El síndrome del color pastel

por Consejo Editorial
color

Las polémicas sobre el realismo socialista en el siglo XX fueron tormentosas. Allá por los años sesenta, Theodor Adorno publicó un ensayo titulado Lukács y el equívoco del realismo, en el que le reprochaba al pensador húngaro que intentara justificar en términos filosóficos “la rosada “positividad” con la que el Estado social-popular condecora el arte” en los países del Este. Con eso de la “rosada positividad” se refería a algo que nosotros conocemos bien, y que parece ser una constante en los sistemas viejo-comunistas: la tendencia a que el discurso y la estética oficiales se tiñan de palabras melosas, provincianismos y colores pasteles. En fin, lo que en Cuba conocemos como ñoñería.

De esa melosidad que nos empapa tenemos múltiples ejemplos en los últimos años: desde el antológico caso de la cunita que regalaron en Birán por el Congreso de la UJC hasta los más recientes artículos en los que se le exige al pueblo, con la mano en el pecho, que no se burle de los dirigentes en las redes sociales y que sea agradecido. No podemos pasar por alto, por supuesto, el abuso que se ha hecho de los espectáculos de la Colmenita en los actos oficiales, que ha provocado que algunos ya no puedan pensar en la Revolución sin imaginarse la voz afectada de los cantos infantiles.

Empalagosas son también tantas páginas del Granma, en las que se nos invita a conmovernos por el sobrecumplimiento de los planes, mientras que se hace alguna que otra crítica contenida, humilde, y acompañada de las alabanzas de rigor.

La ñoñería parece una constante en la simbología revolucionaria.

Puede parecer extraño que hayamos comenzado hablando de realismo socialista y pasáramos al tema de la ñoñería. El gesto de acero del soldado rojo no parece avenirse muy bien con las palabras azucaradas. Sin embargo, se trata de diferentes momentos de un mismo complejo cultural: ya en el encartonamiento ideológico del realismo socialista, en su apologética irrestricta que pretende sustituir a la realidad, se anuncia esa tendencia a la edulcoración, así como a un populismo estético tan burdo que termina siendo una exaltación de lo pacotillero.

A la larga, la política cultural de los países del socialismo real se demostró como el demiurgo perfecto para hacer surgir por olas la estética de lo kitsch, de lo provinciano, de lo ridículamente moralista. Un problema del cual no escapó Cuba, y al cual Héctor Zumbado le dedicó excelentes páginas en su libro Kitsch, kitsch, bang, bang.

Sería injusto decir que no se ha hecho buen arte en los países socialistas; no obstante, habría que acotar que esta se ha tenido que hacer a contracorriente, en resistencia a la tendencia inmanente de la política cultural de privilegiar lo propagandístico-moralizador. No se trata de que el mejor arte fuera el que se hiciera desde la oposición al sistema: hacer arte de calidad, desde el compromiso con los ideales comunistas pero con calidad, también ha sido un acto de resistencia.

El problema que estamos tratando aquí es estético en su definición más amplia, y como tal sobrepasa a lo artístico. Tiene que ver con la manera en que todo sistema político, o mejor, todo bloque histórico, condiciona la reproducción de una determinada estética. Esta puede encontrarse en el arte, en la manera de vestirse de las personas y en la elección de las palabras. Sobre todo, se la puede encontrar en el discurso del poder.

La función del poder es actualizar los mitos sobre los que se funda una comunidad política.

En los países real-socialistas, y la Cuba actual es un excelente ejemplo de ello, se terminó imponiendo una estética de la edulcoración y del humanitarismo abstracto. Eso no es una casualidad. La causa está en el hecho de que se pretendió sustituir los mecanismos ideológicos de la sociedad capitalista recurriendo para ello a una nueva ideología, en el peor significado de la palabra. La nueva visión del mundo que se intentó difundir no fue el dispositivo adecuado para que la naciente sociedad revolucionaria avanzara por un camino emancipatorio, sino que fue ideológica en el nefasto sentido de hipostasiar la falsa imagen de una sociedad sin contradicciones.

