Puesta en escena

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A finales de abril del 2019 se celebró el XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). El ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil, recién nombrado por entonces, afirmó en una intervención ante los delegados: “Para el año 2020 queremos desarrollar un plan de la economía más participativo y flexible”.

Entendí que se renunciaba a los viejos métodos informativos sobre la planificación económica y que, para variar, serían escuchados y tomados en cuenta los criterios de los trabajadores previos a la presentación del referido plan. Me equivoqué.

En los últimos días de diciembre, la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) aprobó el Plan y el Presupuesto. Inmediato a ello, la dirección nacional de la CTC convocó a los trabajadores a una discusión colectiva que se extenderá durante los meses de enero y febrero del 2020. ¿Aprobación primero y discusión después? Nada cambió, me dije.

El miércoles 8 de enero, los viceministros de Economía y de Finanzas y Precios (MFP) se reunieron con dirigentes sindicales de todo el país para explicar las novedades del plan y del presupuesto del Estado en el presente año. Seguí con atención el encuentro, el sitio Cubadebate informó acerca del mismo a través de la periodista Thalía Fuentes Puebla.

Según ella, Johana Odriozola, viceministra del MEP, expresó que el esfuerzo principal tenía “que estar dirigido a priorizar el análisis de las potencialidades y reservas, en función de incrementar las exportaciones de bienes y servicios y de esta manera aumentar los ingresos”. Odriozola enfatizó igualmente en la necesidad de un plan objetivo, atendiendo a los recursos disponibles y solicitó “una discusión menos formal y cuantitativa. Hay que hablar de indicadores de eficiencia y productividad y buscar el protagonismo de los trabajadores”. La funcionaria insistió en las medidas de ahorro y en evitar las inversiones que no sean factibles. “Es tarea de los cuadros políticos movilizar y comprometer a los trabajadores”, alegó.

Les pido a los lectores de LJC que no me pregunten cómo es posible que un plan sea objetivo, se hable en un debate sobre él de indicadores de eficiencia y productividad y, al mismo tiempo, sea una discusión menos formal y cuantitativa. Tampoco puedo responderles de qué modo compaginar el protagonismo de los trabajadores con el hecho de que estos sean movilizados y comprometidos por los cuadros políticos.

Quizás la periodista deba pasar un curso de redacción para ganar claridad en las ideas que expone, pero por mucho que leo no encuentro el sentido a esta información, y uso este término porque analizar la reunión no fue su objetivo: “Díaz-Canel, definió conceptos de la batalla económica como la fortaleza ideológica de las estructuras, dirigir y no cumplir tareas, la política de cuadros, el ahorro y evaluar estructuras, incentivos materiales y morales, e identificar trabas y soluciones”.

Lo que se informaba me llevó a una relectura del artículo “Ventrílocuos”, que dediqué al Congreso de la CTC, allí apuntaba:

No esperaba mucho del XXI Congreso de la CTC, ya lo dije. Pero no esperaba tan poco. Sobre todo no esperaba un acto de suplantación similar al que realiza un ventrílocuo en una función de circo. La burocracia puso a hablar con su discurso a una representación obrera que, cual boca de Saurón, repitió consignas y asumió compromisos que no está en sus manos cumplir: priorizar las exportaciones, autoabastecernos en los municipios, disminuir importaciones, controlar los plazos de las inversiones, lograr encadenamientos productivos…  Ni siquiera a nivel de los centros de trabajo es posible para un trabajador el control de los planes de producción; mucho menos sensato es admitir —como lo acaba de hacer la dirigencia obrera en el congreso—, que pueden arrogarse una mirada macro, que se erige incluso por encima de los ministerios y depende, por estratégica, de los más altos niveles políticos de dirección.

Al parecer, los lectores de Cubadebate piensan algo similar, vistos los escasos comentarios que dejaron al pie del artículo de Thalía Fuentes. Solo citaré tres, Orieta Álvarez Sandoval dijo: “Para discutir hay que analizar los datos. ¿Se brindarán los principales datos a los trabajadores o solo se pedirá la mejor manera de cumplir con las metas?”. Su pregunta es apoyada por José Luis Amador: “De acuerdo con usted, los detalles de la eficiencia, que es lo primero que hay que arreglar no lo pueden definir ni los obreros calificados, ni los obreros ocupacionales. Para eso hay que tener conocimientos adquiridos en la universidad (…)”; y por Landry: “Creo que lo primero que se debe hacer para que esto funcione es poner la realidad de cada empresa en la mesa de reuniones. Hacer un plan realista y no que en mes de julio se reúnan una vez más para reajustar el plan de la economía (…)”.

