La vía chilena al socialismo: lecciones de historia política o A quien pueda interesar

por
Chile

 No hay una manera no-mitológica, no-ideológica,

de contar la historia de un país.

Richard Rorty[1]

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El 10 de septiembre de 1970, seis días posteriores al triunfo de Salvador Allende, seis días de incertidumbre y remezón en las fuerzas políticas de Chile, llevaron al Partido Democracia Cristiana a negociar «garantías formales de preservación de la democracia». Esto sellaba un pacto con la Unidad Popular que implicaría la ratificación de Allende en el Congreso como Presidente de Chile.

La Constitución de 1925 establecía que, de no obtener mayoría absoluta, la elección debería realizarse en el Congreso Pleno entre los candidatos con más votación. El 36% de los votos a favor de Allende, obtenidos el 4 de septiembre, debía entonces competir con el 35% de los acumulados por Jorge Alessandri. Era así que la fuerza de la Democracia Cristiana se volvía decisora para la ratificación, o no, de Allende.

Entre el 4 de septiembre y el 4 de noviembre de 1970, la polarización se radicalizó y ocurrieron actos como el asesinato de René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército. El 20 de octubre, dos días antes del atentado a Schneider, el Partido Demócrata Cristiano acuerda votar por Allende en el Congreso Pleno, donde fue elegido como presidente de la República por 135 votos a favor el 24 de octubre.

En el tiempo trascurrido desde el 24 de octubre de 1970 y hasta el 11 de septiembre de 1973, la resolución del conflicto político y los intereses de diversas fuerzas políticas, en jaque unos sobre otros; pasaron de la negociación al golpe, del Estatuto de Garantías Constitucionales a la instauración de una dictadura militar que duraría diecisiete largos años.

Los tres años de la Unidad Popular fueron de una política de cambios limitados por el diseño constitucional del Estado y la correlación de fuerzas (reformismo vs. revolución). La vía chilena al socialismo implicó algo bastante más que un programa con empanadas y vino tinto; fue una experiencia de «gobierno popular» desde «dentro del Estado», que combinó cambios estructurales en lo económico a la vez que no desconocía sus efectos de clase, aunque no pudo sobreponerse a ellos ni a las fracturas ideológicas dentro de la propia izquierda y centro izquierda.[2]

Esta «vía» no solo ponía en cuestionamiento la relación Socialismo-Democracia, Poder-Estado, dentro de las teorías sobre la transición al socialismo, sino a las propias experiencias históricas existentes (Moulian, 2006). Esto es: la experiencia de un socialismo democrático y no la importación de una dictadura del «proletariado» bajo el régimen de un partido único.[3]

Chile (1)

La combinación de medidas nacionalistas, democráticas y socialistas fueron el sello del programa de la UP. Al respecto pueden verse el Plan de Desarrollo para 1971 y el Programa Básico de Gobierno de la Unidad Popular, candidatura presidencial de Salvador Allende, aprobados por los partidos Comunista, Socialista, Radical, Social Demócrata, el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y la Acción Popular Independiente, el 17 de diciembre de 1969.

El asalto no era solo al estado burgués sino al estado de los «socialismos reales». Se trató de un gobierno popular, no de un gobierno socialista, aunque el socialismo era uno de los ejes de su programa. Allende sabía que para alcanzar dicho socialismo solo la fuerza popular y democrática sería la vía.

El trauma histórico

La UP tuvo que cursar entre dos tendencias extremas: por un lado el movimiento Patria y Libertad, gestado el 13 de septiembre de 1970, organización ultraderechista cuyo primer objetivo fue bloquear el pacto entre la DC y el Partido Nacional y que luego constituyó el Frente Nacionalista Patria y Libertad (1971); por el otro, el Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR), organización de extrema izquierda (1965) favorable a la vía armada como vía de acceso al poder para construir una sociedad comunista.