Cuando se proscriben los bordes afilados y se trata de imponer esa deformada imagen de una sociedad en la que todos están siempre de acuerdo, la consecuencia lógica es que el discurso oficial acabe adoptando los ridículos tonos de un Happy Ending hollywoodense.

Se esperaba que la sociedad socialista generara sus propios paradigmas pero, en demasiados casos, quedó atrapada en arquetipos del pasado. Es cierto que el ideal comunista se trata, a largo plazo, de alcanzar una comunidad reconciliada, sin clases sociales y sin contradicciones antagónicas. Pero ese solo puede ser un objetivo a muy largo plazo. Al querer postular la existencia actual de una sociedad sin contradicciones, los poderes socialistas han recurrido al arquetipo tan antiguo como el mundo de la Gran Familia (¿cómo puede haber contradicciones si todos nos queremos como hermanos?).

Y puesto que la familia tal y como la conocemos hasta hoy es patriarcal, a nadie puede sorprender que los Estados socialistas hayan sido tan paternalistas, y que por ese camino hayan terminado en la infantilización simbólica del pueblo, como conjunto de niños a los que el Padre debe colocarles la comida en la boca.

La prensa oficial a menudo nos habla como si fuéramos niños.

Nos tratan como hijos amadísimos que le debemos gratitud al Papá Estado. Por eso el tono meloso y dulzón de su prosa. Es ñoña la prensa incluso cuando nos muestra su reverso, el estilo bravucón con que algunos ideólogos le recriminan al pueblo su falta de disciplina. ¿Qué cosa es eso de protestar por unos adocretos en el parque de G? ¿Cómo se atreven a burlarse porque el Presidente dijo que la limonada era la base de todo? Sí, al parecer son muchos los que creen que es hora ya de disolver a este pueblo y elegir otro.

Está claro que la estética del pastel de cumpleaños es la del Estado o, para ser más exactos, la de la burocracia como clase que se aprovecha de su posición social privilegiada. La estética de la Revolución, que ha sobrevivido a duras penas a la avalancha de moralina azucarada, hay que buscarla en la Nueva Trova, en la guitarra desafiante de Silvio contra la infinitud del silencio.

Si nos acercamos en el tiempo, habría que ir a encontrarla en gente como Ray Fernández, cuando convida al taíno a que luche su yuca. Esta es la estética de la herejía radical, la que no es lo suficientemente miedosa como para tratar de embutirle a las personas falsas ilusiones.

Por el momento, parece que tendremos todavía que sufrir por un tiempo las melosidades de nuestra oficialidad. Lo bueno es que ahora, al menos, podemos hacer visible el horror que nos causa.

21 comentarios

Giordan Rodriguez Milanes 17 septiembre 2020 - 7:54 AM

Muy bien. Incluso, el buen arte hecho desde la institucionalidad, como el de la Nueva Trova o muchas producciones del ICAIC, y otros, ha sido de resistencia a la burocracia y la reducción a la propaganda política de la producción cultural.
Obviamente, no es un fenómeno exclusivo del socialismo. El capitalismo convierte el arte en mercancia y tiene banalizarlo. Pero aquí se habla del socialismo y está muy bien que se haga.

Luis Enrique 17 septiembre 2020 - 10:23 AM

Otro muy buen material de Yassel. Es reconfortante que jóvenes cubanos sean capaces de análisis tan interesantes y relevantes.
Yo sigo esperando ansioso, y supersticioso si se quiere, la próxima ronda de líderes auténticos en Cuba, esos que serán capaces de juntar los ánimos y voluntades para movernos a lo que sigue. Ignoro si será positivo o negativo, espero que sea positivo, pero lo importante es que es NECESARIO.

