Aunque tenga que practicarse la libertad

por René Fidel González García
Aunque tenga que practicarse la libertad

Desde el año 1959 nunca antes se había mentido en Cuba por tantos y por tan diversas cuestiones. Se ha hecho desde el gobierno, desde las instituciones, desde la prensa; y se ha hecho con tal frecuencia, impunidad y solapamiento, y cabe precisar tan burdamente, que ya ni siquiera extraña se haga, o quién lo hace, o sobre qué se hace, o por qué. Estas cuatro variaciones de la recepción de un mismo hecho, son significativas desde todo punto de vista porque expresan un vacío.

Mentir, sin embargo, en cualquiera de las formas en que se haga, es solo un atajo hacia la ilusión de cambiar la realidad, u ocultarla, no de transformarla. En política, tal cosa es un despropósito que lidia siempre afanosamente contra las percepciones de la realidad de los ciudadanos y se traduce con demasiada frecuencia en la pérdida de la credibilidad pública. No es la mentira, aunque algunos lo crean, un recurso renovable, mucho menos cuando es capitalizada, como ha venido ocurriendo, por una persona, o una asociación política.

El sistema cubano está diseñado de tal modo que expresar la opinión de los ciudadanos sobre el prestigio y credibilidad de políticos y funcionarios —o la posibilidad de criticarles, emplazarles o enjuiciarlos directamente— es una práctica desactivada o expuesta a medidas punitivas y no incide —sino en casos extraordinarios— en la selección o renovación de aquellos. Dicho diseño, llegados a un punto, empieza a funcionar como un acumulado negativo y una deriva para el funcionamiento y la legitimidad del propio sistema. Ese punto ha sido ya traspasado.

No ocurre tal cosa sin que se dañe la gobernabilidad de un país. La calidad de la comunicación y la confianza política de los ciudadanos en sus gobernantes y en la gestión del conjunto institucional que conforma un sistema político, no es ciertamente un indicador de la capacidad de los ciudadanos para hacer valoraciones y comprender la realidad, pero es el primer criterio a tener en cuenta para el diagnóstico de una sociedad que experimenta una crisis política y conocer su envergadura.

Toda crisis política contiene en su origen una fractura de la credibilidad entre interlocutores, pero cuando se expande a la sociedad —sus clases y grupos sociales—,  entonces se vuelve una muy seria y difícil interpelación a todas las certezas que la hacen funcionar como una comunidad de destino, o de interlocución.

Aunque tenga que practicarse la libertad (2)

Esa fragilidad de las certezas sociales y políticas se expresará en Cuba, en el corto y mediano plazo, en la aceleración e intensidad de dinámicas diversas y al mismo tiempo interconectadas, como: el absentismo en los procesos políticos institucionalizados y su deficiente calidad, la desnacionalización de los proyectos de vida y profesionales, las migraciones reactivas, la fuga de capitales, también en la inhibición de la inversión —nacional o extranjera— y el incremento de la corrupción.

La inseguridad e incertidumbre sobre el futuro que experimentan los individuos en esa situación impactará en los ya alarmantes índices de natalidad, suicidio y violencia doméstica y de género; en la degradación del cuidado de individuos vulnerables al interior de las familias y las instituciones; en el aumento del alcoholismo y la infelicidad; en el debilitamiento de la solidaridad y en la emergencia de la impiedad y la intolerancia social.

Este es un cuadro que se complejiza exponencialmente y se vuelve perverso al interior de la crisis económica y pandémica que embate hoy directamente contra la población y la capacidad de funcionamiento de las instituciones; sobre todo por su potencial para hacer retroceder el grado de civilización alcanzado por la sociedad cubana.

Si la desintegración social es siempre un patrón que acompaña el retroceso civilizatorio experimentado por una sociedad, su decadencia —la de sus valores e ideas, su puesta en práctica y estructuras— es un proceso diferente pero que produce inexorablemente su propia cultura y formas de hacer política. La política —y los políticos— de la decadencia son siempre paradójicos, es una contradicción que se afirma y se niega a sí misma. 

Antes, pero sobre todo después de la Constitución de 2019, apunté desde este mismo medio la existencia —y peligrosidad— de una situación de anomia que en Cuba describía la contradicción entre las metas culturalmente legítimas de los ciudadanos y los medios institucionales para lograrlas.

