Asamblea de Cineastas: Vicisitudes del diálogo ciudadano de estreno

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En días recientes el Grupo de Representantes de la Asamblea de Cineastas Cubanos convocó desde su página en Facebook a una nueva sesión plenaria de la Asamblea para este 20 de septiembre en su habitual espacio del cine 23 y 12. Al igual que en ocasiones anteriores, la participación podría efectuarse lo mismo en forma presencial que virtual, lo que permite la intervención de quienes residen fuera de la capital y del país.

La agenda propuesta para la jornada incluía la revisión de las tareas acometidas por los diversos grupos de trabajo de la Asamblea hasta el presente, la información sobre las respuestas recibidas desde el Gobierno a las informaciones enviadas y la definición de los próximos pasos, entre los que se preveía la necesidad de emitir una nueva declaración.

Tras los ajustes necesarios para optimizar la participación virtual de quienes no pudiesen acudir físicamente por residir o hallarse temporalmente fuera de La Habana, se dio comienzo a la Asamblea por sus representantes.

Rosa María Rodríguez abrió la sesión agradeciendo la presencia de todos, señaló que la sesión tendría carácter extraordinario —ya veríamos por qué— e hizo un llamado a mantener un clima de respeto y a establecer un diálogo constructivo.

A continuación, Gustavo Arcos Fernández-Brito se encargó de presentar un documentado resumen de todo lo acontecido desde el 15 de junio en que se refundó esta Asamblea, hasta hoy. Aclaró, pertinentemente, que la Asamblea de Cineastas es una asociación, un organismo surgido desde el año 2013 que sesionó hasta 2016, trabajando justamente entonces contra los hechos de censura y exclusión que se venían produciendo en el sistema del cine cubano, problemas que aún no han hallado solución.

Tras los sucesos relacionados con la exhibición televisiva no autorizada del documental La Habana de Fito, de Juan Vilar, la Asamblea se reactivó en el pasado 15 de junio del año en curso, en este mismo sitio, y emitió una primera declaración —que acompañaron con su firma más de 600 cineastas, intelectuales y artistas—, la cual señaló la violación de las regulaciones establecidas sobre el derecho de autor, la irresponsabilidad en ello de determinados funcionarios culturales y el posicionamiento erróneo de la UNEAC en dicha saga.

Ese mismo día se creó la página de Facebook de la Asamblea, que es su espacio de comunicación externa, y cuenta hasta hoy con 3 200 seguidores, además de haber publicado 41 post.

El 23 de junio se produjo el encuentro entre la Asamblea, representantes del Gobierno Cubano, el Partido y las instituciones culturales pertinentes, donde se produjeron más de 40 intervenciones de parte de los cineastas y algunos otros intelectuales allí presentes, rechazando la narrativa brindada por el Vice Ministro de Cultura Fernando Rojas sobre lo ocurrido con el documental de Vilar.

Como colofón de dicho evento la Vice Ministra Primera Inés María Chapman propuso la creación de grupos de trabajo para avanzar en el análisis y la solución de un grupo de asuntos, así como el desarrollo de posteriores y sistemáticos encuentros entre los cineastas organizados de este modo y las instancias de gobierno pertinentes.

Coherente con esta estrategia, la Asamblea de Cineastas realizó una segunda sesión plenaria con el objetivo de organizar el proceso de elección de sus representantes, así como conformar los necesarios grupos de trabajo. Entre el 12 y 13 de julio tuvieron lugar las elecciones en un clima de total transparencia, junto a la estructuración de cuatro comisiones: la de Leyes y Decretos, la de Censura y Exclusión, la de Política Cultural y la de Producción. A partir de ahí se desarrolló una febril faena por parte de las comisiones y la labor del Grupo de Representantes se caracterizó por una intensa comunicación.

Apenas unos días después, el 15 de julio, se comunicó la presunta renuncia del presidente del ICAIC, Ramón Samada, acompañada de propuestas de cuadros designados ya para dirigir el ICAIC y la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños.

Tales hechos suscitaron una segunda declaración que expresaba el rechazo a semejante modo de actuar. De hecho, la Escuela Internacional de Cine no aceptó el método ni la propuesta del nuevo director, y hasta el presente, dicha institución, el propio ICAIC y la Facultad de Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) del Instituto Superior de Arte —esta constituyen las tres instituciones relacionadas con el cine cubano—, se hallan sin sus cuadros principales.

El 17 de julio el Gobierno anunció que se había creado el Grupo Temporal de Trabajo, para dar inicio a las jornadas de encuentros con los representantes del cine.

Hasta la fecha, el referido grupo ha sostenido cuatro reuniones, pero ninguna de ellas ha incluido a los colegas electos por la Asamblea como sus representantes, por tanto, han sido desconocidos por parte de las autoridades gubernamentales, así como la existencia de la Asamblea misma, que ni siquiera se menciona en los documentos pertinentes. En su lugar fueron citados de manera puntual determinados cineastas.

El informe expuesto por Arcos Fernández-Brito deja claro que la Asamblea no considera correcta dicha conducta.

Por su parte, la Asamblea ha enviado dos cartas (18 y 29 de julio) y una relatoría (resultante de la Comisión Censura y Exclusión) al Gobierno y al Partido, en las personas de la Vice Primera Ministra Chapman y del Jefe del Departamento Ideológico Rogelio Polanco. Solamente obtuvo respuesta una de las comunicaciones, a los 30 días de su emisión, firmada por Chapman y dirigida al Vice Presidente del ICAIC, Roberto Smith, en cuyo asunto se lee: «Respuesta a carta recibida de 11 creadores pertenecientes a su institución».

