Boris Kagarlitsky, coherencia frente al despotismo

por Armando Chaguaceda
Boris Kagarlitsky

Un tribunal acaba de condenar al sociólogo marxista Boris Kagarlitsky a diez días de cárcel. La policía lo arrestó el miércoles pasado, cuando se dirigía a su cátedra en la Escuela de Ciencias Sociales y Económicas de Moscú. El delito fue compartir en redes sociales contenido ilegal; nada más y nada menos que información sobre la convocatoria del Partido Comunista (KPRF) a protestas —no permitidas— contra los resultados de las recientes elecciones parlamentarias.

Recordemos que durante una atípica jornada de tres días (del 17 al 21 de septiembre), los electores rusos acudieron a elecciones legislativas. Desde entonces, el KPRF se ha negado a reconocer los resultados oficiales de la votación electrónica en Moscú, donde las boletas en línea impulsaron a varios candidatos oficiales sobre los opositores.

En respuesta al fraude —demostrado por expertos rusos— los candidatos, militantes y simpatizantes del Partido Comunista organizaron pequeñas protestas el 20 y 25 de septiembre. Ello provocó una amplia represión policial, que incluyó intimidaciones contra los abogados del partido e intentos de allanamiento de sus oficinas.

Conozco a Kagarlitsky —y su obra— desde hace bastante tiempo. Su trayectoria es un digno ejemplo de activismo cívico, pensamiento crítico y compromiso progresista con los derechos de los trabajadores, la justicia social y la democracia política. En los años setenta, Boris estudió crítica teatral en el Instituto Estatal de Artes Escénicas, hasta que fue expulsado por «actividades de disidencia» en 1980. Su trabajo como editor y colaborador de publicaciones del samizdat, entre 1978 y 1982, le valieron dos años de prisión por actividades «antisoviéticas».

Boris Kagarlitsky (2)

Conteo de votos en la ciudad de Moscú como parte de las elecciones legislativas (Foto: Artyom Geodakyan / TASS ).

Tras su liberación, publicó en Occidente su primer libro: The Thinking Reed: Intellectuals and the Soviet State From 1917 to the Present, merecedor del Deutscher Memorial Prize en 1988. Esa obra, enriquecida y ampliada, con el nombre Los intelectuales y el estado soviético, apareció en 2006 bajo el sello argentino Prometeo. Fue precisamente al leerlo, en la feria del libro de Buenos Aires, que entré en contacto con la vida y obra del intelectual y activista ruso. Iniciamos entonces una relación profesional que perdura, con colaboraciones suyas para publicaciones que he coordinado.[1]

Al iniciar la Perestroika, Boris pudo culminar sus estudios de Artes Escénicas, en 1988; año en que se convirtió en coordinador del Frente Popular de Moscú. Esta organización aprovechó la apertura de la glasnost para auto-organizar fuerzas de izquierda ajenas a la oposición nacionalista, a la disidencia liberal y a la nomenklatura comunista. En 1990 fue elegido diputado al Consejo Municipal de Moscú y miembro de la comisión ejecutiva del Partido Socialista de Rusia.

Cuando ocurrió la disolución de la Unión Soviética, Kagarlitsky fundó, con otros colegas, el Partido del Trabajo. En octubre de 1993, durante la crisis constitucional de septiembre-octubre —que culminara con el bombardeo sangriento al parlamento ruso— fue arrestado por su oposición al presidente Borís Yeltsin. Posteriormente, el Consejo Municipal de Moscú desapareció bajo la nueva constitución de Yeltsin.[2]

Además de por su sostenido activismo, la vida de Borís Kagarlitski es la de un prolijo y riguroso académico, gestor institucional e intelectual público. Entre 1994 y 2002, fue investigador asociado del Instituto de Estudios Políticos Comparativos de la Academia de Ciencias de Rusia. Obtuvo el doctorado en 1995 con una tesis titulada Acciones colectivas y políticas laborales en la Rusia de los años noventa. Ha trabajado como profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Moscú, la Escuela de Ciencias Económicas y Sociales de la referida ciudad y el Instituto de Sociología de la Academia de Ciencias de Rusia.

Actualmente dirige el Instituto de Globalización y Movimientos Sociales, institución académica que el Ministerio de Justicia de Rusia, en su creciente razzia contra toda forma de autonomía social, intelectual y mediática, designó como «agente extranjero» en 2018.

