El reto de la intelectualidad

por Consejo Editorial
intelectualidad

En abril del 2010 escribí que la corrupción, ya era entonces, el reto más difícil y peligroso que debíamos enfrentar. Un problema de seguridad nacional. Hoy deseamos alertar sobre la importancia que juega la intelectualidad, en medio de las circunstancias que vive el país, al tratarse de un asunto ideológico de primer orden.

Ya explicábamos en un reciente artículo, que la ciencia es una forma de poder. Por lo que no debemos descuidar su dinámica y mucho menos tratarla con mecanismos antidemocráticos. El papel de nuestros científicos en el trabajo contra la pandemia de la COVID19, resulta un ejemplo brillante de cómo deben trabajar unidos ciencia y política gubernamental.

Cuba es el único país de este hemisferio que no tiene analfabetos, cuenta con un nivel medio de escolaridad que es el más alto de la región, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Como si fuera poco, casi más de un 10% de su población cuenta con título universitario y posee un “capital humano”  con un grado de penetración en el campo de la actividad científica, envidiable para cualquier país.[1]

Es decir, Cuba, cuenta con un potencial extraordinario, si somos capaces de utilizarlo para impulsar las tareas que debemos desplegar para la aplicación del modelo económico, hacer crecer nuestra economía y lo que es más complejo aún, para hacer corresponder ese cambio con la dinámica social y el cambio de mentalidad que resulta ineludible.

Dentro de esa dinámica, las Ciencias Sociales y Humanísticas son las llamadas a desempeñar el papel fundamental, junto al trabajo cultural, por ser las más próximas a la política. Sin embargo, se están produciendo fenómenos que perjudican sobremanera el papel de esas ciencias y del trabajo cultural dentro de la dinámica política del país.

Nuestra Prensa, al parecer, con una actitud de desconfianza y excluyente, por lo general, limita a nuestra intelectualidad de estar en los medios, desplazando sus producciones hacia planos alternativos. Digamos  a la intranet e internet, o hacia la Prensa extranjera, a la que solo tienen acceso apenas un 10% de nuestra población. Hablando, sobre todo, en términos de la dinámica informativa diaria, que es la más compleja, pues participa en las coyunturas políticas en que el país, día a día, se debe desenvolver. Hemos podido observar las dificultades siguientes:

  • La relación entre la política y las ciencias es muy débil aún. Observándose claramente cierta intolerancia ante todo aquello que se escribe, o se dice, con matices críticos, o que se sale de las “normas trazadas”. [2] Solo están entrando en proceso de consideración las opiniones que se vierten sobre nuestra economía, promovidas estas insistentemente por la Presidencia del País.
  • Se dificulta fuertemente el acceso a la información sobre temas sensibles, provocando que nuestra intelectualidad revolucionaria, quede en desventaja dentro del debate que tiene lugar en los medios extranjeros, la prensa, internet y la academia fuera de Cuba.
  • Se promueve la crítica (Raúl Castro la ha promovido explícitamente) pero al mismo tiempo, se frena. Pareciendo como si hubiesen dos políticas; la que promueve nuestro Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y la que una burocracia, asentada en el poder, despliega aún a contrapelo de la orientación política general.[3]
  • Se despliegan iniciativas, por parte de la sociedad civil, que han hecho surgir centros de debate sobre nuestra realidad, dígase: Espacio Laical, Revista Temas, Observatorio Crítico, Dialogar Dialogar, UNEAC, etc. Pero no se observa que la dirección ideológica del país promueva una relación con estos centros de debate, ni que aproveche sus resultados. Los miembros de la prensa nacional, apenas participan en ellos. Pareciera más bien que estos debates existen a pesar de no ser del agrado de la Dirección Política. Por lo que parecen realizarse en medio de un cierto ambiente ambiguo, de tolerancia y clandestinaje. Al mismo tiempo, algunas publicaciones, que no podrían ser tildadas de contrarrevolucionarias, son “demonizadas”, aunque muy a pesar de ello, circulan y son leídas con interés por sectores de nuestra población, principalmente por la intelectualidad, sin que sean nunca inteligentemente respondidas.
  • Nuestra televisión tampoco utiliza de manera insuficiente el potencial del que dispone, dentro de la intelectualidad nacional, para debatir y esclarecer los temas de mayor interés para la población. Sobre todo, si son internos. Muchos temas circulan boca a boca, dentro de la Isla, pero en la práctica se los regalamos a la prensa extranjera u otros medios, permitiéndole especular con ellos y manipular la información que revota sobre la población. Asuntos tales como: la economía, la dinámica de la corrupción, el tema racial y otros, no encuentran espacio suficiente para el debate. Por lo que en medio de la extraordinaria lucha ideológica que se libra hoy, quedamos en desventaja para que nuestra intelectualidad sea acompañada por la población. Solo en Facebook, e internet en general, se les puede encontrar, como temas que son tratados sistemáticamente y con amplitud. Pero, como sabemos, gran parte de nuestra población no cuenta con los medios necesarios para acceder a los mismos.