¿No sabe o no entiende aún el Gobierno que el cine cubano hace rato excedió los límites de la institución ICAIC, fundada en el año 1959 en un preciso contexto con un determinado cometido social? ¿No sabe que la mayor parte del cine que se produce en Cuba durante los últimos años, del cine cubano que incluso triunfa y obtiene reconocimientos en festivales, es cine independiente, producido fuera de los marcos del ICAIC?

¿No sabe que estos 11 creadores integran el Grupo de Representantes de la Asamblea de Cineastas, que son los legítimos representantes de dicha Asamblea porque fueron electos de modo libre y transparente por quienes la componen?

Mas de 200 películas cubanas que el público cubano no ha visto

En su informe Gustavo refiere cómo la dirección del ICAIC solicitó a los Representantes de la Asamblea la lista de producciones censuradas y ella ascendió a 206 películas de 71 directores. Una cifra referida solo a los últimos 30 años. Falta sumar las décadas de los 60, 70 y 80.

Estos datos son el resultado aún parcial del trabajo realizado por el grupo de trabajo que se dedicó a investigar y acopiar las informaciones sobre los ejercicios de censura.

Por supuesto, las películas producidas por el cine cubano tienen que estar en los cines de Cuba, ser vistas y evaluadas por aquellos para quienes fueron hechas, sus legítimos receptores y sus mejores críticos: la ciudadanía.

Mediante su chat de WhatsApp, la Asamblea socializa entre sus miembros los informes de trabajo de todas las comisiones junto con la propuesta de estatutos. Cada uno de estos documentos revela una labor admirable, hecha en un tiempo récord y sin descuidar los compromisos de trabajo de cada quien.

Si bien la Comisión de Producción muestra los problemas objetivos para hacer cine en Cuba en toda su crudeza, a la vez refiere una serie de recursos y ángulos que deben y pueden ser movilizados, mientras todos los que se enfrentan a esta magna tarea saben que, con mucho esfuerzo, inventiva y originalidad se está haciendo cine en Cuba.

Por ello, es hora ya de que el momento de la exhibición deje de ser un problema para el arte cinematográfico cubano puesto que es ahí donde, como dice el habla popular «se traba el paraguas», cuando lo cierto es que no existe nadie por encima del pueblo que pueda abrogarse el derecho de «filtrar» el arte cubano que llega a él.

Dentro del ejercicio de la cultura existen muchas maneras de propiciar el disfrute culto y responsable de un producto artístico de cualquier índole, entre ellos de un producto audiovisual, y nuestra gente de cine tiene excelentes ideas al respecto; cualquiera de ellas puede ponerse en acción. Todo menos acudir al recurso irrespetuoso y aberrante que nos legó, desde la colonia, el lápiz rojo del censor.

Coda

La plenaria cierra con la lectura de una nueva Declaración (la tercera) para su análisis y posterior aprobación. La motivan las respuestas pendientes por parte del Gobierno hacia los cineastas, la reticencia a reconocer a la Asamblea como entidad actuante, así como a sus legítimos representantes; el mantener las agendas de trabajo en manos de los mismos individuos que la Asamblea ha calificado como irresponsables en el cumplimiento de sus misiones; el empecinamiento en usar métodos de trabajo obsoletos, prácticas de abuso institucional y continuar empleando interlocutores que tanto daño han causado a la cultura nacional, a lo cual se suman ahora los problemas que representa la bancarización, tal cual nos la plantean, para los flujos de la producción cinematográfica.

Los del Cine están conscientes de que llevan a cabo una aventura inédita en la vida social cubana de las últimas seis décadas y saben a lo que se enfrentan: hay una vieja mentalidad que es preciso desmontar. Quieren ser legítimamente útiles con las fulguraciones obstinadas de la verdad y la belleza. No pierden el chance de una buena broma. Rehúyen cualquier amago de solemnidad.

No obstante, no olvidan que hay un pueblo respirando junto a ellos.

5 COMENTARIOS

    • Era hora de que alguien verdaderamente responsable le dictara pautas al gobierno, porque en verdad hace unos cuantos años andamos al pairo, sin velas ni timonel, y los que ocupan el puente de mando y los mejores camarotes no hacen NADA por enrumbar el barco a puerto alguno, ni siquiera por mantenerlo a flote. Lástima que vean como un motín lo que realmente es una reacción sensata y un llamado a la cordura.

    • «No se trata ya de solucionar o aplicar reformas para ver y hacer películas. Hay que reformar toda una nación. Queremos ver nuestro cine, pero necesitamos que antes devuelvan el país», opinó el profesor Gustavo Arcos, para su información Sr. Taran el soberano es el pueblo el gobierno es transitorio y elegido por el pueblo, este de «la revolución» se lo ganó peleando y lo acepto pero alla por mediados de los 70 se institucionalizo y «entendió y acepto» que debería ser elegido, pero comisiones de candidatura de la ANPP de por medio, lograron forzar a elegirse, parecería que para siempre, ellos mismos, así de simple es el truco. No creo que exista posibilidad de diálogo alguno con los acostumbrados a los monólogos.
      Buena suerte a los que persisten en la idea de intentar ante el totalitarismo hacer crecer la democracia, nunca la noche es más oscura que justo antes del amanecer, todos esos detalles del diario vivir de la inmensa mayoría del pueblo Cubano presagian que el amanecer podría estar cerca, nada mas.

  1. Ellos se ensañaron con el arte como si fueran especialiustas y se tuviera que filmar lo que ellos autorizaban como en todo.No hay nada mas destructor que una dictadura y tan larga y cruel como la nuestra dudo exista otra.

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Esther Suárez Durán
Esther Suárez Durán
Socióloga y escritora

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