Isaías 17 septiembre 2020 - 8:08 AM

En efecto, hasta el arte en el socialismo terminó siendo patético.
El artista debe tener libertad para crear sin sentir el miedo de no estar haciendo lo “políticamente correcto” de cara a los comisarios del partido único.
O dicho de otra manera: si eres un artista y vives bajo un régimen totalitario aprenderás a autocensurarte o pagarás las consecuencias de tu rebeldía. Sobran las historias al respecto.
Jean-Paul Sartre definió este asunto magistralmente cuando dijo: “El hombre sin libertad vive, pero no existe.

Luiso 17 septiembre 2020 - 9:23 AM

la gente no ve que hoy quieren que nos mantengan los que hasta hace unos días eran,,LUMPEN,TRAIDORES,TERRORISTAS,,VENDE PATRIA,GUSANOS,,me quedaría sin adjetivos,,pero ahora estos van a ser nuestros salvadores ,nuestros héroes…hay que respetar a nuestra gente ,,,el gobierno está actuando mal y al mismo tiempo no se quiere enterar de lo disgustado que está el pueblo…peguen el oído al sentir del pueblo ,,no se olviden de nosotros..

Fernando Ravsberg 17 septiembre 2020 - 9:27 AM

Solo faltó los violines que le ponen de fondo a algunas noticias en el NTV 🤣🤣🤣

Yuniel 17 septiembre 2020 - 10:33 AM

Fernando, por favor, existe la minima posibilidad de que podamos disfrutar nuevamente de algun escrito suyo? Extraño un mundo Cartas desde Cuba! Abrazos

Benito 17 septiembre 2020 - 11:14 AM

He leído varios artículos interesantes –hasta brillantes- de este autor, pero éste de hoy al parecer lo escribió en uno de esos sublimes momentos de inspiración que no se repiten mucho. Digo porque, en medio de la frustración indignada que me produce el paternalismo con cursilería concomitante que describe, surge la conmiseración hacia esos “… que creen que es hora ya de disolver a este pueblo y elegir otro” –quienes, al parecer, no son pocos y están a la vista.
Que detenten el poder no es determinante, ya que el poder necesita para realizarse adecuadamente -como mínimo- el respeto y la aprobación de aquellos sobre los que se ejerce. Si esos elementos no concurren la cosa se pone color de hormiga.

tony antigua 17 septiembre 2020 - 11:52 AM

Creo que la comunicación no se dirige a un publico- objetivo, sino a cumplir el encargo de reflejar en los medios una visión de la sociedad que viene desde arriba, funcione o no ( que no funciona).
He pensado en que pudiera haber entonces una explicación biológico-temporal al proceso progresivamente edulcorante que va desde el gesto acerado de jovenes resueltos a todo por mantener el poder en los 60s, al ablandamiento senil lleno de ofrendas florales y culto a la muerte y al pasado de unos ancianos tambien resueltos a lo que sea por lo mismo.
En resumen que el público son ellos y eso no es comunicación, sino un “complaciendo peticiones”.

Fernando Ravsberg 17 septiembre 2020 - 12:10 PM

Yuniel, el actual gobierno de Cuba me prohíbe ejercer el periodismo y yo soy un extranjero huésped que debe acatar las decisiones de las autoridades.
Por mi parte estaría encantado de volver a escribir sobre Cuba pero habría que convencer a los decisores de que me lo permitan. Eso no está en mis manos, yo hice todo lo que pude pero la decisión había sido tomada.
Sin embargo, nunca digas nunca, el mundo es tan cambiante, la vida es tan diversa que nadie sabe lo que ocurrirá mañana. Quién te iba a decir en el 2019 que el mundo entero se paralizaría por un virus? 😉

Yuniel 17 septiembre 2020 - 3:27 PM

Esperemos pues un mejor mañana charrúa

Livio Delgado 17 septiembre 2020 - 12:16 PM

Por favor a estas alturas no importa el color del pastel lo realmente urgente y necesario es evitar que todos estos burócratas de clase social privilegiada terminen en paz la destrucción del país a la que han encaminado este disparate, más temprano que tarde, aunque ya creo es bastante tarde, imposibilitar que el eterno sin prisa y con tantas pausas a la hora de voltear el desastre económico resultante, nos siga complicando reponernos en algún momento del socialismo de estado de partido único. Gracias Ravsberg por dejarnos saber que sigues en la lucha y tan certero como siempre, me uno a los reclamos de echar de menos a su Cartas desde Cuba.

tony antigua 17 septiembre 2020 - 12:18 PM

Una pena lo de Ravsberg.