Recuerdo que en el último año que impartí la asignatura Sociología de la Democracia en la Universidad de Oriente, expliqué a mis estudiantes la secuencia que desde algunas perspectivas teóricas podía seguir la anomía, esto es: innovación, ritualismo, retraimiento y rebelión.

Lejos estaba de suponer que la situación de anomia que originaba la disfuncionalidad de muchas de nuestras instituciones en aquel entonces para dar curso y propiciar las demandas del proceso de cambio social y político en curso en el país desde antes del proceso constituyente, sería relanzada o agravada por la postergación y en la práctica desactivación de la Constitución y el Estado de Derecho que ella proponía.

Las marchas que ocurrieron en el verano de 2021 han sido interpretadas hasta ahora de muchas maneras. La mayoría de los análisis realizados intentaron constreñirlas a un acontecimiento que, aunque extraordinario, tuvo una duración muy limitada. Sin embargo, lo ocurrido —y sus causas—  son parte de procesos que continúan emergiendo de lo social a lo político, de lo privado a lo público, y se expresan a través de un disenso político muy complejo y dinámico que no puede ser medido exactamente por la cantidad de personas en las calles, ni por sus comportamientos, ideas expresadas o aparente facilidad con que fueron contenidas y reprimidas.

La posibilidad que ello ocurriera, e incluso su capacidad de traducirse en protestas públicas, no era algo desconocido para el actual gobierno.

El impacto y costo en términos de empobrecimiento y estratificación social instantánea de la población que implicaba la reforma económica iniciada en el 2020, no solo estaba prevista como consecuencia inmediata por sus planificadores y decisores, sino perfectamente asumida después de más de una década de sistemática reducción de las inversiones y gastos públicos como un riesgo de gobernabilidad a enfrentar.

Por otra parte, los debates y propuestas realizadas en consulta popular, en particular las expectativas creadas entre la ciudadanía por la provisión de derechos y libertades que había hecho el texto constitucional de 2019, fueron lo suficientemente contradictorios e inquietantes para las élites del aparato gubernamental y político cubano como para que ignorasen que esta vez el disenso iba a expresarse a través de ejercicios de derechos constitucionales.

De hecho, la secuencia de sucesos previos a las masivas protestas —más allá de ser subestimados y simplificados por muchos desde sesgos y paradigmas de análisis disfuncionales—, indicaba con intensidad que el proceso de formación, apropiación y despliegue de la identidad ciudadana, como identidad política de los cubanos a partir de prácticas individuales y colectivas auto determinadas y auto organizadas, no había hecho más que expandirse y alcanzar importancia.

Tales prácticas fueron auto referenciales y sirvieron para inducir y canalizar en muchos de los individuos involucrados —y en otros que las conocieron—  cambios en su autoestima política, expectativas e ideales de justicia y concepciones de lo que debe ser el buen gobierno; así como para aportar experiencias de participación que eran ensayos de discusión, negociación y acuerdo en un contexto de pluralidad y diferencia de intereses.

Todo parece indicar también, pese a las escuetas y endebles explicaciones oficiales, que los repetidos intentos de muchos ciudadanos desde la aprobación de la Constitución de 2019 para usar derechos como el de Queja y Petición, o acceder a la vía judicial para proteger derechos y libertades ante violaciones de funcionarios y el Estado, aunque infructuosos, jugaron un papel importante en que el desarrollo legislativo de estos fuera retardado.

En paralelo, el Gobierno empezaría una carrera contra el tiempo con la emisión de otras normas que le permitieran blindarse ante este desafío, al tiempo que devaluaba, y de hecho enajenaba, en la cultura y prácticas de las instituciones públicas, también desde los medios de comunicación, los valores, principios y contenidos de la nueva Constitución cubana que estaban siendo apropiados por los ciudadanos.

Quizás la clave para entender algunos de estos procesos y el momento actual de crisis política, o sea, la contradicción que plantea el bloqueo de los medios institucionales y de los recursos que proporcionan, entre otros, los derechos y libertades constitucionales para alcanzar las metas legítimas de los ciudadanos, pueda estar —sobre todo si se tiene en cuenta la actual fluidez y acortamiento temporal de la sucesión de las etapas de anomia— en qué hacer con los disensos.

