Aunque no es práctica común a todos los municipios del país, hace poco pasó ante mí la caravana que en Los Palos recoge a los contactos de casos confirmados con la COVID-19. La modorra dominguera de ese pueblo sur-oriental de Mayabeque se quebró con el maullido de las sirenas de carros de policías. Tras una patrulla, medio pueblo congregado en sus portales vio pasar a un auto con médicos, seguido por dos guaguas y otro auto, también con sirena, que se atravesó en medio de la calle como en una película de gánsteres. Venían a recoger a un hombre, vinculado a un caso recientemente confirmado.
La escena era temible, por atípica y desmesurada. Y se volvía aún más dramática puesto que los contactos que iban en las guaguas, colectados en otros barrios, saludaban desde detrás de las ventanas con el rostro colorado y empapado de lágrimas, como si fueran rumbo a Auschwitz para ser gaseados. Terminado el desagradable desfile, una idea se materializó en grito colectivo y rompió el sobrecogimiento reinante entre los vecinos: ¡Qué espectáculo!
Ciertamente, qué espectáculo. Movidos en aquella caravana que consume el combustible faltante para tener siempre disponible alguna ambulancia –porque, vale recordarlo, a la gente aún le dan infartos, apendicitis, o derrames cerebrales- los contactos de los casos confirmados recorrieron el pueblo como los leprosos en el Medioevo. En este caso, las tablillas de San Lázaro que anunciaban su paso fueron aquellas chillonas sirenas.

Ambulancia cubana transporta casos de COVID19. Foto: Rodolfo Blanco Cué / Juventud Rebelde
Por alguna razón que desconozco, desde que aterrizó en nuestra tropical república, el coronavirus exacerbó esa propensión dañina y casi intrínseca en nosotros a los extremos, a lo surreal. Sobran ejemplos que son caricaturescos para ilustrar eso, mucho más que este, particular y localizado.
Imposible olvidar como después del tremendo esfuerzo bastante exitoso por controlar el virus, las autoridades relajaron las medidas ante la cercanía de los meses de vacaciones y eso trajo este rebrote, más terrible según los números que el brote inicial y que ha comprometido, entre otras muchas cosas, el inicio normal del curso escolar.
Ciertamente, la situación parecía más o menos controlada en aquel entonces y con el lenguaje épico ya conocido quisimos pregonar que habíamos “ganado la batalla”, en lugar de esperar antes de permitir que la gente fuera a celebrar a playas, piscinas y bares. Pero no esperamos y como el virus no entiende de épicas, volvió cariñosamente, gracias a la ligereza de los de arriba y a la imprudente indolencia de los de abajo.
Desmesurada como pocas cosas ha sido también la llamada lucha contra las ilegalidades, que junto a la novela cubana, se ha robado el show de las noches familiares. Ante la llegada de la COVID-19, como si de una esperada visita sorpresa se tratara, con más saña que nunca un ejército de oficiales, guiados por las denuncias de oficiosos, se ha lanzado contra acaparadores, coleros y revendedores.
Han multado y prendido a otros hombres y mujeres que, en muchos casos, llevaban años cometiendo la misma ilegalidad, en el mismo lugar y ante la misma gente. Pero parece ser que su tiempo de correrías se ha acabado y ahora, por antojos pandémicos, deben cumplir con la ley.
Y eso está bien, mejor tarde que nunca. Pero las ilegalidades son únicamente una consecuencia de la precariedad económica que campea desde hace muchísimo; las causas siguen inamovibles, como las rocas prehistóricas de Stonehenge, y la auténtica corrupción muchas veces se esconde tras informes, en oficinas, lejos de colas y sudores, entretenida en reuniones infértiles.
Algunos de esos casos –que han merecido un curioso spot televisivo con el simpático hashtag #NoMarquesMás y la correspondiente frase de Martí endilgada -hacen reparar en otras desmesuras. Un ejemplo es lo referido a los revendedores de divisas internacionales. Ciertamente, el Código Penal cubano establece sanciones para tal delito. Eso es incuestionable. Pero incuestionable es también la existencia de tiendas que operan en Moneda Libremente Convertible (MLC), que se adquiere a partir de divisas internacionales las cuales, irónicamente, resultan imposibles de adquirir de manera legal en Cuba.