Boris Kagarlitsky

Kagarlitski fue arrestado por su oposición al presidente Borís Yeltsin.

Kagarlitski escribe sólidos análisis sobre la vida política y socioeconómica de Rusia, especialmente sobre la situación de la izquierda y los movimientos sociales en el país. Además de en reconocidos medios de la izquierda internacional (Weekly Worker, Znet, International Socialism y Green Left Weekly), sus ideas han aparecido en publicaciones progresistas de habla hispana, como Nueva Sociedad y Sin Permiso. Se ha convertido en un referente para comprender, al margen de lugares comunes, la realidad de la Rusia postsoviética.

Estos eventos nos recuerdan algunas cosas que a menudo —metidos en nuestras parroquias y dogmas—, olvidamos. La primera es que la naturaleza política (y la composición de clase de sus élites) de los regímenes autocráticos actuales es adversa a cualquier forma de organización, acción y pensamiento autónomo de los sectores populares.

A despecho de las propagandas nacionalistas, que identifican un Estado fuerte y antiliberal con la defensa del socialismo, en realidad asistimos a proyectos políticos en que la inserción en el capitalismo global se produce de la mano de grupos de poder oligárquicos. Mucho mercado con poca república; bastante Estado pero poca ciudadanía. Tal parece ser la fórmula hoy en Rusia, China, Turquía o Egipto. Y, por supuesto, en Cuba.

En el plano analítico, las lógicas estratégicas (medios/fin) del capitalismo y la democracia divergen. El capitalismo expande sus medios (creación y captura de mercados) para conseguir, de modo concentrado, su objetivo económico (acumulación de ganancia). La democracia expande, simultáneamente, medios (sujetos, instituciones y derechos) y fines (participación individual, autogobierno colectivo) en la regulación de la convivencia política. En esto, es claro, difieren.

Pero si concebimos al Estado como el terreno donde se cristalizan las constelaciones de poder político  —y económico—, entonces la posibilidad de sustituir o contener a quienes nos desgobiernan resulta clave para acotar la explotación capitalista. Y eso solo es posible, de modo estable y protegido, en democracias.

Claro que esas democracias existen desde la asimetría —de recursos varios—  de sujetos que ejercen sus derechos sociales, civiles y políticos. Su ejercicio está variablemente habilitado en dependencia de las capacidades estatales y las orientaciones ideológicas de cada gobierno. No hay casos perfectos, ni rutas únicas. Sin embargo, en los regímenes autocráticos todos los derechos están severamente restringidos y, en casos límite, suprimidos. Prevalece allí una lógica oficial que quiere imponer una categoría de «semiciudadanos» —consumidores, peticionarios— y, a veces, de simples súbditos.

Boris Kagarlitsky (3)

Oscar Figuera, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), ha denunciado los intentos de criminalización que sufre el PCV por parte del Gobierno.

En las contiendas políticas de esos regímenes, socialmente conservadores y políticamente reaccionarios, la suerte de los marxistas y socialistas críticos es tan comprometida como la de los intelectuales y opositores liberales. Lo que el Kremlin hace hoy con los comunistas rusos, lo hizo hace unos meses Miraflores con sus pares venezolanos. No pocos sindicalistas, activistas comunitarios y profesores de clara raigambre izquierdista han sido criminalizados en ambos países.

También ocurre en Nicaragua, donde la razzia contra movimientos campesinos, organizaciones de mujeres y grupos ambientalistas ha sido noticia; generando denuncias desde la izquierda democrática internacional. Para no hablar de China, donde el gobierno acaba de disolver al mayor sindicato de profesores de Hong Kong y persigue a agrupaciones políticas socialdemócratas, trostkistas y diversos círculos de marxismo crítico locales.

Cuando estudiaba en la universidad, una de mis mejores profesoras iniciaba su curso de Historia Contemporánea de Europa con la siguiente frase: «la lucha por la democracia es parte integral de la lucha por el socialismo». Convertida en objetivo general, tal sentencia guió nuestras discusiones a lo largo del semestre. Allí descubrimos cómo, sin libertad política, la justicia social se reduce a una caricatura de dádiva que perpetua la postración de los subalternos.