No es posible, por lo menos para mí, explicar en pocas líneas cómo fue que el gobierno cubano acabó optando, ante el aumento de la conflictividad política, por hacer uso de sus extendidas facultades discrecionales para ir contra el Derecho vigente, o para interferir en su aplicación, como demuestran —por solo poner dos ejemplos anteriores a las manifestaciones— los casos de Karla Pérez y Luis Robles. La primera, impedida de entrar a su país después de ser privada cuatro años antes del derecho a la educación; el segundo, procesado y condenado por escribir y alzar en solitario un cartel con demandas de tipo político en una locación habanera.

Las reacciones que generaron estos hechos, el primero de ellos en el plano internacional, y en el caso de Robles el hecho de que fuera protegido de la policía por la población, debieron servir como advertencia. Si actos de este tipo, o responsabilizarse gubernamentalmente con ellos, tuvieron un costo internacional cada vez más sensible, inéditamente, el gobierno estaba siendo conminado a someterse al Estado de Derecho por una parte de la población.    

Subestimar la existencia de disensos, su complejidad y diferentes tipos, fundiéndolos en un todo homogéneo; así como seguir ignorando que el grado de legitimidad y funcionabilidad de cualquier sistema político, su eficiencia misma, se mide precisamente por la manera en que logra encauzarlos con el fin de producir los consensos necesarios para el funcionamiento de una sociedad; es ya un gatillo de rebelión en Cuba.

Aunque tenga que practicarse la libertad (3)

En definitiva, más que la conservación del poder de un grupo, o tendencia política, es esa y no otra, la finalidad y función práctica de todo sistema político como condición de la civilización, el orden y estabilidad en una sociedad.

Ningún sistema político ha sobrevivido nunca a la erosión o pérdida a escala social de tres consensos fundamentales: 1) sobre sus reglas de funcionamiento, 2) sobre los medios instrumentales para lograr dentro de él los objetivos políticos de los ciudadanos, y 3) sobre la eficacia, coherencia y credibilidad de sus mecanismos de representación política. Tampoco a su incapacidad para transformarse y hacerse inclusivo.

Los consensos políticos pueden ser alcanzados, incluso re-articulados y conservados durante mucho tiempo a partir de la existencia y socialización de marcos normativos que definan la validez, factibilidad, deseabilidad y límites de los objetivos políticos de cada ciudadano en una sociedad. Pero nunca, o por lo menos no definitivamente, a través de la inducción a polarización política de la población, de la incoherencia y contradicción que supone el abuso de poder, el silencio administrativo y la arbitrariedad selectiva por parte de funcionarios e instituciones públicas. Y menos desde la violación y desconocimiento de los derechos y libertades reconocidas, o del intento de privatizarlos y monopolizarlos políticamente.

La negación de que los ciudadanos intenten cambiar las cuestiones que afectan su vida cotidiana —esto es: lograr alcanzar sus metas y aspiraciones, porque existen legalmente, han sido creadas, son aceptadas, accesibles y funcionales las condiciones y medios políticos, sociales y jurídicos para conseguirlos—; entraña además una consecuencia que es también una responsabilidad. Se proporciona con ello un medio idóneo para que se vuelvan opacos y confusos tanto los actores como los objetivos políticos, económicos y sociales que pueden resultar indeseables y peligrosos para el conjunto de valores, intereses y aspiraciones en una sociedad.

Las élites políticas y gubernamentales defienden sus privilegios de función, sus lujos y predominio político exclusivo mediante complejas relaciones endogámicas, mientras obran en silencio para, llegado el momento, funcionar a plena capacidad y abiertamente como élites económicas. Pero no se puede desconocer tampoco que, entre las reivindicaciones de derechos y libertades, entre afanes de justicia y democracia postergada, bracea igualmente en Cuba —aunque haga todo por invisibilizarse— una derecha que irascible y venal, hija espuria de la arbitrariedad y el despotismo, devota de la cultura de cancelación política, intenta capitalizar el momento para su sueño de revancha en el poder.

Aunque distinta, no es menor la responsabilidad de aquellos místicos del sectarismo y del poder desde sus periferias, que, en santuarios institucionales o académicos, ofrecen coartadas e intentan hacer creer que existe un dilema para los ciudadanos en Cuba en relación al ejercicio de los derechos y libertades constitucionales. Ellos intentan convencer de que la reivindicación del Estado de Derecho es una elección entre el Gobierno y el Derecho.

No se trata de ser profetas del desastre. Nos esperan tiempos difíciles. Pero es imposible creer que la concesión de derechos económicos y civiles, o su instrumentación práctica, podrá impedir, retardar o hacerse a costa del ejercicio de los derechos políticos que resultan necesarios para la democratización de la sociedad cubana.

