La Habana es una ciudad con muchos rostros. Uno de ellos es el que muestra en las noches, cuando se enciende de bares, fiestas, y conciertos de reguetón. Es una ciudad para el disfrute, la embriaguez, el dejarse llevar. Algunos jóvenes salen para la calle con su mejor pinta, celulares inteligentes a mano, a veces con más dinero de lo que corresponde al sueldo mensual de un trabajador. Otros llevan la insoportable bocina portátil, se suben al transporte público y obligan a todos a oír la música de su preferencia. Hay también quienes tienen gustos más cool, entran a bares de precios prohibitivos, y pasan la noche entre cervezas y cigarrillos de buena marca.
El hedonismo fue una corriente filosófica en la Antigüedad, que planteaba el disfrute sensual como el mejor camino para enfrentar la vida. La escuela cirenaica fue la mayor promotora del hedonismo. Varios siglos antes, las bacanales en honor al dios Dionisos habían surgido como celebraciones dedicadas al puro goce carnal. Desde entonces, la cultura occidental se debate entre la cultura de la disciplina, el trabajo productivo y la represión de los instintos sexuales, por una parte, y la cultura del Carpe Diem, el consumo desenfrenado y la alienación de las drogas, por el otro. Es la vieja disputa entre Apolo y Dionisos.
La sociedad cubana ha visto, en las últimas décadas, cómo crecen los espacios dedicados al disfrute hedonista. El surgimiento en avalancha de actitudes que antes no se veían, o se veían menos: el resurgir de la prostitución, más o menos velada, el consumismo, el afán por las marcas, la discriminación económica. Todo ello potenciado por el desarrollo del turismo y la consiguiente llegada de un sinfín de visitantes: ávidos buscadores de la isla de su fantasía, hecha de playas, ron y mulatas.
No son pocos los revolucionarios de viejo cuño que identifican el auge de este hedonismo con el renacer de los valores capitalistas en Cuba.
Y no les falta razón, en cierto modo. El error estaría en condenar en bloque la cultura del disfrute, de la risa, y de la liberación de los instintos, en aras de una cultura de la disciplina y de la ética espartana, como si esta no pudiese ser también funcional a las dinámicas capitalistas.
La relación entre el capitalismo y el disfrute sensual es muy compleja. En los primeros siglos de su desarrollo, el capitalismo estuvo acompañado del desarrollo de una ética del trabajo y de la austeridad, fundamentalmente protestante, tal y cómo bien describió Max Weber. Esto fue así porque, en ese modo de producción, es necesario que el capitalista dedique una cantidad reducida al consumo y al ahorro, y que la mayor cantidad posible de dinero se convierta en capital y se reinvierta. Todavía hoy, las sociedades capitalistas desarrolladas son sociedades disciplinadas, donde se trabaja mucho y se promueve la ética de la responsabilidad.
Las culturas latinas, que van en el último vagón de Occidente, llegaron tarde al capitalismo, y en muchos aspectos se mantuvieron con rezagos feudales, incluyendo un mayor apego al hedonismo carnavalesco; demasiado apegados a lo familiar, a lo comunitario, con una gran capacidad para producir trovadores y saltimbanquis.
La sociedad cubana, además de la herencia latina, se formó en la periferia del sistema mundo. Ciertamente, el Caribe fue el campo de juego del naciente capitalismo, y el central azucarero fue un experimento de crueldad. Pero la industria azucarera fue siempre un Frankenstein en el que convivieron dinámicas modernas y arcaicas –como la esclavitud—. La sociedad cubana nunca ha conocido la disciplina que implicó la revolución industrial en el mundo desarrollado. Por el contrario, la influencia cultural africana nos llenó de otras maneras de sentir, de explotar la sensualidad, que nos han llevado a ser lo que somos.
Nuestro atraso, dentro del esquema-mundo del capitalismo, nos ayudó en cierto modo a vivir más libres. La Revolución misma le dio un golpe final a la disciplina social burguesa. Nos permitió ser uno de los países más libres en el sentido de tener más tiempo dedicado al ocio.
Un grave error sería, en nombre del socialismo, querer atacar la cultura del disfrute, desde una posición modernista limitada. Porque cuando se tiene una concepción tan pobre de lo que es el desarrollo, en realidad se está en posición capitalista ingenua. Se está queriendo, sin saberlo, reconstruir el capitalismo del siglo XIX europeo. Me parece que algunas de estas concepciones limitadas estuvieron detrás del experimento del Decreto 349.
Por otro lado, es cierto que no se pueden desconocer los desafíos culturales que plantea el capitalismo del siglo XXI. Este capitalismo, que ha surgido como evolución de aquel del XIX, que ha sobrevivo al embiste del socialismo soviético, que ha llegado a una fase post-industrial en lo económico y post-moderna en lo cultural, ha encontrado la forma de pervertir y deformar todas las expresiones culturales que nacen desde el campo popular. Este es el capitalismo de la industria cultural, que convierte incluso el grito de la criatura oprimida en una mercancía.