Es decir, las relaciones sistemáticas entre las Ciencias Sociales y Humanísticas, cultura, política e información, no funcionan para hacer de ese mecanismo lo que de hecho puede ser, un formidable instrumento de trabajo para hacer avanzar las tareas que debe desarrollar el país, en medio de la que está resultando su más difícil encrucijada de supervivencia. Por lo que hoy, aunque la tarea principal es construir el Nuevo Modelo Económico y hacer crecer la economía, nuestros retos son también ideológicos. Por supuesto, para que el mecanismo de la relación entre política, ciencia e información, funcione adecuadamente, son necesarias ciertas condiciones que nosotros aún no alcanzamos en el grado requerido. Entre otras:

  • Es necesario que la crítica abierta y responsable, como la ha proclamado nuestro Primer Secretario, deje de ser algo más que una orientación política o una consigna. Para pasar a convertirse en el modo de accionar político permanente.
  • Es necesario que cada organización política y de masas, comenzando por el propio Partido, haga de esa orientación del Cro. Raúl Castro Ruz, un instrumento permanente de trabajo. Hay quien ha dicho que se pueden hacer críticas, pero no al partido. ¿Cómo entender esto? Si el partido es el máximo dirigente de la sociedad y el estado. Y su actuación se encuentra continuamente expuesta a la opinión de la población.
  • La no delimitación, entre Partido, Estado y Gobierno, ubica en un cierto callejón sin salida al ejercicio de la crítica. Encerrando a la política dentro de un mecanismo, que hace imposible su valoración crítica y las posibilidades de su rectificación.
  • Es necesario que la población adquiera la confianza, de que la crítica, desde una posición revolucionaria, oportuna y trasparente, puede ser efectiva. Y que no será demonizada ni reprimida.
  • Hay que rechazar el refugiarse en la mera individualidad y promover todo aquello que permita el ejercicio pleno de la responsabilidad social ante lo mal hecho. Lo que significa obrar con transparencia informativa, democracia dentro de las organizaciones, contrarrestar la impunidad y promover el respeto de la opinión individual, aunque esta pueda ser equivocada. Pues estas últimas son menos dañinas que el temor a expresarlas ocultas.
  • El cambio de mentalidad debe abarcar fuertemente, también el trabajo cultural y a la intelectualidad. Esta última debe sentir que cuenta con la confianza, la más alta valoración de su espíritu creador y el respeto a su libertad de opinión. De lo contrario, se establece una lucha, que concluye, apartando a la inmensa mayoría de los intelectuales del camino del socialismo; y los que no se apartan, acaban  perdiendo su capacidad para arrastrar a las masas.[4]

En todos los ex países socialistas de Europa del Este, el trabajo político con la cultura y la intelectualidad representaron un reto imposible de superar. Los lastres del estalinismo y una política de los partidos comunistas que resultó insuficiente para eliminarlo, dieron al traste con la posibilidad de que el socialismo sobreviviera. Por lo que, no fueron solo culpables del derrumbe, la ineficiencia económica, la improductividad y la corrupción. Sino también, la incapacidad de los partidos comunistas, para liderar a sus respectivos intelectualidades, lo que terminó por producir el derrumbe espiritual de esas sociedades.

[1] En otros artículos nos hemos referido a que estas ventajas, encierran para Cuba el reto de cómo mantenerlas. Fenómeno dentro del cual, la eficiencia y flexibilidad de la política migratoria, desempeñan un papel fundamental. Ver: Moncada-Lectores del Mundo, del Autor, El suicidio de la Migración.