Ese proceso está contenido, se quiera o no, en el ADN mismo de las nociones de República y de Estado de Derecho, y en el catálogo de libertades y garantías que establece ahora la Constitución. Y es ya esta contradicción, entre lo que somos y lo que podemos ser como sociedad política, el nudo gordiano que hay que cortar de una vez.

Nos queda el desafío enorme de construir y hacer entre todos y para ello los aprendizajes de una cultura democrática. Pero de algo se puede estar seguro, los derechos serán practicados, aunque tenga que practicarse la libertad.

                                                                      ***

Este artículo es un ejercicio de los derechos y libertades que consagra la Constitución de la República de Cuba.

41 comentarios

O 22 octubre 2021 - 12:23 PM

Desde el año 1959 nunca antes se había mentido en Cuba por tantos y por tan diversas cuestiones. Se ha hecho desde el gobierno, desde las instituciones, desde la prensa

Ja, Ja
Una practica odiosa

O 22 octubre 2021 - 12:25 PM

Segun Rene Fidel ningún sistema político ha sobrevivido nunca a la erosión o pérdida a escala social de tres consensos fundamentales, los tres ya no existen en Cuba

Al Rojas 22 octubre 2021 - 12:52 PM

la única salida para el castrato es un Tienanmen lo harán?

Manuel* 22 octubre 2021 - 3:35 PM

Por Dios, esperemos que no venga un Tiananmén cubano. No les creo capaces.

Pero sí veo difícil que se eviten víctimas de revolucionarios, exaltados más allá de lo que desearían sus inductores.

Rod Gomez 22 octubre 2021 - 1:05 PM

y la FISCALIA Amenaza!!!. TERRORISMO DE ESTADO?

Manuel* 22 octubre 2021 - 3:36 PM

La fiscalía amenaza porque temen —con razón— que las marchas sean masivas.

Comunista hasta la Muerte 22 octubre 2021 - 6:30 PM

Ser dueños del sistema juridico le permite a los dueños de la Revolución encarcelar o fusilar a sus detractores y por lo tanto no es necesario asesinar a nadie ilegalmente como lo hizo Batista.
Cuba es propiedad privada de la familia Castro y por lo tanto no tiene ciudadanos. Tiene habitantes. Gente que tuvo la mala suerte de vivir en Cuba cuando triunfo la Revolución.

Evelio 22 octubre 2021 - 9:16 PM

yo les llamo reos, 11 millones de reos.

Luis 22 octubre 2021 - 1:22 PM

La intencionalidad en el aplastamiento al disenso es condición propia de los que ejercen el poder.
Manejar las diversas corrientes disidentes en una dirección unica es una tendencia propia de los líderes de esas corrientes.
Solo impondrá sus normas quien logre aunar más aliados en esta lucha.
Al final el Poder es una entelequia. Mientras muchos sufren por lo que avizoran, otros encontraron ya su lugar. Lo unico que me preocupa es si la Cruz Roja estará lista.

Manuel* 22 octubre 2021 - 3:40 PM

No, Luis, el aplastamiento del disenso no es propio de todos los que ejercen el poder. Angela Merkel acaba de abandonar su larga carrera política en el poder para vivir la vida en paz. Se le recuerda con cariño y no aplastó ningún disenso. Al contrario, incorporó mucho disenso liderando coaliciones de personas muy diversas.

Esteban 22 octubre 2021 - 5:15 PM

Estamos asistiendo a la conculcación descarada del derecho en Cuba, a un gobierno que constantemente viola sus propias leyes porque no encuentra la manera de taponear una barca que hace aguas por todas partes.
Están desesperados.
La puerta del hogar de Yunior García amaneció con palomas sacrificadas y otros desperdicios. No hay que ser adivino para saber que si Yunior denuncia el hecho su denuncia irá a parar a la gaveta del buró de algún funcionario y allí quedará.
Llegados a este punto vale preguntarse si le asiste al pueblo cubano el derecho a no seguir siendo pisoteado por un gobierno que carece del más mínimo respeto por la libertad de los ciudadanos, de todos, y que por el contrario atiza constantemente a unos contra otros.
O si por el contrario es lícito, ético y moral permitir que el actual sistema de cosas perdure eternamente.
Me parece que la respuesta es obvia.
Viva Cuba Libre. Patria y Vida. Libertad para los prisioneros políticos del régimen castrista.