Entonces, ¿solo pueden comprar en esas tiendas quienes tengan personas en el exterior que les manden el dinero? ¿No tienen derecho a ellas el resto de los cubanos, esos a los que no se les fue una tía cuando el éxodo del Mariel o un primo en la Crisis de los Balseros? Resulta que ahora a esos que se fueron, para reflotar nuestra economía socialista, sí los queremos, sí los necesitamos. ¿Qué hace quien no tenga manera de obtener las divisas, si muchos productos de extrema necesidad solo se consiguen en esas tiendas?
Otro de los casos paradigmáticos es el del productor ilegal de queso blanco. Sus niveles de productividad, la calidad de su oferta y la inexistencia de esta en el mercado estatal, lejos de despertar la solidaridad ante la detección de un delito, generó cuestionamientos en torno a la incapacidad del Estado de satisfacer muchas demandas y las reservas que existen en el sector no estatal de hacerlo, si no estuvieran estás coartadas por un sin número de trabas, inexplicables en su mayoría.
Tales prácticas empresariales, aun al margen de la ley, contienen la solución a algunos de nuestros problemas más acuciantes, por extrapolación del principio homeopático de que lo similar cura lo similar (similia similibus curentur).
Precisamente en el ramo de ese asunto se inscribe la infausta intervención en una reciente emisión de la Mesa Redonda del compañero Sobrino Martínez, quien dirige la Industria Alimentaria, una de las carteras más sensibles por su incidencia directa en el bienestar -o malestar, dado el caso- de la población. El carismático ministro ha puesto al descubierto la incapacidad de algunos actores políticos para liderar procesos fundamentales y ha llevado al extremo lo grotesco del discurso político, en tiempos tan sensibles como estos.
Conocemos qué hacer para combatir el virus y lo estamos haciendo.
También sabemos desde hace mucho qué hacer para mejorar la economía, al menos la parte que nos corresponde, pero por causas que escapan al entendimiento siguen sin materializarse y seguimos entregándonos a extremos que convierten nuestra existencia en un calvario invivible. Tras cada ensayo fallido, debajo de los experimentos y las medidas que no cuajan, estamos los cubanos.
Entre tripas, gallinas decrepitas y toneladas de croquetas imaginarias; sudando la vida en colas permanentes, huyéndole a un virus que se niega a dejarnos, esperando una unificación monetaria que es como un muelle de tira y encoge, sufriendo los últimos capítulos de El rostro de los días y vigilando que del arco de las Antillas Menores no venga un ciclón que nos dé el tiro de gracia, pasa la mayoría de este pueblo sus días de pandemia, soportando, aguantando, sobreviviendo. Hay que ver hasta cuándo.
19 comentarios
Hay varias cosas que no entiendo. ¿Por qué no hacen la cuarentena en su propia casa si no tienen síntomas graves?¿Por qué juntan a varios en el mismo vehículo, con el peligro de contagiar a personas sanas?
Pq el gobierno es consciente de cuan difícil es en la Cuba de hoy pedirle a un ciudadano que se mantenga en su casa por 1 mes sin salir a hacer una cola para buscar el pan, el pollo, el gas, la leche; sin contagiar a algún familiar de las tres generaciones que cohabitan en la mayoría de los hogares cubanos. A eso súmale que no obstante la usual prédica de confianza en el pueblo, las autoridades saben que la inconsistencia, la inconsciencia y la negligencia son vicios que abundan entre nuestros connacionales y que delegar la responsabilidad del cumplimiento cabal de una cuarentena a los valores ciudadanos es un riesgo que no están dispuestos a asumir, entre otras cosas pq una transmisión comunitaria descontrolada colapsaría en cuestión de días a un sistema de salud endeble en su infraestructura. Entonces se prefiere pecar por exceso en cuestiones de prevención, con todo el aparataje en el proceso de aislamiento de contactos en centros que desde el punto de vista asistencial no precisan de una gran especialización, que correr el riesgo de quedar sobrepasados por una avalancha masiva de enfermos demandantes de atención hospitalaria especializada. Es cierto que de la manera en que el articulista lo cuenta la sensación de “campo de concentración” es palpable, sin embargo después de pensarlo bastante creo que ha sido mejor así….
