Más de veinte años pasando por la avenida 100 fueron suficientes para que mi memoria grabara la expresión que rezaba en la valla propagandística colgada en el puente peatonal que da acceso al Hospital Pediátrico William Soler, de La Habana: «No hay nada más importante que la vida de un niño. Fidel Castro».
Es cierto que incluso en los momentos más difíciles del infinito Periodo Especial se mantuvieron las clases en la mayoría de las escuelas, así como las campañas de vacunación para prevenir el tifus, el sarampión, la meningitis y otras enfermedades erradicadas después del triunfo de la Revolución. También perdí la cuenta del número de veces que me atendieron en el viejo policlínico del barrio a la luz de un quinqué o de un farol chino.
La falta de recursos materiales y financieros no puede aceptarse como justificación para tragedias como la que asistimos 27 de enero de 2020, día en que la desidia y la negligencia segaron las vidas de María Karla Fuentes (12), Lisnavy Valdés Rodríguez (12) y Rocío García Nápoles (11). En todo caso, faltó el sentido común, la empatía y el respeto por la vida de los cubanos y cubanas que a diario circulan por las calles de Jesús María, uno de los barrios más humildes y guerreros de la capital desde los tiempos de la colonia española.
Es inmoral que la caída del balcón de un edificio inhabitable y en ruinas impusiera el luto permanente a tres familias cubanas, una escuela y toda una comunidad. Es inmoral porque según afirmaron familiares de una de las víctimas y varios vecinos, la demolición del inmueble se dilató por meses y solo concluyó con una operación relámpago, justo después del fatídico incidente.
La nota que sobre estos hechos Granma publicó el pasado 28 de enero, se refirió a la presencia en el lugar de Luis Antonio Torres Iríbar y Reinaldo García Zapata, primer secretario del Comité Provincial del Partido y gobernador de La Habana, respectivamente. Bien por ellos. Sin embargo, nada se dijo sobre si el caso está en investigación ni sobre los posibles responsables.
De acuerdo con el testimonio de la tía de una de las víctimas, Secons era la entidad que pudo evitar el luto de esas tres familias. Una vecina del barrio de Jesús María, comentó a Cubadebate que el trabajo de las brigadas de demolición se limitaba a tumbar tres ladrillos y colocar una cinta para evitar que los transeúntes pasaran por debajo de la edificación. Las personas que retiraban la cinta que advertía el peligro también actuaron negligentemente.
Es cierto que la negligencia debe ser compartida entre diferentes entidades y actores, pero la mayor cuota de responsabilidad corresponde a los trabajadores a pie de obra y los directivos de Secons. Es cierto que la preservación de la cinta amarilla pudo haber evitado que las personas se acercaran a la zona de riesgo pero no impediría el desplome del balcón.
Si la empresa responsable por la demolición del inmueble sabía que un balcón no apuntalado era peligro potencial para la comunidad, no estamos hablando de un accidente, sino de un crimen.
Dejo para otro momento el análisis más profundo sobre el tratamiento que los medios partidistas dieron al infausto acontecimiento, si el canciller Bruno Rodríguez hizo bien al darle el pésame a la familia del genio del baloncesto Kobe Bryant y obvió a las de las niñas cubanas, o si las escuetas y tardías condolencias enviadas por el presidente Miguel Díaz-Canel, vía Twitter, fueron resultado de sus sentimientos o de las obligaciones del cargo y la críticas a su silencio que circularon por la media social.
Espero que la omisión a que la prensa partidista nos tiene acostumbrados cuando de ciertos casos se trata, no sea reflejo de la tibieza de las autoridades políticas. Por cierto, no he visto un solo periodista del NTV pedir – tal como hicieron ante tumulto durante la reinauguración del Mercado de Cuatro Caminos – que sobre los responsables de la demolición que llegó tarde caiga todo el peso de la ley. Un peso tan grande como el nefasto balcón.
Aunque vivimos un tiempo en que el cinismo, la simulación y la obediencia parecen ser carta de triunfo en no pocos ámbitos, me niego creer que hayamos llegado al estadio en que un par de puertas rotas, el hurto de productos alimenticios y de latas de bebidas generen más indignación en los medios oficiales que la desidia que provocó la tragedia de Jesús María. ¿Apelará Thalía González a la decencia para que se investigue este caso?
De todo lo anterior he tomado nota, mas sé que los reproches no traerán de vuelta a María Karla, Lisnavy y Rocío, ni le dará paz a esas tres familias. Lo que sí interesa por una cuestión de justicia es la identificación de los responsables de la permanencia de un edificio en harapos a pocos metros de una escuela primaria, ubicada en una calle bastante transitada.
La responsabilidad directa de la muerte de tres inocentes no corresponde a entes abstractos, ni mucho menos al bloqueo de los Estados Unidos, ni al presidente Díaz-Canel. No obstante, este último, junto a sus subordinados del Partido y el Gobierno en el municipio, tiene la obligación moral y legal de exigir a Fiscalía que investigue, identifique y denuncie a los responsables. Cabe a la sociedad civil demandar porque así sea.