Manuel* 23 octubre 2021 - 4:30 AM

Sin embargo, opino que Yunior debe denunciar las amenazas que recibió. Es bueno conminar al régimen a que cumpla sus propias leyes. No lo hará, pero así todos lo sabrán, incluyendo sus propios seguidores.

Esta es una lucha épica de la verdad contra la mentira y no debemos perder ninguna oportunidad para desenmascarar la mentira y exponerla al sol para que todos la vean.

Manuel Figueredo 22 octubre 2021 - 2:20 PM

Sin libertad no hay derechos y eso es lo que falta en la patria de José Martí. Se debe de hacer todo lo que esté a nuestro alcance por conquistar esa libertad. Que cada cual ponga su granito de arena.

Manuel* 22 octubre 2021 - 2:35 PM

Con tantas entradas nuevas no soy capaz de estar al día con este blog tan interesante. Por favor, publicad menos.

O 22 octubre 2021 - 2:46 PM

Vandalizan casa de Yunior García y le ponen palomas decapitadas
“Así amaneció hoy la puerta de nuestra casa. Ayer intentaron amenazarnos usando a la fiscalía y hoy lo hacen con esto”, escribió García Aguilera en su cuenta de Twitter.

Manuel* 22 octubre 2021 - 3:42 PM

Estoy al tanto. No se sabe si fue un exaltado o algo organizado por la Seguridad del Estado. Yunior debería de cursar una denuncia para que la policía investigue esas amenazas.

Dayan Olivera 25 octubre 2021 - 10:30 AM

Por favor, la casa de Yunior esta vigilada 24/7 por la Seguridad del Estado. Nadie se atreveria a un acto asi a menos que sepa que goz de total impunidad.

Manuel* 22 octubre 2021 - 3:29 PM

Con Internet nunca ha sido tan fácil divulgar una mentira. Pero, en contrapartida, nunca ha sido tan fácil desenmascararla.

Al Rojas 22 octubre 2021 - 4:12 PM

Tras 62 años de cometer toda suerte de crímenes aún ud duda de q no contemplen una salida a lo Tienanmen
? Le sugiero q se fortalezca mental y espiritualmente, porq si necesitan hacerlo lo harán, porque en ellos les va su supervivencia y porq confían en los apoyos internacionales w han logrado en todos estos años, ojalá q dentro del régimen halla seres humanos y tengan compasión del sufrido pueblo cubano, entiende ya la crueldad esta al limite tratan a niños sin un.minimo de piedad, están dispuestos a encarcelarlos, a echarlos de país que falta? matarlos, solo eso.

Manuel* 23 octubre 2021 - 4:44 AM

El comunismo cubano no ha llegado nunca a los excesos de Stalin, Mao o los Jemer Rojos con millones de víctimas. Lo peor que hicieron fue fusilar a varios cientos de cubanos con la revolución recién ganada en juicios express de pocas horas con ejecución al día siguiente.

Recordemos que en la Plaza de Tiananmen la policía china comenzó a disparar sobre los manifestantes pacíficos matando a varios miles.

Si eso sucediese en Cuba, sería el fin de la revolución. Pero de ninguna manera querría que sucediese.

Creo que la policía saldrá con la consigna de aplacar las manifestaciones sin causar víctimas. Son profesionales que obedecen órdenes. Sin embargo, lo que sí me temo es que es muy posible que algunos miembros exaltados de civiles parapoliciales armados con garrotes causen alguna muerte entre los manifestantes.

Pero todo son especulaciones. Nadie previó la explosión del 11-J. Y nadie sabe exactamente qué va a pasar el 15-N.

narciso 23 octubre 2021 - 5:40 AM

El 15 de noviembre tranquilidad ya a los pobres les estan resolviendo muchas de las cosas que pedian asi que si se diera alguna manifestacion sera con menos personas aunque esperemos por ivette que seguramente al ser de la habana asiste y nos cuenta si la golpearon o si pudo levantar su cartel de abajo diaz canel y por una constituyente sin problemas alguno

Sanson 24 octubre 2021 - 12:55 AM

Le siguen diciendo D. Canel S…….La cosa no ha cambiado nada.

Dayan Olivera 25 octubre 2021 - 10:33 AM

No ha llegado nunca a los excesos de Stalin, Mao y demas porque no les ha hecho falta, porque han contado con la complicidad de una poblacion amedrentada y analfabeta politicamente. Pero si es necesario, llegaran y se pasaran.