No es un mes son maximo 14 dias… pero beuno si tienen tantos recursos para mantener encerrados miles de personas y por largo rato porque las colas del pollo o tripas siguen creciendo , ni quisiera imaginarme lo que va a pasar. por que esa desconfianza en el pueblo? Claro que ellos harian quarentana en sus casas, claro por unos no puedes generalizar, creo que es una politica nefasta , bueno que decir asi empezo con el SIDA, segregando a base de represion y donde estamos hoy??? ese es el cubano si se pasa se sobrepasa!!! eufemismo!!
Porque estaban haciendo eso y no funcionó. Si se fijan, los 50 positivos de hoy provienen de los que ya estaban aislados ya fuera por contacto, sospechoso o sospechosos de sospechosos. Si la población hubiera hecho caso y se hubieran quedado en casa 15 miserables días desde que esto comenzó, no estaríamos donde estamos. Y en la imagen del artículo están con nasobuco y uno por asiento. Hay que entender de una vez y por todas como funciona esta enfermedad que ya se está llevando vidas no tan de la tercera edad y tiene contagiados a varios neo natos. El problema es que vivimos en un país donde se arma un drama por no poder comprar pan fresco y colar una puñetera taza de café, gente que dicho sea de paso, duermen sin el café y el pan, en aire acondicionado.
Los que mandan debieron cerrarlo TODO y repartir de manera equitativa lo que hubiera por, repito, 15 puñeteros días, y esto hubiera tomado otro curso.
Manuel Gonzalez, muy bueno tu articulo.
Excelente trabajo. Gracias.
Excelente tu articulo, me he vuelto fiel seguidora de la manera jocosa en que tratas los fenómenos de la sociedad cubana actual, con ese matiz critico sueltas la verdad a “parangon” sin importar nada, salvo, denunciar las descabelladas formas que utiliza el Estado para “aligerar” el peso de un bloqueo que aunque latente, ya hoy se usa como escusa a la escasez que se vive en la isla. Tu articulo, un todo en uno muy inclusivo. El anterior tambien muy bueno, lo compartí en cuanto lugar pude. Saludos!!!
Una fotografia descriptiva de estos tiempos. Excelente trabajo.
Les recomiendo ver videos del movimiento Medicos por la verdad que da una visión totalmente distinta a la que dan los medios de (des)información sobre el virus. En mi opinión todo esto de la pandemia es una gran falsa con medidas que violan las libertades individuales de ciudadanos en todos los países donde se obliga la cuarentena, el distanciamiento social, se limita la cantidad de personas por grupo, es obligado usar mascarilla etc. Casualmente estuve buscando las estadísticas de muertes en EU este año y solo aparecen los primeros 3 meses, esto no impide que se culpe a Trump por las “miles de muertes” que el virus supuestamente a causado en ese país y sea este un tema político de cara a la elecciones de noviembre. La CDC (Centers for Disease Control and Prevention) no ha publicado cifras concretas lo que pone en duda la veracidad de las cifras oficiales, de esta misma forma se pueden encontrar cifras muy contradictorias en varios países. Hay muchas personas que recomiendan apagar el televisor para que se acabe el virus, yo ya lo hice.
LJC ha identificado este comentario como falso y proponemos a la desinformación por las siguientes razones:
– El argumento de que la pandemia es mentira, es fake news.
– La crítica a los medios de información parece sacada del libro de la extrema derecha que ofrece información “alternativa” cargada de mentiras (Infowars y Breitbart son ejemplos)
– La defensa de las libertades individuales tiene sabor a conservadurismo gringo de “nadie entra en mi propiedad y me quita mis armas”, no a los derechos que los cubanos exigimos en este foro).
– La persona critica el distanciamiento, no quiere mascarillas, etc. Eso no sólo lo pone en peligro a él sino a la sociedad.
– Su defensa explícita de Trump deja claro sus preferencias políticas, a tono con la base política de Trump y en línea con la desinformación frecuente en sus círculos.
