Dune parecía condenada a convertirse en uno de esos clásicos literarios de intensidad y esencia imposibles de llevar al cine. Y entonces llega Denis Villeneuve.
Pierre Richard y Gene Wilder: ambos comediantes, interpretando personajes tiernos y vulnerables. Los dos contaron, en algunos de sus trabajos más logrados, con una contrafigura de calibre; además de actuar, los dos dirigieron alguna vez.
¿Todas las películas argentinas serán buenas, y, en ese caso, lo serán en razón de su nacionalidad? Entre una porteña y otra, digamos, colombiana o incluso noruega, ¿resultará sensato apostar a ciegas por la primera?
Napoleon, de Ridley Scott, es como la vieja fórmula a base de aceite de hígado de bacalao: tiene algunos efectos positivos pero, decididamente, sabe a rayos.