Comunista hasta la Muerte 22 octubre 2021 - 6:20 PM

En mi opinion la actitud de Estados Unidos es imposible de entender. Apoyaron a Batista pero no a F.idel. Como es esto posible si los principios de F.idel y Batista son casi iguales?. Ambos fueron militares, tomaron el poder por la fuerza, no permitieron oposición, encarcelaron o mataron a sus oponentes politicos y utilizaron a Cuba como su propiedad para beneficio de ellos y sus familias.
Batista fue el autor intelectual de la Revolución. Tuvimos y tenemos una Revolución Batistiana. No Martiana. Nuestros principios y valores son opuestos a los de Marti pero similares a Batista.
.
Es tiempo de corregir la historia.

Manuel* 22 octubre 2021 - 6:25 PM

Esa es la tesis de Yunior que dice que llevamos setenta años de dictadura sumando la de Batista.

Jorge R 22 octubre 2021 - 7:05 PM

Manuel* , tiene usted alguna duda de que esto es obra del DSE? A estas alturas del concierto ya cualquier melodía suena bien a los iluminados.

Manuel* 23 octubre 2021 - 4:51 AM

Yo no estaba allí cuando pusieron los restos de ave. Tengo mis sospechas pero ninguna certeza. A menudo me equivoco en mis sospechas. Supongo que algún día, cuando se acabe esta locura, alguien saldrá contándolo todo.

Jorge R 22 octubre 2021 - 7:00 PM

“Comunista hasta la Muerte”; Excelente. Como siempre haciendo revés a tu nombre.

O 22 octubre 2021 - 7:16 PM

Fiscalía de Mayabeque pidió 25 años de privación de libertad para el cubano Maikel Puig Bergolla, participante en las protestas pacíficas del 11J, por los supuestos delitos de desorden público, desacato, instigación a delinquir y tentativa de asesinato.

——
No puede ser. Fidel dijo que 15 años era toda la vida de un hombre…..cuando asalto el Moncada

Manuel* 23 octubre 2021 - 4:59 AM

Son unas penas fuera de toda proporción. Maikel salió a manifestarse y tal vez se excedió verbalmente con algún policía. Que se sepa no hubo ni siquiera heridos. Maikel no asesinó, ni violó ni robó a nadie.

Hay que exigir un poco de sentido común. En un país civilizado lo de un manifestante exaltado se arregla con una multa en el peor de los casos.

Parece mentira que actúen así cuando en la televisión ponen imágenes del extranjero con manifestantes incendiando edificios y matando policías. Y lo ponen de ejemplo de lucha anticapitalista.

Para tranquilidad de Maikel, estoy seguro de que no cumplirá los 25 años de cárcel ni mucho menos. Mucho antes se cae la cosa.

Alberto Ramirez 22 octubre 2021 - 7:59 PM

Me pareció muy bueno el artículo en su análisis del incumplimiento de la constitución por parte del gobierno cubano, hasta que el autor habló de “una derecha que irascible y venal”. ¿Dónde están las pruebas? ¿Por qué acusar a quienes tienen inclinaciones ideológicas hacia la derecha de ser corruptos y andar detrás del dinero? Yo podría decir que Cuba está gobernada por una izquierda irascible y venal, y de eso si hay muchas pruebas. No podemos escribir defendiendo el cumplimiento de la Constitución y a la vez denigrar a cubanos por ejercer esos derechos y pensar como quieran, incluso tener una ideología de derecha. La derecha es una cosa y los extremos otra. La derecha, la izquierda, el centro y todas las posiciones políticas deben tener cabida en un país plural, siempre que cumplan con la Constitución. Ahora vamos a ver que tan efectivos son los derechos a la libertad de expresión en este medio. ¿Me publicará la Joven Cuba?

Manuel* 23 octubre 2021 - 5:06 AM

Ese es el toque de equidistancia que no puede faltar en los artículos de La Joven Cuba. A muchos le molesta. Con todo lo que han evolucionado, es lo que menos me preocupa.

O 22 octubre 2021 - 8:04 PM

Ellos siempre se ensañan con los lideres. A Yunior lo van a meter en la carcel ese dia posiblemente antes de que salga a la calle el N15. Para pedilrle 15 o mas años, no les importa que el mundo civilizado se horrorice por ese abuso contra un individuo por un simple llamamiento a manifestarse pacificamente.