¿Cuánto debemos?, ¿con qué financiamiento real contamos para invertir?, ¿podemos decidir sobre las prioridades y sobre la renovación tecnológica?, ¿las acciones del gobierno norteamericano influirán en el plan o se tuvo en cuenta esa variable en la planificación del mismo?… Las preguntas son muchas y de las respuestas depende la seriedad de este proceso y no que sea una puesta en escena más para decir que los trabajadores “fueron consultados”.

Insisto en un punto: en los debates del proyecto de Constitución se resaltó la necesidad de implementar el control obrero, lo que además fue incluido en el artículo 20: “Los trabajadores participan en los procesos de planificación, regulación, gestión y control de la economía. La ley regula la participación de los colectivos laborales en la administración y gestión de las entidades empresariales estatales y unidades presupuestadas”.

Sin embargo, ni en el congreso obrero ni en esta reunión del 8 de enero, algún dirigente sindical se refirió al modo en que el artículo 20 se concretará en leyes claras y precisas, que permitan a trabajadoras y trabajadores rescatar la propiedad de los medios de producción fundamentales y tener un protagonismo real en los planes de la economía, y no uno que solo viva en el discurso y en los conceptos.

Se llegó a decir ayer jueves, en la revista televisiva Buenos días, que “el aporte de los trabajadores define el desarrollo del país”. El presidente de la República pidió a la burocracia sindical: “Este proceso de discusión del plan con los trabajadores debe aportar, convocar y conmover a cada trabajador”. Le aseguro por mi parte que estoy conmovida. La indignación también conmueve.

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17 COMENTARIOS

  1. Estimada Alina. Quizá el artículo 20 quiso honrar a quienes dirigen a los trabajadores. Puede ser que se refiera a ellos. Al fin…Ellos también trabajan.

  2. Profesora Alina, una puesta en escena se hace en un teatro y una obra teatral, aunque sea reflejo de la vida, no es la vida. Concuerdo en que no escogi’o mejor titulo para su post q1ue el que ahora lleva.
    Ese es el problema: la demagogia que caracteriza a la mayor parte de los voceros, los cuales, convencidos o por conveniencia, repiten como papagayos (para emplear un término más lationamericano que la invocación de Sauron) lo que el oficialismo de la burocracia quiere hacer pasar por verdad.
    Es tan viejo este problema de la participacion real de los trabajadores en los procesos de direccion empresariales que numerosas normas jurídicas lo exigen, pero siempre ha sido letra muerta sobre el papel: nunca se ha implementado legalmente cómo debe ser tal participacion y por supuesto, es una asignatura pendiente, si es que algún dia, dicha asignatura se aprobará o seguiremos «ponchados» como dicen los estudiantes. No ocurrirá lo mismo con el Articulo 20 de la Constitución? En la anterior se incluia el derecho de los cubanos a ir a las playas, hoteles, etc. No hubo acaso una disposición normativa que prohibía ese derecho consagrado en la Constitución? Sí, la hubo y nadie, ni siquiera la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Asamblea Nacional del PP, que hiciera una observación y mucho menos, abriera un proceso de impugnacion contra esa medida por violatoria de la Constitución. Entonces, qué ha cambiado??
    Sólo escena y escenario. Lo demás, bien, gracias!!!

  3. Incontables son las veces que todo el que tenga 20+ años de edad habrá escuchado el mismo lenguaje abstracto y lleno de lugares comunes de nuestros «dirigentes», verdaderos especialistas en hablar mucho sin decir ni hacer nada que sirva para algo útil. Una burla de 6 décadas en las que la lengua ha sido más importante que el cerebro.
    Cómo resultado de ello tenemos un país atrasado, estancado y/o en franco retroceso.
    Imagino que es así como se «combate al imperialismo».
    Si todo continúa como hasta ahora cuando «derrotemos al imperio», si todo sale bien, los que hayan tenido más suerte estarán usando taparrabos en el glorioso socialismo «próspero y sostenible» que estamos construyendo y que de seguro se extenderá por toda la Tierra habitada.
    La mala noticia es que si todo sale mal, como siempre, con seguridad 2021 será peor que 2020.

