, por fin, un día, atinar en lo que dice. Tenga un bello día.
Señora Alina
Es una pena que se concentre en mis etiquetas y sobre todo en mi biografía, algo que no critico, en ves de opinar sobre esa ciudadanía cubana conservadora,t cerrada y poco dispuesta a evolucionar de modo progresista a la hora de pensar y admitir a los demás.
Solo quería hacerle un comentario respecto a los animales:
Los animalistas cubanos les falta en su discurso una crítica a la sociedad occidental cristiano burgués, qué gasta más medicinas anestesia y material quirúrgico atendiendo a los animales que lo mismo que se gasta en ello en países y hasta en continentes enteros.
Debieran denunciar también las toneladas de alimentos y comida que se gasta en animales en el occidente rico mientras decenas y centenas de millones de seres humanos en el Sur global mueren de hambre.
Pero ya le dije para hacer un poco de sparring y tirar unos golpes al vacío para mantener la forma mientras llegue el momento de verdad, es una buena forma de “entretenimiento” para esa intelectualidad pseudo burguesa y burguesa que representa al sector liberal burgués vinculado a la propiedad privada en Cuba.
Señora Alina hay mucha neblina en el horizonte pero eso no impedirá que los árboles no nos impidan ver el bosque.
Espero que sus acólitos y lectores en el foro no vean en lo que le he dicho la más mínima ofensa porque no la hay, solo unos atrasados culturalmente o retrógrados personajes pueden encontrar y respeto en este comentario. Por eso le decía que el sector intelectual al que usted pertenece debiera educar a la ciudadanía, porque ya lo esta viendo, ve provocación cuando lee un comentario diferente a su forma de pensar. Llama y respetuoso a una persona que se dirige a usted cómo señora Alina, mientras él me llama a mí Mongo Siniestro. Compare usted quién es el irrespetuoso y el mal educado. Ya se lo dije, y esto es una demostración de ello, a toda esta gente hay que educarla, y eso lleva tiempo señora Alina.
Me permito en darle un consejo: trate de soltar por el camino todo este lastre de personajes porque la revolución liberal burguesa que se propone llevar a Cuba puede terminar en mal camino hasta para ustedes mismos. Se lo digo porque hay veces que, después de comprar la cabeza le cogemos miedo a los ojos!!!!!
Saludos y que tenga usted un feliz día
Querido Mongo Siniestro. No se lo he dicho en otras ocasiones, se lo voy a decir ahora. Ud. me parece un provocador falta de respeto. Su obsesión por responder de manera pedante y marcadamente irrespetuosa, con fines de provocación, tan conocidos por la mayoría de los que hemos vivido en Cuba, me recuerda a los onanistas que pululan en algunas calles oscuras de nuestras ciudades cubanas.
La verdad es que su actitud además de despreciable, es digna de lástima.
Otrocesar
Perdone, no he sido y respetuoso en mi comentario, no he provocado a nadie, no he ofendido a nadie, y mucho menos a la señora Alina. Expuesto mi opinión, otra cosa es que a usted no le guste o no coincida con ella pero eso es otra cosa.
Usted es el que me ha cambiado mi nombre, sin embargo a mí no me ofende, la mayoría de las madres en el mundo le ponen los nombres a los hijos y después los llaman con un mote, y está claro los que son de mano izquierda son también zurdos y siniestro, y a toda honra!!!!!!
Lo que ocurre a usted es que a falta de palabras en los argumentos se acude a palabrejas
Saludos
Yo también he dado mi opinión, he opinado sobre su sobre su comentario. A mi me pareció irrespetuoso y provocador (de hecho, a mi me provocó nauseas). Palabrejas son “liberal” y “burguesa” cuando se refiere a una profesional cubana y revolucionaria.
Magnífico artículo. Como siempre pone en las palabras precisas lo que uno piensa y siente, además de darle el “toque histórico” para ponerlo en contexto. No pocos problemas he tenido por “pensar diferente” y aquí estoy de pie, a pesar de todo luchando y por muchas razones aquí moriré. ¿Cuántos de pensamiento igualitario, para los cuales una consigna servía para todo y no solamente para ir a la Plaza, no están? Algunos porque no entendían más allá, otros por oportunismo puro y duro. Es inconmensurable el daño social que causaron y el sufrimiento individual. Debenos luchar mucho para eliminarlos pues son mucho peores que los enemigos declarados, son nuestra eterna “quinta columna”, nuestro BLOQUEO INTERNO. Deshacernos de ellos, a diferencia del bloqueo, depende solo de nosotros. Ellos eran una enorme mayoría antes (a la cual, por cierto, alguna vez pertenecí de corazón), cada día van siendo menos.
Alina y perdone que la llame así, para mí sus artículos ya no constituyen una sorpresa, pero los leo con fruición y aprendo muchísimo. Gracias, junto a otros de LJC, por existir y compartir.
Ramón izquierdo lo invito a vivir en este paraíso, dónde tienes que hacer magia para poner un plato con comida en la mesa después de una jornada larga de trabajo y de hacer malabares para acceder al transporte público que te lleve a casa. No importa si has trabajado 40 o 50 años tu dinero no sirve para nada. La política social la que usted tanto elogia, hace más de 30 años era real. Ahora existe una desigualdad social tan o más grande como hace más de 60 años, Desesperanza, tristeza y hasta un sentimiento de culpa de los que tienen más de 75 años los cuales muchos se sienten engañados. El pueblo no quiere una lucha armada, bastante sangre joven se derramó hace más de 60 años ¿Valió la pena? No.