[2] Ver del Autor Ciencia y Política: un dúo complejo, Blog personal.

[3] Cuento con una experiencia personal al respecto, que se encuentra muy bien reflejada en mi blog.

[4] El intelectual, o es realmente revolucionario, oponiéndose a la intolerancia, la falta de democracia y al ordeno y mando, o termina siendo un oportunista despreciado por su propio gremio.

15 comentarios

Castellanos 27 junio 2020 - 7:35 AM

Muy bien, Don Esteban. Y ahora un par de preguntas: ¿cómo lograr lo que usted plantea? ¿Para cuándo sería la cosa?
Gracias.

Raúl Cabrera Nuñez 27 junio 2020 - 11:12 AM

Estimado Esteban. Me agrada mucho leer sus valiosos comentarios sobre variados temas que tienen que ver con problemas que confrontamos en distintos ámbitos y sobre todo criterios de como enfrentarlos. Como usted hay muchos compañeros que en el ámbito económico expresan continuamente opiniones fundamentadas, de como enfrentar estas tan importantes actividades. Pero respetado Esteban, lo que usted y ellos comentan solo llega a un 10% de los que debieran conocerlo, que es el Pueblo. Mientras los periodicos nacionales y locales, solo publiquen lo que aprueben sus ferreos sensores, ese Pueblo privilegiadamente ilustrado por una revolución cultural única, no tendrá la oportunidad de analizar distintas opciones y opinar al respecto. Tener a Facebook o un blog por internet no es camino como usted bien dice. Fidel dijo que debía cambiarse lo que debiera ser cambiado. Que unos pocos interpreten que si y que no, no es democrático. Raul dio a entender que la crítica abierta y constructiva es un arma poderosa para mantener la revolución fuerte y a sus dirigentes con el prestigio necesario para estar al frente. Mientras la crítica que se acepte y la que no, este en manos de quienes tienen una opinión especifica y con esta definan, pues no habrá crítica abierta. Así de simple

Atanacio 27 junio 2020 - 8:55 AM

Ahora resulta que las altas esferas de gobierno promueven la crítica y los de abajo hacen lo que le da la gana. La culpa la tiene el toti

Carlos 27 junio 2020 - 12:42 PM

Es un ciclo, eterno.

Luis Enrique 27 junio 2020 - 11:40 AM

Muy buen análisis, bastante completo a pesar de ser breve. Solo hay algo que me dejó erizado y con falta de aire:

“…la incapacidad de los partidos comunistas, para liderar a sus respectivas intelectualidades, lo que terminó por producir el derrumbe espiritual de esas sociedades.”

¡¡Eso es religión pura y dura!!
1. Se asume que un partido político (representantes de una fé) debe liderar a quienes pretendan usar la cabeza y la razón. Incluso a quienes simplemente pretendan analizar la realidad.
2. Se le otorga a un partido político (representantes de la fé) la responsabilidad de ser el “espíritu” de los pueblos o velar por su cuidado a través de los intelectuales (elitismo)
3. ¿Qué pasa si hubiera sido todo lo contrario? Los partidos comunistas se habrían encargado de amamantar y formar a los intelectuales para mantener ese “espíritu” popular o nacional. Educando a los ciudadanos en los verdaderos valores superiores del comunismo. Manteniendo ese orgullo por lo propio y consolidándose como guías, rectores, líderes de las sociedades que representantan. ¿Alguien recuerda a la Alemania de Hitler y Corea del Norte?
En el momento en que alguien define que un grupo (independientemente de su postura ideológica) debe liderar a una nación y ser guía, se están estableciendo las bases del fascismo y el sectarismo. Se le está otorgando a ese grupo una responsabilidad que carece de sentido práctico y se le otorgan privilegios que solo se tendrían justificación temporal a lo sumo.
No es lo mismo, ni remotamente, definir y acordar principios éticos que establecer un liderazgo o grupo para implementarlos e incluso forzarlos. Una sociedad no es una sola mente coherente ni tampoco un absoluto caos, definir reglas para proteger a los individuos y facilitar su prosperidad y plenitud es muy diferente de forzar una ideología concreta bajo la que deban convivir. Ya eso se probó muchísimas veces en diferentes épocas y no hay un solo historiador ni estampa de esas experiencias, con conclusiones positivas, de hecho, gracias a eso es posible que nos hayamos atrasado 500 años como raza humana y sufrido la confrontación bélica mundial más grande.