  4. Es muy triste leer todo eso así, junto en un solo artículo. Comprender claramente que el discurso oficial que se genera y publica, nada o poco tiene que ver con la ejecución. Qué así mismo hemos estado por generaciones, haciéndonos de oídos sordos y de la vista gorda con la (ya a esta altura abismal) brecha entre los dirigentes y los dirigidos.
    Ni siquiera los más testarudos defensores del gobierno cubano y sus personalidades, han podido explicar jamás que el «socialismo» cubano sea tan estrictamente feudal. A los trabajadores siempre se nos ha vendido la idea de que somos piezas clave y tenemos en nuestras manos los medios de producción, pero en la práctica trabajamos dónde el estado decida y en los términos que el estado haya definido, sin posibilidad de actuar como propietarios ni redefinir la actividad que desempeñamos y por supuesto que el estado se queda la mayor parte de lo que sea que se produzca porque la producción no puede ser ofertada a ningún otro destino que el estatal.
    La implementación actual del «trabajo por cuenta propia» también muestra esa doble moral que el artículo refleja en congresos y reuniones y noticias. La actual política establecida por el gobierno no busca mejorar la vida de los cubanos (productores y consumidores), ni aliviar la carga a las empresas estatales, ni aumentar el PIB, ni activar la economía. Solo mirando lo fácil que ellos pueden activar y desactivar la emisión licencias, lo extremadamente ridículo y específico de muchas de las «actividades económicas» permitidas y el enfoque «solo puedes hacer esto» en vez de «cualquier cosa menos esto»; es fácil notar que es más que nada una medida política, como lo fue el aumento salarial reciente y cómo lo son la mayoría de estos discursos en eventos dónde se dicen frases y pronuncian palabras que anuncian esperados cambios y mejoras pero en la práctica se continúa con los mismos métodos que nada tienen que ver con Socialismo.
    Este gran engaño es a la vez el principal mérito. Generaciones de cubanos todavía están convencidos que el gobierno actúa o trabaja en beneficio de todos los los cubanos. Los que apoyan al gobierno ven a un gobierno maravilloso, como el de las noticias. Todos sus representantes son nobles y trabajan arduamente para sacar el país adelante y derrotar al enemigo, solo hace falta trabajar día a día y el futuro estará asegurado. Parece que los dirigentes creen que el pueblo es una masa sólida como en los 1 de mayo, y mientras los atiborran de consignas y estereotipos y referencias más o menos tergiversadas de la realidad cubana que solo ellos controlan, pueden hacer lo que les plazca, a fin de cuentas todavía se está construyendo «algo»

  5. JAMAS…ningun Congreso obrero en Socialismo ha funcionado para los obreros…..como polea de trasmision e imposicion de lo acordado en el Consejo de Estado , si ha sido excelente .
    Todos sabemos que la politica del Pais se hace , se distribuye , se controla , se retroalimenta y se rehace ….de acuerdo al apendice constitucional de la ANPP que funciona las 24 horas del dia y todos los dias del anos llamado….el Consejo de Estado.
    De este Consejo de Estado salen las directivas para el Buro Central del PCC (que en teoria debia ser lo contrario)…. por cierto se repîten los principales cuadros en los dos centros directivos centrales de la politica cubana …. el partidista y el gobierno.
    Varios de los que hoy escribimos aqui participamos como miembros de las delegaciones o miembros de las direcciones sindicales obreras de esos montajes.
    Pantominas politicas para continuar a vender la unidad revolucionaria de los obreros con su Revolucion.
    Nesesidad de presentar la justesa de las desiciones centrales de los endiosados y la acogida gloriosa y mayoritariamente positiva del pueblo cubano ante la palestra internacional .
    Mensaje repetitivo de fortalesa interna para al imperialismo yanqui y las organisaciones contrarias internas y externas.
    Mantenimiento del stato quo interno , ideologisacion y control general de la sociedad.

  6. Cuando el PCC deje de ser la fuerza rectora de la sociedad podremos hablar de cambios y nuevas posibilidades. Es fastidioso repetirse, pero ante tanta continuidad, no hay de otra: Cuba necesita una nueva constitución.

  7. No recuerdo donde lo leí, pero lo repetiré acá porque viene como anillo al dedo: Si te engañan una vez, la culpa es del otro, si te engañan 2 la culpa es tuya, porque ya sabías que deberías confiar en esa persona.
    Ahora nos rasgamos las vestiduras porque el estado dice una cosa y hace otra, pero la gran verdad es que SIEMPRE han hecho lo mismo, ni para mentir son originales. Esta obra se ha puesto en escena una y otra vez año tras año con los mismos resultados. ¿No es hora de cambiar?
    La otra verdad es que tampoco los afectados se quejan nunca y cuando alguno lo ha hecho simplemente ha sido reducido a «polvo».

    Como diría el «nunca bien ponderado» Yusuam Palacios: «…Es un poco mas de lo mismo…», Jajaja!