En estos tiempos, incluso la más remota puerta hacia el disfrute carnal ha sido marcada con el signo del dólar. La fábrica de sueños de la industria cultural se encarga de que incluso tus sueños más íntimos, incluso tus fantasías sexuales, salgan de sus factorías. Para una sociedad como la cubana, abierta a las influencias que le llegan del resto de Occidente, que además fue la primera neocolonia del imperialismo norteamericano, el sitio dónde se llevaron a cabo todos los experimentos tecnológicos y culturales, resulta imposible librarse del influjo de esa maquinaria.
Lo liberador y lo alienante se entrelazan en la mayoría de esos espacios habaneros dedicados al disfrute hedonista. El ocio, que es de por sí el espacio privilegiado de la libertad, le es robado al sujeto sin que se dé cuenta. Ese sujeto es estafado desde el instante en que deja de disfrutar realmente de la compañía o del amor de los que lo rodean, para disfrutar, o sufrir, por la marca, la ropa o el dinero.
Es necesaria una ofensiva cultural en Cuba en el campo del socialismo, desde lo humanista y emancipador. Pero sería un despropósito hacerlo desde posiciones represivas, o promoviendo una seudocultura de lo revolucionario, hecha de cartón-tabla. No se combate a la fábrica de sueños con consignas ni con grandes fotos de los héroes. Se la combate con utopías y sueños liberadores.
Lo contrario del hedonismo mezquino y alienado no es la disciplina del trabajo, ni la épica de las hazañas revolucionarias, mucho menos el celo partidista. Lo contrario de ese hedonismo es el disfrute de los cuerpos rebeldes y libres. Siempre mi memoria regresa al aula, al patio de la escuela, cuando nos dedicábamos a “gozar la papeleta”, en una recreación sana de verdad, no impuesta por una orientación.
El pueblo cubano en los sesenta le daba una solución muy simple al problema: vivir en revolución, gozar la revolución, bailar la revolución, hacer el amor en revolución. ¿Y nuestra revolución pa’ cuándo?
10 comentarios
Yassel, en toda sociedad estas cosas existen. En la China actual, en Rusia, Corea del Norte, etc. Cuba no es la excepción, nunca lo sera. Incluso cuando empezó la fiebre comunista y se trato de borrar el pasado capitalista de 60 años (con sus defectos y problemas, logro mucho mas que los 5 siglos de colonialismo español) ….. los barbudos y muchos de los nuevos burgueses revolucionarios han vivido una vida como la que criticas. ¿Y nuestra revolución pa’ cuándo?
Al pueblo pan y circo, recuerdas? Maquiavelo?
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Carlos, claro que esa clase de fenómenos ocurren en todos los países, después de todo somos una misma civilización, lo cual no significa que existan importantes diferencias culturales entre los diferentes países. No sé a que vino la referencia a los barbudos y los supuestos nuevos burgueses. El artículo habla sobre los desafíos culturales del socialismo cubano en un momento en que estos dilemas son objeto de debate público en Cuba. Son muchos los que reaccionan contra los avances del consumismo capitalista en Cuba, y me temo que se hace sin una clara comprensión de a qué nos estamos enfrentando. Si usted no cree que el hedonismo mezquino sea un problema, y glorifica el capitalismo de antes de 1959, es obvio que el artículo no le diga nada.
Yassel, haz lo que yo digo, no lo que yo (o mi familia, amigos) hago! Ese es el ejemplo de la casta dirigente en la isla.
¿Existían estas cosas antes de 1959? Si
¿Existen ahora? Si, también
El ejemplo de los barbudos y los nuevos burgueses lo pongo pues estos individuos han vivido así durante seis décadas! Con bebidas, mujeres, comida, lujuria, y todo tipos de placer.
¿El dolar? No, el peso cubano perdió su valor solito, solito, trataron de salvarlo con el CUC. El único éxito que emana desde las altas esferas del poder cubano, es empeorar lo que ya andaba mal.
Basta ya de seguir la linea del séquito de militares y burócratas donde se culpa al capitalismo malvado y al sector privado de todos los males que puedan aquejar a la sociedad cubana. Sin olvidarnos del “bloqueo”, la excusa favorita.
El propio apelativo de cuentapropista es una terrible manera de negarle la dignidad al empresario privado.
Me imagino que ahora vamos a fijar con mano de hierro… como están haciendo con los precios para ese sector “cuentapropista” ….. la cultura, la música, que vestir, como tener sexo, etc Establecer por decreto, desde un buró, lo que en una sociedad próspera le corresponde siempre al mercado, y que bajo los totalitarismos termina convertido siempre en un capricho de economistas nunca destacados por su brillantez.
Esos, los de las ideas, los cuentapropistas, son los perseguidos por una red avispa doméstica de inspectores, grises funcionarios de innobles funciones, que mordisquean los tobillos de sus negocios para amputar cualquier exceso de creatividad que resulte en éxito.