– Lo que dice del CDC (evidentemente vive en 🇺🇸) es falso y obvia que el CDC está controlado por Trump que regula lo que esa institución puede decir o no.
LJC está comprometida con proveer información verídica y combatir las teorías de conspiración que promueven la desinformación. Siempre que identifiquemos un comentario con estas características lo notificaremos a nuestros lectores. Tengan buen día.
Exelente comentario tocayo, los desmanes en la gestión de la Covid pululan en todo el pais, las medidas incongruentes e Inexplicables, yo si creo q hay muchas posibilidades d cumplir las cuarentenas en los hogares y solo llevar a esos centros los q d verdad lo requieran, una medida inexplicable y q me afecta es el destierro a q son condenados los residentes q estaban fuera d la isla por asuntos personales, se nos prohíbe pagar los boletos y abordar los vuelos humanitarios q se hacen hacia cuba, solo puedes viajar si saliste en misión oficial, el prejuicio y la discriminacion hacia los q se salen del paragua gubernamental se reverdece como en los años mas negros y aborrecibles
Jose…Cuanto orgullo siento al leer tu excelente articulo. Recuerdo cuando estabas en el Pre y venias a mi casa con otros amigos de Wendy. Siempre sobresalistes por tu caracter alegre y verborrea abundante…Escogistes bien tu profesion, y mejor aun si la practicas en aras de defender a tu puenlo sin querer “Tapar El sol con un dedo”. Cuidate mucho que los exitos profesionales estan garantizados. Saludos!!!!
Muy buen artículo. Excelente.
Aunque no dudo del esfuerzo por tratar de contener el virus, aquellos números de hace 2 meses llamaban mi atención. Recordemos se anunciaban 1000 pruebas diarias, para 12 M. de habitantes. ¿ Puede estadísticamente demostrar control real? Mi criterio es, no.
Pusiste el dedo en la herida, o mejor dicho las heridas porque son muchas las que estamos sufriendo! Muy buen trabajo, felicidades!
El virus ha logrado imponer el desconcierto y el acontecer imprevisible en la inmensa mayoría de los paises. Algunos, con altisimos niveles de desarrollo económico, sistemas eficaces de salud y altisimos estandares de disciplina social han sido golpeados desde un inicio por la Covid-19 o tras una primera fase de buen desempeño han caido en un segundo momento o rebrote. La OMS ha sido incoherente por momentos y nadie parece tener la verdad necesaria ante el desastre. Cuba logró un excelente desempeño en un inicio gracias a su estrategia de pesquisaje y aislamiento, sumados al cierre de fronteras y su condición insular, en medio de una crisis económica de larga data y agudizada desde 2019, casi una proeza para ser justos. Desde hace varias semanas, un incremento en los contagios que no ha podido ser controlado y parece extenderse a provincias en fases avanzadas de normalización, hace desatar alarmas y postergar la reactivación económica que necesita el pais. Es muy cierto que las politicas de aislamiento de enfermos y sus contactos es traumática, violatoria de determinados derechos individuales y que implica por otra parte de grandes erogaciones económicas para el Estado, pero lograron reducir en esa primera etapa la propagación de la pandemia y quizas evitar el colapso de la capacidad hospitalaria del pais. Por supuesto que esa estrategia provoca angustias, temores que pueden provocar la renuencia de algunos a asistir al medico temprana o tardiamente ante el temor de ser aislado y de alguna forma estigmatizado ante la sociedad por indisciplinado o apestado. El probable desgaste ante la prolongación de la pandemia, el antagonismo de aislamiento y cuarentena versus reactivación económica pueden llevar a escenarios complejos. Desgaste ante decisiones desatinadas (anuncio inminente de unificación monetaria, desabastecimiento de productos agricolas en la capital por falta de previsión, incapacidad de solucionar las aglomeraciones en comercios, bancos, farmacias, etc y el combate a los revendedores y coleros que han demostrado ser mas mutantes que el propio virus, reapertura riesgosa del curso escolar, entre otras, que pueden erosionar aun mas la confiabilidad en el discurso oficial referente a la pandemia. Y que demuestran la dolorosa ausencia de escenarios de debate y consulta mas alla de los afines y complacientes auditorios del poder.