Omar mederos 17 septiembre 2020 - 12:53 PM

Excelente reflexión. Si mi madre, que ahora vive en la memoria leyera esto, diría inmediatamente refiriéndose al gobierno: “Espabilate Mariana, que te me vas a quedar”. Para quienes no sean cubanos comento que, en otras épocas, cuando para las mujeres uno de los pocos caminos en la vida era casarse, si pasaban de los veintitantos y no lo habían logrado, pasaban a la categoría de “solteronas” y entonces se aplicaba esta frase de las madres. Mi madre la convirtió en alerta para cualquiera que no estuviera atento a sus deberes.
Si algo de útil tiene la teoría es dar ese grito de aviso. Me parece muy oportuno este artículo y ojalá que alguien cercano a Raúl, Díaz Canela y cuánto funcionario del PCC y el gobierno e institución exista en Cuba, se lo haga llegar. Y ojalá que ellos lo lean y lo analicen y no piensen que se ha escrito para mortificarlos y detener el paso victorioso de la revolución y se llamen a capítulo y escuchen con claridad el grito de mi madre. El cantautor Polo Ibañez dice en uno de sus magníficos temas que “Las buenas intenciones no bastan. Con lo que hiciste un día no alcanza…” La Revolución cubana, ahora sí con R mayúscula, ha tenido y tiene muchos y fuertes enemigos. Hasta ahora se lograron vencer, pero si algo es, es el cansancio que se acumula tras infinitas batallas diarias de todo un pueblo para subsistir en medio de un bloqueo que en pocas y breves etapas ha disminuido su ferocidad en casi 6 décadas. En días pasados dijo el presidente Díaz Canel que estamos sitiados y en guerra y debemos actuar en consecuencia. Entonces hagámoslo, pero hagámoslo ya!. Con la misma prontitud que se pusieron a funcionar las tiendas donde se venden productos en dólares y las tarjetas para poder comprarlos. Hay que decir en la tele y todos los medios habidos y por haber, que todo el que tenga un boniato cultivado salga a venderlo. El gobierno no debe seguir suplantando al ciudadano en sus deberes porque está relegando los propios. Todos los días circulan en las redes sociales del mundo, conatos entre ciudadanos cubanos y la Policía, derivados de un problema vinculado al tema de la alimentación. Ese poderoso enemigo antes mencionado, que no es precisamente algún “inventado” influencer de Miami, está al acecho y trabajando fuerte. Esa ciega confianza en que el nene pueblo se portará bien, pase lo que pase, está muy alejada de las experiencias históricas y lo último a qué aspiramos los martianos de Cuba, es al regreso a las circunstancias que condujeron al triunfo de la Revolución en 1959. Es hora de entender la esencia de estos artículos. Es hora de entender la gran responsabilidad que tienen ante la historia y sobre todo, ante los cubanos de hoy, los actuales dirigentes del PCC y el gobierno cubano de este minuto. Vayan a la calle con la gente de a pie. Renuncien a sus cuotas especiales y olviden, si es que a alguien se le ha ocurrido pensarlo, que van a estar ahí, pase lo que pase y que con discursos y palabras harán sucesos históricos. La vida sucede por la conjunción de infinitud de interacciones.
Espabilate Mariana, que te me vas a quedar!

Alina Lopez 17 septiembre 2020 - 2:14 PM

Excelente artículo de Yassel, te felicito.

Alex Garcia 17 septiembre 2020 - 4:06 PM

Excelente enfoque de un fenomeno que siempre, desde los 60′, ha estado presente y del que se habla poco a pesar de lo mucho que rejode.