El modelo soviético es ejemplo de ello. Pero también aprendimos que sin justicia social, la democracia degenera —como demostró la Rusia postcomunista— en oligarquización espuria, con los poderosos de siempre reproduciendo su dominio, ahora bajo el mantra neoliberal. Y es que así como la condición humana es un ente complejo —con demandas y necesidades varias, de sustento, cobijo y dignidad— también lo son esa suerte de constelaciones de organización y acción que llamamos sociedad y Estado. Atravesados por relaciones varias de dominación y emancipación.

Termino por donde empecé, con palabras del propio Boris Kagarlitsky. En una entrevista reciente, el pensador ruso realizó un diagnóstico realista sobre el ambiente de estancamiento y represión en su país. Reconoció la fuerza de la represión de estado y su efecto en amplios segmentos de la ciudadanía. Pero acabó señalando «tenemos todas las razones para esperar que la gente se rebele contra el orden existente».

Su propia suerte, forjada en sucesivas resistencias al socialismo real, el neoliberalismo y el putinismo, es el mejor ejemplo de lo que significan el pensamiento crítico y la coherencia intelectual y moral ante el poder autocrático.

¡Libertad para Boris Kagarlitsky¡

***

[1] Ver dossier «La Rusia de Putin», revista ISTOR, Año XV, No 63, 2015, Centro de Investigación y Docencia Económicas

[2] Kagarlitski relató aquellos eventos en el libro Ruedas cuadradas: cómo se descarriló la democracia rusa.

27 comentarios

Orl 2 octubre 2021 - 8:30 AM

La Joven Cuba hoy se fue con la de trapo.

Dice este señor:

Libertad para Boris Kagarlitsky¡

Y al ruso lo han guardado por solo diez dias.

Debio decir:

¡Libertad para Luis Manuel Otero Alcántara!

Alfonso Rojas (@cerralallave) 2 octubre 2021 - 8:49 AM

conclusión no son las supuestas posturas ideológicas los q determinan la realidad, lo es quien tiene el garrote en su mano y se impone a la fuerza sobre los demás.

Esteban 2 octubre 2021 - 8:58 AM

1- El “neoliberalismo” no existe. Es una invención de la izquierda. Lo que existe es el liberalismo.
2- La “justicia social” es empobrecedora. Se trata de quitarles a unos para darles a otros, según consideren “justo” los izquierdistas que ostenten el poder, violando así el respeto a la propiedad, uno de los tres pilares básicos de una república. Cuando los políticos de izquierda se escudan detrás de ese concepto para atraerse la simpatía del pueblo, en verdad esconden la realidad de que su “buenismo” lo llevan a cabo con el dinero de otros.
3- Lo importante no es el igualitarismo, si no la igualdad ante la ley.
4- Los países que han practicado o practican el socialismo, todos, jamás salieron del atraso. Si se parte de la teoría económica marxista el resultado siempre será nefasto para la sociedad.

Manuel* 2 octubre 2021 - 4:27 PM

Efectivamente el “neoliberalismo” no existe. El liberalismo clásico nació con la publicación de “La riqueza de las naciones” de Adam Smith en 1778. La izquierda clásica nació con la publicación de “Das Kapital” de Marx en 1867. Por tanto el liberalismo precede en casi un siglo al socialismo.

No tiene sentido hablar de neoliberalismo porque el liberalismo nunca murió. Además, las aportaciones reciente a la filosofía liberal no contradicen a sus fundadores.

Carlos 2 octubre 2021 - 8:58 AM

Oh los marxistas/comunistas/izquierdistas y la censura. Todos juntos de la mano

andresdovale 5 octubre 2021 - 12:00 AM

Carlos, ¿con quién usted está? Con los estalinistas que están en el poder, que son los principales enemigos del socialismo, o es usted alguien que ignora lo que es el liberalismo y el socialismo, y tal vez ni siquiera lo que usted es, un estalinista porque apoya un gobierno que no sabe usted que es estalinista. Partido único, por encima de la sociedad, ausencia de libertades políticas, económicas y sociales, nueva clase burocrática-militar que detenta el poder, Capitalismo Monopolista de Estado que explota a los obreros, represión y pena de muerte para los opositores, ausencia de las libertades de expresión, asociación, reunión, manifestación. Fusión del Partido-Gobierno-Estado. Desde 1968 hasta 1991 prohibición del trabajo por cuenta propia y del mercado libre campesino. Nunca han hecho nada por construir el socialismo. ¡Eso es el estalinismo, por si no lo sabía!