Jagger Zayas Querol 27 junio 2020 - 11:43 AM

Estimado compañero Esteban Morales, su artículo se centra en la principal dificultad que afronta nuestro país, donde nunca hemos ganado la batalla económica con modelos de desarrollo a lo largo del tiempo, tan eclécticos, como fallidos y todo por la principal razón: la fuerza de dirección principal de la sociedad es ciega y sorda, animada de un dogmatismo que la Historia demostró lo fracasado que es.
Es cierto que la Revolución hizo una gigantesca tarea al dotar de instrucción elevada a nuestro pueblo y por eso, tiene discernimiento, pero a la dirigencia no le agrada que el pueblo piense. Para eso están ellos, practicantes de un mesianismo estéril y a la espera de la formación de un nuevo “mesías” capaz de aglutinar a las masas a su alrededor como garantia de la unidad del rebaño.
Ese partido que sustituyó la democracia interna y el centralismo democrático por la obediencia ciega, la “unanimidad” y el centralismo burocrático, constituye el principal obstáculo para destrabar nuestra economía y quitarle la mordaza a la población y dentro de ella, a la intelectualidad cubana, formada por la propia Revolución y sus principios y dar paso al necesario e imprescindible debate nacional con la pluralidad inocultable como bien usted propone en su artículo.
Sin embargo, la terquedad imperante no permite tales propuestas y cualquier asomo público es acusado de disidencia politica y anatematizado en los medios públicos, también propiedad del Partido, para desvirtuar su buena fé y esperar a que cambie su mentalidad, es esperar que “el olmo dé peras” o arar en el mar.
Sólo la Historia dará solución a este conflicto y pudiera ser, como vaticinó Fidel el 17 de noviembre del 2005 en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, esta Revolución podría ser derrotada por nosotros mismos.

Livio Delgado 27 junio 2020 - 11:47 AM

Profesor Morales desde aquel congreso del partido del 91 están con el cuento de decir todo lo que ha de ser cambiado (la siempre arriesgada crítica) para después no hacer nada o en honor a la verdad, muy poco en cuando a cambiar el poder monopólico e insano del PCC y sus figuras históricas sobre todas las desiciones que emanan de ese supra club de los elegidos y sus designados.
Lo que sí ha cambiado en estos 30 años es la posibilidad de debatir, lograr consensos y exponer los éxitos y carencias de un país y una sociedad que languidece en el tiempo, por demas, tiempo que para muchos se va agotando y para los más jóvenes no cumple con sus propias espectativas de futuro, ese cambio es tan definitorio como que hoy yo pueda tomándome el desayuno desde mi casa en Canadá, leerle y responderles para entrar en el debate plural y mucho más real que lo reflejado en cualquiera de los medios que el gobierno mantiene y monopoliza para su propia propaganda politica.
Internet y la tecnología digital en su conjunto desbarató aquella necesidad de un medio de prensa o un “marco adecuado” para el debate y básicamente desvaneció esa frontera de agua que mantenía la posición gubernamental como la única existente y además sin debate. Gracias a ello hoy le leemos a usted y muchos otros intelectuales y hombres de pueblo que en sus día tuvieron sus encontronazos con la dictadura del proletariado ya hoy “sin proletarios en el poder” y que en su escrito de hoy usted les sugiere sean tomados en consideración para poder lograr esa Cuba de todos, y aquí está creó su gran primer error, al grupo de históricos y continuistas no les interese esa Cuba plural e inclusiva, su poder tiene de base el uso y abuso del monopolio en la toma de desiciones sobre quiénes deben ser escuchados y por lo tanto tomados en consideración, por ello creo lo seguiremos leyendo desde este blog de jóvenes y no tan jóvenes que aceptan el debate desde el respeto de la diversidad de opiniones para lograr esa Cuba de todos por tanto tiempo pospuesta.