    Pero bien, no soy defensor del socialismo, pero sé que los foristas de este blog abogan en su mayoría por reformar el existente. Pregunto: ¿Cómo piensan hacerlo si de «arriba» nadie escucha y les están mintiendo todo el tiempo?

  8. // Los obreros-«trabajadores»-asalariados no pueden ni saben NI NECESITAN definir ni decidir el funcionamiento de las empresan en que trabajan //

    Decirles que quieren que y van a hacer todo eso es LA PURA DEMAGOGIA de siempre.

    Se tienen empresas con administradores profesionales y CONTABILIDAD REAL. Tienen que PRODUCIR EFICIENTEMENTE, NO HACER DAÑOS NI MALGASTOS y TRATAR BIEN A SUS ASALARIADOS. Todo esto por ley.

    Y ¡a competir entre esas empresas! A ganarse la aceptación de los consumidores o usuarios de sus productos o servicios. A ganarse el interès de los posibles obreros a trabajar en ellas, por las condiciones, remuneración y la satisfaccioón de hacer un buen trabajo.

    ¿Podría ser más claro, simple y deseable, PARA TODOS Y PARA TODO?

  9. Queridos amigos, pasando mis últimos días de las vacaciones en las playa ? Waikiki en Hawaii, no había tenido tiempo de revisar los interesantes post de LJC, es realmente fascinante el título que la “profe” da a este escrito, pues realmente no sólo el congreso de la CTC, las plenarias del PP o el próximo congreso del PCC, todo, absolutamente todo en la isla es una puesta en escena, para el traspaso del poder, la generación histórica, trata de salvar lo que queda de riqueza en la isla ?, para traspasar lo adquirido con las armas, a los herederos, familiares, amigos y funcionarios que nunca participaron de la gesta que significó la lucha armada.

    El Capitalismo Monopolista de Estado, se nutre de las empresas en manos de los generales del MINFAR, pero como el sistema actual se derrumba de manera precipitosa, se necesita un marco legal, para traspasar el poder y la riqueza, para continuar usufructuando y medrando con los recursos del país, los elegidos cómo herederos, por lo tanto, no pueden permitir que el pueblo, las masas, los cubanos de a pie, tengan la oportunidad de participar en la redacción de estas leyes, no es una legalidad socialista, es en realidad el robo de una nación por la élite gobernante, que un día fueron jóvenes revolucionarios y hoy son unos viejos cuatreros, caricaturas de revolución con alma de ladron.

    Lo siento por los izquierdistas, pero nadie los quiere, los desprecian en La Habana y los detestan en Miami, en este momento es la Administración del Presidente Trump, quien tiene la ofensiva con medidas, dirigidas y encaminadas a doblegar la élite comunista cubana para obligarlos a negociar una salida, donde el pueblo cubano tenga la posibilidad de participar. Sin ser plattista o anexionista, podemos reconocer que el Gobierno de los EEUU es el único que puede forzar los acontecimientos, en esta “Piñata” que están organizando en Cuba, lo que están legislando en este 2020 en la isla, es la legalización del robo de los bienes de la nación, por la familia Castro y sus acólitos. ? Saludos desde Honolulu ?

  10. Veo a La Joven Cuba muy crítica. ¿No estaréis financiados por la CIA como 14ymedio?

    Un día de estos os van a llamar de la Seguridad del Estado, si es que ya no lo han hecho.

  11. Alina, continuar hablando de lo que la «nueva» Constitución dice y no se hace creo, con todo respeto hacia Ud, que es una perdida de tiempo y energías.

    Como dice un comentario anterior, existe la experiencia de decenas de años anteriores en que la práctica ha sido desconocer lo establecido por la Constitución por conveniencia o capricho de las máximas instancias del PCC. Se veía venir mas de lo mismo cuando los mandones se negaron a incluir rn la Constitución la creación de un Tribunal Constitucional o su equivalente que permitiera hacer reclamaciones. Otra «picardia» muy utilizada ha sido la de poner «derechos y deberes» de forma ambigua que despues no se concretan en leyes como es el caso del llamado «control obrero».

    Lo único que seguro se cumple sin falta de la Constitución actual y anteriores es que «el PCC es la fuerza rectora de la sociedad», lo demas lo deciden de acuerdo a su conveniencia y criterio.

    Lo siento por Ud profesora y por los que una vez mas creyeron en «cuentos de camino» y apoyaron la «nueva» Constitución y votaron por ella extendiendo un nuevo «cheque en blanco».

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Alina Bárbara López Hernández
Alina Bárbara López Hernández
Profesora, ensayista e historiadora. Doctora en Ciencias Filosóficas

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