Como en otros casos, lo acusaran de alteracion o desorden publico, desacato y resistencia , daño a la propiedad, instigacion a delinquir, propagacion de epidemia y un largo excetera.

Manuel* 23 octubre 2021 - 5:03 AM

Da igual que se ensañen con los líderes. Los líderes solo son una docena. Toda Cuba está al tanto de la convocatoria del 15-N y saldrán a la calle con líderes o sin ellos. Esto no lo para nadie, incluso si Yunior saliese en la televisión desconvocando la marcha.

Es más, si reprimen a Yunior y al resto de los convocantes, eso producirá mas rabia y saldrá mas gente a la calle.

Rolando Leyva Caballero 23 octubre 2021 - 6:48 AM

El artículo es contundente y preclaro hasta que llega el instante en que tilda de irascible, revanchista y venal a la derecha cubana en pleno, replicando, quizás inconscientemente, por defecto, los mismos argumentos del PCC en el poder, sin distingos necesarios al caso, que mal no vendrían esclarecer, para no pecar nunca de apriorísticos y prejuiciados. Habría que empezar por recordar que el proceso insurreccional de los años 50 contra la dictadura batistiana tuvo un carácter clasista y político completamente transversal, de una sociedad civil compleja y heterogénea, movilizada para acabar con un régimen de oprobio, proceso en el que el PSP, una fuerza política minoritaria, por no decir residual, no tuvo el más mínimo protagonismo. Los riesgos asumidos por ellos, si acaso enfrentaron alguno, fueron mínimos, permaneciendo agazapados a la espera del triunfo, para luego montarse en la Caravana de la Victoria, sin haber disparado un tiro. Literalmente. Decían que no eran partidarios de la violencia revolucionaria en un contexto en que había mucha gente siendo asesinada en las calles de Cuba. Quizás las instrucciones recibidas del Kremlin no les dejaban margen de maniobra al respecto, y pasaban por no inmiscuirse en un proceso político que ponía en jaque a un antiguo aliado; que a veces la gente olvida que los comunistas cubanos fueron socios de gobierno de Fulgencio Batista cuando su mandato democrático de 1940 a 1944. En 1959 lo que triunfa en Cuba no es una revolución bolchevique, comunista, o como quieran llamarle. Es un alzamiento popular, no de una clase o partido político específico y único. Que después los taimados del PSP se hayan apropiado indebidamente de un esfuerzo colectivo del cual también participó la derecha cubana de la época es otra cuestión a debatir. Lo otro es definir, a la luz de la actualidad y los cambios suscitados en la sociedad cubana contemporánea, qué es la derecha, casi siempre descrita de manera conveniente y oportunista como aquellos dinosaurios escléroticos y en peligro de extinción radicados en el sur de Florida. Desconocen así la composición no solo clasista sino también demográfica, económica y política de la Cuba actual. Si hay una ultraderecha neoconservadora operando en Cuba ahora mismo es la que componen los miembros de la nomenclatura del PCC en el poder. Dinosaurios escleróticos que habitan en barrios burgueses de la periferia capitalina. Así de simple. Un ejemplo fehaciente de su decrepitud y endeblez ideológica son sus alianzas tácitas con otros grupos sociales emergentes, como bien podrían ser las iglesias evangélicas, con las cuales comparten una interpretación intransigente y monoteísta de la realidad del país, llegando incluso a ponerse de acuerdo con ellos, lobby mediante, lo nunca visto, para evitar agregar a la Constitución aprobada en 2019 artículos potencialmente inclusivos y revolucionarios. Nada, que hasta que no asumamos por fin que la derecha cubana, incluso los anexionistas pronorteamericanos, tienen cabida en una Cuba de futuro, no llegaremos a buen puerto. ¿O dónde quedó aquello de “Con todos y para el bien de todos”? En lo que a mí respecta prefiero parafrasear a El Maestro y soñar con una República de Cuba “Con la mayoría y para el bien de la mayoría”. Los que sean.