La estrategia ecléctica al interior de la UP, y el liderazgo conciliador de Allende, que sacrificó consistencia programática[4] en aras de cohesión interna, provocaron la pérdida de hegemonía e inconsistencia del gobierno, implantando con ello una estrategia política del «empate». La «tendencia aliancista» de Allende, ha sido interpretada como uno de los factores que incidió en el debilitamiento del gobierno popular (Moulian, 2006).

Estos factores a lo interno no pueden ser comprendidos, a su vez, al margen de la crisis económica, la capacidad de reorganización de la derecha y el arrastre del partido centrista, las correlaciones de fuerzas externas al gobierno y el peso de clase en la configuración política de la cultura chilena. Pero fueron los errores internos —la puesta en riesgo de la legitimidad democrática de las reformas económicas sin reformas político-institucionales—, lo que hizo que la vía chilena dejara de ser, en el camino de la aceleración política, la vía chilena. El resultado: el 11 de septiembre.

Chile (3)

Bombardeo al Palacio de la Moneda de Chile, el 11 de septiembre de 1973.

El 11 de septiembre no puede ser apreciado únicamente como un hecho conspirativo –lectura bastante común y superficial desde cierta izquierda ortodoxa y acrítica—; fue también resultado del divorcio entre UP y las clases medias, de la entrada de la estrategia gremialista a lo político, y del deterioro de la «situación de clase» —no solo económica— de la clase media, así como de la relación político-militar mal asumida por instancias políticas que creyeron tener en las Fuerzas Armadas un instrumento táctico, sin comprender su carácter clasista, que la llevaría a responder a un proyecto político propio.

Aprender de los errores internos es vital en política; asimismo, no maximizar los efectos de los factores externos, controlar las teorías conspirativas del enemigo todopoderoso, desarrollar capacidad de análisis crítico y transformación oportuna y rápida, porque todos podemos tener un 11 en nuestras biografías.

Lecciones

Las fracturas políticas evidencian la imposibilidad del diálogo, que en política siempre significa negociación y confianza. Dicha imposibilidad descansa en varios hechos: la ruptura del consenso entre diversas fuerzas políticas y/o a su interior; poder desmedido de una de dichas fuerzas sobre el resto (poder autoritario), fragilidad de la hegemonía (sustitución por la dominación).

Ninguno de estos hechos-variables contempla directamente las formas de resistencia o el poder ciudadano, con toda intención: la democracia no depende tanto de los de abajo, sino de los de arriba controlados por los de abajo.

Chile tuvo un quiebre democrático y la instauración de una dictadura en la cual se suman más de 40 mil casos reconocidos como víctimas de prisión política, tortura, desaparecidos y ejecutados políticos durante diecisiete años (1973-1990) Comisión Valech II. ¿Fueron los chilenos y chilenas un pueblo poco resistente?

Chile (3)

Augusto Pinochet.

Las dictaduras no son «culpa» de sus pueblos, no son resultado de una ciudadanía débil. Las dictaduras son el resultado de poderes autoritarios que logran, a través de la negociación y la coacción, traficar parcelas de miedos y aspiraciones: el poder militar pasó, de ser instrumento al servicio de los sectores políticos de centro y derecha y de sectores gremialistas de clase media, a imponer su propio programa.

«La política está hecha de deseos y de miedos», decía Norbert Lechner.[5] Las dictaduras son regímenes donde el miedo se vuelve ente controlador de la biografía de las personas y también de la nación. De allí que la gestión del miedo sea una estrategia política por excelencia en estados dictatoriales. Pero el miedo no habla de la falta de valor, sino del exceso de terror.

Solo quienes tienen conciencia del terror, sus costos y por tanto han vislumbrado tácticas de resistencia o enfrentamiento a dicho terror, experimentan el miedo. Quienes tienen suficiente valor para confrontar el poder autoritario de una dictadura son los que llevan en sí mayores cuotas de miedo.