En sentido general se puede leer, pero creo termina mezclando cosas y empezar a sonar repetitivo con referencia a otros artículos que ya se han publicado en este blog. Hay cosas que ciertamente estoy de acuerdo, pero que no vale la pena repetir.
Pero por ejemplo reducir a que las personas que tienen acceso al MLC está relacionado con “esos a los que no se les fue una tía cuando el éxodo del Mariel o un primo en la Crisis de los Balseros” es muy débil. En realidad, no creo que esa sea la emigración (la de la Crisis de los Balseros) la que ahora mismo envié más remesas a Cuba. De hecho, creo que debe ser la emigración reciente. También obvia las formas de gestión no estatal, trabajadores por cuenta propia empleados por extranjeros que no son pocos. Hay muchas personas (que no son todas) que de alguna u otra forma han encontrado tener ingresos en USD. Usted mismo publica en la joven cuba, por lo que no creo que su salario por articulo sea en moneda nacional.
Hay una realidad, no todo el mundo puede. El tema de los derechos de acceso pues si es muy cuestionable. La realidad es que es una decisión muy difícil, pero personalmente creo que había que tomarla. El problema está en que en este país todo se importa, hasta las tizas. Es noticia la primera producción de tizas de carácter nacional, http://www.granma.cu/cuba/2020-09-10/producira-cuba-las-tizas-que-demanda-su-sistema-educacional-10-09-2020-01-09-16. ¿Como se llegó a ese punto? El importador de tizas (no sé quién será), tenía todos los años un viajecito asegurado comprar las tizas y de paso garantizar su prosperidad personal y no pensaba como país. Pero de eso estamos lleno.
Ahora, si todo lo que este país se importa en USD (prácticamente todo), se vende a la población en una moneda sin respaldo (CUC) parece un modelo de negocio insostenible, aunque se tenga las “mejores intenciones”. Hay que confiar en que la estrategia dará resultado en algún momento, pero ahora mismo no creo que nadie esté en capacidad de resolver ese problema de la noche a la mañana. El problema raíz esta en como llegamos a tener impresa cantidades industriales de CUC sin respaldo.
En la misma cuerda yo cuestionaría la no existencia de comercio electrónico en MLC. Hoy las personas con tarjetas MLC tienen que hacer una cola tan grande o peor que las colas en las tiendas de CUC. Con sus muchos defectos el comercio en CUC tiene “comercio electrónico” o la nueva jungla electrónica http://www.vanguardia.cu/opinion-de-periodistas/17737-la-nueva-jungla. Uno de los últimos eventos / focos de COVID19 está localizado precisamente frente al lugar donde se hacen las colas de para entrar al centro comercial de Boyeros y Camagüey. Al no haber restricción de movimiento para ir a comprar en una tienda en MLC. Por lo que en principio las medias no son del todo restrictivas.
Personalmente no puedo entender que las tiendas en USD estén surtidas de productos que los nacionales no puedan comprar incluso con el dinero en las tarjetas. Igual de criticable, sobre todo con el tema de la alimentación, es que las tiendas en USD para comprar desde el exterior surtidas mientras a las que los nacionales tienen acceso están vacías https://twitter.com/alexfdezsaucoCU/status/1305297914332315651.
Y hablando de remesas ¿Por qué Western Union se negó a entregar las remesas en USD/MLC? Eso también es cuestionable o ¿Por qué Cimex/Fincimex no entregó al menos la parte (si tiene alguna) en el negocio con WU directamente en MLC? Hay muchas cosas que no están claras y ciertamente criticables. Las remesas no son la solución, pero ayudan y ayudan una gran parte de este país. Lo que está mal es entregar esas remesas en una moneda sin respaldo. En cualquier lugar del mundo las remesas se entregan en la moneda de circulación local. Lo que ocurre que en cualquier lugar la moneda de circulación local tiene respaldo.
Los problemas que usted describe existen. Pero si usted tiene la solución, en lugar de quedarse con ella guardada, compártala. Puede que después de eso tengamos un mejor país.
Saludos,
Alexander.
Una joya periodística. Lees esto y casi no hay que buscar ninguna otra fuente. No soy periodista, pero Gracias por este buen trabajo.
Excelente!!
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