Manuel* 17 septiembre 2020 - 5:39 PM

Las reflexiones de Yassel me han recordado el arte sacro del Cristianismo, con un mismo propósito moralizante, y a veces cayendo también en el kitsch. A fin de cuentas hablamos de dos religiones, una terrenal y otra celestial.

Sin embargo, el arte Cristiano sale mejor parado con obras excelsas como la Pasión según San Mateo de Bach, posiblemente la obra cumbre de la música universal.

Pero volviendo a la política, el argumento de la falta de estética es pobre comparado con otras carencias mucho peores del sistema político cubano. Respecto al paternalismo, son cosas de los sistemas autoritarios dónde el político manda sobre el pueblo en lugar de al revés.

Antonio 17 septiembre 2020 - 10:21 PM

Muy cierto, pretenden dormirnos con cantos de nana. Nos creen tan tontos como para quedar convencidos con el cuento de la buena pipa. La tónica dominante en el oficialismo es el triunfalismo, la apología, el sabérselas todas.
Según esa línea, contamos con funcionarios infalibles, conocedores de lo humano y lo divino, pues poseen dirigentes superiores brillantes, poseedores de una copia certificada de las tablas de Moises, Lo que no marcha totalmente bien se debe a la alevosía del enemigo o a percances del clima, por nuestra parte sin novedad, fuera de eso el país funciona perfecto. El apoyo de la población es absoluto, unos pocos inconformes son malagradecidos o agentes pagados por el enemigo.
El país es un bloque sólido, inamovible, sembrado en el lugar, al cual el enemigo no podrá desplazar (nosotros tampoco, pero es un simple detalle). De modo que resulta obsoleto entrar en explicaciones por parte de los funcionarios de cualquier nivel. Nada del modelo capitalista de conferencias de prensa donde un funcionario expone brevemente un tema y los periodistas presentes se lo comen a preguntas afiladas que lo ponen en aprietos. Nuestro diseño es mucho mejor y más profundo, respaldado por una nómina de especialistas autores de un libreto detallado y debidamente ensayado (no se sabe aún cómo es que hace poco falló) con una explicación larga y enjundiosa sobre de lo bien que se trabaja en su esfera, de las dificultades que se vencen con heroicidad y de los planes futuros para corregir los problemas, a pesar de ,,.
Una exposición prolija no requiere de preguntas, ahorra tiempo y permite a los medios elogiarla posteriormente. Con el esbozo de una sonrisa por el conductor y alguna frase suya suelta ratificando lo dicho por el ponente es suficiente.
Es así como la Mesa Redonda se ha convertido en el escenario por excelencia para dar a conocer decisiones políticas trascendentales, por encima de la propia Asamblea Nacional, el Consejo de Estado y la Presidencia de la República. Líneas tenues y colores pastel.
Si usted tiene el hobby de pensar por sí mismo quizás querría informarse sobre algunos detalles, por ejemplo; cómo es que antes de 1959 había más campesinos que tierra disponible; y ahora existen tierras cultivables baldías y pocos las reclaman; Cómo es posible que antes mediante la explotación de la tierra por terrateniente con métodos extensivo, empleo de campesinos analfabetos y técnicas rudimentarias se lograsen rendimientos agrícolas superiores a los actuales, después de ejecutarse fuertes inversiones en el desarrollo de la ciencia agropecuaria, en el equipamiento y con mano de obra instruida. Qué ha fallado. Saludos

Atilio Caballero 17 septiembre 2020 - 11:49 PM

Un muy buen artículo que toca un asunto medular. Se ha debatido –hemos debatido- mucho a propósito. Porque el asunto, como bien deja claro el autor, es que “El problema que estamos tratando aquí es estético en su definición más amplia, y como tal sobrepasa a lo artístico”. Y va mucho más allá de la edulcoración de un discurso. A mí, por ejemplo, siempre me ha parecido contradictorio lo siguiente: siendo Cuba un país eminentemente “televisivo” (y las causas de este fenómeno darían para otro artículo: costumbre, falta de opciones, etc….), ¿cómo es posible que en el horario estelar del principal canal de tv de país se exhiba cada noche una telenovela? Ese verdadero “opio de los pueblos”, totalmente enajenante, es el plato fuerte de la gran mayoría de la población de un país. De ese mismo que en un momento determinado intentó convertirse “en el país más culto del mundo”…