El 11 de septiembre representa, en los imaginarios y la memoria política de chilenos y chilenas, un trauma. Como tal es procesado y revivido cada septiembre. El trauma social del 11 remite directamente a la fractura de una nación, la actualización del miedo y las formas en que este país ha encontrado para lidiar con ello: democracia y libertad. Una libertad que no ponga en riesgo la democracia, una democracia que se haga fuerte ampliando la libertad.

Los traumas históricos tienen costos políticos. De ahí la importancia de gestionar políticamente el conflicto. La imposibilidad de lograrlo y la imposición de la fuerza represiva ante una situación de conflicto político puede llevar directamente al trauma, y el peso de esto en la historia hacia adelante es altamente costoso para los de abajo, y para los de arriba, que un día ya no serán los de arriba y tampoco podrán ser los de abajo.

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[1] Richard Rorty: Achieving our Country, Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1998.

[2] Según analiza Tomás Moulian, en junio de 1972 se producen dos rupturas que comienzan a poner a la gobernabilidad al límite: el fracaso de las conversaciones con la Democracia Cristiana y su apoyo al Área de Propiedad Social (APS), y el cambio en la conducción del plan económico (Plan Millas). Al respecto apunta: «El énfasis programático estuvo puesto en la construcción de esa área [APS] como si se pensara que el requisito único o principal de existencia del socialismo era la propiedad estatal de los medios de producción». (T. Moulian: Fracturas. De Pedro Aguirre Cerda a Salvador Allende (1938-1973), Santiago de Chile LOM/ARCIS, 2006, p. 244).

[3] Desde 1933 el Partido Comunista había expresado la necesidad de una etapa de carácter democrático-nacional. Ver Luis Corvalán: Camino de Victoria, Santiago, Impresora Horizonte, 1971. (Referenciado por Moulian (2006). Analiza el período 1964-1970).

[4] El programa de gobierno priorizó y fue consistente con las reformas económicas y cambios estructurales en la economía chilena, procesos de expropiación y nacionalización que fueron su punta de lanza. Sin embargo, se pospusieron las reformas político-institucionales sin las cuales no es posible un cambio de modelo, al menos asegurando su dimensión democrática. La transición socialista implica ante todo un cambio en las estructuras mentales, en la cultura política, y en la organización político-institucional desde donde las fuerzas productivas entrarán en franco proceso de transformación, o no.

[5] N. Lechner: Los patios interiores de la democracia. Subjetividad y política, Santiago de Chile, FLACSO, 1988.

20 comentarios

Esteban 11 septiembre 2021 - 7:43 AM

“(…) la imposición de la fuerza represiva ante una situación de conflicto político puede llevar directamente al trauma, y el peso de esto en la historia hacia adelante es altamente costoso para los de abajo, y para los de arriba, que un día ya no serán los de arriba y tampoco podrán ser los de abajo.”
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Que los del grupito de poder en Cuba lean bien esa frase y que nunca se les olvide.
Patria y Vida.

Taran 11 septiembre 2021 - 8:25 AM

De modo que fueron los errores internos, USA no tuvo que ver nada con ese golpe de estado. !?.

Manuel Figueredo 11 septiembre 2021 - 10:14 AM

Por eso como a nosotros los cubanos nos impusieron la vía Socialista, estamos ya al borde del abismo,viviendo de la caridad pública internacional y pudiendo el agua por señas. Si la Unidad Popular estuviera en el poder, estamos seguros que el desierto de Chile estaría sin arena. Sesenta y dos años son más que suficientes para demostrar lo que sirve y lo que hay que desechar. Sencillamente, manos a la obra.
¡ Libertad para los presos políticos del régimen encarcelados injustamente ! Patria y Vida.