Conviene a los dirigentes cubanos ser diligentes y transparentes con el esclarecimiento de los hechos. Nada pido para mí. Todo exijo por esas tres familias y por la seguridad de quienes andan y desandan por La Habana. En tiempos de medios sociales todos sin excepción serán juzgados por sus obras.
Hay quien afirma que esta tragedia no debería utilizarse como indicador de la forma en que el país cuida la vida de los ciudadanos en general y de niños y adolescentes, en particular. Yo les diría que al no hacerlo, se corre el riesgo de naturalizar y/o banalizar la negligencia y la desidia que pululan en hogares, comunidades, centros de trabajo y medios de transporte.
Ojalá que a juzgar por lo sucedido en La Habana Vieja el lunes último, la citada frase de Fidel Castro que da fe de la especial preocupación y ocupación del Estado y sociedad cubanos por infantes y adolescentes, no sea colocada entre signos de interrogación. De los dirigentes y de los dirigidos depende.
Que las vidas de María Karla Fuentes, Lisnavy Valdés Rodríguez y Rocío García Nápoles, y la fuerza que esas tres familias necesitarán para sobrellevar el dolor, movilice la ciudadanía para evitar, en la medida de lo posible, nuevas víctimas de la desidia.
29 comentarios
Buen artículo sobre ese sensible asunto. Creo que el autor ha sabido decir sin politizar el tema ni pasar la mano. Es un justo reclamo sobre la responsabilidad y la impunidad
Este tipo de situación tan dolorosa, expone la ausencia de mecanismos de demanda en nuestro sistema de justicia. Tal ausencia solo sirve para llenar de frustración a los afectados y víctimas, crear poca o ninguna transparencia sobre nuevas medidas o leyes para evitar situaciones similares en el futuro y reforzar la impunidad con que instituciones y directivos se desempeñan.
Pobres criaturitas, qué horror… Ojalá las indisciplinas laborales no amarguen más familias…
El más antimarxista de todos es el PCC. El marxismo promete emancipación humana a través del desarrollo de las fuerzas productivas. En Cuba, a falta de industria, Trova y ballet que están muy bien, pero que no sirven para liberar a los seres humanos de las cadenas de sus necesidades, y mucho menos de los hombres. O Marx estaba equivocado o el PCC está lleno de revisionistas.
why not both?
No hay teoría que muestre que el turismo lleva al socialismo.
Excelente Alexei. No quiero siquiera ponerme a especular sobre asuntos de esta índole, pero a ratos me pregunto cual hubiera sido la reacción si el accidente hubiera ocurrido en Miramar.
No creo que contribuya a la justa denuncia que hacemos a los responsables de este lamentable hecho hacer comparaciones entre barrios de la Habana, porque en todos vive pueblo cubano.
Juan, creo que precisamente por vivir el pueblo cubano en todos los barrios es que es pertinente establecer el paralelo. Es esto lo que hace más visibles y lamentables los desniveles que insinúo, los cuales, dicho sea de paso, nunca han dejado de existir, a pesar de ser el mismo pueblo. Es una denuncia justa, con montones de matices que tendremos que aceptar…por el bien del pueblo cubano.
Excelente, muy bien equilibrado. Hechos como este dejan mucha amargura en la ciudadanía aunque lo más grave para las esferas del partido y gobierno es la huella de indolencia que se refleja al dejar de tomar acciones públicas para definir responsables y tomar medidas ejemplarizantes con ellos. En Cuba existen muchos (demasiados) niveles así que no cabe dejar caer al suelo la responsabilidad. De nada vale incluso que en su momento se evalúen los hechos a determinado nivel administrativo e incluso que se tome alguna medida de ese carácter si no se llevan los resultados a conocimiento público. La impunidad lleva a la desidia, la abulia y la apatía y ese es el sedimento que queda en los ciudadanos. Recuerdo la frase conocida: Esto no hay quien lo tumbe ni tampoco quien lo arregle.
Valiente artículo lo comparto en mi blog dedicado a temas polémicos.
[…] a través de Víctimas de la desidia — La Joven Cuba […]
Que haremos con el edificio Ayestaran entre infanta y Estrella.
Años se quemo y quedo en esquleto tambaleante.
Durante años se justificó el silencio con aquello de “no darle armas al enemigo”. Pero cuando todo está tan claro, a la vista de todos, de amigos y enemigos, ¿qué justificación existe hoy para el silencio? Sencillamente porque hablar, el simple hecho de decir la verdad, de contar lo que uno vive, elevado a lo mínimo, dadas las condiciones imperantes, se convierte de inmediato en un acto de desacato. Imagínense si entonces se reclamaran responsabilidades con el tono y la fuerza que se deben reclamar. ¿Qué pasaría si hoy se organiza una marcha de protesta en contra de la inoperancia y el abandono? ¿Sería reprimida?