narciso 23 octubre 2021 - 5:25 AM

Hay una gran diferencia entre ustedes que defienden directa o solapadamente el capitalismo para Cuba y el gobierno cubano y es que mientras el gobierno va a los barrios a arreglarlos la gente de ustedes va a venderle lo que tengan a precios de muerte y esa diferencia se nota el pueblo la sabe y los violentos de ustedes que estan en la carcel que paguen por lo que rompieron y por las heridas que causaron a los que no piensan como ustedes y debieran decir con nombre y apellido un manifestante de los de ustedes herido que este preso o en la carcel porque presos por no gustarle el gobierno y la constitucion del pais en el que vives estan llenas las carceles del mundo y tambien de muchas democracias que ustedes alaban

Jorge R 23 octubre 2021 - 6:26 AM

No sr. Narciso, el gobierno no va a los barrios, el 11j los obligó a ir a los barrios. Basta ya de mentiras y manipulaciones.

maria teresa ** 23 octubre 2021 - 5:07 PM

Narciso usted me estimuló a escribir sino tengo interés de convencer, solo es que me cuesta quedarme callada.
En Cuba el gobierno está representado en cada barrio por el delegado del PP que en la práctica solo sirve para anotar en el acta las solicitudes de la población, elevarla al municipio y en la siguiente asamblea informar que el país no tiene los recursos necesarios ….. Narciso llevamos años en eso, la manifestación del 11j demostró la existencia de recursos ¿almacenados, para qué?, en escasos tres meses se está haciendo lo que no se hizo ni en los tiempo de Fidel.
Los vándalos que volcaron autos y rompieron vidrieras seguro salieron de comunidades similares a los que vimos en Canción de Barrio, imagine lo que durante largos años van acumulando entre pecho y espalda esas personas ¿qué comportamiento usted quería?
Ahora los gobernantes asustados están corriendo tratando de sumar a sus filas a cubanos que ellos mismos olvidaron, las vistas de los gobernantes a los barrios es tratando mas de asegurar el cargo con sus privilegios que interés real en el bienestar de personas humildes y hasta hace poco creídas pacificas. Cuando las visitas finalicen veremos lo que siempre hemos visto desmoronamiento en poco tiempo de las edificaciones remozadas o levantadas, estamos acostumbrados.
En lo que respecta a que “la gente de ustedes venden aprecio de muerte” ¿Narciso usted vive en Cuba? Entre los revendedores hay militantes, opositores, neutrales o indiferentes, todos venden, todos compran y nadie ve nada, todo el mundo vende a precio de muerte porque tiene que comprar a precio de muerte, el primer asesino que pone los precios abusivos es el estado cubano, subió los salarios y se dispararon los precios, la canasta básica normada no cubre las necesidades de diez días, los restantes productos del mes hay que adquirirlos con una moneda digital recargada del exterior.
Lo que va a suceder el 15N es impredecible, imagino que los de perder sean los manifestantes, pero habrá una próxima y otra próxima y cada vez más numerosa porque se irán sumando todas las personas cercanas de los que quedaran detenidos o heridos o Dios no lo quiera, muertos.
Estoy de acuerdo con usted que los violentos paguen, incluyendo a los revolucionarios que dieron palos, la policía que también los dio y el policía que mató a un manifestante con un tiro por la espalda.
Por último usted tiene derecho a valorar las situaciones, opinar y actuar en concordancia, los demás también tienen el derecho de valorar, opinar y actuar, usted es partidario del socialismo, sus motivos tendrá, no hay nada malo que otros sean partidarios del capitalismo porque al igual, sus motivos tendrán.
Este gobierno y no otros le está poniendo la cosa fácil al imperio

Sanson 23 octubre 2021 - 11:04 AM

Es hora de que los cubanos podamos vivir en nuestra patria con decoro y desahogadamente sin tener que conceder nada a esos que nos lo prohiben que lo unico que han hecho siempre es mentirnos y utilizarnos.

Nilda Bouzo Torres 23 octubre 2021 - 1:10 PM

UN excelentísimo artículo para hacer profundas reflexiones.

Antonio 26 octubre 2021 - 1:25 PM

Respeto la posición que asume el autor del artículo. Respeto la posición e ideas de Yunior García. Bueno, hechas estas ¨declaraciones¨ de respeto, les pido que lean y analicen, y de paso, comenten (sobre todo al autor, de quien admiro la claridad con la que expone su criterio) el siguiente artículo del periódico de mi provincia, Escambray:
http://www.escambray.cu/2021/las-mascaras-caen/
De ser cierto, a pesar de que atacan al mensajero, o mejor dicho, exponen al mensajero por esos hechos, la credibilidad de Yunior, a mi modo de ver, queda cuestionada en varios sentidos.

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