ManuelFigueredo 11 septiembre 2021 - 2:16 PM

Cuando el gobierno de Allende fue derrocado muchos chilenos fueron a exiliarse a Cuba. Hice amistad con uno y un día, entre una conversación y la otra me dijo : — Aquí en confianza, pero yo creí que el gobierno de Cuba era otra cosa. Esto no es lo que quiero para mí tierra.– En la práctica pudo comprobar lo que era el sociolismo y eso que en aquella época todavía no habíamos llegado al verdadero meollo de la cuestión.

cubano47 11 septiembre 2021 - 2:56 PM

Manuel todos esos chilenos llegaron a Cuba luego del acuerdo con Suecia, a raiz del golpe el gobierno cubano cuadro con Suecia quien se haria cargo de la embajada cubana, el embajador sueco tomo posecion de la embajada cubana izando la bandera de ese pais en las instalaciones, Suecia negocio con Cuba el traslado y estancia de los chilenos hasta que ellos los pudieran recibir aqui, logico nada fue gratis por esa epoca aparecieron en Cuba Volvos, Saab y otras cosa como material escolar, la flota pesquera de plataforma recibio motores Volvo penta en fin todo fue un negocio.

mepiamo 11 septiembre 2021 - 2:37 PM

TARÁN: Yo consideraría un error interno ponerse en una posición en que USA te consideraría un peligro para su seguridad (dicho por Kissinger en su libro “Diplomacia”). Los americanos veían guerrillas salir de Chile hacia los países de sus varias fronteras. Los USA no iban a esperar pasivamente a ser rodeados por países comunistas. Son hechos comunes de la política, desde que Richelieu estableció el principio de “La Razón de Estado.”

Manuel* 11 septiembre 2021 - 3:11 PM

Taran, hay quien ve a Cuba detrás del descenso de Venezuela y Nicaragua a la dictadura.

dario 11 septiembre 2021 - 8:49 AM

el problema constante de la izquierda querer violentar los deseos y necesidaddes de los ciudadanos,ajustandolos a los deseos de esa izquierda.Por eso,al ver la imposibilidad de ganar mayorias,la izquierda radical,busca la via armada o el engano.Si sumamos :
allende 36%
alessandri 35%
Tomic 28%
Izq… 36% Cent-derech. 63%

Eso no es un”mandato” a reformar la sociedad ni para cambiar los disenos generales de la economia.Esa correlacion daba para satizfacer demandas generales y asumr politicas progresistas…esa tom loca del poder fue en definiva lo que drribo al gobierno de allende.Por cierto ahi se vio la mano negra de “quien todos sabemos”…la Cia ,tambien,claro.
En cuba fueron mas pragmaticos,mas Troskystas…asaltaron ladinamente el Poder y cuando los ciudadanos se percataron,ya Cuba era parte del “socialismo real”….Porque…”en silencio ha tenido que ser” porque si hubiera habido elecciones nunca cuba hubiera sido parte del “socialismo real”.En definitiva ,dos caras del mssmo “Proyecto” Allende,pensando que el pueblo lo apoyaria y asaltando el poder desde dentro (Proyecto fallido )y Fidel,dudando del pueblo,asaltandolo en la penunbra logro la sociedad “feliz” que mira al “futuro “…….resumen : chile con dictadura 17 anos ,cuba dictadura 62 anos .Chile,democratica y prospera,cuba,dictadura miserienta…..es lo que dice la realidad !!

juanaBacalao 11 septiembre 2021 - 2:19 PM

“eso es lo que dice la realidad” que es mas terca que una mula y no importa cuanto traten de tergiversarla o pintarla con otros colores, el nivel de miseria material del pueblo cubano es sencillamente espantoso y toda la culpa, absoluta y completamente recae en aquellos llamados lideres que arrancaron con un experimento en 1959 y todavia hoy lo siguen llevando a cabo.