Ya va siendo hora de que las cosas cambien en Cuba. Que los incapaces se aparten.
@ Pedro Sánchez Buján … ” Que los incapaces se aparten.” … Casi nada, prácticamente estas pidiendo la renuncia del gobierno actual. 🙂 🙂 🙂 Saludos
Contundente
¿De cuánto fué la indemnización ofrecida?
El problema de fondo es que Cuba entera se cae en pedazos.
Manuel*, no sé cómo te las arreglas para en un par de líneas hacer siempre el mejor comentario. Nadie habló del verdadero problema.
Saludos.
Exelente artículo concuerdo plenamente con Alexei solo acotar algo no es sólo en la Habana donde hay este tipo de construcciones en mal estado creo que es un mal generalizado ,en mi mismo municipio , Manzanillo hay muchas edificaciones en muy mal estado en peligro de derrumbe en la misma calle Martí céntrica y principal calle, hay edificios que se derrumbarse mataría a varía personas por ser una calle populosa uno de esos edificios es el policlínico #1 que según el vicepresidente Ojeda ex ministro de salud dijo vía twiter que se repararía en el 2019 y ya lleva más de 20 años esperando ser remozado y ya estamos en el 2020 y nada. Ojalá una desgracia más no suceda, como está que al final va a pagar vilorio….
Arremete con furor estalinista la vanguardia de la jauría contra LJC, mientras el burocrático y pseudo intelectual, Iroel Sánchez, se cubre en momentos de crisis ideológica en el pais, con la frazada de aburridos poemas y panfletos con tufo romántico proletario, mientras en realidad, azuza a sus acólitos y compinches en la cruzada ¨anticentrista¨ para no ¨mancharse¨ como los compañeros de Radio Progreso, que se precipitaron y solo sirvieron de ¨balón de ensayo¨ para medir la respuesta de los medios no oficiales cubanos.
https://postcuba.org/pobreza-intelectual-y-marioneta-del-imperio-yanqui/#.XjbFx0BFycx
Ahora tenemos como critico mordaz y enemigo publico numero uno de los ¨desviados ideológicos¨, El Joven Cubano, tan falto de imaginación que prácticamente copia el nombre de este blog, pero por falta de lectores, tiene que venir a comentar en estas paginas y como es logico, es reproducido por el troll de PostCuba, triste papelazo de Iroel y Cia, si los enemigos de Harold y Giordan, fueran solo estos alfeñiques politicos, podrían dormir a pierna suelta, con enemigos de esa calaña, es facil hacer pedestal y tribuna. Desgraciadamente, estos individuos y medios, representan las fuerzas mas oscurantistas que gobiernan el pais y permean el Partido, el MININT, el Poder Popular, etc, cuídense muchachos que ya vienen por Uds. 😉 Saludos
Sin dudas tienes buenas ideas, Harold, pero tienes el corazón muy chiquito y tembloroso.
El resultado es que te estas haciendo muchos enemigos a ambos lados del espectro político cubano. Eso te tiene en tierra de nadie y bajo un intenso fuego cruzado.
Mal negocio. 🙁
Abrazos y suerte con tu blog.
Muy bien,Alexei, así se escribe.
Los neocentristas cubanos tienen un problema: no son lo suficientemente revolucionarios para el gusto de los continuistas y no son lo suficientemente gusano para el gusto de la derecha.
Están solos haciéndose de muchos enemigos, algunos de los cuáles son muy poderosos.
Deben estar atentos como recomienda Tony.
350 pesos de indemnizacion.
Después de los sucedido,el estado debe darce a la tarea de demoler todos los edificios ruinosos de la ciudad,empezar a reconstruir la Habana para evitar futuras muertes,la tarea es titanica,pero en algún momento hay que hacerla,cada día que pasa el riesgo de derrumbe es mayor.
En China acaban de construir un hospital en 10 días.
@ Pedro Sánchez Buján … Eso demuestra que el capitalismo funciona, aun en sociedades políticamente atrasadas, la lucha por la supremacía mundial en el comercio capitalista, continua! 🙂 🙂 🙂 Saludos
Si hubo una cinta, fue tan efímera que nadie la recuerda. Vivo a dos cuadras, paso dos veces al día frente al lugar del accidente, y no recuerdo haber visto cinta alguna, tampoco ninguno de mis vecinos. El barrio está de luto. Preocupa y asusta que en esta misma calle quedan mas edificios con peligro de inminente derrube.
Interesante que para opinar sobre un evidente caso de negligencia de algun funcionario y una responsabilidad gubernamental totalmente abandonada que causaron tres niñas muertas, haya que poner un parche inmenso sobre la buena atencion a los infantes por la revolucion, por si las moscas.
Concuerdo con usted Francisco. Eso nos muestra la mal que esta la libertad de expresión en la mente del cubano.
Saludos.
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