Revenge 18 septiembre 2020 - 2:34 AM

Creo que valdria la pena tambien mencionar como ese enfoque de echarle almibar por encima a un pan viejo para que parezca un postre se ha extendido a la vision social, y a la conciencia social.
Por un lado tenemos los eufemismos que convierten por ejemplo al robo por malversacion en ‘desvio de recursos’, a un mendigo en ‘deambulante’ y a las infracciones publicas en’ indisciplinas sociales’. Con lo cual, de acuerdo al discurso tenemos una sociedad donde nadie es corrupto, ni mendiga, ni incumple las normas; y solo queda hacer trabajo preventivo y decir que se sabe que hay un minusculo porciento de…, hasta que el fenomeno nos explota en la cara -como ocurrio con la prostitucion a inicios de los 90.
Por otro lado, el edulcoramiento torna a un incompetente en una persona a quien ‘hay que ayudar’, y a las ineficiencias en ‘situaciones que hay que entender, y que hay que tratar en el momento y lugar correctos’.
Es tan espeso el almibar, y tan generosa la cantidad aplicada, que por mucho esfuerzo que se haga jamas se alcanza a tocar la superficie mohosa y repugnante del pan.
El progresivo agotamiento de la paciencia del pueblo es un resultado del ejemplar contubernio con los esfuerzos yanquis para doblegarlo por hambre, de la morosidad en aplicar reformas economicas cuya necesidad fue reconocida HACE 8 ANIOS. Sobre todo lo que esta sucediendo con la alimentacion, obligando a seres humanos a correr atras de cualquier cosa de comer como si de perros satos se tratara, es una humillacion y una falta de respeto por la que no atraviesan ni los pobres de la tierra.
En ningun pais del mundo hay que hacer una cola de seis horas por un paquete de salchichas y un pomo de aceite, a no ser que te lo esten regalando. Cuba no tiene ninguna necesidad de comprar leche, carne, pescado a paises situados en nuestra misma area geografica -azotados por las mismas intensas lluvias o sequias, plagas etc- e incluso en aquellas con condiciones mas desfavorables. Esta bueno ya de cuentos que ya hasta incluyen ‘la maldicion del año bisiesto’ como justificacion del derroche, la insensibilidad y el egoismo.
No puede olvidarse que en estos momentos, la unica ventaja de Cuba por sobre el resto de los paises en el area geografica es su -hasta ahora- estabilidad politica y la historica unidad popular en torno al regimen, siendo desconocidas las huelgas y protestas. Los barrigones PCCeros son nadie sin el apoyo y la tranquilidad del pueblo; pues en lo unico en que han sido eficientes hasta ahora es en el control. Seguir ejercitando la capacidad ciudadana para aguantar disparates, altanerias y regaños con el estomago vacio y el dia colmado por la zozobra, es cuanto menos suicida.

Alberto 18 septiembre 2020 - 6:58 PM

Excelente articulo,coincido con su manera de reflejar lo que late hoy en la sociedad cubana, felizmente “los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padre”espero vivir para ver el relevo generacional real y como diria un buen cristiano,-¡Que dios nos ayude!pero tengo fé en el futuro y no le tengo miedo a los cambios que hoy se hacen y que seguro se darán.

JDBC 24 septiembre 2020 - 11:51 AM

Merece una felicitaci’on por este articulo, no estamos acostumbrados a tal ejercicio intelectual. Definitivamente la Joven Cuba se est’a ganando un respeto……sepan cuidarlo….son la voz de los que no tenemos alma de rebaño….

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