Esteban 2 octubre 2021 - 9:04 AM

Manuel* 2 octubre 2021 - 4:42 PM

Esteban, en este momento hay que unir a los cubanos en la lucha por una Cuba libre y próspera. Tenemos que buscar ideas que compartamos todos. No es momento de hacer propaganda de ideas ultraliberales defendidas solo por sectores muy marginales incluso en los Estados Unidos.

Te lo digo cuando tengo una gran admiración por los excelentes aportes a la ciencia económica del liberalismo.

Esteban 3 octubre 2021 - 4:13 AM

Manuel*, para que haya verdadera libertad y prosperidad sostenibles debe haber educación.
De poco valdría que salgamos del comunismo solo para caer en las manos de un autócrata con ropaje democrático como el Sr. Putin. De una economía centralizada a una de mercado mal hecha.
No es solo liberarse de quien te oprime, también hay que aprender a ser libres.
Por otro lado sorprende la libertad que te tomas al parecer tener bajo control los tiempos y las sazones para enseñarnos cuándo y cómo deben hacerse las cosas.

Hermes 2 octubre 2021 - 9:25 AM

“Mucho mercado con poca republica, bastante Estado pero poca ciudadanía” esa fórmula está presente en muchísimos países hoy en día no solo en los que se mencionan. Hoy la democracia esta subordinada al capital sin importar si este es de derecha o izquierda, sobran ejemplos en ambos lados del espectro político donde el capital gobierna y la democracia es una ilusión que nos vende la propaganda.

Manuel* 2 octubre 2021 - 4:46 PM

Es al revés. Es el capital el que está subordinado a la democracia en los países democráticos.

Recuerda que la libertad económica también es un derecho fundamental, derivado del derecho de asociación, que incluye el derecho de los ciudadanos de asociarse en sociedades mercantiles.

Es posible capitalismo sin democracia, pero no es posible democracia sin capitalismo.

Hermes 2 octubre 2021 - 7:00 PM

Manuel esa teoría no es precisamente lo que uno ve en la práctica, al menos no en EU y América Latina. Si bien, como Ud dice, la libertad económica es un derecho habría que ver que democracia defienden las enormes trasnacionales que mueven presidentes, quitan y ponen leyes etc. Casualmente hace unos días vi un documental en Netflix sobre una ley promocionada por ambientalistas para la prohibición de las bolsas de plástico en Texas, a los pocos días fue vetada porque en Texas está una de las plantas de plástico mas grandes de los EU que tiene contaminada las aguas y el aire a niveles increíbles. Hay capitalismos y capitalismos y no creo que sea,una condición para la existencia de la democracia.

Manuel* 2 octubre 2021 - 7:26 PM

Eso es como prohibir a la institución familiar porque existen padres maltratadores. La familia es la institución más violenta después del ejército en tiempo de guerra. Sin embargo, la familia es una institución necesaria.

Los ciudadanos tienen derecho a asociarse en forma de sociedades mercantiles del cualquier tamaño, incluyendo multinacionales. Por cierto, es muy fácil unirse a una multinacional. Solo tienes que comprar acciones. Hay multinacionales con millones de accionistas y todos ellos tienen derecho a voto para elegir al consejo de administración.

Una sociedad mercantil es una persona jurídica y las personas jurídicas pueden violar las leyes exactamente igual que las personas físicas. Y, a las personas jurídicas también se les puede castigar. A una persona jurídica no se le puede castigar con la cárcel, pero sí se le pueden imponer multas y también se le puede castigar a la pena de muerte. Es decir, se puede ordenar su disolución.

Las sociedades mercantiles se mueren continuamente porque lo ordena implacablemente el jefe máximo de una economía de mercado: el consumidor.

ManuelFigueredo 2 octubre 2021 - 9:33 AM

Buen trabajo del señor Armando Chaguaseda.
Me gustaría que hablara un poco más sobre el caso de Cuba. Le dejo el debate a los simpatizantes e intelectuales marxistas, aquí hay mucha tela donde cortar. Buen sábado
para todas y todos.