Observador 2021 11 septiembre 2021 - 12:05 PM

La experiencia chilena sin dudas modificó el devenir de la política latinoamericana. El propio desacertado proceso electoral de aquel entonces, en que un candidato con solo un tercio del voto popular pudo llegar al poder, abrió las vías para el desastre, cuando además el presidente pretendió imponer su programa como si tuviera el apoyo de la mayoría. Tampoco se puede olvidar la influencia de Cuba en ese proceso, incluida la insólita visita de Fidel que durante un mes recorrió el pais con actos de abierto proselitismo revolucionario con la todavia mayor insólita anuencia de Allende, cuya guardia personal además era cubana. Una figura respetable, honesta en su esencia, manipulada por fuerzas inescrupulosas que lo condujeron a la inmolación y al desastre de la democracia del país. La ominosa bota militar que tanto daño ha hecho en el continente asumió el poder y aunque logró revitalizar y alcanzar el éxito economico, enluto y trastocó por largo tiempo la institucionalidad nacional. No todos los paises aprendieron la profunda lección (Argentina y Uruguay sufrieron dictaduras militares) y aunque muchos han mejorado su sistema electoral, incluyendo el ballotage, queda demasiado lastre de aquello que condujo a Chile a esa larga noche.

Hoy Chile puede vanagloriarse de vivir en una democracia, imperfecta y acosada, pero al parecer resiliente y vital, con una ponderada independencia de los bloques de poder globalizados y con una economía en pleno desarrollo. Con la población ya mayoritariamente vacunada, ha sufrido mucho los estragos de la pandemia y parece saliendo de lo peor. A las puertas de discutir una nueva constitución que refleje los nuevos tiempos, acompañada de una nueva generación de políticos que protagonizara la conducción del pais, los sucesos del 11 de Septiembre quedarán como historia a no revivir.

Esteban 11 septiembre 2021 - 12:40 PM

Recuerdo la estancia del dictador Fidel Castro por todo un mes en Chile en lo que probablemente sea una de las visitas de estado más largas de la historia. Tuvo más que tiempo suficiente para embarcar a Allende, que como bien dice el OBSERVADOR 2021 fue un hombre honesto y respetable en esencia.
También recuerdo el recibimiento a todo trapo que se le dió a Fidel Castro a su regreso.
De todo aquello vino después un golpe de estado encabezado por el general Pinochet. Muertos, torturados, desaparecidos, una verdadera desgracia aunque cierto es que levantó la economía del país.
Una de las lecciones que debemos aprender de la historia reciente de Chile es que sin democracia, por mucho desarrollo económico que haya, no está completa una sociedad. Es por eso que además del desarrollo que en algún momento esperamos para nuestro país, este debe estar acompañado del pleno derecho a las libertades individuales a que el pueblo de Cuba tiene derecho.
Democracia sin desarrollo económico es una sociedad coja. Desarrollo sin democracia es una sociedad a la que le falta un paso. Ni desarrollo ni democracia es una dictadura sobre un pueblo que sufre.
Viva Cuba Libre.

Manuel* 11 septiembre 2021 - 12:20 PM

Rápidamente nos olvidamos de que Cuba también es una dictadura militar, con la única salvedad de que ahora el presidente no es un militar. Por cierto, ya quisiéramos que cediesen el poder en un referéndum tal como hizo Pinochet, porque Chile es un caso único en el mundo en el que un dictador cedió pacíficamente el poder para seguir viviendo en su país y morir tranquilamente de viejo.

Hay que añadir que la dictadura finalizó porque el pueblo de Chile luchó como ninguno por recuperar la democracia en circunstancias dificilísimas.

juanaBacalao 11 septiembre 2021 - 2:16 PM

“el pueblo de chile lucho” es una expresion erronea, quien realmente lucho fue el FPMR o Frente Patriotico Manuel Rodriguez una organizacion comunista, apoyada por el comunismo internacional y su principal satelite cuba, que estaba enfrascada en aquellos tiempos en subvertir a toda america latina y llevarla a ser satelite de la union sovietica, ahora si esta correcta la afirmacion sobre esa “lucha” que usted propone

Manuel* 12 septiembre 2021 - 5:08 PM

No

Juan Escandell Ramirez 11 septiembre 2021 - 1:12 PM

Estoy seguro que hoy Víctor Jara clama por la libertad de Luis Manuel Alcántara,Osorno,Hamlet Labastida y otros artistas presos y amenazados.