Más regulaciones, control y atrincheramiento. Esa es la solución de los que gritan continuidad. El aumento es nominal, no real.
Saludos.
Yassel…Difiero en lo que dice: “No son pocos los revolucionarios de viejo cuño que identifican el auge de este hedonismo con el renacer de los valores capitalistas en Cuba….”
Lo que han demostrado esos de viejo cuño, es que solo se detuvieron a velar para que otros no provocaran ese auge, pero acaso ellos no son los principales exponentes del hedonismo o sus retractores?
Yassel, eso q pones al final es un correo? He estudiado algo ese tema. T escribiría
El ,mercado se combate con …utopias y suenos ?…………….NO…….amigo se combate con realidades sociales y economicas donde las condiciones de vida se correspondan con la epoca moderna que transitamos……donde las necesidades sean solucionadas , donde el hombre sea participe y desisor de sus soluciones ….las mejores desiciones sin atacajos de ideologia . Donde el mercado , el trabajo individual y el colectivo se entremesclen para darle colores y razones de vivir……la vida .
Manuel, mi crítica no es contra el mercado, sino contra el capitalismo, que no es lo mismo. Usted tiene razón, no se trata solo de un asunto ideológico o subjetivo, tiene que haber una transformación material de la sociedad. Pero cuando hablo del disfrute de la rebeldía y la libertad de los cuerpos, presupongo una nueva forma de praxis social. Por otro lado, quisiera decirle que, el problema de querer satisfacer las necesidades es que, para que en las condiciones actuales un país pueda aspirar al nivel de desarrollo de las fuerzas productivas modernas, debe entrar a ser parte del sistema mundo capitalista, y rendirse a ser cómplice de la injusticia mundial. Cuidado con lo que deseas.
Yassel ……soy cubano , vivo hace 14 anos en Canada , én Québec , la mal llamada provincia socialista de Canada porque la ascesibilidad a educacion y salud son general y tiene un sistema social tan fuerte ……que hay gente que prefiere vivir de él ….que trabajar ….. yo trabajo en la salud en la misma profesion que Cuba en un designacion menor que la universitaria que tenia en Cuba (los papeles de aceptacion de validacion universitaria duermen como recuerdo en una gaveta ) digamos que queria profitar mas de la vida en general que invertir en estudios otra vez ……..como tecnico enfermero me va de maravillas , soy de una clase social media con ascesibilidad a todo lo que me permite mi trabajo en tan solo 12 anos y sin idioma que llegue aqui , mucho en comparacion a la de profesor universitario en Cuba .
Nunca he ido por el mundo renegando de lo que Cuba es con el sistema actual ………..solo que no me puedo mentir a mi …..mismo , cuando digo que Cuba se ha quedado parado en el tiempo porque los que cortan el bacalao han invertido tanto en ideologia para sobrevivir que le ha robado tiempo , recursos , vida , y realidades …..a quienes dicen son su verdadera obra …….el pueblo.
Yo mantengo a mi familia , lo poco que tienen es parte de mi esfuerzo…….deje de ver crecer mis hijas y mis nietos diariamente , para cuando me vaya de este mundo….tengan lo minimo indispensable …………….nada le pido al gobierno ni al sistema socialista cubano porque como sistema se ha vuelto tan raquitico ……que solo puede repartir ……utopias y suenos.
El mercado no es el cuco de los cuentos , hace falta mercado para todos con ascesibilida para todos , no mercado recogedor de divisas , mercado en funcion de la sociedad y sus nesesidades basicas y ahi sin dudas hace falta participacion popular , fuerza personal , creatividad privada no como complemento ………si no parte de ese mercado. Liberen las fuerzas productivas ……….el capitalismo tiene componentes , partes , teorias y practicas que son aceleradores de la creatividad publica y personal en funcion de la sociedad , que son perfectamente aplicables al socialismo .
Que industria de Cuba en cadena productiva no quisiera contar con el sistema de producion toyota ?
La burocracia socialista sustentada en una organisacion general politica con una vision estrecha de la sociedad y limites muy encadrados en ideologia marxista del siglo 18 ……..ha cerrado el domino al desarrollo popular y de la nacion como parte de este mundo globalmente ……mas capitalista que nunca.
Si en nuestro pais hubieran libertades economicas y politicas garantizadas la propia sociedad arreglaba todo eso. Si en vez de tratar de minimizar y mantener deprimido el sector no estatal de la produccion y los servicios se les permitiera progresar y generar riquezas para el pais muchas cosas se empezaban a enderezar.
El gran problema es que hasta ahora y sobre todo en los ultimos casi 30 años “vivir en revolucion” es vivir de la ineficiendia, la escases, la decadencia economica y la falta de libertades para que el ciudadano comun pueda tomar las riendas de su destino. Todo pasa por `Partido Unico” que no puede resolver como producir casi nada.
Mientras Cuba siga dirigida por los mismos bajo el mismo sistema politico-economico vamos a seguir en el hueco que estamos.
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