Leo 2 octubre 2021 - 9:41 AM

Tema interesante, cuidado con irsde con la de trapo. Por cierto, mi coterraneo Giordan Rodríguez ya no escribe para la joven cuba?. Tiempo sin saber de el

Orl 2 octubre 2021 - 9:44 AM

Duran al cierre de este viernes, reportó menos casos de COVID-19. El tiene sus orientaciones de ir bajandito poco a poco los numeros . El pais necesita abrir al turismo y que muera el que se tenga que morir o eso explota de tanta miseria. No tienen petroleo para generar electricidad, leche en polvo, pollo ni pescado, cigarros. En fin. No tienen nada de nada. Son continuidad, pero agravada.

Alex Garcia 2 octubre 2021 - 11:50 AM

…”sin libertad política, la justicia social se reduce a una caricatura de dádiva que perpetua la postración de los subalternos.”
Excelente.

Manuel Figueredo 2 octubre 2021 - 3:10 PM

Juan Escandell Ramírez, el problema es que muchos de esos intelectuales fueron formados por la revolución y hechos a su imagen y semejanza. Que podemos esperar de ellos.

MisesCuba 2 octubre 2021 - 12:21 PM

Gracias por el articulo. Toda la oposición de izquierda piensa que el problema del socialismo es la falta de poder del pueblo. Y por tanto si ellos gobernaran esto no sería así. No percatandose que la falta de democracia es algo instrinseco de este. Asi lo demuestra Von Mises en “El Socialismo” ademas de asistir la evidencia empirica. Saludos

dario 2 octubre 2021 - 1:28 PM

una muestra mas de la Hecatombe comunista,o socialista real,es el estado en que deja a los paises por donde paso..acostumbrados al elitismo y endiosamiento comunista,los pueblos no se pueden guiar por si mismos y vemos como Rusia,cayo en un estado mafioso,dode los mafiosos son los ex-dirigentes y donde se educa al pueblo,amaestrado por el anterior regimen ,ideas acerca de todo lo retrogrado politicamente y hacen que el personalismo,el nacionalismo,la homfobia,la represion politica,etc,etc sigan formando una ciudadania falta de vision liberal.!!! Logran que los bararos se sientan orgullosos de su bararie !!!La misma basura…pero en este caso,los comunistas tambien son victimas,porque en Rusia,la disidencia esta prohibida y el cae en el saco !!Es muy dificil salir del totalitarismo,esta muy cerca el Hombre de Cromanon aun !!!!

Orl 2 octubre 2021 - 1:47 PM

Duran la cotorrita amaestrada sigue cantando victoria

Alejandro dijo:
No creo que eso sea verdad, no están dando la cantidad de casos que son realmente, en mi policlínico no quieren hacer ni test rápido ni pcr porque dicen que no hay antígeno

Juan Escandell Ramirez 2 octubre 2021 - 1:49 PM

Solo me pregunto si los intelectuales cubanos que mantienen silencio cómplice pueden conciliar el sueño.

juanaBacalao 2 octubre 2021 - 4:21 PM

tomese 2 pastillitas de AMORALIDAD cada noche, vera que bien duerme.

Manuel* 2 octubre 2021 - 4:37 PM

Es la idea de que para hacer una justicia a millones, vale la pena hacer una injusticia grande a unos pocos. Así se justifica el asesinato de la familia real rusa por los soviéticos, incluyendo bebes de cuna, para eliminar cualquier posibilidad de que vuelva la monarquía.

Lo malo es que en cuanto se justifica la injusticia contra una minoría, rápidamente se termina justificando cualquier injusticia contra personas aisladas en defensa de la colectividad. Y nos olvidamos de que la colectividad no es más que la suma de millones de personas.

Así es como la izquierda radical deriva hacia el totalitarismo. Pasó y sigue pasando.

Putin es un caso distinto. Representa el clásico caso de un dirigente popular y vencedor de elecciones democráticas, que convierte lentamente a su país en una dictadura como reacción a una popularidad menguante. Rusia está derivando hacia una dictadura clásica. Putin terminará prohibiendo al Partido Comunista. Y, cuando lo haga, el régimen de Cuba seguirá apoyándole.

Hermes 3 octubre 2021 - 9:28 AM

Hay una teoría que dice que el financiamiento
de la Revolución de Octubre y el consiguiente asesinato de la familia del zar fue una venganza por parte de los Rothschild por oponerse el zar a la formación de un banco europeo que estaría en manos de estos.