Claro que sí, Charito, tienes toda la razón del mundo. Si el Sr Izquierdo sabe tanto de historia seguro debe conocer de cambios profundos, independencias incluídas, sin derramar una gota de sangre. Los verdaderos cambios para que perduren deben ser naturales, alguien dijo que las revoluciones terminaban en reposiciones.
Al terrible derramamiento de sangre apuestan los que desde afuera envenenan con odio a los de adentro y nuestro gobierno también con su ceguera, a veces nos llaman querido pueblo, otras veces gente y ahora por último alguien.
Lo peor puede pasar, eso se sabe, pero también puede pasar lo mejor. A eso aspiran nuestros magníficos profesores y doctores de LJC que tanto aportar a informar y sobre todo a formar personas de bien y así también los que seguimos cada día este espacio. Espero que el Sr Izquierdo sea de los que aman y construyen.
Que buena respuesta!
Pienso como Ud.
Una vez más admirada de las publicaciones y debates inteligentes y respetuosos de LJC.
Gracias
Estimada Alina, muy bueno y objetivo su articulo. Con la periodizacion que hace pudiera no coincidir completamente, pero no es lo mas importante. Lo real es que todo eso ha ocurrido y no se puede justificar. Ninguna injusticia puede serlo. Y nuestra sociedad tendra que ser capaz de criticar siempre las injusticias y luchar permanentemente por superarlas. Sin reconocerlas sera siempre muy dificil superarlas, Quizas hasta imposible.
Señora Alina
Me permito en enumerar le alguno de los aspectos en los cuales debe educar a la población cubana:
1. Le dicen maricones a los homosexuales, y no somos maricones somos hombres y mujeres que tenemos una orientación sexual diferente a los heterosexuales.
2. Eduque a toda esa población fundamentalmente masculina qué se dedica a pelear gallos, deleitarse con peleas de perros etc.
3. Eduque a toda esa población que ve mal que una mujer sea infiel en la pareja, pero que sin embargo ve normal eso en un hombre.
4. Eduque a todas esas personas que utilizan los caballos como tracción para cargar mercancías y personas, y los van golpeando inhumanamente, aunque las bestias lleven horas de jornada laboral extenuante.
5. Eduque a esa familia qué consideran que el color rosa tiene que ser para las niñas y oprobioso para los niños.
etc etc etc etc etc etc etc
No todo es señora Alina responsabilidad del gobierno cubano, ya se lo dije en comentario anterior, las altas esferas del Partido Comunista y del estado cubano son una élite liberal burguesa con bastante ilustración, más por lo menos, que la idea que se tiene de ellos. No son bobos ni tontos señora Alina, son burgueses ilustrados, y como tal saben que su poder se debe también a la legitimación que tengan en la ciudadanía que gobiernan.
Por eso le dije, un poco jocosamente, pero también de verdad que, para hacer un poco de sparring no está mal que el sector, también ilustrado y liberal burgués que usted representa, tome al maltrato animal, la defensa de los derechos LGTBQ, la igualdad racial, la defensa de los derechos de la mujer, etcétera, etcétera, como temas de tertulia para ir manteniendo la “forma”, mientras llegue el momento de los combates decisivos frente a sus oponentes.
Saludos y le reitero un feliz día
Ah!, Señora Alina
Y por omisión ya se como es usted:
1. No se aviene bien con el pensamiento de León Trotsky. Lo he apreciado también en Cuba entre la intelectualidad formada por la revolución no hay nada nuevo en ello. Aunque tampoco veo que sea muy leninista ni marxista, yo creo que sea viene mejor con el pensamiento de Friedrich Hayek. Ay!, Si los cubanos conocieran, leyeran y, sobre todo, supieran las consecuencias de la aplicación del pensamiento de Hayek en su magna obra Caminos de servidumbre. Se lo voy a decir jocosamente, y así ya sabe que también soy ateo, señora Alina si Hayek se apodera de la economía cubana “que Dios los coja confesados”
2. Usted no es anticapitalista, sino más bien se propone administrar las herramientas y categorías económicas de un sistema ya caducó enfermo y que está de salida qué es el capitalismo, al cual dicho sea de paso Cuba llega un poco tarde.
3. Y usted dialéctica
Saludos y feliz día
Por lo visto el camarada Ramón Izquierdo se ha robado el show esta vez, se nota que le encantan los debates sobre todo con la Profesora Alina. No veo ofensa en que le hayan dicho Mongo tampoco, es que aquí a muchos Ramón se les dice así, incluso Monguito, como a los José se les llama Pepe o Cheo, en fin, menos mal que no se sintió ofendido.
Le confieso que me apasioné muchísimo por la figure de Trotsky después que leí la novela de Padura ‘El Hombre Que Amaba a los Perros’. En las secuelas nuestras ni se menciona al creador del Ejército Rojo, se suele jistificar y hasta elogiar al gran HP de Stalin.
También supe por la novela que Trotsky fue el que ordenó el fusilamiento de unos marineros que en su momento apoyaron la Revolución Bolchevique y me gustaría saber si no fue ese un acto de crueldad e injusticia similar a tantas locuras de esa época. Creo en el Socialismo, pero no en el Marxismo y tengo mis razones, no soy un conocedor profundo ni me intereso tanto en la política aunque me apasiona la historia, eso sí, desde niño mi padre me enseñó la opinión que Martí tenía sobre el Comunismo, cosa que por supuesto tampoco se enseña en la escuela, de hecho me decían Contrarrevolucionario por decir sus frases tan fuertes. En fin, que me alegra mucho que participe en estos debates y que aporte sus experiencias.
Doctora Alina, no se deje provocar por un narcisista disfrazado de oveja. De izquierdo, sólo el apellido.
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