Antonio 27 junio 2020 - 12:14 PM

Soy escéptico en cuanto a cambios en Cuba. Está en estado de coma una sociedad donde el derecho a la crítica requiera del permiso de un individuo, por muchos que sean sus méritos, y de la posterior anuencia de una burocracia con potestades para decidir sobre lo prudente y lo nocivo, Habría que tener vocación suicida colectiva en toda la larga cadena de múltiples funcionarios para que renunciaran a los privilegios y al disfrute del Poder. Se requeriría de armas más poderosas que una frase suelta para penetrar el espeso blindaje protector de estructuras y rituales.
No veo viable que el selecto núcleo de los dirigentes de los niveles de “la fuerza dirigente de la sociedad” pueda encabezar el movimiento renovador que requiere nuestra sociedad. Quienes acceden a cargos de importancia en ella lo hacen por clonación, mediante un canal con estaciones sucesivas bajo estrecha vigilancia de otros clonados; cualquier portador de algún gen sospechoso se elimina. Queda abolida la selección natural.
Ciertas condiciones internas y externas quizás habrán justificado seguir la línea de uniformidad forzada, pero al desecharse la actualización del modelo se agotan sus capacidades, pierde dinamismo, luego se convierte en freno y más tarde pasa a ser nocivo.
Quienes dirigen a una organización que se proclama interprete universal de los deseos y aspiraciones de todo un pueblo corre el riesgo de asumir que son los únicos poseedores de soluciones, no requiere indagar ni consultar opiniones; ni siquiera de sus integrantes de menor categoría. De tal forma, la dirigencia puede darse el lujo de existir solamente para sí. Para eso existe el engendro teórico del “centralismo democrático” que fue pensado para una emergencia pero después sirvió sin adecuaciones como herramienta idónea para lograr sumisión. Hasta que, como reza el programa de la “dosis exacta” el medicamento salvó al paciente pero finalmente lo hizo cadáver. Saludos.

cubanuestraeu 27 junio 2020 - 12:36 PM

Interesante, reblogeo en nuestra sección de polémicas

El reto de la intelectualidad — La Joven Cuba | Cuba Nuestra: Polémica 27 junio 2020 - 12:37 PM

[…] a través de El reto de la intelectualidad — La Joven Cuba […]

Alberto N Jones 27 junio 2020 - 12:57 PM

Otra magnifica contribucion para el selecto y limitado grupo de personas con acceso a estos medios.

Como derribar este muro de silencio que auto lesiona y es el mayaro culpable de los males que atrofian, estancan y estan destruyendo el pais?

Como y que podemos hacer para que intelectuales, estudiantes y trabajadores pierdan el temor a expresarse, aporten las ideas necesarias que jamas podran concebir quienes pretender dirigir sin la vivencias diarias de la poblacion?

Profundamente agradecidos por estas reflexiones y confiemos, el momento de los profundos debates en la colina de la Universidad, el Parque Cespedes de Santiago de Cuba o los que crearon nuestros proceres en la Acera del Louvre no demoren para bien del pais.

Ernesto Wong García 27 junio 2020 - 12:59 PM

Buen artículo, en lo que respecta al contenido. La forma, sin embargo, necesitaba un trabajo de edición que evidentemente no se hizo. Me asombra, porque no es lo normal en LJC.

Manuel* 27 junio 2020 - 7:18 PM

Esteban, es falso que Cuba no tenga analfabetos. Son analfabetos los niños hasta que aprenden a leer, como también son analfabetos muchos mayores que sufren de deterioro cognitivo. No es cierto que el 100% de los adultos cubanos sepan leer. Cuando un anciano sufre demencia y pierde la habilidad de leer no existe ningún registro donde se apunte en un listado de analfabetos.

Esto lo digo para que nos tomemos con cierta cautela los datos oficiales … en cualquier lugar del mundo.

Chris 27 junio 2020 - 9:14 PM

No creo que RC promueva la crítica de esa manera abierta y sincera, para mí es puro teatro. En Cuba la crítica es fuertemente censurada a todos los niveles, baste ver los comentarios censurados en los medios del gobierno aún cuando no están en contra de lo que ellos llaman principios fundamentales.

Alberto D Aza 28 junio 2020 - 2:38 PM

El naso buco político ha sido el principal instrumento utilizado por la burocracia dominante para prevenir que los ciudadanos co un alto nivel de educación aporten su participación al progreso del país. Como es posible que un pueblo tan progresista como el nuestro, después de 60 años de esfuerzo, todavía tenemos que vivir soñando con el futuro. Algo anda mal.

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