Manuel* 2 octubre 2021 - 6:50 PM

El opositor ruso más destacado es Alexander Navalny, con grandes posibilidades de recibir el próximo Premio Nobel de La Paz. En parte es responsable del auge de Partido Comunista en Rusia a través de su plataforma de “voto inteligente”. Esta plataforma consiste en recomendar a los votantes un listado con los nombres de los candidatos con mayores posibilidades de vencer al partido de Putin. La idea es concentrar el voto opositor.

Alexander Navalny estuvo a punto de morir envenenado por agentes al servicio de Putin. Se salvó en Alemania y volvió a Rusia donde nada más bajar del avión le mandaron a prisión. Poco después, con Navalny recién encarcelado, sus seguidores a través de su plataforma de lucha contra la corrupción, sacaron un documental mostrando uno de los palacios de Putin con un lujo obsceno.

Naturalmente, todo lo relacionado con Navalny está prohibido en Rusia, y a ninguno de sus seguidores le permiten presentarse a las elecciones.

Sanson 3 octubre 2021 - 1:01 PM

En realidad no me interesan los problemas de Rusia aunque es un lugar que debe estudiarse para no caer en lo mismo algun dia.
Siempre he tenido la certeza de que Castro estuvo tanto tiempo en el poder y ahora estan sus herederos, porque la oposicion siempre tuvo el anhelo de sustituirlo por alguien similar. Incluso sus mas enconados enemigos tuvieron en mente que su substituto fuera un tirano que aunque con diferentes aliados y por consiguientes diferentes objetivos conservara la imagen de caudillo que implanto el tirano durante los annos antes de que por fin muriera..
Cuba no neceita un caudillo que llegue fusilando y castigando para ganar partidarios sino sencillamente un individuo que haga su trabajo y restituya las instituciones.
El Ministerio de Justicia tendra la funcion de JUZGAR a esos que cometieron delitos sin que medie una masa gritando. Otras instituciones deberan reestablecer la propiedad y juzgar a los que la usurparon. Las instituciones y los Ministerios diran como dirigir la economia y la politica variara segun el voto.
He leido muchos escritos donde se incrimina a Calos Alberto Montaner por no ser partidario de Trump. Por supuesto estan en su derecho de simpatizar con quien quieran y me alegra que al fin lo hagan, pero olvidan que todos tenemos el mismo derecho.
Parecen olvidar que mientras muchos de ellos o sus padres andaban vestidos de milicianos, Montaner, siendo casi un adolescente, ya se habia tenido que meter en una embajada para evitar que lo metieran preso o lo mataran porque se dio cuenta de lo que era aquello aun sin haber alcanzado la madurez.
No me gustan los populistas que dividen las sociedades como se pica un pastel de cumpleannos para obtener partidarios. No hay nada mas parecido a castro que Trump aunque uno se dejara la barba para ocultar una desmedida papada y el otro se gasta miles en un peinado para ocultar una cabeza rara. Discursos ofensivos y personales como si fueran el “Patriota Mayor”y restar importancia a las instituciones o incluso destruirlas.
No se han dado cuenta de que vapuleando a unos es como ambos reclutan en otros sus partidarios que por lo general envidian a los que son vapuleados?. Solo por aquello de que :EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO ES MI AMIGO” o en este caso mi lider.
No necesitaremos un “lider” ofensivo y abusivo. Ni siquiera se necesita un lider. Se necesita un individuo que haga su trabajo y que sea capaz de restituir a las instituciones su funcion y que no necesite de una masa gritando “paredon” o asaltando Congresos para fortalecerlo.En lo personal no me gustan los gobiernos que reparten consignas.
No vieron al Presidente Lacalle Pou?. No parece ni remotamente un cotaorejas sino un individuo muy politico que solo quiere hacer su trabajo.No vieron como elogio el hecho de que en su pais haya la posibilidad de que mediante firmas sus acciones puedan ser rebatidas por la oposicion?.Creen que castro o Trump lo harian ?.
En realidad, uno murio dejendonos de herencia un pais que pertenece al muy reducudo grupo de tiranias fracasadas y el otro simplemente perdio por siete millones de votos y casi 80 puntos electorales.
Necesitamos un modo de hacer las cosas civilizadamente y nunca pensar en otro mafioso para que sustituya a los que ya han estado por decadas.
Creo que una huelga general de pueblo seria algo muy conveniente ahora para sacar a la Dictadura y mostrar a los cubanos al resto de los cubanos que el que manda es el pueblo y no un lidersillo con infulas.

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