Libertad para todos los presos políticos, Patria y vida.

juanaBacalao 11 septiembre 2021 - 2:14 PM

lo graciosos de todos estos socialistas es que siempre lo dicen cuando ya estan en el poder, mientras estan tratando de llegar al mismo hablan mucho de restaurar la democracia (la constitucion del 40 se acuerdan) de respetar la ley, de cuidar las elecciones, no mas arriban a la silla presidencial entonces arrancan con que quieren cambiar la constitucion (siempre para bien del pueblo eh?) y de todas las formas posible quieren perpetuarse en el poder, porque ELLOS SI QUE SABEN LO QUE LE CONVIENE AL PUEBLO, que una vez los ha elegido resulta que se vuelve estupido y nunca mas logra saber que es lo que desea. me recuerda a un personaje del caribe que rapidamente le aconsejo a chavez que no hiciera mas elecciones y a ortega tambien le dijo que hacer elecciones era un error, sera por eso que nunca en cuba hubo elecciones despues de 1959? miedo a perder el poder?

cubano47 11 septiembre 2021 - 2:42 PM

No se nombra en el articulo a Carlos Altamirano cabecilla de los comunistas de la epoca quien, organizaba la lucha armada a la cual se oponia Allende, tampoco se habla de la extensa visita de Castro a la cual Allende se sentia molesto, ni del barco cubano con armas que los trabajadores del puerto de Valparaiso se negaron a descargar tampoco, de la visita de Pinochet a Cuba.

JOSE 11 septiembre 2021 - 2:59 PM

Imposible hacer socialismo con una cuarta parte de votos de los partidos de izquierda: el resto, para superar el minimo, los puso la Democracia Cristiana y otro partido centrista. Con semejante panorama, no se podia imponer un modelo político excluyente con tintes autoritarios y una economia estatal en veremos que paso por las expropiar grandes empresas.

El golpe fue necesario para evitar que el Partido Socialista de Carlos Altamirano y el MIR de Miguel Enriquez, que querian imponer el modelo cubano por la fuerza, violencia y muertos incluidos.
Otra cosa ocurrio despues del golpe: torturas, fusilamientos, desaparecidos, presos políticos que nadie podía apoyar. La economia remonto para hacerla la mas solida de toda America Latina sin crisis periodica.
El unico dictador del Hemisferio Occidental que se ha sometido a un plesbicito vinculatorio , ha sido Pinochet. Perdio y se fue. Ese fue su gran legado, saber perder .

Manuel* 11 septiembre 2021 - 3:14 PM

José, el golpe no fue necesario. Allende habría perdido el poder democráticamente porque la situación económica era insostenible y los chilenos se habrían ahorrado el horror de la dictadura militar.

JOSE 11 septiembre 2021 - 7:29 PM

He leído varios libros sobre lo que sucedió en Chile de 1970 a 1973, algunos escritos por periodistas, escritores y diplomáticos, unos tirando a la derecha , otros mas imparciales y el resto tirando a la izquierda. Una cosa dicen todos, y es que Allende fue ingenuo, bonachón, sano, con poca picardía política y falto de la maldad de Carlos Altamirano y Miguel Henríquez, los piromanos que pretendían incendiar al gobierno de la Unidad Popular. Mejor dicho, los que les serruchaban las patas a la cama de Allende. .
Allende nunca promovió la violencia ni hay denuncias sobre violaciones de derechos humanos bajo su gobierno. Ni siquiera en la biografía autorizada que se hizo sobre Pinochet, mucho menos la del General Gustavo Leigh, miembro original de la Junta del 11 de Septiembre que fue expulsado en 1978 por criticar públicamente a Pinochet por los muertos, por los torturados y por los desaparecidos.
Lo que sí ha quedado más que claro es que si no se da el golpe, Chile hoy fuera Venezuela, Cuba o Nicaragua.

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